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Bogotá: Capital neogranadina y colombiana ¿un error, un acierto o el peso de un

pasado colonial?

Cristian Chacón Herrera

Politólogo

Universidad Nacional de Colombia

Resolver estas preguntas nos llevará a puntos clave en la construcción de


una nación como Colombia en el siglo XIX y nos permitirá ver la fragmentación de
un país con diversas percepciones sobre la realidad política, económica y social. Si
se han planteado estos interrogantes es por una razón fundamental, como aún hoy
existen diferencias entre varios sectores de la realidad colombiana y como esta
elección, propiciada por la herencia española y sostenida por las élites bogotanas,
influyó, por lo menos en la etapa decimonónica, en que la construcción de una
identidad nacional fuera un proceso casi forzoso y lleno de bemoles y dificultades.

Bogotá, claro está, fue el centro del Virreinato de la Nueva Granada, pero
¿esta sería una razón válida para sostenerla como capital del país? Aparte de estas
razones, muchas otras acompañan la argumentación de esta elección, como lo
veremos en análisis de Francisco José de Caldas y los hermanos Samper más
adelante. Tan fuerte es la influencia de esta parte del territorio, que hasta en la
Gran Colombia, se solidificó como el centro de una nación más plural que la
misma Nueva Granada que la sucedería en 1830.

Pero ¿se podría relacionar la debilidad económica de esta nación con la


situación geográfica de Bogotá? Hay elementos que desarrollaremos más adelante
que darán indicios al respecto. Los transportes, las exportaciones e importaciones,
la industrialización, la agricultura y otros campos de la economía pasan
indudablemente por las latitudes bogotanas y estas tienen implicación en el resto
del territorio.

El federalismo y los “pluriversos políticos”1 de la segunda mitad de siglo o


el centralismo regenerador y previo a la época liberal, nos entregarán también
elementos de fragmentación y de las posibilidades de la capital administrativa y
política para controlar el territorio también estarán en este intento de mostrar las
capacidades y debilidades de la región central y de Bogotá como capital del país.

Se tratará pues, de responder a la pregunta principal de este escrito


buscando mostrar varias aristas del desarrollo del siglo XIX relacionado con la
evolución de las regiones en la edificación de la nación.

La elección de Bogotá tiene un sentido en la colonia y por eso los españoles


ubican allí el centro del Virreinato de la Nueva Granada. Las zonas cálidas de la
costa atlántica les resultaban bastante desagradables a los españoles y encontrar un
lugar más frio les parecía más asequible para su estancia. Safford nos cuenta que

“Gonzalo Jimenez de Quezada decision to place the administrative center of the


New Kingdom of Granada on the Sábana de Bogotá was made after an arduous and
debilitating eleven-month expedition trough the arduous valley of the Magdalena
River. Quesada’s men had trudged and poled for more than 300 miles up this
tropical river, attacked incessantly by mosquitoes, and suffering from the heat, fever
and hunger. But as they climbed the sierra de Opón in the eastern cordillera of the
Andres, they began to revive, to lose their sickly pallor and feel strong again”2

1
Concepto en el cual se habla de la diversidad regional al decirse que es “la existencia plural de unidades
políticas que pretenden ser soberanas” esbozado por Múnera Ruiz, Leopoldo: Génesis del estado en
Colombia: 1810-1831. El proceso de unificación. En Múnera Ruiz, Leopoldo; Rodríguez Sánchez Nathaly
“Fragmentos de lo Público-Político Colombia Siglo XIX” Universidad Nacional de Colombia, La Carreta
Editores, 2008. Pág. 67
2
Safford, Frank “Commerce and Enterprise in Center Colombia 1821-70” Columbia University Ph.D.
University Microfilms, Inc. Ann Arbor, Michigan 1965. Pág.15
Este es uno de los elementos claves que hemos resaltado, pero aparte, la
decisión también fue influida porque se encontraron tierras fértiles e indígenas
para trabajarlas además del agua que bañaba a la ciudad3 y a partir de allí se
consolidó como el centro del Virreinato. Sin duda, suenan motivos de peso para
ubicarse en esta zona, pero esto pesará más adelante en la construcción de una
República y más aún en el tema de la identidad ya que los Andes no eran más que
una larga barrera que alejaba más y más a las otras regiones.

De aquí en más y habiendo explicado las razones básicas de los


conquistadores para decidir por la antigua Santafé, nos meteremos en la etapa
previa a la República, a las dos independencias y a todo el desarrollo del siglo XIX
respecto a la sombra de la capital, Bogotá.

 Lo político: Bogotá como una autoridad imponente y segregadora.

