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Ámbito Habilidades Sociales
Sesiones 18 de diciembre y 15 de enero
El desarrollo no es algo privativo de niños y jóvenes, sino que se produce a lo largo de la vida del
ser humano, desde que nace hasta la vejez. En el estudio del origen y desarrollo de la
personalidad, se pueden verificar logros esenciales en cada una de las etapas, ellos tienen que ver
con la influencia social, toda la historia que antecede al individuo, la cultura de la sociedad en la
que vive y los grupos en los cuales se inserta o con los que de alguna manera se relaciona.
2. La búsqueda de la identidad
Una de las primeras cosas que tiene que conseguir el adolescente es asimilar los rápidos cambios
físicos que está experimentando. Su cuerpo cambia, su voz cambia, aparecen caracteres sexuales
secundarios y todo ello hace que la imagen que tiene de sí mismo se modifique. Nuestra propia
imagen corporal es algo importante en todas las edades, pero para el adolescente temprano
puede llegar a ser algo crucial, por varias razones. En primer lugar, los cambios no tienen lugar en
todos los adolescentes a la vez, de hecho hay grandes diferencias individuales. En segundo lugar,
el adolescente presta gran atención a la opinión de los otros y le importa mucho lo que piensen
de él y cómo le vean, y además tiende a sentirse el centro de todas las miradas.
Una vez formado el autoconcepto las personas construyen su autoestima. Ésta sería la suma de
juicios que una persona tiene de sí misma y por tanto, se refiere a cómo nos sentimos con
nosotros mismos. Es la dimensión afectiva de la imagen personal que se relaciona con datos
objetivos, con experiencias vitales y con expectativas. Según nuestro autoconcepto podemos
sentir desde que no valemos nada (autoestima baja), lo que implica insatisfacción, rechazo y
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en Re dando Del átomo al universo – desde lo pequeño a lo más complejo
desprecio de sí mismo, o podemos sentir que somos suficientemente buenos o somos los mejores
(autoestima alta).
Cada uno de nosotros va construyendo una noción de identidad personal que implica una unidad
y continuidad del yo frente a los cambios del ambiente y del crecimiento individual. Esa identidad
es el resultado de la integración de distintos aspectos del yo, entre los cuales puede incluirse el
autoconcepto.
El vínculo con los coetáneos desempeña dos funciones. Por un lado es una fuente de apoyo a la
hora de alejarse de la familia y, por otro, permite compartir experiencias con otras personas que
tienen los mismos problemas y una posición semejante en el mundo.
La influencia del grupo de amigos puede ser muy grande, y no siempre beneficiosa, e incluso el
joven puede sentirlo así. Pero al mismo tiempo le resulta difícil sustraerse de ella pues necesita
encontrar apoyo en alguna parte. Cuanto mayor es la distancia con la familia, más necesita a los
amigos. Al tener una identidad poco formada el adolescente forma una identidad gregaria,
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en Re dando Del átomo al universo – desde lo pequeño a lo más complejo
compartida con los otros y lograda también mediante identificaciones con personajes públicos,
figuras de la música, de los espectáculos, “héroes” que se convierten en modelos.
Las amistades adolescentes van cambiando con los años. En la adolescencia temprana (11 a 13
años) las amistades se centran en hacer cosas juntos. En la adolescencia media (14 a 16 años) lo
más importante es la seguridad, y la lealtad se convierte en un valor central. En la adolescencia
avanzada (a partir de 17 años) la ansiedad ante la amistad disminuye, las amistades se hacen más
relajadas y seguras.