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El experimento se planteó con un diseño factorial de efectos fijos con tres repeticiones y
cuatro tratamientos en función del tipo de sustrato, en combinación con la técnica de
inoculación. Se inocularon 75 plantas de P. radiata por tratamiento y se evaluó el nivel de
micorrización de ellas después de ocho meses mediante un análisis morfológico.
The research took place in the nursery at the Universidad Católica Del Maule where two
methods of inoculation were used: a sporal solution and dry inoculum, substrates were
perlite-vermiculite (1:1) and composted bark pine-perlite (7:3). The experiment was
stablished as a factorial analysis of variance for fixed effects design with three replications
and four treatments represented by the type of substrate combined with the technique of
inoculation. 75 Pinus radiata seedlings per treatment were inoculated, eigth monts after the
level of micorhyzal symbiosis by morphological analysis is evaluated.
According to the results it was not possible to establish the micorrización with B. Aereus,
however, was established with other species contaminants at a very low level.
Índice de Materias Página
1. Introducción 1
1.1 Objetivos 3
2. Revisión bibliográfica 4
3. Material y Método 18
5. Conclusiones 27
6. Bibliografía 28
Anexos 31
Índice de Tablas Página
Gráficos
Fotografías 36
Nº 4. Hebeloma crustuliniforme.
Las micorrizas se pueden definir como “la asociación simbiótica entre determinadas
especies de hongos del suelo y las raicillas de diferentes especies de plantas”, es decir, se
trata de la unión fisiológica y morfológica de ayuda mutua, entre un hongo y la raíz de una
planta.
Las micorrizas se desarrollan a nivel del sistema radicular, como fruto de una asociación de
mutuo beneficio, de hecho, la simbiosis micorrícica se considera la parte metabólicamente
más activa de los órganos de absorción de nutrientes de las plantas (Barea y Honrubia, 1993
citados por de Miguel 1999).
Esto implica el establecimiento de una gran dependencia entre hongo y raíz, de manera tal
que el primero se integra al sistema radical formando parte del mismo, dependiendo su
desarrollo de la planta hospedera, la cual puede tener también un amplio nivel de
dependencia del hongo, formando un sistema compacto y homogéneo.
Según el Servicio Forestal, Caza y Pesca español (2004) “se ha llegado a la conclusión de
que la inoculación de hongos debe ser una práctica habitual en cualquier vivero, comercial
o no, como factor de calidad de las producciones y como elemento corrector de
desequilibrios producidos por inadecuadas prácticas culturales, teniendo en cuenta siempre
que la especie fúngica a utilizar sea adecuada para el destino definitivo de las plantas.
Además es de destacar que existen muchas especies de hongos generadores de
ectomicorrizas, que son a su vez productores de setas comestibles, las cuales representan
una importante fuente de ingresos de muchas áreas, generalmente marginales”.
Por otro lado, el asegurar un producto silvestre que sea comestible, de alta demanda y de
comprobada calidad nutritiva, podría ejercer un fuerte impacto en la rentabilidad de las
plantaciones forestales, además de generar un impacto social por la generación de empleos.
(Chung et al, 2005)
3
1.1. Objetivos.
Objetivo general.
Objetivos específicos.
2. Revisión bibliográfica.
2.1. Micorrizas.
Las micorrizas se desarrollan a nivel del sistema radicular, como fruto de una asociación de
mutuo beneficio entre un hongo y una planta. De hecho, la simbiosis micorrícica se
considera la parte metabólicamente más activa de los órganos de absorción de nutrientes de
las plantas (Barea y Honrubia, 1993).
crecimiento de la planta, así como una mejor predisposición de ésta ante las distintas
condiciones de estrés producidas por el sitio.
Los hongos son seres vivos heterotróficos y por lo tanto incapaces de formar sustancias
orgánicas a partir de materiales inorgánicos simples, como el agua y anhídrido carbónico,
utilizando como fuente de energía la luz solar. Para nutrirse necesitan utilizar material
orgánico producido por otros organismos. Esta dependencia alimentaria hace que se creen
lazos ecológicos tan estrechos entre los hongos y los otros seres vivos, que pueden dar lugar
a la formación de relaciones tróficas y morfológicas de orden superior: hongos saprofitos,
parásitos y simbiontes.
