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Bautista Mejía, Pamela Vanessa

HOY LES
PRESENTO
LA

RECOPILACIÓN DE
MIS CUENTOS
INFANTILES

LA NUBE AVARICIOSA
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
Principio del formulario

Final del formulario

Erase una vez una nube que vivía sobre un país


muy bello. Un día, vio pasar otra nube mucho
más grande y sintió tanta envidia, que decidió
que para ser más grande nunca más daría su
agua a nadie, y nunca más llovería.
Efectivamente, la nube fue creciendo, al tiempo
que su país se secaba. Primero se secaron los ríos, luego se fueron las
personas, después los animales, y finalmente las plantas, hasta que
aquel país se convirtió en un desierto. A la nube no le importó mucho,
pero no se dio cuenta de que al estar sobre un desierto, ya no había
ningún sitio de donde sacar agua para seguir creciendo, y
lentamente, la nube empezó a perder tamaño, sin poder hacer nada
para evitarlo.

La nube comprendió entonces su error, y que su avaricia y egoísmo


serían la causa de su desaparición, pero justo antes de evaporarse,
cuando sólo quedaba de ella un suspiro de algodón, apareció una
suave brisa. La nube era tan pequeña y pesaba tan poco, que el
viento la llevó consigo mucho tiempo hasta llegar a un país lejano,
precioso, donde volvió a recuperar su tamaño.

Y aprendida la lección, siguió siendo una nube pequeña y modesta,


pero dejaba lluvias tan generosas y cuidadas, que aquel país se
convirtió en el más verde, más bonito y con más arco

iris del mundo.

Idea y enseñanza principal

El egoísmo y la avaricia tienen


consecuencias negativas donde menos se
espera

Valor Educativo

Generosidad y perjuicios de la envidia


Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Cadena de sonrisas
node 211

La señorita Elisa aquel día había propuesto


un nuevo reto a sus alumnos: la alegría, y
lo había hecho en plan desafío de récord.
Les había nombrado "recaudadores" de
alegría, para ver qué se les ocurría con tal
de provocar la alegría de los que les
rodeaban. Y aunque todos hicieron cosas realmente encantadoras,
aquella vez Carla Simpatías dejó a todos con la boca abierta.
Algunos días después del encargo de la señorita Elisa, Carla apareció
cargando un gran saco.

- Aquí traigo toda la alegría que he recaudado en estos días -dijo


sonriente.

Todos estaban expectantes, pero la niña no quiso mostrar el


contenido del saco. En vez de eso, sacó una pequeña caja, tomó una
cámara de fotos instantánea, y le entregó la caja a la maestra.

- Ábrala, señorita Elisa.

La profesora abrió la caja despacio y miró en su interior, y una gran


sonrisa se dibujó en su rostro; en ese momento, Carla le hizo una
fotografía. Luego le entregó la foto y un papel.
La maestra leyó el papel en silencio, y cuando terminó, señaló con
gesto de sorpresa el gran saco.

- Así que eso es...


- ¡Sí! -interrumpió la niña, deshaciendo el nudo que cerraba el saco-
¡un gran montón de sonrisas!

Y del saco cayeron cientos de fotos, todas ellas de variadas y bellas


sonrisas.
El resto de la clase lo dedicaron a explicar cómo a Carla se le había
ocurrido iniciar una cadena para alegrar un poquito a las personas: en
la caja sólo había una foto con una gran sonrisa, y todos, al abrirla,
sentían la alegría que transmitía y respondían a su vez con una
sonrisa, casi sin querer. Carla les sacaba una foto con su propia
sonrisa, y les entregaba un papelito donde les pedía que hicieran lo
mismo con otras personas, y le enviaran una copia de las fotografías
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
a la dirección de su casa.
Y durante aquellos días y meses, el buzón de Carla no dejó de
llenarse de las fotos de las sonrisas de tanta gente agradecida,
ayudando a todos a comprender que el simple hecho de sonreír ya es
un regalo para todo el mundo. Valor Educativo

Alegría y amabilidad

Valor Educativo

Alegría y amabilidad

Idea y enseñanza principal

Sonreír y estar de buen humor es una forma estupenda de transmitir


alegría sin esfuerzo

El valiente jefe cobarde

Cuando el joven Nerino fue nombrado jefe de la tribu, todos


esperaban que, tal y como era costumbre en la isla, dedicase sus
esfuerzos a luchar contra la gran bestia del ojo de fuego, el malvado
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ser que los aterrorizaba desde hacía cientos de años. Nerino había
prometido derrotar a la bestia, y aunque era un buen luchador, no
parecía mejor que los que habían fracasado antes que él. Calculaban
que no duraría mucho más de un año como jefe de la tribu. Era más o
menos el tiempo que se tardaba en preparar y entrenar un grupo de
guerreros para viajar hasta la cima del volcán, donde vivía el terrible
enemigo. Una vez allí, sin importar lo valientes y fuertes que fueran,
todos los del grupo eran aniquilados en unas pocas horas.

Pero no ocurrió nada. Nerino no preparó un ejército, ni entrenó más


de lo habitual, ni inventó nuevas tácticas de lucha. Se limitó a
cambiar el asentamiento de la tribu cuando en verano la bestia
lanzaba sus más feroces ataques, inundando todo con el abrasador
fuego de su ojo.

Todos le miraban con insistencia y preocupación. Le pedían que


luchara, que hiciera algo, que fuera tan valiente y cumpliera con su
destino como jefes, pero Nerino se limitaba a decir: “Venceré a la
bestia, pero aún no es el momento”.

Así pasaron tantos años que Nerino se convirtió en un anciano. Y


aunque le respetaban como jefe, pues su estrategia de ir cambiando
de lugar en la isla había permitido salvar muchas vidas, todos le
tenían por un cobarde.

Pero cuando ya nadie lo esperaba, Nerino preparó un grupo de


guerreros. Lo hizo de pronto, sin avisar, una fría noche de invierno. La
nieve, rara en aquella isla, cubría el suelo, y el grupo tuvo que
marchar descalzo, con los pies helados, camino del volcán, a toda
prisa. Junto a la cima del volcán encontraron la cueva de la bestia.
Nerino entró decidido, mientras sus compañeros realizaban los
rituales típicos de despedida y se disponían a morir...

Cuando entraron, el anciano estaba en pie junto a la bestia. Ésta


estaba tendida en el suelo, hecha un ovillo, temblando y gimiendo, al
borde de la muerte. Nerino y sus guerreros no tuvieron problemas
para apoderarse del ojo de fuego y encadenar fuertemente a la
bestia.

De vuelta al campamento de la tribu, todos deseaban escuchar la


aventura de Nerino y su combate con la bestia. Ni siquiera el bebé
más pequeño faltaba cuando el jefe inició su relato:

- Jamás he pensado luchar con algo tan terrible, y hoy tampoco lo he


hecho.” -dijo, creando un sentimiento de extrañeza y expectación. Y
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
prosiguió
- ¿Ninguno os habíais fijado en que la bestia nunca atacaba en los
peores días del invierno, y que después de alguna época
especialmente fría, su fuego no era tan intenso, ni sus ataques tan
temibles? Durante muchos años he estado esperando una nevada
como la de hoy, pues lo que necesitábamos no eran guerreros, sino
frío. Cuando llegamos al volcán, la bestia estaba tan débil que no
pudo ni luchar. Por fin hemos acabado con siglos de luchas y muertes,
y tenemos a la bestia y su ojo de fuego a nuestro servicio.

Todos aclamaron la sabiduría de su jefe, y más le felicitaban quienes


más le habían criticado y despreciado por su supuesta cobardía. Y
hasta el más impaciente de la tribu aprendió que, a veces, la
paciencia puede llegar a ser mucho más útil que la acción, aunque
tengas que ser tan valiente que permitas que te traten como un
cobarde.

Valor Educativo

Paciencia

Idea y enseñanza principal

La paciencia ayuda a resolver los problemas en el momento más


adecuado, aunque a veces nos obligue a soportar una gran presión.