Santafé de Bogotá en el siglo XVIII Y XIX causó mucha controversia por sus
demandas de poder político y eso generó fragmentaciones y odios que se
reflejarán luego en la época republicana. La discusión por la formación de
consulados de comercio fue uno de los elementos claves al menos en la
confrontación entre Cartagena y Santafé ya que uno de estos le fue otorgado a
Cartagena y el centro del virreinato quedaba aislado del comercio, pero luego,
se comenzó a formar un proceso de búsqueda política por parte de Bogotá para
lograr mandar en un consulado que le era imposible por su incomunicación,
apoyado hasta por uno de los virreyes, a saber, Mendinueta4 fenómeno que
involucró a los comerciantes criollos de bando y bando que luego serán
protagonistas de la primer periodo pos independencia. Reseñar la colonia es
importante para ver la fragmentación que generó Bogotá desde sus orígenes ya
que “la rivalidad entre Cartagena y Santafé no empezó con el manifiesto (del 19

3
Ibíd. Pág. 16
4
Múnera, Alfonso: “El Fracaso de la nación. Región, clase, y raza en el Caribe colombiano 1717-1810” Banco
de la República/El Áncora Editores, Bogotá 1998. Págs. 111 a 136.
de septiembre). Como se ha demostrado, el conflicto entre esas dos ciudades no
solo tenía sus raíces enterradas en la colonia, sino que había sido la causa
inmediata de la insubordinación de la élite cartagenera contra el virrey, meses
antes de que Santafé iniciara la suya”5 y de esta manera la herida se empezó a
abrir y continuará en diversos grados en materia política durante el siglo XIX.

Luego de las abdicaciones de Bayona en España, y la explosión de


levantamientos soberanos se produjo “el problema político que trae la
independencia referido a la unificación política nacional”6 puesto que esta no se
dio igual en todo el territorio neogranadino en materia de tiempo y de forma,
ya que la independencia cartagenera, frontal y vehemente, no fue la misma que
la pactista y ladina independencia cundinamarquesa7. Aún así esta se presentó
como un efecto dominó en el Virreinato de la Nueva Granada en ciudades
como Mompóx, Cali, Pamplona, Popayán, Santa Fe de Antioquia, Neiva,
Novitá y Tunja8. Así pues se comenzó con las regiones soberanas a buscar una
unión para la conformación de un Estado federado, pero aquí Bogotá se volverá
a diferenciar ya que querrá un estado centralista que no soportarían las otras
partes del virreinato puesto que “en el momento de la independencia, al igual
que durante toda la vida colonial , la unidad política alrededor de Santafé de
Bogotá era de una extraordinaria fragilidad(…) no garantizaba ni una efectiva
centralización del poder político ni control en la mayor parte del territorio; por
el contrario la fragmentación política, económica y cultural de las regiones y al

5
Ibíd. Págs. 166-167
6
Palacios, Marco “La clase más ruidosa y otros ensayos de política e historia” Editorial Norma. Bogotá Pág.
28
7
La independencia cartagenera tiene matices grandes frente al levantamiento en Bogotá ya que los
protagonistas no fueron los mismos en las dos localidades (en Cartagena influenciada por negros y mulatos,
y en Bogotá totalmente de élite criolla) además que una separa totalmente a la España que se rearmó en
Cádiz y la otra proponía una monarquía constitucional (así fuera un método para lograr hacer recaer la
soberanía.
8
Existe una cronología detallada de este tipo de levantamientos contra los gobernadores de cada una de las
provincias en: Garrido, Margarita, “Nueva Granada entre el orden colonial y el republicano: Lenguajes e
imaginarios sociales y políticos” en Palacios, Marco (Compilador) “Las independencias hispanoamericanas,
interpretaciones 200 años después” Editorial Norma, Bogotá, 2009. Págs. 97,98.
rivalidad entre la capital y ciudades como Cartagena y Popayán reflejaban más
tendencias centrifugas que centrípetas”9 elementos que hacen fracasar las
reuniones para una efectiva organización del estado.

Estos problemas políticos referidos anteriormente, fueron generados por “la


existencia de rivalidades intrarregionales e interregionales por diferentes
motivos(…) de carácter político administrativo como las rivalidades entre
diferentes ciudades por ser la capital del estado o la provincia y la existencia de
varias propuestas o diferentes proyectos de unidad nacional, expresados casi
siempre por grupos de intelectuales y burócratas localizados generalmente
(pero no siempre) en la capital de la nación”10, la histórica Santa Fe, que,
haciendo alarde de ser el centro del Virreinato, fue insistente en ser la capital y
el centro de la república en conformación, sin tener en cuenta el contexto
neogranadino, la idiosincrasia regional y la oposición en ciertos puntos del
territorio al levantamiento frente a la corona.