Smith y Read (1997) distinguen siete tipos distintos de micorrizas en función de sus
características morfológicas y de la taxonomia de los organismos que constituyen la
asociación (hongo y planta), se definen los siguientes tipos de micorrizas: Vesiculo-
arbusculares (VA), Arbutoides, Monotropoides, Ericoides, Orquidáceas, Ectendomicorrizas
y Ectomicorrizas.
Aunque la función benéfica que desarrollan los hongos micorrícicos con respecto a las
plantas infectadas se refleja en muchos sentidos, los aspectos mas destacados, por la
importancia y trascendencia de sus efectos, son la absorción de agua y nutrientes,
producción de reguladores de crecimiento y la protección de las raíces contra agentes
patógenos.
Las micorrizas solubilizan el fósforo (P) mineral, produciendo ácidos orgánicos y anhídrido
carbónico (CO2) durante la respiración. Las micorrizas expanden el volumen de suelo desde
el cual se absorbe el fósforo, puesto que crecen a partir de las raíces que se extienden por la
superficie disponible para el contacto con los minerales. La adquisición de (P) puede
producirse en menores concentraciones del nutriente en las micorrizas que en las raíces de
las plantas. Algunas micorrizas pueden liberar fosfatasas que mineralizan fósforo orgánico
en el suelo (Coyne, 1999).
Especial interés presenta, entre las interacciones de las ectomicorrizas con los
microorganismos edáficos, el estudio de la acción protectora que las micorrizas ejercen
contra los hongos patógenos del suelo, sobre todo por sus implicaciones económicas y
ecológicas.
Marx, (1973) citado por Rodríguez (2003) atribuye los mecanismos de resistencia de las
micorrizas a las infecciones de patógenos a las siguientes causas:
Más de 100 micorrizas son capaces de producir antibióticos, lo que genera una capacidad
de protección y control contra patógenos de las raíces del huésped (Campbell, 1985 citado
por castillo, 1987).
Después de la formación de una raíz arbórea receptiva, los principales factores que influyen
en la infección son el potencial fotosintético y la fertilidad del suelo de baja a moderada
ponen en relieve el desarrollo de las micorrizas, en tanto que las condiciones opuestas
pueden reducir e incluso impedir dicho desarrollo. Estos factores pueden influir en la
condición bioquímica de la raíz controlando el nivel de azúcares reductores, o pueden
afectar la formación de raíces alimentadoras nuevas. Cuando las altas concentraciones de
fósforo y nitrógeno son absorbidas fácilmente desde el suelo y traslocadas hacia la fuente
de fotosintatos, los carbohidratos solubles son asimilados rápidamente durante la formación
de protoplasma y paredes celulares nuevas en las yemas (Prittchet, 1985).
Las temperaturas óptimas para el crecimiento de micelios se hayan entre los 18º C y los 27º
C para la mayoría de las especies. En caso de muchas ectomicorrizas, el crecimiento cesa
por sobre los 35º C y por debajo de los 5º C (Marx et al, 1970 citados por Prittchet 1985).
Las ectomicorrizas son asociaciones simbióticas entre las raíces de diversas especies
arbóreas o arbustivas y hongos pertenecientes en su gran mayoría a los Ascomicetes o a los
Basidiomicetes. El micelio del hongo cubre a las pequeñas raíces y la zona de los pelos
radicales, formando una estructura denominada manto (Fig. 1). De esta forma se presentan
como intermediarios entre los tejidos del árbol y el suelo cercano a las raíces, aumentando
en forma importante la absorción de nutrientes. También entre otras funciones, segregan
determinadas sustancias que estimulan el desarrollo de raíces laterales y mejoran la
absorción de nutrientes, entre ellos el fósforo y el nitrógeno (Deschamps, 2002).
Las asociaciones de tipo ectomicorrícicas son las más importantes dentro de las coníferas,
siendo además muy importantes para la principal especie de interés forestal en Chile, Pinus
radiata, cuyos representantes pertenecen mayoritariamente a la clase Basidiomycetes, y
algunos de la clase Ascomycetes (Montecinos, 2000).
Figura 1. Muestra como el micelio de una ectomicorriza invade los tejidos de la raíz sin penetrar en el interior
de las células. Fuente: http://www.hiperbiologia.net/fungi/micorrizas.htm
9
La formación de la ectomicorriza es originada por esporas o hifas del hongo simbionte que
se encuentran en la rizósfera radical. La infección es estimulada por exudaciones radicales,
ya que éstas atraen al hongo quimotacticamente y promueven el desarrollo y crecimiento de
las hifas sobre la superficie de las raíces cortas formando una cubierta compacta o manto
(figura 2). (Ipinza y Grange, 1983 citados por Brunel et al, 2003).