QUE LINDOS CUENTOS


Bautista Mejía, Pamela Vanessa

La Brujita Dulce
node 107

Había una vez una brujita muy especial,


porque era una brujita buena, pero no
tenía ni idea de cómo ser buena. Desde
pequeñita había aguantado las regañinas
de las brujas, que le decían que tenía que
ser mala como todas, y había sufrido
mucho porque no quería serlo. Todos sus hechizos eran un fracaso, y
además, no encontraba nadie que quisiera enseñarle a ser buena, así
que casi siempre estaba triste.
Un día se enteró de que las brujas viejas planeaban hechizar una gran
montaña y convertirla en volcán para arrasar un pequeño pueblo. La
brujita buena pensó en evitar aquella maldad, pero no sabía cómo y
en cuanto se acercó al pueblo tratando de avisar a la gente, todos se
echaron a la calle y la ahuyentaron tirando piedras al grito de "¡¡largo
de aquí, bruja!!". La brujita huyó del lugar corriendo, y se sentó a
llorar junto al camino.
Al poco llegaron unos niños, que al verla llorar trataron de consolarla.
Ella les contó que era una bruja buena, pero que no sabía cómo serlo,
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
y que todo el mundo la trataba mal. Entonces los niños le contaron
que ser bueno era muy fácil, que lo único que había que hacer era
ayudar a los demás y hacer cosas por ellos.
- ¿Y qué puedo hacer por vosotros?- dijo la bruja.
- ¡Podías darnos unos caramelos!, le dijeron alegres.
La bruja se apenó mucho, porque no llevaba caramelos y no sabía
ningún hechizo, pero los niños no le dieron importancia, y en seguida
se fueron jugando. La brujita, animada, volvió a su cueva dispuesta a
ayudar a todo el mundo, pero cuando iba de camino encontró a las
brujas viejas hechizando la montaña, que ya se había convertido en
un enorme volcán y empezaba a escupir fuego. Quería evitarlo, pero
no sabía cómo, y entonces le vinieron a la cabeza un montón de
palabras mágicas, y cuando quiso darse cuenta, el fuego se convirtió
en caramelos, y la montaña escupía una gran lluvia de caramelos y
dulces que calló sobre el pueblo.
Así fue como la brujita aprendió a ser buena, desenado de verdad
ayudar a los demás.
Los niños se dieron cuenta de que aquello había sido gracias a ella, se
lo contaron a todo el mundo, y a partir de aquel día nadie más en el
pueblo la consideró una bruja mala. Se hizo amiga de todo el mundo
ayudando siempre a todos, y en recuerdo de su primer hechizo,
desde entonces la llamaron La Brujita Dulce.

Valor Educativo

Bondad, ayuda a los demás.

Idea y enseñanza principal

La bondad consiste
principalmente en ayudar a los
demás.

Blanco y Negro
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Hace mucho, muchísimo tiempo, cuando todo estaba empezando y


hasta los planetas, las estrellas y casi todas las cosas antiguas eran
tan pequeñas que iban al cole, había una clase especial que era la
favorita de todos, porque era la más alegre. Allí estudiaban revoltosos
los colores, desde el Blanco al Negro, pasando por el Rojo, el Azul, el
Amarillo y todos los demás, preparándose para ser unos colores
estupendos cuando fueran mayores. Todos ellos eran, además de
graciosos y alegres, muy traviesos, pero especialmente Blanco y
Negro, que andaban tan ocupados con sus travesuras que casi
siempre llegaban tarde a las clases.
Una mañana se montó un gran revuelo en el cielo. Las nubes habían
comenzado a practicar sus lluvias, pero estuvieron lloviendo tanto
tiempo, y crearon una tormenta tan terrible, que todos,
absolutamente todos, quedaron deprimidos y entristecidos por tener
tan poca luz, y ni siquiera el Sol cuando volvió a brillar consiguió
alegrar al mundo. La última solución era recurrir a los traviesos y
juguetones colores, aunque fueran los más pequeños y pudieran no
estar preparados, y fueron a buscarles a su clase urgentemente. Aún
era temprano y como casi siempre Blanco y Negro aún no habían
aparecido, pero no había tiempo para esperarles. Tenían que hacer
algo rápidamente, así que salieron corriendo por el cielo para llegar
hasta donde estaban las nubes, muy apenadas por lo ocurrido. Y en
su camino por el cielo, cada uno de los colores dejó un rastro
brillante, y la combinación de todos ellos resultó tan espectacular y
llamativa que la alegría y la sonrisa volvió a todos con fuerza, en
medio de grandes aplausos. Y estuvieron encantados de ser
nombrados oficialmente ayudantes del Sol, quien les rogó que a partir
de entonces acudieran a ayudarle para alegrar a todos, formando su
espectacular arco iris cada vez que las nubes se excedieran con su
lluvia.
Blanco y Negro llegaron a la clase poco después, y no encontraron a
nadie. Todos felicitaron tanto a los demás colores por su alegre
actuación, que ellos, los más divertidos y alegres, no se atrevieron a
pedirles que les dejaran ser parte de su gran invento, y desde
entonces se esforzaron por ser puntuales y responsables. Y lo hicieron
tanto y tan bien, que ya no les importa no ser parte del arco iris:
ahora son los colores más serios y más importantes, y nadie puede
hacer nada sin ellos.

Valor Educativo

Puntualidad y formalidad
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Idea y enseñanza principal

La impuntualidad no sólo es una falta de respeto con los demás,


también puede hacernos perder grandes oportunidades

La Isla de los Inventos

La primera vez que Luca oyó hablar de la Isla


de los Inventos era todavía muy pequeño, pero
las maravillas que oyó le sonaron tan increíbles
que quedaron marcadas para siempre en su
memoria. Así que desde que era un chaval, no
dejó de buscar e investigar cualquier pista que
pudiera llevarle a aquel fantástico lugar. Leyó cientos de libros de
aventuras, de historia, de física y química e incluso música, y
tomando un poco de aquí y de allá llegó a tener una idea bastante
clara de la Isla de los Inventos: era un lugar secreto en que se reunían
los grandes sabios del mundo para aprender e inventar juntos, y su
acceso estaba totalmente restringido. Para poder pertenecer a aquel
selecto club, era necesario haber realizado algún gran invento para la
humanidad, y sólo entonces se podía recibir una invitación única y
especial con instrucciones para llegar a la isla.

Luca pasó sus años de juventud estudiando e inventando por igual.


Cada nueva idea la convertía en un invento, y si algo no lo
comprendía, buscaba quien le ayudara a comprenderlo. Pronto
conoció otros jóvenes, brillantes inventores también, a los que contó
los secretos y maravillas de la Isla de los Inventos. También ellos
soñaban con recibir "la carta", como ellos llamaban a la invitación.
Con el paso del tiempo, la decepción por no recibirla dio paso a una
colaboración y ayuda todavía mayor, y sus interesantes inventos
individuales pasaron a convertirse en increíbles máquinas y aparatos
pensados entre todos. Reunidos en casa de Luca, que acabó por
convertirse en un gran almacén de aparatos y máquinas, sus
invenciones empezaron a ser conocidas por todo el mundo,
alcanzando a mejorar todos los ámbitos de la vida; pero ni siquiera así
recibieron la invitación para unirse al club.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
No se desanimaron. Siguieron aprendiendo e inventando cada día, y
para conseguir más y mejores ideas, acudían a los jóvenes de más
talento, ampliando el grupo cada vez mayor de aspirantes a ingresar
en la isla. Un día, mucho tiempo después, Luca, ya anciano, hablaba
con un joven brillantísimo a quien había escrito para tratar de que se
uniera a ellos. Le contó el gran secreto de la Isla de los Inventos, y de
cómo estaba seguro de que algún día recibirían la carta. Pero
entonces el joven inventor le interrumpió sorprendido:

- ¿cómo? ¿pero no es ésta la verdadera Isla de los Inventos? ¿no es su


carta la auténtica invitación?

Y anciano como era, Luca miró a su alrededor para darse cuenta de


que su sueño se había hecho realidad en su propia casa, y de que no
existía más ni mejor Isla de los Inventos que la que él mismo había
creado con sus amigos. Y se sintió feliz al darse cuenta de que
siempre había estado en la isla, y de que su vida de inventos y
estudio había sido verdaderamente feliz.

Valor Educativo

Tener ilusiones y aspiraciones

Idea y enseñanza principal

Hay que ponerse grandes objetivos,


pues con esfuerzo y constancia,
podemos llegar a conseguir aún más de
lo que nos propongamos

El Hada y la Sombra
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia.
Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para
conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le
llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se
llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de
amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos
regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra.
Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su
curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y
este se explicó diciendo:
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
- Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa:
es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es
duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y
será más tierno que ningún otro.

El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida


y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a
todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones,
pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos.
Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio
cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella
figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser
como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo
importante.

Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el


reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus
riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las
joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros.
Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y
cercanía, y su sola presencia transmitía tal calor humano y pasión por
cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa
de fuego".
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del
joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo
que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días

Idea y enseñanza principal

El amor de verdad es la mayor fuerza para cambiar el mundo desde


dentro, empezando por nosotros mismos

LA HADA Y LA SOMBRA
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus
ciudades llenaran la tierra, antes incluso de que muchas cosas
tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso custodiado por el
hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban
dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres amenazaron el
lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidió que
la acompañaran en un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y
desiertos en busca de la Piedra de Cristal, la única salvación posible
para todos.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
El hada advirtió de los peligros y dificultades, de lo difícil que sería
aguantar todo el viaje, pero ninguno se asustó. Todos prometieron
acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, el hada y
sus 50 más leales vasallos comenzaron el viaje. El camino fue aún
más terrible y duro que lo había anunciado el hada. Se enfrentaron a
bestias terribles, caminaron día y noche y vagaron perdidos por el
desierto sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas adversidades
muchos se desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a medio
camino, hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra. No era el más
valiente, ni el mejor luchador, ni siquiera el más listo o divertido, pero
continuó junto al hada hasta el final. Cuando ésta le preguntaba que
por qué no abandonaba como los demás, Sombra respondía siempre
lo mismo "Os dije que os acompañaría a pesar de las dificultades, y
eso es lo que hago. No voy a dar media vuelta sólo porque haya sido
verdad que iba a ser duro".

Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de


Cristal, pero el monstruoso Guardián de la piedra no estaba dispuesto
a entregársela. Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad, se
ofreció a cambio de la piedra quedándose al servicio del Guardián por
el resto de sus días...

La poderosa magia de la Piedra de Cristal permitió al hada regresar al


lago y expulsar a los seres malvados, pero cada noche lloraba la
ausencia de su fiel Sombra, pues de aquel firme y generoso
compromiso surgió un amor más fuerte que ningún otro. Y en su
recuerdo, queriendo mostrar a todos el valor de la lealtad y el
compromiso, regaló a cada ser de la tierra su propia sombra durante
el día; pero al llegar la noche, todas las sombras acuden el lago,
donde consuelan y acompañan a su triste hada.

Idea y enseñanza principal

La lealtad y el compromiso mantenidos ante las adversidades son las


bases últimas de la amistad y el amor.

Valor Educativo

Lealtad y compromiso
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

EL REGALO MAGICO DEL CONEJO


POBRE
Hubo una vez en un lugar una época de muchísima sequía y hambre
para los animales. Un conejito muy pobre caminaba triste por el
campo cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con
varias ramitas."Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes
usarlas" El conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las
ramitas pensando en darles buen uso.

Al volver a casa, encontró una ovejita muy viejita y pobre que casi no
podía caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El conejito no tenía
nada salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a
dárselas. Sin embargó, recordó como sus padres le enseñaron desde
pequeño a compartirlo todo, así que sacó una ramita del saco y se la
dió a la oveja. Al instante, la rama brilló con mil colores, mostrando su
magia. El conejito siguió contrariado y contento a la vez, pensando
que había dejado escapar una ramita mágica, pero que la ovejita la
necesitaba más que él. Lo mismo le ocurrió con un pato ciego y un
gallo cojo, de forma que al llegar a su casa sólo le quedaba una de las
ramitas.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus
papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y
cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando
por el hambre, y también se la dió a él.

En ese momento apareció el mago con gran estruendo, y preguntó al


conejito ¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿qué es
lo que has hecho con ellas? El conejito se asustó y comenzó a
excusarse, pero el mago le cortó diciendo ¿No te dije que si las
usabas bien serían más mágicas?. ¡Pues sal fuera y mira lo que has
hecho!
Y el conejito salió temblando de su casa para descubrir que a partir
de sus ramitas, ¡¡todos los campos de alrededor se habían convertido
en una maravillosa granja llena de agua y comida para todos los
animales!!
Y el conejito se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque
la magia de su generosidad hubiera devuelto la alegría a todos.

Idea y enseñanza principal

Mostrar que la generosidad y el dar a los demás suelen revertir en uno


mismo de la forma más imprevista y más grandiosa.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Valor Educativo

Generosidad

UNA FLOR AL DÍA

Había una vez dos amigos que vivían en un palacio con sus familias,
que trabajaban al servicio del rey. Uno de ellos conoció una niña que
le gustó tanto que quería que pensó hacerle un regalo. Un día,
paseaba con su amigo por el salón principal y vió un gran jarrón con
las flores más bonitas que pudiera imaginarse, y decidió coger una
para regalársela a la niña, pensando que no se notaría. Lo mismo hizo
al día siguiente, y al otro, y al otro... hasta que un día faltaron tantas
flores que el rey se dió cuenta y se enfadó tanto que mandó llamar a
todo el mundo.
Cuando estaban ante el rey, el niño pensaba que debía decir que
había sido él, pero su amigo le decía que se callara, que el rey se
enfadaría muchísimo con él. Estaba muerto de miedo, pero cuando el
rey llegó junto a él, decidió contárselo todo. En cuanto dijo que había
sido él, el rey se puso rojo de cólera, pero al oir lo que había hecho
con las flores, en su cara apareció una gran sonrisa, y dijo "no se me
habría ocurrido un uso mejor para mis flores".
Y desde aquel día, el niño y el rey se hicieron muy amigos, y se
acercaban juntos a tomar dos de aquellas maravillosas flores, una
para la niña, y otra para la reina.

Idea y enseñanza principal

Superar el miedo a decir la verdad es difícil, pero al final no es tan


Bautista Mejía, Pamela Vanessa

terrible.

Valor Educativo

Honradez y generosidad.

EL CONCURSO DE BELLEZA
En un precioso jardín vivía la mariposa más bonita del mundo. Era tan
bonita y había ganado tantos concursos de belleza, que se había
vuelto vanidosa. Tanto que un día, la cucaracha lista se hartó de sus
pavoneos y decidió darle una lección.
Fue a ver a la mariposa, y delante de todos le dijo que no era tan
bonita, que si ganaba los concursos era porque los jurados estaban
comprados, y que todos sabían que la cucaracha era más bella.
Entonces la mariposa se enfureció, y entre risas y desprecios le dijo a
tí te gano un concurso con el jurado que quieras. "Vale, acepto, nos
vemos el sábado", respondió la cucaracha sin darle tiempo. Ese
sábado todo fueron a ver el concurso, y la mariposa iba confiada
hasta que vio quiénes formaban el jurado: cucarachas, lombrices,
escarabajos y chinches. Todos ellos preferían el aspecto rastrero y el
mal olor de la cucaracha, que ganó el concurso claramente, dejando a
la mariposa tan llorosa y humillada, que nunca más volvió a participar
en un concurso de belleza.
Por suerte, la cucaracha perdonó a la mariposa su vanidad y se
hicieron amigas, y algún tiempo después la mariposa ganó el premio
a la humildad.

Idea y enseñanza principal

La vanidad desata en los demás de los deseos de proporcionar


lecciones de humildad muy dolorosas.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Valor Educativo

Humildad

ESPERO QUE
LES ESTE
GUSTANDO
LOS CUENTOS

Globos
acrobáticos

Por fin llegó el día del gran concurso de globos


acrobáticos. Todos los insectos del jardín habían
estado entrenando duro, y ahora se preparaban
para comenzar sus piruetas. Los concursos de
globos eran algo especialísimo, pues sólo podían celebrarse tras
alguna gran fiesta que hicieran los niños de la casa, y había muy poco
tiempo antes de que se hiciera limpieza general y los papás retirasen
todos los globos.
Como cada año, los favoritos eran los insectos voladores, pues
agarrados a la cuerda del globo podían llevarlo de aquí para allá
trazando figuras a voluntad. Pero aquella vez había también unos
participantes un poco peculiares: un grupo de hormigas. Por
supuesto, nadie esperaba que hicieran nada especial, tenían tan poco
peso que jamás se había presentado ninguna, pero llamaba la
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
atención verlas a todas perfectamente uniformadas y preparadas.
Así, los distintos concursantes fueron desarrollando sus espectáculos,
consiguiendo figuras con los globos realmente bellas: la mariposa y la
luciérnaga, como siempre, dejaron a todos boquiabiertos con su giros
y su juego de colores, y cuando les tocó el turno a las hormigas, todo
parecía decidido. Las hormigas, sin embargo, por primera vez desde
que se recordaba, compartieron un mismo globo; y una a una fueron
trepando por la cuerda colgante, formando una delgada hilera negra.
Cuando hubieron cubierto toda la cuerda del globo, la última hormiga
trepó por encima de sus compañeras hasta llegar al globo, y después,
siguió hasta lo más alto. Aquel extraño montaje atrajo la curiosidad
de todos, que entonces pudieron ver el toque final: la hormiga abrió
las tenazas de su boca tanto como pudo.. ¡y le asestó un buen
mordisco al globo!. ¡¡¡Pssssssss!!!
Aquello fue apoteósico: el globo comenzó a resoplar su aire,
moviéndose alocadamente aquí y allá, haciendo mil piruetas,
mientras las hormigas, perfectamente sincronizadas, iban
representando bellas figuras colgadas de la cuerda, todas trabajando
a un tiempo por conseguir el dibujo más bello.
Por supuesto, aquel acrobático vuelo terminó con un buen golpe, pero
dio igual: la exhibición de la originalidad y el trabajo en equipo de las
hormigas fue tan impresionante, que ni siquiera hizo falta votar al
ganador.
Desde entonces, todos se dieron cuenta de lo lejos que se puede
llegar haciendo las cosas juntos, por muy difícil que lo parezca para
uno sólo, y los concursos de los años siguientes estuvieron repletos
de grupos participantes con espectáculos que nunca podría haber
conseguido un insecto por su cuenta.

