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%6 MURTTES PARA LA TISTORIA COLONIAL DE VENEEURLA Estos critetios de andlisis no se proponen revivit Jas ai ‘jas dispu- fas enire las leyendas negea y dotada, sino confrontar distinear aprecia ciones sobre =I amado Descubrimiento de América, a pactit de Io cual Patecen confitmatse las conclusiones de Xavier ‘AIb6 quien ha explica- co que “Tras In conguists el resultado paulatino es que Ja cultura de fos grupos conguistados, aunque conserve su autonomia en nachos ‘spectos, pietde su independencia radical, sobre todo a nivel politico y ‘poco a poco va petdiendo otros muchos elementos. Sus estructuras eco. némica, social, religiosa, expresiva y axiolégica, a peser de sus notorias peculiatidades, van quedando reinterpretadas ea funcién de la nueva situscién de dominacién en que han quedado enmarcadas” Lo anterior convoca cada vez oueves, y mds altos niveles a la autoconciencis histérica de América, especialmente en el umbral del V Centenatio... Quizés por eso el escritor argentino Abel Posse afir maba en ua articulo y a propisito de este tltimo asunto: “Los ameri. canos cteemos que decir toda Ja verdad es un exorcismo necesario’”™ + Lia, Edics. El Visrey, 1985. Estudios: Narisa Wactrret. Lor vercidos, Lor indics det Perd frente a le Conguista expetols (1930-1570). Madsid, Alfanza, 976; Franklin Pease, Del Tawantinausy a Ia historia del Pers ima, Tnsinito de Estudios Peruano, 1978, 23. Kavrer Atw6, EI futuro de los idiomas oprimidos ex lor Andes. Liton, Unie veisided Nacional Mayor de San MatcosCentro de Lingilstica Aplicada (Document 33), 1977, pp. 23. 28. Ave Pose. “El descomunal visje del deveubsimiento de América (y de Europa)". Papel Literario de El Necional. Caracas, 27 de occubee de 196% 2 LA SEMIOSIS COLONIAL: LA DIALECTICA ENTRE REPRESENTACIONES FRACTURADAS Y HERMENEUTICAS PLURITOPICAS WALTER D. MIGNOLO University of Michigan Eas Coibea ¥ duresloucraeiyie: ol Sujet? on ‘la witura labwoamen cana Doareir Gourds AR SHeplean y Loews elena , Costigan ects. Cacaces. Un. Samen Bouwar ¥ The Clic Stale Uuivessety pp 4t-4F age aaa La intoduccién reciente de la expresién “ vecabulasio de los estudios literarios ‘coloniales smi opi iscutso colonial” en el abti6 ss puertas, en 2 una distribucisn alternativa del drea que habfa sido hasta hace poco (y todavia lo sigue siendo), denominada “litetatuca colonial” ula extensisn (en términos ldgicos) de “diseurso colonial” abarca todo tipo de acciones y objetos discursivos relacionados con y producidos £2 sitwaciones cofoniales, dosde las Capitulaciones de 1492 hesta Le Tempested, desde las Oxdenanzas Reales haste Ia mis cuidada prosa’o solisticada rica gongorina. Las ventojas que presenta el concepte “éiscurso colonial” sobre el de “literatura colonial” fueron, para ef, fnortmegs Hit posible, por un lado, Ja expamsién de los critetos belo los cevales fue establecido el canon de Ja literatura colonial, Aunque, mis importante ain, hizo posible la reletivizacidn det concepto de “tierscura” el cual, especialmente en sisuacianes coloniales, es, doble. mente probleintico. La expresién “literaria eclonial” designa un canon que depende de los criterios discursives esteblecidos por los centcos metropatiizags y es, por fo tanto, doblemente problematice. En primer lugar, porque Is produceién “Iitereria” en las colonias y en el lengusie de las uluoras colonizadas es, en la mayoria de los casos, epigona de Js produccisa Iiteraria vigente en las cultures colonizadoras. En segundo logar, porque ef nowbre “Literatura” es difcilmente un tétinino adecun, do para ser aplicado « las producciones discutsivas amerinliss. (funda mentalmente orales) y a sus producciones eseritas (fundamentalnenie Pictoidsogrificas, con la complicaciin que oftecen Jos guipus Incas, los Gules ao se avienca a Ja deliniciin de escitura vigante en la Europa del siglo avi). La introduecisn de Ia cscritura alfabética en cites sectores de In poblacién emerindia durante al sigly xvt no ambi el eistcamente panctara. La jnscripcién en esctivuraalfabéicy, que provenfa de una tredicidn oral, de ottos sistemas de esctitura 0 de oa combinacién de ambos medios communicatives (somo el Popol Vuh o el Chitown Dotone a ie 20 FUENTES PARA LA IsISTORIA coLetmAL DB yaRtEEUELA de una poblacign quienes, hacia mediados del siglo xv1, fueron forzados a cambiar sus hi bites escrituratios, 0 pot parte de los ‘espafioles intere- satlos en comprender Jas culturas.ererindiss (tales como. la fijecion excrita de los huebuetlatollé en México 0 los relatos de Hwarochiri, en Peri), no fue una condicién suficiente pa Pictorideograticos © tejidos (como di Prim relator orsles, los quipus) en literatura, (Radicati igo 1949-50). La negacién de cvalidades “litetatias” a la discursiva amerindia no es, por cierto, un juicio de valor egative, ni