Un proyecto de unificación creado por Jorge Tadeo Lozano, presidente de


Cundinamarca, de reunir a las Provincias Unidas de la Nueva Granada (la
unión de las demás regiones del Virreinato en contraposición a la idea central
cundinamarquesa) en donde tozudamente se trató de reorganizar
territorialmente en cuatro grandes departamentos, “que no solo implicó el
desconocimiento de la autonomía de Antioquia, Chocó, Pamplona, Neiva,
Tunja, Socorro, Casanare y Mariquita, sino la prevalencia política de Santa Fe”11
como centro, pero con un agregado, que dentro de esa organización, Santa Fe
tuviera salida al mar y ríos navegables. Aún así esta idea, con todos sus
defectos y alguna de sus virtudes, fue rechazada por grupos radicales a través

9
Múnera Ruiz, Leopoldo: Óp. Cit. Pág.39
10
González, Fernán “Aproximación a la conformación política de Colombia” en Para leer la Política, ensayos
de historia política colombiana, Tomo 1. Cinep, Bogotá, 1997. Pág. 27.
11
Múnera Ruíz, Leopoldo: Óp. Cit. Pp.42, 43.
del Argos Americano y La Bagatela12 donde cartageneros y santafereños muestran
inconformismo ante la propuesta, tanto por la exagerada prevalencia de la
capital, como por las concesiones que se le dan a otras provincias
respectivamente.

Sin duda, la idea de Lozano estaba pensada para “estratificar” a las regiones
y digamos, tratar de darle a cada una su lugar. La zona en la que imperaban
negros y mulatos como lo fue la costa Caribe con Cartagena y Panamá tenía un
territorio más pequeño que el mismo de Santa Fe, que se extendía hasta Santa
Marta, y para rematar esta injusta repartición territorial, se daría una
“representación proporcional con respecto al territorio en el congreso de la
federación”13 lo que significaba que Santa Fe saliera avante y otras regiones se
mantuvieran bajo el yugo de ella tanto territorial como representativamente.
Todo esto generó mucha discordia respecto a la organización de la dividida
Nueva Granada y por eso esta primera independencia fue “una compleja
guerra civil entre ciudades y provincias neogranadinas, ninguna de las cuales
parecía disponer de condiciones materiales para imponerse a las demás o para
separarse totalmente del movimiento común”14.

Aún así, esta propuesta que, debemos resaltar venía del interior, era
moderada, he aquí un fragmento de La Bagatela donde se demuestra la
radicalidad respecto a la posición que deben ocupar las provincias respecto
Santa Fe:

(…)Sr. Me dixo, supuesto que nosotros con toda la bambolla de nuestros títulos y
derechos podemos ser oprimidos por el primero que se le antoje atacarnos, y que este
antojo es muy probable que pronto se verifique, nos reduciremos a renunciar nuestros

12
Las anotaciones de estos dos diarios respecto al proyecto de Lozano se pueden ver en: Múnera Ruíz,
Leopoldo: Óp. Cit. Págs. 44, 45,46.
13
Múnera Ruíz, Leopoldo “Génesis del estado en Colombia: 1810-1831, el proceso de unificación” en
Fragmentos de lo Público Político Colombia siglo XIX, P. 42
14
Palacios, “La clase más…” Óp. Cit. Pág. 30
legítimos y vanos derechos, y a que se forme un gobierno en la Capital, único y
soberano, con tal de que no haga leyes con efecto retroactivo, y nos vaya a pedir cuentas
de lo pasado: sino que todo deba comenzar de nuevo, que con esto quedaremos gustosos.

Ya os he dicho, les contesté, que mis únicos deseos son el complaceros, y así supuesta
esta forme resolución, ordeno y mando: que se admita la renuncia de los legítimos y
vanos derechos que querían exercer las Provincias de la Nueva Granada sin tener
todavía fuerzas para ello: que todas las cosas vuelvan y se pongan in statu quo que no
se hagan leyes con efecto retroactivo ni se pidan cuentas de lo pasado; sino que todo
comience de nuevo como si hoy fuera el día de la creación del mundo(…)15

La prepotencia y terquedad de mantener un cierto linaje y conservar


costumbres coloniales, defendiendo a Santa Fe como centro, aparte de
configurar el nuevo estado bajo el mismo modelo de colonia, legislando en el
centro para irlo difundiendo en todo el territorio y a través de una aristocracia
selectiva, como lo proponía Nariño, fue el gran obstáculo para la conciliación
entre las provincias y el centro. Sin duda alguna la concertación no existió
porque “los valores, sentimientos e intereses locales se combinaron con la
dispersión de la soberanía legitimada por la idea de los derechos naturales de
los pueblos a definir su gobierno y sus lealtades”16

Con la existencia de estas rivalidades entre proyectos demuestra lo dicho


por Palacios, “a lo largo del siglo XIX, la fragmentación regional del poder
político fue la expresión desnuda y más visible de la ausencia de una autentica
clase hegemónica capaz de unificar políticamente a la nación e integrar,
representándolas, a las demás facciones de la clase dominante dentro del marco
de un estado moderno y unitario”17 y todo este proceso queda subyugado por
su misma división, al ejercito pacificador de Pablo Morillo y la reconquista

15
Suplemento a La Bagatela Nº 4 del Domingo 4 de Agosto de 1811, tomado de
http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/la-bagatela/la-bagatela4.pdf
16
Garrido, Margarita Óp. Cit. Pág. 103.
17
Palacios Óp. Cit. Pág. 23
española. Pero esta primera independencia va a dejar rastros marcados y
heridas profundas para el proceso que seguiría en la conformación de la
República.