Valor Educativo

Trabajo en equipo e ingenio.

Idea y enseñanza principal

Trabajando en equipo pueden


hacerse muchas más cosas de lo que
cada uno podría hacer por su cuenta.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

La rosa blanca

En un jardín de matorrales, entre hierbas y


maleza, apareció como salida de
la nada una rosa blanca. Era blanca como
la nieve, sus pétalos parecían de
terciopelo y el rocío de la mañana brillaba
sobre sus hojas como cristales
resplandecientes. Ella no podía verse, por eso no sabía lo bonita que
era.
Por ello pasó los pocos días que fue flor hasta que empezó a
marchitarse
sin saber que a su alrededor todos estaban pendientes de ella y de su
perfección: su perfume, la suavidad de sus pétalos, su armonía. No se
daba
cuenta de que todo el que la veía tenia elogios hacia ella.
Las malas hierbas que la envolvían estaban fascinadas con su belleza
y
vivían hechizadas por su aroma y elegancia.

Un día de mucho sol y calor, una muchacha paseaba por el jardín


pensando
cuántas cosas bonitas nos regala la madre tierra, cuando de pronto
vio una
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
rosa blanca en una parte olvidada del jardín, que empezaba a
marchitarse.

–Hace días que no llueve, pensó – si se queda aquí mañana ya estará


mustia. La llevaré a casa y la pondré en aquel jarrón tan bonito que
me
regalaron.
Y así lo hizo. Con todo su amor puso la rosa marchita en agua, en un
lindo
jarrón de cristal de colores, y lo acercó a la ventana.- La dejaré aquí,
pensó –porque así le llegará la luz del sol. Lo que la joven no sabía
es que su reflejo en la ventana mostraba a la rosa un retrato de ella
misma
que jamás había llegado a conocer.

-¿Esta soy yo? Pensó. Poco a poco sus hojas inclinadas hacia el suelo
se
fueron enderezando y miraban de nuevo hacia el sol y así,
lentamente, fue
recuperando su estilizada silueta. Cuando ya estuvo totalmente
restablecida
vio, mirándose al cristal, que era una hermosa flor, y pensó: ¡¡Vaya!!
Hasta ahora no me he dado cuenta de quién era, ¿cómo he podido
estar tan
ciega?
La rosa descubrió que había pasado sus días sin apreciar su belleza.
Sin
mirarse bien a sí misma para saber quién era en realidad.
Si quieres saber quién eres de verdad, olvida lo que ves a tu
alrededor y
mira siempre en tu corazón.

Valor Educativo

Autoestima

Idea y enseñanza principal

Todos somos valiosos por nosotros mismos; mucho más de lo que a


veces creemos
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

El niño que casi fue príncipe

Un rey que no tiene hijos convoca un concurso para elegir príncipe


heredero. El niño que supera todas las pruebas, aun siendo excelente,
es impaciente, lo que preocupa al rey. El rey decide ponerle a prueba
llevándole al bosque con un perro y mostrándole un gran tesoro en el
centro del bosque. El rey se marcha un momento diciéndole que si
espera a su vuelta, todo será suyo, y le deja con el perro.
El niño acepta la situación, pero pronto se impacienta y a pesar de las
advertencias del perro, el niño no espera para entrar. En cuanto lo
hace, el tesoro desaparece, y el niño pierde el tesoro y la posibilidad
de ser príncipe.

Valor Educativo

La importancia de saber tener paciencia.

Idea y enseñanza principal

El niño elegido es excepcional en todo, pero tiene el defecto de la


impaciencia.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Un loco en la ciudad

Julián vino del pueblo cuando ya no quedaba nadie allí. Jamás había
salido de su querida aldea, pero intrigado por el hecho de que todos
fueran a la ciudad, decidió ir él mismo a investigar qué cosa tan
maravillosa tenían las ciudades. Así que preparó un hatillo con un par
de mudas, sacó brillo a su mejor sonrisa, y se fue para allá.

Nada más entrar tuvo un recibimiento inesperado. Un par de agentes


le detuvo, y le preguntaron hasta la talla de calzoncillos. Al final
resultó que Julián iba "sospechosamente alegre" para no tener casi
nada, ni siquiera venir de compras, pero finalmente tuvieron que
dejarle ir, sin dejar por un momento de sospechar de aquel tipo
alegre y campechano.
Lo primero que llamó la atención de Julián en la ciudad fue la prisa.
Todos iban con tanta prisa que pensó que aquel día ocurriría algo tan
especial que nadie quería perdérselo, así que comenzó a seguir a un
hombre que parecía dirigirse allí. Pero después de varias horas
siguiéndole, terminó en un pequeño piso sin haber llegado a hacer
nada interesante en todo el día.

Julián durmió en un parque. Aquel parque estaba lleno de papeles y


plásticos, y como las papeleras estaban vacías, pensó que lo genial
de la ciudad era que habían inventado plantas con flores de papel y
plástico. Pero sólo pensó esto hasta la mañana siguiente, cuando un
hombre dejó caer el papel del chocolate que acababa de terminar
mientras caminaba tranquilamente entre decenas de papeleras.
Andaba Julián tratando de entender lo que pasaba cuando llegó a
unos grandes almacenes en los que entraba muchísima gente. "Esto
debe ser el mejor museo del mundo", pensó al ver la cantidad de
cosas inútiles que había allí. Pero luego vio que la gente cogía todas
aquellas cosas, pagaba por ellas y se las llevaba. "¿Para qué querrá
nadie un reloj en el que no se ven los minutos?" se preguntó al ver
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
cómo una mujer salía toda contenta con un reloj modernísimo en la
muñeca, y lo mismo pensó de unos zapatos con los que sería
imposible caminar y un aparato electrónico que hacía mil cosas pero
ninguna bien.
Nuevamente, decidió seguir a la mujer del reloj, para comprobar
desilusionado que su gran alegría se tornó en decepción en cuanto
sus amigas vieron su flamante reloj con gesto de desaprobación.
Julián comenzaba a sentir pena por haber dejado el pueblo y llegar a
aquel sitio donde habiendo tanta gente nadie parecía feliz.

Entonces vio a unos niños jugando. Ellos sí parecían estar alegres,


correteando y persiguiéndose; excepto uno que andaba liado con una
maquinita a la que llamaban consola. La golpeaba fuertemente con
los dedos, poniendo todo tipo de gestos enfurecidos, y cuando alguno
de los otros se acercaba para invitarle a jugar con todos, le alejaba
con malos modos. Julián pensó que el niño trataba de destruir aquella
maquinita que le hacía tan infeliz, y decidió ayudarle; se acercó, tomó
la maquinita, la arrojó contra el suelo y la pisó, mirando al niño con
gran satisfacción.

El niño montó en colora, y no sólo él, sino sus amigos y casi todos los
mayores que había por allí. Tanto le acosaron, que tuvo que salir de
allí corriendo, y ya no paró hasta tomar el camino de vuelta al pueblo.
Y mientras regresaba, no dejaba de preguntarse si todos se habrían
vuelto locos...

Valor Educativo

Sencillez y austeridad

Idea y enseñanza principal

Muchas veces nos dejamos llevar tanto por el materialismo de la vida


moderna que perdemos de vista las cosas más importantes que dan la
felicidad
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

La varita gastada

Iba una vez un niño por el bosque buscando fruta, y tanto buscó y
buscó que llegó la noche y se perdió. Estuvo dando vueltas durante
mucho tiempo, hasta que a lo lejos escuchó un gran alboroto. Se
acercó y descubrió que el ruido procedía de una pequeña casita
donde brillaba una luz, y pensó en pasar la noche con aquella gente.

Llamó varias veces, pero como nadie abría la puerta y seguía


habiendo un ruido enorme, decidió entrar. Al instante, se hizo un gran
silencio, y se encontró con miles de ojos que le miraban asustados:
vasos, espejos, cuadros, sillas... ¡todo en aquella casa estaba vivo! ¡y
le miraba!

- Buenas noches - dijo el niño.


Y de nuevo comenzó un alboroto enorme de respuestas y alegría:
- Uff, qué miedo - oyó que decían algunos
- Bah, es sólo un chiquillo- escuchó a sus espaldas. Y el molesto ruido
de voces siguió por un buen rato....

- ¡¡¡Silencio!!! - gritó harto de tanto ruido el niño - ¿dónde estoy?


Y nuevamente respondieron todos a la vez.

- ¡¡ Callaos, por favor!! - suplicó. - Tú, la mesa, por favor, contesta,


¿quién manda aquí? ¿y por qué estáis todos vivos?
- Aquí mandaba esa varita mágica que está junto a tus pies, pero ya
no le queda nada de magia, la repartió entre todos.

