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Oracion y vida espiritual Cada libro de la serie de Bosquejos de sermones Portavoz, tiene treinta o mis bosquejos de sermones acerca de un, tema espeeifieo. Los bosquejos estén disefiados para incentivar una idea, proporcionar una estructura inicial o dar la ihustrarion adecuada, Los bosquejos € esta serie se han seleccionado de algunos de los mas fespetudos predicadores tales como: Jabez Burns, R.G. Lee, EB Matsh, John Ritchie, Carlos Spurgeon, Juan Wesiey yimuchos otros, En cada libro encontrard que se realiza Uh tratamiento textual y temsitico, ademas de un indice de textos biblicos que lo ayuda a encontrar el material adecudo. Algunos de los temas de la serie de Bosquejos de sermones Portavor son: + Familia y hogar + Fe, espetanah y amor + Una vidarmas ferviente + Personajes biblices + El fruto del Espiritu + La graciade Dios También disponible en inglés de Kregel Publications, wwwiktegelcam, AL BRYANT, el compilador, fue redactor principal de Zondervan pok mas de veintiséis afios, También sirvié como direeton editorial de Word Books y como director de publigacipnes de Kregel Publications. Bs autor de una ccantidad de lifros. | 158N 0-8250-0703- Ei penteos. crsoszstaures | ‘Ayudas pastorales / Bosquejos de sermones TANS BYU ENA Tae may tat 1 Oracion y vic BOSQUEJOS DE SERMONES PORTAYOZ! Oracion y vida espiritual compilado por Al Bryant Oracion y vida espiritual compilado por Al Bryant - Porravoz, La misién de Eaitorial Pertavor consiste en proporcionar prodictos de calidad —con integridad y excelencia—, desde una perspectiva biblica y confiable, ‘gue animen 2 Ins personas en su vida espirtual y servicio cristiano, ‘Titulo del original: Sermon Outlines on Prayer and Spiritual Living, © 1992 por Kregel Publications y publicado por Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49501. Exicién en castellano: Oracién y vida espiritwal, de la serie Bosguejos de sermones Portasoz, © 2008 por Editorial Por- tavor y publicado por Editorial Fortavoz filial de Kregel Pu- blications, Grand Rapids, Michigan 49501. Todos tos derechos reservados. Ninguna parte de esta publicacién podré reproducirse de cualquier forma sin permiso escrito previo de los editores, ‘con Ia excepcisn de citas breves en revistas o resenas ‘A menos que se indique lo contrario, tos las citas bfblicas han sido tomadas de Ia versiGn Reina-Valera 1960, © Socie- ddades Biblicas Unidas. Todos los derechos reservados. ‘Teaduccién: José Luis Martinez EDITORIAL PORTAVOZ, PO, Box 2607 Grand Rapids, Michigan 49501 USA Visitenos en: veww.portavoz.com ISBN 0-8254.0703-6 123.45 edicion / afl 07 06 05 04 03 Impreso en tos Estados Unidos de América Printed in the United States of America Color House Graphies Prologe ... Indice de textos biblicos. Un cuadro de oraciones personales. {Una reungn de oman en los tempos apotlicos Pidamos . ‘Acexquémonos al trono con confianza . La oracién del creyente Caracterfsticas de la orac La oracién de Cristo en Getsemans La oracidn eficaz Estorbos para la oF@¢i60 iago 5. La oracion del hipécrita.. so ‘fin de que nuestras oraciones puedan ser contestadas. 19 ‘La importunidad en la oracién en la vida de Jess Ta oracién de Jacob enon La oracién de Nehemfas La perseverancia en la oracion La oracién de Pablo por los filipenses [ca peticién.. El poder en la oracidn La oracion . La oraci6n: tina acta Oracién y promesa La oracién Dios nos anima a orar Oracién por la iglesia Una oraci6n del corazén La oracién que Dios no desechard La oracién: Su necesidad.. La oraci6n: Su privilegio y poder [La oracién: La lucha de Jacob con el angel La oracién de fe La oracién: Testimonio de Richard Baxter La oracién del penitente Una oracién apropiada para : {a oracin: Elms grande dels miniseries. ‘Tres clases de oraciones La oraci6n de fe La oracién que prevalec Siete hechos acerca de la oracién . Principios de la oracién El secreto de la oracién eficaz, 4Cémo deberfamos crar”, Un estudio sobre fa oracidn.. La oraeidn ineficaz .. promesas de la oracién PROLOGO Martin Lutero dijo una vez: “Asé como el zapatero hace zapatos y el sastre hace trajes, el cristiano deberia orar. La oracién es la tarea diaria del creyente”. La oraci6n debe ser una parte integral de la vida cristia- na diaria, como lo fue en la vida de los personajes bfblicos del Antiguo y Nuevo Testamentos, como Abraham, Moisés, Pedro y Pablo. Los bos- ‘quejos en esta compilacién tratan sobre 1a oracién como intercesién, ‘como ruegos por ayuda de parte de una persona o un grupo. A veces la oracién es secreta, a veces es publica, y otras veces es “familiar” 0 “so cial” en su enfoque. Muchos de los saimos, por ejemplo, son oraciones {que presentan las peticiones del pueblo o de una persona. Alguien ha dicho: “La oraci6n es como Ia paloma que Noé envié desde el arca. Fue una bendicién para él cuando regres6 con una hoja de olivo en el pico, pero también lo fue cuando nunca volvis”. Juan Bunyan escribié una vez: “Cuando ores, es mejor que lo hagas, con el coraz6n sin palabras, que con palabras sin el coraz6n”. Esta co- leccién incluye bosquejos basados en grandes textos de las Escrituras, que tienen que ver con la oracién, bosquejos basados sobre oraciones en la vida de personajes biblicos y bosquejos basados en grandes ora~ ciones que encontramos en la misma Biblia. Estin tomadas del Antiguo y del Nuevo Testamentos y enfocados tanto en forma temética como textual. Pido a Dios que sirvan para profundizar y enriquecer la vida espiri- tual del lector y también del oyente al escucharlos desde los paipitos en muchas partes. AL Bryant INDICE DE TEXTOS BIBLICOS a Génesis 2 23,54 32224.25 “a 2 Samuel 727 38 1 Reyes 1824 2 Nebemias last 2 107 8 Job 2710 18 Salmos 02:17 40 3112 48 W8 49 Jeremias 333... 34 Lamentaciones aaa. 8 Daniel 97 Mateo 2022... Marcos 130 Lucas rs.13 173,17 18:1 Isat 18:13 Hechos 431 125 |. Romanos ya2 36 a 20 2 st m0 Efesios ers19 Filipenses 19.12 Coosenses 42 1 Tesalonicenses SIP cece 1 Timoteo 28... Hebreos 416 2s 431 Santiago 15 516 . 1 Pedro 37 3 a 2s 33 i 3 33 16 7 UN CUADRO DE ORACIONES PERSONALES Onad sin cesar (1 Ts. 5:17) Los indfgenas norteamericanos decfan que cuando un hombre mata a su enemigo, la fortaleza del enemigo muerto entra en el brazo del vencedor. Nosotros sabemos que cuando muere el enemigo de la ora- in, el que ora se lena de poder. “Tenemos constancia de muchas oraciones y de las muchas bendicio- nes que nos vienen cuando oramos. Dejemos que nos lo ilustren las si- _guientes oraciones: “Quédate con nosotros” (Le. 24:29). La oracién de compafierismo. “Bendiceme también a mi, padre mio” (Gn. 27:34). La oracién in- dividual “Vengan a m{ tus misericordias, para que viva” (Sal. 119:77). La oracién pidiendo vida. “Lfbrame” (Sal. 31:15). La oracién clamando por victoria “Escudrifiame” (Sal. 26:2). La oracién pidiendo ser probado. “Perdona todes mis pecados” (Sal. 25:18). La oracién pidiendo perdén. Gufame: “Por tu nombre me guiarés y me encaminaris” (Sal 31:3). La oracién solicitando ser guiado Aysidame: “;Sefior, socérreme!” (Mt. 15:25). La oracién pidiendo ayuda. “Integridad y rectitud me guarden” (Sal. 25:21). La oracién pi- diendo rectitud “Defigndeme” (Sal. 54:1). La oracién clamando por proteccién. “Gusrdame como a la nifa de tus ojos” (Sal. 17:8). La oracién por preservacién. “Gufame en el camino eterno” (Sal. 139:24). La oracién pidiendo direcci6n. “Gufame por la senda de tas mandamientos” (Sal. 119:35). La cracién pidiendo la gracia de obedecer Ia ley de Dios. “No sea yo avergonzado jamés” (Sal. 71:1). La oracién pidiendo constancia, “Abre mis ojos” (Sal. 19:18). La oracién pidiendo iluminacién “Gudrdame, oh Dios, porque en ti he confiado” (Sal, 16:1). La ‘oracién pidiendo proteccién. “Vivificame segiin tu palabra’ (Sal. 119: avivamiento. “Redimeme, y ten misericordia de mi” (Sal. 26:11). La oracién por liberaci6n. 5). La oracién pidiendo “Seiior, sdlvame” (Mt. 14:30). La oraci6n por rescate, “Enséfiame, oh Jehové tu camino” (Sal. 27:11). La oracién pi- diendo instruccién, “Afirma mi coraz6n para que tema tu nombre” (Sal. 86: oracién pidiendo afirmacién personal. “Visftame con tu salvacién” (Sal. 106:4). La oracién pidiendo vi sitacién, “Pon guarda a mi boca, oh Jehové” (Sal. 141:3). La oracién pit diendo prudencia “Acuérdate de mf” (Le. 23:42). La oracién solicitando ser recor- dado. Las oraciones mencionadas nos impresionan de varias maneras. Son breves en su expresién, directas en su peticién, personales en su stipli- ca, humildes en su tono, dependientes en la fe, conscientes de la nece- L sidad y fervientes en su forma. Ja actitud mala de Herodes eran bien conocidos. Ya habfa orde- nado matar al apéstol Jacobo. IIL. Ellos recogieron el beneficio La respuesta los Ilen6 de asombro. La respuesta fue sobreabundante. Quizé ellos no habian orado pidiendo su liberacién para esa noche, o no habfan orado por su liberacién, sino que él pudiera glorificar a Dios en su mattirio. La respuesta fue répida. 