En esta segunda fase Republicana, Bogotá no sólo dividirá internamente,


sino que ahora será criticada por la anexada Venezuela que con Quito y
Panamá, formarán la llamada “Gran Colombia”. En la conformación de la
Colombia de 1820 -1830, la disputa entre federalistas, centralistas y
“transicionistas” sería fuerte y se dieron infinidad de conceptos alrededor de
estos temas ya que la centralización en un territorio tan amplio sería un
problema pero la experiencia federal venezolana y neogranadina no fue exitosa.
Pero había otra discrepancia, la de pensamiento puesto que existía un conflicto
entre militaristas y civilistas sin dejar de lado que “igualmente era evidente una
hostilidad entre granadinos y venezolanos”18 que se agudizará en este periodo.

Márquez anunció, con razones de peso, que si se declaraba el centralismo se


pretendía a “obligar a los ciudadanos para que atravesaran distancias
inmensas en busca de justicia y dejarlos a la merced de una multitud de
subalternos”19ya que por supuesto la distancia entre estos dos espacios
geográficos era enorme, entonces ¿no sería mayor siendo Bogotá como lo
resultó siendo? En esta convención muchos civilistas se reunieron viniendo del
interior de la Nueva Granada, a los cuales se refiere Bolívar diciendo “Piensan
esos caballeros que Colombia está cubierta de lanudos arropados en las
chimeneas de Bogotá, Tunja, y Pamplona. No han echado sus miradas sobre los
Caríbes del Orinoco, sobre los pastores del Apure, sobre los marineros de
Maracaibo, sobre los Bogas del Magdalena sobre los bandidos del Patía, sobre
los indómitos pastusos, sobre los guajibos de Casanare y sobre todas las hordas
salvajes de África y de América, que como gamos recorren las soledades de

18
Gilmore, Robert Louis: “El federalismo en Colombia. 1810-1858” Tomo 1. Sociedad Santanderista de
Colombia, Universidad Externado de Colombia, Disloque Editores, Bogotá 1995 Pág. 33
19
Ibíd. Pág.35
Colombia”20 mostrando que no se tiene conciencia de la diversidad del
territorio y se conceptúa alrededor de lo que sucedía en el centro del antiguo
virreinato.

Aún así, como se sabe, el centralismo triunfó, y su centro fue Bogotá por su
peso histórico como el centro del virreinato, pero esto inspiró en los
venezolanos una aversión profunda tanto al sistema como a la capital, ya que la
prensa venezolana se encargó de “difundir propaganda en contra de Bogotá”21
y de desestabilizar un régimen que declaraban autoritario, además que las
necesidades neogranadinas entraron en conflicto con las venezolanas y la
balanza gubernamental empezó a propender hacia el lado neogranadino como
lo dice Bushnell al afirmar “Justificada o injustificadamente, los venezolanos en
general estaban convencidos de que la Nueva Granada estaba absorbiendo de
alguna manera un porción indebida de los beneficios que brindaba la Unión”22.

Las diferencias raciales y de identidad eran abrumadoras en la Gran


Colombia, un reflejo de ello fue la ya nombrada aversión hacia una capital
distante y desconocida además con una concepción diferente de la realidad ya
que en Venezuela el militarismo era predominante. La conceptualización sobre
Bogotá era “para los venezolanos, la dependencia de un rey residente en
España era muchos menos exasperante que la que existía ahora respecto a
Bogotá, que hasta hace poco había sido tan sólo otra capital colonial; por otra
parte encaramada en los Andes y a varias semanas a través de las montañas,
Bogotá parecía tan inaccesible como Madrid, si no más” 23demostrando la
división que generaba un lugar ininteligible y casi abstracto para los habitantes
venezolanos. Bogotá sería la representación más amplia de las diferencias entre
las dos regiones, tanto que “no todos los venezolanos interesados en política

20
Carta de Bolívar a Santander en Ibíd. Págs. 40-41
21
Gilmore, Robert Louis Óp. Cit. Pág.52
22
Bushnell, David: “Colombia, una nación a pesar de sí misma. De los tiempos precolombinos a nuestros
días” Ed. Planeta. Bogotá 1996.
23
Ibíd. Pág. 96
querían lo mismo, pero los unía su rechazo a Bogotá”24 y había “un descontento
con su subordinación a Bogotá por parte de los residentes en Caracas y
Quito”25.

Por eso cuando Santander es reelegido como vicepresidente, se entiende una


continuidad de la política desde Bogotá, lo que hace que en Venezuela
comenzara la revuelta por la autonomía local. El General Páez, líder del
levantamiento justificó el mismo a Bolívar al advertir que “el pérfido Santander
había envenenado la administración y los legisladores eran sus funcionarios,
Venezuela desconfiaba de cada acto suyo, Bogotá estaba enterrando a los
venezolanos en un abismo de maldad”26 por eso se pidió a Bolívar tomar el
poder y se apoyó la constitución para Bolivia en varias regiones del país,
menos, paradójicamente, en el interior. Al final en 1930, se terminó
fragmentando la utopía de Bolívar y la Gran Colombia quedó dividida en tres,
obviamente existen muchas razones más para explicar éste suceso, pero vale la
pena resaltar que Bogotá fue el caballo de Troya de los venezolanos para lograr
separarse de la Nueva Granada, aduciendo que fue un error como elección de
capital.