Efectivamente, una pequeña varita a sus pies era el único objeto que
no parecía estar vivo. Comprendiendo que aquel era el origen de tal
desorden, pensó en tratar de arreglarlo.

- ¿Y no os da vergüenza ser tan egoístas? ¿por qué no le devolvéis un


poquito de su magia?
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
Un pequeño murmullo egoísta empezaba a llenar la habitación,
cuando el viejo espejo susurró, "vale, de acuerdo", y haciendo una
gota dorada con uno de sus ojos, la dejó caer sobre la varita, que
comenzó a toser un poco.

- ¡Está viva! - se alegró un libro. Y también le dio su gotita dorada de


magia.

Y así, todos fueron cediendo parte de su magia a la varita, que


recuperó un aspecto brillante y divertido, adornado con cientos de
colores. Y llena de alegría fue a posarse en la mano del niño, que al
momento se cubrió con una nube de estrellas para aparecer vestido
de mago. Y así fue como aquel niño se convirtió en el mago del
bosque, y con alegría y sabiduría siguió animando a todos a compartir
lo que tenían.

Valor Educativo

Generosidad

Idea y enseñanza principal

Aportando una pequeña parte de lo que tenemos podemos contribuir a


hacer mucho

Las arrugas

Era un día soleado de otoño la primera vez que Bárbara se fijó en que
el abuelo tenía muchísimas arrugas, no sólo en la cara, sino por todas
partes.

- Abuelo, deberías darte la crema de mamá para las arrugas.

El abuelo sonrió, y un montón de arrugas aparecieron en su cara.


Bautista Mejía, Pamela Vanessa
- ¿Lo ves? Tienes demasiadas arrugas
- Ya lo sé Bárbara. Es que soy un poco viejo... Pero no quiero perder ni
una sola de mis arrugas. Debajo de cada una guardo el recuerdo de
algo que aprendí.

A Bárbara se le abrieron los ojos como si hubiera descubierto un


tesoro, y así los mantuvo mientras el abuelo le enseñaba la arruga en
la que guardaba el día que aprendió que era mejor perdonar que
guardar rencor, o aquella otra que decía que escuchar era mejor que
hablar, esa otra enorme que mostraba que es más importante dar
que recibir o una muy escondida que decía que no había nada mejor
que pasar el tiempo con los niños...

Desde aquel día, a Bárbara su abuelo le parecía cada día más guapo,
y con cada arruga que aparecía en su rostro, la niña acudía corriendo
para ver qué nueva lección había aprendido. Hasta que en una de
aquellas charlas, fue su abuelo quien descubrió una pequeña arruga
en el cuello de la niña:

- ¿Y tú? ¿Qué lección guardas ahí?

Bárbara se quedó pensando un momento. Luego sonrió y dijo

- Que no importa lo viejito que llegues a ser abuelo, porque.... ¡te


quiero!

Valor Educativo

Amor a los abuelos

Idea y enseñanza principal

Un pequeño homenaje a los abuelos, que siempre están dispuestos a


pasar el tiempo con los niños
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

El príncipe Lapio

príncipe que era muy injusto. Aunque parecía un perfecto príncipe,


guapo, valiente e inteligente, daba la impresión de que al príncipe
Lapio nunca le hubieran explicado en qué consistía la justicia. Si dos
personas llegaban discutiendo por algo para que él lo solucionara, le
daba la razón a quien le pareciera más simpático, o a quien fuera más
guapo, o a quien tuviera una espada más chula. Cansado de todo
aquello, su padre el rey decidió llamar a un sabio para que le
enseñara a ser justo.
- Llévatelo, mi sabio amigo -dijo el rey- y que no vuelva hasta que
esté preparado para ser un rey justo.
El sabio entonces partió con el príncipe en barco, pero sufrieron un
naufragio y acabaron los dos solos en una isla desierta, sin agua ni
comida. Los primeros días, el príncipe Lapio, gran cazador, consiguió
pescar algunos peces. Cuando el anciano sabio le pidió compartirlos,
el joven se negó. Pero algunos días después, la pesca del príncipe
empezó a escasear, mientras que el sabio conseguía cazar aves casi
todos los días. Y al igual que había hecho el príncipe, no los
compartió, e incluso empezó a acumularlos, mientras Lapio estaba
cada vez más y más delgado, hasta que finalmente, suplicó y lloró al
sabio para que compartiera con él la comida y le salvara de morir de
hambre.
- Sólo los compartiré contigo-dijo el sabio- si me muestras qué lección
has aprendido
Y el príncipe Lapio, que había aprendido lo que el sabio le quería
enseñar, dijo:
- La justicia consiste en compartir lo que tenemos entre todos por
igual.
Entonces el sabio le felicitó y compartió su comida, y esa misma
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
tarde, un barco les recogió de la isla. En su viaje de vuelta, pararon
junto a una montaña, donde un hombre le reconoció como un
príncipe, y le dijo.
- Soy Maxi, jefe de los maxiatos. Por favor, ayudadnos, pues tenemos
un problema con nuestro pueblo vecino, los miniatos . Ambos
compartimos la carne y las verduras, y siempre discutimos cómo
repartirlas.
- Muy fácil,- respondió el príncipe Lapio- Contad cuantos sois en total
y repartid la comida en porciones iguales. - dijo, haciendo uso de lo
aprendido junto al sabio.
Cuando el príncipe dijo aquello se oyeron miles de gritos de júbilo
procedentes de la montaña, al tiempo que apareció un grupo de
hombres enfadadísimos, que liderados por el que había hecho la
pregunta, se abalanzaron sobre el príncipe y le hicieron prisionero. El
príncipe Lapio no entendía nada, hasta que le encerraron en una
celda y le dijeron:
- Habéis intentado matar a nuestro pueblo. Si no resolvéis el
problema mañana al amanecer, quedaréis encerrados para siempre.
Y es que resultaba que los Miniatos eran diminutos y numerosísimos,
mientras que los Maxiatos eran enormes, pero muy pocos. Así que la
solución que había propuesto el príncipe mataría de hambre a los
Maxiatos, a quienes tocarían porciones diminutas.
El príncipe comprendió la situación, y pasó toda la noche pensando. A
la mañana siguiente, cuando le preguntaron, dijo:
- No hagáis partes iguales; repartid la comida en función de lo que
coma cada uno. Que todos den el mismo número de bocados, así
comerán en función de su tamaño.
Tanto los maxiatos como los miniatos quedaron encantados con
aquella solución, y tras hacer una gran fiesta y llenarles de oro y
regalos, dejaron marchar al príncipe Lapio y al sabio. Mientras
andaban, el príncipe comentó:
- He aprendido algo nuevo: no es justo dar lo mismo a todos; lo justo
es repartir, pero teniendo en cuenta las diferentes necesidades de
cada uno. .
Y el sabio sonrió satisfecho. Cerca ya de llegar a palacio, pararon en
una pequeña aldea. Un hombre de aspecto muy pobre les recibió y se
encargó de atenderles en todo, mientras otro de aspecto igualmente
pobre, llamaba la atención tirándose por el suelo para pedir limosna,
y un tercero, con apariencia de ser muy rico, enviaba a dos de sus
sirvientes para que les atendieran en lo que necesitaran. Tan a gusto
estuvo el príncipe allí, que al marchar decidió regalarles todo el oro
que le habían entregado los agradecidos maxiatos. Al oírlo, corrieron
junto al príncipe el hombre pobre, el mendigo alborotador y el rico,
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
cada uno reclamando su parte.
- ¿cómo las repartirás? - preguntó el sabio - los tres son diferentes, y
parece que de ellos quien más oro gasta es el hombre rico...
El príncipe dudó. Era claro lo que decía el sabio: el hombre rico tenía
que mantener a sus sirvientes, era quien más oro gastaba, y quien
mejor les había atendido. Pero el príncipe empezaba a desarrollar el
sentido de la justicia, y había algo que le decía que su anterior
conclusión sobre lo que era justo no era completa.
Finalmente, el príncipe tomó las monedas e hizo tres montones: uno
muy grande, otro mediano, y el último más pequeño, y se los entregó
por ese orden al hombre pobre, al rico, y al mendigo. Y
despidiéndose, marchó con el sabio camino de palacio. Caminaron en
silencio, y al acabar el viaje, junto a la puerta principal, el sabio
preguntó:
- Dime, joven príncipe ¿qué es entonces para ti la justicia?
- Para mí, ser justo es repartir las cosas, teniendo en cuenta las
necesidades, pero también los méritos de cada uno.
- ¿por eso le diste el montón más pequeño al mendigo alborotador? -
preguntó el sabio satisfecho.
- Por eso fue. El montón grande se lo di al pobre hombre que tan bien
nos sirvió: en él se daban a un mismo tiempo la necesidad y el
mérito, pues siendo pobre se esforzó en tratarnos bien. El mediano
fue para el hombre rico, puesto que aunque nos atendió de maravilla,
realmente no tenía gran necesidad. Y el pequeño fue para el mendigo
alborotador porque no hizo nada digno de ser recompensado, pero
por su gran necesidad, también era justo que tuviera algo para poder
vivir.- terminó de explicar el príncipe.
- Creo que llegarás a ser un gran rey, príncipe Lapio concluyó el
anciano sabio, dándole un abrazo.
Y no se equivocó. Desde aquel momento el príncipe se hizo famoso
en todo el reino por su justicia y sabiduría, y todos celebraron su
subida al trono algunos años después. Y así fue como el rey Lapio
llegó a ser recordado como el mejor gobernante que nunca tuvo
aquel reino.

