Sie sind auf Seite 1von 19

LA PSICOLOGÍA DE 1850 a 1950

Michel Foucault
“La psychologie de 1850 à 1950 » in Huisman D., et Weber A., Histoire de la
philosophie europeenne, t. II : Tableau de la philosophie contemporaine, Paris,
Librairie Fischbacher, 1957, 33, rue de Seine, pp. 591-596 »
(Traduccion: Ricardo Rojas)

INTRODUCCIÓN

La psicología del XIXe siglo heredó del Aufklärung [Esclarecimiento] la


preocupación de alinearse sobre las ciencias de la naturaleza y de encontrar en el
hombre la prolongación de las leyes que regulan los fenómenos naturales.
Determinación de relaciones cuantitativas, elaboración de leyes que tienen la
apariencia de funciones matemáticas, instauración de hipótesis explicativas,
tantos esfuerzos con las que la psicología intenta aplicar, no sin artificios, una
metodología que los lógicos creyeron descubrir en la génesis y el desarrollo de las
ciencias de la naturaleza. Ahora bien fue el destino de esta psicología, que quería
ser conocimiento positivo, basarse siempre en dos postulados filosóficos: que la
verdad del hombre se agota en su ser natural; y que el camino de todo
conocimiento científico debe pasar por la determinación de relaciones
cuantitativas, la construcción de hipótesis y la verificación experimental.

Toda la historia de la psicología hasta mediados del XXe siglo es la historia


paradójica de las contradicciones entre este proyecto y estos postulados;
prosiguiendo el ideal de rigor y exactitud de las ciencias de la naturaleza, tuvo
que renunciar a sus postulados; fue conducida por una preocupación de fidelidad
objetiva a reconocer en la realidad humana otra cosa que un sector de la
objetividad natural, y a utilizar para conocerlo, otros métodos que aquellos de los
cuales las ciencias de la naturaleza podían darle el modelo. Pero el proyecto de
rigurosa exactitud que le llevó progresivamente a abandonar sus postulados se
convierte en vacío de sentido cuando estos mismos postulados han desaparecido:
la idea de una precisión objetiva y casi matemática en el ámbito de las ciencias
humanas no se utiliza más puesto que el propio hombre no es ya del orden de la
naturaleza. Es pues. a una renovación total que la propia psicología se obligó en
el curso de su historia; al descubrir un nuevo estatuto del hombre, se impuso,
como ciencia, un nuevo estilo.

1
Debió buscar nuevos principios y revelarse a sí misma un nuevo proyecto: doble
tarea que los psicólogos no siempre han comprendido en todo rigor, y que
intentaron demasiado a menudo acabar completamente con la economía; los
unos, entendiendo al mismo tiempo la exigencia de nuevos proyectos,
permanecieron adheridos a los antiguos principios de método: testimonian las
psicologías que intentaron analizar la conducta, pero utilizaron para ello los
métodos de las ciencias de la naturaleza; otros no comprendieron que la
renovación de los métodos implicaba la puesta al día de nuevos temas de análisis:
así las psicologías descriptivas permanecieron adheridas a viejos conceptos. La
renovación radical de la psicología como ciencia del hombre, no es pues un hecho
simplemente histórico cuyo desarrollo se puede situar durante los cien últimos
años; ella es aún una tarea incompleta a completar y, a este respecto, permanece
en el orden del día.

Es también durante estos cien últimos años que la psicología instauró nuevas
relaciones con la práctica: educación, medicina mental, organización de los
grupos. Se presentó como su fundamento racional y científico; la psicología
genética se constituyó como el marco de toda pedagogía posible, y la
psicopatología se ofreció como reflexión sobre la práctica psiquiátrica.
Contrariamente, la psicología se planteó como interrogantes los problemas que
planteaban estas prácticas: problema del éxito y el fracaso escolar, problema de la
inserción del enfermo en la sociedad, problema de la adaptación del hombre a su
oficio. Por este vínculo apretado y constante con la práctica, por esta reciprocidad
de sus intercambios, la psicología se vuelve similar a todas las ciencias de la
naturaleza. Pero éstas no responden nunca sino a los problemas planteados por
las dificultades de la práctica, sus fracasos temporales, las limitaciones
provisionales de su experiencia. La psicología, en cambio, nace en este punto
donde la práctica del hombre encuentra su propia contradicción; la psicología del
desarrollo nació como una reflexión sobre las detenciones del desarrollo; la
psicología de la adaptación como un análisis de los fenómenos de inadaptación;
la de la memoria, la conciencia, la del sentimiento apareció en primer lugar como
una psicología del olvido, del inconsciente y de las perturbaciones afectivas. Sin
forzar la exactitud, se puede decir que la psicología contemporánea es, en su
origen, un análisis de lo anormal, de lo patológico, de lo conflictual, una reflexión
sobre las contradicciones del hombre consigo. Y si se transformó en una
psicología de lo normal, de lo adaptativo, de lo ordenado, es de una segunda
manera, como por un esfuerzo para dominar estas contradicciones.

2
El problema de la psicología contemporánea — y que es por ello un problema de
vida o muerte — consiste en saber en qué medida llega efectivamente a controlar
las contradicciones que la hicieron nacer, por este abandono de la objetividad
naturalista que parece su otro carácter principal. A esta cuestión la historia de la
psicología debe responder por sí misma.

EL PREJUICIO DE NATURALEZA

Bajo su diversidad, las psicologías del final del XIXe siglo poseen esta
característica común de pedir prestado a las ciencias de la naturaleza su estilo de
objetividad y, en sus métodos, su esquema de análisis.