1). La ‘Stems and Twigs (Tallos y ramitas) PIDAMOS A quién pedir: ‘A nuestro Padre celestial. “Todo lo que pidiereis al Padre en EE. Marsh mi nombre” (In, 15:16). UNA REUNION DE ORACION TL Cémo pedir: . Enel ibre de Cristo. “Todo I ridien il Padre: EN LOS TIEMPOS APOSTOLICOS iumabpeernis en Hechos 12:5 En el poder del Espiritu. “Y de igual manera el Espfritu nos Pedro habfa estado orando por la iglesia y ahora es la iglesia la que ayaa ea mettre Gebllidad” (RO, 8:26; BE 2/16) ota sin cesar por Pedro. Hay una cooperacion bendita en el cuerpo mis- cent aek gt a lena en ati, ered We tico de Cristo. Una prueba de que somos miembros del cuerpo de Cris- 22; Stg, 1:6). to es que intercedemos unos por otros en nuestras pruebas. No es TIL. Lo que debemos pedir: simple ldstima, © condolencia, o promesa, sino la realidad de aplicar La ayuda del Seftor: “Y se reunieron los de Jud para pedir nuestros hombros a llevar la carga. socorro a Jehovd” (2 Cr. 20:4), 1. Observe que en este caso limitaron sus esfuerzos a la Laplenitud del Espiritu. “;Cudnto més vuestro Padre celes- oracién ‘A veces nos vemos metidos en una situacién en la que no podemos hacer otra cosa que orar. Como Israel frente al mar Rojo: ellos no podfan de alguna manera cruzar el mar por sf ‘mismos o derrotar al ejército del faraén que se acercaba. O co- tial daré el Esptrite Santo a los que se lo pidan?” (Le. 11:13) La plenitud del gozo. “Pedid, y recibiréis. para que vaestro- ‘g0z0 sea cumplido” (In, 16:24). Sabidurfa. “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduria, idala a Dios” (Sig. 1:5). mo Daniel en el foso de los leones 0 como Elfas cuando ro Ilo- oo rere nee “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo ha- vfa. Para esos momentos tenemos una promesa: “Pedid, y se os « ° dara” (Mt. 7:7). IV. La condicién: TI, Observe que persistieron en su esfuerzo ‘No era una reuni6n de oracién formal y sin coraz6n. Tenian que poseer una fe fuerte. Era una situacién bien dificil. Su ‘muerte estaba decidida para el dia siguiente (v. 6). El caricter y Permanecer en Cristo. “Si permanecéis en mi, y mis pala- bras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, ¥ 05 5e- ré hecho” (Un. 15:7; 1 Jn. 3:22). W V._Estimulo para pedir: CC. Podemos acudir con esperanza, sabiendo que seremos escu- La promesa de Cristo, “Todo cuanto pidiereis al Padre en chados. mi nombre, os lo dard” (In.16:23). D. Podemos acudir con fervor, con insistencia en nuestra Nos oye. “Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, stiplica. 1 nas oye” (1 In. 5:14, 15). IV. Aqui di jadamente: El ora por nosotros. “Yo rogaré al Padre por vosotros” (In. eee nn Free Para ecniln comfiedarente “Acerquémonos, pues” 16:26), A. Podemos acudir cuando necesitamos mucha gracia a causa EE. Marsh de nuestro pecado. Podemos acudir cuando tenemos muy —JGEROUEMONOSLT RO reo poca gracia. ___ACERQUEMONOS AL TRONO CON CONFIANZA B. Hay otras muchas razones para ir sin demora y con confian Acerquémonos, pues, confiadamente al trono dela gracia, para aleancar 2a, El carécter de Dios nos anima a ser osados. misericordia y hallar gracia para el oportuno socarro (He, 4:16). 1. Nuestra relacién con E] como hijos nos da gran libertad. La oracién ocupa una parte muy importante en la vida del cristiano. 2, Dios ya nos ha dado a Cristo y, por tanto, no nos va ne- Este versiculo es uno de las invitaciones més estimulantes para orar. arpa L._ Aqui aparece deserito nuestro més grande recurso: El “tro- no de la gracia” Antes se le Tlamaba el “propiciatorio”, pero es el “trono”. Al acudir a Dios en oraci6n, nos acercamos: ‘A. A Dios como Rey, con reverencia, confianza y sumisién, B. A aquel que da como un rey: por tanto, pedimos con ampli- tud y expectacién. El cuenta con riquezas de gracia y poder. C. A aquel que se sienta en el trono de la “gracia”, con el propésito de dispensar gracia. Ese es su objeto al manifes- tarse a sf mismo como rey. I. Aqui tenemos un amorosa exhortacién: “Acerquémonos” ‘A. De parte del escritor sagrado, un hombre como nosotros, Pero es un creyente experimentado, que tiene mucho que decir sobre e] poder de la oracién, B. De parte de toda la iglesia que habla por medio de él. C. De parte del Espiritu Santo; porque el escritor hablaba bajo su inspiraci6n. El Espiritu intercediendo dentro de nosotros, nos dice: “Acerquémonos”. Il. Aqui tenemos el adverbio calificador: “Acerquémonos, ues, confiadamente” No con orgullo o presuncién, no con tonos de exigencia, porgue es el trono de Dios; no obstante, “confiadamente”, por. que es el trono de la “‘gracia”. A. Pedemos acudir sin reservas, con toda clase de peticiones B. Podemos acudir con libertad, con palabras sencillas. C. Laraz6n principal para acudir confiadamente esté en Jestis, 1. Murié por nosotros y su sangre fue rociada sobre el tro- no de la gracia. 2. Ha tesucitado y mediante su justicia nos ha justificado. 3. Acudamos al trono cuando hemos pecado para hallar misericordia. 4, Vayamos al trono cuando somos fentados para hallar gracia, Cuando Dios promulga leyes, esté en el trono legislativo; cuan- do administra esas leyes, esté en el trono de gobiemo; cuando juzga a sus criaturas mediante esas leyes, estén el trono de jui- cio; pero cuando recibe peticiones y concede bendiciones, esté en el trono de la gracia, El verdadero espfritu de la oracién correcta es una confian- za santa, tna sencilla familiaridad. Se cuenta acerca de Lutero ‘que, cuando oraba, lo hacfa con gran reverencia, pues sabia que hablaba con el Dios infinito, y a la vez con gran familiaridad, ‘como si estuviera conversando con su més intimo amigo. G.S. Bowes La palabra confiadamente significa libertad sin limitaciones. Se siemte libre porque es bienvenido. Puede hablar con libertad. Encontramos esa palabra en Hechos 2:29 y 4:13. Tiene libertad para decir lo que piensa, para abrir el coraz6n, para expresar sus preocupaciones y quejas. Del mismo modo que otros no le van a limitar diciéndole qué palabras deberfa usar, usted tampoco debe limitarse a sf mismo, sino hablar con libertad averca de to- da su condicién y necesidad. David Clarkson B + Recibir misericordia es lo primero, luego viene a encontrar gra- cia en tiempo de necesidad. No podemos cambiar el orden de Dios. No va a encontrar gracia que le ayude en su tiempo de ne- cesidad hasta que no ha buscado y encontrado la gracia salva- dora. No tiene ningtin derecho a contar con la ayuda, proteccién y direccién de Dios, y todos los demds espléndidos privilegios ‘que ha prometido a todos los que son “>hijos de Dios por la fe en Cristo Jestis”, hasta que no tiene la primera bendici6n: la mise ricordia de Dios en Cristo Jestis; Porque “en” Cristo Jestis todas, las promesas de Dios son sf y amén. FR Havergal Resumido de C. H. Spurgeon LA ORACION DEL CREYENTE 1 Loquees ‘A. Una mano vacfa, necesitada, como lo vemos en la parabola del hombre que acude a su amigo a medianoche (Le. 11:5). B. El clamor de angustia que trae liberacién (Sal. 107:6. 13, 19, 28) C. La lave para abrir el almacén del cielo (Hh. 43:31) D. El muro de proteccién que detiene al enemigo (Neh. 6:9). E, La sangre de vida que corre por todo el ser espiritual, con- servandonos en buera salud (Fil. 4:6, 7). F. La oraci6n es el companero de la alabanza (Hch. 6:25). Lo que hace A. La oracién consigue su propésito, como lo demostré Elias (Stg. 5:17). B. La oracién concentra la mente sobre el objetivo propuesto, como lo ilustré Nehemfas (Neh. 4:9) C. La oracién limpia el coraz6n y la vida, como lo experimen- 16 David (Sal. 51:10). D. La oracién capacita al testigo para seguir adelante con reno- vado anime (Hch. 4:29). E, La oracién es el alma del avivamiento, como lo reconoci6 el salmista (Sal 119:154). F._ La oraci6n es una de las armas que forma parte de ta arma- dura del cristiano (BF. 6:18) UL Cémo orar A. Secretamente, en el aposento de la comunién fntima (Mt. 6:6). B. Velando, en el estado alerta de la vigilia (Mt. 26:41). CC. Creyendo, con la sencillez de la fe (Mr. 11:18). ‘Sin cesar, continuando haciendo el bien (1 Ts. 5:17). Permaneciendo en Cristo y en ‘a voluntad de Dios (In. 15:7, 8). F._Directamente, con peticiones de un propésito definido (Stg 5:17, 18). mo Resumido de F E. Marsh CARACTERISTICAS DE LA ORACION EN SANTIAGO 5 L n. m. W. v. VL. vu. Las caracteristic Mm. vu. Oracién individual: “Haga oracién” (v. 13). Oracién unida: “Oren por ét” (v. 14). Oracién de fe: “La oracién de fe salvaré” (¥. 