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Es bastante conocido y así se ha venido desarrollando la idea de que es procedente interponer un proceso
constitucional de amparo, cuando se violentan derechos relacionados con la tutela judicial efectiva que comprenden , el
acceso a la justicia y el debido proceso que como es conocido, estos fueron siempre los límites establecidos, ya que
ampliar el ámbito de este derecho, significaría una intromisión en las funciones judiciales, campo está reservado para el
Poder Judicial en la distribución de funciones que ha realizado la Constitución del estado en su parte orgánica de
manera clara.
La concepción contraria, que contempla, la posibilidad que el Tribunal Constitucional revise los procesos y la
constitucionalidad del derecho material allí resuelto o de la pertinencia de las pruebas analizadas, significaba la
desnaturalización de esta institución del derecho procesal constitucional conocida como amparo contra resoluciones
judiciales.
Con la legislación anterior a la promulgación de nuestro Primer Código Procesal Constitucional e incluso con la emisión
de este y su inclusión de manera concreta en el artículo cuarto, se tenía claro de que la procedencia estaba reservada a
los criterios anteriormente analizados.
El Tribunal Constitucional, en el llamado caso TajMahal, estableció el desarrollo de la procedencia de este tipo de
amparo.
Sin embargo en reciente sentencia emitida en el proceso 03179-2004-AA-Tc, ha establecido ±modificando criterios
anteriores- la posibilidad de interponer amparos que supongan la revisión de derechos de carácter material en los
procesos judiciales, ampliando el ámbito de limitación del amparo contra resoluciones judiciales a cualquier otro derecho
reconocido por la constitución con excepción de los que se cautelan por la vía del Hábeas corpus y el Habeas Data.
Este nuevo criterio, es el objeto de estudio del presente artículo, donde se le estudiará en sus posibilidades y posibles
conflictos que se generarán en el ámbito de su aplicación.

 
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De acuerdo con la jurisprudencia clásica, establecida por mucho tiempo por el Tribunal Constitucional, no procede
amparo contra resoluciones judiciales, emanadas en un proceso regular, por lo que, contrario sensu, se estableció que,
si procede el proceso de amparo contra resoluciones emanadas de un proceso ³irregular´, sin embargo la
Jurisprudencia que podremos llamar clásica, establece que el proceso era irregular cuando se violentaba el debido
proceso.
El Tribunal en la sentencia emitida en el Exp. N.° 3283-2003-AA/TC Junín TajMahalDiscoteque y otra, estableció que«

«´De acuerdo con lo establecido por el inciso 2) del artículo 6° de la Ley N.° 23506, no proceden las acciones de
garantía  !"# $  
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%    % c '     !  &   
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La sentencia en estudio establece que, es regular un proceso, cuando es realizada por autoridad judicial competente,
por razones de turno, materia, función, cuantía y territorio
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Incluso pone un ejemplo de la manera como se aplica este concepto de proceso irregular:

«´ A guisa de ejemplo,   ! . $4  $    '  ( 
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Y reitera el concepto5

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,"*

Lo que significa que la posición clásica, no admitía la posibilidad de un cuestionamiento del fondo del asunto en
cualquier situación.
Incluso hace mención a que:

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De todo lo anterior se puede verificar de manera expresa cual era, el concepto uniforme que se manejó, durante muchos
años, y así justamente lo recogió esta sentencia ordenadora de la procedencia de la acción de amparo contra
Resoluciones judiciales, establecido en el llamado caso TajMahal.

El Código Procesal Constitucional en el su artículo cuarto, ha establecido que:

Artículo 4.- Procedencia respecto de resoluciones judiciales


El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con , !(    
,(, que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso. Es improcedente cuando el agraviado dejó
consentir la resolución que dice afectarlo.
El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta la libertad individual y la
tutela procesal efectiva.
   ,( aquella situación jurídica de una persona en la que se respetan, de modo
enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad
sustancial en el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos de
los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a acceder a los medios impugnatorios
regulados, a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las
resoluciones judiciales y a la observancia del principio de legalidad procesal penal.

Del texto de lo que ha pretendido decir el Código en mención se puede extraer de manera clara de que, sólo se admite
la procedencia de este tipo de proceso, cuando se ha violentado la tutela PROCESAL efectiva, que comprende el
acceso a la justicia y el debido proceso, incluso realiza un detalle inicial de lo que se entiende por tutela procesal
efectiva. Siendo que en ningún caso de refiere al contenido material de las resoluciones o la revisión de los medios
probatorios.
Todo ello tenía como idea de no convertir al Tribunal Constitucional en una supra instancia de revisión de los procesos
judiciales, en una cuarta instancia, haciendo que los procesos judiciales terminen siendo eternos y vulnerando el
principio de la cosa Juzgada material.