1) El modelo físico-químico es él que sirve de denominador común a todas las


psicologías de la asociación y el análisis elemental. Se lo encuentra definido con
la mayor claridad en La lógica de J.S. MilI y en su Preface to James Mill' s Analysis
(1). Los fenó menos del espíritu como los fenómenos materiales exigen dos
formas de investigación: la primera intenta, a partir de los hechos, acceder a las
leyes más generales, según el principio de la universalización newtoniana; la
segunda, como el análisis químico para los cuerpos compuestos, reduce los
fenómenos complejos en elementos simples. La psicología tendrá pues por tarea
reencontrar, en los fenómenos, los más abstractos del pensamiento, los
segmentos elementales que los componen; el principio de la percepción y el
conocimiento de la materia, ella encontrará la sensación ("la materia puede como
una posibilidad permanente de sensación"); el principio del espíritu y el
conocimiento que el espíritu tiene de sí mismo, la psicología descubrirá el
sentimiento. Pero estos elementos, en su relación, y en su agrupación, están
regulados por la ley absolutamente general de la asociación, puesto que ella es
universal, pero solamente las formas de aplicación en los distintos tipos de
fenómenos mentales *

2) El modelo orgánico. No se pretende ya definir el ámbito psicológico por


coordenadas prestadas a la física de Newton o a la química de Lavoisier; se
esfuerza en aproximar de más cerca la realidad humana definiéndola por su
naturaleza orgánica, tal como se la conoce desde Bichat, Magendie, Claude
Bernard. El psiquismo, como el organismo, esta caracterizado por su
espontaneidad, su capacidad de adaptación, y sus procesos de regulaciones

3
internas.

Bain, a partir de un estudio de los instintos (2), Fechner por el análisis de las
relaciones entre el estímulo y el efecto sensorial (3), Wundt, al retomar el
problema de la actividad específica de los nervios (4), todos valorizaron este tema
esencial que el aparato psíquico no funciona como un mecanismo, sino como un
conjunto orgánico cuyas reacciones son originales, y por lo tanto irreducibles a
las acciones que las desencadenan. Es necesario pues, como lo decía Wundt,
sustituir al principio de la energía material el principio del aumento de la energía
espiritual. Es en este sentido que se emprendieron, al final del XIXe siglo, las
investigaciones experimentales sobre los límites máximos absolutos y
diferenciales de la sensibilidad, los estudios sobre el tiempo de reacción y sobre
las actividades reflejas: resumidamente, toda esta constelación de estudios
psicofisiológicos en las cuales se pretendía manifestar la inserción orgánica del
aparato psíquico.

Es la misma inspiración orgánica que suscitó las investigaciones sobre las


regulaciones internas del psiquismo: placer y dolor, tendencias, sentimientos,
emociones, voluntad. Para Bain, el placer resulta de la armonía de las
sensaciones, el dolor, de sus contradicciones y sus conflictos (5). Es debajo de los
fenómenos conscientes que Ribot busca el principio de estas regulaciones que
caracterizan la vida activa y la vida afectiva: en una región donde el placer y el
dolor no florecen aún, hay un "inconsciente dinámico" que trabaja, que elabora
"en la sombra combinaciones incoherentes o adaptadas"; entonces, esta "bajo-
personalidad" envuelve en su profundidad el origen de la gran trinidad afectiva,
constituida por el miedo, la cólera y el deseo; son los tres instintos directamente
extraídos de la vida orgánica: instinto defensivo, instinto ofensivo, instinto
nutritivo(6)

3) El modelo evolucionista. Del origen de las Especies, estuvieron, en medio


del XIXe siglo, al principio de una renovación considerable en las ciencias del
hombre; causó el abandono del "mito newtoniano" y garantizó su relevo por un
"mito darviniano”, cuyos temas imaginarios aún no han desaparecido
completamente del horizonte de los psicólogos." Es esta mitología grandiosa que
sirve de decorado al sistema de filosofía de Spencer; Los principios de psicología
se preceden de los principios de biología, seguidos de los principios de
sociología. La evolución del individuo se describe a la vez como un proceso de

4
diferenciación — movimiento horizontal de extensión hacia el múltiplo — y por un
movimiento de organización jerárquico —movimiento vertical de integración en la
unidad; así procedieron las especies durante su evolución; así procederán las
sociedades durante su historia; así procede el individuo durante su génesis
psicológica, desde el "sentimiento no diferenciado" hasta la unidad múltiple del
conocimiento (7).

Jackson, para la neurología, Ribot, para la psicología patológica, reanudaron los


temas spencerianos, Jackson define la evolució n de las estructuras nerviosas por
tres principios: se hace de lo simple a lo complejo, de lo estable a lo inestable, de
lo mejor organizado a lo menos organizado; lo que implica, a cambio, que la
enfermedad siga la carretera opuesta de la evolución, y que combata en primer
lugar las estructuras más inestables y las más recientes, para progresar
rápidamente hacia las estructuras más sólidas y las más antiguas; pero la
enfermedad es tan disociativa: la supresión de las estructuras superiores causa
una desintegración que descubre y libera las instancias inferiores (8). Ribot
transportó los análisis neuropsiquiátricos de Jackson a los dominios de la
personalidad, de los sentimientos, de la voluntad, de la memoria (9): en las
amnesias, son los recuerdos más antiguos y los más estables los que
permanecen, cuando se barren los más recientes y los más superficiales; en las
alteraciones de la vida afectiva, los sentimientos egoístas que son también los
más arcaicos reaparecen, así como también surgen de nuevo los automatismos
cuando la voluntad se desmorona, o las estructuras inconscientes de la
personalidad cuando se obnubilan las formas lúcidas.

La importancia del evolucionismo en la psicología se debe seguramente a que fue


el primero en poner de manifiesto que el hecho psicológico sólo tiene sentido con
relación a un futuro y un pasado, que su contenido actual reposa sobre un fondo
silencioso de estructuras previas que lo cargan con toda una historia, pero que
implica al mismo tiempo un horizonte abierto sobre lo eventual. El evolucionismo
puso de manifiesto que la vida psicológica tenía una orientación. Pero para
desprender la psicología del prejuicio de lo natural, quedaba aún por poner de
manifiesto que esta orientación no era solamente fuerza que se desarrolla sino
significación que nace.

