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18-11-2010
Crisis, o la velocidad de la
transformación
Autor: Alfredo A. Cainelli
Autoayuda y superación personal
17-11-2010
Los tiempos “achicados” por la mega comunicación en tiempos reales, permiten una
transformación permanente de conceptos e ideas nunca vivida en otras épocas.
Las concepciones interpretativas heredadas de sapiencias anteriores, fragilizan y pierden
virtualidad prontamente.
Poca duración, mucha transformación, en este tiempo visualizado en la trama borgiana
como una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes que se bifurcan. (1) J.L.
Borges, “El jardín de senderos que se bifurcan”, en “Ficciones” (Emecé 2010) pág. 111.
Pocas cosas nos atan a la idea de permanencia. La simetría, por ejemplo, permanece
como virtud de lo bello, y hace comparable una mariposa, la música de Mozart, el Taj
Malal, y un copo de nieve. (2) Elsa Rosenvasser Feher, “Simetría”, (siglo veintiuno
editores 2009).
En el “Ser y Tiempo” de Heidegger, se da a luz a la existencia del hombre como
presencia desplegada.
Empíricamente: “El hombre es, en definitiva, un yo que se expresa en lo que hace y que
se forja en su actuar”. (4) Luis Romero Oñate. Sacerdote, Rector de la Pontificia
Universidad de la Santa Cruz (Roma).
La legitimidad de los procesos resultan ajenos a su duración. En Alcorán, II, 261 se
dice: “Y Dios lo hizo morir durante cien años y luego lo animó y le dijo: -¿Cuánto
tiempo has estado aquí? –Un día o parte de un día, respondió”.
El cumplimiento de los fines permanentemente actualizados, nos instala en un marco de
constante crisis, desafiante de un sistema vivencial durable, donde lo único perdurable
es el movimiento.
Toda acción tiene el aura del cambio.
He destacado desde este espacio, esa cualidad de nuestro tiempo con referencia a un
aspecto concreto del Derecho Laboral, donde se evidencia las transformaciones
operadas en la concepción de la figura del trabajador. (4) “Crisis argentina y su relación
con el concepto de dependencia”.
La distracción en la atención de aconteceres que afectan –entre otros múltiples aspectos-
las reglas relacionales plasmadas en el Derecho, produce atrasos significativos por
inadaptación y marginación de las sociedades avanzadas del orbe.
Ese factor nos aleja de las “cosas” –en el sentido orteguiano- consideradas atendiendo el
tiempo “acotado”, no entendido como disolvente sino transformador veloz con
requerimientos insoslayables de permanente adaptación.
Respecto a la persona (el yo) dice Sandel: “Yo no puedo estar nunca constituído por
entero por mis atributos…debe haber siempre un atributo que tengo en vez de serlo” (5)
M. Sandel, “Liberalism and the limits of Justice”, Cambridge University Press, Londres
1982, pág. 121.
La no vivencia de experiencias acorde a la dimensión temporal, genera inevitables
saltos que impiden la continuidad madurativa de la idea, abren la polémica, y degeneran
las soluciones progresistas. (6) Ya se pensaba en los finales del apenas anterior siglo
que “Somos conscientes de la imprevisible transformación del mundo y esperamos de la
ciencia, en los casos de conflictos y en las tensiones, que encuentre por si misma la
instancia apropiada de las decisiones”. H.G.
Gadamer, “Los fundamentos filosóficos del siglo XX”. (Edit. Gedisa, 1994).
No olvidemos que el pensamiento elaborado por los países líderes, es hoy producto de
la velocidad de sus ordenadores y el nivel relacional logrado, transformado en
pensamiento aplicado, desdibujando fronteras, y generador de las actitudes vitales del
ahora que nos permite vivir con el otro.
“Cuando más seas del mundo, menos necesitarás apartarte de él”. Bourdalque.
¿Qué significa ser responsable?
Según Jennifer Moore-Mallinos: “significa hacer lo que se supone que debes de hacer,
significa respetar las reglas, ya sea en la escuela, en casa o en la comunidad”. Al a ser
responsable, significa que as aceptado estas reglas actuando de una manera la cual
consideras apropiada. También significa tener cuidado con las cosas que nos importa,
como nuestras cosas personales, nuestros animales que tenemos a nuestro cuidado,
nuestros familiares e incluso nosotros mismos.
Me he percatado que hemos mal empleado la palabra responsabilidad, y consideramos
que es ser puntual, entregar en forma y hora trabajos y no faltar a la clases, pero lo que
para uno puede ser responsable para otros puede ser un estilo de vida, ya que según el
cuaderno pedagógico, fomentando los valores en educación básica no menciona; “el
término “valor” (como en este caso la responsabilidad) está relacionado con la propia
experiencia de la persona, afecta su conducta, configura y modela sus ideas y
condiciona sus sentimientos”. Cuando algunos consideran la puntualidad como una
definición científica para los demás significa un vivir diario en el cual no necesitan
escuchar el significado o saber las reglas de ser responsable, porque la responsabilidad
es su diario vivir, no necesitan correr para llegar temprano o entregar trabajos a tiempo,
simplemente actúan y viven en su momento y hora.
La esencia de los valores es su valer, el ser valioso. Este valor no depende de
apreciaciones subjetivas individuales; son valores objetivos, situados fuera del tiempo y
del espacio, por ejemplo: la paz, amor responsabilidad entre otras. Cuando los
educandos de la escuela donde laboro cumplen con su trabajo en hora y forma, me
percato que hay quienes se afligen por entregar y hay quienes simplemente cada día
están al día de los trabajo, es ahí donde la responsabilidad tiene un valor para algunos
alumnos y para otros simplemente es como si nacieron con la etiqueta del valor,
nacieron con valor, ya que desde pequeños fueron formados por sus familiares, y en el
ceno del hogar emana la responsabilidad.
El aprender a ser responsable lleva un proceso de tiempo que en ocasiones es largo, la
mayoría de nosotros desde pequeños nos inculcaron el significado de responsabilidad.
Ejemplo; cuando encontramos a una persona adulta en la calle hay que saludarla o
ayudarla si era necesario, o cuando en la escuela nos dejaban trabajo teníamos que
cumplir, o jugábamos con nuestros hermanos teníamos que ordenar nuestros desastres o
levantar las cosas que tirábamos. También aprendíamos que cuando hacemos algo
bueno con responsabilidad, esto era reciproco y hacíamos un bien por ello. El ser
responsable era bueno.
Según Marta Fabrega: nuestro nivel de responsabilidad aumenta con los años y con la
importancia de cada tarea que realizamos en su totalidad. Decidir ser responsable tiene
muchas recompensas positivas como las ya mencionadas, pero si decidimos no ser
responsable, tenemos que esperar que probablemente haya muchas consecuencias
negativas y adversas como resultado de nuestra decisión. ¿Tú que elegirías?.
Conclusión
Considero que hay que tener en cuenta los concepto de los autores mencionado por lo
que estoy de acuerdo con Jennifer Moore, el hacer lo que se nos ha encomendado hacer,
pero más que nada hacerlo un estilo de vida y vivir siendo responsables sin necesidad de
estar en constante preocupación por ella, cuando uno lo convierte en su diario vivir este
valor pasa a ser valioso, ya que esas actitudes que demostremos será lo que lo llevara
hacer de una manera observable. Cada uno tiene valores y entre ellos debe de estar la
responsabilidad, ya que los valores se perciben mediante una operación no intelectual
llamada estimación. ¿Y tú? ¡Tienes el valor o te vale!
Rosalio Miranda
Introducción
Iniciaré comentado lo siguiente “La sociedad representa el vínculo de unión y
convivencia de un pueblo que acepta normas para establecer un equilibrio de las
relaciones entre los miembros que la integran” (Enciclopedia de México Estudiantil,
1998); esta es la visión que todo ser como parte de una sociedad contempla, y dichas
normas entran en juicio según cada individuo las practiqué, y gane respeto y aceptación
dentro de su contexto, pues de acuerdo al medio en el que nos encontremos, serán las
reglas que se establezcan, aunque es preciso mencionar que dentro del medio social hay
ambientes que se interrelacionan dentro de la función social y están crean, modifican o
comparten normas, estas se dan más de acuerdo a las creencias religiosas aunque hay
otras que también influyen. Considerando que las relaciones humanas a lo largo de la
historia se manifiestan como una necesidad de convivencia armónica entre personas y
naciones.
Los intereses son mutuos y la finalidad es obtener un beneficio, el cual puede ser
comercial, político, religioso, sentimental o ideológico. Es así como entra el juego de las
normas dentro del medio social, aunque a veces estas tengan mayor influencia según el
beneficio que se busque, y es ahí donde algunos sectores se ven debilitados sobre todo
los marginados.
Pero antes de continuar verifiquemos conceptos relacionados con este tema Ética y
Moral. Ética “parte de la filosofía, que estudia la moral y las obligaciones del hombre”
(Gran diccionario enciclopédico visual, 1994), por esto podemos asociarlo con una
reflexión intelectual, basándola así en nuestra razón común a todos los hombres, en la
que podemos crear un terreno neutral al ofrecer y rebatir argumentos. Y la moral se
refiere al conjunto de los principios de conducta que hemos adquirido por asimilación
de las costumbres y valores de nuestro ambiente; es decir, la familia, la escuela, la
iglesia, el vecindario en que se desarrolla nuestra infancia donde construimos la base de
nuestra personalidad y fortalecemos los intereses de nuestra búsqueda en el papel social
que desarrollaremos.
Esta preocupación es la principal que enfoca mi atención al desarrollo del presente
trabajo, en otras palabras la atención a los factores condicionantes del desarrollo o de la
socialización del joven, indispensables en su adaptabilidad y participación social; ya que
el período prolongado y difícil de ajuste que experimentan los individuos durante la
juventud es concordante con las dificultades que tiene la sociedad para integrarlos y
brindarles oportunidades viables. El objetivo principal del presente es examinar, el
significado y las proyecciones del sector juvenil, desde el punto que sea dado,
considerando su actividad dentro de nuestras sociedades.
Teoría ética. Enfoque social
Una comunidad acepta regirse bajo leyes, principalmente por la socialización de los
individuos que la conforman, para hacer más fuerte este vínculo y establecer cierto
orden. Es importante revalorar que la base de la vida social es la familia, de la cual parte
la búsqueda de otros factores que propicien la convivencia.
La situación de los jóvenes en las sociedades actuales es sumamente particular. En
efecto, en esta etapa de la vida se enfrentan y contraponen dos escenarios sociales
diferentes: el espacio cerrado y sobreprotegido de la familia, que muchas veces se
vuelve asfixiante para el adolescente; y el horizonte abierto, amenazador e impredecible
de la sociedad mayor. Esta transición afecta en mayor escala cada vez mas tanto a los
jóvenes como a la sociedad; por lo que se debe reconocer la importancia del apoyo
familiar. Si bien lo afirman, Ringeling, Horwitz, Maddaleno y Jara,1991, al mencionar
que “En la etapa adolescente y juvenil, los componentes fundamentales de la red de
apoyo social son la familia, el grupo de pares o amigos y la institución educativa ”.
“Todas las sociedades disponen de instituciones o recursos que facilitan la integración
de los individuos y el cumplimiento de las tareas psicosociales y, por ende, protegen la
salud física y mental. Configuran sistemas o redes de apoyo social que, tal como lo
indica su nombre, proporcionan la ayuda o el “soporte” que los individuos reciben de
los diferentes grupos sociales a los cuales pertenecen (Ringeling, et. Al., 1991).
Entonces las teorías éticas tienen carácter normativo, pretenden la fundamentación de
los postulados y normas morales. La ética es solamente una reflexión acerca de la
moral, por lo que no debe pretender crear una nueva moral, porque sería una pretensión
inútil.
Aristóteles comienza reconociendo que todo el mundo busca la felicidad; y dentro de lo
que aporta Aristóteles es lo que la mayoría de la gente ya no suele hacer, porque se
confunde dentro del medio moral, olvidando la generalidad con la que debe ser
practicada la ética:
Examinar críticamente el concepto de felicidad.
Examinar si es acertada la elección que tomamos en nuestros actos.
Proponer el perfeccionamiento de la propia naturaleza humana como forma auténtica de
encontrar la felicidad.
Exponer como se fundamentan así las virtudes y las normas morales, etc.
Con esto identificamos lo que hacen las teorías éticas, permitir que los seres humanos
podamos justificar y fundamentar nuestros principios y normas. Las normas expresan
obligaciones, los juicios morales son juicios de valor.
Las complicaciones a las que se enfrentan los adolescentes en su vida social son
variadas, y ha pasado por diversas etapas de desarrollo, durante las cuales su papel
personal aceptado y el papel que otros esperan de él son muy diferentes del papel que
debe desempeñar ahora.
Para comenzar una socialización es relevante que los jóvenes descubran cuales son los
compromisos que tienen con la sociedad y aprendan a cumplirlos de manera
satisfactoria; tendrán que adoptar los comportamientos propios de los roles a efectuar;
han de aprender a distinguir entre lo que les gustaría hacer y las expectativas de los
otros respecto de ellos y de sí mismos; y además han de emplear los recursos de su
sociedad para llevar a cabo esos cometidos. De manera que aquí se pretende que los
muchachos se preparen para el futuro fortaleciendo valores, aptitudes, capacidades,
reciban la motivación necesaria (tanto por parte de los padres como los maestros,
patrones de los ejes principales de la formación de los ciudadanos), y ayuda para
relacionarse y socializarse, así se contribuiría en benefició de una sana personalidad, sin
olvidar que para esto también interviene el grupo de pares y amigos, factor importante
para los adolescentes.
Para lograr una socialización es importante aclarar algunos aspectos importantes para
ello y así poder alcanzar una buena relación con la sociedad, de la que pronto formara
parte. Uno de estos es el papel del contexto social, donde se encuentran enmarcados los
elementos claves de las condiciones en las que se realiza la inserción social y
profesional de los jóvenes.
Esto que tan aceptable puede ser, según el juicio de cada uno; recordemos que las
teorías éticas quieren establecer principios que justifiquen normas y juicios de este
estilo, pero el modo de justificarlos cambia de unas teorías a otras. Retomemos también
que la estructura gramatical de una norma moral es “Todos deben hacer X”, la forma del
juicio moral es “X es bueno”.
Ahora revisemos algunas afirmaciones de la siguiente clasificación de teorías éticas
(Claudio Gutiérrez, 1997) :
Teorías cognitivistas, las cuales afirman: Que “BUENO” es una cualidad de X. Que “X
ES BUENO” es una oración descriptiva. Que una oración así aporta un nuevo
conocimiento acerca de X. Teorías teológicas (materiales) Tratan de determinar el fin de
la vida humana, aquello que, si lo conseguimos, nos hará buenos. Fundan el deber en el
bien que se ofrece a la voluntad para que lo realice.
Teorías naturalistas, afirman que los términos morales equivalen a propiedades
naturales observables.
-Teorías deontológicas (formales), tratan de determinar qué es lo correcto.
-Teorías no cognitivistas, niegan los tres supuestos de las cognitivistas. Son el
emotivismo y el prescriptivismo.
• El eudemonismo aristotélico (felicidad). Aristóteles sostiene que el bien supremo del
hombre es la felicidad, es lo único que se basta a sí mismo. “Es una actividad del alma
conforme a una virtud perfecta”. Lo que nos hace felices es una actividad del alma, y la
actividad que nos hace buenos es el pensamiento. La buena elección consiste siempre en
un término medio de todo. La ética de Aristóteles es de perfeccionamiento del hombre.
• El hedonismo (placer), es vivir conforme a la naturaleza, y se identifica la felicidad
con el placer. Vivir de acuerdo con la naturaleza implica la moderación del placer. Los
excesos proceden de las falsas opiniones. Sólo será feliz quien escoge con prudencia,
sabe contenerse en la moderación e ignora las opiniones de los libertinos. Se distinguen
tres tipos de deseos: Deseos naturales y necesarios, Deseos naturales y no necesarios,
Deseos no naturales ni necesarios.
• El utilitarismo (bien), utilidad es la propiedad de cualquier objeto de producir
beneficio, ventaja, placer o felicidad. Principio de utilidad: el principio que aprueba o no
cualquier acción según su tendencia a aumentar o disminuir la felicidad de la parte
interesada. Los utilitaristas pretendieron convertir la moral en ciencia. No quisieron
hacer santos, sino hombres que colaborasen en una sociedad más feliz. Si el principio de
utilidad se aplica directamente a actos particulares se llama utilitarismo de los actos. El
utilitarismo de las reglas es al norma general, la que cumple el principio de utilidad.
Teorías intuicionistas, afirman: que los términos morales no son casualidades
“naturales”, que los términos morales solamente pueden ser definidos mediante otros
términos morales, que por lo menos un término moral será indefinible.
Moore propone una ética teleológica, una moral cuya bondad es conocida por intuición.
La ética de los valores, niega que el valor sea una cualidad natural, afirma que es una
cualidad “sui generis”, afirma que sólo puede ser captada por intuición.
Teorías subjetivistas, los valores carecen de realidad objetiva, es el hombre quien da
valor a las cosas. Estas teorías son psicológicas, irracionalistas y relativistas.
Teorías objetivistas, los valores son independientes del ser humano, que no los crea,
sino únicamente los descubra. Son también independientes respecto a las cosas mismas.
La teoría de los valores de Scheler(teoría general: todos los valores tienen un
fundamento, un fin); los valores son esencias; los valores son totalmente objetivos; el
hombre no los inventa, los descubre; y los descubre por intuición; tiene una jerarquía de
valores. Cuando contemplamos una cosa descubrimos el conjunto de valores que
residen en ella. Intuimos una jerarquía, con el siguiente esquema: valores sensibles
(alegría/pena, placer/dolor); valores de la civilización (útil/perjudicial); valores vitales
(noble/vulgar); valores culturales que pueden ser: estéticos (bello/feo), éticos-jurídicos
(justo/injusto), especulativos (verdadero/falso); valores religiosos (sagrado/profano).
Éticas no cognitivistas, si los términos éticos no representan cualidades observables no
significan nada. El uso de esos términos tiene que representar algún significado, aunque
no cognoscitivo.
Éticas procedimentales.
Ética “formal” Kantiana.
La pregunta fundamental de la ética es: “¿Qué debo hacer?, aunque también puede
formularse: ¿Qué condiciones debe cumplir una norma moral para que pueda obligar?
-Las normas morales tienen que tener validez universal (todos deben hacer X).
Kant rechaza las éticas del bien, y considera a las éticas de la felicidad egoístas, porque
la búsqueda de la felicidad no puede fundar normas universales. Propone una ética
deontológica y procedimental, no aparece solo como criterio de búsqueda, sino también
como norma moral (imperativo categórico)
La moral Kantiana reposa sobre la libertad. El imperativo categórico supone que es el
sujeto moral quien se da a si mismo las normas morales. Es deontológica y
procedimental, porque sólo atiende al procedimiento para establecer lo que es correcto.
Las transformaciones sociales del siglo XX, y de sus profundos efectos sobre la familia,
han marcado una fuerte disfunción familiar, dentro de las que uno de los retos que
enfrenta es el de satisfacer los requisitos básicos para el desarrollo sano de los
adolescentes y jóvenes. Para enfrentar este reto de manera eficaz es conveniente revisar
las funciones familiares que son importantes para la socialización, el desarrollo y
bienestar de los adolescentes, y sus familias.
Consideremos a Natalia Calderón, que define “la socialización es un proceso mediante
el cual, el individuo adopta los elementos socioculturales del medio ambiente y los
integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad. Dicho en otros términos,
socializar es el proceso por el cual el adolescente aprende a diferenciar lo aceptable de
lo inaceptable en su comportamiento, además, de ser un proceso muy importante que
debe fomentarse desde muy corta edad”.
Como resultado de este análisis, podemos afirmar que la diferencia entre moral y ética
se refiere a la forma en que nuestras convicciones están enraizadas en nosotros; no
afecta necesariamente el contenido de esas convicciones. En relación al contenido, ética
y moral son más bien coincidentes: ambas se refieren a cuestiones de valor, es decir, a
lo que consideramos bueno y lo que consideramos malo, lo que debemos aprobar o
reprobar, condenar o tratar de evitar. Así como las líneas de las teorías algunas con
limites espirituales y otras más materialistas.
Conclusión
La familia es el motor del individuo para iniciar su formación y obtener las herramientas
de socialización con los demás; por lo que, si bien las personas alrededor del
adolescente jugamos un papel integrador, son los padres los que ayudarán a que el joven
conozca, de manera orientada, las relaciones que se pueden dar, y cuidar que éstos en su
búsqueda de identidad, no pierdan su visión menospreciando los valores familiares, los
que serán una guía en los riesgos a los que se enfrente.
El sistema familiar, sobre todo en los medios urbanos marginales y en las áreas rurales,
obedece en general a una estructura altamente jerarquizada en las relaciones
interpersonales. El autoritarismo en la relación de pareja se repite entre padres e hijos, y
también entre los hermanos mayores y los menores. Esta asimetría puede derivar en
abuso hacia los miembros más débiles del grupo familiar. Los jóvenes perciben
claramente este riesgo implícito en la necesidad de ser mejor comprendidos por sus
padres. De que ambos grupos interaccionen mejor.
Los padres independientemente de la relación de pareja que establezcan no deben
descuidar la orientación de los hijos, sobre todo durante la adolescencia y en la niñez,
donde se fundamentan las visiones del individuo, las cuales pueden ser poco adecuadas
para el adolescente que no tuvo una infancia plena.
En síntesis, la importancia que los padres y los hijos asignan a la interacción familiar,
corrobora el valor de la familia como factor de apoyo en la socialización y el desarrollo
del adolescente. El apoyo externo a la familia, con adolescentes para que pueda
desempeñar más satisfactoriamente su papel protector del desarrollo sano de los
jóvenes, emerge como una tarea que se irá multiplicando y perfeccionando, al igual que
los programas dirigidos a prevenir y tratar conductas de riesgo específicas de los
jóvenes. La abundante información que se produce en la actualidad, puede ser utilizada
desde una perspectiva individual, por los profesionales de la salud o por los maestros
que trabajan con adolescentes; desde una perspectiva colectiva, la información es
aplicable a los programas preventivos y de promoción de la salud de este grupo de edad.
A continuación señalo las siguientes anotaciones importantes sobre la función de la
familia y dentro del rol de está:
La familia es el grupo celular de la sociedad, la cual, a su vez, está compuesta de
individuos.
El entorno familiar es el escenario donde el individuo forja los valores, hábitos y
conocimientos básicos, que le servirán para interactuar y socializar con los individuos
ajenos al núcleo familiar.
Es de carácter estratégico, el hecho de considerar el conocimiento con que se cuenta
sobre la conformación y comportamiento del núcleo familiar, como una herramienta
básica en la generación de programas de apoyo o políticas públicas, examinadas a
contribuir a mejorar o brindar opciones, especialmente a los adolescentes en condición
de calle, violencia o droga.
Es importante diseñar políticas públicas dirigidas a la generación de foros, eventos o
conferencias, que sean catalizadores en el desarrollo de la socialización del individuo
adolescente. Así también, para brindar opciones de capacitación adecuadas para padres
e hijos.
Fuentes de información
Enciclopedia de México estudiantil, COLOR programa educativo visual, Colombia,
1998.
Gran diccionario enciclopédico visual, Pragrama educativo visual, S.L.; Colombia,
1994.
Ringeling, I., N. Horwitz, M. Maddaleno y C. Jara, “un modelo psicosocial para el
estudio de la adolescencia” en R. Florenzano et al., (eds.), Temas de salud mental y
atención primaria de salud, Santiago, Universidad de Chile, Facultad de Medicina,
1991.
CALDERÓN Astorga Natalia, Socialización como elemento fundamental de la vida,
Pedagogía, www.monografías.com.
Presentación didáctica de las principales teorías y principios éticos dentro de un
contexto humanista.
www.claudiogutierrez.com/Introduccion_a_la_etica.html
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_______Las lecciones de las crisis
personales
Autor: Dr. Renny Yagosesky
Autoayuda y superación personal
11-11-2010
En algún momento de nuestras vidas, todos hemos vivido situaciones de crisis de tipo
personal, familiar o laboral. En ocasiones, no sabemos cómo enfrentar ese momento ni
sus consecuencias. ¿Cuál es el mensaje de las crisis y que podemos hacer para
superarlas? Siga leyendo.
Nuestra vida es un continuo de experiencias en medio de las cuales buscamos lograr
objetivos y obtener bienestar emocional. A veces, sin embargo, la conjunción de
algunos factores o circunstancias conspiran para generar estados complejos en los que
se nos escapa el control y se pierde en sentido de claridad y la sensación de seguridad. A
este estado lo denominamos comúnmente, como “crisis”.
Una crisis es un momento de tensión y cambio que nos induce a transitar por la
incertidumbre y a usar la creatividad, ya que es un tiempo de ciclos que se cierran para
dar paso a nuevas maneras de vernos y de ver nuestra vida. Por lo general
experimentamos las crisis como momentos tensos, debido a que insistimos en querer
perpetuar lo que ya ha fenecido, ha muerto o se ha marchitado. Las crisis se reconocen
por el surgimiento de emociones intensas, confusión, cambios radicales en la manera de
ver las cosas, así como por la presencia de situaciones inusuales e inmanejables.
Una visión favorable de las crisis es percibirlas como espacios de crecimiento personal,
oportunidades de revisión, decisión y autoconocimiento, como un paréntesis que nos
lleva a descubrir patrones mentales y emocionales que pugnan por renovarse.