15). Oracién de intercesién: “Orad unos por otros” (v. 16). Oraci6n ferviente: “La oracién eficaz” (v. 16) Oracién definida: “Para que no lloviese” (v. 17). Oracién eficaz: “Y otra vez or6, y el cielo dio llvi ” (v.18). ILS. LA ORACION DE CRISTO EN GETSEMANI de Ia oracién de Cristo son: Fue una oracién a solas. Se alej6 de sus discfpulos como a una distancia de un tito de piedra, para orar (Le. 22:41). Fue una oracién huunilde. Marcos nos dice que “se postr6 en tie- ra” y Mateo que “se postré sobre su rostro”. La postura de su cuerpo es una indicacién de la actitud de su espiritu Fue una oracién filial. El no dice aqui, como lo hizo después. “Dios” sino “Abba, Padre”. El primero nos recuerda a Dios juz~ gando al pecado; el segundo nos habla del Padre dando a cono- cer su voluntad (Mr. 14:36). Fue una oracién ferviente (Le. 22:44; He, 5:7). Fue una oracién repetida. Us6 “las mismas palabras” (Mt. 26:44), Fue una oracién perseverante. Or6 tres veces (Mt. 26:4), Fue una oracién de somerimiento: “No se haga mi voluntad, no la tuya” (Le. 22:44). “Mi voluntad [Adan], no la tuya [Dios cambi6 el paraiso en un desierto, Pero el “no se haga mi volun: tad (Cristo), sino la tuya” cambio el desierto en un parafso. Fue una orackin contestada. En Lucas 22:43 se nos dice que “aparecié un dngel del cielo para fortalecerle”. Resumid de FF. Marsh 15 LA ORACION EFICAZ _ La oracién eficaz del justo puede mucho (Stg. 5:16). Santiago escribe bastante acerca de la oracién (Stg. 1:5, 6). Debe ha- cerse con fe, no dudando nada. Como un necesitado con una mano fir- memente extendida, mirando, esperando, insiste, se acerca, etc. Esté hablando en el contexto de la oracién por otros (v. 14), y sigue en nues- tro texto. Luego menciona a Elias, y en los iiltimos versfculos se refie- rea la oracién que cambia a la persona (vv. 19-20). La oracién por otros es el tema del texto. I. El hombre que ora “Del justo”. No esté hablando de un hombre que no ha caido, que es inocente o perfecto, sino de un hombre. A. En un estado de justificacién. No en rebelién o enemistad, sino en un estado de gracia, de aceptacién y justificacién. B. Un hombre renovado. Convertido, que ha nacido de nuevo. C. Un hombre que vive en obediencia. Que obedece y sirve a Dios en su coraz6n, con sus labios y con su vida. Abel, Noé, Abraham fueron justos, como Zaqueo y Juan el Bautista. Un hombre injusto no ora ni siente la necesidad de hacerlo. D. Es.un hombre amoroso. Ama a otros, se preocupa por ellos y ora. El amor es la atmésfera apropiada para el desarrollo de la actividad del justo. Veamos ahora. IL. Cémo ora Su oracién es “eficaz”. ‘A. Es hecha con integridad. No con palabras bonitas y tonos piadosos que es solo de labios para afuera, sino quc brota del coraz6n y es hecha de acuerdo con el cardeter y la vo- Iuntad de Dios. Dirigida por el Espiritu Santo (Ro. 8:26, Jud. 20). B. Es ferviente. Apasionada, vehemente (véase He, 5:7). Co- ‘mo la oraci6n de Jacob cuando luché con el angel. Estas son las condiciones 0 caracteristicas de la oracidn que se menciona en este texto, TIL, Los resultados evidentes “Puede mucho”. Es decir, que en general tiene éxito, recibe respuesta, consigue lo que busca. Note: A. La limitacién, “Puede mucho". No lo consigue todo, no siempre, pero eso es la excepci6n. Cristo or6 por los que le crucificaban, pero no pensamos que todos creyeron y se sal- vvaron. Pensamos que Aarén or6 por sus hijos, no obstante, _ellos perecieron. Lo mismo sucedié con Eli, con Davi 16 Puede “mucho”, no todo ni siempre. B. Las Escrituras nos ayudan a ver momentos notables cuando la oracién sf pudo de forma manifiesta. Jacob estaba leno de temor y ansiedad por su familia, esperando encontrarse ccon su enojado hermano (Gn. 32:24ss.). En varias situacio- nes de la vida y ministerio de Moisés. El escritor menciona Elias en el texto, (wv. 17, 18). La oracién de Daniel cem6 Ja boca de los leones y trajo un angel del cielo (Dn. 10:10. Los creyentes oraron por Pedro y se abricron las puerias de la carcel (Hh. 12:5), En los tiempos modemos también en- contramos muchos momentos en los que las oraciones fue- ron eficaces: Martin Lutero, los hermanos Wesley, Muller de Bristol, etc. ‘Veamos en conclusisn: 1. La prerrogativa de la oraci6n. 2. Sus cualidades indispensables, y 3. La seguridad de su victoria en general ‘Adaptado de Jabez Burns —ESTORBOS PARA LA ORACION Para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1 P. 3:7), Fallar en recibir las bendiciones buscadas por medio de la oracién no solo nos roba y nos hiere a nosotros, sino también a otros, y tampoco hhonra a Dios. No podemos, pues, exagerar la importancia de procurar que ‘mestras oraciones no sean estorbadas, sino evitar también esos estorbos, I. {Qué razones se dan en la Palabra de Dios para retener Ia Tespuestas a ciertas oraciones? Véase Isafas 59:1-2; Marcos 11:25-26; Salmos 138:6; Mateo 6:5; Santiago 4:3; 1 Samuel 16:7; Salmo 66:18. I Cuando no vemos de forma inmediata los resultados de una oracién, ces eso una prueba de que no es respondida, 0 que no seré respondida? Véase y compare Job 30:20 con 42:8; Mateo 15:21-28; 2 Corintios 12:7-9; 1 Pedro 1:7; Santiago 1:3-4. TIL. Cual es ta actitud y reaccién correctas cuando parece de- morarse la respuesta a la oracion? Véase | P. 5:6, 7; Daniel 9:23; Isafas 58:3-14; Génesis 32:26 con Oseas 12:4-6; Salmo 40; 27:14, Seleccionado 7 LA ORACION DEL HIPOCRITA glnvocara a Dios en todo tiempo? (Job 27:10). Un hipécrita puede imitar muy bien a un ctistiano. Profesa conocer ‘a Dios, dice que conversa con El, parece muy dedicado a su servicio e invoca su proteccién; incluso practica la oraci6n o finge que lo hace. ‘No obstante, la ms abil falsficaci6n falla en algo y la podemos des- ccubrir por ciertas indicaciones. La prueba en este caso es: “jlnvocara a Dios en todo tiempo?” 1. ;Orard en todo tiempo? {Lo hard en privado? O solo esta interesado en que le vean ¥ le aplaudan? {Oraré cuando se lo prohiben? Daniel fo hizo. 2Lo hard us- ted? {Orard en sus negocios diarios? ;Practicard la oracién ¢s- pontiinea? {Buscaré la direccién continua de Dios? {Orard en los momentos de diversiGn? ¢Tendré un temor Santo de ofender a Dios con su lengua? {O la compafia le hard olvidarse de su Dios? F. ,Orard en los momentos oscuros del alma? ,O se encerraré en el silencio? I, ;Orard de manera insistente? ‘A. Si no recibe respuesta con prontitud, gpersistiré en Ia ora~ cidn o to dejars? Si la respuesta no es agradable, ,seguiré insistiendo? ¢Sabe ‘cémo luchar con el dngel y no desmayar? ‘Si nadie mas ora, ,seguiré él luchando contra viento y ma- rea? Si Dios le responde mediante la desilusién y la derrota, gsentiré que las demoras no son negativas, y seguiré orando? TIL. ;Seguiré orando a lo largo de toda su vida? ‘A. El hipécrita deja pronto de orar bajo ciertas circunstancias, Si se ve en dificultades, no orard, sino que correrd a buscar ayuda humana, Si sale de las dificultades, no oraré, sino que se olvidard de sus promesas. Si los hombres se rfen de él, no se atrevers a orar Si los hombres le sonrien, no se interesard en la oracién, Si se cansa, quizé haga un esfuerzo més, pero no sigue ade- lante. Las Graciones breves son su preferencia, mp 9 @ > gow B. & D. E, Si-se siente seguro, Cuando las cosas le van bien no siente necesidad de orar; 0 es demasiado santo para hacerlo + Escuchamos acerca de una nifia que decfa sas oraciones y luego. agregaba: “Hasta la vista, Sefior. Nos vamos todos de vacacio- nes, y papa y mamd no irén al templo ni oraréa més hasta que no regresemos”, Bien sabemnos por experiencia que muchos se van de vacaciones y se despiden de Dios de la misma manera, Guthrie * Acaz no estaba dispuesto a pedir una sefial, aun cuando Dios le animaba a hacerlo, para no tentar al Sefior (Is. 7:10, 12); lo que parecfa una gran demostracién de modestia, es un sintoma se- guro de infidelidad. No lo iba a hacer porque no le podia creer; ‘no para evitar molestias a Dios, sino a sf mismo Aparent6 ser muy educado, pero lo que mostré fue una gran impertinencia. Es decir, el hipécrita servird a Dios solo de vez en cuando, cuando él se siente dispuesto a ello. Nunca molesta a Dios a me- ‘nos que Dios le moleste a él. Cuando disfruta de salud, riqueza Y paz, se consuela a sf mismo. Solo ora en momentos de angus- tia; en sus afliccién buscard a Dios bien pronto (Os. 5:15). Esté bien que Dios se marche a descansar, porque este hombre no le va a buscar. Cuando Dios le toca de alguna manera, Ie pone al corriente de todos sus males y problemas; pero cuando las co- sas se ponen mejor en su vida, excluye a Dios de su bienestar. Samuel Cook Resumido de C. H. Spurgeon A FIN DE QUE NUESTRAS ORACIONES PUEDAN SER CONTESTADAS I. Debemos pedir en el nombre de Jestis (In. 14:13-14), Ul. Debemos permanecer en Fl y en su Palabra (Jn. 15:7). TIL, Debemos guarda sus mandamientos (1 Jn. 3:22). IV, Debemos dar gracias al mismo tiempo (Fil. 4:6). V._Debemos estar velando por las respuestas (Col. 4:2). VI. Debemes buscar primero las cosas espirituales (Mt. 6:33). VIL. Debemos, al mismo tiempo, orar por todos los santos (Ef. 