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Distribución de lenguas en el mundo.

México es uno de los países donde se habla una gran


cantidad de lenguas, es decir que presenta una diversidad lingüística. Los diferentes
estudios sobre lenguas indican que en el mundo se hablan unas 3.18 lenguas
aproximadamente. Sin embargo, la distribución por los diferentes continentes resulta muy
irregular. Las lenguas africanas y asiáticas representan alrededor del 32% cada continente,
las del continente americano el 15% y las del Pacífico alrededor del 50%. Por su parte, el
continente europeo solo albarca el 3% de las lenguas del mundo. La mitad de las lenguas
del mundo se concentra en 8 países: Papúa Nueva Guinea (832), Indonesia (731), Nigeria
(515), India (400), México (295), Camerún (286), Australia (268) y Brasil (234). A pesar
del gran número de lenguas existentes y de la necesidad de preservarlas, pocas gozan de
buena salud. La globalización puede provocar que algunas comunidades abandonen sus
lenguas. Sin embargo, también puede ser una oportunidad para difundir con más facilidad
las diferentes lenguas que conviven en el planeta. Según la UNESCO, alrededor del 50% de
las aproximadamente 6.000 lenguas existentes en el mundo están en peligro de extinción, el
96% son habladas por solamente el 4% de la población mundial, y más del 90% del
contenido de internet se reduce a solo 12 lenguas. A principios de 2007, hay 6.912 que
viven conociendo idiomas humanos. Una "lengua viva" es simplemente uno que está en
amplio uso por un grupo específico de personas que viven. El número exacto de lenguas
vivas conocidas varían de 5.000 a 10.000, en general, según la precisión de la definición de
"idioma" y, en particular, sobre cómo uno clasifica dialectos. También hay muchos muertos
o extintos idiomas.

Referencias bibliográficas
• Boada, Albert (2003). Ecodinámica sociolingüística: comparaciones y analogías
entre la diversidad lingüística y la diversidad biológica, Revista de llengua i dret 39,
pp. 119-148

Importancia
Tiene un alto valor de importancia ya que gracias a esto se han podido entender diversas
lenguas y culturas del mundo.

2. Dimensión del español


El español tiene una impactante geografía que se extiende por casi la totalidad de un
continente y está presente en otros tres. Su superficie geográfica alcanza los 11 990 000
km²,
el 8,9 % de la superficie terrestre emergida y la convierten en una de las lenguas romances
más extendidas. Teniendo en cuenta lo relativo de todas las cifras estadísticas citadas por
fuentes actualizadas, es la segunda lengua con más hablantes nativos del mundo, antecedida
por el chino.
Con un número global de hablantes que sobrepasan los 450 millones,1 el español es una
lengua de enorme vitalidad y la cuarta más hablada después del chino, el inglés y el
hindiurdu,
contando todas además con sus hablantes de segunda lengua.2 Los hispanohablantes
estamos repartidos por los cinco continentes (Europa: España, Principado de Andorra;
América: Hispanoamérica y los Estados Unidos de Norteamérica; África: Guinea
Ecuatorial,
Sahara Occidental y territorios españoles de Islas Canarias, Ceuta y Melilla; Asia: Filipinas
y
sefardíes en Israel y Turquía; y Oceanía: isla de Pascua). Es la primera lengua oficial del
Estado o coexiste con otras lenguas importantes en Bolivia, Guinea Ecuatorial, Paraguay,
Perú, Puerto Rico y Sahara Occidental. López Morales (2006: 483) aporta datos
contundentes: el 5,7% de la población del mundo utiliza el español y seremos el 7,5% en
2050, es decir, llegaremos a los 535 millones de hablantes.
En la siguiente tabla puede verificarse su dimensión atendiendo a la población de los
países donde el español es lengua oficial. Podemos deducir a simple vista la complejidad
lingüística de estas comunidades en las que conviven varias lenguas autóctonas.3

