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Introducción

En el sitio se levantó un perfil de suelo con la finalidad de conocer las características de


cada capa encontrada y, además, de aplicar los conocimientos adquiridos en clase tales
como: textura, formación del suelo, textura o determinación de pH.
El perfil del suelo es una exposición vertical de las capas que lo forman. Para poder
tener un perfil previamente hay que cavar un hoyo según las necesidades y finalidad del
estudio. A través de un perfil es posible ver e identificar las distintas capas que forman
el suelo y de el orden de en el cual están asentadas cada una sobra la otra, del mismo
modo y mediante estudios posteriores es posible determinar los procesos edafogénicos
que han creado tal suelo. Así a partir de un perfil es posible identificar y comprender en
parte los cambios que se van dando a lo largo del tiempo en un suelo. Tales cambios
pueden ser incorporaciones de material, extracciones de materia, cambios en una
cuenca, cambios en un clima, cambios en la vegetación o inclusive la evolución misma
del clima de un determinado lugar. Aunque en el caso de esta práctica no era esa nuestra
finalidad, sino caracterizar a cada estrato de suelo a partir de ciertos parámetros tales
como lo son: color, estructura, consistencia, textura, presencia o ausencia de carbonatos
de calcio (CaCO2), presencia de materia orgánica y lo que se conoce como motas o
cambios bruscos en el patrón de color del suelo. De esta manera se tienen al menos los
fundamentos para separar e individualizar cada capa de acuerdo a sus propiedades y con
base en esto aplicar los conocimientos directamente a la agronomía; por citar algunos
ejemplos podemos anticipar el grado de fertilidad de un suelo sabiendo si es arenoso o
arcilloso, planear que tipo de cultivos se adaptan a la profundidad del mismo, a las
condiciones de pH, relacionado con lo anterior podemos saber si es necesaria una
corrección de pH o si se debe de mejorar la estructura del mismo para favorecer el
drenaje y la aireación mediante la incorporación de materia orgánica, etcétera. Aunque,
como ya se mencionó, es solo parte de lo que se requiere para tener un plan completo de
manejo y uso del suelo, puesto que otras formas son conocer con exactitud el grado de
fertilidad, textura, pH, densidad real y aparente, velocidad de infiltración y otras
variables más que se deben de determinar con precisión en el laboratorio.

Descripción de un perfil de suelo


Ahora, porqué es importante realizar un perfil del suelo y caracterizar las diferentes
capas que yacen una sobre la otra, puesto que como ya se sabe: la edafización actúa
desde la superficie y va perdiendo su intensidad conforme profundizamos en el perfil
del suelo, el material se altera de un modo diferencial y como resultado de la actuación
de estos procesos de meteorización y translocación se pasa de un material homogéneo o
uniforme, como es la roca, a un material heterogéneo, estratificado en capas con
diferentes propiedades como es el suelo; es decir, se produce la horizonación del
material. Y es precisamente esta característica, representada por la variación regular de
las propiedades y constituyentes del suelo en función de la profundidad, la característica
más representativa de los suelos, rasgo que los diferencia claramente de las rocas que
les dieron origen. Por lo cual se forma lo que nosotros llamamos horizontes, aunque
dentro del mismo suelo hay transferencias, adiciones externas, sustracciones externas y
transformaciones las cuales varían aun más las características de cada horizonte.
Los horizontes edáficos son capas aproximadamente paralelas a la superficie del
terreno. Se establecen en función de cambios de las propiedades y constituyentes (que
son el resultado de la actuación de los procesos de formación del suelo) con respecto a
las capas inmediatas.

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Los horizontes se ponen, normalmente, de manifiesto en el campo, en el perfil del suelo,
pero los datos de laboratorio sirven para confirmar y caracterizar a estos horizontes.

