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No@AndDc Verdriay \a3. Nicolas lfigo Carrera La estrategia de la clase obrera 1936 Capitulo 2 Génesis y formacién de la clase obrera argentina ‘Parece que est lista y ha rubindo abronca comunist pa este lado’ Battistella, Romero y Delfino Seviene fa maroma Una primera aproximacién al conocimiento de los mas de 120 afios de historia de la lucha de la clase obrera argentina permite plantear la existencia de dos grandes ciclos de alrededor de eincuien- {a afios cada uno, cada unc de los cuales llega a st punto culminan- te poco antes de finalizar. El primero, en el que surge la clase obrera ¥ que analizaremos en este capitulo, se extiende desde la década de 1870 hasta 1a década del veinte y tiene su punto culminante en la Semana de Bnero de 1919, El segundo, que analizaremos en el capi- tulo siguiente, se extiende desde los primeros afios de la década del 30 hasta la década de 1970, y tiene como hitos fundamentales 1936, 1945, 1955, 1969 y 1975. Hoy estarfamos recorriendo un tercer ciclo, ‘que habria comenzado entre fines de los 70 y comienzos de los '30. Atendiendo a la relacién de la clase obrera con el sistema institucional, en el primer ciclo las luchas tienden a darse por fuera y enfrentadas a él, aunque algunas fracciones obreras se propon- gan formar parte del mismo, y lo logren incipientemente. En el segundo ciclo la tendencia es a que las luchas penetren el sistema institucional, desborcléndolo finalmente. En el tercer ciclo predo- mina el movimiento de repulsidn desde el sistema institucional. Obviamente, estos ciclos se vinculan con los momentos de gé- resis, formacién, desarrollo y crisis del dominio del capital indus- trial en la Argentina: el primero se corresponde con los momentos de su genesis y formacisn; el segundo con su desarrollo y crisis. 29 El momento que nos interesa en este trabajo corresponde al co- mienzo de! segundo ciclo de la historia de la clase obrera argentina, Génesis de la clase obrera argentina En el iltimo tercio del siglo XIX el capital extiende su dominio en la Argentina. En la tiltima década del siglo ya es la relacién social dominante. Este proceso se vincula con una nueva fase del desatro- Ilo del capitalismo, como sistema mundial: la de la génesis y desa- rrollo del capital financiero. Las potencias se disputan el dominio sobre territorios econémicos (colonias y paises dependientes) En la Argentina, las nuevas condiciones de insercién en el mercado mundial potencian las transformaciones que se vienen sucediendo a lo largo del siglo. Se constituye la gran burguesfa ar- gentina, cuyos intereses la llevan a establecer una fuerte alianza fon el capital financiero a escala internacional, y que, mientras ‘completa la delimitacién de su territorio, impone su dominio sobre Jas demas fracciones burguesas del pats. En la Argentina, lo mismo que en cualquier sociedad capitalis- ta, el desarrollo del capital tiene como condicién necesaria la exi fencia de una masa de despose(dos de sus condiciones materiales de existencia, En esa expansiGn capitalista, la "importacién’ y la acu- mutacin local de capitales fueron acompafiadas por la inmigracién de ctecientes contingentes de poblacién, es decir la “importacién” de trabajadores que el capital necesitaba para existir. Estos contingen tes se sumaron a los que en Argentina iban siendo desposefdos de sus condiciones de existencia por la destruccién de los moclos pro- Guctivos articulados hasta entonces por el capital mercantil. El cre- timiento de la poblacién y su concentracién en las grandes ciuda- ides del litoral incrementaron la divisién del trabajo en la sociedad y ramos productivos de medios de consumo necesarios comenzaron 2 constituirse como tales, dejando de ser producciones de tipo artesanal que cubsian las necesidades de las reas mas inmediatas fen que estaban localizacas, para pasar a ser industria Es asi cémo el proceso de desarrollo de las relaciones propias del capital se encuentra bien avanzado en la Argentina de los tilti- ‘mos 20 afios del siglo XIX, dando un salto cualitativo cuando, con la resolucién de la crisis econémica de 1890, se produce un creci- miento de la actividad industrial propiamente dicha*, en mayor 30 grado, pero no exclusivamente, en el litoral. Si se atiende a las rela- iones sociales que se vuelven dominantes, existen dos indicadores del dominio del capital en la Argentina de fin de siglo: el peso del proletariado