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Financiamiento del

crédito y
disponibilidad de
créditos bancarios
Gestión de Crédito
Reordenación del Sistema
Bancario y disponibilidad de
créditos
Los cambios estructurares que ha sufrido el sector financiero a través del
proceso de globalización, desregulación y extranjerización ha generado
resultados negativos en términos de financiamiento a la producción y
estabilidad financiera. La diversificación ha sido limitada, no se han
incrementado los instrumentos de ahorro, ni diversificado la emisión de bonos.

Las actividades más afectadas han sido el financiamiento de la inversión


productiva de largo plazo, especialmente con innovación tecnológica y el
financiamiento a las Pymes. Con estos cambios se potencia la especulación de
la tasa de interés, donde la incertidumbre generada explica el alejamiento
entre el financiamiento y el crecimiento económico.

En los últimos 50 años se ha instaurado en el mundo una economía dirigida por


la especulación, tanto en el sector financiero como productivo, en esta era los
intereses de capital financiero dominan al sector productivo. Desde esta
perspectiva, la dominación del capital financiero requiere la desregularización
del sector Financiero y la constitución de un solo mercado monetario
(globalización) para apoderarse de crecientes porciones de utilidades.

Los títulos públicos, especialmente gubernamentales, dominan el mercado de


dinero y se limita su diversificación, y el mercado de capitales se mantiene
delgado y poco profundo sin generar financiamiento de largo plazo,
desarrollándose principalmente actividades especulativas; y el sector bancario
mantiene la dominación del sector financiero e impide el desarrollo de formas
de financiamiento alternativas.

El sector público mantiene la demanda de fuertes flujos financieros que logra


mediante la emisión de bonos (se reduce la demanda de créditos públicos y la
oferta de créditos del banco central y bancos comerciales), los cuales son
adquiridos por los principales intermediarios financieros (bancos, casas de
bolsa, fondos de pensiones, etc.). O sea, los bancos vuelven a canalizar sus
recursos al sector público, vía diferentes instrumentos e independiente del
gasto de capital productivo- se reduce el gasto público de inversión e incluso
corriente. Los bancos mantienen la calidad de prestamistas netos a entidades
públicas con fines de estabilidad monetaria.
Los cambios fundamentales del sistema financiero y su efecto
sobre la operación bancaria y la estructura financiera.
Tendencias dominantes

La desregulación financiera es el proceso con el que se pretende eliminar las


regulaciones sobre el funcionamiento de los mercados financieros para darle
una mayor flexibilidad en su operación. La desregulación financiera empezó
con la crisis de la deuda externa y la nacionalización de la banca comercial
(1982). Ello permitió al estado desaparecer las entidades ineficientes y adaptar
el sector financiero a las normas internacionales de operación.

La siguiente etapa fue la globalización financiera cuya particularidad fue la


apertura del mercado financiero nacional que reforzó la superioridad del capital
financiero sobre el resto de los sectores capitalistas con la esperanza de crear
un vínculo entre ambos sectores y el desarrollo económico estable. Se suponía
que el ingreso de flujos financieros externos resolvería la restricción externa,
incrementaría los fondos de financiamiento, atraería tecnologías avanzadas
que reforzarían el sector productivo, igualándose la competitividad entre el
sector productivo nacional y el resto del mundo.

En el tercer periodo hubo una nueva regulación bancaria y la extranjerización


de las principales instituciones financieras que se reflejo a través del
incremento de las reservas y la dominación de las empresas trasnacionales en
los sectores de mayor productividad.

Desregulación financiera

• Eliminación de requerimientos de reservas legales


• Desaparición de política de canalización selectiva de créditos a sectores
prioritarios
• Impulso de la emisión de bonos gubernamentales como alternativa de
financiamiento gubernamental (con el fin de eliminar la demanda de
créditos del sector público)
• Imposición de política económicas restrictivas (política antiinflacionaria)

Se siguió la práctica estadounidense, impuesta por Volcker en 1979, que


asignó a la política monetaria el objetivo único de combate a la inflación,
desapareciendo el propósito de crecimiento económico. Ello acompañado de
mecanismos de mercado, donde destaca la tasa de interés como principal
instrumento de la política monetaria, acompañado de operaciones de mercado
abierto (OMA).