Valor Educativo

Justicia y equidad

Idea y enseñanza principal

Un cuento con tres breves aventuras para explicar en qué consiste la


justicia
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Las semillas

Hubo una vez 4 semillas amigas que llevadas por el viento fueron a
parar a un pequeño claro de la selva. Allí quedaron ocultas en el
suelo, esperando la mejor ocasión para desarrollarse y convertirse en
un precioso árbol.
Pero cuando la primera de aquellas semillas comenzó a germinar,
descubrieron que no sería tarea fácil. Precisamente en aquel pequeño
claro vivía un grupo de monos, y los más pequeños se divertían
arrojando plátanos a cualquier planta que vieran crecer. De esa forma
se divertían, aprendían a lanzar plátanos, y mantenían el claro libre
de vegetación.

Aquella primera semilla se llevó un platanazo de tal calibre, que


quedó casi partida por la mitad. Y cuando contó a las demás amigas
su desgracia, todas estuvieron de acuerdo en que lo mejor sería
esperar sin crecer a que aquel grupo de monos cambiara su
residencia.

Todas, menos una, que pensaba que al menos debía intentarlo. Y


cuando lo intentó, recibió su platanazo, que la dejó doblada por la
mitad. Las demás semillas su unieron para pedirle que dejara de
intentarlo, pero aquella semillita estaba completamente decidida a
convertirse en un árbol, y una y otra vez volvía a intentar crecer. Con
cada nueva ocasión, los pequeños monos pudieron ajustar un poco
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
más su puntería gracias a nuestra pequeña plantita, que volvía a
quedar doblada.

Pero la semillita no se rindió. Con cada nuevo platanazo lo intentaba


con más fuerza, a pesar de que sus compañeras le suplicaban que
dejase de hacerlo y esperase a que no hubiera peligro. Y así, durante
días, semanas y meses, la plantita sufrió el ataque de los monos que
trataban de parar su crecimiento, doblándola siempre por la mitad.
Sólo algunos días conseguía evitar todos los plátanos, pero al día
siguiente, algún otro mono acertaba, y todo volvía a empezar.

Hasta que un día no se dobló. Recibió un platanazo, y luego otro, y


luego otro más, y con ninguno de ellos llegó a doblarse la joven
planta. Y es que había recibido tantos golpes, y se había doblado
tantas veces, que estaba llena de duros nudos y cicatrices que la
hacían crecer y desarrollarse más fuertemente que el resto de
semillas. Así, su fino tronco se fue haciendo más grueso y resistente,
hasta superar el impacto de un plátano. Y para entonces, era ya tan
fuerte, que los pequeños monos no pudieron tampoco arrancar la
plantita con las manos. Y allí continuó, creciendo, creciendo y
creciendo.

Y, gracias a la extraordinaria fuerza de su tronco, pudo seguir


superando todas las dificultades, hasta convertirse en el más
majestuoso árbol de la selva. Mientras, sus compañeras seguían
ocultas en en el suelo. Y seguían como siempre, esperando que
aquellos terroríficos monos abandonaran el lugar, sin saber que
precisamente esos monos eran los únicos capaces de fortalecer sus
troncos a base de platanazos, para prepararlos para todos los
problemas que encontrarían durante su crecimiento.

Valor Educativo

Constancia y tesón. Aprovechar las contrariedades para crecer

EL hipopótamo cantor
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Érase una vez un hipopótamo que vivía en un río, junto a un gran


árbol solitario. Un día, anidó un pájaro en el árbol, y los cantos y el
volar del pájaro despertaron en el hipopótamo tanta envidia que no
podía pensar en otra cosa, lamentándose diariamente por ser un
hipopótamo, a pesar de las palabras del pájaro, que le contaba la
suerte que tenía de ser tan grande y nadar tan bien. Finalmente se
animó a salir del río dispuesto a subir al árbol, encaramarse en una
rama, y ponerse a cantar. Pero al intentar subir al árbol, comprobó
que no tenía alas, ni garras para trepar, ni podía saltar, y al ver que
no conseguía su objetivo, se lanzó rabioso a dar golpes al árbol, hasta
que lo derribó. Entonces, triunfante, se puso sobre las hojas del suelo,
y comenzó a cantar. Pero los hipopótamos tampoco pueden cantar,
así que de su boca salieron horrorosos sonidos, y todos los animales
acudieron a burlarse del hipopótamo envidioso que cantaba posado
en un rama de un árbol que estaba en el suelo. Y pasó tanta
vergüenza, que decidió no volver a lamentar ser hipopótamo, y
arrepentido por haber derribado el árbol, dedicó toda su fuerza a
volver a levantarlo, replantarlo y cuidarlo hasta que se recuperó
totalmente.

Valor Educativo

Evitar la envidia y aceptar las limitaciones naturales viendo sus cosas


positivas

Idea y enseñanza principal

La envidia por lo que otros tienen de


forma natural y no es normal en uno
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

mismo, puede llevar a comportarse de


forma inadecuada.

El cantor de ópera

A la pequeña ciudad de Chiquitrán llegó un día en tren llevando una


gran maleta un tipo curioso. Se llamaba Matito, y tenía una pinta
totalmente corriente; lo que le hacía especial es que todo lo que
hablaba, lo hacía cantando ópera. Daba igual que se tratara de
responder a un breve saludo como "buenos días"; él se aclaraba la
voz y respondía:

- Bueeeeenos diiiiiiias tenga usteeeeeeeed.

Y la verdad, a casi todo el mundo se le hacía bastante pesadito el tal


Matito. Nadie era capaz de sacarle una palabra normal, y como
tampoco se sabía muy bien cómo se ganaba la vida y vivía bastante
humildemente, utilizando siempre su mismo traje viejos de segunda
mano, a menudo le trataban con desprecio, burlándose de sus
cantares, llamándole "don nadie", "pobretón" y "gandul".
Pasaron algunos años, hasta que un día llegó un rumor que se
extendió como un reguero de pólvora por toda la ciudad: Matito había
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
conseguido un papel en una ópera importantísima de la capital, y
todo se llenó con carteles anunciando el evento. Nadie dejó de ver y
escuchar la obra, que fue un gran éxito, y al terminar, para sorpresa
de todos en su ciudad, cuando fue entrevistado por los periodistas,
Matito respondió a sus preguntas muy cortésmente, con una clara y
estupenda voz.

Desde aquel día, Matito dejó de cantar a todas horas, y ya sólo lo


hacía durante sus actuaciones y giras por el mundo. Algunos
suponían por qué había cambiado, pero otros muchos aún no tenían
ni idea y seguían pensando que estaba algo loco. No lo hubieran
hecho de haber visto que lo único que guardaba en su gran maleta
era una piedra con un mensaje tallado a mano que decía: "Practica,
hijo, practica cada segundo, que nunca se sabe cuándo tendrás tu
oportunidad", y de haber sabido que pudo actuar en aquella ópera
sólo porque el director le oyó mientras compraba un vulgar periódico.

Valor Educativo

Constancia y confianza.

Idea y enseñanza principal

El éxito es resultado del trabajo duro y del esfuerzo constante por


seguir mejorando

Jugando con el Sol


Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Había una vez un bosque en que todos los animales jugaban felices y
contentos. Tanto que el sol que los veía quiso jugar con ellos. Estos le
dejaron jugar, pero cuando el sol bajó del cielo y se acercó al bosque,
ninguno podía resistir el calor y todos huyeron a esconderse.

Entonces, el sol volvió a subir junto a las nubes, pero estaba tan triste
que ya no quería salir a iluminar nada, y sin el sol, todo se fue
apagando, y el precioso bosque y sus animales también. Los
animales, sabiendo la causa que apenaba al sol, se reunieron a
pensar en formas de alegrarle, hasta que alguien propuso jugar con él
de noche, cuando ya no quema, y así evitar sus rayos. Y así lo
hicieron.
Todos tuvieron que hacer un gran esfuerzo para descansar más
durante el día y poder jugar por la noche, pero tenían tantas ganas de
alegrar a su amigo el sol, que nadie puso ninguna pega, y la luz y la
alegría volvieron al bosque y al resto del mundo.