Hay buenos ejemplos de esto. Gracias a una crisis de salud, Julio Iglesias abandonó el
fútbol y se convirtió en cantante. Hoy es un hombre record con más de 500 millones de
discos vendidos. Por una crisis de dinero, Stephen King nació como escritor y ahora es
el autor más leído del mundo. Como he señalado en mi libro El Mensaje de los Sabios:
“…hay remedios amargos que curan”.
Cada crisis trae consigo cambios significativos. La muerte de un familiar, un accidente,
un divorcio, o el fracaso al intentar lograr un objetivo importante, pueden bastar para
modificar sustancialmente la forma de vida que llevamos.
Debe entenderse que pocas veces las crisis aparecen repentinamente. Por lo general, son
producto de procesos acumulativos, de los que no nos percatamos o que ignoramos,
hasta que algún detonante rebosa el vaso y nos vemos afectados en nuestras rutinas y
estabilidades. Así, nos vemos forzados repentinamente a modificar un hábito, dejar un
trabajo, renovar una relación, cambiar de vivienda o retomar los estudios. Las crisis nos
empujan a crear a dar un salto y crear luego un nuevo equilibrio.
Una crisis económica puede verse como una invitación a encontrarnos con nuestra
verdadera vocación, a desarrollar la creatividad, a mejorar las relaciones, a cambiar de
escenario laboral o a revisar la forma como manejamos el dinero. Una crisis de pareja,
puede revelar la necesidad de abordar aspectos bloqueados o ignorados en el vínculo o,
de decir un adiós, definitivamente. Una crisis de salud podría ser el grito del cuerpo para
mostrarnos el agotamiento, el miedo, la tensión o el descuido que no vemos, y para
empujarnos a superar las tristezas, resentimientos, culpas o vacíos. Podría ser lo
requerido para observar que vamos muy de prisa, que estamos anclados en el auto-
abandono o que hemos olvidado el placer de vivir.
A veces nos autogeneramos crisis, y las usamos, sin siquiera notarlo, como recursos
simbólicos para ganar la atención de nuestros seres queridos. También, son escenarios
creado para poder descansar sin sentirnos culpables, para tener el valor de cambiar de
vida, o maneras de renunciar y rendirnos. Creo, como Stanislav Grof y Roberto
Assagioli, que muchas de las crisis que tildamos de enfermedad o de locura, son en
realidad etapas de transición en un proceso complejo de evolución y crecimiento
interior.
Para superar las crisis, debemos aceptar que son procesos de cambio, y parte normal de
la vida humana, de las que somos en buena medida responsables. Son mensajeras de
cambios, que muchas veces exigen ayuda profesional. Y que deben ser abordadas no
con resistencia, sino con apertura para ver sus lecciones. Y comprender que reducir
crisis impone vivir más alerta, captar los indicios de cambio cuando aparezcan, aprender
a ser más previsivos, ampliar nuestras opciones para depender menos de opciones
únicas, y aceptar lo que no se puede controlar. En resumen: Menos expectativas, más
opciones y más aceptación. Gracias por leerme. www.laexcelencia.com.
09-11-2010
Buscar una identidad como persona es una de las problemáticas actuales de los jóvenes,
pero que se debe de guiar desde niños. Tener una imagen personal unica e
independiente permitirá que las personas sean mejores, tanto para ellas mismas como
para mejorar en la sociedad.
La imagen personal que identifica a un individuo en la sociedad debe ser propia y no ser
imitaciones, ya que cada uno representa un mundo y tiene sus propias necesidades que
son el resultado según la capacidad que uno desarrolle.
La imagen debe ser original para tener una identidad original. Sin olvidar mi identidad
de origen.
La imagen personal en busca de una identidad
La identidad según Erich Fromm es una necesidad afectiva ("sentimiento"), cognitiva
("conciencia de sí mismo y del vecino como personas diferentes") y activa (el ser
humano tiene que "tomar decisiones" haciendo uso de su libertad y voluntad).
Horacio Krell menciona que identidad es la respuesta a las preguntas quién soy, qué
soy, de dónde vengo, hacia dónde voy. Pero el concepto de identidad apunta también a
qué quiero ser.
La identidad de una persona no es mas que una identificación con uno mismo acerca de
quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, pero para ello necesitamos aceptarnos y
motivarnos, tener disposición a aceptarme tal cual soy.
En la actualidad la juventud esta en un gran dilema al querer encontrar su identidad, ya
que se encuentra bombardeada por una infinidad de información difundida a través de
diversos medios como lo son: el Internet (en mayor proporción en la actualidad por el
fácil acceso a la red) y la televisión (considerada la segunda madre de los niños por la
gran cantidad de tiempo que pasan con ella); estos dos medios son los que mas influyen
en los niños y jóvenes de la actualidad.
Los niños y adolescentes se ven confundidos al tratar de encontrar una identidad una
personalidad que los identifique y al mismo tiempo los acepten en la sociedad, ya que la
misma sociedad juega un papel importante en la toma de esta decisión, porque suele
excluir a las personas que no son bien vistas.
Para estar presentes en la sociedad como personas activas deben presentar una imagen
ante la comunidad, esta imagen como se menciono se ve empapada por los distintos
medios de comunicación, ellos intentan seguir a personas, ídolos, imitándolos en la
mayoría de los aspectos posibles, vestimenta, posturas, forma de hablar, formas de
actuar, etc., y sin duda alguna pues eso trae para ellos grandes problemas por no ser
personas “originales” y llegar a confundirse sin saber que es lo que ellos quieren.
Todos al momento de nacer tenemos nuestra identidad como individuos de una nación,
estado y municipio de donde somos, esta identidad nadie nos la puede quitar es la que
por derecho obtenemos al pertenecer al país, mismo derecho que esta plasmado en la
constitución política de los estado unidos mexicanos, pero si podemos modificar nuestra
imagen personal.
El cambio que nosotros provoquemos a nuestra imagen personal, es decir la forma en
que nos presentemos ante los ojos de la sociedad, permitirá nuestro propio desarrollo
como individuos.
La forma de vestir, de caminar, de actuar, que es lo que las personas juzgan del
individuo sin darse cuenta que lo que en realidad cuenta en la imagen de una persona es
como actúas en si en la sociedad, como te desenvuelves como ciudadano, que haces de
provecho para la misma comunidad.
Se suele juzgar las personas con la primera imagen que dan a simple vista, no nos
detenemos a observar o a saber mas de esas personas, aunque claro esta que no por el
hecho de ser personas humildes signifique que se tenga una imagen poco digna de un
individuo pensante y conciente de sus actos, siempre por mas sencilla que sea la forma
debe de tener uno una pulcritud y respetar a su persona misma.
Todos somos seres únicos, por lo mismo debemos ser concientes de que poseemos una
imagen propia que debemos de descubrir a través del tiempo, con ayuda de vivencias y
experiencias que formaran a un individuo único y original.
No deben existir copias de personas, al contrario para lograr el cambio en el mundo
debemos ser personas independientes que tengan una forma de pensar personal pero con
provecho y con mirada hacia adelante en busca de una mejora de la sociedad.
Mi forma de identificarme ante la sociedad será proyectando una imagen de mi mismo
de una manera única, personal, original que cubra mis necesidades propias que harán
que sea mejor persona y el cambio en la sociedad se ira dando solo con el mismo
progreso de cada uno.
Debemos evitar a las personas clonadas de otras personas, porque de esa manera se
contamina el mundo, si la persona original no es la correcta para ser multiplicada.
Como lo menciona Martín Buber: “En este mundo cada persona representa algo nuevo,
algo que nunca ha existido todavía, algo único y original. Es deber de cada uno el
saber... que nunca ha existido en el mundo nadie semejante a él, porque si hubiese
existido alguien semejante a él, ya no sería necesaria su existencia. Cada persona en el
mundo, es una cosa nueva y está llamada a realizar su peculiaridad.
Bibliografía
Fromm, Erich, 1967, "Psicoanálisis de la sociedad contemporánea". México, 5ta
Edición.
DR HORACIO KRELL
http://www.ilvem.com/shop/otraspaginas.asp?paginanp=363&t=IDENTIDAD.htm
MARTIN BUBER
http://sicolog.com/?a=161
09-11-2010
03-11-2010
21-10-2010
El triunfo y la derrota son hermanos siameses que solo pueden explicarse en su íntima
coexistencia. Por lo tanto el “miedo a perder” puede igualmente ser entendido como el
“miedo a ganar”, porque todo aquel que quiere alcanzar la victoria implícitamente
reconoce la existencia y la probabilidad de la derrota; y si se pone en acción es
básicamente producto de que su amor por la victoria es superior a su temor por la
derrota.
Entre los motivos más importantes de tribulación que tienen las personas se encuentra el
poderoso “temor a perder“. Este es un factor recurrente como causa de parálisis para
enfrentar tanto las oportunidades como las adversidades que presenta la vida. No son
pocas las personas que tienen una existencia limitada y mediocre solamente por el
miedo que les representa hacer cualquier cosa que involucre riesgo de perder algo.
Estos seres acuden a un equivocado sentido de la seguridad y se refugian en la inacción
y en un sentido tan conservador de la vida que incluso atenta contra la dinámica natural
de las cosas. Y por supuesto nada positivo emerge de enfrentarse a la naturaleza de las
cosas: porque la vida es en esencia cambio dinámico, transformación, lucha. Entender
que las cosas pueden ser de otra manera por efecto de nuestros temores es absurdo. El
miedo, en realidad, cuando constituye huésped permanente de nuestro carácter origina
una espiral interminable de zozobra, ausencia de paz y fracaso.
En una buena parte de los casos el miedo a perder es producto de un espíritu débil. La
dimensión espiritual del hombre se manifiesta fundamentalmente a través de la Fe y ésta
es justamente la que se encuentra ausente entre aquellos que profesan un agudo temor a
perder. La Fe transmite seguridad en el porvenir.
En otros casos el miedo a perder es producto de un alma débil. En el alma se refugia la
plataforma de emociones y de racionalidad del hombre, de allá emerge el deseo, el
valor, la confianza, la seguridad, la suficiencia y hasta el propio orgullo; todos ellos
constituyen elementos lastimados en aquellas personas que se paralizan por efecto del
temor.
Y por último existe otro factor que explica también el fenómeno, uno que
probablemente tiene aristas de mayor dramatismo: el miedo a perder se manifiesta entre
aquellos que no quieren ganar.
Podemos suponer que las personas que tienen “miedo a perder” en realidad son
personas que quieren ganar como cualquier otro; es decir, “no es que no quiera ganar,
sólo que tengo miedo de perder”; sin embargo esta deducción no es apropiada porque en
la vida sólo gana aquel que ha perdido y sólo pierde aquél que quiere ganar. Esta es la
dinámica básica. El triunfo y la derrota son hermanos siameses que solo pueden
explicarse en su íntima coexistencia. Por lo tanto el “miedo a perder” puede igualmente
ser entendido como el “miedo a ganar”, porque todo aquel que quiere alcanzar la
victoria implícitamente reconoce la existencia y la probabilidad de la derrota; y si se
pone en acción es básicamente producto de que su amor por la victoria es superior a su
temor por la derrota.
Cuando la interpretación del “temor a perder” alcanza la esfera del deseo de ganar se
convierte ya en un problema complejo para el hombre y para la sociedad de la que
forma parte, porque este tipo de persona construye y produce poco, limita su capacidad
competitiva y puede convertirse en una víctima de la ineludible dinámica que forma la
vida.
Las familias y las sociedades deben formar hombres de victoria si quieren desarrollarse
y quieren prosperar. En esto no puede haber elección, por lo menos de carácter
consciente.
En el ámbito familiar muchos padres se preocupan de los casos en que un hijo “no sabe
perder” y en ello concentran su preocupación y sus medidas correctivas. Lo apropiado,
sin embargo, no radica en enseñar a los hijos “cómo perder” sino “cómo ganar”, porque
en el amor por la victoria se encuentra la lección esencial del carácter que tienen las
derrotas y la forma en la que deben tratarse para que no se interpongan en el camino del
triunfo. Esencialmente es quien sabe ganar el que, a la vez, sabe perder.
En el ámbito social están extendidos los mecanismos de socorro y de asistencialismo
para el que pierde, en tanto que la política apropiada es enseñarle a ganar.
Son extensas y variadas las enseñanzas que tenemos a mano para Aprender a Ganar
pero entre todas ellas algunas son las más apropiadas para vencer el temor:
1.- Visualizar fijamente la meta, el objetivo. La victoria siempre está adelante, no está ni
atrás, ni a derecha ni a izquierda. El camino al triunfo es un túnel perfecto, hay una sola
salida. Si quiere entiéndalo de esta manera: el tren no llega por delante, el tren viene por
atrás.
2.- Caminar sin detenerse. Caminar hacia adelante, no parar. El mejor consejo en esta
etapa proviene de un hermoso anuncio publicitario: “keep walking”, siga caminando.
Cuando más difícil sea la jornada, cuando más lejana se presente la meta y cuando
menores sean las fuerzas: siga caminando. Cuando las probabilidades de alcanzar el
triunfo sean pequeñas: siga caminando. Cuando se perdió la posibilidad de alcanzar el
objetivo: siga caminando. La derrota definitiva no alcanza nunca a quienes siguen
caminando, más bien son ellos quienes caminando sin parar, un día alcanzan la victoria.
3.- Cuando el camino se emprende con Fe y virtuosismo tanto la victoria como la
derrota constituyen ganancia . El hombre de bien, el hombre que hace las cosas bien y
para bien debe entender que la derrota o la perdida se produce “por algún buen motivo”.
Compréndase siempre que la vida premia (más temprano que tarde) al hombre de bien.
Ninguna premisa diferente puede apropiarse de nuestras mentes. La máxima del pago de
bien por bien es matemática y el triunfo para el que persevera es una determinación
estadística.
4.- No son precisamente los hombres de poderosa visión, de agudo intelecto o de
incansable sacrificio quienes ganan la carrera por la vida o quienes desconocen el temor
de perder; son los hombres que entienden las sencillas afirmaciones hechas antes
quienes poseen las mejores oportunidades.
5.- El dinero, la fama, el poder, el amor se pueden perder en alguna circunstancia de la
vida, pero uno no puede perderse a sí mismo, porque somos nuestro único y principal
activo. Nosotros ya éramos alguien antes del dinero, antes de la fama, del poder o del
amor y lo seguimos siendo ahora. Nuestra existencia es un libro hermoso formado por
muchos capítulos, cada uno tiene una importancia trascendental, cada uno hay que
leerlo y vivirlo para entender y disfrutar del conjunto. Cuando un capítulo termina otro
se inicia y la historia continúa con el mismo vigor, con el mismo interés. Este hermoso
libro solo se pierde cuando su vivencia queda trunca en algún capítulo y allí lo
abandonamos. Por lo demás sólo cuando nuestro viaje por la vida ha terminado puede
alguien concluir si se ha tratado de una historia de victoria o de derrota. Sólo entonces la
obligación con nuestro destino ha terminado.
6.- Todo lo que tenemos en la vida es un REGALO y resulta bueno no aferrarse a nada
más allá de lo razonable. Corresponde dar una buena pelea y defender todo lo que
hemos conseguido, pero allí termina el imperativo. Si hemos sembrado bien, los regalos
seguirán apareciendo en la vida. Ninguna vida puede medirse en términos del “derecho”
por aquello que tenemos. Desde el momento que no nos asiste derecho alguno para
seguir vivos al día siguiente, todo lo demás sólo forma parte de una bendición que debe
reconocerse con humildad.
7.- Consideremos que todo aquello que perdamos en el afán de alcanzar victorias
constituye una semilla más que garantiza una futura cosecha. Ofrendemos nuestra
pérdida como la entrega de un obsequio en beneficio de nuestras acciones y de nuestras
ideas, por un impulso de amor a nuestros sueños, acatamiento a nuestra sana ambición y
solidaridad con nuestro esfuerzo.
También reflexionemos en lo siguiente: el temor a perder, aquel que paraliza nuestras
acciones, tiene en sí mismo una trágica Incoherencia, pues ¿cómo podemos valorar lo
que hoy tenemos miedo de perder sin entender que en su momento algo tuvimos que
hacer para ganarlo?
¡Algo bueno hicimos para ganar lo que hoy tenemos! Y nunca lo hubiéramos
conseguido si entonces nos gobernaba la parálisis que hoy nos genera el miedo a perder.
La vida es un milagro maravilloso y tenemos la obligación de ganarnos sus favores.
Ningún presente nos ha sido entregado en esta tierra para atesorarlo, todo fruto tiene que
ser nuevamente sembrado para multiplicar las bendiciones. Al final del viaje solo tiene
valor aquello que se ha hecho y lo que se ha entregado, porque todo lo demás
efectivamente se pierde sin remedio.
¿Cómo está nuestro amor propio?, ¿qué tanto nos valoramos?, ¿hemos olvidado que
pertenecemos a la estirpe de quienes domaron la naturaleza y conquistaron la tierra?,
¿somos parte de ésa especie que dominó los mares y conquistó el espacio?, ¿estamos
conscientes que mucha gente perdió incluso la vida para que hoy seamos lo que somos?
¿Qué ejemplo deseamos dejarle a nuestros hijos?, ¿el de hombres timoratos,
pusilánimes, cortos de visión y carentes de ambiciones básicas o el de hombres
valerosos, capaces de dominar sus temores y de retar a la vida con los puños por
delante?
Sabiamente decía Franklin Delano Roosevelt que sólo debemos tenerle miedo al miedo
mismo.
Carlos Eduardo Nava Condarco - carlosnava365@gmail.com
Natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, tiene 45 años, es
Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente Socio Gerente de la empresa
CHAINS SRL, administradora de la cadena de restaurantes de Taxi Subs, Pizza Uno,
Chifa Box, Clock´s, Buenos Aires Grill, Family Center y Big Ben. Es autor de los libros
“El Strategos y la guerra en el mundo de los negocios” y “Los Problemas y Yo: historia
de una amistad”.
30-09-2010
Entre las cosas más simples, más bellas y más efectivas que existen se encuentran los
Valores Humanos, esos condicionamientos de actitud moral que se hallan
profundamente arraigados en el espíritu del hombre. No hay ningún rastro de
complejidad en los Valores que debe adoptar una persona como factor directriz de sus
actos en la vida, no existe ningún doblez en ellos. La aplicación de Valores correctos
previene la adversidad y constituye formula efectiva y receta maravillosa para
resolverla.
Pocas cosas existen en la vida, especialmente en términos del hombre y su conducta
individual y social, cuya evaluación pueda estar determinada por una fórmula específica
y cuya solución dependa de la sencilla aplicación de una “receta”, cual la posología que
emita un galeno.
La complejidad del hombre y de su entorno social provoca que sea muy difícil pensar, o
incluso suponer, que existan remedios sencillos o “curas milagrosas” para las
dificultades que lo aquejan. La idea de lo sencillo, o de lo simple ya no pertenece a esta
época que nos toca vivir, la dificultad forma parte de una estructura mental que
condiciona la forma de hacer y ver las cosas en este mundo que se afana de ser
“moderno”. En nuestra concepción contemporánea de las cosas, los problemas, los
conflictos y las adversidades siempre son complejos y las explicaciones simples o
soluciones sencillas siempre son “sospechosas”. El hombre de hoy está programado
para la dificultad desde su niñez, desde entonces se lo prepara para que enfrente un
mundo despiadado, una vida dura y difícil. El niño entiende mucho de la dificultad antes
de conocerla. Sólo se le promete “sangre, sudor y lágrimas” al mejor estilo de un
Winston Churchill que visualiza inminente dolor y destrucción para su pueblo.
Probablemente el error no radique en presentar con cruda objetividad lo que es la vida o
lo que puede llegar a ser, pero sí es una seria falta marginar de todo esto el significado
de lo simple, de lo fácil, de lo sencillo. Hasta cierto punto es razonable plantearse con
convicción que la vida es muy difícil, pero no es nada racional plantearse que por ende
toda solución de la dificultad debe también ser difícil. Suponer que para un problema
difícil la solución es por fuerza difícil es absurdo, sin embargo es precisamente lo que
termina por programarse en la mente de la gente gracias a la proclama incansable de la
dificultad.
Debemos entender claramente que la sencillez no solo existe, también es el camino
idóneo para la resolución de problemas, lo contrario es solo un afán de complicarse la
vida de manera gratuita. También debemos entender que sí existen fórmulas específicas
y “recetas” maravillosas para prevenir y para actuar sobre las adversidades. Incluso es
sano suponer que los propios milagros existen porque el hombre mismo no es nada más
que eso: un milagro. Veamos un ejemplo concreto de una fórmula específica que evita
problemas: el hombre que no cae en un vicio o en la tentación de él (sea cual fuere éste)
seguramente evita serias contrariedades en algún momento de su vida. Así de sencillo.
¿Alguien podría objetar este hecho? ¿Acaso no es una verdad consumada que el hombre
de conducta recta, por ejemplo, tiene menos probabilidades de enfrentar problemas que
el hombre de vida disipada y de conducta errática? O analicemos por un momento el
caso de una “receta” maravillosa: “el fuego no se apaga con fuego”, es decir que la
solución de un problema nunca se encuentra en la aplicación de medidas que sólo lo
aviven.
Esta es una máxima, una “receta” de ésas que tanto molestan a ciertos intelectuales que
viven de la complejidad. Lo simple no sólo existe también es muestra conmovedora de
belleza y efectividad.
Entre las cosas más simples, más bellas y más efectivas que existen se encuentran los
Valores Humanos, esos condicionamientos de actitud moral que se hallan
profundamente arraigados en el espíritu del hombre. No hay ningún rastro de
complejidad en los Valores que debe adoptar una persona como factor directriz de sus
actos en la vida, no existe ningún doblez en ellos. La aplicación de Valores correctos
previene la adversidad y constituye formula efectiva y receta maravillosa para
resolverla.
Probablemente el único aspecto dramático relacionado a la sencillez de los Valores sea
la propia determinación de éstos, porque es también el hombre quien en su libre
albedrío los establece. El hombre mismo es quién puede equivocarse en la
determinación de los Valores que dirigen su vida y allí, por supuesto, corre el riesgo de
terminar mal.
Afortunadamente para esto también existe prevención, porque nos ha sido otorgada
desde hace mucho tiempo la “receta” de Valores que no deja margen a la equivocación.
Su ejercicio solo lleva a la confirmación que las dificultades de la vida se pueden evitar
y se pueden enfrentar de manera simple y efectiva. Puede argumentarse, por supuesto,
que la fijación de Valores responde a consideraciones de cultura, de ambiente, de
tiempo, de dogma, de filosofía aplicada, de psicología social, etc.; pero ante esto
también corresponde ser prácticos y sencillos, porque los Valores responden primero a
una íntima consideración personal. Allí, en lo profundo del corazón y de la conciencia,
un llamado a ciertos Valores Humanos alcanza una respuesta natural de nuestros
espíritus. Si esto sucede, nuestro mismo ser reconoce la validez de los Valores que se le
plantean y los adopta. Por otra parte si los Valores pueden demostrarse efectivos y
suficientes en sí mismos, superan también cualquier prueba de admisión.
El conjunto de Valores Humanos descritos a continuación ha pasado todas las pruebas
de la historia, todos los rigores del tiempo, todos los cambios de la humanidad. Y su
contenido y su eficacia permanecen incólumes, su sabiduría poderosa, su poder
inalterable. Sería simplemente absurdo ignorarlo por consideraciones de metodología
intelectual.
Hace más de dos mil años, Pedro, el apóstol y piedra angular de la futura iglesia
cristiana le planteaba a la humanidad esta “prescripción“ maravillosa de Valores:
1.- La caminata exitosa por la vida precisa primero Tener Fe. El hombre victorioso
debe ser una persona que tenga CERTEZA de aquello que espera y CONVICCION por
el resultado que aún no ve. Es absolutamente indispensable CREER más allá de las
circunstancias, tener seguridad en el resultado que se espera. La vida otorga poco a los
hombres de poca Fe.
Entre los resultados y los acontecimientos más inciertos la Fe del hombre en la tarea y
en las posibilidades no debe menguar. Una proporción enorme de los fracasos se
explican por abandono. El éxito no se alimenta del tiempo, el éxito vence al tiempo, lo
domina. El éxito no es una carrera de velocidad, el éxito es una carrera de fondo. La
capacidad de resistir las adversidades, la fortaleza para caminar en medio de ellas,
absolutamente convencido de las posibilidades de victoria, sólo puede encontrarse en
una inquebrantable Fe. Y la Fe no debe confundirse con esperanza, la Fe establece
completa seguridad en el empeño. Tampoco debe confundirse con falta de flexibilidad o
de sentido práctico. Estas últimas son actitudes que deben aplicarse en el camino, la Fe
debe estar puesta en el objetivo, aquel que se encuentra al final del camino.
Este primer ingrediente de la receta es insustituible. La persona que no tiene Fe en sí
misma, en lo que hace y en lo que puede conseguir, no superará las pruebas y la victoria
le está absolutamente vedada.
2.- El camino correcto se encuentra añadiendo a la Fe, Virtud. La Virtud es una
cualidad personal buena y correcta, la Virtud se demuestra con buena conducta y un
comportamiento que se ajusta a las normas y leyes morales. El hombre debe ejercitar
una acción virtuosa y un recto modo de proceder. Sin esto último la Fe no se consuma
porque la vida solo presentará caminos tortuosos, llenos de obstáculos y contrariedades.