6:18). VEIL. Debemos bascar la mente de Dios (Jud. 20; EF. 6:18), IX. No debemos tener resentimientos contra alguna persona (Mr. 11:25) 19 X. Debemos evitar las vanas repeticiones (Mt, 6:7). XI. No debemos tener deseos camales (Stg. 4:3) XII. No debemos dudar; Dios cumpliré su palabra (Mr. 11:24; 1 Jn 5:14, 15). Seleccionado LA IMPORTUNIDAD EN LA ORACION EN LA VIDA DE JESUS Lucas 11:5-13 Cristo Jestis era evidentemente un hombre de oracién. Solfa levan- tarse muy temprano, buscaba un lugar solitario y se dedicaba a orar. Una tarde, después de un dia de mucho trabajo, se retiré a un monte y pas6 la noche en oracién. Antes de elegir a los doce apéstoles, pasé un tiempo en ferviente oracién. Cuando estaba en el monte de la transfi- guracién, micatras oraba su rostro se transforms, y su ropa se torné Dlanca y radiante. Oro ante la tumba de Lézaro. Oré por Pedro mencio- ndndolo por nombre, y en la noche memorable en que fue traicionado, or6 por todos sus discipulos, y no solo por ellos, sino por todos los que creerian en El en todo el mundo. En el huerto de Getsemanf donde ex- perimenté el bautismo de sangre, elevé oraciones y stiplicas con gran clamor y lagrimas; y oré una y otra vez, yendo y viniendo, repitiendo Jas mismas palabras. Luego de vivir orando, murié también orando, clamando a favor de sus enemigos sedientos de sangre: “Padre, perd6- nalos, porque no saben lo que hacen” (Le. 23:34). Por tanio, cuando el Salvador exhortaba a sus discfpulos a que ora- ran solo los animaba a que siguieran su ejemplo. El practicaba lo que predicaba; y todos los mandamientos que les dio fueron estrictamente reforzados por sti propia conducta habitual. Entre lus muchas representaciones que nos da el Nuevo Testamento sobre este deber tan importante, las palabras que encontramos en el pa- saje seleccionado son de las més instructivas y alentadoras. Encontra- ‘mos tres cosas en este pasaje que merecen la pena considerar. Tenemos: I. Un caso supuesto “Le dijo también: {Quign de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche...?” Las circunstancias referidas descri- ben probablemente una suceso frecuente, pues los viajes en el Oriente eran llevados a cabo a menudo durante la noche para es- capar del sofocante calor del dia. Esta persona no tiene nada de comida para ofrecer a su amigo, que ha llegado inesperadamen- te. Por tanto, pide a su vecino que le preste tres panes. Al prin- cipio el vecino ao muestra disposicién de querer ayudar; pero el solicitante no estaba dispuesto a marcharse sin antes conseguir Jo que necesitaba; y al fin, como consecuencia de su urgencia, tuvo éxito, Se describe una situacién semejante en la parabola del juez injusto. Concedié ta peticién de la viuda pobre, no por principios de justicia, o por un sentimiento de compasién, sino Porque ella no dejaba de insistirle Es evidente que el Salvador no justificé el motivo que esta- ba detrés de estos casos. Se refirié a ellos simplemente con el propésito de mostrar como la sinceridad, el fervor y la perseve- rancia aseguran el éxito, aun bajo las circunstancias menos fa- vorables. Y si personas tan endurecidas y poco dispuestas se rinden a la influencia de ta importunidad, cudnto més bendeci- 4 el buen Padre celestial, que se deleita en responder a las si- plicas de los necesitados y en conceder las peticiones de los que invocan su nombre, La exhortacién que les da “Y yo os digo: Pedid, y se os dard; buscad, y hallaré mad, y Se 08 abrira”, Tenemos aqui: A. La verdadera naturaleza de ta oracién. Es solo una cues- tin de pedir y recibir. Hay algunos que ven la oracién to- talmente en referencia a su influencia sobre la mente de los ‘que oran, Es indudable que existe esa influencia; pero por encima de su efecto tranquilizador, clevador y purificador, hay bendiciones directas y positivas que podemos esperar en respuesta a nuestras oraciones. La labor del agricultor es beneficiosa para él; lo es en sf misma; porque le lleva a la salud y la fortaleza tanto del cuerpo como de la mente. Pe- 0 no es por eso que él trabaja. El espera una cosecha autén- tica; y sale para ver como surgen los primeros brotes, luego las espigas Menas de granos de trigo. Lo mismo sucede con la oracién. Su acci6n y ejercicio son beneficiosos; pero si las Eserituras nos dicea la verdad, hay también una tespues- ta real, auténtica, inconfundible y palpable. Por un lado, hay algo que claramente podemos buscar, y por el otro, hay también algo que claramente podemos obtener. 5; Ma B. El espiritu apropiado de la oracién. Aparece claramente impl{cito que tenemos que pedir con entusiasmo y perseve~ rancia, {De qué sirven aquellas peticiones que carecen de pasién y conviccién? Es la “oracién eficaz del justo” la que “puede mucho”. Y no es suficiente ser apasionado por un momento. Nuestro fervor no debe ser semejante a una paja ‘que arde, que se acaba pronto. Debemos ser conscientes de a m. 2 la compostura correcta en la presencia de Dios; pero debe- ‘mos orar sin desmayar. C. La seguridad del éxito en ta oracién. “Se os dard”, “halla- réis”, “se 0s abriré”. La experiencia del pueblo de Dios en todos los tiempos confirma la verdad de estas expresiones tan decisivas. “Y esta es a confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pida- mos, sabemos que tenemos las peticiones que Ie hayamos hecho” (1 Jn, 5:14-15). ¢Quién es el que nos da este testi- ‘monio? Es alguien que vivid una larga vida de cambios y dificultades. Estaba basada en la experiencia del apéstol Juan, quien sobrevivi6 al resto de sus hermanos. ‘Se emplea un argumento conmovedor “{Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dara una piedra? 20 si pescado, en lugar de pescado, le dard una serpien- te? 20 si le pide un huevo, le dard un escorpién? Pues si vos- otros, siendo malos...” (v.11). Cun conmovedor y contundente es esto. Se dirige a cualquier “padre de vosotros”. Es como si les hubiera dicho, {puede alguno de vosotros negarse a dar a sus hi- {jos lo que ellos piden por necesidad, 0 darles lo que seria inne- ‘esario o insultante? Por el contrario, {no se sentird su corazén inctinado hacia ellos en la forma més tiema y célida y no estaré ispuesto a satisfacer hasta el méximo de sus posibilidades todas sus necesidades y deseos? Notemos ahora la inferencia iresisti- ble que hace el Salvador: “Pues si vosotros, siendo malos. poseedores de una naturaleza que es imperfecta en el mejor de los casos y tiene en consecuencia mucha corrupcién adherida a sus mejores sentimientos y acciones. “Pues si vosotros, siendo alos, sabeis dar buenas ddivas yuestros hijos, cusnto mas vuestro Padre celestial...” —en quien no podemos encontrar ningiin defecto ni imperfeccién— “dard el Espiritu Santo a los que se lo pidan?” Se pregunta, “;cudinto més...” Tanto mas co- ‘mo Dios es més alto que el hombre: tanto més como Dios es més santo que el hombre; tanto més como Dios es mejor que el hom- bre. Asf dard Dios su Espiritu Santo al que se lo pida. ‘Tomemos, pues, la decisién de probar la verdad de esta se- guridad Ilena de gracia y generosidad. Si lo hacemos, nos en- contraremos con el cumplimiento de una promesa fiel, que ‘hasta el presente nunca ha fallado. Seleccionado VIL. Det LA ORACION DE JACOB Génesis 32 Hay seis cosas que podemos considerar en Ia oracién de Jacob. L. La originé el temor de Jacob del enojo de su hermano (x. 11) Jacob estaba leno de temor por causa del mal comporta- ‘miento que tuvo para con su hermano y se encoge ante Esai co- mo alguien que se siente culpable y suplica por misericordia Notemos que todo dafio que ocasionamos injustamente a otros termina volviendo con seguridad sobre nuestra cabeza. Pero a pesar de todo, Dios escucha el clamor de Jacob. {Qué Dios tan Teno de gracia es nuestro Padre celestial! IL. Su peticién en oracién se basa en su relacién con Dios (v. 9) ‘Alega acerca de su relacién con Dios en las palabras: “Di de mi padre...” Si conocemos a Dios como nuestro Padre, la manera correcta de dirigimos a El es lamdndole “Padre” (In, 1:12-13; Gé, 4:6), Pero si nosotros no hemos respondido a la oraciGn de Dios (2 Co. 5:20), emo podemos esperar que El responda a las nuestras? II. Las promesas de Dios es el argumento en la oracién de Ja- cob (vv. 9, 12) Jacob recuerda los dos “Yo te haré bien” de Dios. Cuando nuestras oraciones se basan en las promesas de Dios, El cumpli- +4 su palabra. Spurgeon dijo: “La oracién debiera sostenerse so- bbre promesas y rematada con un pindculo de alabanzas” IV. La oracién de Jacob se mezela con confesién (v. 10) Todos los siervos de Dios siempre han confesado su falta de méritos. V. La oracién de Jacob esté perfumada con alabanza (¥. 10) Jacob reconoce la misericordia que ha recibido de Dios. y le alaba por ello. Un hombre agradecido es una persona lena de bendicién, mientras que un desagradecido estd leno de quejas. Si bendecimos a Dios con nuestra alabanza El nos bendecira ‘con su misericordia. La oracién de Jacob es definida, personal y contestada (¥. 