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LA ROSA BLANCA!

En un jardn de matorrales, entre hierbas y maleza, apareci como salida de la nada una rosa blanca. Era blanca como la nieve, sus ptalos parecan de terciopelo y el roco de la maana brillaba sobre sus hojas como cristales resplandecientes. Ella no poda verse, por eso no saba lo bonita que era. Por ello pas los pocos das que fue flor hasta que empez a marchitarse sin saber que a su alrededor todos estaban pendientes de ella y de su perfeccin: su perfume, la suavidad de sus ptalos, su armona. No se daba cuenta de que todo el que la vea tenia elogios hacia ella. Las malas hierbas que la envolvan estaban fascinadas con su belleza y vivan hechizadas por su aroma y elegancia. Un da de mucho sol y calor, una muchacha paseaba por el jardn pensando cuntas cosas bonitas nos regala la madre tierra, cuando de pronto vio una rosa blanca en una parte olvidada del jardn, que empezaba a marchitarse. Hace das que no llueve, pens si se queda aqu maana ya estar mustia. La llevar a casa y la pondr en aquel jarrn tan bonito que me regalaron. Y as lo hizo. Con todo su amor puso la rosa marchita en agua, en un lindo jarrn de cristal de colores, y lo acerc a la ventana. - La dejar aqu,pens porque as le llegar la luz del sol. Lo que la joven no saba es que su reflejo en la ventana mostraba a la rosa un retrato de ella misma que jams haba llegado a conocer. -Esta soy yo? Pens. Poco a poco sus hojas inclinadas hacia el suelo se fueron enderezando y miraban de nuevo hacia el sol y as, lentamente, fue recuperando su estilizada silueta. Cuando ya estuvo totalmente restablecida vio, mirndose al cristal, que era una hermosa flor, y pens: -Vaya!! Hasta ahora no me he dado cuenta de quin era, cmo he podido estar tan ciega? La rosa descubri que haba pasado sus das sin apreciar su belleza. Sin mirarse bien a s misma para saber quin era en realidad. Si quieres saber quin eres de verdad, olvida lo que ves a tu alrededor y mira siempre en tu corazn.

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