El manto puede variar de grosor, desde una hifa hasta varias decenas de diámetro. Una
penetración enzimática provocada por la hifa dentro de la epidermis del parénquima
cortical son fases que siguen al desarrollo del manto.
1
Imágenes tomadas de http://www.ffp.csiro.au/research/mycorrhiza/ecm.html
9
10
Clase: Basidiomicetos.
Orden: Boletales.
Familia: Boletáceas.
Figura 4. Muestra periodos de fructificación del Boleto según las clases de edad de la masa (Morcillo, 2007).
Según lo expuesto por Morcillo (2007), la producción española de Boleto spp. alcanzaría
las 8000 toneladas/año. El Precio que se paga al recolector fluctúa entre 3 €/kg y 10 € /kg.
Los mercados de destino frecuentes son Italia, Francia, Alemania, Suiza, Estados Unidos y
se comercializa Fresco, seco, congelado, o en conserva.
Los Boletos son de importancia económica considerable, se consumen entre 20.000 y
100.000 toneladas anualmente en todo el mundo y más de 3000 toneladas se comercian en
mercados europeos cada año (Hall et al, 1998).
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Se conocen con bastante precisión la biología y los factores que incitan la producción de
cada especie de boleto, así como algunas actividades agronómicas. B. edulis fructifica ante
un choque de frío mientras que B. aereus responde a un choque de agua, donde se observa
una relación lineal entre la disponibilidad de agua y el peso de los boletos. También se ha
comprobado cómo a diferencia de otras setas un arado hará que se pierda gran parte de la
producción. (Olivier, 1998; Hall, 1998; Rodríguez Fernández, 1997)
28-40 x 10-12 µm
aparece a final de
Ecología primavera Aparece en primavera y verano en terrenos silíceos y no muy secos
con lluvia, y mayormente en de más de 550 mm de precipitación
hasta fin del verano otoño anual
Suelos ácidos o subácidos
Huéspedes pino, abetos, robles, bosque de Pino adulto pinos, robles y hayas,
castaños, hayas y encinas
* Fuente: http://www.amanitacesarea.com
14
2.3.1. Boletus aereus Bulliard: Fries.
Sombrero: de 5-15 cm. de ancho, de forma convexa pasando de ancho y convexo a plano
con la edad, de superficie seca o húmeda (o viscosa con la edad), liso o algo agujereado, de
color café oscuro a casi negro cuando es joven y cubierto por lo menos parcialmente con
una pelusa blanquecina, pero en ejemplares viejos se presenta liso y de color canela o
marrón y con manchas mas claras. La carne es gruesa y blanca o poco rojiza, no se vuelve
azul cuando queda expuesta, (solo un poco cerca de los tubos), de sabor dulce y agradable.
Poros y tubos: de color blanco en la juventud, pasando del amarillo al amarillo verdoso
con la edad, no se vuelven azulosos al magullarse.
Esporas: lisas de color café oliváceo oscuro, de 12-14 x 4-5 µm. con forma de huso a
elípticas.
Ecología.2
Aparece en primavera con lluvia, crece asociada a especies de la familia Fagaceae, robles,
encinas, alcornoque, haya, castaño, pino, en suelos preferentemente ácidos, con orientación
suroeste (en el Hemisferio norte). Fructifica, dependiendo del binomio altitud / latitud,
desde el final de la primavera, hasta el otoño, en árboles entre 30-90 años, siempre y
cuando las demás condiciones lo permitan.
2
Fuente <http://www.amanitacesarea.com/boletus-aereus.html>
14
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medida que se va tornando de color canela, y a medida que envejece cuesta diferenciarlo
del B. edulis, la diferencia es el hábitat. Afortunadamente ambas especies son apetecibles y
escasamente tendrá importancia si por descuido se confunden. Boletus fibrillosus también
se le asemeja, pero este tiene más vellosidad en el sombrero y carece de pelusa
blanquecina.
La separación taxonómica entre B. edulis, B. aereus y B. pinicola no está muy clara para
algunos autores debido a que las diferencias microscópicas que hay entre ellas son
prácticamente inexistentes. Sin embargo, aparte de las divergencias macroscópicas, existen
importantes diferencias de carácter ecológico que recomiendan mantener la categoría de
especie para todas y cada una de las aquí tratadas.