5
EL DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO

El descubrimiento del sentido se hizo, al final del XIXe siglo, por distintos
caminos. Pero parecen sin embargo pertenecer a un paisaje común, y la misma
dirección parece dibujarse: se trata de dejar de lado las hipótesis demasiado
amplias y demasiado generales por las cuales se explica el hombre como un
sector determinado del mundo natural; se trata de volver de nuevo a un examen
más riguroso de la realidad humana, es decir, hecho más a su medida, más fiel a
sus caracteres específicos, mas apropiado a todo eso que, en el hombre, escapa a
las determinaciones de la naturaleza. Tomar el hombre, no a nivel de ese
denominador común que lo asimila a todo ser vivo, sino a su propio nivel, en las
conductas donde se expresa, en la conciencia donde se reconoce, en la historia
personal a través de la cual se constituyó.

Janet (10), seguramente, permanece bien cerca del evolucionismo y de sus


prejuicios de naturaleza; la "jerarquía de las tendencias" que se extiende de los
más simples y de los más automáticos (tendencia a la reacción inmediata) hasta
los más complejos y a los mas integrados (acciones sociales), el concepto de
energía psíquica que se distribuye entre estas tendencias para activarlas, tantos
temas que recuerdan a Jackson y a Ribot. Sin embargo, Janet llegó a superar este
marco naturalista dando por tema a la psicología, no el de las estructuras
reconstituidas ni de las energías supuestas, sino la conducta real del individuo
humano. Por "conducta", Janet no entiende este comportamiento exterior, del
cual se agota el sentido y la realidad al confrontarlas a la situación que la provocó:
es reflejo o reacción, no conducta. Hay conducta cuando se trata de una reacción
sujeta a una regulación, es decir, en el que el desarrollo depende sin cesar del
resultado que se acaba de obtener. Esta regulación puede ser interna y
presentarse en forma de sentimiento (el esfuerzo que hace reiniciar la acción para
acercarlo al éxito; la alegría que lo limita y lo acaba en el triunfo); puede ser
externa y tomar como punto de referencia la conducta de otro: la conducta es
entonces reacción a la reacción de otro, adaptación a su conducta, y exige así
como un desdoblamiento, cuyo ejemplo más típico es dado por el lenguaje que se
desarrolla siempre como diálogo eventual. La enfermedad no es ni un déficit
entonces ni una regresión, sino un desorden de estas regulaciones, una alteración
funcional del sentimiento: testigo este lenguaje de la psicastenia que no puede ya
regularse con las normas del diálogo, pero se continúa en un monólogo sin
auditor, testigo también de los escrúpulos de los obsesivos que no pueden acabar

6
sus acciones, porque ellos perdieron esta regulación que les permitía debutar y
acabar una conducta.

La puesta al día de las significaciones en la conducta humana se hizo también a


partir del análisis histórico. " El hombre", según Dilthey, "no aprende eso que está
rumiando sobre sí mismo, él lo aprende por la historia" (11). ahora bien lo que la
historia le enseña, es que no es un elemento segmentario de los procesos
naturales, sino una actividad espiritual cuyas producciones sucesivamente se
depositaron en el tiempo, como actos cristalizados, de significaciones en adelante
silenciosas. Para encontrar esta actividad originaria, será necesario ir dirigido a
sus producciones, hacer revivir sus sentidos por un "análisis de los productos del
espíritu destinados a abrirnos una reseña sobre la génesis del conjunto
psicológico". Pero esta génesis no es ni un proceso mecánico ni una evolución
biológica; es movimiento propio del espíritu que es siempre su propio origen y su
propio término. No es pues, cuestión de explicar el espíritu por otra cosa que por
sí mismo; pero, al colocar dentro de su actividad, al intentar coincidir con este
movimiento en el cual crea y se crea, es necesario sobre todo comprenderlo. Este
tema de la comprensión, opuesta a la explicación, fue reanudado por la
fenomenología, que, al seguir a Husserl, hizo la descripción rigurosa de lo vivido
del proyecto de toda filosofía tomada como ciencia. El tema de la comprensión
conservó su validez; pero en vez de fundarlo sobre una metafísica del espíritu,
como Dilthey, la fenomenología lo estableció sobre un análisis del sentido
inmanente a toda experiencia vivida. Así Jaspers (12) pudo distinguir en los
fenómenos patológicos los procesos orgánicos que están incluidos en la
explicación causal, y las reacciones o los desarrollos de la personalidad que
envuelven una significación vivida que el psiquiatra debe tener por tarea el
comprenderlo.

Pero ninguna forma de psicología no dio más importancia al significado que el


psicoanálisis. Sin duda, permanece aún adherida al pensamiento de Freud (13) a
sus orígenes naturalistas y a los prejuicios metafísicos o morales que no faltan en
marcarse. Sin duda, hay, en la teoría de los instintos (instinto de vida o expansión,
instinto de muerte y de repetición), el eco de un mito biológico del ser humano.
Sin duda, en la concepción de la enfermedad como regresión a un estadio previo
del desarrollo emocional, se encuentra un viejo tema spenceriano y los fantasmas
evolucionistas de los cuales Freud no nos dispensa, incluso en sus implicaciones
sociológicas más dudosas. Pero la historia del psicoanálisis hizo justicia ella

7
misma a estos elementos retrógrados. La importancia histórica de Freud incluso
procede seguramente de la impureza de sus conceptos: es dentro del sistema
freudiano que se produjo este gran vuelco de la psicología; es en el curso de la
reflexión freudiana que el análisis causal se transformó en génesis de las
significaciones, que la evolución dio paso a la historia, y que al recurso a la
naturaleza se substituyó la exigencia de analizar el medio cultural.