Nota: este cuento no tiene un único autor. Es uno de los maravillosos


cuentos creados por cada uno de los grupos del "Taller de Cuentos
Creativos" que he dirigido esta tarde en el colegio Tajamar de Madrid.
Quiero dar las gracias a todos los que han participado, porque ha sido
una experiencia divertida y enriquecedora.

Valor Educativo

Compañerismo y comprensión

Idea y enseñanza principal

Buscar la alegría de todos y cada uno


es la base del buen compañerismo.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

La hadita de las almohadas

Hace mucho tiempo, miles de niños en el mundo no sabían distinguir


qué estaba bien o mal. Eran capaces de pegar a su hermano
pensando que aquello estaba bien hecho, o de estar arrepentidísimos
por haber estado ayudando a mamá o haber recogido la habitación.
Las hadas se pasaban todo el día explicando qué estaba bien o mal, y
resultaba un trabajo tremendamente cansado y aburrido.

Chispa, una hadita divertida, pensó que alguna forma mejor tendría
que haber de enseñar aquellas cosas, y se le ocurrió inventar una
almohada parlanchina para Alicia, su niña favorita.

Al acostarse, la almohada preguntaba a la niña:


- Dime, niña ¿qué cosas has hecho hoy?

Y según Alicia le contaba cosas malas, comenzaba a hacer ruiditos


molestos, y le salían bultos redondos e incómodos, de forma que la
niña apenas podía dormir. Pero si contaba cosas buenas, la almohada
parlanchina ronroneaba, le daba las buenas noches, y terminaba
tocando una dulce y suave música hasta el día siguiente.
En muy poco tiempo, Alicia aprendió cómo hacer que su almohada
tocara música todos los días, y la hadita Chispa decidió utilizar la
almohada con otra niñita que le daba mucho trabajo. Al principio,
Alicia tuvo miedo de olvidar qué estaba bien, pero recordó las
palabras que oía cada noche, y se dijo a sí misma.
" A ver, Alicia ¿qué has hecho hoy?"

Entonces, descubrió con agrado que ella misma sabía qué cosas
había hecho bien o mal, y se dormía estupendamente cuando había
sido buena. Y como con la almohada, le costaba dormir si había hecho
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
algo mal, y sólo se quedaba tranquila cuando se prometía arreglar
todas sus faltas al día siguiente.

Valor Educativo

Formar la conciencia

Idea y enseñanza principal

Repasar las cosas hechas durante el día es una gran ayuda para formar
la conciencia

Veloces caracoles
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

-¡Buenos, días, señoras y señores caracoles! ¡Les habla Mac Caracola,


su comentarista favorito, desde el gran estadio de carreras de
caracoles, el huerto de lechugas de la tía Pepa! Hoy nos espera una
jornada inolvidable, donde el gran Caracolito tratará de batir por
quinta vez su récord mundial de velocidad... Ahí le tenemos, entrando
a la pista, y haciendo sus famosos ejercicios de calentamiento... Los
participantes se dirigen hacia la salida, ¡y comienza la carrera!...
Como siempre, Caracolisto toma unos centímetros de ventaja y
continúa distanciándose de sus perseguidores... su progresión es
espectacular, ha tardado menos de diez minutos en recorrer el primer
metro y se dirige a cruzar la línea de meta en solitario... ¡un
momento! ¿qué es eso?!
.......
¡Atención, señores espectadores!, les habla el servicio de
emergencias por la megafonía... ¡Tenemos una emergencia, un pájaro
ha entrado en el huerto de la tía Pepa! Corran todos a esconderse
bajo la hoja de la lechuga más cercana.. repetimos, ¡corran a
esconderse bajo la hoja de lechuga más cercana!
.......

ssshhhh.......hola, curiosos espectadores, soy Mac Caracola,


retransmitiendo en susurros la emergencia, en directo bajo una hoja
de lechuga. Prácticamente todos los caracoles están a salvo, pero
¡Caracolisto continúa en la pista! Parece muy confiado en que su gran
velocidad le permita escapar... ahí le ven, saludando a las cámaras
con gesto sonriente, empeñado en batir su récord... ¡¡oh, no!!

Señoras y señores, ha ocurrido una gran desgracia. Los increíbles


reflejos y velocidad de Caracolisto no han servido de nada para
escapar de un pájaro que volaba a velocidad de vértigo. Es una gran
tragedia para el deporte caracolil. Aún podemos ver sobre nuestras
antenas cómo el pájaro lleva a nuestro campeón entre sus garras...
¡un momento, lo ha dejado escapar! Caracolisto está cayendo...
¡increíble! ¡ha caído aquí mismo! ¡¡corre, corre campeón, ven a
esconderte!!
......
¡espectacular, amigos espectadores! nos hemos mantenido en
silencio durante algunos minutos, pero han podido ver en riguroso
directo la increíble aventura de Caracolisto y cómo por milímetros ha
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
escapado de una muerte segura. ¡Enhorabuena, campeón! ¿Tienes
alguna palabra para quienes nos están viendo?

- Sí amigo, Mac Tengo un susto de muerte, y sólo por no haberme


dado cuenta de que aunque fuera el más rápido nunca podría igualar
la velocidad de un pájaro. Menuda suerte he tenido, la verdad, me he
roto un poco el caparazón, pero.. ¡he aprendido una buena lección de
humildad!

- Así es, Caracolisto. Esperemos que todos los que nos han visto
hayan aprendido que ser buenos en algo no nos hace invulnerables...
Bien amigos, aquí termina nuestra retransmisión, esperamos que
hayan disfrutado de este histórico momento, y no olviden tomar ....
¡Lechugas Tomasa, de la huerta, a su casa!

Valor Educativo

Humildad

Elementos principales

Idea y enseñanza principal

El ser los mejores en algo no nos hace invulnerables o mejores como


personas. Lo que nos hace mejores es el uso que hacemos de esos
dones

La joven del bello rostro


Bautista Mejía, Pamela Vanessa
Había una vez una joven de origen humilde, pero increíblemente
hermosa, famosa en toda la comarca por su belleza. Ella, conociendo
bien cuánto la querían los jóvenes del reino, rechazaba a todos sus
pretendientes, esperando la llegada de algún apuesto príncipe. Este
no tardó en aparecer, y nada más verla, se enamoró perdidamente de
ella y la colmó de halagos y regalos. La boda fue grandiosa, y todos
comentaban que hacían una pareja perfecta.

Pero cuando el brillo de los regalos y las fiestas se fueron apagando,


la joven princesa descubrió que su guapo marido no era tan
maravilloso como ella esperaba: se comportaba como un tirano con
su pueblo, alardeaba de su esposa como de un trofeo de caza y era
egoísta y mezquino. Cuando comprobó que todo en su marido era una
falsa apariencia, no dudó en decírselo a la cara, pero él le respondió
de forma similar, recordándole que sólo la había elegido por su
belleza, y que ella misma podía haber elegido a otros muchos antes
que a él, de no haberse dajado llevar por su ambición y sus ganas de
vivir en un palacio.

La princesa lloró durante días, comprendiendo la verdad de las


palabras de su cruel marido. Y se acordaba de tantos jóvenes
honrados y bondadosos a quienes había rechazado sólo por
convertirse en una princesa. Dispuesta a enmendar su error, la
princesa trató de huir de palacio, pero el príncipe no lo consintió, pues
a todos hablaba de la extraordinaria belleza de su esposa,
aumentando con ellos su fama de hombre excepcional. Tantos
intentos hizo la princesa por escapar, que acabó encerrada y
custodiada por guardias constantemente.

Uno de aquellos guardias sentía lástima por la princesa, y en sus


encierros trataba de animarle y darle conversación, de forma que con
el paso del tiempo se fueron haciendo buenos amigos. Tanta
confianza llegaron a tener, que un día la princesa pidió a su guardián
que la dejara escapar. Pero el soldado, que debía lealtad y obediencia
a su rey, no accedió a la petición de la princesa. Sin embargo, le
respondió diciendo:

- Si tanto queréis huir de aquí, yo sé la forma de hacerlo, pero


requerirá de un gran sacrificio por vuestra parte.

Ella estuvo de acuerdo, confirmando que estaba dispuesta a cualquier


cosa, y el soldado prosiguió:

- El príncipe sólo os quiere por vuestra belleza. Si os desfiguráis el


rostro, os enviará lejos de palacio, para que nadie pueda veros, y
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
borrará cualquier rastro de vuestra presencia. Él es así de ruin y
miserable.