11) “Librame ahora”, clama Jacob, y la secuencia prueba con cudinta bondad respondi6 Dios a su oracién. Su oracién fue bre- vey directa, y trajo una respuesta inmediata a que habia prometido hacerlo: “Le santificards... Porque santo soy yo Jehové que os santificé” (Lv. 21:8) 2B Podemos estar bien seguros que cuando Dios nos dice que seamos, que hagamos © que suframos, E] atenderd a nuestras necesidades, aun como en el caso de Pablo, que ord tres veces pidiendo que le quitara su aguij6n en la carne, el Seftor respon- dio diciendo: “BAstate mi gracia” (2 Co. 12:9) FE. Marsh _LA ORACION DE NEHEMIAS Nehemias 1:I-11 Hay mucho para admirar en el cardcter de Nehemias. Fue evidente- mente un hombre de gran integridad., como se desprende de la posicién de copero que tenfa en el palacio del rey. Solo se le confiaba esa tarea a tuna persona en la que se pudiera confiar plenamente, puesto que la vida de los monarcas orientales estaba en constante peligro de parte de los as prirantes al trono que le rodeaban. Debido a que uno de los métodos més comunes de causar la muerte era mezclar veneno con el vino que bebjan, cs bastante obvio que no iban a confiar esa tarea en la corte real a al- guien que pudiera ser sobornado ficilmente por los enemigos del rey. ‘Ademés de su estricta integridad, era un hombre de una piedad sin- cera y ferviente. De esto contamos con varias pruebas, especialmente la que describe el salmista: “Por esto orard a ti todo santo”. Muy a menu- do se entregé a la oracién, y eso es lo que le encontramos haciendo en este primer capitulo. I. La ocasién de esta oracién ‘Se indica en los tres primeros versiculos: “Palabras de Ne- hemias hijo de Hacalfas: Acontecié en...” Se dice del Redentor: “En toda angustia de ellos él fue angustiado”:; y su pueblo es se- ‘mejante a él en este respecto. Tienen simpatia por otros; por esa raz6n la condici6n tan triste de sus hermanos desperté en el co- raz6n de este hombre de Dios la més tiema simpatfa, También amaba a Sion, y su corazén se Tlené de tristeza cuando se ente- 6 que los muros de Jerusalén estaban derribados y las puertas ‘quemadas. Il, Al Ser a quien se le dirige la oracion “Cuando of estas palabras me senté y Hloré, ¢ hive duelo por algunos dfas, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. ¥ di- je: Te ruego, oh Jehov4, Dios de los cielos, fuerte, grande y te mible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos”. Las personas entre las que vivia estaban acostumbradas a invocar en su angustia a sus deidades paganas; pero sabiendo muy bien cuén intitil era buscar ayuda Pry cen aquellos dioses falsos, invoc6 al Dios de los cielos. Al di girse a El estaba seguro que no oraba 2 un dios que no podia ni salvar. Haba dos aspectos de su glorioso cardcter que Nehemias consideraba de forma especial ‘A. Fuerte, grande y temible. B. Fiel y misericordioso, La primera caracteristica Hlenaba su mente de santo temor, la segunda le inspiraba y le Menaba de esperanza y confianza, IIL. Et espiritu penitencial que contiene “Este ahora atento tu ofdo y abiertos tus ojos para oft la ora- cci6n de tu siervo, que hago ahora delante de ti dia y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecadios de los hi- Jos de Israel que hemos cometido contra ti: sf, yo y la casa de mi padre hemos pecado”. Cuando acudimos a la presencia de Dios, debemos hacerlo con sincera confesin y humillacién. Asi es como oraron David y Jeremias, y especialmente Daniel (9:4-11) IV. La poderosa apelacién que hizo “Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos: pero si os volviereis a mf, y guardareis mis mandamientos..." Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, podemos estar se- ‘guros de que El nos escucharé: y debe ser conforme a su volun- tad lo que E! ha prometido hacer. “Porque se acord6 de su santa palabra’, dice el salmista, “dada a Abraham su siervo”. Esa era su esperanza, Ese fue el argumento del Nehemias: Pide que Dios eve a cabo lo que E1 mismo habia anteriormente declarado. 'V. La ferviente importunidad con que es presentada “Te ruego, oh Jehov4, esté ahora atento tu ofdo....” Ya se ha- bia dirigido a Dios antes de la misma forma; pero en vez de ser tuna vana repeticidn, es una indicacién de cudn intenso era su deseo y fervor. Es Ia oracién ferviente, eficaz, del hombre la que puede mucho; lo que quiere decir que la que es fria y sin pasién consigue muy poco. “Si esperamos que la flecha de Ia oracién”, decfa un antiguo escritor, “Ilegue al cielo debe surgir de un co” raz6n totalmente dedicacio”. Seleccionado LA PERSEVERANCIA EN LA ORACION Perseverad en la oraciOn (Col. 4:2; véase Ro, 12:12). Se ha dicho muy correctamente que la oracién es la evidencia de la 25 vida espiritual; el resultado necesario de la regeneracién; el fruto del Espiritu que mora en el creyente; el glorioso privilegio de los hijos ¢ hi- jas de Dios: y el solemne deber obligatorio de todos los santos del Al- {isimo, Pero hay muchas cosas que se oponen a este ejercicio firme y ferviente y que pueden estorbarlo, o dejarlo en algo meramente formal, © interrumpirio, o cesarlo. Por eso necesitamos sentir la fuerza del tex- to: “Perseverad en la oraci6n”. Veamos: 1. Lo que involucra esta constancia en la oracién A. Que el ejercicio de la oracién ha empezado, No es que co- mience la oracién, eso se da por suptesto como un hecho, como una realidad, sino cultivarla y prestarle atencién. En- tonces significa: B. Continuar en el hdbito de la oracién, Valoréndolo como ‘una condicién esencial de la vida espiritual, como la respi- raci6n lo es a la vida natural, o como el latido del corazén Jo es a la continuacién de la existencia, 0 come la comida es... et. ©. Continuar en et espiritu de la oracién. Porque pueden estar las formas, las palabras, etc., pero no el espiritu. Todo pue- de ser fio y nominal; el cadaver sin el alma. D. Continuar con todas las partes esenciales de ta oracién: la adoracion, la confesién, el ruego, la splica, a intercesién con accién de gracias. E. Continuar con las varias clases de oracién: ta privada, la piiblica, la familiar, etc. Notemos I. Cémo podemos obedecer ¢l mandamiento A. Valorando un sentido de nuestra necesidad constante. No hay oracién sin el reconocimiento de esta realidad; esto siempre levard a la oraci6n. B. Buscando la ayuda animadora det Espiritu Santo en la ora- cidn. De modo que seamos vivificados, encendidos y salva~ dos del sopor y de la apatia. C. Recordando las grandes y preciosas promesas relacionadas con la oracién, Abundan en todas partes en las Sagradas Es- crituras, especialmente en los Salmos, los Evangelios, las Epistolas y Mateo 7:7-12. D. Poniendo delante de nosotros tos ejemplos ilustres de ora- ciones perseverantes; como Jacob, Moisés, Elias. Da Daniel, etc. los discipulos, y especialmente Jestis. E. Recordando las buenas cosas que hemos realizado median: te la oracién, Nuestras propias experiencias al comienzo de la vida cristiana, en los varios tiempos de necesidad, difi- cultad, perplejidad. Observe: TIL. Por qué deberfamos continuar en oracién A. Es una obligacién. Dios nos llama, nos exhorta, nos manda que lo hagamos. No hacerlo seria desobediencia, rebclién, ete B. Esta vinculado con nuestra propia seguridad. Solo pode- ‘mos permanecer firmes, avanzar, ministrar, evitar los peli- £2f0s que nos roxdean o vencer a nuestros enemigos mediante Ta oracion. C. Es indispensable para nuestra felicidad. EI alma renovada debe orar; de lo contrario puede caer en el pesimismo, la tristeza y la amargura. Nos trae la gracia, la presencia y la sonrisa de Dios; hace desaparecer las nubes y rodea el alma ‘con el goz0 y la luz del cielo. D. Es un elemento esencial de la salvacién. “Todo aquel que invocare el nombre del Seftor, serd salvo "(Heh. 2:21). No podemos concebir que un alma se salve sin ello. Una vida sin oraci6n serfa una sefial de censura de s{ mismo y de des- truccton. Aplicacién: 1. Es una palabra de amonestacion contra la pereza en la ora- 2. Es una exhortacién al pueblo de Dios para que ore sin ce- sar, Para que oren siempre con toda silica. 3. Nos habla de lo beneficioso que es este ejercicio y la gran- deza del privilegio, 4, Es una prueba de nuestra verdadera condicién espiritua, Jabez Burns __LA ORACION DE PABLO POR LOS FILIPENSES ¥ esto pido en oracién, que vuestro amor abunde... (Fl 1:9-I2) EI valor de la intercesién en oracién por otros. ‘Tenemos tres peticiones incluidas en esta oracién. Para que ellos puedan mostrar: I. Un amor inteligente y juicioso “Que vuestro amor abunde aun més y més en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobeis lo mejor” (vv. 9-10). Il. Un espiritu puro e inofensivo “A fin de que sedis sinceros ¢ imeprensibles...” (x. 10). 