Muchos hombres de Fe terminan por abandonarla ante la magnitud de los problemas
que enfrentan, pero la Fe no puede evitar el surgimiento de problemas si el hombre que
dice profesarla no es alguien que haga de lo virtuoso su código de conducta. Es cierto
que el mundo no puede mostrarnos muchos hombres de Fe, pero aún muchos menos son
aquellos que a ella le añaden Virtud. En esta última categoría seguramente ya no se
inscriben los Hitler o los Stalin, personajes de actitudes mesiánicas que tuvieron Fe
enorme en “su llamado” y en sí mismos pero que carecieron de Virtud.
3.- Las dificultades del camino se evitan añadiendo a la Virtud, Conocimiento. Esta
es la facultad de entender y juzgar las cosas. El Conocimiento es entendimiento e
inteligencia. Aquí se premia el esfuerzo del hombre por aprender y saber, por
experimentar y crecer. Cuando el conocimiento se suma a la Fe y a la Virtud emerge
más allá de la erudición.
Resulta conmovedor apreciar cada momento cuántas personas fundamentan su recorrido
por la vida y su búsqueda de éxito tan solo en su capacidad intelectual: ésta es una
muestra dramática de pobreza, pero también es conmovedor ver a gente de Fe y de
innegable Virtud sin fruto en su existencia por carecer de Conocimiento: ésta es otra
forma de pobreza.
Por ello esta receta maravillosa añade Valores específicos unos a otros, porque solo en
su combinación intrínseca y en su sinergia se alcanza el sentido y el beneficio.
Si el ser humano no es entendido de forma integral, en el sentido completo de su
naturaleza, poco aprovecha el interés de conocerlo. El hombre es una criatura de
complejidades fantásticas, no ocupa una sola dimensión. Aquellos apologistas del
conocimiento, de la técnica y de la ciencia como elementos diferenciadores del
bienestar presente y futuro de la humanidad, no están conceptualmente habilitados para
entender al ser humano. Ellos padecen un complejo de inferioridad ante el pavoroso
poder de los elementos y de los fenómenos que componen nuestro universo, y como el
humilde hombre que hace un par de siglos sintió alivio enorme por su futuro al
presenciar las primeras máquinas de vapor, ellos quieren sentirse más seguros apostando
el porvenir de la especie al Conocimiento del hombre.
En realidad, el destino de la humanidad se encuentra en su capacidad de entender y
aplicar los Valores que en privilegio absoluto sobre las otras especies le han sido
otorgados.
4.- La libertad en el camino procede de añadir al Conocimiento, Dominio Propio.
¡Cuántas personas desconocen el éxito y la victoria porque no conocen el Dominio
Propio! El Problema mayor del hombre lo constituye él mismo, la pelea principal se
desarrolla en su interior. No tenemos enemigo más peligroso que nosotros mismos, no
hay juez más inflexible ni verdugo más eficaz.
El Dominio Propio le exige al hombre capacidad de autogobernarse, de controlar sus
emociones, sus miedos y sus angustias, con la serenidad de quien posee Fe en sus
condiciones y en sus posibilidades, Virtud para sostenerlas y Conocimiento para
llevarlas a buen fin.
El Dominio Propio es un estado indispensable para el ejercicio de la vida. El control de
las emociones es un mecanismo de equilibrio vital para el carácter mismo que tiene la
adversidad, pues ésta viene revestida de elementos de enorme intensidad. Cuando los
problemas no son tratados con elevadas dosis de Dominio Propio, desaparece el
equilibrio, se combate el fuego con fuego, se avivan las llamas, hasta el punto en que el
fuego termina prevaleciendo.
Si el hombre no tiene capacidad de controlarse a sí mismo entonces no tiene capacidad
de controlar sus problemas.
En la lid cotidiana contra los conflictos y las contrariedades la razón debe imponer sus
buenos argumentos sobre el conjunto de emociones. Sin ello no existe posibilidad de
victoria. La convocatoria se dirige a la razón precisamente porque la lid misma está
plagada de emociones. Y si bien el objetivo no es eliminar las emociones o
desconocerlas, resulta imperioso impedir que ellas dominen las circunstancias. Los
conflictos que enfrentamos en la vida están llenos de emociones, ellas están allí porque
responden a un llamado natural. Las emociones se filtran por todas partes, por cada
resquicio y cada momento que establece la adversidad, no desaparecen por absurdo
esfuerzo que se imprima en la tarea, permanecen impasibles en tanto el ser humano
protagoniza la obra. Porque las emociones son en última instancia el combustible
mismo del hombre, el alimento del alma y su fuerza motriz.
El objetivo es alcanzar Control. Las emociones deben controlarse; es necesario
equilibrar su impulso con una fuerza contraria que modere sus efectos y encauce sus
energías. Esta fuerza opuesta es la razón.
La razón viene acompañada con un vasto instrumental de lógica, sentido común,
principio, urgencia, conveniencia, convicción. Y todo ello se antepone a la emoción
desbocada en forma de un pensamiento claro, de un argumento.
El deseo mismo de hacer prevalecer la razón ante la adversidad se convierte luego en
una emoción que sostiene el proceso, construyendo con ello un cauce útil y beneficioso
para el desenvolvimiento de las energías. Napoleón confesaba que el momento de sus
aprontes militares se hundía en agitación penosa, parecía una joven que da a luz, pero
ello no le privaba de mostrarse sereno ante la gente que lo rodeaba, y cuando tomaba
una decisión todo quedaba en el olvido, menos lo que era necesario para alcanzar la
victoria. Esto es exactamente Dominio Propio: sentir ardientemente las emociones, allí
en lo profundo de lo que uno es y tener sin embargo la capacidad de mantenerse
impasible ante los demás a pesar del fuego interior que uno sienta, y el momento de
actuar olvidarlo todo, menos el pensamiento claro y el argumento que conduce a los
objetivos. De esta forma el ser humano trabaja como esas máquinas de vapor que
alcanzan ebullición interna y canalizan ésa enorme energía a un punto preciso, uno que
genera un movimiento vital, gigante, poderoso. En el hombre la ebullición se consigue
por medio de las emociones, pero el control permite que esa fuerza se dirija a un punto
preciso y desde allí mueva la maquinaria que el pensamiento ha creado para actuar en
función de los objetivos.
Si este “vapor interno” no es controlado, entonces sale por cualquier lado, no mueve
nada en particular, puede quemar a todos alrededor y termina por encontrar víctima en
su propio creador.
5.- Los frutos que depara la caminata se alcanzan añadiendo al Dominio Propio,
Paciencia. La mejor definición que existe para Paciencia es “tranquilidad para esperar”.
Sin embargo, ¿hay muchas cosas más difíciles que ésta? Una cosa es por supuesto,
esperar, pero una muy diferente es hacerlo con tranquilidad. Esto último es solo posible
en la serenidad de espíritu que otorga la Fe, la seguridad de estar haciendo lo correcto,
la confianza de saber lo que se está haciendo y el sosiego que otorga un sano control de
las emociones.
La Paciencia es probablemente uno de los Valores que se encuentra en mayor riesgo de
extinción en los tiempos actuales. Hoy nos preciamos de hacer gala de la premura, del
sentido práctico, de la agilidad. Los niños se forman en una cultura que ensalza el
“facilismo” y lo antepone a la sabiduría de lo simple y lo sencillo. La dinámica del
entorno gobernada por una vorágine de acontecimientos que se desenvuelven a la
velocidad de la luz, nos ha convertido en seres “reactivos” que ya tienen poca
posibilidad de hacer prevalecer sus propios tiempos. Mafalda, ése hermoso personaje
del dibujo pedía que “paren el mundo porque me quiero bajar…” Imaginemos entonces
condiciones más desfavorables para apelar a la Paciencia.
Sin embargo es precisamente la “enfermedad” la que la da valor al remedio, porque por
otra parte es probable que nunca antes en la historia del hombre la Paciencia haya
constituido una solución más eficaz para enfrentar el conflicto y la adversidad. Hoy nos
encontramos ante el dilema de hacernos dominar por la vorágine o eludirla y marcar
nuestra propia agenda. No debemos olvidar nunca que el fuego no se combate con
fuego, la regla de imponer los opuestos neutraliza la adversidad.
El hombre que ejercita estos Valores es un hombre seguro de sí mismo, no es un hijo de
las circunstancias, sabe qué esperar y puede hacerlo con la tranquilidad de quien tiene la
certeza que a la penumbra de la noche SIEMPRE le sigue la luz del nuevo día. Un
hombre seguro es un hombre tranquilo; un hombre tranquilo encuentra paz en la espera.
6.- La compañía en el camino se consigue añadiendo a la Paciencia, Piedad. Este
último valor y el que le sigue establecen el carácter social que tiene el hombre. La
Piedad está inspirada en la consideración a los demás y manifestada en actos de
abnegación y compasión. La Piedad es el marco grande que soporta la empatía.
A veces, sin embargo, resulta mucho más apropiado entender este Valor como aquel
que determina la necesidad de Dar.
En tanto que el hombre no está concebido como una criatura que se complete en
soledad, su relacionamiento con los demás debe estar condicionado por la máxima de
Dar aquello que se quiere recibir. De sembrar en los demás lo que de ellos se quiere
cosechar. De invertir en los otros lo que deseamos para nosotros. Esta regla que puede
llegar a tener dimensiones matemáticas frecuentemente es subestimada e incluso tratada
con desprecio. Su sentido vital ha sido reemplazado por una compleja red de relaciones
humanas que se fundamenta en el interés individual y el egoísmo.
La persona de visión, el hombre grande, entiende que las fronteras del “yo” son muy
estrechas y la perspectiva de vivir entre ellas no es muy diferente a la que tiene un
roedor en su madriguera. El hombre que posee un espíritu de trascendencia sabe que las
grandes planicies de tierra prometida se encuentran mucho más allá del “yo”, en el
mundo ancho y ajeno que habitan los demás. Hacia allá tiende líneas y puentes,
invirtiendo en ellos lo que de ellos quiere recibir. Esta lógica de considerar necesarios a
los demás obliga también a sentirse necesario para los demás, allí se vuelven
importantes los actos de abnegación y compasión.
Sorprende que una lógica tan simple sea comprendida por muy pocos; incluso es
probable que esta lógica sea precisamente la víctima más ilustre del paradigma de
complejidad en el que hoy vivimos. Ocuparnos de los demás es ocuparnos de nosotros
mismos; cuidar de los otros es cuidar de nosotros. El hombre solo es un ser limitado y
carente, el hombre de inteligencia superior se sirve de los demás “sirviendo” y así
alcanza objetivos mayores.
7.- Las vicisitudes y las alegrías del camino se comparten añadiendo a la Piedad,
Afecto Fraternal. La forma de relacionarnos con los demás debe manifestarse a través
del Afecto Fraternal, este es el Valor sugerido para la socialización del hombre. El
afecto está desprovisto de apasionamientos, se traduce en un cariño calmo y una
benigna simpatía hacia los demás. En la vida somos todos compañeros de viaje,
compartimos las penas y las alegrías de la travesía, buscamos cumplir un destino.
Básicamente nos queda elegir si la travesía la efectuamos en paz con los demás o sin
ella.
8.- Para alcanzar el final del camino debe añadirse al Afecto Fraternal, Amor. Los
Valores se resumen aquí de manera grandiosa. La demanda de añadirle Amor a la receta
no es un postulado poético, es una reflexión de fondo. En realidad el Amor es el dínamo
que genera toda la energía que se precisa para vivir: amor por uno mismo, amor por lo
que se hace, amor por los demás, amor por lo que se tiene, por lo que se quiere tener…
Sin Amor el tránsito por la vida pierde motor, y lo único que conduce al hombre por sus
derroteros es la inercia, ésta última termina en algún momento y se produce la parálisis.
La gente que transita la vida sin rumbo es gente que ha perdido Amor. Estas personas
son sombras que oscurecen todo a su alrededor y tienen pocas oportunidades de
culminar satisfactoriamente el viaje, no digamos con algún atisbo de éxito. Sin Amor no
existe Fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad o afecto fraternal; sin
Amor el ser humano tiene poco valor.
Es tan dramático este hecho que afortunadamente se presenta pocas veces. La mayor
proporción de la gente que puede considerarse “con vida” profesa Amor por algo, aún
cuando ello se encuentre en lo profundo de sus tribulaciones.
Las situaciones más habituales se remiten al Amor mal entendido; aquí es donde el
hombre se vuelve un ser carente, porque calcula sentir Amor pero en realidad no
entiende lo que esto significa y en este proceso pierde, aún cuando quiere ganar.
Cuando se vive con Amor y se hacen las cosas por Amor los resultados están
garantizados, el ser entero se dinamiza y produce una energía de prodigiosos alcances.
Los resultados parciales, los procesos incompletos, las victorias o las derrotas
“relativas”, tienen origen en el entendimiento equivocado del Amor.
Porque el Amor no se perfecciona en las palabras, el Amor no es porque digamos que lo
sea o porque así lo entiende nuestro ego. El Amor está muy lejos de las pasiones o de
las posiciones simples y cómodas, el Amor no es reflexivo, actúa, el Amor no se cobija
en dichos, gestos o impulsos. Probablemente la actitud más soberbia que practica el
hombre esté relacionada con su manifestación equivocada del Amor.
Para entender el significado profundo del Amor podemos remitirnos nuevamente a
Pedro, éste lo describe con una conmovedora exactitud, en cada frase, en cada palabra,
en cada pausa:
• El Amor es sufrido.
• El Amor es benigno.
• El Amor no tiene envidia.
• El Amor no es jactancioso.
• El Amor no se envanece.
• El Amor no hace nada indebido.
• El Amor no busca lo suyo.
• El Amor no se irrita.
• El Amor no guarda rencor.
• El Amor no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
• El Amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
• En esencia el Amor nunca deja de ser…
¿Cuántos podemos inscribirnos entre los que de verdad aman?
¿Cuántos de nosotros en realidad conocemos lo que el Amor es?
¿Cuántos podemos decir que estas premisas rigen nuestra vida?
La práctica de esta receta maravillosa de Valores Humanos garantiza una vida llena de
victorias. El remedio de tantos males que acompañan el transcurso de la vida, lo
tenemos a nuestro alcance, en un conjunto simple de cosas que debemos entender,
respetar y practicar. No existe una justificación para que transitemos el trecho corto que
representan nuestras vidas en oscuridad, privación, carestía o derrota. La luz es un
regalo que nos ha sido otorgado desde siempre. Está también en nuestra naturaleza,
comparte en ella (y lastimosamente en desventaja), nuestras penas y desventuras; y solo
espera que tengamos el suficiente criterio para recurrir a ella.
La verdad es que la vida está llena de personas que deciden ser “ciegas por elección”,
eluden la luz colocándose una venda sobre los ojos y después de hacerlo
conscientemente se quejan toda la vida de la penumbra que los rodea. En la oscuridad se
golpean unos a otros e intercambian culpas, caen de rodillas, caminan de rodillas,
utilizan la cabeza para recibir los golpes y las manos para tantear la oscuridad; acuden a
cada gramo de energía para avanzar sin ver el camino. Pero lo único que no hacen es el
pequeño esfuerzo de quitarse la venda y gozar de la claridad.
Carlos Eduardo Nava Condarco - carlosnava365@gmail.com
Natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de
Empresas y Empresario. Actualmente Socio Gerente de la empresa CHAINS SRL,
administradora de la cadena de restaurantes de Taxi Subs, Pizza Uno, Chifa Box,
Clock's, Buenos Aires Grill, Family Center y Big Ben. Es autor de los libros “El
Strategos y la guerra en el mundo de los negocios” y “Los Problemas y Yo: historia de
una amistad”.
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17-09-2010
La grandeza del ser humano se mide también por la entereza y el coraje que demuestra
el momento de enfrentar y tratar los problemas que se le presentan en la vida. Muchas
personas se rinden ante los problemas por temor, por miedo a sus consecuencias o a la
delicada tarea necesaria para resolverlos. Se convierten entonces en víctimas del
miedo y no del problema en sí mismo.
Los problemas miden el tamaño que tenemos, la “madera” de la que estamos hechos, el
carácter que poseemos para encarar la vida. Las tribulaciones, las contrariedades, los
conflictos tamizan el género humano y lo dividen entre aquellos que salen airosos y
fortalecidos del proceso y aquellos que no pueden hacerlo y emergen debilitados y
vulnerables de la batalla. En muchas ocasiones los problemas no alcanzan la solución
que hubiéramos querido, en muchas otras los resultados son claramente adversos a
nuestras expectativas, pero aún de estos casos el hombre de carácter emerge victorioso
porque aprende, porque no desmaya, porque crece.
La vida no es benigna, no tiene porque serlo, los hombre somos criaturas pequeñas ante
la magnitud de los fenómenos naturales y sociales que existen a nuestro alrededor. La
historia de la humanidad es una crónica de sacrificios y de batallas durísimas contra la
adversidad. Lo fue desde un inicio y lo será hasta el fin. El hombre ha tenido que
arrancarle a la vida cada cosa que tiene hoy, cada beneficio, cada privilegio; lo ha hecho
sufriendo y pagando generosamente el costo. El hombre es un sobreviviente, éste es su
mérito principal.
Ante el problema, ante la adversidad, el objetivo primario debe ser precisamente ése:
sobrevivir, salir íntegro del proceso. Esto ya permite participar en la próxima batalla,
esto ya otorga crédito para vencer un una próxima oportunidad. Sobrevivir, salir en pié
de la prueba es el imperativo fundamental para la persona que enfrenta un conflicto. No
rendirse es la primera y más importante victoria.
Lastimosamente son mayores los casos en que el imperativo no se cumple, son más las
personas que bajan los brazos ante el problema y resultan derrotados. Cada caída quita
un puñado de plumas preciosas a nuestras alas, las lastima, hasta que llega el punto en
que ellas ya no sirven y no podemos volar. De allí para adelante nos arrastramos por la
vida cada vez con mayor dificultad, todo lo vemos con la visión de la criatura pequeña
rodeada de gigantes.
Por el contrario es hermosa la visión de un ave imponente que surca el cielo y lo ve todo
desde arriba: libre, rodeada de claridad y de paz. Desde las alturas todo problema se ve
pequeño. Desde las alturas no solo se ve el problema, también se aprecia todo lo que
está más allá de él. Lo que el ave observa no deja de ser hermoso porque en medio de
ello exista esta mancha pequeña: este problema, esta contrariedad.
A nosotros, a los seres humanos, nos ha sido otorgada la bendición de poder volar: de
apreciar la vida desde arriba, de medir las cosas desde las alturas. Para poder hacerlo
debemos cuidar nuestras alas, no rendirnos ante la adversidad para no salir dañados por
ella.
Ningún problema nos otorga el derecho de bajar los brazos. Ni aún la diminuta hormiga
lo hace cuando en su caminar por una pequeña habitación choca contra un zapato; ella
rodea esta “montaña” o pasa por encima de ella sin dudar.
Seguramente no le está reservado el privilegio de apreciar su entorno más allá de las
estrechas paredes del recinto, pero un obstáculo por inmenso que le resulte, no la
detiene en su deseo fervoroso de dominar sus circunstancias. Imaginemos cuánto más
debe hacer el hombre, quién potencialmente tiene la capacidad de dominar incluso otros
mundos.
Veamos además la enseñanza que nos dejan otras personas: conmovedoras historias de
victoria ante la adversidad, una dramática oportunidad para celebrar la vida. Personas a
quienes la fortuna privó de nacer con todos sus miembros o todas sus facultades,
personas que nacen y crecen en condiciones pavorosas de pobreza, personas que son
víctimas de enfermedades insuperables. Imaginemos de qué tamaño son las
adversidades que enfrentan, pensemos por un momento que muchos de ellos conocen
así la vida desde la cuna: sin culpa y sin opción. Estos seres hermosos tienen
exactamente el tamaño de los problemas que enfrentan y que superan día por día: son
grandes entre los grandes. Son también un regalo de Dios para nosotros porque ante ello
solo podemos dar gracias y ser humildes, ante ello sólo podemos avergonzarnos de
nuestra debilidad, de nuestra queja.
Dicen que la valentía no está representada por la ausencia de miedo sino por la
capacidad de controlarlo y de superarlo. Ese valor se precisa para no desmayar ante la
más dura de las adversidades, porque ¡tenemos derecho de sentir miedo!, claro que sí;
esencialmente un sano temor reverente que es muestra indispensable de humildad e
inteligencia; esto forma parte del trabajo de medirnos a nosotros mismos. Valioso
tiempo pierde el hombre que se preocupa más por estar temeroso que por enfrentar cara
a cara sus miedos.
Muchas personas se rinden ante los problemas por temor, por miedo a sus
consecuencias o a la delicada tarea necesaria para resolverlos. Se convierten entonces en
víctimas del miedo y no del problema en sí mismo.
Se precisan buenas dosis de valor para superar temores y no rendirse ante la adversidad,
pero este coraje no emerge naturalmente de cualquier motivación, su fuente debe estar
estrechamente vinculada a los motivos mayores que nos mueven, a los objetivos
fundamentales que tenemos en la vida, a los sentimientos más profundos que nos guían.
El coraje surge del amor que sentimos hacia las metas que nos hemos propuesto
alcanzar, del amor que nos relaciona con nuestras familias y nuestros amigos y
fundamentalmente del amor que sentimos por nosotros mismos. Cuando todas estas
cosas se ponen en riesgo por efecto del Problema o de la adversidad, entonces emerge el
coraje y la fuerza para no rendirse. También de esta manera los problemas nos miden,
porque ponen a prueba nuestro Amor. Y cuando más grande es nuestro amor por
nosotros mismos, por nuestros seres queridos y por los objetivos más caros que tenemos
para nuestras vidas, entonces mayor es el coraje que nos ayuda a mantenernos firmes
ante el conflicto y más preclara es la visión para alcanzar las soluciones.
Nuestro orgullo también es puesto a prueba por la adversidad, un sano y genuino
orgullo por lo que hemos alcanzado en la vida, por aquello que apreciamos, por lo que
los antiguos guerreros griegos llamaban “la parcela conquistada a sangre y fuego”. Está
comprobado que la vida no regala nada, todo lo que se quiere se le debe arrebatar con
esfuerzo y esto no debe resignarse sin una sana pelea: firme como el derecho que la
sustenta.
Lamentablemente a veces ésta pelea debe sostenerse también para demostrar a todos
aquellos que poco nos quieren el carácter de la madera con la que estamos hechos. En
momentos de tribulación no todas las manos se tienden o son amigas, muchas más bien,
parecen dispuestas a darnos el empujón final y precipitar nuestra caída; sabiamente
decían nuestras abuelas que existe “un poco de todo” en esta viña del Señor, y nosotros
pecaríamos de absurda inocencia al pensar que toda la gente a nuestro alrededor solo
desea nuestro bien; ¡suele ser todo lo contrario! La envidia, el recelo, el rencor, el
egoísmo habitan entre nosotros antes que lleguemos a este mundo y estos agentes de la
desventura se fortalecen de nuestra debilidad ante los problemas y se nutren de nuestras
capitulaciones.
Por último debemos estar preparados para encarar la adversidad en niveles importantes
de soledad. Los problemas miden también la naturaleza del compromiso que otras
personas tienen con nosotros, constituyen un factor precioso de calificación de quienes
nos rodean. Pero aún a pesar que contemos con la bendición de estar entre personas que
nos apoyen mucho, una importante cantidad de problemas suelen tener una interacción
profundamente personal: somos nosotros y ellos. El escenario donde se lleva a cabo el
conflicto es muchas veces como la cumbre fría de una alejada montaña; allí se siente la
soledad aún cuando sean muchos brazos los que nos esperan abajo. Esta soledad solo se
enfrenta con fortaleza de espíritu, con cada fibra de fe que tengamos en nosotros
mismos y en algo superior a nosotros. Fea compañera es la soledad y socia grotesca de
la adversidad, ¡pero mayores somos nosotros y el que está en nosotros!
Cuando la tribulación llegue y usted quiera enfrentarla firmemente con cada uno de los
quilates que reflejan su valor, es posible que pueda servirle de mucho esta afirmación
poderosa:
“Las estrellas brillan cuando el sol se oculta”.
Carlos Eduardo Nava Condarco - carlosnava365@gmail.com
Natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de
Empresas y Empresario. Actualmente Socio Gerente de la empresa CHAINS SRL,
administradora de la cadena de restaurantes de Taxi Subs, Pizza Uno, Chifa Box,
Clock's, Buenos Aires Grill, Family Center y Big Ben. Es autor de los libros “El
Strategos y la guerra en el mundo de los negocios” y “Los Problemas y Yo: historia de
una amistad”.
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16-09-2010a
15-09-2010
Conoces los beneficios del marketing con artículos. Sin embargo, muchas nuestra mente
parece en blanco... ¿qué hacer? Este artículo te presenta 3 breves consejos para los
momentos en los que no sabes sobre qué escribir.
Muchas veces escribir artículos nos resulta difícil. No es tan sencillo como poner por
escrito tus pensamientos. Necesitamos también una técnica para lograr mantener
interesados a nuestros lectores y transmitir nuestro mensaje. Más aún, uno de los
ingredientes principales a la hora de escribir un artículo es una buena dosis de
creatividad.
Si bien mucha gente tiene el don de la creatividad, otros simplemente nos bloqueamos o
nos resulta un poco más complicado. Inclusive los escritores profesionales sufren de
bloqueos. Pero, ¿qué hacer cuando la mente está en blanco?