1) El análisis psicológico no debe partir, para Freud, de una distribución de las


conductas entre lo voluntario y lo involuntario, lo intencional y lo automático, la
conducta normalmente ordenada y el comportamiento patológico y perturbado;
no hay diferencia de naturaleza entre el movimiento voluntario de un hombre
sano y la parálisis histérica. Más allá, de todas las diferencias manifiestas, estas
dos conductas tienen un sentido: la parálisis histérica tiene el sentido de la acción
que rechaza, como la acción intencional aquella de la acción que ella proyecta. El
sentido es coextensivo a toda conducta. Allí incluso dónde no aparece, en la
incoherencia del sueño, por ejemplo, en la absurdidad de un lapsus, en la
irrupción de un juego de palabras, él está aún presente pero de una manera
oculta. Y lo insensato mismo no es más sino un truco del sentido, una manera
para el sentido de aparecer llevando testimonio contra sí mismo. La conciencia y
el inconsciente no son tanto dos mundos yuxtapuestos; son más bien dos
modalidades de una misma significación Y la primera tarea de la terapéutica será,
por la interpretación de los sueños y de los síntomas, modificar esta modalidad
del sentido.

2) ¿Cuáles son estos significados immanentes a la conducta, pero a veces


ocultados a la conciencia? Son aquellos que la historia individual constituyó y
cristalizó en el pasado, en torno a acontecimientos importantes: el traumatismo
es una convulsión de las significaciones emocionales (el destete, por ejemplo, que
transforma la madre, objeto y principio de todas las satisfacciones, en un objeto
que se rechaza, en un principio de frustraciones); y cuando estas nuevas
significaciones no sobrepasan y no integran las significaciones antiguas, entonces
el individuo permanece fijado en este conflicto del pasado y del presente, en una
ambigüedad de lo actual y de lo inactual, de la imaginación y de lo real, del amor
y de odio, que es el signo mayor de la conducta neurótica. El segundo tema de la
terapéutica será entonces el redescubrimiento de los contenidos inactuales y de
las significaciones pasadas de la conducta presente.

8
3) Por frecuentado que sea por el pasado más antiguo, la conducta no implica
al menos un sentido actual. Decir que un síntoma reproduce simbólicamente un
traumatismo arcaico implica que el pasado no invada completamente al presente,
sino que el presente se defienda contra su reaparición. El presente es todavía en
dialéctica con su propio pasado; lo reprime en el inconsciente, divide los
significados ambiguos; proyecta sobre la actualidad del mundo real los fantasmas
de la vida previa; transpone los temas a niveles de expresión reconocidos válidos
(es la sublimación); resumidamente, erige todo un conjunto de mecanismos de
defensa que la cura psicoanalítica encarga de girar reactualizando de nuevo las
significaciones del pasado por la transferencia y la abreación.

4) ¿Pero cuál es el contenido de este presente? ¿ qué peso esta en frente de la


masa latente del pasado? Si no es vacío, o instantáneo, es en la medida en que él
es esencialmente `instancia social, el conjunto de las normas que, en un grupo,
reconoce o invalida tal o cual forma de conducta. La dialéctica del pasado y el
presente refleja el conflicto de las formas individuales de satisfacción y las
normas sociales de conducta, o también, como dijo Freud, del "ello" y del
"superyo"; el “yo” con los mecanismos de defensa es el lugar de su conflicto y el
punto donde la angustia hace irrupción en la existencia. En la cura psicoanalítica,
el papel del terapeuta es precisamente, por un juego de satisfacción y frustración,
reducir la intensidad del conflicto, aflojar la influencia de la "ello" y del "superyo",
de ampliar y suavizar los me canismos de defensa; no hay el proyecto mítico de
suprimir el conflicto, sino de transformar la contradicción neurótica en una
tensión normal.

Al empujar hasta sus extremos límites el análisis del sentido, Freud dio su
orientación a la psicología moderna; si estuvo más lejos que Janet y que Jaspers,
es que confirió un estatuto objetivo a la significación; él mismo pretendió
recobrarla a nivel de los símbolos expresivos, en el "material" mismo del
comportamiento; le dio por contenido una historia real, o más bien la
confrontación de dos historias reales: aquella del individuo, en la consecuencia de
sus experiencias vividas, y aquella de la sociedad, en las estructuras por las cuales
se impone al individuo. En esta medida, se puede superar la oposición de lo
subjetivo y de lo objetivo, aquella del individuo y de la sociedad. Un estudio
objetivo de las significaciones se volvió posible.

EL ESTUDIO DE LAS SIGNIFICACIONES OBJETIVAS

9
Este estudio recubre un ámbito cuyas regiones no se pueden aquí sino delimitar,
las regiones esenciales.

1) Elementos y conjuntos. El behaviorismo (14), inaugurado por Watson,


búsqueda del sentido adaptativo de las conductas a partir de las manifestaciones
objetivas del comportamiento, sin hacer intervenir la experiencia vivida, ni incluso
el estudio de las estructuras nerviosas y de sus procesos, debe ser posible,
enfrentando el análisis de las estimulaciones y de las reacciones, encontrar la
unidad del comportamiento. Watson plantea como axioma "Una respuesta es
ejecutada por todo estímulo efectivo y la respuesta es inmediata." Entonces, todo
comportamiento debe explicarse a partir de una constelación estimulante, sin
recurso a entidades como el instinto, la conciencia, la libertad; contrariamente, a
toda estimulación es necesario buscar una respuesta, al menos implícita, como es
el caso para las reacciones vegetativas (las emociones), o las reacciones laringeas
silenciosas (el pensamiento). Para el behaviorismo molecular, este análisis debe
hacerse por segmentos lo más elementales posibles; para el behaviorismo molar,
debe seguir las articulaciones significativas de los conjuntos (concepción del
Sign-Gestalt en Tolman). Pero, en todos los casos, el proyecto del behaviorismo
es el bien definido por Boring: constituir una "psicología científica del meaning"

Se encuentran los mismos problemas en la psicología de la forma: ¿cuál es el


ámbito de objetividad de las conductas significativas? Y el estudio de estas
significaciones debe hacerse en una forma segmentaria o global? En el Gestalt-
Theorie es el segundo problema que domina el primero, y domina la solución
(15),. Wertheimer, Köhler, Koffka ponen de manifiesto que son las calidades
estructurales de la estimulación que motivan, en su aspecto general, respuestas
como la percepción que articula el campo, la inteligencia que lo reestructura, la
emoción que invierte las líneas. Es necesario, entonces, abandonar la hipótesis de
una acción inmediata de los estímulos locales y definir la relación de la
constelación estimulante de la respuesta, a través de un campo que no implica ni
objetividad natural ni proceso causal; este " campo fenomenal" define la
objetividad por la prestancia y la constancia de las figuras; y substituye al proceso
causal, toda una interacción de fuerzas entre el sujeto y el medio. El campo
dinámico del comportamiento se convierte,. así en el objeto principal de la
psicología.