27 mm. Una vida itil y beneficiosa “Llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesueristo, para gloria y alabanza de Dios” (v. 11) Seleccionado LA PETICION La siplica o peticién significa orar por uno mismo para distinguirlo de la intercesidn que es orar por otros. Esto naturalmente sigue a la ado- racién y la confesién, porque, si la revelacién de Dias en muestro cora- z6n nos lleva a la confesién de pecado y de nuestra necesidad, en la peticién haremos de una vez la splica por la ayuda para esa necesidad personal, y solicitaremos para nosotros la provisién divina. Entonces, al tener en cuenta que estamos ahora considerando Ia oracién en relacién con nuestras necesidades personales, pensemos primeramente en: IL. La promesa para presentar nuestras peticiones De los michospasaes que nos animan a acdir a nvesto amoroso Padre y contarle a F todo lo que hay en nuestro cora- 26n, una de las mas suficientes es: “Acerquémonos, pues, con- fiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia ¥ hallar gracia para el oportuno socorro” (He. 4:16). Cada palabra en este versiculo es importante. “Acerquémonos”, esa es una de 1s palabras més grandes y a la vez una de las més simples de ia Biblia. “Confiadamente”. es decir, con valor, con franqueza y seguridad. “Al trono de Ia gracia”, que no es otro que el trono de Dios, porque no hay nada més elevado, “Para alcanzar mise- ricordia”, una clara referencia a nuestra necesidad a ta luz del pasado, y sugiere los méritos expiatorios (gracia) y la peticién de fe (alcanzar). “Y hallar gracia para el oportuno socorro”. Es- 4a es una referencia a la necesidad futura, y una indicaciGn de la provisi6n de gracia para nuestra necesidad. Las condiciones de la oracién prevaleciente No podemos acereamos a Dios de cualquier manera ni cualquiera puede hacerlo. Las promesas divinas para los que oran, descansan sobre el cumplimiento de ciertas condiciones: A. Debemos tener confianza en le oracién como un poder préctico (He. 11:6), de no ser asf estamos simplemente dan- do palos al aire 0 echando agua por un colador cuando ora mos. Sino creemos que la oracién cambia las cosas, entonces, por amor de la sinceridad, dejémosio. El doctor Schauffler ha dicho correctamente: “La oracién es un poder Prodigioso 0, de lo contrario, una farsa vergonzosa. Si es mm. NW una farsa, podemos orar mucho, pero vamos a conseguir ‘muy poco: si es un poder, podemos orar poco y conseguir mucho". La fe es absolutamente esencial para la eficacia B. Debemos ser francos y fervientes en la presencia de Dios (Mt. 7:7), ;Hay algo que necesita? Pidalo. El apéstol Santia 0 dice: “No tenéis lo que desedis, porque no pedis” (4:2. C. Debemos ser siempre definidos en nuestras peticiones (Mt 7:9-11). Las peticiones indefinidas no pueden esperar otra ‘cosa que respuestas indefinidas. Si somos imprecisos con Dios, El lo seré con nosotros. D. Debemos elevar nuestras peticiones con fe (Mr. 11:24), Es- te es un pasaje notable, cuya enseftanza principal a menudo Ja pasamos por alto. Todo lo que deseamos cuando oramos, tenemos que creer que lo recibimos en el momento que ora- mos, y que lo recibiremos en el tiempo oportuno de Dios: en otras palabras, tenemos que recibir las cosas fin de con- seguirlas. E. Debemos pedir conforme a la voluntad de Dios (I Jn. 5:14). El problema con miles de los hijos de Dios es saber cudl es la voluntad de Dios: y constantemente nos. preguntan: “,Cémo podemos sabetlo?” Quizé otro versiculo en esta misma epfstola nos ayudaré a resolver esa dificultad (1 Jn. 3:22), “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de 41, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las co- sas que son agradables delante de éI”, Si hacemos la volun- tad de Dios, 1o vamos a saber, porque en cada paso que ddamos en obediencia a su Palabra recibimos nueva luz. Hay muchas més condiciones de la oracién que prevalece que Aplicacién =e Cuan amoroso y compasivo es Dios para con el pobre, el desdichado, e desamparado, la viuda, el huérfano, el men- digo, etc. ‘Cun bueno es Dios para con todos en general Cun suficiente es Dios para con su pueblo. ‘Cuainto necesitamos aprender a orar y buscar su gracia, Jabez Burns bey LA ORACION: SU NECESIDAD Sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar (he. 18:1). En un lugar destacado del periédico Chicago Tribune spareci6 lo si- guiente: “La oraci6n antes de las comidas es una ayuda para la digestién. “Filadelfia, Pensilvania, 28 de junio. El doctor Gilbert Fitzpatrick, de Chicago, presidente del Instituto Americano de Homeopatia, dijo en Ja 82 Convencién anual del Instituto, que la oracién ademds de ser una excelente practica religiosa, el dar gracias antes de las comidas en una ayuda para la buena digestién. “Las rifias familiares, los problemas de negocios y otras dificultades, tionden a alterar el proceso de la digestidn, afladi6 el doctor Fitzpatrick. El aboga por la risa y Ia alegrfa en el tiempo de la comida” ‘Hay muchas razones por las que deberiamos orar. Las siguientes son a algunas de ellas: 1. El mandato de Ia oracién Los mandamientos de! Sefior son para nuestra obediencia; por esa raz6n debemos “orar sin cesar” (1 Ts. 5:17), Tl. El beneficio de la oracién La ensefianza de la parébola es que Dios tomard en sus ma- nos nuestra causa si suplicamos con insistencia (Le. 18:7). TI. La fraternidad de la oracién “Epafras... siempre rogando encarecidamente por vosotros cen sus oraciones” (Col. 4:12). No hay otro ministerio més efi- caz para ayudar a otros que el de la oracién. TV. La bendici6n de la oracion Cuando Ia oracién se une a la accién de gracias y no esta- ‘mos afanosos por nada, nos otorga la bendicién de la paz de Dios (Fil. 4:6, 7) V. El mejoramiento de la oracién Nadie pued2 orar sin realmente terminar siendo mejor per- sona, porque cuando nos acercamos a Dios nos elevamos y nos hacemos ms semejantes a El. Los discfpulos recibieron el Es- piritu en respuesta a la oracién y Jos resultados fueron bien vi- sibles en su vida (Heh. 1:14; 2:1-4) EE. Marsh LA ORACION: SU PRIVILEGIO Y PODER Al tempo de ia oracién (Nek. 11:17) El doctor Rendle Hacris cuenta, en su The Guiding Hand of God (La mano guiadora de Dios}, acerca de un padre que una tarde se sinti¢ im- pulsado a orar por un hijo suyo. que era soldado y se encontraba en la guerra en Africa del Sur. Bajo cl mismo impulso sigui6 orando hasta el amanecer. Luego se sintié aliviado y se fue a descansar. Llegé a ente- rarse que su hijo habfa cafdo herido gravemente en combate en aquella tierra tan distante y lo habian llevado a un hospital. EI médico habia de- clarado al principio que no habia esperanza, pero cediendo a los ruegos de la enfermera, lucharon durante toda la noche para salvar la vida del soldado, y al amanecer la crisis habie pasado. Era la “misma hora” en ‘que el padre sinti6 que 2odfa cesar en su intercesién, La oracién, cuan- do se convierte en una realidad, abre los ojos y dirige Ia mirada hacia lo invisible. Los secretos del Sefior son nuestros. Encontramos varias veces en las Escrituras la expresi6n “en oracién” L. La oraci6n expresada: “Avin estaba hablando ert oracién” (Dn. 9:21). HL. La oraci6n privilegiada: “Y todo lo que pidiereis en ora- cién” (Mt. 21:22). II. La oracién continuada: “Pasé la noche orando a Dios” (Le. 6:12). TV. La oracién unida: “Todos éstos perseveraban undnimes en oracién y ruego” (Heb. 1:14). La oracién ejemplar: “Rogando encarecidamente por vos- otros en sus oraciones” (Col. 4:12). VI. La oracién intensa; “Constantes en la oracién” (Ro. 12:12). VII. La oracién vigilante: “Perseverad en la oraci6n, velando en ella” (Col. 4:2). FE. Marsh + La esposa de Billy Graham le dijo una vez a una audiencia de mujeres en Miniépolis: “Dios no ha respondido siempre a mis oraciones. Si lo hubiera hecho, me habria casado con el hombre que no debfa, varias veces”. LA ORACION: LA LUCHA DE JACOB CON EL ANGEL Ast se quedé Jacob solo: y luché com él un varén hasta que rayaba el alba. ¥ cuando el varén vio que no podta con é, tocé en el sitio del encaje de su musto, y se descovunt6 el musta de Jacob ‘mientras con €l luchaba (Gn, 32:24-25). Los patriarcas y los primeros santos no poseyeron la direccién valio- sade la revelacidn escrita, En aquella primitiva época no habia nadie especialmente inspiredo para profetizar 0 ensefiar al pueblo. Para com- pensar esta situacién, Dios a menudo se revelaba a sus santos, de for- ma especial mediante visiones y sueiios on la noche. Jehova también aparecia 2 menudo para conversar con ellos, adquiriendo a veces forma humana y en otras ocasiones bajo Ia apariencia de un Angel. Jacob fue favorecido con dos de estas manifestaciones especiales. En Bet-el cuando vio la escalera que Hlegaba al cielo y en esta ocasién. 