La princesa respondió diciendo:

- ¿Desfigurarme? ¿Y a dónde iré? ¿Que será de mí, si mi belleza es lo


único que tengo? ¿Quién querrá saber nada de una mujer
horriblemente fea e inútil como yo?
- Yo lo haré - respondió seguro el soldado, que de su trato diario con
la princesa había terminado enamorándose de ella - Para mí sois aún
más bella por dentro que por fuera.

Y entonces la princesa comprendió que también amaba a aquel


sencillo y honrado soldado. Con lágrimas en los ojos, tomó la mano de
su guardián, y empuñando juntos una daga, trazaron sobre su rostro
dos largos y profundos cortes...

Cuando el príncipe contempló el rostro de su esposa, todo sucedió


como el guardían había previsto. La hizo enviar tan lejos como pudo,
y se inventó una trágica historia sobre la muerte de la princesa que le
hizo aún más popular entre la gente.

Y así, desfigurada y libre, la joven del bello rostro pudo por fin ser feliz
junto a aquel sencillo y leal soldado, el único que al verla no apartaba
la mirada, pues a través de su rostro encontraba siempre el camino
hacia su corazón.

Valor Educativo

Evitar la superficialidad

Elementos principales

Idea y enseñanza principal

No debemos apreciar las personas por su apariencia, sino por su


verdadera personalidad.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

El origen de la felicidad

Había una vez un niño que era muy feliz, , aunque no tenía muchos
juguetes ni dinero. Él decía que lo que le hacía feliz era hacer cosas
por los demás, y que eso le daba una sensación genial en su interior.
Pero realmente nadie le creía, y pensaban que no andaba muy bien
de la cabeza. Dedicaba todo el día a ayudar a los demás, a dar
limosna y ayuda a los más pobres, a cuidar de los animales, y raras
veces hacía nada para sí mismo.
Un día conoció a un famoso médico al que extrañó tanto su caso, que
decidió investigarlo, y con un complejo sistema de cámaras y tubos,
pudo grabar lo que ocurría en su interior. Lo que descubrieron fue
sorprendente: cada vez que hacía algo bueno, un millar de angelitos
diminutos aparecían para hacerle cosquillas justo en el corazón.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
Aquello explicó la felicidad del niño, pero el médico siguió estudiando
hasta descubrir que todos tenemos ese millar de angelitos en nuestro
interior. La pena es que como hacemos tan pocas cosas buenas,
andan todos aburridos haciendo el vago.
Y así se descubrió en qué consiste la felicidad, y gracias a ese niño
todos sabemos qué hay que hacer para llegar a sentir cosquillitas en
el corazón.

Valor Educativo

Bondad y caridad

Elementos principales

Idea y enseñanza principal

Explicar de forma comprensible para los niños la alegría y satisfacción


que dan las buenas acciones

El felicímetro

Dani estaba muy disgustado con Papá Noel. Era un niño muy bueno,
pero le molestaba tremendamente ver que casi todos los años
muchos otros niños, claramente más malos, recibían más juguetes
por Navidad. Y fueron tantas sus quejas, que una noche el propio
Papá Noel apareció con el trineo en su habitación, y le llevó con él al
Polo Norte.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
- Quiero enseñarte el mayor de los secretos -le dijo Papá Noel-. Si
vienes te mostraré cómo decidimos cuántos juguetes recibe cada
niño en Navidad.

Cuando llegaron, Santa Claus le mostró algunos raros artilugios,


mientras le explicaba:

- Esto fue nuestro primer medidor de juguetes. Era una balanza, y los
juguetes se regalaban por peso. Dejamos de usarlo cuando un niño
recibió tantos globos que al explotar derrumbaron las paredes de su
casa.
- Ese otro con forma de molde se llamaba "igualator". Servía para
asegurarnos de que todos los niños recibieran los mismos juguetes,
pero como luego no tenía gracia cambiarlos con otros niños, nadie los
quería... Puf, casi me quedo sin trabajo, hubo un año que apenas
recibí unas pocas cartas y tuvimos que cambiarlo a toda prisa...

Y así fue hablando de los inventos que habían utilizado; algunos


realmente ridículos, otros un poco simplones, hasta que finalmente
dijo:

- .. pero todo se arregló con este invento, y desde entonces cada año
recibo muchos más millones de cartas que el anterior. Se llama
Felicímetro, y sirve para medir la felicidad de los niños. Cuando
visitamos un niño, ponemos en el felicímetro todo lo que tiene, y
automáticamente nos dice los mejores regalos para él.
- Pues debe estar estropeado, a mí siempre me tocan pocos
regalos...- protestó el niño.
- ¡Qué va! funciona perfectamente. Los niños que como tú tienen
muchos amigos, unos papás y hermanos que les quieren mucho, son
generosos y no buscan la felicidad en las cosas tienen miles de
puntos en el felicímetro, y regalarles muchos juguetes sólo podría
bajárselos. Sin embargo, los niños que están más solos, o cuyos
papás les hacen menos caso, o que no tienen hermanos ni amigos,
tienen tan pocos puntos que da igual cuántos regalos añadamos al
felicímetro: nunca pasan de la mitad... ése es el gran secreto del
felicímetro: reciben más quienes de verdad menos tienen.

Como no parecía terminar de creerlo, aquella Navidad Dani acompañó


a Santa Claus en su trineo llevando el felicímetro, comprobando él
mismo cómo quienes más regalos recibían eran los menos felices de
todos. Y no pudo evitar llorar cuando vieron un niño muy rico pero
muy triste, que después de haber abierto cien regalos, pasó la noche
solitario en su habitación...
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
Y sintió tanta pena por esos niños, que ya nunca más volvió a envidiar
sus regalos y sus cosas, y se esforzó cada día por hacerles llegar a
aquellos niños una pequeña parte de su gran felicidad.

Valor Educativo

Moderación y evitar la envidia con los regalos

Elementos principales

Idea y enseñanza principal

Muchos de los que aparentemente más tienen son quienes menos


tienen, así que no merecen envidia sus excesos.

Popí el alpinista
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

Popi el alpinista era famoso por sus intentos de escalar la gran


montaña nevada. Lo había intentado al menos 30 veces, pero
siempre había fracasado. Comenzaba la ascensión a buen ritmo, con
la vista puesta en la nieve de la cima, pensando en la maravillosa
vista y aquel sentimiento de libertad. Pero a medida que las fuerzas le
fallaban, bajaba los ojos, y miraba más a menudo sus desgastadas
botas, y finalmente, cuando las nubes le rodeaban, y comprendía que
ese día no podría disfrutar de la vista, se sentaba a descansar,
aliviado, para comenzar el descenso de vuelta al pueblo, pensando en
las bromas que tendría que volver a soportar.

Una de aquellas veces subió acompañado por el viejo Chisco, el


óptico del pueblo, que fue testigo del fracaso. Fue el propio Chisco
quien más animó a Popi para volver a intentarlo, y le regaló unas
gafas oscuras especiales; "si comienza a nublarse, ponte estas gafas,
y si comenzar a dolerte los pies, póntelas también; son especiales, te
ayudarán".
Popi aceptó el regalo sin darle importancia, pero cuando volvió a
sentir el dolor en los pies, lo recordó se puso las gafas. El dolor era
muy molesto, pero a través de los cristales podía seguir viendo la
cumbre nevada, así que siguió avanzando. Como casi siempre, la
mala suerte volvió a aparecer en forma de nubes, pero esta vez eran
tan ligeras que podía seguir viendo la cumbre a través de las nubes.
Así siguió Popi escalando, dejó atrás las nubes, olvidó sus dolores y
llegó al fin a la cima. Merecía la pena. Su sensación de triunfo fue
incomparable, casi tanto como aquella maravillosa vista, custodiada
por el silencio y con la montaña rodeada de un denso mar de nubes.
Popi no recordaba que fueran tan espesas; entonces miró las gafas
cuidadosamente, y lo comprendió todo: Chisco había grabado una
difusa imagen en los cristales con la forma de la cumbre nevada, que
sólo podía percibirse al dirigir los ojos hacia arriba. Chisco había
comprendido que en cuanto Popi perdía de vista su objetivo, se
dejaba llevar y perdía la ilusión por seguir subiendo.
Bautista Mejía, Pamela Vanessa
Comprendió entonces que el único obstáculo para llegar a la cima
había sido su desánimo, el dejar que la imagen de la montaña
desapareciera entre los problemas, y agradeció a Chisco que
mediante un engaño le hubiera hecho ver que sus objetivos no eran
imposibles, y que nunca se habían movido de su sitio.

Idea y enseñanza principal

Muchas veces se abandonan las cosas ante las primeras dificultades por
perder de vista lo importante de nuestros objetivos finales.

Valor Educativo

Motivación y sacrificio

GRACIAS POR ACOMPAÑARME Y


ESPERO QUE LES HALLA GUSTADO
LA RECOPILAIÓN DE MIS CUENTOS
Bautista Mejía, Pamela Vanessa

R.P

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