10
2) Evolución y génesis. Estas estructuras globales y las significaciones que las
habitan evolucionan en el curso del devenir individual. Para algunos psicólogos,
como Gesell (16), la emergencia de las estructuras se hace en la conducta por una
maduración sorda de los esquemas fisiológicos. Para otros, como Kuo, se hace
por la cohesión progresiva de conductas segmentarias y adquiridas, que, por la
fuerza de iteración de la facilitación, se organizan en estereotipos generales de
conductas (17)

Entre estas dos formas extremas de interpretación, la psicología genética, tras


Baldwin, pretende tener en cuenta la maduración y la adquisición, el desarrollo
necesario y el progreso vinculado a las circunstancias. Piaget (18) presta lo
máximo al desarrollo necesario de las estructuras a la vez biológicas y lógicas;
pretende mostrar en el desarrollo de las primeras — después de que aquellas
están irreversiblemente orientadas y concretas hasta aquellas que son reversibles
y abstractas, desde la reacción inmediata hasta la operación técnica — un proceso
que rehace en sentido invertido la marcha de la historia de las ciencias — desde la
geometría euclidiana hasta el cálculo vectorial y tensorial: el devenir psicológico
del niño no es sino el reverso del devenir histórico del espíritu. Wallon, en
cambio, da el máximo al medio, mostrando en la individualidad psicológica, no un
dato, sino un resultado, como el punto de interferencia entre los movimientos
centrípetos de la emoción, la simpatía, la fusión afectiva, y los movimientos
centrífugos de la experiencia del prójimo y del reconocimiento de sí. El
pensamiento no es entonces el modelo lógico y ya constituido de la acción, sino
que es el acto desplegándose en un medio que se constituye como pensamiento
por los intermediarios del rito, del símbolo y finalmente de la representación (19),
El devenir psicológico no es el desarrollo de estructuras muy preparadas, es la
preparación efectiva de las estructuras adultas; no se trata ya de evolución
espontánea, sino de génesis activa.

3) Resultados y aptitudes. Otro problema planteado por la existencia de estos


significados objetivos, es aquel de sus manifestaciones, de su afloración en el
ámbito de la observación. Se hace bajo dos formas, la del resultado, la
realización, el Leistung como dicen los alemanes, y aquella de la expresión.

La psicología tradicional era una psicología de lo virtual; las facultades sólo se


inscribían entre las posibilidades abstractas. Es ahora incluso a nivel de lo real, y
en el marco por él definido, que se pretende determinar las eventualidades del

11
comportamiento. De allí es resultante el principio del test, debido a Cattell y a
Biner, y definido como una prueba estandarizada cuyo resultado se considera por
comparación estadística entre los individuos quienes se sometieron. Con
respecto a los niños retrasados, Binet y Simon (20) fueron los primeros en definir
la "edad mental" de un individuo con relación a los sujetos de su edad; el test
toma entonces el aspecto de una escala de desarrollo. La inmensa fortuna de los
test mentales condujo a Spearman (21) a definir como criterio de la inteligencia
los únicos resultados que se pueden calibrar en forma de test: la inteligencia sería
un factor general que, en un grado más o menos elevado según la naturaleza de
la prueba, daría cuenta de una parte de los resultados, en todas los test de
aptitudes. La determinación de la importancia del "factor g" en tal o cual prueba
se hace por una elaboración estadística, un cálculo de correlaciones que esta en el
origen de un análisis factorial. En consecuencia, Thurstone, Thomson, Vernon
(22) practicaron el método de análisis multifactorial, que, siempre por el mismo
método de análisis estadístico de los resultados, pretende determinar, al lado, o
eventualmente en el lugar del factor g, factores polimorfos (aptitud verbal,
comprensión espacial, aptitud numérica). En todo este movimiento factorialista,
la objetividad de las significaciones sólo se mantiene y es garantizada por la
fragilidad de las relaciones estadísticas que alteran la necesidad y lo despojan de
todo contenido efectivo.

4) La expresión y el carácter. En cambio, las psicologías de la expresión y del


carácter se esfuerzan en recobrar el contenido de las significaciones, en la forma
de la necesidad individual. Este contenido individual, aflora en primer lugar en
todos los fenómenos de la proyección, y sobre todo en la proyección, sobre un
estímulo poco diferenciado, interpretaciones que le prestan un sentido
imaginario: es el principio de las pruebas de Rorschach y Muway (manchas de
tinta, imágenes de escenas humanas). Aflora también en estos otros fenómenos
de expresión que constituyen los juicios que se transportan sobre sí mismo, o
también la imagen de sí, que se da (es este ámbito que exploran los cuestionarios
de Heymans o Woodworth). Hay alrededor tantas caracterologías como métodos
de investigación. Pero es necesario tener en cuenta el prestigio de la gran
oposición esquematizada por Bleuler entre el tipo esquizoide (tendencia al
repliegue sobre sí, al autismo, a la ruptura de contacto con la realidad) y el
carácter cicloide (tendencia a la extensión, a la labilidad emocional, al contacto
permanente con el mundo exterior).