1. Las circunstancias en las que Jacob se vio metido. IL. Su misteriosa contflicto. TIL. Su maravillosa victoria. TV. Las bendiciones que siguieron 1. Las circunstancias en las que Jacob se vio metido 44 A. Estaba regresando a su propio pats. Habta salido de alli hu- ‘yendo por temor de su hermano Esatl. Habjan pasado mas de veinte aos, Regresaba ahora bajo la direccién de Dios (v. 9). “Reconécelo en todos tus caminas”, “Encomienda a Jehové tu camino” B. Se enteré que su hermano habia salido a su encuentro con hombres armados. Con habilidad y humildad habia enviado tun mensaje amable a Esai (v. 3); pero se despert6 su reser timiiento e informaron a Jacob de su hostilidad (\. 6) C. Hizo arreglos prudenies para poner en orden sus preocupa- ciones temporales. Su muerte parecfa algo inminente. ;Qué podia hacer (v. 7)? D. Abrié fervientemente su alma a Dios. Continu6 orando sin cesar. Habl6é con Dios acerca de sus promesas (vv. 9-12) Después de hacer esto, envié por delante sus rebafios y tam- bién a su familia. E. Estaba ahora gozando de un tiempo a solas con Dios. “So- Jo” en Jo que a seres humanos se refiere. “Solo” para alegar ‘su causa delante de Divs. “Solo” para confesar sus pecados y abrir su corazén al Sefior. ‘Su misterioso conflicto Este conflicto fue verdaderamente mistericto: no tenemos registrado nada semejante a esto. No fue algo meramente men- tal, su cuerpo y su alma estaban también involucrados; pero, {qjuiéa era aquel glorioso ser? “Un vardn”, dice el texto, pero en el versfculo 28 se dice “has luchado con Dios y con los hom- bres” (véase Os. 12:4-5). No era otro que Jehovd Jestis. Dios en apariencia humatia. Dios anticipando su encarnacién, A. ;Cudn desigual fue el conflicto! B. Cuén prolongado! Duré varias horas. CC. Para mostrar la debilidad de Jacob y su propio poder, tocé en la coyuntura de la cadera y lo dej6 cojeando; pero Jacob continué con su lucha, D. Solicité permiso para marchar: “Déjame, porque raya el al- ba", jCon cugints facilidad pudo haberlo é! hecho! Pero honré la perseverancia de Jacob y estimulé la fe mas fuer- te. Dios no opondré el poder fisico al poder moral. Permite que prevalezca la influencia morai. E. Notemos que Jacob decide no ceder sin una bendicién: “No te dejaré...” ;Qué valor y perseverancia! Veames ahora. UL. La maravillosa victoria que aleanz6 Dios permite que la omnipotencia ceda a lai oracién fiel. Como prueba de la victoria, A. Cambié su nombre. Ya no se lamarfa mas Jacob (es deci Suplantador), los pecados y fragilidades del pasado qued: bban borrados (véase 27:34.) B. Le da un nombre nuevo: “Israel”, un nombre de honor y de distincién santa. “Uno que ha luchado con Dios”. El titulo cera de gran honor y de renombre permanente. Un nombre que heredarian miles y miles y de generaci6n a generacién, Ahora veamos: IV. La bendicién que siguis (v. 28). “¥ con los hombres”. Esta victoria era la seguridad de que los hombres no le ven- cerfan o le destruirfan. Su nombre permaneceria para siempre. A. La mente de Jacob quedé Ilena con sublimes y dulces con- cepciones de 1a gloria de Dios. Llam6 “Peniel” a aquel 1u- gar: “Vi a Dios cara a cara...” (¥. 30). B. Se maravillé de su propia preservacién” “Fue librada mi alma”. C. Dios cambis la ira de su hermano. Su corazén estaba en las, manos del Sefior y El to sometié y lo suaviz6. “Cuando los ‘caminos del hombre son agradables a Dios...” D. Retuvo, sin embargo, el sentido de su debilidad. “Cojeaba de su cadera”. Para que no se enalteciera excesivamente. ara mantenerlo humilde delante del Seftor. El poder maravilloso de la oracién. {Qué gloriosos son sus logras! ;Qué ha traido? 2. Elsecreto de su poder es fervor. Fervor perseverante, ,Qué € lo que quedé simbotizado mediante la lucha de Jacob? No desmayar, no cesar, sino suplicar ¢ insistir en muestra peticién. Anhelemos y busquemos el espfritu de oracién y Ia gracia de la stplica. 3. Dejemos que los que no oran vean el valor de la oracién. Jaber Burns LA ORACION DE FE. 1. Confesién de pecado “Buscéndole en oracin y ruego” (Dn. 9:3-20). TI. Lavamiento del pecado “Y limpi¢ tu pecado” (Is. 6:7). HiL.._ Consegracin al Salvador “He aquf él ora” (Heh. 9:11-20). TV. Conflanza en el Salvador ““Auméntanos la fe” (Le. 17:5). Valor de parte del Salvador “Alzaron undnimes la voz a Dios” (Heh. 4:24.33). VL. Calma en el Salvador “Y la paz de Dios... guardard vuestros corazones y vuestros pensemientos” (Fil. 4:6, 7), VIL. Comunién con el Salvador “No ardfa nuestre corazén en nosotros mientras nos hablalba en el camino...” (Le. 24:32). FE. Marsh LA ORACION: TESTIMONIO DE RICHARD BAXTER ¥ todo lo que pidiereis en oracin (Mt. 21:22) Richard Baxter ha dejado este testimonio: “Muchas veces cuando me encontraba completamente decaido, y me sentia a punto de mori, me re- cuperaba gracias a que mis vecinos, pobres, honestos y dadas a Ia ora- cidn, se reunfan y ayunaban y oraban fervientemente por mi. Usa vez, que habia permanecido debilitado durante tres semanas, y no pude salir de la ciudad, el mismo dia que ellos oraron, que era un Viernes Santo, me recuperé y pude predicar y administrar la Comunién al dia siguien- te y me fue mejor después de eso, siendo la primera vez que lo admi- nisiraba. Después de eso, cada vez que me sentia con alguna debilidad, cuando, después de predicar, administraba la Comunién a varios cientos ‘e personas, me sentia reavivado y aliviado de mis padecimientos” Si pedimos correctamente recibiremos en abundancia; pero si pedi- ‘mos en la forma indebida recibiremos desastrosamente. I. Pidamos en oracién “Pedid, y se 0s dar&: buscad, y hallaréis; lamad, y se os abriré” (Mt. 7:7-11). Tenga algo para pedir, y reciba lo que pide, enton- ces disfrutard del gozo de pedir. IL. La peticién de.ayuda “A cualquiera que te pida, dale” (Le. 6:30). Es mejor cometer errores en dar, que cometer el error de tener una naturaleza ta- alia III. La peticién por agua “Me pides 2 mf de beber... ti le pedirfas, y él te daria agua vi- a7 va" (Jn. 4:9-10). Bl agua que procede de fuentes humanas falla, pero el manantial de Cristo permanece ¥ satisface. IV. La peticién por luz El carcelero: “El entonces, pidiendo luz” (Heh. 16:29). Necesi- taba luz en un sentido doble. Para ver cémo era en realidad la situacién y para ver su necesidad espiritual. La peticién por sabiduria “Si alguno de vosotros tiene falta de sabidurfa, pidala a Dios” (Sig. 1:5). Tener la sabidurfa que procede de la Palabra de Dios cs tener una sabidurfa que merece la pena. VL. La petici6n por plenitud “Y de pedir que sedis Hens” (Col. 1:9), La petivién de Pablo por los santos colosenses era que fueran “Ilenos” del conoci- miento de la voluntad de Dios. VII. La peticién por un asesino Persuadieron al pueblo a “que pidiese a Barrabss” y su triste de- cisién qued6 registrada para su condenacién y vergilenza (Mt 27:20; Heh. 3:14), FE. Marsh LA ORACION DEL PENITENTE. Ten piedad de mé, oh Dios (Sal. $1:1-2). Un gran santo que expresa su gran dolor por su gran pecado. I. La oraci6n del penitente ‘A. Fue una oracién pablica: “Al misico principal”. B. Fue una oracién clamando por piedad. Hay tres formas de tratar con el pecado: indiferencia, seve- ridad 0 misericordia. La tervera es la de Dios, como fue re- velado especialmente por Cristo. C. Fue una oracién buscando perdén El pecado debe ser borrado antes de que la paz pueda ser restaurada, D. Fue una oracién por purificacién, “Lévame mds y mds de mi maldad” E, Bn esta oracién hay un reconocimiento de su: 1. Peligrosa posicién. 2. Responsabilidad personal: “mi pecado”. IL. La stplica del penitente No habla de: 1, Su pasada pureza. 2. Su herencia piadosa. 