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Razones de Alfredo Harp para que


mexicanos celebremos Bicentenario. Con
Ciro Gómez Leyva
1 de Septiembre, 2010

En el espacio de Ciro Gómez Leyva, el periodista compartió la lectura de una


carta enviada por el empresario Alfredo Harp Helú, sobre las muchas
razones que ve para festejar nuestro Bicentenario y a nuestro país en
general.

Razones para festejar a México

Alfredo Harp Helú

Septiembre 2010
Archivo

Los mexicanos tenemos miles de razones para festejar el bicentenario de la


Independencia y el centenario de la Revolución. Sinceramente, no se trata
de lanzar fuegos pirotécnicos al aire en una noche estrellada o lluviosa, sino participar activamente en la transformación del país que todos
deseamos.

Los mexicanos tenemos memoria, aprendemos de nuestros errores y, aunque volvamos a repetirlos, seguimos aprendiendo. Sí, es verdad,
hay cosas del país que duelen y producen una tristeza profunda, pero recordemos que México ha vivido momentos duros y difíciles y ha
logrado darle la vuelta a la tortilla. ¿Qué no podría darle otro giro una vez más?... Pero ese giro no se da por sí mismo, requiere de
mexicanos dispuestos y comprometidos a voltear la masa del comal.

Los motivos de celebración pueden ser infinitamente más numerosos a los que expongo y es posible que una gran mayoría esté de
acuerdo conmigo y hasta los complementen. Mirar hacia el futuro con pasos firmes es posible con la participación de todos los mexicanos.
Si no, nos limitaremos a juzgar y a vivir la incertidumbre.

México es un país libre, con historia, es también nuestro hogar y el de nuestras familias y amigos. No hay como llegar a casa, sentir el olor
a comida recién hecha y que te reciban con un plato de sopa caldosa. Que llame tu cuate sólo para preguntarte cómo te sientes.

Estas son buenas razones para festejar porque a pesar de sus problemas, como México no hay dos. Nuestro país promete y está lleno de
esperanza. Y si alguien piensa que es falso, pregúntense: ¿a quién no se le enchina la piel cuando está rodeado de muchos mexicanos y
entonamos el himno nacional?... también reflexionen ¿dónde llevamos el "¡Viva México!"?....

La abrumadora mayoría de los mexicanos nos levantamos para trabajar por un país más justo, productivo y amable. Sabemos que no hay
nada como la marchanta de un mercado o un taco de frijoles refritos, que el verdadero milagro es el fervor del pueblo hacia la Virgen de
Guadalupe y que el anciano más venerado es el ahuehuete del Tule; nos tranquiliza la bendición de nuestra madre y la oración que

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hacemos cada noche con nuestros hijos; motiva abrir la cortina de un negocio y ver a los niños con su uniforme rumbo al colegio. Sabemos
que la mejor forma de decirle a una mujer cuánto la amas es con un trío y que la dama más dichosa es la que despierta con una serenata
de mariachis. Los mexicanos siempre hemos estado juntos en los lanzamientos de Fernando Valenzuela, así como en los goles de Hugo
Sánchez y el Chicharito Hernández, llevamos colgadas las medallas obtenidas en los juegos olímpicos y la voz de Pedro Infante es
también la nuestra.

Para quienes comparten mi sentir, el país más bello del mundo es México y tenemos razón: Taxco merece una visita apasionada; el
asombro se encuentra en las momias de Guanajuato; las ballenas grises de Baja California nos hacen sentir pequeños; el color rojo más
intenso está en el brillo de la Sierra Tarahumara; el Mar de Cortés es realmente el acuario del mundo; las preguntas comienzan ante una
cabeza Olmeca de Tabasco y Veracruz; una vista aérea de la Mixteca parece un cuadro de Francisco Toledo; de norte a sur florecen
poetas; Coatlicue provoca simultáneamente horror y admiración de su belleza; las piezas de barro del Museo de Antropología parecen
salidas de los hornos de los alfareros actuales; no hay playas más hermosas que las de las costas mexicanas; las ciudades virreinales
fueron coloreadas por sus canteras; la voz de los ancestros se escucha desde Paquimé, pasando por Tzintzuntzan, Monte Albán hasta
Calakmul; verdaderamente Cuernavaca es la ciudad de la eterna primavera; las tumbas mayas reflejan la grandeza de nuestro país; los
mejores alcatraces son los de Diego Rivera; las ciudades mineras resaltan por su caótica urbanización ordenada; la mejor cobija es una
ceiba de la selva lacandona y los atardeceres parecen pintados por Rufino Tamayo.

México, además de su hermosura, tiene un alma que palpita y que se refleja en nuestra solidaridad en cada colecta de la Cruz Roja; en los
bebés mixes que llevan una flauta en la boca antes de caminar; en las grandes letras que hemos heredado; en el estado de Oaxaca que
se hablan más lenguas que en el continente europeo; en la geografía que nos ha brindado una de las mayores biodiversidades del mundo;
en los empresarios mexicanos que compiten internacionalmente y ofrecen millones de empleos; en que la Universidad Nacional Autónoma
de México recibe diariamente a cerca de 300,000 alumnos y junto con el Instituto Politécnico Nacional y otras instituciones educativas
fomentan la investigación científica en nuestro país; en que los institutos nacionales de salud son de los mejores del mundo; en saber que
los Lasallistas, Maristas y Jesuitas llevan más de 100 años educando a niños y jóvenes mexicanos; en que el aroma más sugestivo es una
cazuela de mole hirviendo.y así, podríamos pasar horas enumerando las emociones que nos regala cada rincón de la República Mexicana.

Hay demasiadas razones para festejar y la celebración consiste en saber que tenemos mucho por hacer, que vale la pena trabajar por
México activa y permanentemente en la construcción del futuro. Se trata de ejercer un compromiso voluntario y personal, sin acarreados.
Cada uno tiene una función importante y las voces internas saben bien cómo lograrlo. La multiplicación es mayor que la suma, de ahí la
necesidad de unir voluntades. Recordemos que somos mayoría los mexicanos que compartimos estos deseos.

Las responsabilidades son innumerables. No sólo señales culpables, busca soluciones, actúa, ejerce tu voto y evita actos de corrupción.
Cada uno podemos y debemos ayudar a lograr el cambio. ¿No crees que es necesario comunicar a tus hijos los valores y aprender de
aquellos que tienen otra cultura, una lengua distinta y tradiciones diferentes?..., ¿no sería más productivo destacar las virtudes de México
que pasarnos la vida quejando?... Si no conoces tu pasado y tu país no podrás llegar lejos. Es importante participar en las actividades
culturales que fomenten la convivencia social, recreativa y deportiva. Acciones pequeñas también transforman nuestro entorno, hagamos
algo más que separar basura; sembremos árboles y ahorremos agua y energía. La participación de la sociedad civil es vital para lograr
nuestros deseos. No podemos olvidar que la base de nuestra economía sea la pequeña y mediana empresa, ya que son las mayores
empleadoras. Apoya para que los avances tecnológicos permitan que ningún mexicano prescinda de la educación media superior y
superior, así como programas que prevengan las adicciones. Exijamos policías y autoridades eficientes y honestas. Valoremos la labor del
ejército y la marina de México.

Hay mucho por hacer, nuestro país requiere del talento de sus ciudadanos. El tiempo corre y es hora de ponernos a trabajar con metas a
corto plazo.

¡Esta sí es una manera de celebrar a nuestro querido México!

Escuchar

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Con Ciro Gómez Leyva da lectura a carta de Alfredo Harp Helú. Mexicanos debemos celebrar el Bicentenario

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