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Historia
A partir de inconformismo por parte de un grupo elite del país por la Constitución de
Rionegro. Hizo que nego Núñez, que en ese entonces era el Presidente del Congreso
durante la embestidura en la presidencia de Julián Trujillo niño en 1878, su frase emblema
"Regeneración o Catástrofe". 802
Durante el período comprendido entre 1880 y 1900, las sucesivas guerras, la anarquía
política y la desorganización administrativa dejaron al país dividido y empobrecido. La
agudización de las pugnas partidistas y las guerras civiles de 1876, 1885, 1895 y finalmente
la guerra civil de 1899 conocida como la Guerra de los Mil Días, junto a la separación de
Panamá, marcaron el comienzo y el final de esta época de la historia colombiana.
Sectores Afectados
La prensa fue el medio privilegiado para la promulgación de los ideales del movimiento
político regeneracionista y el espacio de debate público entre seguidores y detractores de
éste. Mientras periódicos como El Porvenir y La Luz ofrecieron sus páginas para divulgar
sus preceptos políticos, otros diarios liberales como El Espectador, El Correo Nacional, El
Telegrama, El Demócrata, El Autonomista, El Debate y El Derecho fueron suspendidos y
censurados. , años después y en desarrollo de los principios constitucionales promulgados
en 1886, que establecieron que “El estado tendrá [...] la suprema inspección y vigilancia de
los institutos docentes, públicos y privados, en orden a procurar el cumplimiento de los
fines sociales de la cultura y la mejor formación intelectual, moral y física de los
educandos”- se expidió la Ley 89, conocida también como el “Plan Zerda”, que reglamentó
jurídica y normativamente la educación, y estableció las bases de un sistema nacional
educativo sobre el que el gobierno central tenía la suprema inspección y reglamentación. El
Plan Zerda organizó la inspección educativa y las direcciones departamentales de
educación; dividió la educación en primaria, secundaria y profesional; y dejó a cargo de la
administración departamental la instrucción primaria, y la educación secundaria y superior
a cargo del Gobierno Nacional.
A nivel institucional, durante este mismo período se creó el Registro Nacional del Derecho
de Autor, como condición para la protección de las obras literarias y artísticas. Dicho
registro funcionaba en la denominada Oficina de Negocios Generales del Ministerio de
Instrucción Pública -hoy Ministerio de Educación Nacional-, y se encargaba
fundamentalmente de efectuar la inscripción de las obras literarias y artísticas en el
Registro, requisito indispensable para la protección de las creaciones. Como también del
Banco Nacional (hoy Banco de la República), que se encargo de dar prestamos y ayudar
económicamente, a todos los Artesanos en sus proyectos productivos; pero dejando al
margen a los Comerciantes, que fueron quebrados por el cierre de algunos bancos privados
y el no préstamo hacia ellos.
LIBRE CAMBIO
Los fundamentos del libre cambio son los fundamentos del cambio mismo.
El hombre aislado es incapaz de satisfacer por sí todas sus necesidades; ha
menester del concurso de sus semejantes, que se hace efectivo por el comercio
de cosas y servicios: cuando esta comunicación se halla expedita, cada cual se
esfuerza en obtener el mayor número de productos de cierta clase para trocarlos
por los otros que le hacen falta, y en mejorar las condiciones de su industria para
hacer frente a la competencia; pero si se imposibilita el cambio o se le ponen
restricciones, la actividad perderá o verá disminuirse estos estímulos, se
detendrá la división del trabajo, y será preciso violentar las aptitudes personales
y las demás condiciones productivas para obtener directamente todos los medios
de satisfacción, haciéndose imposible el natural progreso y desarrollo de la
producción y el consumo de la riqueza. Esto que tan claro se ve tratándose de los
individuos, ha de ser verdad aplicado a las familias, los pueblos, las provincias y
las naciones; con tanta más razón cuanto que, según se extienden las esferas,
más señaladamente se muestra la diversidad de las vocaciones y la diferencia en
los medios económicos, nacida de la composición del suelo, el clima, etc. Sin
embargo, por una de esas contradicciones tan frecuentes, al considerar los
fenómenos sociales se sostiene y, lo que es peor, se practica el principio de que
el cambio internacional da resultados distintos que el privado y el interior de un
país, y debe ser regido por los Gobiernos, ora limitando la exportación para
evitar la carestía de ciertos artículos, ora la importación para impedir la
baratura de productos determinados. De aquí las prohibiciones y los derechos
protectores exigidos en las Aduanas.
La exportación quiere decir que hay en una nación productos que exceden
a las necesidades de su consumo, o que tienen mejor precio en mercados
extranjeros, así como la importación tiene lugar respecto de aquellos artículos
que no se producen en el país o que se consiguen fuera más baratos.
Prescindamos de la cuestión de derecho, aunque pudiéramos presentarla como
decisiva, y veamos si los beneficios que indudablemente obtienen los industriales
dedicados a esas operaciones pueden convertirse en daño para la masa general
de la riqueza. Los productos se cambian por productos, y no es posible exportar
más de lo que se importa en una nación, a menos de que vaya a regalar sus
productos al extranjero, ni puede la importación exceder a las exportaciones,
porque tampoco se reciben gratis las mercancías de otras naciones. La entrada y
la salida de los productos son, pues, hechos simultáneos, y han de representar
cantidades equivalentes en absoluto; pero como cada uno de esos valores es para
el pueblo que los recibe relativamente mayor que el que da en cambio, porque
de otro modo no tendría objeto el movimiento, resulta que las naciones ganan
con la exportación lo mismo que con la importación, y que ambos comercios son
igualmente provechosos, como todo cambio lo es para el productor que vende y
el consumidor que adquiere.
No quiere esto decir que sean indiferentes los movimientos del comercio
exterior; un país, lo mismo que un individuo, se arruina si dedica sus recursos a
adquirir artículos de lujo; se enriquece si adquiere y emplea productivamente
máquinas y materias primas; la nación que vende más de lo que compra ahorra la
diferencia; es cierto, en suma, que hay, como dicen los proteccionistas, una
economía nacional, que dicta el régimen conveniente para los cambios
internacionales de cada pueblo; el error está en las diversas aplicaciones que se
hacen de ese principio, y sobre todo en pensar que es licita la violencia
tratándose del cambio y que sea atribución de los Gobiernos el dirigir el
comercio de las naciones.