12
Como el mundo verbal, como el universo imaginario, el propio cuerpo tiene un
valor expresivo; esta idea, desarrollada por Klages encuentra su validez tanto en
la estructura gene ral del cuerpo como en sus manifestaciones patológicas. El
aspecto morfológico del organismo es puesto por Kretschmer y Sheldon en
relación con la estructura del carácter: el cuerpo "simboliza con ella, en una
unidad donde puede descifrarse un estilo gene ral de reacción psicocorporal” (23)
Por medio del análisis simbólico donde los signos corporales se leen como una
lengua, el psicoanálisis mostró el carácter expresivo del cuerpo y denunció el
origen psicógeno de algunos síndromes orgánicos; sistematizando esta
investigación, Alexander (24) pudo mostrar la conexión de enfermedades como la
hipertensión o la ulceración de las vías digestivas con estructuras neuróticas que
las provocan o se expresan en ellas.

5) Conducta e instituciones. Expresadas o silenciosas, las significaciones


objetivas de las conductas individuales son establecidas por un vínculo de esencia
con la objetividad de las significaciones sociales: las obras de Janet, Freud,
Blondel (25) habían intentado desprender este vínculo. "Conducirse" no puede
tener sentido sino en un horizonte cultural que da a la conducta su norma (bajo el
aspecto del grupo), el tema, finalmente, que lo orienta (bajo las especies de la
opinión y la actitud): estan allí los tres grandes sectores de la psicología social.

El estudio de las instituciones pretende determinar las estructuras básicas de una


sociedad; al aislar las condiciones económicas con su incidencia directa sobre el
desarrollo del individuo y sobre las formas pedagógicas en sentido amplio, que
Kardiner designa como " instituciones primarias"; a describir la manera en que el
individuo reacciona a estas instituciones, cuyas experiencias integra, cuyos temas
principales proyecta finalmente bajo la forma del mito, de la religión, de las
conductas tradicionales, de las reglas jurídicas y sociales que se definen como
"instituciones secundarias" (26) Esta problemática definida con precisión por
Kardiner está presente de manera más o menos difusa en todos los estudios
antropológicos, que ellos estudian de las poblaciones "primitivas" (M. Mead a
Samoa, R. BGenedict en Nuevo- México, Linton en Madagascar) o que se
esfuerzan en vaciar superficies culturales desarrolladas, como Linton a Plainville.

Los problemas del grupo conciernen a la vez al juego de interacción de los


individuos que están en presencia directa uno de los otros y la experiencia vivida
por cada uno de los miembros del grupo, de su situación propia dentro del

13
conjunto. Moreno puso a punto métodos de análisis del grupo, por los cuales se
determinan las valencias positivas o negativas que unen y se oponen a los
individuos en una constelación característica del grupo. Hasta intentó establecer
bajo el nombre sociodrama, una terapéutica de grupos, que permitiría, como en el
psicoanálisis individual, una puesta al día y una actualización de los temas
emocionales latentes, de los conflictos o ambivalencias cuyas relaciones
manifiestas se sobrentienden y que harían posible por esta vía una readaptación
mutua, y como una reestructuración emocional del grupo (27)

El análisis de las opiniones y actitudes pretende determinar los fenómenos


colectivos que sirven de contexto a las conductas emocionales del individuo, así
como a sus operaciones intelectuales de percepción, juicio y memoria. Estas
investigaciones son cuantitativas antes que ser estructurales y se basan siempre
en la elaboración de datos estadísticos: se mide así el alcance de una opinión por
las investigaciones hechas sobre un grupo representativo de una población en su
conjunto, o también la fuerza de una actitud en un grupo de individuos, por el
compromiso comparado que manifiesta a tal o cual opinión. El carácter colectivo
de estas opiniones y estas actitudes permite desprender el concepto de
estereotipo, suerte de opinión generalizada y cristalizada que provoca, en función
de actitudes preestablecidas, reacciones siempre idénticas (28)

EL FUNDAMENTO DE LAS SIGNIFICACIONES OBJETIVAS

Todos estos análisis de las significaciones objetivas se sitúan entre los dos
tiempos de una oposició n: totalidad o elemento; génesis inteligible o evolución
biológica; resultado actual o aptitud permanente e implícita; manifestaciones
expresivas momentáneas o constancia de un carácter latente; institución social o
conductas individuales: temas contradictorios cuya distancia constituye la
dimensión propia de la psicología. ¿Pero corresponde a la psicología
sobrepasarlos, o debe limitarse a describirlos como las formas empíricas,
concretas, objetivas de una ambigüedad que es la marca del destino del hombre ?
Ante estos límites, la propia psicología debe liquidarse como ciencia objetiva y
evitarse ella misma caer en una reflexión filosófica que impugna su validez? ¿O
debe pretender descubrir los fundamentos que, aunque no suprimen la
contradicción, permiten al menos dar cuenta?

Los esfuerzos más recientes de la psicología van en este sentido y, a pesar de la

14
diversidad de su inspiración, se puede resumir su significación histórica de esta
manera: la psicología no pretende ya probar su posibilidad por su existencia, sino
fundarla a partir de su esencia, y no pretende ya suprimir, ni incluso atenuar sus
contradicciones, sino justificarlas.

La cibernética es lejos, parece, de un similar proyecto. Su positividad parece


alejarla de toda especulación, y si ella toma por objeto la conducta humana, es
para encontrar ahí, todo junto, el hecho neurológico de los circuitos en feed-
back, los fenómenos físicos de la autorregulación y la teoría estadística de la
información (29). Pero al descubrir en las reacciones humanas los procesos
mismos de los servomecanismos, la cibernética no vuelve de nuevo a un
determinismo clásico: bajo la estructura formal de las estimaciones estadísticas,
deja lugar a las ambigüedades de los fenómenos psicológicos y justifica, desde su
punto de vista, las formas siempre aproximadas y siempre equivocas del
conocimiento que se puede con ello tener.