tampoco una sugerencia de su inferioridad cultural. Las cosas hubieran sido vistas asi, sin duda, por parte de los leivados ‘curopeos del perfodo colonial,;Pero, claro estd, no setla cémodo pare Rosotros seguir viendo Jas cosas de Ia misma manera. Por eso es impor. ante modificar fos criterios mediante los cuales recouocemos catego- Thaamos Ja “literatura” y, sobre todo, verla como una prictica regional ¥ europea, mas que como un universal de la humanidad al cual todas ignifica, en cambio, reconocer que “liters. las culturas deben aspitar. Si tara” es un concepto regional, culturalmente dependieate y no un universal de la cultura, Pot Jo tanto, mi juicio sobre las produccisnes semidticas (orales, picto-ideogrificas, textiles y también lfabéticas) no es una negacién o una identificacién de lo que no tienen (como encom. ‘ramos en Jos juicios de esctitores europeos dorante el siglo xv1), sino lun reconocimiento enfitico de la diferencia de Jo gue tienen EL concepto de “discurso colonial!” abrié las puertas pera todo este tipo de consideraciones Jas cuales pusieron de manifiesto, al mismo tiempo, sts propios limites. Esto es, “discursS" es un témino que se queda corto pata comprender todas las prfcticas semidticas arriba men sionadas, puesto que es ua concept que ha pasado a designar produce cionss otaies y escritas en escritura alfabética, Al hacer esta observacién hho estoy personalizando una ctitica a Hulme (1987), a quien eité como tuna referencia importante en Ja introdaccién’ del concepto. Hulme dejé aclatado que en el rea en Ia cual 1 condyjo su investigacisn (el catibe extendido; Ia mayor docamentacién era de origen Europeo y, por lo tanto, 0 se enfrenté con Jos problemas generados por el cacventro entre pettonas con diferentes sistemas de escritura, campo de reflexién a otras areas, tales como la andina cana, Jes necesario dar cuenta de una amplia gama de interscc semisticas que sobrepasan el dominio de la letra y Ja literatura, cusndo por literatura entendamos en un sentido amplio todo lo alfabé ticamente escrito, La nocién de “discurso”, Ia cual implica tanto a las CRITICA x pEsconONTZACION: Bt SusBte’ coLOHsAL, 3h manifestaciones otales como a las alfabéticamente esctitas, no es quizés a mejor alternativa para dar cuenta de interaccioncs semisticas entre diferentes sistemas de escritutg, Hl alfabeto latino (Wallace 1989) intro decide por los espatioles (Mignolo 1989a), la escritura pictoideogedfien de Jas culturas mesoameticanas (Len Portilla 1961; Bricker 1986), y los quipus en los andes (Radicati di Primelgio 1949.50; Cummins 1991) bosquejan un sistema particular de intetacciones que caracterizan perioda colonial si no en su “Literatura”, sin duda en su semiosis (C8 interacciones a través de distintos sistemas de signos). Si limitéramos, en cambio, el uso del convepto de discurso para referitnos a les interacciones orales y reservésamos el de texto pata fas interacciones eseritas, deberfamos extender aste iltimo més alld del dominio de los documentos alfsbéticamente escritos de tal modo que comprendiera toda produccién semistica mediante distintos tipos de signos. Si digramos este paso honrasiamos el sentido original de texto, (“tejido", “textil”), reintrodacido en la tcoria del lenguaje por Bhuler (1934) (Lotman 1972; Mignolo 1978: 104-105), podrlamnos justifi cat la inclusién de los guipus en un sistema de interscciones en el cual or “escritura” se entendié siempre un4 acxiéa sjercida sobre superficies plans, sea esculpido o pintadoy En la Edad Media latina “escribir” era andlogo de “stat”. En las Tenguas’anglosajonas ‘writing’ proviene de verbos que designan también “‘esculpir”. El gricgo “graphein”, de donde precede Ja familia de palabras, detivadis de ““grafia”, significa también pintar 0 disefiar. Cutiosamente, Jos quipus son los’ que més se ecercan al sentido otiginal de texto y de tejer, aunque no de manera obvia, por los seatidos asumidos por les palabras coa que se design’ la escritura, Es decir, a escritura conto actividad se concibié en sérminos de “arar”, “grabar” 0 “esculpir”. El texto, corto producto, ce concibié en términos de “tejido” y de “text” Puesto-que en el catmpo de los estudios coloniales debemos dat cuenta de un complejo sistema de interaccione: semidticas corporizadas en discursos orales y en prochictos textuales, nos es necesatio un con expta como el de “semiosis colonial”, el cual rene Ia ventaja de libe- samos de la tiranfa de Jos conceptos forjados sobre la experiencia de la escritara alfebetica y Jn desventaja de multiplicar una abundante termainologia ya existente. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, y es asf que “semiosis colonia)” puede encontrar su lugar en expresiones ya acufiadas y respetables tales como “historia colonial”,

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