Es una especie termófila, más ligada al área mediterránea, igual que Amanita caesarea, con
la que comparte hábitat y período de fructificación. Este hecho, que condiciona su período
de fructificación, provoca que deje de hacerlo cuando bajan las temperaturas, y justifica su
ausencia o su rareza en otras áreas más septentrionales de Europa.
La micorriza de B. aereus es de color blanco, con una superficie mas o menos lisa, con
algunos cordones miceliares (rizomorfos). Microscópicamente se destaca por un manto
plectenquimático con hifas sin fibulas que pueden formar un patrón anular en la superficie,
los rizomorfos deben ser diferenciados, lo que significa que tienen algunas hifas dilatadas
(hifas vasculares) en el centro.3
3
Comunicación personal con el Dr. Götz Palfner Universidad de Concepción Facultad de Ciencias Naturales
y Oceanográficas Departamento de Botánica.
15
16
2.4. Pinus radiata D. Don.
Orden: Coniferáles.
Familia: Pinaceae.
Subgénero: Diploxylon.
País de origen: Estados unidos, California.
Árbol de 30-40 m. de altura, perennifolio o verde todo el año. Conífera de desarrollo muy
rápido, de porte cónico en su juventud y en cúpula en los ejemplares maduros. La corteza
de color negro, contrasta con las hojas, no coriáceas y verde brillante, aciculares en
fascículos de tres en tres, largas de 7-15 cm., finas. Conos, estróbilos o piñas largos (7-15
cm. x 5-8 cm.), en grupos de 2-5, muy asimétricos, con apófisis de las escamas muy
prominentes. Semillas de 5-8 mm. Muy sensible al frío y heladas, prefiere climas suaves
litorales con abundante humedad atmosférica. Resiste bien el viento, suelos arenosos,
ácidos y profundos (Dans et al, 1999).
El sistema radical en la mayor parte de su hábitat es superficial. Las raíces principales que
sostienen el árbol están situadas en los 60 cm. superiores. Para mejorar la resistencia al
viento, en su empate con el tronco se desarrollan unos abultamientos característicos. Las
raíces pueden extenderse hasta distancias de 12 m., entremezclándose e injertándose con las
de otros pies. La mayor parte de las raíces se mantienen en los 30 cm. superiores
invadiendo con numerosas raicillas la espesa capa de mantillo cuando éste está presente
(Dans et al, 1999).
La madera de pino insigne posee cualidades técnicas que la hacen muy demandada en la
industria de la celulosa, donde resulta muy atractiva por su fibra larga; se utiliza en la
fabricación de cartones, cartulinas y papeles de resistencia. Asimismo, su uso se ha
difundido extensamente en la industria maderera y en la construcción de casas.
En Chile existen más de 1.4 millones de hectáreas plantadas con esta especie, desde la V a
la X Región, sustentando cerca del 80% del abastecimiento industrial de la madera. La
densidad de plantación más utilizada para el pino es de 1.250 árbol/ha, lo que implica
plantar a 2,83 m x 2,83 m (INFOR, 2005).
Vermiculita: Tiene una estructura apta para acumular y liberar grandes cantidades de agua,
por lo que refuerza estas propiedades en la turba cuando se mezclan. Su reacción es neutra
y tiene una capacidad de intercambio catiónico (CIC) de 80 a 120 meq/l que disminuye las
pérdidas de nutrientes por arrastre. El inconveniente principal de este material es su elevado
costo y también su frágil estructura, que al destruirse pierde las cualidades físicas.
3. Material y método.
3.1. Materiales.
3.1.2. Sustratos.
Los sustratos para trasplante seleccionados fueron dos: turba /vermiculita 1:1 con un pH de
5,8 y corteza de pino/perlita en proporción 7:3 con pH final de 5,8. Estas mezclas fueron
previamente esterilizadas a 100º C durante 90 minutos.
4
Semillas de pino insigne proceden de vivero el peral, ex-bosques de Chile, sector Pullaullao Constitución
VII región de Chile.
19
19
3.2. Métodos.
Las plantas fueron extraídas del sustrato de siembra cuidando de no dañar sus raicillas,
luego se pusieron en agua para eliminar residuos de tierra adheridos a ellas, sólo entonces
se realizó la inoculación a modo de minimizar el estrés a la planta, para luego trasplantarla
a su contenedor de destino. Toda la operación no superó los 15 minutos desde la extracción
de la planta hasta su trasplante. La operación de trasplante se llevó a cabo en termomatrices
de 140 cc.