Ya dentro de la conformación de la Nueva Granada en 1930, se dieron


elementos de diferenciación entre las regiones, peor fueron haciéndose menos
pronunciadas, peor aún así, los Andes neograndinos seguían fragmentando la
débil identidad nacional, porque no representaban el imaginario colectivo,
ejemplo de ello es que “ la provincia del Casanare, en los llanos orientales,
también proclamó la separación, pero los organizadores del movimiento
decidieron que el territorio se uniera al gobierno violentamente anti bolivariano
que se estaba formando en Venezuela. Para Casanare, que tenía mucho más en
común con los llanos venezolanos que con los Andes neogranadinos, no era

24
Ibíd. Pág.96
25
Gilmore Óp. Cit. Pág. 57
26
Ibíd. Pág. 59
nada descabellado, considerar la unión con Venezuela”27 fenómeno que
también sucedió con Pasto en relación con el Ecuador, pero al final, la Nueva
Granada se quedó con estos territorios que serán el reflejo de un país
fragmentado y diverso por sus regiones.

En la época definitiva de la Nación, el tema de Bogotá sería menos


conflictivo, puesto que ya las regiones y sus líderes se vinculan a la dinámica
nacional, teniendo por ejemplo presidentes de la zona del Cauca y demás y en
1831 “las provincias reconocieron la autoridad de Bogotá”28aunque aún
quedaran ciertos tufos de separación y federación. Esta última realizada en la
época liberal de medio siglo permitió cierto grado de autonomía a las regiones
que dejaron de mirar con recelo a la capital.

En la época radical, a pesar de existir un federalismo absoluto, los recelos se


dieron por el origen de los dirigentes del movimiento ya que representantes
liberales y conservadores de diversas regiones “objetaban el control del
gobierno nacional por los radicales, muchos de los cuales provenían de la
cordillera Oriental”29 y con cierta razón, ya que los radicales buscaron acabar
con la distancia en esta cordillera construyendo un ferrocarril llamado
“Ferrocarril del Norte” con el cual sólo el interior se vería beneficiado, aunque
terminó siendo un rotundo fracaso.

Pero uno de los elementos que demuestran la lejanía, inconsciencia nacional


y fragilidad e inconveniencia de un centro como Bogotá, fue la pérdida de
Panamá, un espacio olvidado, poco valorado y a fin de cuentas perdido. La
falta de habilidad política por considerar este un espacio de miseria, hambre y
enfermedades y no ver su posición geográfica, hizo que Panamá fuera de todos
menos de Colombia. Tras la pérdida de Panamá, en el interior se tomó

27
Bushnell Óp. Cit. Pág. 124.
28
Gilmore Óp. Cit. Pág. 111
29
Safford, Frank “La Era Liberal. 1845-1876” en Safford, Frank; Palacios, Marco: “Colombia País
fragmentado, sociedad dividida. Su historia” Editorial Norma. Bogotá 2002. Pág.439
conciencia de la importancia de las costas en muchos aspectos, y esto hace que
Henao y Arrubla, digan al respecto

(…) “Y levantando la mirada más allá de los límites de la patria, sin desconfianzas,
sin recelos, aproximar el mar, nivel de la civilización, a la cuna de Nariño, la ciudad
solitariamente docta”30

De esta manera podríamos resumir el papel de Bogotá respecto a la nación


en materia política en el siglo XIX, una manzana de la discordia, una ciudad
que se atribuyó el poder y desplazó en muchos casos a otras regiones, una
ciudad que olvidó mirar más allá de sus montañas para reconocer el territorio y
generar una política más de Nación y más de sociedad.

 Lo económico: La barrera de los Andes y la dificultad comercial de


Bogotá.

La geografía neogranadina fue uno de los grandes obstáculos en materia de


exportación y crecimiento industrial y económico. Bogotá lo fue más aún por su
desafortunada posición geográfica, ya que ciudades como Lima, Buenos Aires,
Caracas, Santiago y la misma Panamá31 pudieron beneficiarse del comercio
exterior por su posición costera. Como lo advierte Safford al decir que Bogotá

“Was settled by the Spaniards because of comforts it offered and not because of its long-
range economic potential (…) Bogotá was not well-situated for vigorous economic
growth (…) the isolation imposed on central Colombia by its distance from the coast,
and the obstacles to internal trade erected by its mountains terrain, severely limited its
potential for economic development”32.

