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En la humanidad surgen de tarde en tarde, muy de tarde en tarde, por desgracia, seres verdaderamente excepcionales. Hoy son dos los que dirigen los destinos de Europa.
Mussolini... Hitler... Esos dos hombres, que por sí mismos se han "hecho", que salidos de la nada, de lo más fuerte, de lo más hondo de la humanidad, han sabido elevarse, no por intrigas, no "a fuerza de arrastrarse", sino paso a paso, haciendo los surcos y regándolos con sangre, con renovaciones, con ideas, con respetos, con hombrías, con amor a sus patrias.
Hombres que, consecuentes con la modestia de la cuna donde nacieron, no se envanecen con honores; vístense con sencillos uniformes, y sus hogares, aquellos en que vieron la luz primera, continúan modestos, continúan pobres; pero reciben visitas de reyes, proceres, sabios y pueblo. Estas peregrinaciones que se realizan a esos hogares, dicen mucho más de lo que se puede escribir en millones de cuartillas.
En la humanidad surgen de tarde en tarde, muy de tarde en tarde, por desgracia, seres verdaderamente excepcionales. Hoy son dos los que dirigen los destinos de Europa.
Mussolini... Hitler... Esos dos hombres, que por sí mismos se han "hecho", que salidos de la nada, de lo más fuerte, de lo más hondo de la humanidad, han sabido elevarse, no por intrigas, no "a fuerza de arrastrarse", sino paso a paso, haciendo los surcos y regándolos con sangre, con renovaciones, con ideas, con respetos, con hombrías, con amor a sus patrias.
Hombres que, consecuentes con la modestia de la cuna donde nacieron, no se envanecen con honores; vístense con sencillos uniformes, y sus hogares, aquellos en que vieron la luz primera, continúan modestos, continúan pobres; pero reciben visitas de reyes, proceres, sabios y pueblo. Estas peregrinaciones que se realizan a esos hogares, dicen mucho más de lo que se puede escribir en millones de cuartillas.
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En la humanidad surgen de tarde en tarde, muy de tarde en tarde, por desgracia, seres verdaderamente excepcionales. Hoy son dos los que dirigen los destinos de Europa.
Mussolini... Hitler... Esos dos hombres, que por sí mismos se han "hecho", que salidos de la nada, de lo más fuerte, de lo más hondo de la humanidad, han sabido elevarse, no por intrigas, no "a fuerza de arrastrarse", sino paso a paso, haciendo los surcos y regándolos con sangre, con renovaciones, con ideas, con respetos, con hombrías, con amor a sus patrias.
Hombres que, consecuentes con la modestia de la cuna donde nacieron, no se envanecen con honores; vístense con sencillos uniformes, y sus hogares, aquellos en que vieron la luz primera, continúan modestos, continúan pobres; pero reciben visitas de reyes, proceres, sabios y pueblo. Estas peregrinaciones que se realizan a esos hogares, dicen mucho más de lo que se puede escribir en millones de cuartillas.
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