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¿Sabes silbar?

Bartolomé Garelli era un pobre muchacho


que no tenía casi ninguno de los derechos
fundamentales de cualquier persona. Don
Bosco no sólo le ofrece medios materiales
para que se desarrolle, sino que le ofrece
amistad, afecto, ayuda, alegría...

1. Índice de Calidad de vida


Teniendo en cuenta las áreas que figuran
a continuación hallar el índice de Calidad
de Vida de Bartolomé Garelli. (Una forma
fácil consiste en valorar el grado de satis-
facción de 1 a 10 en los apartados que fi-
guran a continuación. Al final sacad la nota
media).
¿En que aspectos mejoró la vida de
Bartolomé Garelli a partir del encuentro con
Don Bosco?
. Salud
· Alimentación
. Relaciones familiares
. Vivienda
. Estudios o trabajo
. Amistad y relaciones afectivas
. Seguridad personal y social
. Religión
. Acceso a médico y medicinas
. Ocio y Tiempo Libre

2. En más de 130 países


Don Bosco inició un camino en favor de
niños y jóvenes. Los salesianos continúan
hoy, en más de 130 países, la labor que
inició Don Bosco con Bartolomé Garelli.
Hoy aún queda mucho camino por reco-
rrer: Niños explotados en las minas; niños
picapedrero; niños obligados ser soldados;
prostitución de menores y explotación
sexual; niños alquilados; niños mendigos;
niños y niñas que fabrican productos de
todo a 0'60...
Investigad sobre las formas de explotación
laboral infantil y las ayudan que reciben los
niños y niñas. De cada una de ellas puede
nacer un micro-relato.
Buscad imágenes de niños que esperan
ayuda para recuperar sus derechos. Orga-
nizad estas imágenes. Haced un mural o
una presentación en power point.
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Bartolomé Garelli
En seguida me encontré con una bandada de - ¿Sabes leer y escribir ?
jovenes que me acompañaban por calles y pla- - No sé nada.
zas hasta la misma sacristía de la iglesia. Pero - ¿Sabes cantar? -el chaval enjugándose los ojos,
no podía cuidarme de ellos por falta de local. me miró fijamente a la cara, casi maravillado y
Un encuentro me ofreció la ocasión para inten- respondió: -No
tar llevar a la práctica un proyecto en favor de - ¿Sabes silbar? - Bartolomé se echó a reír. Eso
los jóvenes errantes por las calles de la ciudad, era lo que yo quería. Comenzábamos a ser
especialmente de los salidos de las cárceles. amigos.
El día de la Inmaculada Concepción de María, - ¿Has hecho ya la primera comunión ?
el 8 de diciembre de 1841, estaba - Todavía no.
revistiéndome de los ornamentos para celebrar - ¿Te has confesado?
la santa misa. El sacristán José Comotti, al ver - Sí, cuando era pequeño.
un jovencito en un rincón, le invitó a que me - Y ahora, ¿vas al catecismo?
ayudara la misa. - No me atrevo.
- No sé hacerlo, -respondió él, muy avergonza- - ¿Por qué?
do. - Porque, los compañeros pequeños saben el
- Ven -dijo el otro-, tienes que ayudar. catecismo, y yo, tan mayor, no sé nada. Por
- No sé -contestó el jovencito-; no lo he hecho eso tengo vergüenza de ir a la catequesis.
nunca. - Y si yo te diera catecismo aparte, ¿vendrías?
- Eres un animal -Ie dijo el sacristán muy furioso- - Vendría con mucho gusto.
. Si no sabes ayudar, ¿a qué vienes aquí?- Aga- - ¿Te gustaría que fuese aquí mismo?
rró el mango del plumero y la emprendió a - Vendría con gusto, siempre que no me pega-
golpes contra las espaldas y la cabeza del po- sen.
bre chico. - Estate tranquilo, nadie te tocará: serás ami-
- Pero ¿qué haces? -grité yo en alta voz-. ¿Por go mío y tendrás que vértelas sólo conmigo.
qué le pegas de ese modo? ¿Cuándo quieres que empecemos nuestro ca-
- ¿A qué viene a la sacristía si no sabe ayudar a tecismo?
misa? - Cuando le plazca.
- Haces mal. - ¿Esta tarde?
- ¿Y a usted qué le importa? - Sí.
- Me importa mucho; se trata de un amigo mío; - ¿Quieres ahora mismo?
llámalo en seguida, que voy a hablar con él. - Pues sí, ahora mismo; con mucho gusto.
Llegó temblando y llorando el pobre chico por Me levanté e hice la señal de la cruz para em-
los palos recibidos. pezar, pero mi alumno no la hacía porque no
- ¿Has oído ya misa?- le dije con la mayor ama- sabía hacerla. En aquella primera lección me
bilidad que pude. entretuve en enseñarle a hacer la señal de la
- No- respondió. cruz y en darle a conocer a Dios creador y el
- Ven y la oirás; después querría hablarte de un fin para que nos creó. ( )
negocio que te va a gustar . A este primer alumno se unieron otros; duran-
Accedió sin mayor dificultad. Era mi deseo qui- te aquel invierno me limité a algunos mayorci-
tarle la mala impresión recibida del sacristán. tos que necesitaban una catequesis especial y,
Celebrada la santa misa y terminada la acción sobre todo, a los que salían de las cárceles.
de gracias, llamé al muchacho asegurándole Entonces palpé por mí mismo que si los jóve-
que no tenía por qué temer más palos, con la nes salidos de lugares de castigo encontraban
cara sonriente empecé a preguntarle como si- una mano bienhechora que se preocupara de
gue: ellos, les asistiera en los días festivos, les busca-
- Amigo, ¿cómo te llamas? ra colocación con buenos patronos y les visita-
- Bartolomé Garelli. ra durante la semana, estos jóvenes se daban a
- ¿De qué pueblo eres? una vida honrada, olvidaban el pasado y resul-
- De Asti. taban, al fin, buenos cristianos y honrados ciu-
- ¿Vive tu padre? dadanos. Este es el origen de nuestro Orato-
- No; murió ya. rio, que, con la bendición del Señor, tomó tal
- ¿Y tu madre? incremento como yo nunca hubiera podido
- También murió. imaginar.
- ¿Cuántos años tienes?
Memorias del Oratorio nº 40
- Dieciséis.
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