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paneer meee RIMES 3. Habitus, illusio y racionalidad Bl empleo que nied ace dela oc de intents ha moti com frewencia lx tin Eamonn! yt pl te dep rs me La nocin de interés se me ha mpristo como um instrament de ruptara on tna aatropolog fica, con tna concepeion ingemsa de Ia condita fimana, que predominsban cuando comenee a trabajar en fiw cencat Socales HE cto en varias ocasiones un comentario de Weber a propio {el derecho, segn el cual lov agentes seals sla bedecen af eg cla tedden que el nerés qu tenga en obedecerla supere a que te ‘tsobedcecria Tan rudo principio matriaista nox recuerd que, aes de imenar deseabrir ls regs conforme alas cuales actdan fos agentes, Alberiames pregantaos qué cso que viehe cliente a estas rel En eet del socolota de etry de lo nteleetales, de donde stan particularmnente exci y donde rela especialmente exaaloss, SSicomo cn rescin contra a vson dominante del univers itlectual fara, cucstonar ix idcologia de ftihanbende ualigee,inroduje 1 res Prac. te apaye en Weber quien atizaba el modelo te eva ior interes eapeiicon de los grandes provago tina del juego regio, es det, tos scendats, profetasybrajos (19TH, 167, Altos prefiero wiles el trina, puesto que sempre aad a interesce pectic sue 408, vez, prespueten y productos del Tuncionaniento de campos hstriamente debmitados,De odo pura for la plana “interes ha suscado le acunacin rela de economilsm®, Puestd que a toldad de mi srs ba eatado orentady, desde ef princpio nua reducrin de todas as practic ala ceonomin De hecho eo iscmpleo exta nocign se hall servicio de un ederim delberad0y Drowhemal que me permite introduc! inode materialist de pensamiem© Eira cafertculturd de a tal fue histricamente expulsada cuando se ” 80 RESPUESTAS inventé Ja visi6n moderna del arte y cuando el campo de la produccién cultural conquisté su autonomia (1980h, 1987d). Para entender la nocién de interés, es menester advertir que ésta no sdlo se opone a la del desinterés o la gratitud, sino también a lade indiferencia. Ser indiferente significa no sentirse motivado por el juego: lo mismo que al asno de Buridan, este juego me deja indiferente 0, como se acostumbra decir, me da igual. La indiferencia es un estado axiolégico de no-preferencia y, al mismo tiempo, un estado de conocimiento en el cual soy incapaz de distin- ir entre las apuestas propuestas. Tal era la meta de los estoicos: alcanzar un estado de ataraxia (atarexia significa impasibilidad). La illusio es lo contrario de Ja ataraxia: se refierc al hecho de estar involucrado, de estar atrapado en el juego y por el juego. Estar interesado quiere decir aceptar que lo que acontece en un juego social determinado Uene un sentido, que sus apuestas son importantes y dignas de ser emprendidas (1989i). Esto significa que el concepto de interés, tal como lo concibo, es entera- mente distinto del interés transhistérico y universal de la teoria utilitarista, universalizacién inconsciente de la forma de interés que genera y exige una economia capitalista. Lejos de ser una invariante antropologica, el interés es una arbitrariedad histérica,? una construccién histérica que sdlo puede conocerse mediante el andlisis histérico, ex post, a través de la observacion empirica, y que puede ser deducido a priori de una concepcién ficticia y a todas luces etnocéntrica del “Hombre”. Por tanto, esto wnplica que existen tantos “intereses” coma campos, que cada campo presupone y genera, de manera simultdnea, una forma especifica de interés incon- mensurable con. los intereses vigentes en otras partes. Cada campo define y activa una forma especifica de interés, una illausio especifica como reconocimiento tacito del valor de las apuestas propuestas en el juego y como dominio practico de las reglas que lo rigen. Ademas, este interés especifico implicito en la participacion en el juego se diferencia de acuerdo con la posicién ocupada en el juego (dominante en relaci6n con dominado u ortodoxo en relacién con hereje), y segtin la trayectoria que conduce a cada participante a esta posicion. Ademds de las nociones de interés e inversion, usted “tomo prestados” del lenguaje econdmico diferentes conceptos, tales como mercado y capital (por ejemplo, 197 Id, 1986g), los cuales evocan el modo de razonamiento econdmico. Mas atin, sus primeras investigaciones, lo mismo que sus trabajos mas recientes, comparten el rasgo comain de situarse en el dvea de la sociologia econdmica.