A continuación te presento 3 sencillas maneras de facilitar el proceso:
1. Tener un pequeño diario siempre contigo. Muchas veces nos pasa que se nos
disparan ideas a partir de cosas que escuchamos, vemos u olemos. Nuestros sentidos son
un muy buen radar. Inclusive, cosas que leemos, ideas de otras personas. A partir de
ellas, podrás desarrollar tus propias conclusiones o reflexiones al respecto. Recordemos
que las ideas y la creatividad pueden venir de muchas fuentes pero es el desarrollo de la
idea lo que hace que un artículo sea único.
2. Relajarse y tomarse tiempo para que las piezas se ubiquen en el lugar correcto.
Cuando en nuestra mente hay mucho “ruido”, no hay espacio para la creatividad. Todos
necesitamos liberar nuestra mente si queremos que nuestra creatividad fluya. Intenta
relajarte cada vez que puedas y piensa en experiencias o interacciones on terceros. Tus
experiencias son las que normalmente te permitirán escribir acerca de algún tema o
desarrollar una opinión a través de un artículo. Descubre qué cosas te inspiran y utiliza
esas emociones para expresarte.
3. Crear un ambiente de trabajo que te inspire. Si el ambiente en el que trabajas no te
hace sentir feliz y relajado, difícilmente desarrollarás tu creatividad. Ella fluye cuando
estamos bien. Organiza, limpia, ordena tu espacio de trabajo. Agrega fotos, cuadros,
flores, música…. lo que te haga sentir bien. Elimina las cosas que te provocan
distracción. Cuando te sientes bien en el espacio en el que trabajas, pasan las horas y ni
siquiera lo notas.
Espero estos breves y sencillos consejos que ayuden a continuar escribiendo. El
marketing con artículos es poderoso. Si tienes momentos de "mente en blanco", no te
desanimes... implementa estos breves consejos y esa inspiración fluirá.
Victoria Miles - infoarrobavaargentina.com
Asistente Virtual certificada y titular de Virtual Assistance Argentina, brinda servicios
de asistencia virtual a emprendedores, profesionales independientes y PyMES. Para más
información visite su sitio o el Blog de Asistencia Virtual. Además, es editora de un
blog para secretarias y asistentes virtuales. http://www.motivacional.com.ar Buenos
Aires, Argentina.
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09-09-2010
¿Sabía usted que el 20% de las cosas que usted hace le darán el 80% de la gratificación?
El 80% restante de su tiempo lo está ocupando en cosas que no le aportan mucho. Esto
no es solamente válido para su negocio, sino también para todo el resto de las áreas de
su vida. Entonces, lo ideal es descubrir cual es ese 20% de tiempo que nos aporta tanto
y tratar de aumentarlo, ¿verdad? Pero, ¿cómo podemos diferenciar las actividades que
son valiosas de aquellas que nos hacen perder el tiempo? Descubra 10 tipos de
actividades que seguramente le hacen perder su tiempo y 10 cosas que normalmente le
aportan mucho valor.
¿No le gustaría lograr más en menos tiempo?
La eficiencia y la productividad son cualidades que queremos adquirir en todas las áreas
de nuestras vidas. En un mundo cada vez más acelerado las personas se han dado cuenta
de que el tiempo es su activo más importante. Cada día que pasa es un día menos.
Por eso es importante cuestionarse sus actividades diarias para así poder determinar
cuales son aquellas que realmente le aportan. Pero, de todas las miles de cosas que
hacemos diariamente, ¿cómo podemos diferenciar aquellas que son valiosas de aquellas
que nos hacen perder el tiempo?
Para eso tendrá que comenzar a pensar en función del principio del 80/20.
¿Qué es el principio del 80/20?
El principio de Pareto, más conocido como el principio del 80/20, plantea que el 80% de
los resultados o beneficios se obtienen del 20% de nuestros esfuerzos. De la misma
manera, el 80% de nuestras actividades nos generan solo el 20% de las satisfacciones en
la vida.
Es un principio ampliamente conocido en el ámbito de los negocios. El diagrama de
Pareto tiene muchas aplicaciones en una empresa. Entre otras funciones, se usa para
hacer controles de calidad para determinar la fuente más común de defectos de un
producto, la razón más frecuente de reclamos de parte del cliente, etc.
Sin embargo, su aplicación en la vida personal de cada persona es menos conocida.
¿Por qué debería importarle el principio del 80/20?
Porque se aplica a todas las áreas de su vida y le dará un mayor entendimiento de lo que
verdaderamente esta sucediendo en el mundo que lo rodea.
Si usted logra pensar de acuerdo a éste principio, será una persona más efectiva,
productiva, competitiva, feliz y satisfecha. Sus negocios también serían más rentables,
ya que requerirán una menor inversión de tiempo, dinero y esfuerzo para obtener
mejores resultados.
Si usted aprende a pensar y a funcionar de acuerdo a éste principio, muy pronto
determinará cuales son las actividades valiosas de su vida y cuales son las que no le
aportan mayormente. Podría deshacerse de lo que es superfluo y tornarse en una persona
más productiva.
La meta no es necesariamente rendir al máximo y seguir extenuándose, sino más bien
deshacerse de lo innecesario y vivir una vida más tranquila y, al mismo tiempo, más
productiva y eficiente.
La importancia del principio de Pareto
La razón por la cual es tan importante comprender el principio es porque demuestra una
realidad de la cual muchas veces no estamos concientes.
Asumimos que todos nuestros esfuerzos tienen más o menos la misma relevancia:
Todos los clientes son igual de valiosos
Todo producto y todo ingreso por ventas es igual de bueno
Todos los empleados de una misma categoría aportan el mismo valor
Todos los alumnos de un curso son culpables por el desorden generalizado
Todas nuestras actividades diarias son necesarias y nos aportan lo mismo
Tenemos la tendencia de pensar que el 50% de nuestro aporte genera el 50% de los
resultados. Pensamos que hay un equilibrio lógico entre causa y efecto.
Sin embargo, estas presunciones son erróneas y pueden causar mucho daño en nuestras
vidas, especialmente porque están tan fuertemente arraigadas en nuestra mente. El
principio 80/20 demuestra que normalmente hay un desequilibrio marcado al estudiar
los datos cuantitativos de causa y efecto.
¿Cómo implementar el principio de Pareto en nuestras vidas?
El secreto del éxito radica en determinar cual es el 20% de nuestras actividades que nos
genera el 80% de los beneficios.
Pero, ¿cómo se logra diferenciar cuales son las actividades que nos aportan los mayores
beneficios y cuales son aquellas que nos agobian, estresan y cansan sin dejar fruto
alguno?
No siempre es fácil dilucidar las cosas que realmente aumentan nuestra eficiencia y
diferenciarlas de aquellas actividades que solo nos quitan tiempo sin hacer un aporte
significativo a nuestras vidas.
A continuación nombro diferentes maneras de determinar el 20% y cómo podemos
deshacernos de lo innecesario y explotar lo más efectivo:
Como ya mencioné anteriormente, el principio del 80/20 se puede aplicar de dos
maneras:
1. Tradicionalmente se ha utilizando como un método de análisis cuantitativo que
estudia la relación entre los datos de una causa versus su efecto: el diagrama de Pareto.
2. Un método menos conocido es el de pensar de acuerdo al principio del 80/20. Nos
ayuda a hacer constantemente un análisis profundo de nuestras decisiones, actividades y
relaciones.
Para eso tenemos que aprender a diferenciar aquellas cosas que son valiosas de aquellas
que son innecesarias.
Richard Koch, en su libro "The 80/20 Principle" (R. Koch, "The 80/20 Principle".
Doubleday, USA, 1998. p. 161-162), describe maneras bastante certeras de determinar
las actividades superfluas en nuestras vidas:
10 ejemplos de actividades que seguramente le hacen perder su tiempo:
1. Cosas que otros quieren que usted haga
2. Cosas que siempre se han hecho de una manera determinada
3. Cosas en las cuales no tiene muchas habilidades
4. Cosas que usted no disfruta
5. Cosas que siempre son interrumpidas
6. Cosas que le interesan a poca gente
7. Cosas que ya se demoraron dos veces el tiempo que usted esperaba
8. Cosas en las cuales sus colaboradores son mediocres o no confiables
9. Cosas que tienen un ciclo predecible
10. Contestar el teléfono y escribir emails
10 cosas que normalmente le aportan mucho valor:
1. Cosas que promueven el propósito para su vida.
2. Cosas que siempre ha querido hacer.
3. Cosas que ya están en el 20% que le aporta el 80%.
4. Innovaciones que le permitirán ser más eficientes.
5. Cosas que los demás le dicen que no se pueden hacer.
6. Cosas que otros han hecho con éxito en un área diferente.
7. Cosas que usan su propia creatividad
8. Cosas que otros pueden hacer por usted con poca inversión de tiempo de parte suya.
9. Cosas en las cuales sus colaboradores son de alta calidad y trabajan con excelencia
10. Cosas que tiene que hacer ahora o nunca.
Analice todas sus actividades y determine cuales son las que le hacen perder el tiempo.
Descubra también a aquellas que lo transformarán en una persona más eficiente,
productiva y competitiva.
Bettina Langerfeldt - educacionparaelexitoarrobagmail.com
http://www.EducacionParaElExito.com
Soy una empresaria del Internet con mucha pasión para ayudar a personas de todas las
edades a descubrir y a desarrollar sus habilidades emprendedoras y de liderazgo. Soy
Médico Veterinario, pero mi verdadera pasión es la educación. Después de 10 años de
educar a mis 4 hijos en casa, he complementado mi propia experiencia de educación con
varios viajes a Estados Unidos donde he visitado conferencias de educación alternativa
que se enfocan en desarrollar las habilidades emprendedoras propias de cada persona.
Actualmente tengo una página web http://EducacionParaElExito.com, que es un centro
de educación online para padres e hijos que desean desarrollar sus habilidades
emprendedoras para ganar dinero con negocios en
Internet.________________________________________________________________
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08-09-2010
En la vida todos los problemas tienen solución. Estamos llamados únicamente a trabajar
sobre la calidad de las soluciones y a entender que los estados irresolutos se inscriben
mayormente en el imaginario de la gente. La solución de los problemas tiene siempre un
origen racional. Ninguna persona “preocupada” tiene el record de problemas resueltos.
Una de las causas más importantes de la angustia que mucha gente siente es la
impotencia para resolver algún Problema. Esta es una situación muy frustrante,
desestabiliza completamente el equilibrio emocional y progresivamente “secuestra” a la
persona y la convierte en un rehén.
Los problemas no resueltos impiden cualquier de tipo de concentración en las tareas
habituales, roban tiempo precioso e irrecuperable. El enfoque desaparece y el
desenvolvimiento general se debilita. Esta situación nos convierte en personas muy
vulnerables, especialmente ante los sucesivos contratiempos que se presentarán. Porque
no debemos olvidar nunca que los problemas tienen una rutina incansable: jamás dejan
de ser y jamás dejan de aparecer. Problemas no resueltos constituyen puertas abiertas
para más problemas.
Sin embargo la buena noticia ya la conocemos: en la vida todos los problemas tienen
solución. Y anotemos bien esto, porque no se afirma que todos los problemas tienen
UNA solución, se afirma que todos TIENEN solución. La eficiencia en la resolución del
Problema es, en este caso, más valiosa que la efectividad. Algunas soluciones pueden
tener mejores o peores resultados que otras pero no existe un estado irresoluto. La
Calidad de la solución es otra cosa.
Se puede afirmar que hay soluciones que solo complican la problemática (los remedios
que resultan peores que la enfermedad), pero aún en estos casos se demuestra que
existen soluciones para cada Problema. Cualitativamente tiene mucha diferencia
entender que todos los problemas tienen solución (buena o mala) a pensar que existen
problemas irresolubles. La primera situación demanda mayor capacidad, la segunda solo
genera impotencia y frustración. Hay diferencia entre actuar mal y estar paralizado.
Los únicos problemas irresolubles generalmente se inscriben en el imaginario de la
gente. El hombre tiene esa poderosa capacidad de visualizar el futuro, de imaginarlo;
anticipa estados, calcula probabilidades, mide hipotéticas consecuencias. Y en un
momento dado se encuentra viviendo efectivamente situaciones imaginarias, incluso
con un grado de realismo superior a lo factual. Este fenómeno es un manantial
fantástico del interrogante “y que pasaría si….?” (los americanos lo llaman “what
if…?”), el mismo que probablemente sea el mayor enemigo que tiene la paz mental.
Visualizar hipotéticas situaciones hasta el punto de vivirlas por anticipado obviamente
anticipa también la presencia de problemas. Y claro está, estos no tienen solución
alguna porque efectivamente no existen.
Ahora bien, anticiparse a los problemas es correcto porque forma parte del trabajo que
debe hacerse en la relación causal que estos tienen, pero “anticipar” el Problema es algo
completamente diferente. Un Problema no puede anticiparse: un Problema es o no es.
Cualquier confusión aquí puede resultar muy cara. El hombre previsor es el que se
anticipa a los problemas, no es el que anticipa la presencia de ellos.
La gente que vive en el mundo del “what if…?” efectúa un ingreso voluntario al
purgatorio: el universo del “puede que sí, puede que no”. Es tan grande el grupo de
gente que vive así que obliga a la construcción de esta categoría. En ella si hay
problemas que no tienen solución, en ella hay también gente paralizada.
La manera más eficaz de evitar este fenómeno destructivo es imaginar el futuro siempre
en términos positivos. ¡Esto no cuesta NADA! Es preferible pecar de optimistas y no
encontrar los resultados que se desean, que hacer carne de imaginarios problemas que
puede deparar el porvenir. La visualización en positivo del futuro produce, además,
energías positivas en el presente, altera favorablemente los estados de ánimo vigentes:
los fortalece.
Otra manera de no anticipar innecesariamente los problemas es adoptando la actitud de
“vivir cada día con su propia afán”. Es sólo el momento específico el que nos está
permitido vivir, solo en él tenemos efectivamente dominio sobre nuestros actos e
influencia directa sobre nuestras circunstancias, por ello es recomendable “abrir y
cerrar” el día que vivimos de la misma forma en que la claridad lo inaugura por las
mañanas y la penumbra lo clausura por las noches: démosle a cada día su propio afán,
nada menos, pero sobretodo nada más. La función termina al final del día, el telón
DEBE caer porque, a la vez, el “show” DEBE continuar el día que sigue.
Algo más: el sueño es un poderoso consejero. La solución a muchos problemas toma
forma mientras dormimos. Por ello resulta absurdo que uno mismo se prive de tamaña
bendición porque sostenga “problemas que le quitan el sueño…”. La relación es
inversa: no deben ser los problemas los que quiten el sueño, es más bien el buen sueño
el que ayuda a resolver problemas. Por eso es necesario “abrir y cerrar” apropiadamente
cada día; mientras el día está activo invertir lo máximo en cada uno de nuestros actos,
extrayendo el “zumo” de la vida, y luego llegado el momento, desactivar todo.
Y si alguien por ahí dice que esto es pecar de facilismo, de inocencia o de ingenuidad,
que nos demuestre ¿qué se gana haciendo las cosas de otra manera?, ¿dónde están y
quienes conforman esa galería de notables que resolvió más problemas en su vida en
tanto que menos durmió?, ¿quién entre los preocupados tiene el record de problemas
resueltos?, ¿nos pueden enviar fotografías de estas Ilustres personas, certificados
médicos y cartas manuscritas de los miembros de su familia?
El consejo bíblico establece imperativamente: “Que no se ponga el sol sobre vuestro
enojo”, y nosotros humildemente nos permitimos el paralelo para pedir “Que no se
ponga el sol sobre tus problemas”. Si el día estuvo intensamente activo y el Problema
no fue resuelto, mañana se resolverá. La indispensable Pausa no es herramienta de
irresponsables o indiferentes, es arma poderosa en mano de los inteligentes. Las
personas “oficiosas”, aquellas que a título de responsabilidad viven al ritmo que les
dictan sus problemas, son aquellas que hubieran querido construir el canal de Panamá
con un pico y una pala en la mano: hasta el día de hoy seguirían trabajando. Las
personas inteligentes trabajan resolviendo sus problemas y conquistando sus metas
sobre caminos asfaltados, en esta tarea no hay “atajos” efectivos.
Algunos apuntes sobre las personas “preocupadas”: El diccionario dice que
Preocupación es: “intranquilidad, inquietud o temor que provoca alguna cosa”.
Y sus sinónimos son: “desasosiego, intranquilidad, ansiedad, nerviosismo, inquietud,
pesadumbre, malestar desazón, recelo, insomnio, angustia, manía, neurosis…”
Imaginemos una persona “preocupada” tratando de resolver sus problemas en medio de
inquietud, temor, malestar, desazón, angustia, etc. Esto resulta casi absurdo. Sin
embargo el entendimiento tradicional da a entender que una persona “preocupada” es
justamente aquella que le está prestando más atención a sus problemas: está “pre-
ocupada” en su tratamiento.
La preocupación en realidad no es una antesala al proceso de resolución de problemas,
la preocupación es una consecuencia de problemas mal resueltos. Nada se gana con
preocupación, es más, cuando se llega a ése estado la batalla ya está prácticamente
perdida.
Y es que con los problemas en los hechos se libra una batalla, y si bien no siempre se
gana, esta no es una batalla que se emprende para perder. El hombre curtido en la
batalla extrae beneficios tanto de la victoria como de la derrota pero juega a ganar. El
hombre preocupado ya ha sido derrotado antes de pelear, porque aún cuando
excepcionalmente llegue a resolver bien sus problemas ha perdido sosiego, tranquilidad
y paz. Esto debilita el espíritu para las siguientes confrontaciones y pone en riesgo el
triunfo definitivo en la vida.
Tampoco faltarán las personas que afirmen que pedir que se evite la existencia de
problemas imaginarios y preocupaciones raya en una ingenuidad ridícula. Al fin y al
cabo la vida no es una taza de leche para nadie y estas personas clamarán porque
tomemos conciencia de la “cruda” realidad y coloquemos los pies en la tierra.
¿Y que se les puede decir? También raya en lo ridículo que desde aquí se propugne la
existencia de problemas imaginarios o se llame a la gente a estar preocupada. Esto no es
nada razonable, porque por último es entendible que se tengan los pies en la tierra pero
nada obliga a tener la cabeza a la altura de los pies.
Todo se trata de Calidad de Vida. Este tiene que ser el paradigma y algunos tenemos
que dar como bueno todo lo que allí conduzca. Entender en este sentido que todos los
problemas tienen solución ayuda muchísimo, racionalizarlo contribuye
incomparablemente al crecimiento personal.
No hay margen de error ni riesgo alguno al afirmar: SI NO HAY SOLUCIÓN, ¡NO
HAY PROBLEMA!
Recordemos esto cada día porque aumentará de manera maravillosa nuestra Fe en la
victoria. Y bien nos ha sido dicho por una Sabiduría superior que la Fe mueve
montañas….
Carlos Eduardo Nava Condarco - carlosnava365@gmail.com
Natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de
Empresas y Empresario. Actualmente Socio Gerente de la empresa CHAINS SRL,
administradora de la cadena de restaurantes de Taxi Subs, Pizza Uno, Chifa Box,
Clock's, Buenos Aires Grill, Family Center y Big Ben. Es autor de los libros “El
Strategos y la guerra en el mundo de los negocios” y “Los Problemas y Yo: historia de
una amistad”.
08-09-2010
En la vida todos los problemas tienen solución. Estamos llamados únicamente a trabajar
sobre la calidad de las soluciones y a entender que los estados irresolutos se inscriben
mayormente en el imaginario de la gente. La solución de los problemas tiene siempre un
origen racional. Ninguna persona “preocupada” tiene el record de problemas resueltos.
Una de las causas más importantes de la angustia que mucha gente siente es la
impotencia para resolver algún Problema. Esta es una situación muy frustrante,
desestabiliza completamente el equilibrio emocional y progresivamente “secuestra” a la
persona y la convierte en un rehén.
Los problemas no resueltos impiden cualquier de tipo de concentración en las tareas
habituales, roban tiempo precioso e irrecuperable. El enfoque desaparece y el
desenvolvimiento general se debilita. Esta situación nos convierte en personas muy
vulnerables, especialmente ante los sucesivos contratiempos que se presentarán. Porque
no debemos olvidar nunca que los problemas tienen una rutina incansable: jamás dejan
de ser y jamás dejan de aparecer. Problemas no resueltos constituyen puertas abiertas
para más problemas.
Sin embargo la buena noticia ya la conocemos: en la vida todos los problemas tienen
solución. Y anotemos bien esto, porque no se afirma que todos los problemas tienen
UNA solución, se afirma que todos TIENEN solución. La eficiencia en la resolución del
Problema es, en este caso, más valiosa que la efectividad. Algunas soluciones pueden
tener mejores o peores resultados que otras pero no existe un estado irresoluto. La
Calidad de la solución es otra cosa.
Se puede afirmar que hay soluciones que solo complican la problemática (los remedios
que resultan peores que la enfermedad), pero aún en estos casos se demuestra que
existen soluciones para cada Problema. Cualitativamente tiene mucha diferencia
entender que todos los problemas tienen solución (buena o mala) a pensar que existen
problemas irresolubles. La primera situación demanda mayor capacidad, la segunda solo
genera impotencia y frustración. Hay diferencia entre actuar mal y estar paralizado.
Los únicos problemas irresolubles generalmente se inscriben en el imaginario de la
gente. El hombre tiene esa poderosa capacidad de visualizar el futuro, de imaginarlo;
anticipa estados, calcula probabilidades, mide hipotéticas consecuencias. Y en un
momento dado se encuentra viviendo efectivamente situaciones imaginarias, incluso
con un grado de realismo superior a lo factual. Este fenómeno es un manantial
fantástico del interrogante “y que pasaría si….?” (los americanos lo llaman “what
if…?”), el mismo que probablemente sea el mayor enemigo que tiene la paz mental.
Visualizar hipotéticas situaciones hasta el punto de vivirlas por anticipado obviamente
anticipa también la presencia de problemas. Y claro está, estos no tienen solución
alguna porque efectivamente no existen.
Ahora bien, anticiparse a los problemas es correcto porque forma parte del trabajo que
debe hacerse en la relación causal que estos tienen, pero “anticipar” el Problema es algo
completamente diferente. Un Problema no puede anticiparse: un Problema es o no es.
Cualquier confusión aquí puede resultar muy cara. El hombre previsor es el que se
anticipa a los problemas, no es el que anticipa la presencia de ellos.
La gente que vive en el mundo del “what if…?” efectúa un ingreso voluntario al
purgatorio: el universo del “puede que sí, puede que no”. Es tan grande el grupo de
gente que vive así que obliga a la construcción de esta categoría. En ella si hay
problemas que no tienen solución, en ella hay también gente paralizada.
La manera más eficaz de evitar este fenómeno destructivo es imaginar el futuro siempre
en términos positivos. ¡Esto no cuesta NADA! Es preferible pecar de optimistas y no
encontrar los resultados que se desean, que hacer carne de imaginarios problemas que
puede deparar el porvenir. La visualización en positivo del futuro produce, además,
energías positivas en el presente, altera favorablemente los estados de ánimo vigentes:
los fortalece.
Otra manera de no anticipar innecesariamente los problemas es adoptando la actitud de
“vivir cada día con su propia afán”. Es sólo el momento específico el que nos está
permitido vivir, solo en él tenemos efectivamente dominio sobre nuestros actos e
influencia directa sobre nuestras circunstancias, por ello es recomendable “abrir y
cerrar” el día que vivimos de la misma forma en que la claridad lo inaugura por las
mañanas y la penumbra lo clausura por las noches: démosle a cada día su propio afán,
nada menos, pero sobretodo nada más. La función termina al final del día, el telón
DEBE caer porque, a la vez, el “show” DEBE continuar el día que sigue.
Algo más: el sueño es un poderoso consejero. La solución a muchos problemas toma
forma mientras dormimos. Por ello resulta absurdo que uno mismo se prive de tamaña
bendición porque sostenga “problemas que le quitan el sueño…”. La relación es
inversa: no deben ser los problemas los que quiten el sueño, es más bien el buen sueño
el que ayuda a resolver problemas. Por eso es necesario “abrir y cerrar” apropiadamente
cada día; mientras el día está activo invertir lo máximo en cada uno de nuestros actos,
extrayendo el “zumo” de la vida, y luego llegado el momento, desactivar todo.
Y si alguien por ahí dice que esto es pecar de facilismo, de inocencia o de ingenuidad,
que nos demuestre ¿qué se gana haciendo las cosas de otra manera?, ¿dónde están y
quienes conforman esa galería de notables que resolvió más problemas en su vida en
tanto que menos durmió?, ¿quién entre los preocupados tiene el record de problemas
resueltos?, ¿nos pueden enviar fotografías de estas Ilustres personas, certificados
médicos y cartas manuscritas de los miembros de su familia?
El consejo bíblico establece imperativamente: “Que no se ponga el sol sobre vuestro
enojo”, y nosotros humildemente nos permitimos el paralelo para pedir “Que no se
ponga el sol sobre tus problemas”. Si el día estuvo intensamente activo y el Problema
no fue resuelto, mañana se resolverá. La indispensable Pausa no es herramienta de
irresponsables o indiferentes, es arma poderosa en mano de los inteligentes. Las
personas “oficiosas”, aquellas que a título de responsabilidad viven al ritmo que les
dictan sus problemas, son aquellas que hubieran querido construir el canal de Panamá
con un pico y una pala en la mano: hasta el día de hoy seguirían trabajando. Las
personas inteligentes trabajan resolviendo sus problemas y conquistando sus metas
sobre caminos asfaltados, en esta tarea no hay “atajos” efectivos.