• Inóculo esporal en polvo: talco inerte como medio de dispersión con esporas en
proporción 3:1. La aplicación se realizó con un salero y se espolvoreó la raíz húmeda
de la planta más menos con unos 5 mg de inóculo para luego depositar la planta en su
correspondiente sustrato.
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3.2.3. Evaluación de niveles de micorrización.
H0: (αß) ij =0
Los promedios de ápices radicales micorrizados con Boletus aereus no son
significativamente distintos entre tratamientos.
21
Contra la hipótesis alterna:
Las especies incluidas fueron Hebeloma spp. y Suillus luteus, por ser las más comunes en
programas de micorrización en vivero.
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4. Presentación de resultados y Discusión.
Se produjo micorrización con hongos contaminantes, los que se identificaron como Suillus
luteus y Hebeloma spp. Esto indica que las condiciones del medio no eran adversas al
desarrollo de micorrizas. Dado la presencia de estas especies, es relevante su análisis
estadístico, a fin de establecer si se presentan diferencias significativas entre los
tratamientos.
F
fuente de variación SC GL CM Razón-F tabulado
A (sustrato) 0,17 1 0,17 0,45
B (técnica inoculación) 0,22 1 0,22 0,6
AB (interacción) 0,05 1 0,05 0,13 3,48*
ERROR 10,46 28 0,37
TOTAL 10,9 31
Tabla nº 5. Intervalos de confianza para los promedios de ápices micorrizados por tratamiento.
* Los números negativos indican que el promedio de ápices micorrizados tiende valores
positivos de cada intervalo de confianza.
9
8
% micorrización
7
6 B. aereus
5 Suillus luteus
4
3 hebeloma sp.
2
1
0
T1 T 2 turba / T 3 corteza/ T 4 coteza /
turba/vermiculita vermiculita perlita 7:3 perlita 7:3
1:1 inoculo inoculo en polvo inoculo liquido inoculo en polvo
liquido
tratamientos
Tabla N º 6. Porcentaje de micorrización e intervalo de confianza (α= 0.05) para la proporción de especies
contaminantes (Suillus luteus).
100
luteus
80
hebeloma
60
sp.
40 sin
20 micorrizas
0
T1 T 2 turba / T 3 corteza/ T 4 coteza /
turba/vermiculita vermiculita perlita 7:3 perlita 7:3
1:1 inoculo inoculo en polvo inoculo liquido inoculo en polvo
liquido
tratamientos
Tabla Nº 8. Indica los porcentajes de micorrización promedio según la especie presente en cada tratamiento.
T1 T2 T3 T4
población total 75 75 75 75
plantas vivas 63 75 67 73
Plantas muertas 12 0 8 2
% mortalidad 16 0 10,7 2,7
Otra de las causas probables de que no se haya establecido simbiosis con B. aereus pudo
ser que el sistema de riego del invernadero sufrió la falla de una de sus válvulas, lo que
sometió a las plantas al estrés hídrico (esto ocurrió después de 5-6 meses necesarios para la
micorrización). Existen trabajos donde se ha estudiado el efecto de la desecación sobre las
micorrizas con diversos resultados. Mientras hay autores que observaron que la formación
de micorrizas se ve favorecida por la desecación, otros opinan que no se ve afectada, o
incluso disminuida (Carrillo, 2000).
Estos nutrientes también pueden afectar a los hongos indirectamente, puesto que la
asimilación de nutrientes consume energía y carbohidratos, lo cual puede reducir el carbono
disponible para el desarrollo de la cepa fúngica. Altos niveles de nitrógeno y fósforo,
reducen la cantidad de carbohidratos en las raíces a niveles demasiado bajos para mantener
al hongo simbionte (Wallander, 1992 citado por Carrillo, 2000).
Existen hongos mejor adaptados a vivir asociados a árboles adultos, cuanto más viejo es un
árbol, más cantidad y variedad de azúcares tiene en sus raíces y por tanto, podrá mantener
más diversidad y cantidad de setas, que por norma general serán de mayor porte (Ana-
Magan, 1998 citado por Morcillo 2007).
5
Comunicación personal con Marcos Morcillo. Micología forestal & aplicada.
