ASOCIACIÓN NACIONAL DE VETERANOS

DE LA FUERZA PÚBLICA “ANALVET”

N. I. T: 900154396-7

INTERPRETACIÓN EQUIVOCADA

Son muchas las causas que se pueden enumerar cuando se trata de analizar el
por qué estamos como estamos: sumidos en un innegable y degradante estado
de postración de cuya salida no hay predicción confiable a corto plazo.

Creemos que la principal causa atribuible al origen de esta penosa situación, es

haber mal interpretado el concepto de la subordinación del poder militar al
poder político, grave equivocación que ocasionó la pérdida de la dignidad para
reclamar nuestros derechos constitucionales y legales con la firmeza y la
oportunidad debidas.

Son responsables quienes ignorando el valor de la insustituible misión que

cumplimos dentro de la democracia, cuya materialización sin nuestro sacrificio
sería un imposible reconocido; confundieron la subordinación con la sumisión y
se plegaron indignamente ante imposiciones abusivas, cambiando la exigencia
legítima de derechos por la humillante adulación, creyendo en cándidas
bondades nunca comprobadas de esa abyecta costumbre y por eso estamos
ahora pagando las consecuencias: condenados injustamente, vilipendiados,
abandonados a la suerte en una guerra de la que no somos culpables pero sí
sus principales víctimas, incomprendidos, calumniados y sin recibir el salario
que por ley nos corresponde.

Pruebas de la permisividad temerosa y genuflexa de esos responsables hay

muchas, pero esta vez resaltaremos solamente tres: haber cohonestado y
permitido el indulto a los bandidos del M19, haber aceptado la imposición
presidencial de la no intervención de la Justicia Penal Militar en el Caso
Jamundí, y no haber hecho cumplir las leyes laborales que nos favorecen.

En datos adjuntos enviamos la transcripción de un “discursito” plagado de

transgresiones a la ley, que fue determinante para que hoy compañeros
nuestros estén tras las rejas, injustamente condenados.

Si nuestros jefes no cambian la costumbre de estar adulando, lisonjeando,

halagando, agasajando, loando, exaltando, enjabonando, cepillando y
condecorando, a cuanto “mamarracho” político les ponen encima, en lugar de
exigir los legítimos derechos de la Fuerza Pública, será imposible recuperar la
dignidad perdida.

A nosotros nos tratan como nos tratan,

porque nos perdieron el respeto.
Cordialmente,
Capitán Juan Alfonso Fierro Manrique - Presidente ANALVET

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