Propiedades para detectar un horizonte en el suelo


Generalmente bastan solo tres propiedades para establecer la horizonación de un suelo:
color, textura y estructura, aunque otras propiedades, como la consistencia, son a veces
de gran ayuda. El más mínimo cambio detectado (en una sola o en varias de estas
propiedades) es suficiente para diferenciar un nuevo horizonte.

Horizontes en el suelo
O1. Capa de hojarasca sobre la superficie del suelo (sin saturar agua; >35%), frecuente
en los bosques. En esta se puede distinguir gran parte de la materia orgánica original y
se encuentra en pleno proceso de descomposición.
O2. En esta capa la transformación ya ha avanzado hacia la humificación o
mineralización; es la capa subsecuente al primer horizonte O1 y ambas constituyen el
horizonte orgánico del suelo. Ambos tienen una reacción violenta al H2O2 método por
el cual se determina cualitativamente la presencia de MO.
A. Formado en la superficie, con mayor % materia orgánica (transformada) que los
horizontes situados debajo. Típicamente de color gris oscuro, más o menos negro, pero
cuando contiene poca materia orgánica (suelos cultivados) puede ser claro. Estructura
migajosa y granular. Puede existir una reacción al H2O2 , esto en suelos orgánicos.
E. Horizonte de fuerte lavado o de eluviación, es decir que por acción del agua
transfiere muchos materiales que se suspenden en la misma hacía otros horizontes, de
manera principal al horizonte B. Típicamente situado entre un A y un B. Con menos
arcilla y óxidos de Fe y Al que el horizonte A y el horizonte B. Con menos materia
orgánica que el A. Muy arenosos y de colores muy claros (altos values en la escala de
Münsell). Estructura de muy bajo grado de desarrollo (la laminar es típica de este
horizonte).
B. Horizonte de enriquecimiento en: arcilla (iluvial o in situ), óxidos de Fe y Al
(iluviales o in situ) o de materia orgánica (sólo si es de origen iluvial; no in situ), o
también por enriquecimiento residual por lavado de los carbonatos (si estaban presentes
en la roca). De colores pardos y rojos, de cromas (cantidad de color) más intensos o hue
(tonalidad del color) más rojo que el material original = horizonte C. Con desarrollo de
estructura edáfica (típicamente en bloques angulares, subangulares, prismática).
C. Material original. Sin desarrollo de estructura edáfica, ni rasgos edáficos. Blando,
suelto, se puede cavar con una azada. Puede estar meteorizado pero nunca edafizado.
Por lo cual se dice que es un material no consolidado, recibe el nombre de Regolita.
Además según la edafización del suelo lo primero que se forma es un horizonte “C” que
surge a partir de la roca madre que ha sufrido un proceso de intemperismo, el cual
puede ser físico, químico o biológico, a este horizonte C ya se le puede denominar suelo
como tal, aunque aun es muy somero
R. Material original. Roca dura, coherente. No se puede cavar. A partir de este materia,
mediante la intemperización, obtenemos el suelo, y es importante saber que muchas de
las características del suelo son proporcionadas por este material , por ejemplo: el pH
será con tendencia acida si el suelo proviene de rocas volcánicas, será un andosol su
proviene de rocas ígneas, será de pH básico si lo originaron calizas y también del tipo
de roca dependen las arcillas que se formen. Por lo tanto este, al ser el material inicial le
confiere muchas de las características a los suelos in situ. Puesto que cuando un suelo se

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formó por acarreamiento de material (ex situ) las características ya no dependerán al
cien por ciento de la roca madre.