Algunos apuntes sobre las personas “preocupadas”: El diccionario dice que
Preocupación es: “intranquilidad, inquietud o temor que provoca alguna cosa”.
Y sus sinónimos son: “desasosiego, intranquilidad, ansiedad, nerviosismo, inquietud,
pesadumbre, malestar desazón, recelo, insomnio, angustia, manía, neurosis…”
Imaginemos una persona “preocupada” tratando de resolver sus problemas en medio de
inquietud, temor, malestar, desazón, angustia, etc. Esto resulta casi absurdo. Sin
embargo el entendimiento tradicional da a entender que una persona “preocupada” es
justamente aquella que le está prestando más atención a sus problemas: está “pre-
ocupada” en su tratamiento.
La preocupación en realidad no es una antesala al proceso de resolución de problemas,
la preocupación es una consecuencia de problemas mal resueltos. Nada se gana con
preocupación, es más, cuando se llega a ése estado la batalla ya está prácticamente
perdida.
Y es que con los problemas en los hechos se libra una batalla, y si bien no siempre se
gana, esta no es una batalla que se emprende para perder. El hombre curtido en la
batalla extrae beneficios tanto de la victoria como de la derrota pero juega a ganar. El
hombre preocupado ya ha sido derrotado antes de pelear, porque aún cuando
excepcionalmente llegue a resolver bien sus problemas ha perdido sosiego, tranquilidad
y paz. Esto debilita el espíritu para las siguientes confrontaciones y pone en riesgo el
triunfo definitivo en la vida.
Tampoco faltarán las personas que afirmen que pedir que se evite la existencia de
problemas imaginarios y preocupaciones raya en una ingenuidad ridícula. Al fin y al
cabo la vida no es una taza de leche para nadie y estas personas clamarán porque
tomemos conciencia de la “cruda” realidad y coloquemos los pies en la tierra.
¿Y que se les puede decir? También raya en lo ridículo que desde aquí se propugne la
existencia de problemas imaginarios o se llame a la gente a estar preocupada. Esto no es
nada razonable, porque por último es entendible que se tengan los pies en la tierra pero
nada obliga a tener la cabeza a la altura de los pies.
Todo se trata de Calidad de Vida. Este tiene que ser el paradigma y algunos tenemos
que dar como bueno todo lo que allí conduzca. Entender en este sentido que todos los
problemas tienen solución ayuda muchísimo, racionalizarlo contribuye
incomparablemente al crecimiento personal.
No hay margen de error ni riesgo alguno al afirmar: SI NO HAY SOLUCIÓN, ¡NO
HAY PROBLEMA!
Recordemos esto cada día porque aumentará de manera maravillosa nuestra Fe en la
victoria. Y bien nos ha sido dicho por una Sabiduría superior que la Fe mueve
montañas….
Carlos Eduardo Nava Condarco - carlosnava365@gmail.com
Natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de
Empresas y Empresario. Actualmente Socio Gerente de la empresa CHAINS SRL,
administradora de la cadena de restaurantes de Taxi Subs, Pizza Uno, Chifa Box,
Clock's, Buenos Aires Grill, Family Center y Big Ben. Es autor de los libros “El
Strategos y la guerra en el mundo de los negocios” y “Los Problemas y Yo: historia de
una amistad”.
02-09-2010
02-09-2010
El vaso medio vacío o medio lleno. ¿Cómo lo ves tú? Esa es una extraordinaria pregunta
que pienso nos ha acompañado durante toda la vida; sin mucho análisis, casi todos
queremos verlo medio lleno, mientras que unos pocos se refugian en ciertos argumentos
para verlo medio vacío.
Los que me hacen esa pregunta se sorprenden cuando les digo que lo veo por la mitad…
sí, es mi forma de ver el vaso, es lo que llamo ser realista. No me considero optimista, ni
mucho menos quiero ser pesimista, el que me conoce lo sabe. Los optimistas son
personas muy alegres y que siempre esperan algo bueno detrás de cualquier cosa.
Es un tipo de gente que siempre queremos tener a nuestro lado… en el peor de los
momentos saca una buena frase que nos hace levantar la cabeza y esperar que el viento
cambie; el viento estará en algún momento a nuestro favor. “Al mal tiempo, buena cara”
o “no hay mal que por bien no venga”.
Los pesimistas contagian más. Ellos se plantan en una posición negativa y tienen frases
como; “esto sólo me pasa a mí” o “yo si soy un hombre/Mujer que tiene mala suerte”…
entre otras tantas. Ellos creen en la mala suerte, en el pájaro de mal agüero y otras tantas
maldades que les tiene la vida guardada.
Lo peor es que cuando la están pasando bien, cuando el momento de la “buena suerte”
llega a su vida, no lo disfrutan, ya que eso es pasajero; no se alegran, ya que en algún
momento se dañará todo. Este tipo de personas piensa que el viento siempre estará en
contra, se viven quejando de él.
Para el realista no hay viento a favor ni en contra, se preocupa por aprender a navegar y
no se queda esperando que el viento cambie, sólo levanta la vela y comienza a navegar.
Por eso dicen que al que sabe navegar siempre el viento le juega a favor.
El realista; Vive lo que tiene, sin malgastar lo bueno ni llamar lo malo. No espera
momentos mejores, ni maldice los malos. Él piensa que el mejor día es el que tiene, el
único que podrá vivir. Por eso lo vive con ánimo y aprovecha cada minuto.
Él piensa que el presente es tan corto y tan largo a la vez, que no hay necesidad de
desperdiciarlo. Él no mata el tiempo que se pasa la vida tratando de conseguir…
simplemente hace lo que decide hacer, lo que piensa que es mejor para él y los que lo
rodean. Él siempre está en el momento indicado, a la hora exacta y en el lugar preciso.
Él busca la razón, no le importa no tenerla. En resumen, el realista construye lo que
quiere ser.
María Eugenia Hassan
Administradora de Empresas.
Consultora Empresarial.
Periodista-Asesora Comunicacional.
conductasexito@gmail.com
http://conductasexito.blogspot.com
http://twitter.com/Maruhassan
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La oratoria y el entusiasmo
Autor: Mike Cellamare
Autoayuda y superación personal
02-09-2010
02-09-2010
Mucha gente me pregunta en los entrenamientos, ¿A dónde debo mirar cuando hablo en
público? Algunos recomiendan ver sobre las cabezas del público, mirarlos al copete,
otros dicen que hay que ver la pared que está detrás de la audiencia y otros dicen que
mejor debe verse solo hacia la izquierda y a la derecha. Son disparates sin sentido.
Lo resumo en una frase sencilla, “El público mira hacia donde miras tu. Ese es uno de
los fundamentos de la oratoria. Si tú miras hacia abajo, los espectadores también lo
harán, si miras hacia los lados o hacia arriba igual lo harán. Si miras al público mientras
hablas, ellos también lo harán.
El contacto visual es crucial para establecer contacto con la gente. Por experiencia, te
puedo decir que a la mayoría de la gente se le hace muy difícil ver a otras personas a los
ojos, no porque escondan algo, sino más bien por timidez. Lograrlo requiere mucho
entrenamiento y práctica.
Si quieres que el público te preste atención, tienes que verlo
Si en tu grupo hay cientos de personas, como es lógico no podrás dedicar tanto tiempo a
cada una de ellas. Cuando te encuentres hablando frente a un público numeroso, tienes
que localizar a la gente atenta y receptiva.
Sobre todo, escoge a varios oyentes bien separados entre sí para abarcar distintos puntos
de la sala. Y la gente que está sentada alrededor de las personas clave sentirá que la
atención que les dedicas es auténtica, pero no caigas en el error que suelen cometer los
principiantes que no conocen las técnicas de oratoria moderna, simplemente orientan la
cabeza hacia ciertos grupos de personas y esto es u error. Si quieres que el público te
preste atención, tienes que verlo de manera estratégica.
Dar la cara al hablar en público
Jamás le des la espalda al público. Ésta es una regla de oro para actores, docentes,
vendedores y todas aquellas personas que tienen que hablar en público. Es lógico.
Cuando tú te pones de espaldas no puedes ver al público y éste no puede verte a ti.
Se interrumpe el contacto visual, tus palabras no se oirán bien y acabarás perdiendo la
atención y compenetración que hayas logrado. En caso de que te encuentres rodeado de
personas, ve dándote la vuelta para ofrecer tú frente a cada sector y la espalda al otro
sector, pero solo unos segundos. Es un equilibrio.
Darle siempre la cara al público es vital para tu comunicación orador público. Darle la
cara al público mientras les hablas, es atenderlo. La gente sentirá que tu como orador
estas interesado y dándole lo mejor de tu tiempo.
Ventajas de la oratoria
Muchas personas en distintos lugares del mundo se han visto afectadas por no saber
comunicarse en público, perdiendo así importantes oportunidades en su vida
profesional. Saber cómo hablar en público es considerado hoy en día, más que nunca,
como una habilidad con gran demanda en el mercado laboral, bien sea en los negocios,
en las ventas, en la vida académica.
¿Has notado que las personas que hablan con seguridad y convicción, son líderes en su
campo? Estar preparado y bien entrenado para hablar en público con éxito te dará
enormes ventajas sobre aquellos que no saben hacerlo.
Ventajas como la de aumentar tu autoestima, la confianza en ti mismo, mejora el
vocabulario tanto para hablar y escribir, potencia tu liderazgo, mejora tu memoria, te
estimula, te da vigor y energía, fortalece tu espíritu de competencia, la perseverancia.
Hablar en público, incluso te hará parecer más inteligente ante los demás.
Mike Cellamare - oratoriamodernaarrobagmail.com
Licenciado en Comunicación Social, Instructor especializado en Oratoria y
Presentaciones, Locutor Profesional y Narrador de documentales. Ha desarrollado su
carrera profesional en el campo de la información y de las comunicaciones,
destacándose en el ámbito de la asesoría, coaching y dirección de cursos, programas de
entrenamiento y conferencias. Autor de libros y audio libros sobre oratoria moderna y
presentaciones eficaces en público.
www.cursodeoratoria.com.ve
01-09-2010
01-09-2010
Hoy conductas de éxito te invita a reflexionar sobre todo el potencial que tienes dentro
de ti mismo(a) y que a partir de esta lectura debes comenzar a reconocer y poner en
práctica. Te digo esto porque el cambio comienza dentro de nosotros mismos.
Nosotros, no podemos dar nada de lo que no tenemos. Damos lo que tenemos; y, por
supuesto, somos lo que damos. Si lo que tenemos son conflictos y confusiones,
conflictos y confusiones desparramamos entre los que nos rodean. Por el contrario, si lo
que tenemos es tranquilidad y paz creativa y apasionada por lo que estamos haciendo,
como si fuera un hobbies, entonces ese entusiasmo y esa energía será la que
esparciremos a nuestro alrededor. Jamás vamos a insistir demasiado acerca de la
importancia de que el cambio comienza y termina dentro de nosotros mismos.
Todo lo demás viene, dentro y fuera, por añadidura. Para eso, tenemos que liberarnos de
las resistencias o los temores, en nuestras mentes. Tenemos que combatir esa situación.
Tenemos que llegar a las profundidades de nuestro propio ser. Allí, en esas
profundidades, todos trabajamos creativamente; y, ¿saben?, allí, todos somos uno solo.
Allí no hay conflictos.
Allí está la verdadera inteligencia.
Hay que pensar a partir de la aceptación de lo que es y no, ser negativo(a) o poniendo
resistencia a lo que te ocurre. No por abandono o rendición, sino simplemente porque
eso es lo único que ahora existe. Lo que hubieras querido que ocurriera, no existe, no
ocurrió, y jamás podrá existir, si no cambiamos al presente, con sus propias reglas del
juego. Y, para cambiarlo, tenemos, primero que nada, aceptarlo, comprenderlo e incluso
enfatizar con esa realidad de nuestro ahora, de nuestro presente. ¿Es esto tan difícil de
comprender y aceptar? Si, como bien dicen, a los problemas, hay que verlos desde
afuera.
En otras palabras, yo diría, mirémoslos desde adentro de nosotros mismos. Pero en un
adentro más allá del de nuestra mente. En este marco, lo importante y lo creador, es el
ahora. El ahora tiene toda la fuerza y vitalidad para transformarnos y transformar
nuestras sociedades. Miremos todo esto en el contexto de nosotros mismos, de nuestra
empresa o negocio, de nuestro país, y seres del mundo. Y, dentro de ellos, dentro del
papel, casi "de almas" que tenemos que jugar cada uno de nosotros individualmente.
Somos, dentro de nuestras individualidades, la totalidad de nuestro país y de nuestros
mundos.
¿Cómo aprendemos de nosotros mismos y de los demás para realizarnos cada vez más y
mejor?
Todo lo bueno y lo malo está dentro de nosotros mismos, estemos o no conscientes de
esa realidad indiscutible.
Siempre te digo que emprender no es solo iniciar un negocio, ser mejor dentro de la
organización en que trabajes (pública o privada), entre otros.
Para ser y tener un espíritu emprendedor es necesario reinventarnos a nosotros mismos
cada día. Por eso, el descubrir nuestras propias herramientas y desarrollar todo el
potencial que tienes hay que comenzar por ti.
De esto, casi no hay duda, cuando examinamos o interpretamos las experiencias
culturales, folclóricas, antropológicas, arqueológicas y de la literatura pasada a través de
los siglos, en papel, en piedras y en múltiples otras manifestaciones de la humanidad
durante su historia escrita y no escrita. Y, de todo esto, nos convencemos aún mucho
más, cuando logramos introducirnos y tomar conciencia de nosotros mismos, y de la
forma en que el universo se replica, dentro de nosotros mismos. La realización y
mejoramiento de nosotros mismos, no es más que el proceso interminable de toma de
conciencia cada vez más profunda de todo lo anterior, hasta que todo lo anterior pase a
nuestro consciente.
Entre las múltiples herramientas a nuestro alcance, tenemos, además de a nosotros
mismos, a las apreciaciones y evaluaciones conscientes y a veces inconscientes que
hacemos acerca de los demás. De los otros, lo que más nos saca de quicio, son aquellas
de sus características similares a aquellas de nuestras propias características con las que
más descontentos estamos al interior de nosotros mismos. Y, a la inversa, aquellas de
las características del prójimo que más apreciamos, por lo general son aquellas que
nosotros también tenemos, en diferentes grados, y que, lejos de molestarnos, nos
satisfacen.
En otras palabras, para sacar a la superficie, tomar conciencia, asumir y comenzar a
mejorar, y efectivamente mejorar aquellas de nuestras características que más nos
anclan y hunden en lo que más nos disgusta de nosotros mismos, tenemos que detectar
aquello que más nos disgusta de nuestro prójimo. Entonces, en lugar de molestarnos con
ellos, más bien agradezcámosles y, lo más importante, aprovechemos la oportunidad
para reflexionar, focalizar y actuar más en profundidad dentro de nosotros mismos.
Las 10 reglas que al parecer nos gobiernan, son:
1.- Aprender a aceptarnos y a crecer a partir de lo que somos y tenemos y no a partir de
lo que quisiéramos ser o tener.
2.- Reconocer que la vida, a través de nosotros mismos, de los demás y de nuestras
circunstancias, constantemente y en cada momento nos presenta con lecciones para
aprender y superar, tal como si estuviéramos en un programa de educación continua.
3.- Darnos cuenta que realmente no hay errores, que sólo hay, lecciones que
aprendemos o no aprendemos, que superamos o que no superamos, y que, todo lo que
nos pasa, como lecciones que son, son solamente experiencias vivenciales de la realidad
misma.
4.- Observar y estar claros que, aquellas de las lecciones con la que las circunstancias de
la vida nos enfrentaron y, por cualquier razón, no aprendimos ni superamos, se siguen
repitiendo, una y otra vez, infinitamente.
5.- Vivir y aprovechar la realidad de que nuestro aprendizaje, el proceso de enseñanza-
aprendizaje en el que vivimos y viviremos, jamás termina.
6.- Aceptar, tomar conciencia, asumir y aprovechar que indudablemente no hay nada
mejor que el "aquí y ahora," el "allá y después" no existe, aunque alguna vez vaya luego
a existir, toda vez que, para entonces, ya se habrá debidamente transformado en un
"aquí y ahora," sobre el que SÍ podemos actuar.
7.- Vivenciar que, los otros, los que nos rodean, son espejos de nosotros mismos, a
través de los cuáles podemos aprender, crecer y realizarnos nosotros.
8.- Recordar que todo lo que hacemos de nuestras vidas, es, pura y exclusivamente,
nuestra propia responsabilidad. Somos los artífices de nuestro propio destino.
9.- Reconocer que, todas las repuestas, sin excepción, están dentro de nosotros mismos.
Los demás pueden o no ayudarnos a encontrarlas, pero jamás pueden darnos esas.
10.- Saber que diariamente tenemos que recordarnos y hacer frente a todas y cada una
de las reglas anteriores, según sea la prioridad del momento.
Todo depende de nuestra realización personal y el éxito de nuestros emprendimientos de
cualquier índole. Todo es, al final, bueno, por malo que parezca, siempre que lo
sepamos aprovechar. No hay algo ni nada más cierto que aquello de que "no hay mal
que por bien no venga," si es que, a eso que llamamos "mal," empleándolo como una
lección experiencia de la vida, lo utilizamos para aprender la lección que nos toca
aprender en cada momento, evitando así que, esa misma lección, la vida, o sus
circunstancias, nos la tengan que repetir, una y otra vez, sin que podamos avanzar y
acercarnos más "hacia nuestra graduación" en la Universidad Eterna de la Vida.
PENSAMIENTO: No olvidemos que, "nada se pierde, y que todo se transforma."
María Eugenia Hassan
Administradora de Empresas.
Consultora Empresarial.
Periodista-Asesora Comunicacional.
conductasexito@gmail.com
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01-09-2010
Los problemas, los conflictos y las contrariedades no son evitables en la vida,
constituyen una constante con la que es indispensable convivir. Son muchas las
personas que se doblegan ante la adversidad, son menos aquellas que la saben tratar y la
convierten en fuente inagotable de crecimiento personal, pero definitivamente son
excepcionales aquellas que de la interacción con los problemas generan preciosas
Oportunidades y concluyen la experiencia en un estado cualitativamente superior al
estado de inicio.
Cuerpo principal
Los problemas, dificultades y contrariedades que se nos presentan en la vida tienen un
conjunto de características que es necesario conocer y comprender apropiadamente para
interactuar con ellas. De esta manera se facilita mucho la tarea de solucionarlas.
Afortunadamente la naturaleza de los conflictos no es completamente aleatoria: tiene
una estructura, responde a una mecánica, presenta un estado y un sistema
interdependiente con su entorno. Se puede conocer su dinámica de la misma manera que
se conoce la de un fenómeno natural: un huracán, un tornado, una tormenta. Puede
entenderse cómo se forman, cómo se desenvuelven, qué tan graves son, cuanto pueden
durar y qué daños pueden provocar. Al igual que estos otros fenómenos naturales,
pueden predecirse y dan margen a la anticipación. Un problema puede tener el carácter
de un tornado en la vida de una persona y así presenta un paralelo de fuertes emociones:
ansiedad, angustia, miedo. Una de las pocas pero trascendentales diferencias que los
problemas sostienen en su comparación con esos fenómenos de la naturaleza, justifica
plenamente la atención que se les debe prestar: se conoce como se forman, como se
inician y también como pueden terminar. Esto último es justamente lo que no llega a
determinarse en un fenómeno natural.
Introducirse en el conocimiento profundo de la naturaleza de los problemas es una
inversión que produce sustanciales réditos. En ella está comprometida nuestra calidad
de vida y nuestro potencial de realización plena como personas.
Conozcamos algunos aspectos básicos:
En primer lugar, es importante diferenciar los problemas en sí mismos de sus causas y
sus efectos. Lo primero, es decir la identificación precisa de las causas, constituye el
factor principal para encontrar la solución del problema.
Lo segundo, la identificación y tratamiento de sus efectos, determinará si la solución
puede, o no, llevarse a cabo.
El entendimiento de esta relación causal permite ser eficiente en la resolución de
conflictos.
El error más importante en el que incurrimos es suponer que el Problema es una entidad,
nuestro enfoque hacia él es habitualmente holístico. La inevitable carga emocional que
los problemas provocan contribuye bastante a la comisión de este error. En la mayoría
de los casos apenas tenemos la capacidad de visualizar parcialmente el Problema. Pocas
veces se alcanza a comprender toda la relación causal. Y esto es más grave entre que
mayor e intempestivo es el Problema.
Lo primero que provoca en nosotros la aparición del Problema es una reacción.
Nuestros pensamientos y nuestras acciones se sitúan primero en la parte de los efectos
que tiene esta relación causal. Allí se dirige la atención y los primeros esfuerzos.
Habitualmente este comportamiento tiene un contenido altamente emotivo y por ello
mismo confunde más la percepción integral del Problema y dificulta su solución
posterior. Tarde iniciamos el acercamiento reflexivo hacia el problema para visualizarlo
mejor y comenzar a entenderlo y por supuesto, mas tarde aún el proceso de
identificación y evaluación de las causas del problema. A veces esto último no se realiza
en absoluto.
Cuando llega el momento de Resolver el Problema, la dificultad de la tarea queda
íntimamente relacionada con el carácter de las primeras reacciones y con el grado de
entendimiento que se alcanzó del Problema y de sus causas.
Y en la mayoría de los casos ocurre lo siguiente: la reacción inicial ante el Problema no
ayudó en nada y terminó por aumentar los efectos negativos. Nuestro entendimiento de
hechos y causas es casi tan limitado como la propia solución que estamos poniendo en
práctica.
Interactuar de esta manera con los problemas no es nada provechoso y puede resultar
incluso peligroso, tomando en cuenta que los problemas no solo son inevitables en el
curso de la vida sino que forman parte de una incansable rutina de la que nadie está
exento.
Probablemente el resultado más triste (y el más costoso) que produce este circuito
vicioso sea la negación de un hecho fundamental de la naturaleza misma de los
problemas: y es que cada uno de ellos en realidad nos presenta una Oportunidad. Los
problemas son SIEMPRE potenciales oportunidades, más allá de su intensidad, de su
gravedad o de la gran contrariedad que ocasionen. Emerger victorioso de un problema
cambia el estado de una persona: lo hace crecer, lo fortalece, aumenta su experiencia y
su capacidad de enfrentar futuras contrariedades.
La forma de terminar con el circuito vicioso radica en la capacidad que se tenga para
Controlar las reacciones que se adoptan ante el surgimiento de los problemas. Cuando el
Problema surge ya nada puede hacerse con respecto a él, simplemente ya está allí. Pero
esto es una cosa y otra muy distinta es la forma que tome nuestra reacción. Sobre ella si
tenemos control, esto sí está a nuestro alcance.
Las reacciones ante el Problema deben estar lo más desprovistas posibles de carga
emocional. Las emociones son el combustible que los problemas precisan para tomar
cuerpo, crecer y lastimar. Las reacciones más serenas, las menos emotivas son las que
moderan los efectos negativos que trae el Problema. Las reacciones de carácter opuesto
nos convierten a nosotros mismos en nuestros peores enemigos. El Problema en sí es
sólo un conjunto de hechos, es algo completamente impersonal; somos nosotros quienes
le insuflamos vida y lo convertimos en una entidad activa, dominante. Entonces el
Problema crece y muta de un estado a otro volviéndose ingobernable.
Controlar las reacciones que tenemos ante el Problema es tarea muy difícil y en esta
dificultad radica el factor que diferencia a la mayoría de la gente de aquellos pocos que
salen airosos de la contrariedad. Para vencer es indispensable reprimir bruscamente el
estado emocional y activar la racionalidad.
La reacción primaria cuando se presenta el Problema debe ser solamente una larga
pausa, lo más larga posible. No hacer y no decir nada: desactivar los circuitos nerviosos.
Inmediatamente después debe activarse la razón y debe ser enfocada estrictamente al
análisis y a la evaluación del Problema, es decir a los hechos concretos que éste
presenta. En esta tarea es también recomendable tomarse todo el tiempo que fuese
posible, el tiempo debe jugar siempre a favor de la solución y no del Problema, (por
supuesto que el análisis de estos problemas no está considerando ningún accidente o
catástrofe que se desarrolla en segundos, ello ya corresponde a otra categoría).
Luego del análisis Racional del Problema como conjunto de hechos, la cabeza sustituye
al estómago en el establecimiento de una primera respuesta. Esta primera respuesta debe
ser sólo eso: una aproximación a la solución, un acto que “acote el terreno” en el que se
desenvuelven los hechos, un esfuerzo para evitar que el Problema tome más
proporciones de las que ya ha alcanzado. Esta primera respuesta es una forma de aplicar
“paños fríos” a la situación. La persona entrenada para encarar problemas con ventaja
desarrolla mucha habilidad en esto. Un “paño frío” clásico es la serenidad que pueda
demostrarse (no la indispensable que debe tenerse sino aquella que puede exhibirse).
Esto ayuda mucho para contar con el apoyo de las personas que estén a nuestro
alrededor. Otro “paño frío” útil es la comunicación activa con todas las personas que
puedan verse involucradas en la solución del problema, informándoles de los hechos y
evitando que tomen cualquier acción que proyecte el Problema más allá de los límites
que estamos fijando.
Otra acción rápida debe establecer con claridad los conductos autorizados para el
tratamiento del problema.
La primera respuesta tiene mucho que ver con ordenar la situación y evitar el caos que
con frecuencia provocan los problemas.