* Sus trabajos inictales acerca de los campesinos y trabajadoves argelinos (1 958, 1962d, 1963, 1972a; Bourdieu, Darbel, Rivet y Seibel, 1963; Bourdieu y Sayad, 1964) intentaban, enire otras cosas, explicar el surgimiento de wna disposicién racional calailadorva -el habitus del homo HABITUS, ILLUSIO Y RACIONALIDAD 81 oeconomicus- entre ef proletariado argelino, ast como las consecuencias socioeco- némicas de la incapacidad del subproletariado para dominay estas disposiciones exigidas por la economia capilalista brutalmente impuesta por el colonialismo francés. En su més reciente estudio acerca de la economia de la producctén y el consumo de la vimenda individual en Francia, analizada como un campo (1990b, 1990f, 1990¢; Bourdieu y de Saint Martin, 1990; Bourdieu y Christin, 1990), usted examina, por una parte, la pénesis social del sistema de preferencias y esivategias de los compradores y, por la otra, la organizacién y la dinamica espacial de los vendedores (las empresas inmobiliarias) y de las productos. Ahi descubre que el Estado -o el “campo burocratico”- desemperia, para ambas partes, un papel esencial, al estructurar su lugar de encuentro, el mercado, una construccién sociopolitica resul- tante de la vefraccién, en diferentes niveles territoriales del campo burocrdtico, de las demandas de una vaviedad de agentes sociales y econdmicos desigualmente armados para imponer la consideracién de sus intereses. éEn qué se distingue su enfoque tedrico sobyve el “enfoque econdmica” de la accion social? Lo unico que comparto con la ortedoxia econdmica (me refiero aqui a la corriente, por cierto muy diversificada, que hoy dia domina en la ciencia econdéimica, la cual constituye un campo altamente diferenciado) son algunas palabras. Veamos la nocion de inversién. La entiendo como la propensién a actuar que nace de la relaci6n entre un campo y un sistema de disposiciones ajustadas a dicho campo, un significado del juego y de sus apuestas, que implican, al mismo tiempo, una inclinacién y una aptitud para participar en el juego, estando ambas social e histéricamente constituidas y no universal- mente dadas. La teoria general de la economia de los campos que se elabora de manera progresiva, de generalizaci6n en generalizacién (Ilevo mucho tiempo trabajando en un libro donde intento aislar, en un plano mas elevado de formalizacién, las propiedades generales de los campos), nos permite describir e idenuficar la forma especifica que los mecanismos y conceptos mas generales, como los de capital, inversién e interés, revisten en cada campo, lo cual evita todas las especies de reduccionismo, empezando por el economicismo, que sélo reconoce el interés material y la busqueda delibera- da de las maximas ganancias monetarias. Una ciencia general de la economia de las practicas que no se limite artificialmente a las prdcticas socialmente reconocidas como econdémicas debe tratar de comprender el capital, esta “energia de la fisica social” (1980f, p. 209), bajo todas sus formas y descubrir las leyes que rigen su conversion de una especie a otra. He demostrado que hay tres clases fundamentales de capital (cada una de ellas con subespecies): el econémico, el cultural y el social (1986g). A estas tres formas, hay que anadir el capital simbdlico, que es la modalidad adoptada por una u otra de dichas especies cuando es captada a través de las categorias de percepcion que reconocen su légica especifica 0, si usted prefiere, que desconocen el caracter arbitrario de su 82 RESPUESTAS posesion y acumulacién.° No me detendré aqui en la nocién de capital economico. Analicé las particularidades del capital cultural, al cual habria que denominar en realidad capital informacional —para conferir a esta nocion una completa generalidad— y que existe bajo tres formas, es decir, en los estados incorporado, objetivado e institucionalizado.® El capital social es la suma de los recursos, actuales o potenciales, correspondientes aun individuo o grupo, en virtud de que estos poscen una red duradera de relaciones, conocimientos y reconocimientos mutuos mas 0 menos institucionalizados, esto es, la suma de los capitales y poderes que semejante red permite movilizar. Hay que admitir que el capital puede revestir una diversidad de formas, si se quiere explicar la estructura y dinamica de las sociedades diferenciadas. Por ejemplo, para dar cuenta de la forma del espacio social en viejas naciones democraticas, tal como Suecia, o en las sociedades de lipo soviético, es necesario considerar la especie particular de capital social que constituye el capital politico, capital capaz de procurar privilegios y ganancias considerables a la manera del capital econdémico en otros campos sociales, al llevar a cabo una patrimonializacion de los recursos colectivos (a través de los sindicatos, en el primer caso, y del partido comunista, en el segundo). La economfa ortodoxa ignora el hecho de que las practicas pueden tener otros principios que las causas mecanicas o la intenciédn consciente de maximizar la utilidad, y que pueden