Durante los siglos XIV, XV y XVI, las asuntos políticos, económicos y
sociales se transformaron de manera abrupta. Las revoluciones ideológicas abrieron paso a una serie de cambios “modernos” en donde la industria y el comercio constituyeron por primera vez en la historia la base para la sociedad y la construcción de la nación. Los avances en la tecnología dieron paso para que se descubrieran nuevas rutas de comercio en Europa y América, dándose una producción de metales preciosos que no se había visto jamás. Esto dio origen a la “revolución de los precios” en 1550-1650, que después se convertiría en un sistema mercantil que tenía como base una economía monetaria y el surgimiento de los estados- naciones. Se crea el concepto de dinero como una forma de riqueza que era más fácilmente intercambiable, y su fácil circulación tenía una enorme importancia como estímulo de la actividad política. En este momento, se da una clase mercantil cuyo propósito es el de la vigilancia del comercio exterior, y se crean los reglamentos en donde se fijan los precios, las condiciones de venta, de salarios, la elaboración y calidad de artículos, etc. El comercio exterior empieza a crecer gracias a que en Europa, al no tener minas de oro y plata, la única manera de acumular riquezas era el de la exportación (principalmente) e importación. Se crearon una serie de reglas que fomentaban la balanza de comercio favorable como los derechos de importación prohibitivos, derechos de exportación, la anulación de los impedimentos para el libre movimiento del comercio, se dieron subsidios a la navegación, se fijaron precios de salario y del producto, etc., convirtiendo al estado en la unidad económica natural. Desgraciadamente, la importancia de los intereses agrícolas disminuyó en gran medida, impulsando la clase de comerciantes y negociantes. La economía se secularizó, la riqueza artificial predominó sobre la natural y se defendió el bienestar material y el interés sobre todas las cosas. Sin embargo, al ayudar a la expansión económica nacional, el mercantilismo empezó a desintegrarse porque se descubrió que las regulaciones estatales les impedían hacer muchas más cosas con su capital, he hicieron una reestructuración política que acabó con la era del mercantilismo.