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.- Levántate de la cama con una actitud positiva.

El sueño tras la llamada del despertador es un estímulo depresor que poco a poco va desapareciendo a medida

que vamos despertando. El cuerpo necesita al menos media hora para activarse de nuevo y estar lúcido. Dedica

esa media hora a las rutinas mañaneras (ducharse, desayunar, etc.) Cuando termines, tu cuerpo ya ha

despertado y es el momento de conversar con tu compañero de piso, pareja, padres, etc. Antes supondría un

gran esfuerzo y seguramente nos pondríamos de mal humor ante la petición de otra persona o ante preguntas

que no estamos en disposición de responder o de analizar recién despertados. Media hora después ya

podremos interactuar correctamente. Esto también es un truco para comenzar la jornada de buen humor y no

disgustado por la primera discusión del día. Date un tiempo de reacción e informa a los demás de la necesidad

de tomártelo, así no habrá exigencias ni preguntas ni peticiones de buena mañana.

2.- Planificación.

Si eres una persona muy ocupada y las tareas hace que tus días sean agobiantes desde primera hora, un truco

sería realizar un organigrama la noche anterior. Dedica unos minutos a apuntar en un papel cual serán las

tareas a realizar al día siguiente, el tiempo que necesitarás y el orden en que las realizarás. Utiliza tu agenda

para consultar y apuntar. Recuerda que tendrás que mezclar tareas laborales y académicas con otras facetas

(compras, médicos, etc.) Si dedicas ese tiempo a organizar el día siguiente, cuando te levantes por la mañana

será un trabajo anticipado y sólo tendrás que releer el listado de tareas y seguirlo tal cual a lo largo del día. Así

evitas agobios y prisas innecesarias. Recuerda que no siempre todo sale según lo previsto, tendrás que tener

capacidad para reorganizarte sobre la marcha. También tu mente queda liberada, al no tener que retener

información y temas pendientes, el estrés que provoca el miedo a olvidarte es contraproducente y te arruinará

el día. Vistazos de vez en cuando a las tareas pendientes te harán estar más tranquilo (a) y organizado(a)

3.-Mucha calma.

Levántate unos minutos antes para que tu aseo personal y el desayuno no sea una carrera de obstáculos, Si

llegas tarde y te duchas corriendo y no desayunas, tu cuerpo responderá de mala gana y le estarás pidiendo

que use una energía que no tiene. Al comenzar el día el cuerpo necesita reponerse debido al desgaste del

sueño, lleva muchas horas sin comer y para reactivarse necesitará nutrientes y vitaminas. Ya sea en casa o al

llegar al trabajo necesitas desayunar bien para poder continuar en positivo. Si no lo haces, la falta de azúcares

y nutrientes harán que tu estado de ánimo decaiga ante cualquier contratiempo.

4.- Alégrate de la rutina diaria,


Eres un privilegiado (a) por poder tener esto que repites todas las mañanas. Es muy fácil que te aburras de

hacer lo mismo de lunes a viernes y que levantarte suponga un esfuerzo enorme. Seguramente que tus

pensamientos al acostarte y al levantarte al día siguiente son negativos, tipo: “mañana a madrugar”, “estoy

harto”, “que sueño tengo”, “cada día lo llevo peor”, etc. Recuerda que los pensamientos pueden hacer que tu

estado de ánimo varíe. Esfuérzate por cambiar estos pensamientos y repetir todos los días pensamientos en

positivo del tipo: “Que bien que tengo trabajo”, “soy un privilegiado por ello”, “levantarme cada día indica que

estoy vivo y activo”, “el sábado iré a nadar y al cine”, “ a mediodía comeré con mi amiga(o)”, etc.

5.- Llega a tu lugar de trabajo con una actitud positiva.

Saluda a los compañeros y deséales un buen día. Poneros al día de los últimos acontecimientos del fin de

semana o del día anterior. Aprender a reíros de vosotros mismos, de discusiones con superiores, etc. Contaros

lo que hicisteis ayer por la tarde, la película que visteis en el cine o la conversación que tuvisteis con un amigo,

es una forma de intimar con los demás y de comenzar el día más tranquilo, sin obsesionarte por las tareas

pendientes.

Cuando nos sentimos guapos (as) nuestro estado de ánimo también es más positivo. .

6.- Dedica tiempo a arrgelarte tranquilamente.

Intenta dedicar unos minutos a tu aspecto físico. Si te arreglas a tu estilo, estarás más seguro (a) y más

confiado (a). Cuando nos sentimos guapos nuestro estado de ánimo también es más positivo. Elige cosas que

te sienten bien y ocúpate de que tu vestuario se pueda combinar de tal manera que la mayoría de las cosas te

gusten. Si sales guapo(a) por la mañana, el resto del día te sentirás bien.

7.- Fórmulas para levantar el ánimo

Si crees que tienes tendencia a la negatividad y los días se te hacen cuesta arriba, tendrás que utilizar alguna

estrategia que te ayude a sentirte mejor. Cuando te levantas puedes utilizar dos fórmulas muy distintas.

Puedes repetir la siguiente frase: “A ver qué tal se me da hoy el día”. Esta frase incluye algo de negatividad y

duda ya que pones en entredicho que se te pueda dar bien. Desde el principio del día apuestas porque algo

saldrá mal, lo estás esperando e inconscientemente ocurrirá algo que tú interpretarás como negativo. Sin

embargo, si utilizas la frase “Hoy es un buen día”

8.- Soluciona los problemas.

Cuando existen problemas de algún tipo, ya sea laboral, familiar, social, etc., el hecho de comenzar un nuevo
día nos hace sentirnos mal. Lo principal es que soluciones el problema lo antes posible. Lo mejor que puedes

hacer al levantarte es decirte “Hoy voy a hacer… para solucionar mi problema”. Es una forma de estimularte en

positivo, ya que tienes la posibilidad de conseguirlo. Hazte cada día el propósito nuevo de hacer algo para

resolver el problema, así no tendrás la sensación de pasividad y tendrás más posibilidades de que dicho

problema se solucione. Evita frases del día “Otra vez a discutir con el jefe”, “Otra vez tengo que verle la cara

a...”, etc. Sólo ven la parte negativa y no solucionan el problema, además te ayudarán a estar más

desanimado.

9.- Repite todos los días al levantarte cuales son tus puntos fuertes como persona.

Es importante que los tengas presentes y que los refuerces cada día. Ten en cuenta que ante un problema o un

mal día es muy fácil que lo veas todo negativo y que no valores tus capacidades para resolverlo. Si te repites a

menudo tus cualidades estarás más seguro de ti mismo.

10.- Despídete de las personas que comparten casa contigo y deséales una buena jornada

El vínculo familiar es muy importante y la falta de comunicación a menudo empeora el estado de ánimo entre
sus miembros. Mantente cordial con todos y despídete de manera cariñosa. Es una forma de mantener latente
el apoyo

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