y semi-proletariado, que constituia mas de la mitad de la poblacion inserta en la actividad econémica’, y del arrenda- miento, forma especificamente capitalista, que pasa a ser una mo- dalidac importante de acceso a la tierra en la produccién agricola litoral. La nueva articulacién con el mercado mundial ha poten- ciado la expansi6n de las relaciones capitalistas en la Argentina, produciéndose un cambio en el tipo social de explotacién domi- nante y el paso de la fase de dominio del capital mercantil a la de dominio del capital industrial. En ese proceso, al mismo tiempo que se multiplica la masa de trabajacores no proletarias (artesanos, pequefios comerciantes, etc.) se va conformando, en el campo y en las ciudades, el proletariado argentino, inserto en la produccién agricola en las manufachuras y en Jas incipientes industrias, como por ejemplo, alimentos y ferrocarrles. Pero el proceso de expansién capitalista brevemente descrito, que re- mite ala formacién del proletariado como grupo social, sdlo constitu- ye la base para la formacién de la clase obrera, Pata conocer el pro- ‘eso de su génesis como clase social debemos tomar en consicera- ign los enfrentamientos sociales en los que se va constituyendo. Los enfrentamientos sociales que toman forma de "guerras ci- viles" desarrolladas durante la segunda mitad del siglo XIX, lo mis- mo que las llamadas "conquistas del desierto”, se corresponden con procesos de destruccién de modos productivos preexistentes, con la consiguiente subordinacién de unas fracciones de burguesia por otras y .a formacién de una poblacién asalariada; asi como com las resistencias a e508 procesos de subordinacién y proletarizacién El comienzo del proceso de génesis de la clase obrera en la Argentina, partiendo de la nocién tedrica de que las clases sociales se constituyen en los enfrentamientos sociales, debe situarse a fines de la década de 1870. No es casual que los intentos anteriores de formar organizaciones que integraban trabajadiores directos no se vinculen a huelga alguna: se trataba mis bien de la expresién de un resabio de un modo productivo antezior que de un producto de las conciciones impuestas por el desarrollo del capitalismo. Enlla década de 1870 se nos constituyen en indicadores, obser- vando las distintas direcciones de la lucha de la clase obrera (politi- 3 ca, econémica préctica y te6rica), la organizacién de las secciones locales de la Asociacisn Internacional de Trabajadores (que corres- ponde principalmente a la direccién te6rica de la lucha) y la huel- 2 de los obreros tipdgrafos en septiembre de 1878 (que correspon- de a la direction econémica de la lucha). En los actos y movi- lizaciones del 1° de mayo de 1890, realizados en Buenos Aires, Ro- sario, Chivilcoy y Bahia Blanca, reclamando la jornada de 8 horas y ‘en protesta por la matanza de Chicago, se observan ya las tres direc- iones concertadas de la lucha, incluyendo la lucha politica. Con la huelga de los tipégrafos, la lucha econémica toma la forma que se corresponcle con la sociedad capitalista: la de los obre- ros contra el despotismo del capital. Y comienza superando su es- calén més bajo (por unidad productiva): los obreros de un oficio se tunen contra el intento de rebajar su salario por parte de algunas empresas y en contra de la prolongacién de la jornada de trabajo. En la década de 1880-1890 se extiende la organizacién de sindi- catos por oficio y se realizan las primeras huelgas parciales, en las que Jos obteros disputan con los patrones las mejores condiciones de la ven- ta de su fuerza de trabajo (salarios y condiciones de trabajo, inchuyendo Ja duracién de la jomada)'. Pero el desarrollo -no lineal- de esta direc- cin de la lucha de los obreros conduce al enfrentamiento del conjun- to de los obreros contra la clase de los capitalistas, a la lucha politica Ese proceso, que comienza con la huelga de 1878, presenta 4 hitos, es decir momentos en que se producen cambios de calidad en el enfrentamiento, hasta alcanzar su forma desarrollada en la huelga general nacional del 1 y 2 de diciembre de 1904. Esos hitos son: la primera huelga que abarca, aunque sin ser declarada como huelga general, a gran parte de una rama de la produccién (huelga de los talleres ferroviatios de 1896); la primera huelga general declarada por ama, ¢s decir en la que se enfrentan el conjunto de los obreros de una xama con el conjunto de los patrones de esa rama (huelga general de