La Solución de fondo al Problema surge como producto de un análisis exhaustivo de las
Causas que éste tiene. Aquí el tiempo debe ser necesariamente un aliado. Esta es una
etapa completamente racional, la mente determina las pautas conceptuales y las
acciones a seguir. De aquí surgen las respuestas profundas, en materia y en tiempo;
soluciones que no solo resuelvan favorablemente la problemática sino que establezcan
también fundamentos para que los hechos no se vuelvan a repetir con facilidad. Por esto
último se afirma que la Solución no solo debe resolver el Problema, también tiene que
superarlo, hasta un punto en que el estado final de las cosas exceda en calidad y en
beneficio al estado original.
Alcanzar este nivel tampoco es sencillo y constituye otro factor que discrimina a
muchos por muy pocos. La mayoría de la gente no siempre sale victoriosa de su relación
con las adversidades, otro grupo menor apenas las resuelve, pero en definitiva son muy
pocos los que consiguen salir de los problemas en un estado mejor del que tuvieron en
su inicio.
Por último existen dos cosas adicionales que deben hacerse:
1.- Un inventario del Problema. Esto enriquece la experiencia y permite desarrollar
“antídotos” ante la circunstancial probabilidad de que el hecho se repita en el futuro.
2.- ¿Qué Oportunidad debo identificar como producto del Problema? La respuesta a esto
es puro crecimiento. En este punto los problemas se convierten en una bendición y
consuman la paradoja. Esforzándonos para encontrar esta respuesta, sellamos la
victoria, demostrando a todos que formamos parte de ése grupo reducido que en
situaciones favorables o adversas solo extrae de la vida lo mejor que ésta ofrece.
Permítanme concluir con este pensamiento que resume mis propias experiencias:
Al final de esta historia que no ha concluido, después de un largo camino lleno de
sinuosidades, cuestas empinadas y descensos vertiginosos, hermosas visiones rodeadas
de brillante luz e imágenes ocultas por poderosa oscuridad, la vida me ha permitido
descubrir una amistad como no hay otra: mi amistad con los Problemas. Esta amistad
tiene bases simples, se fundamenta en una relación sencilla. Y como todo lo simple y lo
sencillo en este mundo es a la vez grandioso y conmovedor.
La base fundamental de la Amistad que tengo con los Problemas es ésta: ¡Nada en esta
vida me ha hecho CRECER más que mi constante interacción con ellos! Ningún
maestro ha sido más sabio, nadie me ha brindado más oportunidades, ningún consejo ha
sido menos egoísta, nada ha resultado más estimulante. Mi relación con los Problemas
ha permitido, además, que descubra la esencia del Amor, amor para conmigo mismo por
esa capacidad inagotable que tenemos para superar las dificultades, amor para con los
otros a quienes se tiene que recurrir para vencer la adversidad y a quienes debe
protegerse; y sobretodo amor para con la Vida que sin cansancio nos demuestra que tras
toda noche oscura y fría siempre sale el Sol.
Carlos Eduardo Nava Condarco - carlosnava365@gmail.com
Natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de
Empresas y Empresario. Actualmente Socio Gerente de la empresa CHAINS SRL,
administradora de la cadena de restaurantes de Taxi Subs, Pizza Uno, Chifa Box,
Clock's, Buenos Aires Grill, Family Center y Big Ben. Es autor de los libros “El
Strategos y la guerra en el mundo de los negocios” y “Los Problemas y Yo: historia de
una amistad”.
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31-08-2010
01-07-2010
26-08-2010
La vida demuestra que las únicas personas que salen siempre airosas al enfrentar las
continuas y duras adversidades que presenta la existencia son los Creyentes. Sólo las
personas que “creen” pueden superar con ventaja las pruebas. Los incrédulos son
víctimas permanentes de esta dinámica impiadosa.
Conceptualmente el “Creyente” no solo está asociado a un dogma o a una doctrina. El
creyente, como el término mismo lo indica, es la persona que “cree” en algo. Si bien es
cierto que el carácter de este “algo” fortalece, o no, la propia creencia, su sola existencia
habilita una participación ventajosa en el proceso.
Las adversidades que nos presenta la vida condicionan de manera definitiva nuestra
actitud hacia ella. Nuestras actitudes, a la vez, influyen de manera determinante en
nuestra forma de encarar la rutina diaria. Esta es una dinámica ineludible del vivir y no
existe posibilidad alguna de evadirla. Solo queda aprender a desenvolverse en este
“juego” donde las reglas han sido establecidas desde siempre: o salimos victoriosos del
proceso o el proceso nos derrota.
La vida misma ha demostrado que las únicas personas que salen siempre airosas al
enfrentar las continuas y duras adversidades que presenta la existencia son los
Creyentes. Sólo las personas que “creen” pueden superar con ventaja las pruebas. Los
incrédulos son víctimas permanentes de esta dinámica impiadosa.
Conceptualmente el “Creyente” no solo está asociado a un dogma o a una doctrina. El
creyente, como el término mismo lo indica, es la persona que “cree” en algo. Si bien es
cierto que el carácter de este “algo” fortalece, o no, la propia creencia, su sola existencia
habilita una participación ventajosa en el proceso.
Alguien podrá argumentar que en el fondo todos los seres humanos creen en algo y por
lo tanto aplican en la categoría, pero esto no es así por un hecho muy simple: el
Creyente vive activamente en función de lo que cree. No se trata solo de creer, se trata
de vivir en función de lo que se cree. Y vivir en función de lo que se cree no es una cosa
simple, precisa carácter. Esto último reduce notablemente el número de personas que
pueden inscribirse en la categoría.
Otros podrán argumentar sobre la calidad moral de la creencia porque efectivamente
existen quienes creen prácticamente “cualquier cosa”. Pero estos últimos tampoco se
inscriben entre los que pueden transitar victoriosos en la vida porque de mala semilla no
emerge buen fruto. La vida siempre paga bien por bien y mal por mal.
Los Creyentes son un grupo selecto de personas muy coherentes consigo mismos, muy
fuertes. Sostienen una poderosa visión, se esfuerzan mucho por alcanzarla, no miran
innecesariamente a derecha o izquierda y tienen muchísima paciencia. Por el solo hecho
de creer firmemente son personas muy seguras, se desenvuelven siempre en primera
línea y pocas veces miran atrás. El hombre que cree sostiene la mirada hacia el naciente
y la espalda hacia el poniente. La dimensión temporal en la que se desenvuelve es el
Futuro, nada puede hacerse sobre el pasado y el presente solo es punto de partida para lo
porvenir.
El tamaño del Creyente es proporcional a su creencia, en tanto ésta sea mayor también
él es mas grande. Por eso es necesario evaluar profundamente la naturaleza y la
dimensión de aquello en lo que creemos. Por otra parte en tanto mayor la dimensión de
aquello en lo que se cree, mayor es la humildad del Creyente, mayor su capacidad de
medirse honestamente y mayor su respeto hacia las poderosas energías que gobiernan
las circunstancias.
Debemos reflexionar profundamente sobre las cosas en las que creemos porque de ellas
depende la Calidad de vida que nos espera.
Es necesario, pero no es suficiente, Creer en uno mismo, debe también creerse en los
demás. Esto no es sencillo pero es indispensable; la caminata que nos está deparada no
puede hacerse de ninguna manera en solitario. El hombre solitario es una de las
criaturas más indefensas de la naturaleza y es también una de las más carentes porque
con este solo hecho demuestra su incapacidad de “ser” también para otros. Creer en los
demás y recibir de ellos lo que se espera y se necesita es producto de haber dado mucho
y de muy buena calidad. El Creyente ha sembrado en los demás aquello que ahora
demanda y que ahora recibe para encarar con ventaja las adversidades.
Sembrar en los demás lo que se quiere recibir de ellos es otra de las tareas que tamiza
dramáticamente la categoría de los creyentes. Pocos pueden hacerlo y aún muchos
menos pueden sostenerlo durante el largo y accidentado camino que presenta la vida.
Todo lo que el Creyente profesa se manifiesta en Positivo, no existe margen alguno para
lo negativo. El Creyente genuino (porque hay mas creyentes falsos de lo que uno se
pueda imaginar), piensa en positivo, actúa en positivo y soporta la adversidad, el fracaso
y la perdida en Positivo. Este es otro factor que califica la categoría porque tampoco es
sencillo de llevar a la práctica, es cierto que el peso de la vida es infinitamente mayor
sobre el cuello de una persona que sobre una hoja de papel como esta; pero ello no
desacredita la afirmación: si el Creyente no se desenvuelve en Positivo le quita poder a
la propia creencia, porque esencialmente es necesario CREER que las cosas suceden
para bien porque uno mismo actúa bien. Lo negativo es como una corriente de agua que
surca por el cauce que uno establece, y si se le brinda espacio en el dominio de la
creencia, allí ingresa y lo inunda todo. El hombre negativo no solo es producto de
pensamientos pesimistas que emergen de un cálculo “objetivo” de las probabilidades, es
también una víctima bastante consciente de sus propios actos negativos, los cuales
difieren mucho de los “errores”. Estos últimos se cometen siempre y no tienen nada que
ver con la actitud Positiva o negativa, son elementos naturales de la vida. Un acto
negativo es otra cosa porque trae aparejada una consecuencia negativa. El Creyente
debe tener la firme convicción de que los actos de bien solo producen buenos resultados
y de allí debe emerger la seguridad granítica de VIVIR en Positivo. CREER esto último
es parte esencial de reconocerse Creyente.
Por último el Creyente hace uso sin pausa del arma más poderosa que le está reservada a
los pocos y selectos que se incluyen en la categoría: la gratitud. Para el Creyente la
gratitud es un arma, no es sólo una actitud, constituye el combustible que lo acerca al
objetivo, la energía que lo vigoriza en el proceso, el alma que soporta el sacrificio y el
esfuerzo. La gratitud es, además, remedio maravilloso contra la adversidad.
El Creyente dice mil veces Gracias por cada vez que se pregunta ¿Por qué me sucede
esto? El Creyente dice Gracias cuando algo salió mal porque de ello debe extraer alguna
enseñanza, algún correctivo. El Creyente grita Gracias ante el fracaso y así lo anula,
porque de esta forma lo priva de poder. El Creyente entiende que solo gana quien sabe
perder y por ello da Gracias en uno u otro caso. El Creyente sabe que la Victoria solo le
está reservada a quien conoció la derrota y por ello da Gracias en uno y otro caso. El
Creyente anuncia a los cuatro vientos su gratitud porque sabe que al poder hacerlo está
con vida… y si hay vida existe oportunidad para volver a pelear por lo que se Cree.
Por eso el Creyente ama profundamente la Vida, porque esta le ha demostrado, una y
otra vez, que tras cada noche oscura y fría siempre sale el Sol.
Carlos Eduardo Nava Condarco - carlosnava365@gmail.com
Natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, tiene 45 años, es
Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente Socio Gerente de la empresa
CHAINS SRL, administradora de la cadena de restaurantes de Taxi Subs, Pizza Uno,
Chifa Box, Clock´s, Buenos Aires Grill, Family Center y Big Ben. Es autor de los libros
“El Strategos y la guerra en el mundo de los negocios” y “Los Problemas y Yo: historia
de una amistad”.
23-08-2010
19-08-2010
Definir tus objetivos te traerá beneficios. Mantente enfocado y motivado. En esta nota te
presento algunas ideas para que consideres a la hora de establecer tus objetivos.
Establecer objetivos es un secreto que conocen muy bien los atletas destacados, los
hombres y mujeres de negocios y las personas exitosas en general.
Pero decirlo es muy fácil… ¡hacerlo es otra cosa!
Yo confieso que definitivamente tengo todo anotado, llevo mis listas, etc.. Pero muchas
veces me encuentro que dejo de lado este excelente ejercicio. ¡Excusas siempre
tenemos! Sin embargo, me obligo a retomarlo porque definitivamente es el camino a
transitar y cuando lo hago veo todo mucho más claro y preciso.
Como bien diría Claudia Juarez, de www.motivacionplus.com.ar, definir un objetivo te
brinda cierta motivación y foco para el corto y largo plazo. Te ayuda no sólo a enfocarte
en las cosas que tienes que realizar sino también a planear y organizar tus recursos y tu
tiempo, e inclusive, a adquirir las habilidades que necesitas para lograrlos.
Definir claramente objetivos de corto y largo plazo te permitirá medir tu progreso y
obtener satisfacción personal una vez alcanzados. Llevar algún control también te
facilitará ver tus avances y los objetivos efectivamente cumplidos. Esto elimina la
sensación de estar siempre corriendo detrás de cosas que tienes que hacer. Detenerte,
llevar este control y ser conciente de los logros obtenidos, redundaran en una mejora de
tu autoestima y potenciará tus esfuerzos y actividades.
Pero volviendo a lo básico, establecer un objetivo es tomar una decisión respecto de lo
que querés hacer, tanto en el corto como el largo plazo.
Luego, detallar algunas acciones concretas a realizar para alcanzarlos. Al desglosar los
objetivos en metas más pequeñas y manejables, los alcanzarás más fácilmente y evitarás
desanimarte frente a proyectos demasiado ambiciosos.
A continuación, algunas ideas a considerar para establecer objetivos y alcanzarlos:
• La actitud juega un rol muy importante.
• La planificación realista de los tiempos es fundamental para evitar frustrase.
• La capacitación es clave. Si necesitas ciertas habilidades para alcanzar un objetivo, el
primer paso será obtener el entrenamiento necesario.
• La situación financiera también debe ser considerada. Tienes que ser realista a la hora
de definir el dinero que necesitarás o el ingreso que esperas obtener.
• La revisión de objetivos debe ser continua y flexible. Adaptarse y realizar las
correcciones adecuadas es fundamental. Planeamos algo pero luego, la realidad puede
indicarnos otra cosa.
En fin, definitivamente, más fácil decirlo que hacerlo... para ejercitarlo, te propongo un
primer objetivo: Establecer tus Objetivos.
Victoria Miles - infoarrobavaargentina.com
Asistente Virtual certificada y titular de Virtual Assistance Argentina, brinda servicios
de asistencia virtual a emprendedores, profesionales independientes y PyMES. Para más
información visite su sitio o el Blog de Asistencia Virtual. Además, es editora de un
blog para secretarias y asistentes virtuales. http://www.motivacional.com.ar Buenos
Aires, Argentina.
18-08-2010
Hay un consejo, a veces olvidado, que puede realmente aumentar tu productividad y
reducir drásticamente tu nivel de estrés: Dejar de decir SI cuando debes decir NO.
Probablemente estemos de acuerdo en que hay infinidad de técnicas, métodos, sistemas
y trucos que nos permiten incrementar nuestra organización y ser más productivos.
Sin embargo, hay un consejo, a veces olvidado, que puede realmente aumentar tu
productividad y reducir drásticamente tu nivel de estrés:
Dejar de decir SI cuando debes decir NO.
En la era de la comunicación pareciera “normal” estar haciendo varias cosas a la vez (el
famoso multi-tasking). Más aún, si somos proveedores de servicios...
Pareciera que nos resultara natural responder SI a todas las demandas de nuestros
clientes y potenciales clientes sin siquiera hacer una breve pausa para evaluar si
verdaderamente estamos en condiciones de atender su requisición en tiempo y forma.
Lo mismo hacemos con nuestras propias actividades, objetivos y planes tanto de
negocios como personales. Tenemos tantos compromisos que si tomáramos unos breves
minutos para evaluar nuestra situación, probablemente nos daríamos cuenta que será
imposible lograrlo.
Pero, ¿qué nos hace decir SI cuando debiéramos decir NO?
Así responde Estevo Raposo a esta gran pregunta:
“En ocasiones nos comprometemos a realizar tareas, aún sabiendo de antemano que
tenemos poco tiempo para ellas y que es probable que no logremos completarlas. El
resultado es una sobrecarga de trabajo que redunda en perjuicio de nuestra
productividad. Los motivos para hacer esto (decir que sí cuando deberíamos decir que
no a aceptar tareas) pueden ser:
• Búsqueda de gratitud. Al aceptar hacer el trabajo que corresponde a otros sacar
adelante nos estamos ganando su gratitud y aceptación: por conseguir caer bien entre los
compañeros, o impresionar al jefe, podemos acabar acumulando muchas más tareas
pendientes de las que somos capaces de asumir. Antes de hacerlo conviene pensar que
no finalizar nuestras tareas o hacerlo descuidada y apresuradamente por falta de tiempo,
genera desaprobación casi inmediatamente.
• Culpabilidad. Cuando un compañero nos pide ayuda, o se nos solicita colaborar en un
proyecto importante y nos encontramos realmente faltos de tiempo, pueden asaltarnos
sentimientos de culpabilidad ante la idea de tener que decir: no; sin embargo, debemos
de dominar esos sentimientos pensando en que no es razonable tratar de hacer todo lo
que se nos pida.
• Miedo a ser prescindible. Quizás, aunque sea de un modo subconsciente, estemos
asumiendo tareas por encima de nuestras responsabilidades porque pensamos que si
bajamos el ritmo, la organización puede llegar a la conclusión de que no somos
necesarios. La mejor forma de hacerse imprescindible es realizar nuestro trabajo a
conciencia y excelentemente.
• Sentimiento de indispensabilidad. Si nos creemos eso de que es mejor hacerlo que
mandarlo a lo mejor estamos haciendo más de lo que podemos en la creencia de que
somos indispensables y nadie puede hacer el trabajo tan bien como nosotros. El síntoma
inequívoco de esto es preferir incumplir un plazo de entrega a delegar una tarea. Hay
que darse cuenta de que es mejor delegar (correcta y eficazmente) que producir un
trabajo de baja calidad debido al exceso de trabajo.”
Te invito a reflexionar sobre los motivos planteados por Estevo.
Un simple “NO” puede incrementar tu productividad y reducir considerablemente tu
nivel de estrés. En innumerables situaciones, "menos es más".
Para finalizar, te invito a descargar este texto de Hugo Filkenstein, “No es No"
(http://www.vaargentina.com/otrosarchivos/no-es-no.pdf)
Aumenta tu productividad, ¡deja de decir SI cuando debes decir NO!
Victoria Miles - infoarrobavaargentina.com
Asistente Virtual certificada y titular de Virtual Assistance Argentina, brinda servicios
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información visite su sitio o el Blog de Asistencia Virtual. Además, es editora de un
blog para secretarias y asistentes virtuales. http://www.motivacional.com.ar Buenos
Aires, Argentina.
17-08-2010
Siempre estamos luchando contra los desafíos del mundo y muchas personas tienden a
dar un paso hacia atrás en su auto desarrollo y en su libre determinación, pero esto se
relaciona con la energía del pensamiento. ¿Cuál es el punto en todo esto? Parece que
cada paso que damos, siempre se presenta alguien en nuestro camino, que nos trata de
empujar hacia atrás. Nunca hay momentos de aburrimiento en la vida. Por la simple
razón de que la mayoría de las personas en el mundo dedican mucho tiempo de sus
vidas a criticar a los demás y tratan de obligar a las personas que se relacionan a que
ajusten su manera de pensar a la de ellos o su manera de comportarse, etc., cuando ellos
no se adaptan a sus normas, estas personas que son dominantes, tratan de presionar para
que así sea. Pero esto nunca es una buena vía de escape.
La mayoría de las personas tienen actitudes conformistas frente a la vida. Esto es un
problema, porque se sientan a esperar que las cosas les sucedan y no intentan poner su
energía para ocurran las cosas como ellos lo deseaban.
Siempre sentimos que los problemas nunca terminan. A pesar de que enfrentamos a los
problemas, debemos reestructurar nuestra forma de pensar, hacia una actitud de una
persona inconformista, con el fin de tratar de sobrevivir a esta forma de vida tan
apresurada que nos toca vivir. La mayoría de las personas, creen que este tipo de
personas causan problemas o amenazas a la sociedad.
Contrariamente a tu forma de pensar, una persona inconformista es un pensador
excéntrico, tiene un espíritu libre y no permite que la humanidad le diga como regirse,
no van en contra de las “leyes de la naturaleza”. Ellos defienden lo que creen y su auto
determinación es una forma de seguimiento personal constante, se basan en la defensa y
protesta de lo que para ellos está funcionando bien.
Las personas en el mundo se esfuerzan por lograr el éxito y alejarse del fracaso. Puede
haber ocasiones en las cuales no pueden lograrlo, fallan en el intento. Cuando el
resultado es positivo, se sienten felices y contentos porque todos los esfuerzos que
pusieron dieron sus frutos cuando ellos más lo necesitaban.
Pero hay veces que por más que pongan todo el esfuerzo no logran el resultado que
desean porque se enfrentan a situaciones difíciles y esto les provoca un sentimiento de
frustración. En realidad, el fracaso es la clave del éxito. El fracaso puede causar cierta
decepción y deteriora nuestro esfuerzo, estos los desafíos que se nos presentan, debemos
aceptarlos, darle pelea y tomas las medidas para que recuperes el control de tu vida.
Te voy a dar un ejemplo para que veas claramente lo que trato de explicarte, un día un
niño tuvo un accidente donde perdió su mano izquierda. Tenía muchas ganas de
aprender judo. Después de mucha presión hacia sus padres, estos decidieron contratar
un maestro personal para él. El maestro de judo le enseño una sola lección, el día de su
competencia, el niño fue consagrado campeón del encuentro. Luego su maestro le dijo
que lo que le había enseñado fue el único golpe que podría salvar su vida, porque de lo
contrario, necesitaría su mano izquierda para defenderse.
El niño y sus padres, comprendieron que hay momentos en la vida de una persona, que
lo más importante es convertir las debilidades en fortaleza. No debemos subestimarnos
y seguir nuestros sentimientos interiores para el desarrollo personal.
No importa los obstáculos que podamos encontrar en el camino, sino que estos se deben
transformar en retos para nosotros, que estos nos ayuden a mantener nuestra libre
determinación, a fin de que sigamos creciendo interiormente.
Si dejas que los obstáculos obstruyan tu progreso en tu camino, promoviendo
pensamientos negativos, conductas negativas y malas actitudes, no vas a ganar nada
para ser feliz en tu vida. Las personas que deciden tener estas malas actitudes frente a
los hechos que le suceden, lamentablemente, no terminan bien, provocan todo el tiempo
situaciones que les puede llegar a provocar su muerte.
El odio, las dudas, el miedo, el resentimiento hacia las personas, no atraerá el éxito
personal, por esa razón, debes fortalecer tu libre determinación y continuar tu proceso
de desarrollo a fin de que sobrevivas en este mundo. No te preocupes en tratar de
encajar en el mundo, sino que trates de encajar en tus propios zapatos y tomar el control
de tu vida.
Ana Varik - dondexitosarrobagmail.com
Se especializo en coaching y motivación personal. Madrid. España.
www.dondeexitos.com
09-08-2010
04-08-2010
La pregunta que muchas personas se hacen es: ¿puedo realmente mejorar mis
habilidades de organización?
Si bien es cierto que muchas personas nacen organizadas, yo creo que ser organizado es
algo que se aprende. Hay muchos libros y técnicas para mejorar en este aspecto.
Como Asistente Virtual, estoy acostumbrada a organizar y ha sido un tema que me
interesó desde siempre. Pero ¿cuáles serían los primeros pasos? ¿Por donde empiezo?
A continuación te presento muy brevemente 5 acciones que te ayudarán a
organizarte:
1. Toma la decisión de organizarte. Parece básico pero en la medida en que identifiques
que en el punto en el que te encuentras, organizarte es una prioridad, podrás alcanzar tu
objetivo.
2. Agenda un tiempo. Deberás dedicar algún tiempo para alcanzar este nuevo objetivo.
No importa si es un día completo (tal vez, el fin de semana… muchos de los
emprendedores nos encontramos el fin de semana trabajando en algo que venimos
posponiendo, no?) o si será 1 hora por día durante 1 semana. Pero tendrás que “invertir”
este tiempo para luego ganar en productividad.
3. Despeja tu escritorio. Hacer al menos una rápida “limpieza” de tu escritorio será muy
beneficioso. Probablemente, ¡haya muchas cosas que puedas tirar! Trabajar en un
ambiente agradable y despejado te permitirá ser más productivo. Ordena, archiva,
limpia y tira (esto último ¡todo lo que puedas!).
4. Prepara un listado. Anota todas de cosas que tienes que hacer. Debe incluir
absolutamente todo: desde el contrato importantísimo hasta buscar la ropa en la
tintorería. Saca todo de tu cabeza y escríbelo en tu lista.
5. Prioriza las tareas. Una vez que tengas este (seguramente, eterno) listado, prioriza tus
actividades. Al priorizar las tareas y analizarlas en detalle podrás evaluar qué realizar y
qué posponer. Sólo hay una determinada cantidad de horas en el día y proponerse
objetivos inalcanzables solo conduce a la frustración. Sé realista.
Como mencioné, creo que la organización es una habilidad que se incorpora. Sin
embargo, el requisito fundamental es tener el deseo de aprender y de formarse ciertos
hábitos. Luego las cosas resultarán sencillas y saldrán “naturalmente”.
Victoria Miles - infoarrobavaargentina.com
Asistente Virtual certificada y titular de Virtual Assistance Argentina, brinda servicios
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información visite su sitio o el Blog de Asistencia Virtual. Además, es editora de un
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Aires, Argentina.