30
Cita de Henao y Arrubla hecha por Múnera, Alfonso en “Fronteras imaginadas. La construcción de las
razas y de la geografía en el siglo XIX colombiano” Ed. Planeta. Bogotá. 2005 Pág. 125
31
Atraso que referencia Miguel Samper al decir “De todas las capitales de de Suramérica, Bogotá es la que
más atrás se ha quedado, sin que le sea dado sostener la comparación con Caracas, Lima, Santiago y Buenos
Aires” en Samper, Miguel: “La miseria en Bogotá y otros escritos” Universidad Nacional. Biblioteca
Universitaria de Cultura Colombiana. Bogotá 1969. Pág. 8
32
Safford “Commerce… “Óp. Cit. Pág. 15, 16,17 y 142.
No hay discusión en lo relatado por Safford al respecto, el terreno andino
escarpado alejaba totalmente del comercio a Bogotá y la hacía poco competitiva
frente a otros mercados para poner en circulación su producción33. La capital
estaba tan distanciada que “Bogotá, despite its political power, was at the
mercy of the forwarding merchants of Honda”34el Puerto que ayudaría al
desarrollo de la alejada ciudad. Veremos pues los elementos que componen las
dificultades económicas de Bogotá en el siglo XIX, dificultades que generarán
un retraso en el desarrollo económico de la Nueva Granada.

o Transporte:
Este fue uno de los elementos más problemáticos para la Nueva Granada
y en gran medida para Bogotá, pero curiosamente, la costa jugó un papel
que pasa desapercibido por algunos en el análisis historiográfico, papel que
veremos más adelante. En esta materia, la Nueva Granada “constituía una
especie de archipiélago en el que los núcleos poblados estaban separados
entre sí por zonas despobladas y a veces por serios obstáculos geográficos.
Aún más, la vinculación con el exterior tropezaba con el hecho de que las
zonas más densas del país, y en particular las de la altiplanicie oriental, se
encontraban bastante alejadas de las costas atlánticas e incluso de los ríos de
la vertiente atlántica”35 lo que dificultaba la comunicación económica y el
transporte al exterior. Igual, Bogotá trató de establecer varios proyectos de
transporte hacia el Magdalena para permitirse conectar con el mercado
exterior, creando rutas de todo tipo, que fueron malogradas e inefectivas y
no subsistieron36, quedando en funcionamiento la más antigua, que
desembocaba en Honda. Este viaje es muy referenciado por sus

33
Como el caso de la Harina que se humedecía en el costoso y largo viaje por el rio Magdalena y no lograba
luego competir con la harina estadounidense.
34
Safford “Commerce… “Óp Cit. Pág. 33
35
Melo, Jorge Orlando: “La evolución económica de Colombia 1830-1900” en “Nueva Historia de Colombia”
Tomo 2. Instituto Colombiano de Cultura. Plantea. Bogotá 1989. Pág.73
36
Como la ruta de Peñón de Conejo, por ejemplo ejecutada por Mosquera, que gastaba el doble de tiempo
en el recorrido en comparación con el viejo camino. Safford “Commerce… “Óp. Cit. Pág.97
particularidades, tanto el hecho desde la costa hasta Honda como el
subsiguiente hasta la capital como lo referencia Bushnell que dice
“No obstante, el transporte fluvial no resultaba fácil, porque el caudal
variaba según la época del año y la mayor parte de las riveras eran malsanas,
inhóspitas y poco pobladas (…) el viaje a Honda podía durar hasta un mes; le
regreso tomaba menos tiempo, pero era igualmente incómodo, considerando el clima
tropical, las nubes de mosquitos y los insultos de los bogas, según testimonio de
algunos viajeros”37
Esta descripción se hace cuando el viaje se hacía en champanes, y no
se había implementado el sistema de vapor que aligeraría un poco el tiempo
y la dificultad. Luego de sufrir el primer viacrucis, vendría el más duro, el
trayecto Honda-Bogotá en el cual “las mulas demoraban 5 o 6 días para
hacer el viaje de unos 150 kilómetros, por una ruta que fue descrita una y
otra vez para dar ejemplo de las dificultades del transporte
colombiano”38descripciones que son en cierta medida sorprendentes puesto
que se habla del miedo de los viajeros que temían caer por un barranco en
días de lluvia cuando se hacía resbaloso el camino y se cuenta una historia
de una mujer la cual rezaba por las almas del purgatorio y por “esas que
han venido y se han ido en el camino de Honda”39 y lo más grave aún es
que no era la peor ruta, como si lo era por ejemplo la que conectaba a Bogotá
con los llanos. Esto generaba dificultades de costo y tiempo, que,
obviamente, imposibilitaban un desarrollo de la economía y sobre todo si
partía o se recibía en Bogotá, el centro de la nación, la cual, como ya hemos
dicho, trató de abrir el mercado y lo logró mejorar ya casi llegando a
mediados de siglo bajo la administración de Mosquera.
o Industria:

