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Presentado por: Emilio Sánchez

Periodos: 1/2

Fecha: Miércoles, 30 de Noviembre de 2005

EL LABERINTO DE LA IDENTIDAD DEL CABALLERO INEXISTENTE Y EL

DE LA DE LOS QUE SÍ EXISTEN.

En el libro El Caballero Inexistente, su autor, Italo Calvino, relaciona a sus personajes

con su identidad: los que no la tienen la buscan, y se hace casi imposible encontrar a los

que la tienen, ya que muchos tienen más de una.

Agilulfo, el personaje principal, es sin duda, el que más carece de identidad. Aunque es

un caballero del ejército de Carlomagno, no es nada más que una armadura vacía.

Aunque los demás lo conocen, no pueden decir que lo conocen pues él no existe. Es

como si fuera una especie de espíritu que va y viene pues al final de la historia, él

desaparece disolviéndose en el aire, dejando su armadura, que realmente nunca le

perteneció pues fue como si nadie la hubiera usado hasta tal punto.

Sin embargo, sus hazañas heroicas y su personalidad notablemente humana y definida,

hacen de él, el personaje más real de la historia. Su identidad causa una contradicción:

Aunque no existe, se hace sentir, y a pesar de ser considerado como un humano, no es

nada. “…Es uno que es sin ser (…)” (p.27)

Sofronia es un personaje que tiene más de una identidad. Cuando Agilulfo la rescató, ella

era la princesa de Escocia. Sin embargo, luego se sabe que ella llega a un convento en el
cual se conoce como sor Palmira. Comienza siendo parte de la realeza, luego es parte del

clero, y finalmente, es comprada para ser Azira, una de las esposas del sultán de

Marruecos. Ella misma revela tener más de una identidad cuando Turrismundo la

encuentra y le pregunta su nombre: “Azira, o sor Palmira. Según, en el gineceo del sultán

o en el convento.”(p.114)

Creemos que es una virgen, luego pensamos que es la madre de Turrismundo, ella luego

dice ser su hermana, pero finalmente, nos damos cuenta que ambos son de la realeza pero

no son de los mismos padres. Como se puede ver, Sofronia posee identidades tan reales

que ella misma actúa con ellas, y Calvino las usa con el poder de confundir al lector.

Bradamante es definitivamente el personaje cuya doble identidad me sorprendió. La

conocemos como una guerrera del ejército de Carlomagno, de la cual Rambaldo se

enamora locamente. Sin embargo, ella está enamorada de Agilulfo. Rambaldo,

aprovechando que está usando el traje de Agilulfo, decide besarla mientras ella tiene los

ojos cerrados. Sin embargo, cuando los abre, ella se enfada y parte de inmediato. La

narradora de todos estos sucesos es una monja llamada sor Teodora, quien yo creí que

resultaría siendo Sofronia. Sin embargo, la narradora resulta siendo Bradamante. “El

caballero llama. Desde mi ventanuco no consigo verlo, pero oigo su voz… ¡Es la voz de

Rambaldo, que he hecho resonar tanto tiempo por estas paginas!...Vaya, buscando a

Bradamante por el mundo, Rambaldo tenia que llegar hasta aquí…Sí, libro. La sor

Teodora que narraba esta historia y la guerrera Bradamante somos la misma mujer. A

veces galopo por campos de batalla entre duelos y amores, a veces me encierro en los
conventos, meditando y pergeñando las historias que me han ocurrido, para tratar de

entenderlas.”(ps. 125 y 126)

Gurdulú es un personaje que tiene una identidad pero es tan loco que cree ser lo que no

es. Al estar frente a un plato de sopa, cree ser la comida. Si se rodea de animales, piensa

que es uno de ellos. Gurdulú carece de una identidad definida, y en cada situación o

ambiente, se adapta y cree ser alguien diferente.

Además, al igual que Sofronia, tiene más de un nombre, pues en cada lugar, las personas

lo llaman de una forma diferente. Tal vez, ésta es una de las razones por las cuales

Gurdulú es un loco que ni siquiera debe saber como se llama.

Por las razones mencionadas, El Caballero Inexistente es una mezcla de identidades que

nos dejan con el antojo de querer saber si todos los personajes son quienes dicen ser, si

realmente Agilulfo es un caballero y no un fantasma con intenciones de volver a la vida,

si Gurdulú es más un niño juguetón que un loco (pues Calvino nunca menciona su edad

exacta), si Bradamante realmente es una guerrera o un personaje inventado por sor

Teodora al narrar la historia, si Sofronia es princesa, monja o esposa de un sultán. Esto

nos deja con la siguiente pregunta: ¿Será que estos personajes sí contribuyeron a la

historia de Agilulfo, en vez de ser creados por su narradora para atraer al lector? Y si lo

hicieron, ¿no podrán haber contribuido, haciendo cada uno la labor del otro?

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