Horizontes de transición y mezcla


Dentro del mismo suelo puede haber una mezcla entre los elementos del suelo, lo cual
se conoce como horizontes de transición y horizontes mezcla, principalmente cuando la
diferenciación entre uno y otro es difusa.
Horizontes de transición. Se presentan cuando el límite entre los horizontes inmediatos
es muy difuso, existiendo una capa ancha de transición con características intermedias
entre los dos horizontes. Se representan por la combinación de dos letras mayúsculas
(p.ej., AE, EB, BE, BC, CB, AB, BA, AC y CA). La primera letra indica el horizonte
principal al cual se parece más el horizonte de transición.
Horizontes mezcla. En algunas ocasiones aparecen horizontes mezclados que constan de
partes entremezcladas. Están constituidos por distintas zonas en cada una de las cuales
se puede identificar a un horizonte principal (en la misma capa existen trozos
individuales de un horizonte completamente rodeados de zonas de otro horizonte). Se
designan con dos letras mayúsculas separadas por una raya diagonal (p.ej. E/B, B/C); la
primera letra indica el horizonte principal que predomina.

Como describir un horizonte en el suelo


Descripción del Perfil y de sus horizontes.
Para el estudio de los horizontes ha de hacerse una completa descripción de sus
características morfológicas, en el campo, junto a un completo análisis de sus
propiedades físicas y químicas, en el laboratorio.
En líneas generales los datos se refieren:
Al medio ambiente en el que se encuentra el suelo: localización geográfica, roca,
relieve, vegetación y uso, clima, drenaje,...)
A los horizontes en sí mismos. Con datos de campo (espesores, textura, estructura,
color, consistencia,... y límite) y datos del análisis del suelo en el laboratorio: análisis
físicos (granulometría, retenciones de agua, densidades,...), químicos (materia orgánica,
N, CaCO3,...), fisicoquímicos (pH, capacidad de cambio iónico, Eh, conductividad,...) y
micro morfológico.
Con todos estos datos podrán establecerse interesantes conclusiones acerca del la clase
de suelo, de sus propiedades, de su formación, de su fertilidad y de su uso más racional.

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Resultados de la práctica

Descripción del lugar


Ubicación
Perfil descrito con finalidad de hacer una práctica de campo; en Chapingo, México,
dentro de la tabla agrícola de Suelos en “el Ranchito”.
El perfil se levó a cabo el día 22 de Septiembre del año 2007. Realizado por el equipo
ocho de edafología.
Dicho perfil se ubica dentro de estas coordenadas aproximadamente, puesto que no se
contaba ni con altímetro ni con un GPS para determinar exactamente el punto, pero se
estima el siguiente:
LATITUD: 19°29'05" N. LONGITUD: 098°53'11" W. ALTURA: 2,250.0 MSNM
Cuenta con un clima del tipo Cw con una precipitación de: 604mm anuales en
promedio.

Vegetación
La vegetación nativa es principalmente matorral, algunas confieras como sabinos y
cedro blanco y especies como el pirul. El uso del suelo es predominantemente agrícola,
en el sitio exacto del perfil se encontraban cultivos de maíz con fines experimentales.

Relieve
El relieve es plano, en si se encuentra dentro de lo que se conoce como el valle de
México y por lo tanto los suelos en su mayoría provienen de material arrastrado desde
las partes altas, ya que el valle se encuentra rodeado de montañas como el cerro Tlaloc
que se encuentra justo detrás de los campos donde se realizó el perfil.
La pendiente aproximada del lugar es de un 2-3% la cual se presenta de manera regular,
puesto que el lugar, como ya se mencionó, es plano.
Dentro de este mismo punto podemos decir que el drenaje va de regular a bueno por la
pendiente misma del lugar.

Pedregosidad superficial.
La pedregosidad superficial es nula, de hecho no se encontraron rocas en la superficie
donde se llevó a cabo la práctica.

Erosión
La erosión puede ser moderada a escasa, puesto que solo las lluvias muy abundantes o
riegos pesados sin control pueden lavar de alguna manera el material superficial.
También podrían aumentar la erosión las llamadas tolvaneras que se presentan en otoño,
pero el hecho de que la tierra está cubierta de cultivos se minoriza la erosión.