37
Bushnell: Óp. Cit. Págs. 118-119
38
Melo Óp. Cit. Pág. 74
39
Safford “Commerce…” Óp Cit. Págs. 86-87
La formación de industrias en Bogotá fue bastante pobre, y una de las
razones fue el tema ya expuesto, el del transporte. La muestra es que
“con frecuencia empresarios optimistas que pretendían llevar a las
tierras altas calderas, instrumentos industriales y otros objetos
demasiado pesados, se vieron obligados a abandonarlos en los puertos
del Magdalena ante la imposibilidad de hacerlos llegar a su destino”40lo
cual dificultó la inversión extranjera, aún así, la industria en la capital
fue meramente local y se formaron empresas en el campo del hierro, el
papel y otros artículos. Además se trató de impulsar el trabajo de los
jóvenes capitalinos, con la idea de abaratar costos y aparte, permitir que
se alejara a esta población de “la vagancia y la mendicidad” 41.

Existe, eso sí, un elemento importante donde podemos relacionar la


costa atlántica y como fue subestimada, siendo esta un lugar clave que
pudo haberse explotado mejor. Curiosamente fue la costa atlántica la
que pudo juntar las regiones puesto que “el tráfico comercial
internacional ponía en contacto las zonas productoras de bienes de
exportación, con las regiones de la costa; del mismo modo los productos
de importación eran distribuidos desde la costa hasta los sitios de los
productos finales”42lo que demuestra que la costa se habría podido erigir
como un centro comercial y administrativo fuerte dentro de la Nueva
Granada pero Bogotá siguió imponiendo su hegemonía política ya que
explotaba a zonas como Panamá, en crecimiento mayúsculo, Bolívar y
Magdalena, como se denota en la crítica de Juan José Nieto al decir que
los recursos de la zona en el congreso eran “drenados”43.

40
Melo Óp. Cit. Pág.75
41
Safford “Commerce…” Óp. Cit. Pág 152.
42
Melo Óp. Cit. Pág. 73
43
Delpar, Helen “Rojos contra azules. El partido Liberal en la política colombiana 1863-1899” Tercer Mundo,
Bogotá. 1994 Pág.40.
Se puede decir entonces que el retraso económico de Colombia se dio
porque en el lugar donde se concentraron los capitales más fuertes
(Bogotá) estaba alejado y bloqueaba cualquier tipo de desarrollo
económico por sus grandes dificultades, además que su hegemonía
política inhibió a las demás regiones a tener un desarrollo mayúsculo,
con excepción de Antioquia, que siempre mantuvo una política
independiente y casi autónoma, y Panamá, que se desempeñaba como
un estado soberano y casi independiente además que tenía la ventaja de
ser un eje clave de paso entre el atlántico y el pacífico, lo cual atrajo
muchos extranjeros y el primer ferrocarril de la Nación. Así pues,
económicamente Bogotá también se podría considerar como un error
histórico de construcción de capital de una nación.
 Lo social: Una ciudad atrasada, con ínfulas de foco civilizatorio.

Bogotá aparte de conservar una hegemonía política y un cierto tipo de


concentración económica, también se apropió de una construcción cultural, que
excluyó a muchas regiones, sobre todo a la costera. Ya se ha citado a Bolívar
hablando de la inconsciencia de territorio de los habitantes andinos, elemento
que continuará en todo el siglo XIX y aún conciertos vestigios posteriores. Pero
la Bogotá de esta época no era una gran ciudad.

Un ejemplo del atraso de Bogotá, nos lo da Delpar al decir

“El conde de Gabriac que visitó la capital ese mismo año (1687) no se mostró muy
impresionado con las disponibilidades de Bogotá en éste y otros órdenes “En honor a la
verdad para un cansado viajero, un hotel confortable es mucho más deseable que un
monumento magnífico. Bogotá no tiene ni lo uno ni lo otro (…) las calles eran sucias, el
servicio de agua potable y la iluminación nocturna provenía casi por entero de la luna.
Los lugares públicos estaban infectados de ladrones, borrachos, leprosos vagos y locos”44

44
Delpar Óp. Cit. Pág. 59
También dentro de las clases sociales no se notaba mucha diferencia, puesto
que los adinerados se vestían y alimentaban casi como los pobres o clase media
europeos45 lo que mostraba que la capital no era boyante y tenía una debilidad
notoria en materia económica. Eso sí, en materia educativa si fue el faro y en la
ciudad se incentivaron las universidades y la educación, pero solo en leyes y
literatura, dejando de lado estudios sobre tecnología y ciencias.

Bogotá también se le consideró una ciudad “parásita” puesto que era “el
asiento de clases dominadoras, explotadoras o improductivamente
consumidoras”46como también lo afirma Safford47además de tener la herencia
colonial de la vergüenza hacia el trabajo manual. Así a grandes rasgos se puede
hacer una fotografía de la Bogotá decimonónica, la cual no era ni mucho menos
una gran metrópoli.

