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Filosofía de la Religión

Reporte del Capítulo 12: Fenomenología de la Religión1


Pablo Meza Pernas, 5 "A"
Septiembre 8, 2008.

A continuación presentaré algunos rasgos que me parecieron más sobresalientes acerca del artículo.
En primera instancia se presenta la definición de lo que es la ciencia “fenomenológica histórica de la religión”
para M. Dhavamony. Éste la define así: “Estudio científico de los hechos religiosos y sus manifestaciones tal y
como se presentan en la historia de la humanidad” o más específicamente como “el tratado sistemático de
historia de las religiones, que consiste en clasificar y reagrupar los numerosos y divergentes datos objetivos de
modo que resulte una visión general de sus contenidos y su de su significado religioso”

J. Martín Velasco presenta el concepto de “sacrografía” y define la fenomenología de la religión como:

“interpretación descriptiva y no normativa del fenómeno religioso a partir de sus innumerables manifestaciones,
que trata de comprender su estructura significativa y la ley que rige su desarrollo”

El mismo autor define como religión así: “La religión es una experiencia humana, específica, originalmente
primaria, de relación con una realidad suprema o misterio que confiere sentido a la propia vida, a la vida social y
a la vida histórica”

Por su parte, para R. Otto la “religión comienza consigo misma”. Y el autor aclara que el objeto terminal al que
se dirige la “intentio religiosa” es extra-subjetivo. Además, la religión ha demostrado históricamente su
capacidad para estructurar la existencia, dándole sentido, vertebrándola. Desde los principios de la humanidad
ha proporcionado en la historia la posibilidad de organizar y vertebrar la vida de las comunidades humanas.
Mientras que cuando este elemento está ausente, surge otro que ocupa su lugar.

También me parece importante señalar dos aspectos: que la religión es un hecho humano y que es una realidad
viva.

La metodología de la fenomenología inicia con dos novedades, según Torres Queiruga, que permiten realizar
un tratamiento más objetivo del fenómeno religioso. Husserl rompe los límites kantianos de la razón con su
“principio de todos los principios”, que es el siguiente: “no hay teoría concebible capaza de hacernos errar en
torno al principio de todos los principios: que toda intuición en que se da algo originariamente es un fundamento
de derecho del conocimiento; que todo lo que se nos brinda originariamente en la “intuición” hay que tomarlo
simplemente como se da, pero también sólo dentro de los límites en que se da”. Con esto, se le concede
“carta de ciudadanía a los fenómenos religiosos en el ámbito de la filosofía, puesto que están dados de
hecho”. Husserl afirma que en la fenomenología de la religión, el objeto es lo sagrado y el misterio, y el sujeto
la conciencia del hombre creyente. La segunda novedad es la que introduce Heidegger, al ampliar el concepto
de fenómeno más allá de los límites de Husserl mediante la paradoja de la dación, que abarca no sólo lo que se
manifiesta en sí mismo sino también lo que, sin manifestarse, se anuncia en lo otro. En otras palabras podemos
decir que Heidegger integra en el ámbito del fenómeno todo lo que muestra únicamente por su anuncio.

Así, la FR, perfila su puesto propio como ciencia puente entre los saberes positivo-sectoriales y los
especulativos.

A continuación veremos el presupuesto del método fenomenológico


1. La epoché: toma la religión como un hecho específico e irreductible a ningún otro ámbito de la cultura. El
presupuesto de la epoché requiere: atenerse a la existencia del hecho, poniendo entre paréntesis todo juicio de
valor o verdad del mismo, proporcionar al fenomenólogo proximidad e inmediatez al hecho en sí mismo,
liberarlo de todos los prejuicios acerca de su validez, verdad o valor recibidos desde otras instancias de la
cultura. Busca, a fin de cuentas, poner al estudioso ante el hecho tal y como se da como existente en la
realidad.

1
Sánchez Nogales, José Luis, “Filosofía y Fenomenología de la Religión”, Secretaria do Trinitario,
Salamanca, 2003, pp. 314-335
Filosofía de la Religión

2. La primera intuición eidética. Pretende una delimitación previa del hecho religioso, que señale bien el
campo propio de sus manifestaciones, las que van a ser objeto de estudio: la tensión del hombre religioso hacia
el absoluto y los elementos comunes que pueden tomarse como constantes en las diferentes manifestaciones
religiosas.

