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Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio


Núcleo Nueva Esparta
Investigación Educativa

Facilitadora: Autor:
Profa. Ana Blanco Mata, Marlene

La Asunción, febrero de 2011


Cuando hablamos del “docente Investigador” lo primero que se nos viene
a la mente es aquel docente que se dedica hacer investigaciones en el
ámbito metodológico. Situación que no siempre es la correcta, un docente
investigador debería ser quien no solo se dedica a investigar de manera
académica, sino también quién se dedica a conocer a mayor profundidad las
necesidades de sus alumnos y su desarrollo en el entorno.

Es decir, que el docente debería (en la medida de su posibilidad),


conocer como es el estudiante dentro y fuera del aula, cómo se maneja en su
comunidad, cómo está formada su familia y cómo lo afecta la dinámica
familiar. Muchas veces nos encontramos con alumnos, con ciertos
comportamientos que se nos son difíciles de entender; cuando nos
permitimos salir de nuestro rol de docente y comenzamos a escudriñar en la
vida del alumno, nos damos cuentas de esos detalles en su vida que el
refleja a través de su comportamiento inadecuado.

Ahora, si bien es cierto que no siempre el docente cuenta con el tiempo


suficiente para dedicárselo a cada uno de sus alumnos (y más cuando se es
profesor de alumnos del bachillerato), lo ideal sería fijarnos cómo se
comportan diariamente para qué en el momento que uno de ellos cambie
podamos darnos cuenta e intentar acercarnos a ese alumno y buscar la
manera de brindarle la mejor ayuda para que pueda resolver su problema.

Es necesario también que el docente sea investigador a la hora de


impartir sus clases, y no se quede con lo que dice o dicta un programa
educativo. Que logre conseguir información actualizada y veraz, que permita
al alumno ampliar sus conocimientos y logre una perfecta conjunción entre lo
que se aprende y se utiliza en la vida diaria. No solo se debe buscar
información para impartir a los alumnos, se debe también buscar nuevas
estrategias para hacer el aprendizaje de los chicos sea mas dinámico y sobre
todo efectivo.

En conclusión, el rol del docente como investigador debe ser realizado de


manera consciente o no dentro y fuera del aula, para así, lograr un perfecto
equilibrio entre el lado académico o estudiantil de los alumnos y su lado
social, trayendo esto como consecuencia un mejor aprendizaje y un mejor
ser humano.

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