obedecer, empero, a una Idgica econo- mica inmanente: las practicas tenen una economia, una raz6n inmanente, que no puede reducirse a la razén econdémica, porque la economia de las practicas puede definirse con referencia a gran variedad de funciones y fines. Reducir el universo de las formas de conducta a la reaccién mecanica 0 a la accién intencional imposibilita esclarecer todas las practicas que son razona- bles sin ser el producto de un designio razonado y, menos atin, de un calculo consciente. Usted esclarecid los concepios de campo y capital. Existe una tercera categoria central que constituye un prente entre ellos, porque postula el mecanismo que “ovilla” a los agentes a. adoptay tal o cual estrategia, subversion 0 conservacton. o, por decirlo asi, a permanecer indiferentes al juego o a salirse del mismo: la nocion de habitus’ permite rearticular los conceplos aparentemente econdmicos de capital, mercado, interés, etc., parva convertivlos en un modelo de accion profundamente diferente de aquél de la economia. Tantas veces he ahondado en el significado y la funcién del concepto de habitus que me incomoda volver sobre el tema, a sabiendas de que sdlo podria repetir lo ya dicho, pero simplificando todo y sin esclarecer nada... Aqui, me concretaré a senalar que esta nocién tiene como funcién principal la de marcar la ruptura con la filosofia intelectualista (¢ intelectualocéntrica) de la accién, representada en. particular por la teoria del homo oeconomicus HABITUS, ILLUSIO ¥Y RACIONALIDAD = 8&3 como agente racional que la llamada Rational Action Theory ha puesto de moda en fechas recientes, a pesar de que numerosos economistas la han repudiado (muchas veces sin decirlo de modo explicito o sin saberlo). Para dar cuenta de la légica real de la practica (expresi6n que constituye, en si misma, una auténtica alianza de palabras, puesto que lo propio de la practica es ser “ldégica”, tener una légica —picnso en la practica en apariencia mas ilégica, que es la accion ritual—, aunque no se origine en la ldgica), propuse una teoria de la practica como producto de un sentido practico, de un sentido del juego socialmente constituido. Se trataba para mi, en un principio, de describir las formas mas humildes de la practica, las acciones rituales, las elecciones matrimoniales, las conductas econémicas cotidianas, etc., escapan- do tanto del objetivismo de la accién, entendida como reaccién mecanica carente de agente, como del subjetivismo, el cual describe la accién como la realizacion deliberada de una intencién consciente, como libre propdsito de una conciencia que establece sus propios fines y maximiza su utilidad mediante el calculo racional. Pero esta nocién, con respecto a la cual debo senalar que designa ante todo una postura 0, si se prefiere, un habitus cientifico, es decir, una manera peculiar de construir y aprehender la practica atendiendo a su “légica” especifica, particularmente temporal, tiene también como funcién la de marcar la ruptura con otra oposicion, igualmente funesta y, sin duda, mucho mas dificil de superar: contra el empirismo, la teoria de la practica como practica, plantea que los objetos de conocimiento son construidos y no pasivamente registrados; contra el idealismo intelectualista, dicha teoria recuerda que el principio de esta construccion no es el sistema de las formas aprioristicas y de las categorias universales propias de un sujeto ascenden- tal, sino esta suerte de trascendente historico que es el habitus, un sistema socialmente constituido de disposiciones estructuradas y estructurantes, ad- quirido mediante la practica y siempre orientado hacia funciones practicas. De acuerdo con el programa sugerido por Marx en las Tesis sobre Feuerbach, la nocién de habitus intenta posibilitar una teoria materialista del conoci- miento que no relegue al idealismo la idea de que cualquier conocimiento, ingenno o cientifico, requiere un trabajo de construccién; sin embargo, recalca que este trabajo no tiene nada en connin con un abajo meramente intelectual y que se trata de una actividad de construccion, incluso de reflexion practica, que las nociones comunes de pensamiento, conciencia y conocimiento nos impiden concebir adecuadamente. Todos aquéllos que han empleado antes que yo este antiguo concepto u otros similares, como los de ethos o hexis, se inspiraban, en mi opinién (aunque no siempre lo hayan sabido claramente), en una intencidn tedrica préxima a la mia, es decir, en el deseo de escapar tanto de la filosofia del sujeto, pero sin sacrificar al agente, como de la filosoffa de la estructura, pero sin renunciar a tener en cuenta los efectos que ella ejerce sobre el agente y a través de él. Ahora bien,

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