Ahora veremos los momentos del método fenomenológico


1. Se trata de establecer una comparación entre todas las manifestaciones que el hecho religioso ha revestido a
lo largo y ancho de la geografía de la historia (modo de acceso científicamente controlado). Dichas condiciones
de cientificidad son: 1) sistemática- poner elementos religiosos análogos- 2) exhaustiva en el tiempo y en el
espacio – mientras más manifestaciones de un hecho religioso se tenga será mejor para el ejercicio de
comparación- y 3) contextualizada –situar cada fenómeno en su respectivo mundo cultural- .
2. La comprensión globalizante. Es el primer paso de la reducción eidética. Atiende a la totalidad del
fenómeno y pretende ofrecer una comprensión del mismo que abarque todas sus dimensiones. Se busca
comprender a la religión como un todo humano, con su propia lógica interna (pensamiento articulado que
contiene una explicación del mundo. El riesgo es ser “un turista religioso”.
3. La reducción eidética. El fenómeno religioso es un fenómeno humano en cuyo “eidos” (esencia lógica) se
descubre una estructura significativa. La “intuición de la esencia” puede asemejarse al descubrir en la conducta
de una persona, tal y como ella se presenta en la experiencia de convivencia, esos rasgos más peculiares y
sobresalientes que perfilan su carácter. Se busca una esencia concreta. Para llegar a dicha esencia hay que tener
en cuenta que el sentido de un fenómeno brota de la conjunción de dos elementos: a) aspecto noemático:
elemento objetivo que soporta una subjetividad y b) aspecto noético, que es el elemento subjetivo, la
intencionalidad que pone el sujeto, el “espíritu del fenómeno”. Como ejemplo podemos tener dos besos dados a
Jesús, el de la Magdalena que le besa los pies y el beso de Judas. En ambos casos el elemento noemático es el
beso, sin embargo, el elemento noético cambia radicalmente en cada caso.

Ahora bien, para poder comprender el objeto, se requiere una capacidad de comunión empática del intérprete.
K. Goldanmer afirma que se busca penetrar en otra existencia abandonando la postura de simple espectador.
Sólo podría comprender fielmente una religión el hombre que tiene una religión.

4 Comprensión diacrónica. Es el momento dinámico, el tercero de la reducción eidética. Todo fenómeno


humano es siempre más un “faciendum” que un “factum”. Siempre está llegando a ser, y por tanto, es una
realidad viva.

Finalmente valga decir que la fenomenología de la religión funge como puente entre ciencias de la religión y
filosofía de la religión.

Al finalizar la lectura y el resumen de la lectura llego a comprender con mucho más claridad lo que es la
fenomenología, así como los pasos que siguen para intentar acceder a un fenómeno.

Descubro con agrado que existen diversos filósofos que han estudiado y desde una racionalidad que supera
aquella que se limita sólo a ver lo que pueda ser “científicamente comprobable” la posibilidad de la religión
como hecho humano, como algo que ha estado presente durante gran parte de la historia de la humanidad.
Porque si bien algunas personas puedan dudar de la existencia de Dios, no se puede dudar de la existencia de las
religiones, y de que éstas otorgan sentidos de vida a millones de personas. Este hecho es destacable porque así
como hay religiones que intuyen “a su creador”, y les lleva a la adopción de ciertas normas y criterios de vida a
favor de la solidaridad y el amor al prójimo, existen otras religiones que llevan al auto sacrificio, causando daño
a otras personas.

Por otra parte, convengo con el autor que estipula que no es posible entender una religión sin ser creyente. La
razón se queda muchas veces a la puerta de lo que es la fe. Un Dios racional sirve de poco si no llega a pernear
la existencia. Sin embargo, me gustaría concluir este trabajo con un comentario crítico, porque se sugiere
sumergirse en la religión a estudiar a la vez que se pretende un estudio que abarque el mayor número de
religiones posibles, pareciéndome esto bastante difícil.

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