Incluso en jurisprudencia emitida bajo la vigencia del nuevo Código Procesal Constitucional , se repitió el concepto
inicial, así, en la sentencia recaída en el expediente Número 5374-2005-PA/TC, emitida por el pleno, ha establecido los
criterios al respecto:

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6. La existencia de un ³procedimiento regular´ se encuentra relacionada con la existencia de un proceso en el que se
hayan respetado garantías mínimas tales como los derechos al libre acceso a la jurisdicción, de defensa, a la prueba,
motivación, a la obtención de una resolución fundada en Derecho, la pluralidad de instancias, al plazo razonable del
proceso, a un juez competente, independiente e imparcialidad, entre otros derechos fundamentales, por lo que un
proceso judicial que se haya tramitado sin observar tales garantías se (     !" que no
sólo puede, sino que debe ser corregido por el juez constitucional mediante el proceso de amparo.
Ello, sin lugar a dudas,    $           
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sino que se encuentra limitado únicamente a verificar si la autoridad judicial ha actuado con un escrupuloso respeto de
los derechos fundamentales de las partes procesales, por lo que, de constatarse una afectación de esta naturaleza,
deben reponerse las cosas al estado anterior al acto en que se produjo la afectación. En un proceso de amparo no se
controla si una determinada persona ha cometido un delito o si es válido un contrato de compraventa, entre otros, sino
más bien si un procesado ha sido sancionado con las debidas garantías o si una prueba relevante para la solución del
caso ha sido admitida, entre otros.
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  $  !&   % . En efecto, si bien es cierto que los incisos 2) y 13) del
artículo 139º establecen que ³(...) Ninguna autoridad (...) puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en
autoridad de cosa juzgada (...)´, y que se encuentra prohibido ³revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada´,
respectivamente, también lo es que la propia Constitución ha establecido un mecanismo como el amparo (artículo
200.2°) para la protección de los derechos fundamentales, incluso cuando el presunto agente vulnerador pudiera ser
una autoridad judicial´...

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Sin embargo en reciente jurisprudencia emitida por el Tribunal Constitucional , se han establecido nuevos criterios que
varían sustancialmente, todo lo establecido con anterioridad y que abre las puertas para la revisión de las resoluciones
judiciales de manera indiscriminada, ya que con la nuevas concepciones, prácticamente se abre la posibilidad de
realizar nuevo análisis del derecho material, realizado dentro del proceso, al margen del debido proceso que como
dijimos es parte de la teoría clásica de esta institución.
Efectivamente en la sentencia recaída en el Expediente cC 80/D1E:88FEG   H  
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c'de reciente data, el Tribunal Constitucional se pregunta:

*DEJH)&%.E $3#+ !(


 !$ K El Tribunal Constitucional considera que la respuesta es afirmativa, desde un
doble punto de vista. Por un lado, a partir del diseño constitucional del ámbito de protección de este proceso; y, por otro,
a partir de la eficacia vertical de los derechos fundamentales en el Estado constitucional de derecho.´«

«´12.- «De modo, pues, que el diseño constitucional de los derechos protegidos por el proceso de amparo, #
 &    3 &,  '      
  +   !         +
, (hábeas corpus y hábeas data).´«

«´13.- Así las cosas, cabe que nos cuestionemos acerca de las razones jurídico-constitucionales que puedan existir
para limitar el ámbito de derechos protegidos por el amparo contra resoluciones judiciales sólo a la protección de los
derechos que integran la tutela procesal.´

Incluso el Tribunal Constitucional llega conclusiones contundentes como:


«´14.- «b.-«En segundo lugar, es inadmisible desde un punto de vista constitucional que se pueda sostener que una
resolución judicial devenga de un proceso "irregular" sólo cuando afecte el derecho a la tutela procesal, y que tal
"irregularidad" no acontezca cuando ésta afecta otros derechos fundamentales. % #'!
%'(' (&$4- (
 $ + ,' )           . F  !