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Resultados dentro del perfil

Capas vistas 1 Capa arable 2 capa A1 3 Capa A2 4 Capa A3


Profundidad 0-22cm 22-47cm 47-61 61-94
granular con
tendencia
Estructura granular granular columnar migajón arenoso
Consistencia del ligeramente
no adherente no adherente no adherente
suelo mojado adherente
Plasticidad del ligeramente
suelo mojado Plástico plástico no plástico no plástico

Consistencia del
suelo en húmedo Friable suelto suelto suelto
Textura arcillo arenoso franco arenoso arenoso arenoso
3/1 very dark
Color grayish brown gray 3/2 very dark 1/2 dark grayish
Presencia de
carbonatos No No No No
Presencia de
materia orgánica Poca no hay presencia no hay presencia no hay presencia
Presencia de
manchas No No No No
Presencia de
raíces si si escasas nula

Interpretación de resultados
Con respecto a la tabla anterior podemos resumir que: los suelos son fértiles por su
tendencia y contenido más o menos equilibrado de arcilla-limo-arcilla, en especial las
dos primeras capas que son la capa arable y la A1. Después podemos deducir que no son
suelos calcáreos por provenir de rocas volcánicas, no pudimos comprobar nuestra teoría
de una ligera acidez del suelo por provenir de rocas ígneas, pero si comprobamos que el
suelo no era formado in situ, sino que es resultado del arrastre de materiales quizá por el
río Texcoco, por el hecho de que formaba parte de lo que es el exlago de Texcoco, y a
que está rodeado de cerros encontrándose en la parte baja de la cuenca.
Por lo cual podemos decir que: el suelo está formado por material de arrastre
proveniente de rocas volcánicas cercanas o presentes en las partes altas como los cerros
que rodea al valle de México, de esta forma los suelos tienen una escasa presencia de
carbonatos y la materia orgánica es consecuencia del cultivo sobre el suelo, puesto que
por las condiciones del clima y vegetación es prácticamente imposible acumular mucha
materia orgánica sobre el suelo. Además de que el suelo es de uso meramente agrícola
lo cual ha afectado ciertas características como la pendiente o cantidad de sales en el
mismo, esto último debido a la fertilización y riegos que se dan sobre el mismo. La
primera capa, obviamente, es está constituida por la materia orgánica, luego la capa
arable y después el resto constituido por lo que llamamos capas A1, A2, A3; después de
estas se encuentra quizá un horizonte C porque se llegó a encontrar un material muy
arenoso y con rocas en proporción considerable en el lecho del perfil.

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Clases de suelos y su relación con los horizontes
El suelo y sus horizontes
Existen básicamente tres tipos de suelos: los no evolucionados, los poco evolucionados
y los muy evolucionados; atendiendo al grado de desarrollo del perfil, la naturaleza de
la evolución y el tipo de humus.

Los suelos no evolucionados


Estos son suelos brutos muy próximos a la roca madre. Apenas tienen aporte de
materia orgánica y carecen de horizonte B.
Si son resultado de fenómenos erosivos, pueden ser: regosoles, si se forman sobre
roca madre blanda, o litosoles, si se forman sobre roca madre dura. También pueden ser
resultado de la acumulación reciente de aportes aluviales.

Los suelos poco evolucionados


Los suelos poco evolucionados dependen en gran medida de la naturaleza de la roca
madre. Existen tres tipos básicos: los suelos ránker, los suelos rendzina y los suelos de
estepa.
Los suelos ránker son más o menos ácidos y tienen un humus de tipo moder o mor.
Pueden ser fruto de la erosión, si están en pendiente, del aporte de materiales coluviales,
o climáticos, como los suelos de tundra y los alpinos.
Los suelos rendzina se forman sobre una roca madre carbonatada, como la caliza, y
suelen ser fruto de la erosión. El humus típico es el mull y son suelos básicos.
Los suelos de estepa se desarrollan en climas continentales y mediterráneo subárido.
El aporte de materia orgánica es muy alto, por lo que el horizonte A está muy
desarrollado. La lixiviación es muy escasa. Un tipo particular de suelo de estepa es el
suelo chernozem, o brunizem o las tierras negras; y según sea la aridez del clima pueden
ser desde castaños hasta rojos.