Pero, a pesar de esto, los bogotanos se dieron el lujo de demeritar el


territorio nacional. Ya Nariño a través de la Bagatela en la primera
independencia había deslegitimado a todas las regiones por su ignorancia y
ridícula pretensión de autogobernarse. Pero las élites andinas y bogotanas
construyeron un imaginario que resulta extraordinaria por su descabellada
concepción. Alfonso Múnera nos cuenta que

“una extraña y fascinante geografía mental, que le había permitido a la élite


intelectual, conservadora y liberal, consolidar la vieja idea de un centro andino,
rodeado de tierras marginales o fronterizas. En efecto, la capital y otras pocas
ciudades de los Andes funcionaban como centros simbólicos de una nación que
había sido diseñada con los elementos de una tradición aristocrática y religiosa,
pero por completo de espaldas a una geografía mundial que, paradójicamente,
convertía en centros internacionales lo que los colombianos siempre tuvieron

45
Safford “Commerce…” Óp. Cit. Pág 21.
46
Samper Óp. Cit. Pág. 20
47
“Through the nineteen century, the capital retained its colonial identity as a community of consumers
rather than producers” Safford “Commerce…” Óp. Cit. Pág. 41
como fronteras marginales y símbolos de lo inferior, tal como sucedería con
Panamá”48

José María Samper ante una crítica sobre el territorio neogranadino hecha
por el británico Anthony Trollope, luego de visitar las costa atlántica y
encontrar desolación, responde que “los mejores elementos de la civilización se
han aglomerado en el interior y el progreso se va verificando de un modo
singular: de adentro hacia afuera, del centro a la circunferencia” 49 además que
retoma para legitimarse, el concepto de caldas al decir “no olvidar la geografía
de la civilización y de las razas”50refiriéndose al estudio del “sabio” sobre la
organización territorial.

Camacho Roldan también aportará su cuota de deslegitimación otra vez en


contra de la zona costera al decir sobre Panamá que

“la pobreza había llegado al último grado: el antagonismo de las dos razas-
la negra y la blanca- pobladoras de esa región, mantenido por tres siglos de
esclavitud, debía hacerse sentir fuertemente en los momentos en que esta
institución acababa de ser abolida. La acción del clima, desfavorable para la
blanca, había enervado la actividad de la clase gobernante y permitido que la
raza inferior en evolución mental se sobrepusiese en número, en energía y en
influencia política”51

Tanta fue el desdén por zonas como la costa, que Caro, quien murió sin
conocer el mar, fue delegado de Panamá en el proceso regenerador de Núñez,
el cual llegó al poder con gran apoyo de la costa, que se sentía excluida de la
política nacional. Justo Arosemena, un ilustre panameño que participó de

48
Múnera, Alfonso “Fronteras Imaginadas…”Óp. Cit. Pág. 102
49
Texto de Samper tomado por Múnera en Ibíd. Pág.111
50
Ibíd. Pág. 113
51
Tomado de Salvador Camacho Roldan “Notas de Viaje. Colombia y Estados Unidos de América” en Ibíd.
Pág. 119
embajadas y de la política nacional, expresa éste desdén hacia la zona atlántica
y más exactamente hacia Panamá según Múnera

“escribió (Arosemena) con amargura infinita que ninguna personalidad


medianamente importante del interior de la República aceptaba un empleo en
Panamá, porque era para ellos como tener que descender al mismo infierno”52

De esta manera Bogotá se encerró como el ideal y el imaginario correcto de


la nación, pero bien lo advertía Samper, refiriéndose a la descentralización y el
desarrollo de otras regiones “Bogotá seguirá perdiendo cada día más terreno, o
su progreso será tan lento que parecerá quietud delante de la creciente
prosperidad del de sus nuevos rivales”53como se convirtió Antioquia, con su
gran auge comercial e industrial, o la Panamá granadina con el ferrocarril.

Hemos entregado elementos variados sobre el tema de Bogotá y su papel


articulador como capital de la nación. Sin duda, es el centro geográfico del
territorio colombiano, pero desglosando varios elementos, no estructuró de
manera adecuada su papel generando conflictos políticos, atrasos económicos y
heridas muy profundas en el imaginario de nación. La Regeneración le dio la
preponderancia política, económica y social definitiva ad portas del siglo XX ya
que fue allí donde se concentró el poder político de manera superlativa y se
definió la suerte departamental desde un espacio que seguía teniendo
conceptos de frontera y de civilización erráticos y nacidos de la ignorancia del
territorio. Bogotá pesó por su posición histórica y colonial y se constituyó en un
error puesto que tenía un muro andino que no le permitió ver las ventajas de
otros espacios como Panamá o la costa y dejó de lado a Antioquia o el Cauca, y
dio una pequeña importancia a sus vecinos del Santander, sin que tampoco
estos estuvieran totalmente privilegiados. De esta manera podríamos concluir
que a Bogotá le faltó pensarse como líder de una nación y le sobró desidia para

52
Ibíd. Pág.127
53
Samper Óp. Cit. Pág. 34
fragmentar de muchas maneras un territorio nacional que aún conserva odios
entre regiones, así ya sean casi imperceptibles.

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