Determina con claridad de que la protección de los derechos fundamentales se dan esencialmente en contra del estado,
ello en virtud de la eficacia vertical de los derechos fundamentales, y llega a la conclusión de que   
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siempre y cuando se alegue la violación de derechos fundamentales, así establece de que:

*"L4  #  $     =# (   + , 
#4 )' 4'%' $ 
!("*

Todos los derechos fundamentales vinculan a todos los poderes públicos. De modo que todos los derechos
fundamentales (y no sólo los que conforman la tutela procesal) vinculan al Poder Judicial y, en ese sentido, demandan
acciones u omisiones destinadas a garantizar el ámbito de la realidad que cada uno de ellos persigue tutelar.

 +)M  +#>  +,$   (  ! %
. Ello es consecuencia de su condición de poder constituido y, al mismo tiempo, del carácter servicial para con
el ejercicio efectivo de los derechos de la persona humana, ',)#'%$ 
NM> #N',./0< )O"*.
Incluso reitera lo anterior de la siguiente manera:
..´que  % )
+,$ '-  .' 

 . En su seno, los jueces constitucionales juzgan si las actuaciones jurisdiccionales de los órganos del Poder
Judicial se encuentran conformes con la totalidad de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución. 
$,!!%'  ('
 $4. !
+,.

Establece de manera clara en que casos procede, creemos que su redacción no es la mas feliz, pues con el pretexto de
decir que es excepcional, prácticamente abre todas las posibilidades, así establece que:

1. Que el objeto de este proceso constitucional es la protección de derechos constitucionales y no el de constituir un


remedio procesal que se superponga o sustituya al recurso de casación. En efecto, los procesos constitucionales
de tutela de derechos     '  ,' (,   %'   %  
 %' ,!   $     
 !  +     M  >' ' ' $ 
+)      +    M    >.      %&
.  -+(
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2. L        ((     (   
   %  c     %    , 
(  %&     3   % '    
( !    )     )       7
 '3'$ ) ),)
( + ,. En efecto, en el seno del amparo contra resoluciones judiciales sólo puede
plantearse como pretensión $    % +) ( M >  +
, descartándose todos aquellos pronunciamientos que no incidan sobre el contenido protegido de
estos.

La sentencia en estudio va más allá, estableciendo la extensión hasta donde el Tribunal Constitucional puede intervenir
en la revisión de estas sentencias, siendo que el segundo criterio, podría modificar sentencias, pronunciarse sobre la
interpretación correcta de los medios probatorios, así establece el Tribunal Constitucional que:

    del amparo,  %  -    
 %  #  -  % ' ! 4  ,  
%. En esta perspectiva, el juez constitucional asume lo resuelto por el juez ordinario iure et de iure.
Luego de ello y con estos actuados indiscutibles se pasa a realizar un examen de la motivación y relevancia
constitucional de la resolución judicial en función del derecho fundamental invocado.
De otro lado, se parte de    ,-# del amparo cuando el Juez constitucional $ 
% #  , )  ,   ' &  -   
(,)(%e.  '&
    -  %  #%        
4  $!, #( $(-
('(&!'+( # #7'(
) ,    %  $     
%

Propone que el Juez constitucional realice los exámenes de razonabilidad, coherencia y suficiencia.

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1.- El nuevo criterio del Tribunal Constitucional rompe con el criterio tradicional de que sólo procede la demanda de
amparo contra resoluciones judiciales, cuando se ha violentado el debido proceso o el acceso a la justicia.

2.- Creemos que si bién es cierto dentro del análisis puro, no existe zonas exentas de control constitucional, el nuevo
criterio de poder evaluar el contenido material de las resoluciones abre una peligrosa puerta parala real existencia de
una supra instancia judicial o una cuarta instancia de revisión, la cual hará que las resoluciones judiciales pierdan
peligrosamente la calidad de cosa juzgada.

3.- Se rompe el criterio de que es solamente en la vía ordinaria donde se puede revisar el derecho material, siendo
posible que vía alegación de violación del derecho constitucional, la revisión de los derechos invocados como fondo del
proceso, incluso la valoración de los medios probatorios.

4.- Invade peligrosamente las atribuciones reservadas para el Poder Judicial, no siendo necesario ser adivino para
predecir que a futuro se producirán choques entre este poder del estado y el Tribunal Constitucional respecto de sus
atribuciones.

5.- Dejemos en todo caso que el tiempo de su mejor veredicto sobre los criterios aquí establecidos, esperando que sea
para bién y no como reiteramos para establecer una supra instancia o en todo caso que esta nueva atribución que se ha
dado el Tribunal Constitucional (El Código Procesal Constitucional , no se la otorga), sea manejada con mucha cautela
y sólo de manera excepcional, ya que si se convierte en regla habremos creado una nueva instancia de revisión
ordinaria de las Resoluciones judiciales.

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