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Entre ellas están los hongos o Boletos (Boletus spp), la trufa negra (Tuber melanosporum)
etc. Los plantas micorrizadas con este tipo de setas tardan muchos años en producir (10-15
años) y no es posible asegurar el mantenimiento de la micorrización a lo largo de tantos
años (Morcillo, 2007).
A pesar de la importancia económica de los Boletos, todos los intentos de cultivar estos
hongos han fallado (Hall et al., 1998; Wang y Hall, 2004; Giomaro et al., 2005, citados por
Peintner, 2007). Sin embargo, de acuerdo a lo informado por otros autores ha habido éxito
limitado en producir las plantas colonizadas con Boleto bajo condiciones de invernadero e
in-vitro. (Tozzi et al., 1980–1981; Ceruti et al., 1983–1984; 1985–1986; 1987–1988;
Zuccherelli, 1988; Wang et al., 1998).
La negativa de los resultados puede deberse a que las dosis de inoculación no eran
correctas, o a que la técnica de micorrización fue adecuada o que seria mejor trabajar con
micelio, pues producir planta micorrizada con estos hongos es muy complejo y es por ello
que las patentes de producción de este tipo de planta micorrizada son costosas.
No obstante el principal factor es la ecología del hongo y su asociación con plantas adultas
del genero Fagus.
Algunos de los hongos con valor comercial como Boletus spp, Chantarellus spp., Amanita
spp., etc. fructifican con preferencia en bosques adultos, siendo compleja la micorrización
de plantas en vivero. Existen muchas posibles causas de esta problemática, algunas de las
respuestas hay que buscarlas en las complejas interacciones entre los hongos y sus plantas
huésped. Para éstas especies de hongos será interesante explorar y desarrollar técnicas de
micorrización dirigida directamente en árboles adultos.
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5. Conclusiones.
Como regla general la inoculación esporal no ha reportado buenas experiencias con Boleto,
por lo que, se mantienen incógnitas en la determinación de un método exitoso para obtener
micorrización, de todas formas, a futuro seria conveniente el estudio de inoculaciones
miceliares.
ARORA, D. 1986: Mushrooms demystified. Ten Speed Press, Berkeley, U.S.A. 959 pp.
CASTILLO, J. 1987. Micología general. Editorial limusa. Noriega, México DF. 208 pp.
GRANDON, A. 2005. Hongos comestibles, una opción para la economía rural. Chile
Forestal 308. 50-51.
Normalidad: Ho: fo (x) con fo (x) ~ normal v/s H1: f (x) ≠ fo (x)
Homocedasticidad: Ho: ∂1² = ∂2² = ∂3² = ∂4² v/s H1: alguna difiere.
F
fuente de variación SC GL CM Razón F tabulado
A (sustrato) 0,17 1 0,17 0,45
B (técnica inoculación) 0,22 1 0,22 0,6
AB (interacción) 0,05 1 0,05 0,13 3,48*
ERROR 10,46 28 0,37
TOTAL 10,9 31
Tratamiento 1.
Tabla Nº 10.
Tratamiento 2.
Tabla Nº 11.
Tratamiento 3.
Tabla Nº 12.
Tratamiento 4.
Tabla Nº 13.
2 412 0 19 0 431
4 496 0 2 0 498
5 447 0 2 0 449
6 379 0 0 0 379
8 602 0 2 0 604
Planta nº Ápices sin micorrizas B. aereus Suillus luteus hebeloma sp. Total
1 613 0 0 0 613
2 466 0 98 0 564
3 518 0 2 0 520
4 523 0 10 0 533
5 573 0 0 0 573
6 587 0 0 0 587
7 523 0 10 0 533
8 519 0 2 0 521
otras micorrizas
Planta nº Ápices sin micorrizas B. aereus Suillus luteus hebeloma sp. Total
1 457 0 10 0 467
2 442 0 0 0 442
3 561 0 0 0 561
5 637 0 35 14 686
6 421 0 35 14 470
7 385 0 2 0 387
8 509 0 66 0 575
otras micorrizas
Planta nº Ápices sin micorrizas B. aereus Suillus luteus hebeloma sp. Total
1 588 0 0 0 588
2 603 0 5 0 608
3 571 0 38 5 614
4 605 0 35 1 641
5 580 0 60 11 651
6 524 0 65 0 589
7 370 0 9 0 379
8 375 0 1 0 376
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Fuente: http://met.dgf.uchile.cl/clima/HTML/BOL_ANT/AGOSTO07/agosto07.htm
36
Fotografías.