La inflación sólo pudo ser controlada en diciembre de 1987 con la imposición


de la política de “pactos”, cuyo elemento central fue el control del tipo de
cambio. Se logra mediante variaciones de tasa de interés, cuyos instrumentos
son la emisión de bonos para modificar el gasto de los agentes y atraer capital
externo. Entonces, la emisión de bonos y el endeudamiento público están
relacionados con la estabilidad del tipo de cambio (específicamente con la
sobrevaluación del tipo de cambio)y el control de los precios. Los bonos
públicos son demandados principalmente por instituciones financieras (bancos,
casas de bolsa y fondos de pensiones) que asumen la función de prestamistas
netos al sector público con fines de estabilidad de precios. En economías en
desarrollo, con apertura financiera, la tasa de interés sube cuando se reduce la
disponibilidad de capital externo y peligra la estabilidad de la moneda.

El movimiento de la tasa de interés responde a los movimientos del capital


internacional y no a la saturación de la capacidad productiva nacional que
induce costos crecientes; las abruptas salidas de capital inducen devaluaciones
y mayores tasas de interés, no para revertir la salida de capitales, sino para
reducir las presiones sobre la cuenta corriente. La relación importaciones-
exportaciones y tipo de cambio es relativamente inelástica; mientras que la
relación tasa de interés y movimiento de capital es perfectamente inelástica
bajo condiciones de reflujo de capital.

El incremento de la tasa de interés no se debe a mayor gasto público por


crecientes gastos de acumulación o corriente, sino que induce a mayores
gastos (intereses) y genera crisis financieras y recesiones económicas. Por un
lado, sube el peso de la deuda, aumenta el pago de intereses, incrementa el
gasto público, hay déficit fiscal y desciende el gasto de inversión e, incluso, el
gasto corriente. Ello reduce aún más la actividad económica, hay desempleo y
baja la demanda efectiva. Reduce las capacidades de pago de las empresas y
familias, lo cual provoca una crisis bancaria.

El aumento de la emisión de bonos tuvo como objetico liberar los créditos


bancarios del financiamiento público e imponer mecanismos de mercados. Se
buscó profundizar y diversificar el sector financiero no bancario, pero esto no
ocurrió.

La racionalización del sector bancario redujo el número de instituciones


(eliminó las que no alcanzaban tamaños mínimos de eficiencia para operar con
rendimientos positivos- economías de escala), esta práctica redujo la captación
financiera (de zonas rurales y sectores pobres urbanos) y trasladó desde el
Banco central a los bancos comerciales la práctica de topes a la tasa de
depósitos, instrumentos importantes para el fondeo de la inversión. Además de
reducirse el número de instituciones, aumentaron las posibilidades de obtener
ganancias con base en instrumentos libres de riesgo (bonos del gobierno y
tasas de depósitos bajas); o sea, se mantuvo reducida la competencia en las
políticas de captación de ahorro.
El inicio del periodo de subasta de títulos gubernamentales (1982) coincidió
con la nacionalización bancaria, lo cual excluyo a la banca de dicho mercado,
cedido casi exclusivamente a las casas de bolsa. En 1985 se reintegró la banca
comercial al mercado primario de los títulos gubernamentales, esta vez aislada
de conglomerados financieros, seguidos por la inclusión de las sociedades de
inversión (1990) y la creación de la figura de especialista bursátil.

La restitución de la banca comercial al mercado primario de los títulos públicos,


en el contexto de conglomerados financieros, incrementó las ventajas de estas
instituciones porque al constituirse en los principales compradores, también
dominaron el mercado secundario, vendiendo los títulos a los ahorradores de
mayor ingreso. Un elemento adicional fue la creciente liquidez en los bancos
que permitió a estas instituciones adquirir grandes montos de títulos
gubernamentales y, asu vez, obtener recursos de fondeo. Los títulos
gubernamentales incrementaron las utilidades de los grandes intermediarios
financieros y, a su vez, limitaron la profundidad y diversificación del mercado
financiero.

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