En otro sentido, la superación de la psicología se hace hacia una antropología que


tiende a un análisis de la existencia humana en sus estructuras fundamentales.
Volver a captar al hombre como existencia en el mundo y caracterizar cada
hombre por el estilo propio a esta existencia, es, para L. Binswanger, para H.
Kunz, alcanzar, más allá de la psicología, el fundamento que le da su posibilidad y
da cuenta de sus ambigüedades: la psicología aparece como un análisis empírico
de la manera en que la existencia humana se ofrece en el mundo; pero ella debe
reposar en el análisis existencial de la manera en que esta realidad humana se
temporaliza, se espacializa, y finalmente proyecta un mundo: mientras que las
contradicciones de la psicología, o la ambigüedad de las significaciones que ella
describe, habrán encontrado su razón de ser, su necesidad, y al mismo tiempo su
contingencia, en la libertad fund amental de una existencia que escapa, con pleno
derecho, a la causalidad psicológica (30)

Pero la interrogación fundamental permanece. Habíamos puesto de manifiesto,


comenzando, que la psicología "científica" nació de las contradicciones que el
hombre encuentra en su práctica; y que por otra parte, todo el desarrollo de esta
"ciencia" consistió en un lento abandono del "positivismo" que la alineaba en el
origen en las ciencias de la naturaleza. Este abandono y el nuevo análisis de las
significaciones objetivas pudieron resolver las contradicciones que las motivaron?
No parece, puesto que en las formas actuales de la psicología se encuentran estas

15
contradicciones bajo el aspecto de una ambigüedad que se describe como
coextensiva con la existencia humana. Ni el esfuerzo hacia la determinación de
una causalidad estadística ni la reflexión antropológica sobre la existencia pueden
sobrepasarlas realmente; a lo sumo pueden esquivarlas, es decir, volverlas a
encontrar finalmente transpuestas y travestidas.

El futuro de la psicología no está por lo tanto en tomar en serio estas


contradicciones, de cuya experiencia precisamente hizo nacer la psicología? Sólo
habría por lo tanto psicología posible por el análisis de las condiciones de
existencia del hombre y por la reanudación de lo que hay de más humano en el
hombre, es decir, su historia.

NOTAS

1. Mill (J.S.), A System of Logic Ratiocinative and lnductive, Londres, Parker, 1851,
2vol. (Systérne de logique déductive and inductive, trad. L. Peisse, Paris,
Ladrange, 1866, 2 vol. ( N.d.È) Preface to James Mill’s Analysis of the Phenornena
of the Human mind, Londres, Longman’s, 1869.
(2).Bain (A.). The Senses and the Intellect, Londres, Longman’s, 1864. (Les Sens et
l’Intelligence trad. E. Cazelles, Paris, Baillière 1874 (N.d.Ê.)
(3) Fechner (T.G.), In Sachen der Psychophysik Leipzig, Beickopf et Härtel 1877.
(4) Wundt (W.). Grundz Grundzüge der Physiologischen Psychologie . Leipzig, W.
Engelmarnn, 1874. (Èléments de psychologie physiologique , crad. E, Rouvier,
Paris, Alcan, 2 vol.. 2’ éd., 1886 (N.d.É.].)
(5) Bain (A.), ‘The Emotions and the Will, Londres, Parker. 1859. (Les Émotions et
la Volonté, trad. P.-L. Le Monnier Paris, Alcan, 1885 (N.d.È.)
(6) Ribot (T.), La Psychologie des sentirnents, Paris, Alcan, 1897.
(7) Spencer (H.), The Principles of Psychology, Londres, Longman’s, 1855.
(Principes de psychologie , trad. A. Espinas et Th. Ribot, Paris, Bailliére, 2 vnl., 2’
ed., 1875 (N,d.È.)
(8) Jackson (J,H.), Croonian Lectures on the Evolution and Dissolution of the
Nervous System, in The Lancet, 29 mars, 5 et 12 avril 1884. (“Sur l’évolution et la
dissolution du système nerveux ”, trad. A, Pariss, Archives ruines de neurologie et
de psychiatrie, vol. VIII, 1921, n2, pp. 293-302; vol. IX, 1922, ne 1, pp. 131-152
(N.d.É.],)
(9). Ribot (T.), Les Maladies de la mèmoire Paris, Bailliére, 1878; Les Maladies de
La volonté, Paris, Baillière, 1883 ; Les Maladies dze la personnalisé, Paris, Alcan,

16
1895,
(10) Janet (P.), Les Obsessions et la psychasthènie (en coll. avec F. Raymond),
Paris, Alcan, 1903, 2 vol. Les Névroses, Paris, Flammarion, 1909. De l’Angoisse à
l’extase. Études sur les croyances et les sentiments, Paris, Alcan, 1926. Les
Débuts de l’intelligence, Paris, Flammarion, 1935.
(11) Dilthey (W.), ldeen über eine beschreibende und zergliedernde Psychologie
(1894), in Gesammelte Schriften, Leipzig. Teubner, 1924, t, V : Die geissige Welt.
Einleitung in die Philosophie des Lebens, pp. 129-240.
(12) Jaspers (K.), Allgemeine Psychopathologie, Berlin, J. Springer, 1913. (Psycho-
pathologie générale , trad. A. Kastler et J. Mendousse, Paris, Alcan, 3’ed,, 1933
(N.d.É.].)
(13) Freud (S.), Oie Traumdeutung , Vienne. Franz Deuticke. 1900.
(L’Interprètatión des rêves, trad. D. Berger, Paris, PUF., 1967 [N.d.É.].) Drei
Abhandlungen zur Sexual-theorie, Vienne, F. Deuricke, 1905. (Trois Essais sur la
théorie sexuelle, trad. Ph. Koeppel, Paria, Gallimard, coll. “ Connaissance de
l’inconscient “, 1987 (N.d.É.].) “ Bruch-stück einer Hysterie-Analyse “,
Monatsschrift fûr Psychiatrie und Neurologie , e. XVIII, 1905, nº 4, octobre, pp.
285-310, et nº 5, novembre, pp. 408-467. (“Fragment d’une analyse d’hysterie
[Dora] “, trad. M. Bonaparte et R.M. Loewestein, Cinq Psychanalyses, Paris. PUF.,
2e ed., 1966. pp. 1-91 (N.d.É.].) Totem und Tabu. Einige Obereins-timmungen im
Seelenleben der Wilden und der Neurotiker. Vienne, Hugo Heiler, 1913-(Totem et
Tabou. Interprétation par la psychanalyse de la vie sociale de peuples prirnitifs et
des névrosés, trad. S. Jankelévitch, Paris, Payot. coll. “ Petite Bibliothèque Payot “,
nº 77, 1965 [N.d.É.].) Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, Vienne,
Hugo Heller, 1916-1917. (Introduction à la psychanalyse, trad. S. Jankèlévitch,
Paris, Payot. 1921 [N.d.É.].) Jenseits des Lustprinzips, Vienne, Internationaler
Psychoanalyrischer Verlag, 1920. (“ Au-delà du principe de plaisir”. trad. J.
Laplanche et J.-B. Pontalis, Essais de psychanalyse. Paris, Payot, coll. “Petite
Bibliothèque Payot “, nº 44, 1981, pp. 41-115 [N.d.É.].) Das lch und das Es,
Vienne, Internationaler Psychoanalytischer Verlag, 1923. (“ Le moi et le ça”. trad.
J. Laplanche, Essais de psychanalyse, op. rit., pp. 219-275 [N.d.É.].) Neue Foîge
der Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, Vienne, Internationaler
Psychoanalytischer Verlag, 1933. (Nouvelles conférences d’introduction à la
psychanalyse, trad. R-M. Zeitlin, Paris, Gallimard, coll. “ Connaissance de
l’inconscient “, 1984 (N.d.É.].)
(14) Watson (J.B.), Behavio r or. An Introduction se Comparative Psychology New
York, Henry Hole, 1914. Tolman (E.C.). Purposive Behavior in Anirnals and Men,