3. Su posicién pblica 4. Su magnifica habilidad. El penitente habla des La plenitud de la misericordia divina: “Conforme a ta multitud de tus piedades” Seleccionado UNA ORACION APROPIADA PARA TODOS No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuetros antepasados: vengan pronto tus misericondias @ encontrarnes, porque estamos ‘muy abatidos (Sal, 79:8) ‘No nos tomes en cuenta los pecados de ayer: jvenga pronto tu misericordia nuestro encuentro, porque estamos totalmente abatidos! (Sal. 79:8, NVI). Todos podemos usar esta oracién, y en ocasiones puede ser suma- mente apropiada. Sus admisiones, su ferviente stiplica y su apelacién podemos imitarlas para nuestro beneficio personal. Notemos: L._ Lo que se pide (deprecar, deprecacién = rogar, pedir, suplicar) “Que Dios no se acuerde de pasadas iniquidades”. Aqui aparecen sugeridos tres pensamientos. Somos conscientes: ‘A. De nuestras iniguidades. Nuestras acciones y caminos re~ torcidos, perversos, malos; los capitulos tan feos en el his torial de nuestra vida; la mancha diabGtica en nuestra conciencia; terriblemente malvados delante de Dios. B. De la continuidad de muestras iniquidades. Podemos dividir- Jas en muchas clases y grados; pero aquf se mencionan los pecados “del pasado”: eso habla de las iniquidades de ta ju vventud y de nuestros primeros afios como adultos. Pero tam- bién hay iniquidades posteriores y més recientes, y todas debemos confesarlas delante de Dios. “Porque yo reconoz- co mis rebeliones, y mi pecado esté siempre delante de mt’ C. Busca que Dios no recuerde estas “iniquidades”. El cono- cimiento perfecto e infinito de Dios hace que eso sea impo- sible, porque El no olvida nada, pero aunque eso es asi, El ha dicho, en relacién con los creyentes. verdaderamente arrepentidos, que ya nunca mds se acordaré de sus pecados. ‘Ya nunca los tendré en cuenta ni los castigaré por causa de ellos. Eso es lo que se busca en el texto, Dios podfa recor darlos y castigarlos por ellos. Su santidad y justicia los de- mandarfa, Notemos IL. La séplica que presenta a Dios Las tiemas misericordias de Dios. “Vengan pronto tus mi- sericordias a encontramos”. Que su compasién y misericordia no se tarden, ‘A. Las misericordias de Dios. No misericordia, sino miseri- condias, adaptadas a todas clases de iniquidades. Estas mi- sericordias son el desbordamiento de la bondad, el amor, la compasién, la piedad. “Nunca decayeron sus misericordias. Son nuevas cada mafiana” (Lm. 3:22-23), B. Sus misericordias son tiemas. Como la misericordia del pa- dre hacia sus hijos, como la compasiGn de la madre amoro- sa, Tiemas en si mismas y en sus manifestaciones. Como el Padre y el hijo prédigo, como Jesis y la mujer pecadora. Pi- de que sus iniquidades sean impedidas por sus misericordias. C. “Vengan... a encontrarnos”. Para evitar su arresto, juicio, castigo, sufrimiento y ruina. D. “Pronto”. Porque nuestra ansiedad es tremenda, nuestra conviccién profunda, nuestra angustia grande, nuestra aprensién terrible. Estamos pereciendo, por tanto, ven “pronto”. Veamos: TIL. Su humilde reconocimiento “Porque estamos muy abatidas”. Abatides A. En nuestra pecaminosa degradacién. Como el hijo prodigo. Abatido. B. En nuestra debilidad moral. Ha desaparecido nuestro vigor moral, nuestra fortaleza esté agotada. Como cuando esta- ‘mos debilitados por la enfermedad. Abatidos. C. En nuestro sentido de miseria. Sin goz0, sin paz. y sin con- suelo. Como hundidos en el lodo y en el barro, como en una prisi6n higubre. No obstante, no tan abatidos como para no ‘lamar por ayuda y misericordia. Aplicacién Nuestro tema es: 1. De importancia personal. Que todos nos demos cuenta indi- vidualmente de ello. 2. Resulta a menudo muy aplicable a las familias: como en el caso de Jacob, Eli, David, etc. 3. Puede ser también apropiado para las iglesias (véase Ap. 2,3) 4. O para las naciones. Cuan claro, directo y sencillo es el espiritu del texto. Estemos todos dispuestos a sentir en el coraz6n esa necesidad y expresarla mediante esta oracin. Jabez Burns LA ORACION: EL MAS GRANDE DE LOS MINISTERIOS Cooperando también vosotros a favor nuestro cor la oracién (2 Co. 1:11). Uno de los centros de la Misién del Interior de China estaba siendo especialmente bendecido por Dios. Era maycr el mimero de personas gue iban a preguntar y que se convertfan de sus {dolos mudos para ser- vir al Dios vivo que en los otros centros misioneros. La diferencia era tun tema de conversacién y de asombro. En Inglaterra el doctor J. Hudson Taylor fue calurosamente saluda- do en un cierto lugar por un extrafio que mostré gran interés en su obra misionera. Era tan inteligente y especifico en sus preguntas acerca de tun misionero y de la localidad donde ministraba, y parecfa tan familia- rizado con sus colaboradores, las personas que preguntaban y las difi- cultades de aquel centro en particular, que desperts la curiosidad del doctor Taylor y lo Hev6 a averiguar la razéa de su amplio conocimien- to, Se enterd que este extrafio y el misionero en China habfan hecho un acto como consiervos. El misionero le mantenfa informado a su her- ‘mano en Inglaterra de todos los aspectos de su trabajo. Le facilitaba los nombres de personas y le hablaba de circunstancias y necesidades, de forma que le resultaba facil a su consiervo en el pais de origen de lle- varlo todo a Dios en oracién ferviente y constante No hay un ministerio més eficaz y de mas ayuda que la intercesi6n en oracidn, Pensemos en los resultados como aparecen en el libro de Hechos. I. La oracién trajo el poder de Pentecostés (Hch. 2:4). I. La oracién trajo gracia renovadora para los discipulos cuan- do necesitaban ayuda(Hich. 4:31). TIL. La oracién trajo buen criterio y direccién a la naciente igle- sia en su obramisionera (Heh. 13:3). IV. La oraci6n sostuvo a Pablo y Sifas en el sufrimiento y la per- secucién, ¢ hizo de ellos una bendicién para otros (Heh. \V. La oraci6n sacé a Pedro de la prisién por medio del minis- terio de los dngeles (Heh. 12:5). VL. La oracién trajo consuelo a Ia iglesia en Efeso cuando Pablo salié de allf (Heh. 20:36). VII. La oracién trajo ayuda a Saulo de Tarso cuando estaba en necesidad (Heh. 9:11) FE. Marsh ‘TRES CLASES DE ORACIONES: jlestis, Maestro, ten misericordia de nosotros!... ¥ los nueve, {dénde estén? (Le. 17:13. 17) El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo (Le. 18:11) Dios, sé propicio a mt, pecador (Le. 18:13). El obispo Jeremy Taylor ha descrito tres clases de oraciones: Muchos oran cuando estén en medio de la tormenta; pero cuando se ha pasado e! mal tiempo se olvidan de la gratitud y alabanza que deben al Dios bueno que los ayuds en su dificultad. Otros, como el fariseo, oran consigo mismo agradecidos que ellos no son tan malos como “los demés hombres”. (Mejores en qué? ;En que saben fingir mejor? (Bn que cuidan mas de las apariencias en piblico? Pero yo prefiero ser como el publicano, que golpeando su pecho, clamando: “Oh Padre, soy un pecador, ten misericordia de mi. jSalvame, Sefior en tu gran misericordia!” I. La oraciones que no se dicen Los desagradecidos como los leprosos, que no volvieron para darle gracias al Sefior, Los que son escasos en gratitud y alabanza serdn escasos en bendiciones, II. Las oraciones farisaicas El fariseo “oré consigo mismo”, habl6 acerca de sf mismo, pero no era consciente de su necesidad ni oré por ella. Su ora- cin empez6 y termind con él, Solo estaba interesado en expli- carle a Dios cuén piadoso y religioso era en su apariencia exterior. III. La oracién del publicano Clamé por misericordia porque sabfa que eran un pecador, Jo que en realidad estaba diciendo, era: “Sefior, ten compasién de mi, el pecador”, 0 podriamos también traducirlo diciendo: “Dios, haz expiacién por mf, el pecador”. “Sé propicio” se tra- 82 duce como “para expiar los pecados del pueblo” en Hebreos 2:17, Se refiere al sumo sacerdote cuando eniraba a la presen- cia de Dios en el dia de la Expiacion para hacer expiacién por los pecados del pueblo (véase Lv. 16). FE. Marsh LA ORACION DE FE ¥ la oracin de fe (Stg. 5:15). Hay muchas cosas que se dicen que son “de fe”. Est el “camino de fe” que habla de ir en la compafifa de los que son de Dios (2 Co. 5:7); est “ia palabra de fe que presta atencién a la voz de Dios (Ro. 10:8); ‘estd “la oracién de fe” que pone todo en las manos de Dios (Stg. 5:15). La palabra “oraci6n” en la expresiOn “la oracién de fe” es peculiar en su sentido de “hacia adentro”. Indica la condicién interna del que ora Hay solo oiras dos ocasiones donde la misma palabra se traduce como “oracién”. Una cuando se dice que Cristo “oraba”, y el otro lu- gar donde leemos “Entonces, habiendo ayunado y orado" (Le. 9:29; Heh. 13:1-3). La palabra conlleva el sentido de fidelidad de una vida consecuente de parte del que ora, por tanto, nadie ora “la oracién de fe” sino vive de una manera fiel. Burns nos explica este pensamiento en e! Cotter’s Saturday Night, cuando dice: “Nunca busc6 en vano el que buseé al Sefior bien” La oracién de fe es: I. Secreta en su comunién. “Mas ti, cuando ores, entra en tu aposento... ord a tu Padre que esté en secreto” (Mt. 6:6). TI. Sumisa en su nctitud. Cristo or6 diciendo: “Hégase tu volun- tad” (Mt. 26:42, 44). IIL. Suplicante en su servicio. “Oraron por ellos” (Heh. 8:15). IV. Sincera en su solicitud: “Mientras oraba en mi casa” (Heh 10:30). 'V. Santificada en su deseo: “Entonces, habiendo ayanado y ora- do” (Heh. 13:3) VL. Sincronizada con otros: “Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la terra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les, ser hecho por mi Padre que esté en los cielos” (Mt. 18:19), Entonces oramos a VIL. Sincero y constante en su devocién: nuestro Dios” (Neh. 4:9), FE, Marsh 53 mm. LA ORACION QUE PREVALECE Génesis 32 La oracién que prevalece recuerda la promesas (¥. 9) ‘Trapp dice: “Debemos tener en mente las promesas cuando ‘oramos. A Dios le gusta que le hablemos de ellas, que se lo re- cordemos. Orar es como vestir las promesas. Esas oraciones es- tarén muy cerca del Sefior de dfa y noche (I R. 8:59). No puede negarlas porque no puede negarse a

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