1. Introducción
El español es ya, a principios de este siglo, una de las lenguas de mayor extensión del
mundo.
Sus hablantes nativos crecen de manera envidiable, aumentan y afianzan su mayoría en el
continente americano. Con esta evidencia es comprensible el interés que el español
despierta
como segunda lengua (L2) o lengua extranjera (LE). En ello lo ayuda su melódica fonética,
su
brillante literatura y el atractivo cultural de sus comunidades nativas. Saber español abre un
panorama de más de cuatrocientos millones de interlocutores en más de veinte países donde
es lengua oficial. Una meta prometedora, pero acechada por la incertidumbre, más de
docentes que de aprendices, de poder enseñar/aprender un modelo lingüístico válido para la
comunicación con sus potenciales hablantes en los sitios más distantes del mundo
hispánico.
El español es ahora mismo un gran negocio y su enseñanza a no nativos, una salida
laboral para muchos diplomados y licenciados. Con dispar formación y procedencia
profesional, los actuales profesores de español se enfrentan dentro y fuera de las aulas a la
incógnita de ¿qué español enseñar? Esta pregunta implica otra: ¿se debe abordar la
diversidad de la lengua en un curso de español? Parece sensato responder que sí: es una
realidad innegable y perceptible, pero ¿cómo y cuándo abordar esta diversidad? Lo
primero es reconocer de manera realista cuánto sabemos sobre la diversidad lingüística del
español, informarnos sobre conceptos como estándar, norma, variedades… aplicados a esta
macrolengua nuestra y qué criterios utilizaremos en su interrelación cuando diseñamos un
modelo lingüístico. Rozamos y nos introducimos, entonces, en ámbitos científicos diversos,
Lingüística, Dialectología, Sociolingüística, Lingüística Aplicada… Es evidente que se
necesita formación específica especialmente diseñada para los profesores de español, sobre
todo para aquellos que enseñan español como segunda lengua o lengua extranjera. A todos
estos temas dedicaremos esta presentación, pero empecemos por conocer la verdadera
dimensión de nuestra lengua.
Australia declarará en peligro de extinción al diablo de
Tasmania
Este animal se encuentra amenazado por una especie de cáncer

SIDNEY AUSTRALIA.- El demonio de Tasmania, el marsupial carnívoro más viejo del mundo, será
incluido en la lista de animales en peligro de extinción de Australia por un cáncer letal que
amenaza su supervivencia.

Así lo anunció hoy el ministro de Medio Ambiente australiano, Peter Garrett, quien explicó que la
enfermedad ha reducido en un 70 por ciento las poblaciones del animal desde que fue identificada
en 1996.

Se trata de un extraño tumor cancerígeno facial contagioso que se transmite por un mordisco y
sólo afecta a esta especie.

Crece en la boca y en la cara, y en cuestión de tres meses aumenta tanto de tamaño que no les
permite comer, por lo que los marsupiales mueren rápidamente de hambre.

Los primeros colonizadores blancos de Tasmania llamaron al marsupial "demonio" por sus chillidos
aterradores, mal carácter, pelo oscuro y fuerte mandíbula.

Su estatus de conservación, hasta ahora "vulnerable", ha sido corregido por el Gobierno para
dedicar 7.5 millones de dólares a su protección y estudio por los científicos.

El marsupial carnívoro más viejo del mundo desapareció del continente australiano hace unos
cuatro siglos, posiblemente por la creciente presencia del perro salvaje o dingo, pero sobrevivió en
la isla de Tasmania.

Australia declared endangered Tasmanian devil


This animal is threatened by a kind of cancer
SYDNEY, AUSTRALIA .- The Tasmanian Devil, the carnivorous marsupial world's oldest,
will be included in the list of endangered animals of Australia for a lethal cancer that
threatens their survival.

This was announced today the Australian Environment Minister, Peter Garrett, who
explained that the disease has dropped by 70 percent from animal populations that was
identified in 1996.

This is a rare tumor contagious facial cancer that is spread by a bite, and only affects this
species.

Grows in the mouth and face, and within three months increases both size not allowed to
eat, so that marsupials quickly die of hunger.

The first white settlers called the marsupial Tasmanian "devil" for his terrifying screams,
bad character, dark hair and strong jaw.

Their conservation status, until now "vulnerable", has been fixed by the Government to
spend $ 7.5 million to protect and study by scientists.

The oldest carnivorous marsupial in the world disappeared from the Australian mainland
about four centuries, possibly by the growing presence of the wild dog or dingo, but
survived on the island of Tasmania.

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