los obreros panaderos de Buenos Aires en 1901); la primera huelga ‘general en que se enfrentan el conjunto de los obreros de todas las amas de una ciudad contra todos los patrones y el gobiemo del lugar (huelga general de Rosario en 1901); la primera huelga general nacio- nal (22 de noviembre de 1902), que no fue declarada como tal sino que en ella culminaron tna sucesién de huelgas parciales que comen- zaron en el puerto de Buenos Aires, se extendieron a los puertos de Rosario, Bahia Blanca y Zérate, al Mercado Central de Frutos y a los 32 conductores de carros hesta hacerse general y politica contra la intervencién de tropas de ejército en Buenos Aires y la sancién de la ley de Residencia, que permitia la expulsion det pais de todo extranjero “cuya conducta comprometala seguridad nacional operture el ore piblico”, Finalmente, como dijimos, se presenta plenamente desa- rrollada en la huelga general nacional del 1 y 2 de diciembre de 1904, declarada por la Federacién Obrera Regional Argentina, con apoyo de la Unidn General de Trabajadores y el Partido Socialisia en repudio a la acci6n del gobiemo y de la policia de Rosario con- tra los obreros que manifestaban por la muerte de un compatiero en un enfrentamiento con la policia’. Esta es la primera huelga general declarada en la Argentina, es decir, el primer enfrenta- iento del conjunta de los ahreras contra el conjunto de los patro- nes y el gobierno del estado, y, potencialmente, contra el régimen social vigente. Es en ese proceso en que, desde la perspectiva que asumimos, ha emergido le clase obrera. La huelga general como forma de lucha Entre 1901 y 1904 la huelga general se constituye en forma de lucha de la clase obrera argentina y, a la vez, surge una de sus mo- dalidades: Ia huelga con movilizacién de masas, que presenta como uno de sus rasgos el choque armado con Ia policia, con muertos de ambos bandos. Ast ocurre el 1° de mayo de 1904, de 1905 y de 1909 (Gemana Roja) y en agosto de 1907. A Ta vez, 8e articulan en la huelga, la lucha econémica y Ja lucha politica de la clase obrera: las huelgas generales de 1962 y 1904 comienzan siendo econémicas, pero terminan tomando el cardcter democritico de la lucha de los obreros. A fines de 1905 y ‘en 1906 vuelve a predominar la lucha econémica, al mismo tiem- Po que se extiende en el espacio; en 1906 s6lo en Ia Capital Fede- ral hay 70.743 huelguistas y en 1907, 169.017. Pero en este afio se realizan también dos huelgas generales en que se articulan la lu- cha econémica y la lucha politica‘. En 1907 la huelga es tomada como forma de lucha por otras fracciones proletarias, ademas de los obreros fabriles, de tallates y del transporte, como los trabaja- dores domiciliarios, que participan en la “huelga de inquilinos”?; en esta huelga se vio involucrado el conjunto de la familia obreza, habitante de los conventillos. 33 En 1909, como resuiltado de la Semana Roja y a pesar de estar Ja ciudad ocupada por el ejército y la policia, por primera vez un gobierno se vio obligado a aceptar las exigencias de los obreros*. Ala Semana Roja siguis un incremento en el ntimero de huelgas ya fines de ese afio fue muerto el jefe de policfa Faleén, que habia co- ‘mandado las acciones policiales en la huelga de inquilinos y en mayo de 1909. Pero al afio siguiente las luchas dela clase obrera fueron conteni- das con una intensificaci6n de las acciones policiales y parapoliciales, de las que participaron “conspicuos miembros de la burguesin™ Aunque en ese momento la protesta social fue protagonizada principalmente por la clase obrera, ésta no fue la tinica en manifestar ‘su descontento con las condiciones que la organizacién social y politi- «a del pals imponfa a quienes vivian de su trabajo. Poco después, en 1912, las capas més bajas de la burguesia agraria de la regién pampeana también desarvollaron un movimiento reivindicativo, el “Grito de Alcorta”, reclamando la rebaja de los arrendamientos. Nuevas condiciones politicas Es en ese momento, a comienzos de la segunda década del siglo, que algunos cuadros politicos de las fracciones sociales que conformaban la cipula de la burguesfa argentina consiguen desa- rrollar una politica distinta, no basada en el uso directo de la fuer- za armada, hacia algunas de las fracciones sociales (burguesas y proletarias) excluidas del poder politico. Desde las tiltimas décadas del siglo XIX no sélo la naciente

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