Sie sind auf Seite 1von 1

Súplica De Un Alumno A Su Maestro

M
aestro: Tú que has de mucho más que hoy, cuando comprenda
guiar y dar luz a mi tus enseñanzas.
alma, ten conciencia de
su fragilidad. No me mires con ceño Si tú enseñas con amor, tus lecciones
adusto. Si no te comprendo todavía. serán provechosas; pero si no me amas
no podre comprenderte nunca.
No siempre reprima tu gesto mis
impulsos. No te moleste mi bulliciosa Cultívame, Maestro, como el jardinero a
alegría. Que nunca tus problemas las flores que le dan encanto y aroma; yo
personales repercutan en nosotros, también perfumare tu existencia con el
recuerda que tus sentimientos se incienso perenne del recuerdo y la
siembran en nuestro corazón. gratitud.

Danos amor, confianza, fuerza de Recuerda que no hay semilla que no dé


voluntad y deseos de superación y nunca frutos si se cultiva con amor; yo he de ser
siembres odio, desconfianza o tu obra maestra, procura enorgullecerte
desesperación. de ella.

No llenes mi débil inteligencia con Maestro, mi buen Maestro que has de dar
nociones superfluas. Enséñame lo útil. Lo luz a mis ojos, alimento a mi cerebro,
verdadero, lo bello. Maestro: que mis bondad a mi corazón, belleza a mi alma,
ojos aprendan a ver y mi alma a sentir, verdad a mis palabras, rectitud a mis
desentraña la belleza de cuanto nos actos: ¡No desoigas mí suplica!
rodea y házmela gustar.

Anónimo
Trátame con dulzura, Maestro, ahora que
soy pequeño; quien sabe que dolores me
depare el destino, y, en medio de ellos, el
recuerdo de tu benevolencia, será para
mí un estímulo.

No me riñas injustamente; averigua bien


la causa de mi falta y veras casi siempre
atenuada mi culpabilidad.

Ámame, Maestro, como ama un padre a


sus hijo, porque yo también, aun que no
sepa demostrártelo te amare mañana

Das könnte Ihnen auch gefallen