17
éd. R. Elliot, New York, The Century Psychology Series, 1932.
(15) Köhler (W.), Gestalt Psychology An lotroduction se New Concepts in Modern
Psychology, New York, H. Liveright 1929. Koffka (K.), Principles of Gestalt
Psychology, New York, Harcourt and Brace, 1935. Lewin (K.), Principles of
topological Psychology, Londres, Mac Graw -Hill, 1935.
(16) Gesell (A.) et llg (F.), The First Five Years of Life. A Guide to the Study of the
Preschool Child, New York, Harper, 1940. The Child frorn Five to Ten, New York,
Harper, 1946. (L’Enfans de 5 á lO ans, trad. N. Granjon et I. Lèzine, P.U.F., 1949
[N.d.É.].) Gesell (A.). et Amatruda (C.), The Embryology of Behavior; the Beginnings
of the Human Mind, New York, Harper, 1945. (L’Embryologie du comportement;
les débuts de la pensée humaine , trad. P. Chauchard, Paria, P.U.F., 1952 [N.d.É.].)
(17) Kuo (Z-Y.), Les Principes fondamensaux du comportement. 1941.
(18) Piaget (J.), La Représentation du monde chez l’enfant . Paria. Alcan, 1926. La
Naissance de l`intelligence chez l`enfant, Paria, Delachaux et Niestlé, 1936. La
Psychologie de l’intelligence Paris A. Colin, n 249, 1947.
(19) Wallon (H.), Les Origines du caractère chez l’enfant : les préludes du
sentiment de personnalité, Paris, Boivins, 1934. De l’acte à la pensée. Essai de
psychologie comparée, Paris, Flammarion, 1942.
(20) Binet (A.) et Simon (T.), “ Méthode nouvelle pour le diagnostic du niveau
intellectuel des anormaux “, Année psychologique, e. XI, 1905, pp. 191-24-4.
(21) Spearman (C.E.), The Abilities of Man. Their Nature and Measurement,
Londres, MacMillan, 1927. (Les Aptitudes de l’homme, leur nature et leur mesure,
trad. F. Brachet, Paris, Conservatoire national des arts et métiers, 1936 [N.d.É.].)
(22) Thurstone (L), The Vectors of Mind , Chicago, University of Chicago Press,
1935. Thomson (G.), The Factorial Analysis of Human Ab ility, Londres, University
of London Press, 1939. (L’Analyse factorielle des aptitudes humaines, trad. P.
Naville, 3’ éd., Paris, P.U.F., 1950 [N.d.É.].)
(23) Sheldon (W.), en coll. avec Stevens (S.), The Varietes of Temperament A
Psychology of Constitutional Differences, New York, Harper, 1942. (Les Variétés
du tempéra-ment. Une psychologie des différences constitutionnelles, trad. A.
Ombredane, et J-J. Grumbach, Paris, P.U.F., 1951 [N.d.É.].)
(24) Alexander (F.), Psychosomatic Medicine, its Principles and Applications, New
York, Norton, 1950. (La Médecine psychosomatique. ses principes es ses
applications, trad. S. Horinson et E. Stem, Paris, Payot, 1951 [N.d.É.].)
(25) Blondel (C.) Introduction à la psychologie collective, Paris, A. Colin, nº 102,
1927.
(26) Kardiner (A.), avec Linton (R.), Du Bois (C.) et West (J.), Psychological Frontiers

18
of Society, Columbia University Press, 1945.
(27) Moreno (J.L.), Who Shall Survive? Foundation of Sociometry. New York, Beacon
Press, 1934. (Fondements de la sociométrie, trad. Lesage et Maucorps, Paris,
P.U.F., 1954 (N.d.É.].)
(28) Cantril (H.), Gauging Public Opinion. Princeton University Press, 1947. Allport
(G.W.) et Postman (L), The Psychology of Rumor, New York, Henry Holt, 1947.
Stoetzel (J.), Théorie de l’opinion, Paris, P.U.F., 1943.
(29). Wiener (N.), Cybernetics or Contral and Communication in tbe Animal and
the Machine, Paris, Hermann, 1948. Walter (W.G,), The Living Brain, New York,
Nonon, 1953. (Le Cerveau vivant , Paris, Delachaux et Niestlé, 1954 [N.d.É.].)
(30) Binswanger (L.), Grundfoemen und Erkenntnis des menschlichen Daseins,
Zürich, Max Niehans, 1942

* Se trunca la frase manifiestamente.

19

Das könnte Ihnen auch gefallen