30-07-2010
Uno de los factores que más parece estresar a la gente estos días son los temas
relacionados con el dinero. Aproximadamente el 75% de las personas suscritas a mi web
dicen que lo que más les estresa es la falta de dinero, la incertidumbre económica, las
deudas y la falta de trabajo. Y esta sensación de inseguridad se incrementa en estas
épocas de crisis donde todo parece aun más incierto. ¿Pero que tal si te dijera que el
dinero en sí no es capaz de darte ni quitarte tranquilidad o felicidad y que son tus
“pensamientos” al respecto los únicos que te pueden tranquilizar o atemorizar? Esta es
una buena noticia, porque entonces para recuperar tu paz y tranquilidad solo tienes que
trabajar sobre lo único que tienes control, sobre lo que sientes y crees… En este artículo
compartiré contigo algunas de las creencias más universales sobre el dinero y
empezaremos a cuestionarlas para ayudarte a reducir el miedo que la falta de recursos o
la inestabilidad económica te pueda generar.
Primero, nota cómo te hacen sentir pensamientos como: “Necesito dinero para estar
tranquilo y seguro”, “Necesito dinero para disfrutar de la vida y ser feliz” o “Si no tengo
dinero, algo muy malo puede pasar”. ¿Estos pensamientos te hacen sentir ansioso,
preocupado, o frustrado? ¿Y cómo actúas cuando tienes estos pensamientos?: ¿sientes
envidia de los que tienen más dinero?, ¿piensas que le falta algo a tu vida?, ¿te quejas de
tu vida actual?, ¿te aferras al dinero que tienes o te sientas culpable cuando lo gastas?,
¿trabajas muchas horas y en lo que no te gusta? Ahora, intenta imaginar como vivirías
tu vida sin estos pensamientos en tu mente… Quizás sentirías alivio, te quitarías un peso
de encima, podrías disfrutar más del día a día, de hacer lo que te gusta, de estar
tranquilo, en paz, de disfrutar del poco o mucho dinero que tienes… Nota cómo estos
pensamientos afectan tu vida, cómo te sientes y cómo actúas, cuando piensas en ellos y
cuando no.
Ahora, si lo que buscas es sentirte más en paz y tranquilo, te invito a que intentes ver de
qué manera estas creencias a las que nos hemos aferrado toda nuestra vida, pueden en
realidad ser falsas… y ver cuál es la verdadera relación entre el dinero y tu bienestar y
felicidad… Aquí comparto contigo algunas “pruebas” de cómo estas creencias puedan
ser falsas:
Necesito dinero para sentirme tranquilo y seguro.
Muchos millonarios sufren de preocupaciones y miedos con respecto a su seguridad
financiera, así como muchas personas con pocos o sin recursos viven felices y
tranquilos con sus vidas. Claro que también hay lo opuesto, hay muchos millonarios que
están tranquilos y personas sin recursos que se sienten infelices, pero justamente ese es
el punto, no hay una conexión real entre el dinero y la tranquilidad o bienestar de estas
personas.
Imagina que alguien tiene todo su dinero invertido en acciones y de pronto las acciones
caen y pierde ese dinero de un momento a otro. Esa persona, hasta que no se entere que
perdió el dinero sigue sintiéndose tranquila porque “cree” que lo tiene. El
“pensamiento” de que tiene dinero lo mantiene tranquilo, cuando EN REALIDAD, ese
dinero ya no está… Entonces, si fuera el dinero la verdadera causa de su seguridad y
tranquilidad, apenas perdió el dinero, esa persona tendría también que haber perdido al
mismo tiempo su tranquilidad pero no es así, solo cuando se hace consciente de la
pérdida y su mente le dice que eso es terrible, es que pierde su tranquilidad…
Necesito dinero para disfrutar más de la vida y ser feliz
¿Conoces de gente que tiene MÁS dinero que tú y que al parecer disfruta la vida
MENOS que tú? Y viceversa, ¿conoces gente con MENOS dinero que tú y que sin
embargo parece disfrutar MÁS de la vida? Busca ejemplos reales en tu vida, tómate tu
tiempo… ¿Puedes ver entonces, cómo su felicidad no tiene que ver con el dinero?, si
fuera así, todos los que tienen más dinero que tú tendrían “necesariamente” que ser más
felices y viceversa… y no sucede así...
¿Puedes recordar algún momento en que tenías más dinero del que tienes ahora pero no
te sentías más feliz que ahora? ¿Y puedes pensar en un momento en el que tenías menos
dinero del que tienes ahora y sin embargo te sentías más feliz que ahora? Reconocer
esos momentos te ayuda a ver que la felicidad no está regida por la cantidad de dinero
que tienes…
Piensa en las cosas que más dicha han traído a tu vida. Quizás sea tu pareja, estar con
tus hijos, tu familia, tus amigos o quizás algún logro, el hacer algo que te apasiona, o
ayudar a otros. Fíjate que estas alegrías y satisfacciones no están relacionadas con el
dinero. Una vez más, el dinero no fue la causa de tu satisfacción o felicidad…
Otra buena prueba de ello son los niños. Ellos no necesitan dinero para disfrutar de la
vida, ser felices, o reír. Cualquier cosa que encuentran en su camino se convierte en un
juguete, ven todo con curiosidad y son capaces de divertirse con las cosas más
simples… Ellos son una gran demostración de que la felicidad y la alegría no está en el
dinero.
Imagina que por error el banco hace un gran depósito de dinero en tu cuenta, luego de
unas horas rectifica ese error y retira el dinero de tu cuenta.
Si fuese el dinero la causa de tu felicidad, entonces tendrías que haber sido muy feliz
durante esas horas en las que todo ese dinero estuvo en tu cuenta… pero como tú no
eras “conciente” de que tenías ese dinero, no sentiste ninguna emoción al respecto…
¿Puedes ver cómo el dinero no es la causa de tu felicidad?
Si no tengo dinero, algo muy malo puede suceder.
Recientemente leía sobre una escritora que vivió una sucesión de situaciones extremas
en su vida, entre ellas, la ruptura de su matrimonio, la desaprobación de sus padres, y el
encontrarse en un nivel de extrema pobreza. Estas circunstancias la llevaron de vuelta a
su sueño inicial de escribir porque, como decía, ya no tenía nada más que perder. Ella
explicaba que las situaciones por las que pasó se llevaron todo lo que no era esencial de
su vida y le enseñaron cosas sobre ella que no hubiese aprendido de ninguna otra
manera.
Y así como ella, muchas personas que han pasado por crisis o experiencias que
consideran extremas, han reportado que esas situaciones transformaron sus vidas para
bien y les permitieron vivir con mucha mayor intensidad, paz y fortaleza gracias a ello.
Como dijo Marco Aurelio filósofo y emperador romano: “Ama únicamente lo que te
acontece y lo que es tramado por tu destino. Pues ¿qué puede adaptarse mejor a tus
necesidades?”
Te invito a que busques todas las pruebas que te permitan comprobar “por ti mismo”
que el dinero no es en realidad la fuente de tu tranquilidad o felicidad sino “tus
pensamientos” y creencias al respecto. Como dijo también Marco Aurelio: “La vida de
un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella”. Comprobarlo te ayuda a vivir
menos supeditado a algo que no puedes controlar, con menos miedo a no tenerlo y en su
lugar disfrutar más tu vida ahora, con dinero o sin él, porque finalmente para eso
queremos el dinero ¿verdad?.
Sandra Iozzelli - siozzellidarrobayahoo.es
Se especializa en ayudar a otros a reducir las emociones negativas, el estrés, el miedo y
las creencias limitadoras en sus vidas. Si quieres conocer los simples pasos que puedes
aplicar para conseguirlo, solicita el Reporte Gratuito “4 preguntas que pueden liberarte
del estrés" en la web www.sandraiozzelli.com
30-07-2010
Todos tenemos sueños que nos gustaría hacer realidad, pero no sabemos cómo-Este
reportaje te va revelar los 4 pasos para alcanzarlos más rápidamente.
Muchas personas sienten que una vida más abundante y feliz está reservada para otras
personas, pero ellos están limitados a observarlas pasivamente.
Muchos se encogen con la convicción de que las cosas buenas de la vida no le
pertenecen. Que son para otros. Que ellos están en una clase diferente.
El derecho a la vida implica también el derecho de desarrollarse, física, mental y
emocionalmente. Pero no se puede alcanzar un gran desarrollo en ninguna de estas tres
áreas vitales a menos que se disponga de suficientes recursos económicos para comprar
alimentos nutritivos, disfrutar de playas y centros de recreación, apreciar obras de arte y
vestir prendas de calidad apropiadas para la época del año.
Se necesita dinero para comprar buenos libros y entretenerse con espectáculos creados
por las personas más imaginativas.
El ser humano, señores, tiene una tendencia natural de desear bienes materiales e
inmateriales que le permitan vivir una vida mucho más placentera.
Nosotros tenemos el derecho inalienable de buscar la felicidad. Nosotros debemos tener
la libertad financiera para matricular y mantener a nuestros hijos en las mejores
escuelas, de vivir en las mejores casas, de disfrutar una relación con nuestros seres
queridos llena de paz y regocijo.
El mundo esta lleno de ejemplos que demuestran que todo esto es posible para ti.
Lo que una persona obtiene es posible para otras--con límites obvios por supuesto.
Si tú tienes cuarenta años, pesas 190 lbs. Y nunca has montado un caballo, es bien
difícil que te puedas transformar en un jockey y ganar la triple corona en los Estados
unidos en dos años.
Pero hay muchas otras cosas que tú puedes lograr.
¡Sí! Tú puedes obtener un buen trabajo.
¡S! Tú puedes poner un negocio y tener éxito con él.
¡Sí! Tú puedes tener una buena relación con tus hijos y con tu pareja.
¡Sí! Tú puedes ayudar a tu iglesia, u otra organización espiritual o social que tú
consideres importante.
Lo que tú necesitas es un sistema de estrategias y técnicas que te ayuden a obtener estos
resultados.
El siguiente plan es el mismo método utilizado por las personas más influyentes y
exitosas de todos los tiempos. Yo me he pasado 25 años buscando, estudiando, y
descubriendo las estrategias, técnicas, modos de pensar, hábitos y otros elementos
indispensables para obtener el éxito.
No te quepa la menor duda de que lo que yo comparto contigo…funciona. ¡Punto!
Antes de empezar, elimina la duda de que estas técnicas no se aplican a ti.
Estas estrategias se aplican a todo el mundo. No importa si has nacido en el lugar más
recóndito del interior, en una barriada plagada por el crimen, o si vienes de otro país y
no tienes familia, amigos o recursos.
El primer paso es el siguiente.
Primero, decide exactamente lo que tú quieres.
La principal razón por la que los individuos no tienen lo que quieren es simple.
La mayoría de las personas no saben lo que quieren.
La característica más importante para triunfar en la vida es esta. Tú tienes que saber
específicamente que es lo que tú quieres.
Triunfadores, en todas las áreas de la vida, han invertido el tiempo necesario para
establecer, sin lugar a dudas, cual es el resultado que ellos esperan obtener.
Estos resultados son tan específicos que inclusive tienen la fecha exacta en la que se van
a alcanzar.
Al tener claridad acerca de la meta, las personas de éxito le dan instrucciones precisas a
su mente.
La mente a su vez recibe estas órdenes y se embarca en la tarea, día y noche, de
encontrar la ruta más directa para obtener los deseos mas anhelados.
Por el contrario, la indecisión es la causa más directa de la falta de resultados.
Esto se puede verificar rápidamente cuando le preguntamos a una persona promedio
cuáles son sus metas o que es lo que ellos quieren.
Las repuestas son vagas o no existentes.
Muchos contestan cosas como, yo no quiero ser pobre, yo no quiero enfermarme, yo no
quiero trabajar donde yo trabajo, etc.
En fin, es una letanía de las cosas que ellos no quieren.
Este tipo de respuestas no conducen a la obtención de resultados positivos.
Esto parece algo sin importancia hasta que le hacemos la misma pregunta a alguien que
tiene éxito en la vida.
Las personas que han alcanzado el éxito, la mayoría de las veces, están pensando de una
manera diferente.
Ellos están pensando, 24 horas al día, en las cosas que quieren y como alcanzarlas.
Estas personas utilizan sus capacidades intelectuales y recursos físicos y financieros
para enfocarse en las metas que se han propuesto.
Las personas que utilizan sus energías para enfocarse a donde van, y como llegar allí,
tienen una ventaja abrumadora.
Ellos saben lo que quieren y se concentran con una precisión infalible en sus metas, y
por consiguiente, obtienen lo que quieren tarde o temprano.
Nuestra mente es una maquina maravillosa. Ella nos va a ayudar a descubrir las
oportunidades y recursos necesarios para obtener las cosas que nosotros le hemos
comunicado de antemano que son importantes.
Nuestra mente es tan poderosa e imaginativa que va descubrir--y nos va a revelar--la
ruta más directa posible para obtener lo que nos proponemos. De esto no hay ninguna
duda.
Estadísticamente, solo el 4% de la población tiene metas claramente definidas. No es de
extrañar entonces que solo un pequeño porcentaje de los habitantes de una ciudad
disfrute de bienestar financiero y emocional.
Tu habilidad para crear y definir metas específicas es la destreza suprema para
conseguir lo que tú más deseas.
Sin metas, vas a moverte toda tu vida sin rumbo o dirección. Serás como una barca que
flota--sin velas, sin motor y sin timón--víctima de los caprichos del viento.
Pero con metas, tú vuelas como una flecha. Te movilizas con dirección y fuerza
directamente hacia tu blanco.
El concepto fundamental del éxito es el siguiente. No importa de dónde vienes. Lo
importante es adónde vas.
Y a dónde vas es algo que tú, y solamente tú, puedes determinar.
Y tú determinas dónde vas cuando decides exactamente que es lo que tú quieres.
Recuerda, tus habilidades son determinadas únicamente por tu imaginación.
Y como tu imaginación es virtualmente ilimitada, entonces nadie puede detenerte en tu
búsqueda y adquisición de bienes tangibles e intangibles.
Se dice que el descubrimiento más grande en la historia de la humanidad es el del poder
de tu mente para transformar tus pensamientos en su equivalente físico.
Mira a tu alrededor. Todo lo que tu ves en tu entorno fue, en algún momento, solo una
idea en la cabeza de alguna persona.
Desde la silla en que estas sentado hasta los viajes al espacio. Todos estos son ejemplos
irrefutables del poder de la mente para transformar una idea en una realidad palpable.
Invierte el tiempo necesario para definir exactamente qué es lo que quieres y los pasos
siguientes serán más fáciles.
El segundo paso es el siguiente…actua!
Todos tenemos deseos. Todos tenemos cosas que nos gustaría ver, escuchar, percibir,
experimentar.
¿Ya tienes una meta específica? ¿Ya sabes lo que quieres?
¡Bien! Ahora es el momento de ponerte en movimiento.
Nada pasa en esta vida hasta que alguien actúe y ejecute un tipo de actividad.
La diferencia entre las personas que obtienen lo que quieren, y los que únicamente se
limitan a contemplar los logros y las hazañas de otros, es que los primeros están
constantemente en acción para conseguir las cosas…y no esperan que las cosas le
lleguen a ellos.
Eso es lo que se llama ser proactivo. Otros lo conocen con el nombre de tener iniciativa.
Acción es el elemento que acelera la obtención de tus metas.
Si aprender sobre el éxito fuera el único requisito para obtener el triunfo, entonces tu
éxito estaría garantizado.
Las librerías están repletas de libros que te enseñan cómo hacer esto y lo otro. Todas
están llenas de ideas que tú puedes utilizar.
La realidad, sin embargo, es que todo este conocimiento es inútil a menos que tú puedas
motivarte a actuar consistentemente en la dirección de tus metas hasta que obtengas lo
que quieres.
Ahora que tú tienes una dirección, tienes que dar el primer paso. Y luego el segundo y
más atrás el tercero.
Es ahora cuando la autodisciplina te va a ayudar.
Autodisciplina, no es nada más que hacer lo que debes hacer, cuando debes hacerlo, te
sientas con ganas de hacerlo o no.
Carácter, es la habilidad de hacer lo que tu dijiste que ibas hacer, mucho tiempo después
de que el entusiasmo con que lo dijiste desapareció.
El tercer paso es el siguiente, mira si está funcionando.
No importa que tan activo seas para conseguir el resultado que te propones. Siempre vas
a encontrar inconvenientes y retos. Siempre va a ver imprevistos. Siempre va a ver
cosas que nadie puede prevenir. Siempre va a haber sorpresas.
Cuando lo imprevisto pase, tienes que ser lo suficientemente flexible como para
adaptarte a la nueva situación. Y si es necesario, cambiar lo que estás haciendo.
La definición de locura es “Hacer lo mismo, una y otra vez, y esperar un resultado
distinto”.
Si tratas de obtener un resultado y el método que estas utilizando no funciona, tienes
que intentarlo de otra manera.
Esto no significa que debes cambiar inmediatamente apenas encuentras el primer
obstáculo.
Significa que tienes que desarrollar una sensibilidad para darte cuenta qué es lo que,
específicamente, no está funcionando.
Tienes que ser flexible para, sin cambiar tus metas, encontrar una solución al problema
del momento.
Y cuarto, persiste hasta que lo logres.
En el análisis final la persona que es más persistente, gana.
Persistencia no es nada más que disciplina en acción.
En la lucha entre el agua y la roca, el agua siempre gana, no a través de la fuerza, sino
siendo persistente.
La persistencia mueve montañas.
Uno de los defectos de carácter más dañinos que tienen las personas sin éxito, es el de
desistir al primer signo de dificultad.
Cuantas veces nos hemos enfrentado a obstáculos que han detenido lo que hubiera sido
un éxito rotundo.
Tenemos que adoptar la misma actitud de los infantes que, después de gatear, deciden
que ellos quieren caminar.
Imagínense que un infante decide dar el primer paso y se cae. Tú crees que él se dice
“Bueno esto no es para mí, es mejor que me siente y nunca más lo intente.”
¡Por supuesto que no!
El va a seguir intentándolo una y otra vez hasta que lo consigue. No hay que asombrase
entonces que la mayoría de las personas caminen.
Nosotros no nos dimos por vencido.
Seguimos intentándolo una y otra vez hasta que lo logramos.
Sin embargo, como adultos, entre más años cumplimos, más nos desanimamos en frente
de problemas. Cada pequeña piedra parece una montaña de inmensas proporciones.
No es lo que hemos aprendido lo que es decisivo para nuestro futuro, sino nuestra
voluntad de pagar el precio, una y otra vez, hasta que finalmente obtenemos nuestro
objetivo.
Tú necesitas disciplina para sentarte a pensar detenidamente que es lo que tú quieres.
Tú necesitas disciplina para crear los planes necesarios para obtener tus metas.
Tú necesitas disciplina para continuamente revisar tus planes.
Tú necesitas disciplina para mejorar tus métodos con nueva información.
Tú necesitas disciplina para usar tu tiempo productivamente y para concentrarte en la
actividad más importante en cada momento.
Tomas Alba Edison dijo. “Cuando yo he decidido el resultado que me gustaría tener,
trato una y otra vez hasta que finalmente obtengo lo que quiero”.
Si estás determinado a levantarte encima de la mediocridad, sigue estos 4 pasos y tarde
o temprano pertenecerás a ese pequeño grupo de personas que han convertido su vida en
una obra de arte.
¡Personas así son las que necesitamos!
Nelson Méndez - nelsonmendezarrobacwpanama.net
http://www.nelsonmendez.net/metas/
28-07-2010
Muchas personas no tienen éxito cuanto intentan tener control sobre sus vidas, le
atribuyen la culpa a la falta de fuerza de voluntad, les dan prioridad a sus deseos, en vez
de construir su propia auto-determinación.
Otras personas si tienen éxito, porque aprendieron a utilizar estrategias que le ayudan a
mejorar sus capacidades.
Hay otras, que no desean tomar el control de sus vidas, sino que culpan a las demás
personas de las cosas que les suceden, es más fácil esta posición ya que no tienen que
hacer ningún tipo de esfuerzo para promover su auto-determinación.
Todos somos responsables de nuestro comportamiento y acciones en nuestra vida,
cuando decidimos vivir de acuerdo a esta determinación, es en ese momento cuando
tomamos control de nuestros hechos, estamos aptos para dirigir nuestros negocios de
una manera positiva.
Uno de los actos de mayor responsabilidad es aprender a controlar nuestro yo interior,
para poder encontrar las respuestas de los problemas que se nos presentan
permanentemente. Asumir nuestra vida es un viaje sin fin en la evolución del auto-
desarrollo.
La reflexión que hacemos de nosotros mismo, es la que nos llevará a tomar las
decisiones más acertadas en nuestra vida. Nosotros, en algunas situaciones, nos hemos
sentido atrapados. Es en esos momentos, cuando nuestra fuerza motriz que está dentro
de nosotros, está esperando ser liberada de las cadenas que atan a nuestro cuerpo y
mente que nos lleva a un estancamiento interno y externo. Si aprendemos a escuchar
nuestra voz interior, ella nos guiara a la libre determinación y a nuestro desarrollo
personal.
Hay momentos en los cuales debemos recurrir a diferentes procesos, como por ejemplo,
tomar unas sesiones de orientación, para alcanzar nuestro auto-desarrollo, en estas
sesiones puedes trabajar tu cuerpo, tu energía y tu fuerza interior. La labor en estas tres
áreas, te proporcionara un director interno propio, que te permitirá explorar los mensajes
y señales que te envía tu yo interno constantemente. Cuando puedas traducir estas
señales, vas a estar listo para llegar a tu mayor potencial en tu desarrollo personal.
El objetivo de estas sesiones es que logres aumentar tu conciencia, con una mayor
capacidad de respuestas a las diferentes situaciones que se te pueden presentan en tu
camino. Serás capaz de hacer cambios en tu vida que te dirigirán a la libre
determinación.
Algunas personas utilizan diferentes métodos para desarrollar el conocimiento de sí
mismos, como observar nuestro interior, para explorar los sentimientos, pensamientos y
emociones. Cuando comiences a observar tu yo interior, vas a tener una perspectiva
diferente sobre ti mismo. Cuando examines tu vida de diferentes ángulos, podrás ver
cómo y dónde tienes que hacer algunos cambios, estos te van a influir de manera
positiva en tu vida.
Esta guía te facilitara el aprendizaje sobre ti, para que no estés solo, que no sientas que
te estás ahogando en arenas movedizas. Lo único que tienes que hacer es tomar la
decisión de cambiar tu vida de manera positiva. Todos lo podemos hacer. El poder de la
libre determinación y de tener una vida mejor esta dentro de cada uno de nosotros.
Cuando estés buscando respuestas sobre cómo construir tu fuerza de voluntad, tu libre
determinación y no las encuentres, puedes comenzar tu búsqueda en internet, donde
encontrarás una amplia gama de artículos sobre estos temas. Extiende tu mano y deja
que la información te lleve de la mano para que llegues a las puertas de la libre
determinación.
Ana Varik - dondexitosarrobagmail.com
Se especializo en coaching y motivación personal. Madrid. España.
www.dondeexitos.com
26-07-2010
Comenzar un año representa una oportunidad única para hacer los cambios necesarios
que nos permitan mejorar nuestra condición de vida. Es el mejor momento para asumir
el compromiso de vencer viejos hábitos negativos y cambiarlos por positivos, con la
posibilidad de renovar tu cuerpo, la mente y el espíritu, cambiando así tu estilo de vida.
La transformación es un proceso que debe iniciarse de adentro hacia fuera, y la
autovaloración es determinante para lograrla con éxito. Seguramente año tras año haces
una lista enorme de propósitos que no llegas a cumplir, porque te falta la voluntad,
pasión y constancia para conseguirlos. Tienes que encontrarle un sentido nuevo y
positivo a tu vida, para alcanzar la sensación de plenitud aun cuando tengas metas y
propósitos por lograr todavía.
Es importante que te tomes el tiempo necesario para reflexionar al respecto, hasta que
puedas definir qué es lo que deseas hacer y cómo quieres vivir cada día. Aventúrate a
mirar dentro de ti mismo, deja de evadirte asumiendo más compromisos y
responsabilidades de las que puedes cumplir o manejar, pregúntate qué es lo que quieres
en realidad. ¿A dónde quieres llegar? ¿Cuál es el lugar que quieres ocupar en el mundo?
Y disponte a responderte sin pérdida de tiempo, con valor, confianza y honestidad...
Sólo así, tu vida comenzará a ser una experiencia diferente.
Planifica el año
Los propósitos de año nuevo son una lista de intenciones donde se pretende borrar esa
parte tuya que no te agrada. Proponte este nuevo año metas que te sirva para mejorar tus
relaciones con la familia y con los amigos, para llegar a momentos de gran felicidad; y
verás que algunos, con el paso del tiempo, se convertirán en motivo de inmensa
satisfacción por el resultado.
La felicidad es posible y depende de nuestra capacidad de percibir y valorar todo lo
positivo que hay en nuestra vida. Eres feliz a partir del momento en que te sientes a
gusto con quien eres, con las personas con las compartes la vida, con las cosas que
tienes y con la tarea que realizas cada día. Identifica tus propósitos en la vida y al
despertarte cada mañana, pregúntate que puedes hacer durante el día para convertirlos
en realidad y luego enfoca toda tu atención en esa meta.
Ejercita tus hábitos
Hazte responsable de ti mismo(a). Supera cualquier sentimiento de víctima que puedas
tener, recuerda que solo eres víctima de ti mismo(a), cuando le permites a otros que te
afecte con sus comentarios o actitudes. ¡Decide ser feliz! Y comienza por tener el valor
para establecer límites.
Pregúntate: hasta dónde y hasta cuándo. Deja de quejarte y lamentarte... Piensa que eres
perfectamente capaz de crear la vida que quieres. ¡Deja de esperar y comienza a actuar!
