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9 de Marzo de 2011
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Uno de los principales cambios que propicio el mercantilismo, fue la aparición de naciones-
estado más fuertes.
El resumen más conciso de los principios mercantilistas fue suministrado por Philipp Wihelm
von Hornick dentro de su manifiesto mercantilista en 1684. En términos generales, este
manifiesto habla sobre el interés nacional de acaparar un capital en base a metales preciosos
(oro y plata), formando un sistema económico donde se produzcan bienes con valor agregado
en vez de materias primar con el fin de satisfacer el mercado interno para evitar las
importaciones, pero a la vez exportando el excedente. Siempre considerando que las
importaciones se hagan en especie y las exportaciones a cambio de metales preciosos.
Dentro de esta época, los autores mercantilistas dejaron a un lado los aspectos religiosos de la
vida, y se centraron en una “ley natural” del mundo real cuya finalidad era económicamente
material y objetiva, teniendo en cuenta de manera subjetiva el “poder del estado”.
Comercio Internacional
La principal relación que mantenían las ideas mercantilistas con el mundo real, era el interés
en que los recursos de la nación se emplearan de tal manera que aumentaran el poder del
estado en la medida que fuera posible, tanto política como económicamente.
Esto fue propiciado durante el siglo XVI y XVII por la estructuración de grandes naciones
comerciales, cuyo poder tomo la forma de exploración, descubrimiento y colonización
desencadenando un interés en el comercio internacional y las finanzas internacionales, donde
el oro y los medios para adquirirlo fueron de suma importancia.
Uno de los fines del comercio era importar materias primas, para producir bienes con valor
agregado y exportarlos donde se buscaba por cualquier medio un excedente sobre las
importaciones (es decir, una balanza comercial favorable) para aumentar la riqueza del estado
en lingotes de oro y así mostrarse superior ante las demás naciones.
Fueron los mercantilistas quienes produjeron las primeras ideas de la importancia monetaria y
política del comercio internacional, suministrando a la política económica un concepto de
balanza comercial que incluía partidas visibles e invisibles. Tomando en cuenta la balanza de
pagos entre una nación y el resto del mundo.
Una errónea creencia de los mercantilistas es que la riqueza se maximizaría por medio de la
acumulación de metales preciosos resultantes de un superávit comercial. Siendo que esta
acumulación produciría un aumento de precios en los productos nacionales al no existir
monedas fraccionarias, resultando en una pérdida de capital al importar productos con precios
más bajos de naciones con tendencias de dinero reducidas. Esta idea es propiciada en el hecho
de que una acumulación de capital que no se distribuye uniformemente y solo se queda en
algunas manos, solo verán por sus intereses personales.
Política interior
El mercantilismo como política interior nos habla de la alianza de poder entre el monarca y el
capitalista-comerciante. El monarca dependía de la actividad económica del comerciante para
acumular su tesoro (renta), mientras que el comerciante dependía de la autoridad del monarca
para proteger sus intereses económicos.
Esta forma de pensar motivo a la creación de impuestos tales como el impuesto sobre el
consumo para fomentar la frugalidad entre los ricos y la industria entre los pobres. John Law t
David Humme parecían apuntar a un salario real que significara un “nivel optimo de
frustración”, suficientemente alto para proporcionar un incentivo para los “lujos”, pero
suficientemente bajo para que nunca se pudieran alcanzar.
La meta fundamental de esto era la supremacía de una nación, gracias a su enorme fuerza
laboral.
La regulación económica por parte del estado se refiere a que en su propio interés, los
políticos ofrecerán privilegios de monopolio y regulaciones gubernamentales a los buscadores
de renta cuyo egoísmo lleve a la regulación de la demanda.
Así, la regulación puede considerarse como un “bien” que se ofrece y demanda como los
demás bienes. Y ante una disminución del beneficio neto, se generar una disminución en la
cantidad de regulación demandada.
El termino “cártel” se refiere a una combinación formal de organizaciones que actúan como si
se tratara de un solo monopolista, en ciertas condiciones de control centralizado. Los precios
y/o cuotas de producción se asignan ordinariamente a los miembros del cartel y su
comportamiento, de algún modo es controlado y fiscalizado.
La regulación económica a los niveles local, nacional e internacional tomo la misma forma en el
mercantilismo inglés. Sin embargo existe una clara diferencia entre las instituciones locales; y
la regulación y el monopolio nacionales. La regulación de los oficios, precios y tasas de salario
en los tiempos mercantilistas precedía del sistema de los gremios medievales.
El marco legal para la puesta en vigor de la regulación económica mercantilista a nivel local fue
establecido por la “Ley del trabajo” isabelina.
El enorme aumento a los salarios que tuvo lugar después de la peste negra como la causa que
impulso la regulación nacional, se basa en dejar a los extranjeros fuera de los privilegios
monopolísticos por parte del mercado nacional.
Este sistema nacional uniforme de monopolios locales, tenia que hacerse cumplir por los
jueces de paz.
Otra dificultad para el cumplimento del sistema isabelino de regulación local es que era posible
que los regulados escaparan a la jurisdicción de la ley marchándose de las ciudades. Por
ejemplo el movimiento de los artesanos hacia el campo fue, de hecho responsabilizado por la
decadencia, el empobrecimiento y la ruina de las ciudades.
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Sin embargo, la competencia entre los tribunales reales y los de common law creo una
considerable incertidumbre sobre la durabilidad de un derecho de monopolio otorgado por la
autoridad gubernamental. Existía la contradicción de que un derecho de monopolio otorgado
por un tribunal, era invalidado por otro, por tanto era solo cuestión de suerte la seguridad de
ese privilegio. A partir de este punto, es donde los intentos de la corona para establecer
privilegios de monopolio tuvieron cada vez menos éxito.
Fue a partir de este punto, donde en base a los intereses económicos del Parlamento y de la
Corona, el Parlamento venció a la Corona en ultimo termino convirtiéndose en el único
oferente de legislación. Sin embargo no fue capaz de explotar este derecho con éxito al
resultar más costoso el proceso de sesionar, a implementar una decisión tomada por un solo
individuos, lo que produjo una desregulación de la economía británica.
El fin del periodo mercantilista se ve marcado por la abominación de los controles interiores y
la defensa simultanea de las medidas proteccionistas del comercio exterior.
La transición institucional
También hay que señalar que las clases terratenientes conservaron el control del Parlamento
para ofrecer regulación y continuaron aprobando la legislación favorable a dichas clases. Sin
embargo el aumento en el coste de oferta de regulación por parte del Parlamento aumento y
si se destacan los rápidos avances tecnológicos y que esta innovación de ritmo rápido en un
entorno razonablemente competitivo reduciría la demanda de carteles legales también juega
un papel importante en la decadencia de la regulación en la Inglaterra del siglo XVII
Bibliografía
Ekelund, R. B., & Hebert, R. F. (2005). Historia de la teoria economica y de su metodo (Tercera
Edicion ed.). (J. Pascual, Trad.) Madrid: McGraw-Hill.