Los suelos evolucionados


Estos son los suelos que tienen perfectamente formados los tres horizontes.
Encontramos todo tipo de humus, y cierta independencia de la roca madre. Los suelos
típicos son: los suelos pardos, lixiviados, podsólicos, podsoles, ferruginosos,
ferralíticos, pseudogley, gley y halomorfos
Los suelos pardos son típicos de los bosques templados y el tipo de humus es mull.
Los suelos lixiviados son típicos de regiones de gran abundancia de precipitaciones
en el clima templado, dominados por los procesos de lixiviación. El tipo de humus
también es mull.
Los podsoles son suelos de podsolización acentuada; es decir, tienen gran
acumulación de elementos ferruginosos, silicatos y alumínicos en el horizonte B. La
lixiviación arrastra estos elementos del horizonte A al B. El humus típico es el mor.
Los suelos podsólicos tienen una podsolización limitada. Son de color ocre claro o
rojizo. El tipo de humus es mor. Tanto este como el anterior son típicos de los climas
templados.
Los suelos ferruginosos se desarrollan en los climas cálidos con una estación seca
muy marcada. A este tipo de suelo pertenece el suelo rojo mediterráneo. Se caracterizan
por la rubefacción de los horizontes superficiales.

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Los suelos ferralíticos se encuentran en climas cálidos y muy húmedos. La roca
madre está alterada y libera óxidos de hierro, aluminio y sílice. Son suelos muy
lixiviados. Estos suelos pueden tener caparazón si se ven sometidos a la erosión o a
migraciones masivas de coloides.
Los suelos gley son suelos hidromorfos, en los que los procesos de descomposición
de la materia biológica se hacen de manera anaeróbica, y la carga orgánica es abundante
y ácida. Se encuentran en condiciones de agua estancada. Es un suelo asfixiante, poco
propicio para la vida. La presencia de agua es permanente, como ocurre en la orilla de
los ríos y lagos. Es de color gris verdoso debido a la presencia de hierro ferroso.
Los suelos pseudogley son semejantes a los gley; pero la capa freática es temporal,
por lo que se alternan los períodos húmedos con los secos. Este suelo y el anterior
suelen tener humus de turba.
Los fenómenos de hidromorfia son los responsables de la lixiviación de los suelos y
de la capacidad de estos para contener vida en las épocas secas. Si la hidromorfia no es
muy acusada tendremos otro tipo de suelo.
Los suelos halomorfos presentan abundancia de cloruro sódico, ya sea de origen
marino o geológico. Según el grado de saturación y de lixiviación se distinguen
Suelos solonchaks, que aparecen en regiones con una estación muy seca, debido a los
fenómenos de migración ascendente de los coloides salinos, y no tiene horizonte B.
Suelos alcalinos, que aparecen en climas ligeramente más húmedos, se trata de suelos
solonchaks que reciben aportes de agua dulce.
Los suelos solonetz son alcalinos y reciben aportes minerales y orgánicos producto de
la lixiviación. Estos coloides forman un horizonte B salino, pero el horizonte A está
menos saturado.
Y suelos solods que tienen una lixiviación más intensa que los solonetz, lo que
permite que se produzcan fenómenos de podsolización.

Bibliografía

Edafología
Por Ortiz Villanueva, Godofredo Bonifacio
Chapingo, Méx. : UACH. Depto. de Suelos, 1987

Edafología
Por Duchaufour, Philippe
Barcelona : Masson, 1984

Edafología: para la agricultura y el medio ambiente


Por Porta Casanellas, Jaime
Madrid: Mundi-Prensa, 1994

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