Vive el presente. La mejor manera de tener una vida plena es viviendo momento a
momento. Deja de sufrir por el aspecto negativo de tu pasado y evita preocuparte por la
incertidumbre del futuro, vive en presente con el compromiso de realizar tu mejor
esfuerzo dirigido a construir un futuro maravilloso.
Ten una actitud positiva. Desarrolla el hábito de buscar siempre lo positivo dentro de
cada situación, aun cuando te parezca negativa inicialmente. La habilidad de ver las
situaciones, personas o recuerdos desde una perspectiva más positiva te permite salir del
pesimismo y de la pasividad con la que asumes la vida.
Crea celebraciones personales. Es importante aprender a crear tus propios rituales para
celebrar tus momentos especiales. Así resaltas la importancia y el valor que tienen para
ti. No necesitas esperar a que lleguen las fechas para celebrar. Puedes celebrar el hecho
de estar vivo, la presencia de tu pareja, el reencuentro con un amigo...
Ten momentos de calidad. Los acontecimientos especiales siempre se presentan a su
debido tiempo, cuando el corazón está dispuesto y el momento y las condiciones son
propicios para el evento. ¡No permitas que las obligaciones y el exceso de
preocupaciones te impidan disfrutar de pequeños momentos de calidad. Ahorrar
espacios en tu rutina diaria para conversar con tu pareja, para leerles un cuento a tus
hijos, para meditar, para escuchar a alguien que lo necesita, esto puede darle un sentido
renovado a tu existencia.
Comparte en familia. Muchas veces la rutina familiar se convierte en una experiencia
llena de deber, recriminaciones, exigencias y obligación. ¡Haz el compromiso de
renovar tu espacio familiar!! Anímate hacer una comida juntos en algún momento del
día, las conversaciones del alma que son las que te permiten hablar con confianza,
respeto y amor, comparte recuerdos de tu infancia divertidos o enriquecedores... Todo
esto con la intención de fortalecer los lazos que te mantendrán siempre unidos a través
del cariño.
Sueña en grande. Los sueños que atesoras te dan la motivación y el impulso necesarios
para vivir a plenitud. Cuando tienes un propósito, tus días adquieren un sentido
renovado, recuperas la pasión y el encanto por la vida. Persevera en tu compromiso de
hacer cuanto sea necesario para cumplir tus sueños, concentra tu atención en cada paso
que das y aprende a disfrutar del proceso que te llevara a realizarlos.
Encuentra tu propósito de vida
Tener propósito en la vida marca la diferencia entre vivir plenamente, y simplemente
existir. Las personas de éxito triunfan a propósito; su éxito es el resultado de un plan
preconcebido y puesto en marcha. Tu plan de acción es el mapa de la ruta que te
conducirá al logro de tus metas, sueños y aspiraciones. Imagínate poder visualizar tu
llamado más alto o grande, tu verdadero propósito, desarrollar tu plan de éxito hacia un
desempeño lleno de plenitud y pasión. Todos queremos ser exitosos, pero a veces no
tenemos claro el camino a seguir para alcanzar el éxito.
Asume responsabilidad: En una sociedad en la que la gente culpa a todos, desde sus
padres hasta el gobierno por su incapacidad de salir adelante, la gente exitosa descarta
asumir esa actitud de víctima, y por el contrario asumen responsabilidad por lo que
ocurre en sus propias vidas afirmando "Todo está a mi alcance, y depende de mí
alcanzarlo". Si hasta ahora has vivido tu vida según la opinión que otros tienen de ti, es
importante recordar que la opinión de otro no tiene porque convertirse en tu realidad. Al
asumir tu responsabilidad, tu realidad la inventas día a día mediante tus decisiones
conscientes ejecutadas por medio de tu voluntad.
Vive con un propósito: Pocas cosas tienen el poder que otorga tener un propósito claro
en la vida. Vivir con propósito es tener la determinación de hacer lo que estas
convencido que viniste a hacer en esta vida, y estar comprometido a hacerlo con
excelencia. Una vez que encuentras un propósito amas lo que haces, y se nota, y las
personas quieren relacionarse contigo porque perciben tu compromiso con la
excelencia. Pero, ¿Cómo encontrar un propósito? Simple, elije una causa en la cual
creas, y encuentres la manera en la cual puedes usar tus habilidades para el mayor
provecho de todos los involucrados, incluyendo a ti mismo(a).
Crea un plan: La diferencia entre un sueño y una meta realizable es que la meta tiene
fecha. Si deseas alcanzar tus metas en el menor tiempo posible y disfrutar del viaje,
comienza por escribirlas como pasos con fechas para ser logradas. Y mantente realista,
es preferible dar varios pasos cortos que aumenten tu confianza y seguridad, y te
permitan ver con mayor claridad el camino hacia tu meta final.
Persevera: Puede sonar obvio, pero cuando se está comprometido con el éxito, darse por
vencido ni siquiera se considera como opción. Debes estar dispuesto a hacer lo que sea
razonablemente necesario para alcanzar tu meta. Dedica la mayor parte que puedas del
día a realizar tu sueño.
Pregúntate constantemente "¿Lo que estoy haciendo me acerca más a mi meta?". En
caso contrario comienza a hacer algo diferente, y recuerda "La Persistencia prevalece,
cuando todo lo demás falla".
Este y en todos los años que siguen, no te conformes con ser un simple espectador,
mejor aún, conviértete en el protagonista de tu propia vida.
María Eugenia Hassan - conexitoarrobagmail.com
Periodista, Motivadora y asesora empresarial. Es una ferviente investigadora sobre el
crecimiento y el bienestar del ser humano. Premio de Periodismo mención Ambiente y
Calidad de vida.
Gerente de Capacitación Profesional del sitio www.cursodeoratoria.com.ve
Blog http://conductasexito.blogspot.com/
Comenzar un año representa una oportunidad única para hacer los cambios necesarios
que nos permitan mejorar nuestra condición de vida. Es el mejor momento para asumir
el compromiso de vencer viejos hábitos negativos y cambiarlos por positivos, con la
posibilidad de renovar tu cuerpo, la mente y el espíritu, cambiando así tu estilo de vida.
La transformación es un proceso que debe iniciarse de adentro hacia fuera, y la
autovaloración es determinante para lograrla con éxito. Seguramente año tras año haces
una lista enorme de propósitos que no llegas a cumplir, porque te falta la voluntad,
pasión y constancia para conseguirlos. Tienes que encontrarle un sentido nuevo y
positivo a tu vida, para alcanzar la sensación de plenitud aun cuando tengas metas y
propósitos por lograr todavía.
Es importante que te tomes el tiempo necesario para reflexionar al respecto, hasta que
puedas definir qué es lo que deseas hacer y cómo quieres vivir cada día. Aventúrate a
mirar dentro de ti mismo, deja de evadirte asumiendo más compromisos y
responsabilidades de las que puedes cumplir o manejar, pregúntate qué es lo que quieres
en realidad. ¿A dónde quieres llegar? ¿Cuál es el lugar que quieres ocupar en el mundo?
Y disponte a responderte sin pérdida de tiempo, con valor, confianza y honestidad...
Sólo así, tu vida comenzará a ser una experiencia diferente.
Planifica el año
Los propósitos de año nuevo son una lista de intenciones donde se pretende borrar esa
parte tuya que no te agrada. Proponte este nuevo año metas que te sirva para mejorar tus
relaciones con la familia y con los amigos, para llegar a momentos de gran felicidad; y
verás que algunos, con el paso del tiempo, se convertirán en motivo de inmensa
satisfacción por el resultado.
La felicidad es posible y depende de nuestra capacidad de percibir y valorar todo lo
positivo que hay en nuestra vida. Eres feliz a partir del momento en que te sientes a
gusto con quien eres, con las personas con las compartes la vida, con las cosas que
tienes y con la tarea que realizas cada día. Identifica tus propósitos en la vida y al
despertarte cada mañana, pregúntate que puedes hacer durante el día para convertirlos
en realidad y luego enfoca toda tu atención en esa meta.
Ejercita tus hábitos
Hazte responsable de ti mismo(a). Supera cualquier sentimiento de víctima que puedas
tener, recuerda que solo eres víctima de ti mismo(a), cuando le permites a otros que te
afecte con sus comentarios o actitudes. ¡Decide ser feliz! Y comienza por tener el valor
para establecer límites.
Pregúntate: hasta dónde y hasta cuándo. Deja de quejarte y lamentarte... Piensa que eres
perfectamente capaz de crear la vida que quieres. ¡Deja de esperar y comienza a actuar!
Vive el presente. La mejor manera de tener una vida plena es viviendo momento a
momento. Deja de sufrir por el aspecto negativo de tu pasado y evita preocuparte por la
incertidumbre del futuro, vive en presente con el compromiso de realizar tu mejor
esfuerzo dirigido a construir un futuro maravilloso.
Ten una actitud positiva. Desarrolla el hábito de buscar siempre lo positivo dentro de
cada situación, aun cuando te parezca negativa inicialmente. La habilidad de ver las
situaciones, personas o recuerdos desde una perspectiva más positiva te permite salir del
pesimismo y de la pasividad con la que asumes la vida.
Crea celebraciones personales. Es importante aprender a crear tus propios rituales para
celebrar tus momentos especiales. Así resaltas la importancia y el valor que tienen para
ti. No necesitas esperar a que lleguen las fechas para celebrar. Puedes celebrar el hecho
de estar vivo, la presencia de tu pareja, el reencuentro con un amigo...
Ten momentos de calidad. Los acontecimientos especiales siempre se presentan a su
debido tiempo, cuando el corazón está dispuesto y el momento y las condiciones son
propicios para el evento. ¡No permitas que las obligaciones y el exceso de
preocupaciones te impidan disfrutar de pequeños momentos de calidad. Ahorrar
espacios en tu rutina diaria para conversar con tu pareja, para leerles un cuento a tus
hijos, para meditar, para escuchar a alguien que lo necesita, esto puede darle un sentido
renovado a tu existencia.
Comparte en familia. Muchas veces la rutina familiar se convierte en una experiencia
llena de deber, recriminaciones, exigencias y obligación. ¡Haz el compromiso de
renovar tu espacio familiar!! Anímate hacer una comida juntos en algún momento del
día, las conversaciones del alma que son las que te permiten hablar con confianza,
respeto y amor, comparte recuerdos de tu infancia divertidos o enriquecedores... Todo
esto con la intención de fortalecer los lazos que te mantendrán siempre unidos a través
del cariño.
Sueña en grande. Los sueños que atesoras te dan la motivación y el impulso necesarios
para vivir a plenitud. Cuando tienes un propósito, tus días adquieren un sentido
renovado, recuperas la pasión y el encanto por la vida. Persevera en tu compromiso de
hacer cuanto sea necesario para cumplir tus sueños, concentra tu atención en cada paso
que das y aprende a disfrutar del proceso que te llevara a realizarlos.
Encuentra tu propósito de vida
Tener propósito en la vida marca la diferencia entre vivir plenamente, y simplemente
existir. Las personas de éxito triunfan a propósito; su éxito es el resultado de un plan
preconcebido y puesto en marcha. Tu plan de acción es el mapa de la ruta que te
conducirá al logro de tus metas, sueños y aspiraciones. Imagínate poder visualizar tu
llamado más alto o grande, tu verdadero propósito, desarrollar tu plan de éxito hacia un
desempeño lleno de plenitud y pasión. Todos queremos ser exitosos, pero a veces no
tenemos claro el camino a seguir para alcanzar el éxito.
Asume responsabilidad: En una sociedad en la que la gente culpa a todos, desde sus
padres hasta el gobierno por su incapacidad de salir adelante, la gente exitosa descarta
asumir esa actitud de víctima, y por el contrario asumen responsabilidad por lo que
ocurre en sus propias vidas afirmando "Todo está a mi alcance, y depende de mí
alcanzarlo". Si hasta ahora has vivido tu vida según la opinión que otros tienen de ti, es
importante recordar que la opinión de otro no tiene porque convertirse en tu realidad. Al
asumir tu responsabilidad, tu realidad la inventas día a día mediante tus decisiones
conscientes ejecutadas por medio de tu voluntad.
Vive con un propósito: Pocas cosas tienen el poder que otorga tener un propósito claro
en la vida. Vivir con propósito es tener la determinación de hacer lo que estas
convencido que viniste a hacer en esta vida, y estar comprometido a hacerlo con
excelencia. Una vez que encuentras un propósito amas lo que haces, y se nota, y las
personas quieren relacionarse contigo porque perciben tu compromiso con la
excelencia. Pero, ¿Cómo encontrar un propósito? Simple, elije una causa en la cual
creas, y encuentres la manera en la cual puedes usar tus habilidades para el mayor
provecho de todos los involucrados, incluyendo a ti mismo(a).
Crea un plan: La diferencia entre un sueño y una meta realizable es que la meta tiene
fecha. Si deseas alcanzar tus metas en el menor tiempo posible y disfrutar del viaje,
comienza por escribirlas como pasos con fechas para ser logradas. Y mantente realista,
es preferible dar varios pasos cortos que aumenten tu confianza y seguridad, y te
permitan ver con mayor claridad el camino hacia tu meta final.
Persevera: Puede sonar obvio, pero cuando se está comprometido con el éxito, darse por
vencido ni siquiera se considera como opción. Debes estar dispuesto a hacer lo que sea
razonablemente necesario para alcanzar tu meta. Dedica la mayor parte que puedas del
día a realizar tu sueño.
Pregúntate constantemente "¿Lo que estoy haciendo me acerca más a mi meta?". En
caso contrario comienza a hacer algo diferente, y recuerda "La Persistencia prevalece,
cuando todo lo demás falla".
Este y en todos los años que siguen, no te conformes con ser un simple espectador,
mejor aún, conviértete en el protagonista de tu propia vida.
María Eugenia Hassan - conexitoarrobagmail.com
Periodista, Motivadora y asesora empresarial. Es una ferviente investigadora sobre el
crecimiento y el bienestar del ser humano. Premio de Periodismo mención Ambiente y
Calidad de vida.
Gerente de Capacitación Profesional del sitio www.cursodeoratoria.com.ve
Blog http://conductasexito.blogspot.com/
19-07-2010
¿Cuántos de ustedes se han ilusionado con tener el trabajo soñado? ¿Quién no ha estado
desempleado contando los días para reinsertarse, luchando para no caer en la
desesperanza? Es inevitable comparar lo que siente una persona que se enamora a
primera vista y pasa por esa etapa, donde todo es bello y se perdona cualquier
"malentendido", con otra en la que la persona ingresa a la empresa seducida por un buen
sueldo o el prestigio de la marca. Como toda relación, esa ilusión se podrá quebrar
fácilmente si no conocemos a la otra parte, más allá de la primera impresión.
He tenido oportunidad de dictar muchas sesiones sobre la motivación en la empresa.
Recuerdo la primera vez que escuché hablar de la teoría de la motivación, fue una
tremenda ayuda entender donde encajaban mis necesidades y comprender que la
verdadera motivación se encuentra dentro de uno mismo y no en las cosas externas. No
por algo existe tanta gente que sigue buscando la felicidad en las cosas materiales, como
el el gato que quiere morderse la cola y solo termina por desgastarse inútilmente.
Hace poco conversaba con un amigo que me decía: "cuando suena el despertador y sé
que tengo que ir a trabajar a la oficina me produce una rara sensación de buscar alguna
excusa para no ir" así de simple. Otra personas me comentaba como se le endurecía el
cuello cuando estaba próximo a llegar a la empresa donde trabajaba. He sido testigo de
casos de personas que han sido seducidas por una plaza, con muy buena paga y luego de
30 días no saben como hacer para salir corriendo de la empresa; porque se sienten
engañados, por haber recibido una "bomba a punto de detonar" en lugar de un puesto de
trabajo. Es lamentable como existen directivos que aun no cesan de cambiar "fusibles en
la empresa" como cuando se cambia un celular pasado de moda. Pareciera que hubieran
obviado un "pequeño" detalle... trabajan con personas que exigen respeto y
consideración!:
Juan Luis Urcola, en su libro "La motivación empieza por uno mismo" plantea cuatro
factores esenciales que son los causantes de la desmotivación:
1. La propia persona, se refiere a aquellas que han nacido con una gran predisposición a
la desmotivación, esos que andan con la nube gris a todas partes y que solo basta verlos
para darse cuenta. En este caso hay muy poco que hacer.
2. El trabajo que realiza, cuando la naturaleza del trabajo contribuye a la motivación o
desmotivación. No es lo mismo hacer algo que te apasiona que algo por obligación, y
peor si no tienes mucho que elegir. Aquí se combinan la falta de atractivo, la rutina, la
presión excesiva, la falta de objetivos, entre otros aspectos.
En estos casos, puedes tener la mejor predisposición para lograr los objetivos, sin
embargo el desgaste ocasionado por alguno de estos factores, termina, en ocasiones,
sometiéndote, encendiendo velas para que los días y las horas pasen rápidamente.
3. El jefe, al cual se le atribuye la mayor causa de la desmotivación del personal. Por
ello se dice que las personas renuncian a su jefe y no a la empresa, debido a las
experiencias poco gratas habidas con él. Contar con un jefe autoritario que siempre
busca culpables y no reconoce los méritos, aquel que es capaz de "pisar lo que
encuentre a su paso para acceder a la medalla" provoca sentimientos de fracaso y
desconfianza y se puede convertir en el dolor de cabeza mientras permanezcan en la
organización.
4. La empresa, cuando se convive en ambientes hostiles, donde la gente camina con la
espalda pegada a la pared para evitar los "dardos envenenados", donde las políticas más
represivas, sin derecho a reclamo.
Estos factores, que podrían resultar familiares para algunos lectores, se han convertido,
lamentablemente, en una constante en el quehacer empresarial. Los cambios en el
mundo, nos han llevado a identificar un nuevo perfil del trabajador. Las necesidades y
expectativas que tenían las personas hace 20 años, se parecen muy poco a las que de
hoy.
Algunos de los cambios que se han producido y han impactado en el perfil actual del
trabajador son:
Se ha pasado del trabajo físico al intelectual.
De un trabajo donde solo el jefe pensaba a un escenario donde ambos deben pensar y
actuar.
El jefe ha pasado de un rol de capataz a otro de facilitador, gestor del cambio.
De una organización de estructura piramidal a otra más horizontal y flexible.
De un trabajo individual donde el trabajador solo se limitaba a hacer lo que el jefe
ordenaba a otro donde se integra como parte de un equipo, que no depende de un líder
sino de la interdependencia.
La próxima vez que suene el despertador, acuérdese que la motivación empieza en uno
mismo...
Hasta la próxima!
Martín Alcandré Payat - malcandrearrobaerathis.com
Director - Gerente.
Érathis- gestión & talento.
www.erathis.com
www.erathisblogspot.com
19-07-2010
Los autores del libro “Los hijos tiranos llegan a las empresas” los describen como
personas poco obedientes, por ejemplo pueden encender el celular dentro de un avión
aun cuando no esté permitido. Otra característica que he percibido en esta generación,
de la cual forman parte mis hijos, es que el tiempo que podrían pasar junto a los padres,
prefieren dedicarlo a Internet, You tube, My Space, facebook, Messenger por citar
algunos distractores o haciendo zapping por más de 100 canales de cable. Lo curioso es
que es difícil verlos hacer una tarea sin utilizar la computadora incluso hasta revisan
operaciones de matemáticas por MSN.
Otro aspecto destacable es que son confiados. El saberse protegidos por los padres les
da licencia para equivocarse sin mayor remordimiento o para dejar el trabajo si les
molesta el tono de voz o la mirada de su jefe. Según el doctor Twenge quien publicó el
libro “Generación del Yo” en el 2007, los cataloga como una generación Narcisista,
egoísta, centrados en ellos mismos, más preocupados por satisfacer sus necesidades y
caprichos por encima de los demás. Esto me recuerda haber escuchado a padres que se
quejan de sus hijos que trabajan, ganando un buen sueldo, pero son incapaces de
comprar siquiera el pan o ayudar en el pago de algún servicio doméstico. Los padres
cometemos el error de “inflarlos” permanentemente diciéndoles que son los mejores o
ganadores sin haber ganado nada aun. Este tipo de reconocimiento, basado en nada, solo
“sobrealimenta” el ego, tal es el caso de los maestros de escuelas que les cuesta de
corregir los errores que comenten los niños por temor a herir su autoestima, cuando en
realidad lo que están haciendo es crear personas temerosas e inseguras para enfrentar las
“bondades” de este mundo.
El Éxito Femenino
Autor: Dr. Renny Yagosesky
Autoayuda y superación personal
14-07-2010
Muchas personas anhelan alcanzar altos niveles de logros, y mejorar la calidad de sus
vidas. Aunque es típico vincular éxito con hombres, hoy se entiende que el éxito es
también un objetivo para las mujeres. Siga leyendo.
En la sociedad actual, pese a las igualdades crecientes, los roles de hombres y mujeres
suelen estar diferenciados, pese a que cada vez más, hoy en día, las mujeres participan
de actividades antes vistas como exclusivamente masculinas. Las tendencias físicas y
actitudinales, la crianza y la socialización van generando matices distintivos, que llevan
al varón a desarrollar una actitud práctica, lógica, autónoma y competitiva, y a las
mujeres mostrarse dóciles, complacientes, obedientes, emotivas y pasivas. Para él, la
calle; para ella, la casa. El, a lograr objetivos; ella, a apoyarlo. El manda; ella obedece.
Quizás sea por estos estilos ritualizados, los hombres desarrollaron más la habilidad de
lograr objetivos reconocidos socialmente, mucho más que la mayoría de las mujeres.
Algunos estudios sobre el tema, revelan que las mujeres occidentales, especialmente las
latinas, muestran baja autoestima, temor a la competitividad y al éxito, y temor al
mundo laboral y de negocios, escenarios que perciben como ajenos a su hábitat
tradicional: la casa, los hijos, la familia. Asimismo, el ingreso a los espacios
profesionales, les resulta estresante, pues incrementa las obligaciones demanda control
de sus propias vidas. Esto marca una ruptura del patrón de esperar que algún hombre las
tutele y mantenga. Aunque está claro que muchas mujeres se sienten realizadas siendo
madres o esposas, pese a que pocas veces se reconoce el valor significativo de estos
roles.
Ha dicho Esther Vílar, estudiosa del tema femenino, que las mujeres que no se superan,
son las que sueñan con un salvador que las rescate, las mantenga y les ahorre el esfuerzo
de trabajar, pues resulta mucho más fácil y cómodo dedicar el tiempo a verse bonitas,
ser buenas y complacientes, ayudar al hombre a lograr sus sueños y ganar su
aprobación, aunque deban en buena medida sacrificarse.
En su libro "El éxito también es para las mujeres", Margarita Hernández y Dolores Riva
Palacio, analizan la relación “mujer-éxito”, entendiendo por éxito, la capacidad
sostenida para obtener logros tangibles y reconocibles socialmente. Estas autoras
consideran necesario superar lo que se ha llegado a conocer como “el Complejo de
Cenicienta”, esquema mental de origen aparentemente cultural, según el cual muchas
mujeres esperan a un príncipe azul que las rescate, y les evite participar de las
exigencias del mundo social, que las obligaría a prepararse, asumir riesgos, tomar
decisiones, enfrentar el qué dirán, y alejarse durante horas de la familia.
Muchas mujeres piensan que el éxito y la competitividad social no son compatibles con
la naturaleza femenina. Algunas se avergüenzan de mostrar ambición y se culpan
cuando dejan a sus hijos en casa para irse a trabajar. Dudan si tomar “hogar o calle”, si
asumir el trabajo duro y rutinario de la casa o si lanzarse al mundo y aventurarse a
buscar un lugar, un estatus productivo y el reconocimiento del triunfo laboral.
Hay una tendencia creciente de casos de mujeres que intentan dedicarse a todo a la vez,
es decir, atender jornadas dobles trabajo-casa, lo que con frecuencia conduce a
experiencias de estrés y enfermedad.
La solución a esta situación exige entender que para poder trascender las limitaciones
materiales y emocionales, se requiere desarrollar una genuina autoconfianza, definir
objetivos, planificar estrategias, actuar, competir, mostrar tenacidad, desplegar una
imagen socialmente atractiva, y optimizar las habilidades persuasivas. Una tarea
compleja, nada fácil.
En lo interno, se requiere superar la culpa por no estar en casa y por ambicionar más, y
aprender a buscar y elegir parejas masculinas que apoyen en vez de bloquear la apertura
al trabajo. Asimismo, habría que vencer la dependencia y la comodidad, y esforzarse,
educarse, cuestionar los mensajes tradicionales que le quitan libertad y la condenan a ser
lo que no es. Debe seguir los intereses propios y no los de otros.
Para Hernández y Riva Palacio, cada mujer debe renacer en su interior, rebelarse contra
el papel único de ama de casa sumisa y dependiente, y entender que puede definir su
vida, controlar su tiempo y vivir como le convenga y satisfaga. Debe luchar por su
éxito, sin esperar salvadores ni sacrificar su dignidad. Para esto, debe preguntarse: ¿Qué
éxito deseo? ¿Dónde lo puedo encontrar? ¿Qué puedo hacer para lograrlo? Sólo así,
revisando y desafiando sus esquemas mentales, podrá obtener un lugar más acorde con
sus infinitos talentos y posibilidades, para ser finalmente libres, capaces y triunfadoras.
Gracias por leerme.
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Dr. Renny Yagosesky - doctorrennyarrobalaexcelencia.com
PHD en Psicología Cognitiva.
MSc. en Ciencias de la Conducta.
Lic. en Comunicación Social.
Conferencista.
Escritor.
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