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A todos nos da la impresión en algún momento de que la realidad puede ser algo
diferente a la que percibimos o la que nos presentan aquellos que nos educan.
Esto ha dado paso a todo misticismo, creencias sin fundamento y paranoias que a través
de la historia han aumentado la división e inseguridades de los humanos. También estas
inseguridades brindaron profunda contemplación. O sea, la contemplación profunda
del mismo ser hacia su interior y su mundo exterior, ayudándolo así a formar grandes
conceptos de amor, un creador universal (Dios) y varias historias de nuestros propósitos
existenciales o explicaciones sobre “¿De donde venimos y hacia donde vamos?”. En
resumen, todo esto ha actuado de forma significativa en la evolución de la inteligencia
del ser humano.
Uno de los primeros conceptos experimenta un ser humano es la libertad o más bien la
ausencia de ella. Esta noción esta impresa en el humano desde los comienzos de la
formación de su conciencia. Un ser humano no quiere pensar o sentirse que es esclavo;
necesita sentirse libre para poder estar emocionalmente estable y feliz. Dentro de la
incógnita y las inseguridades surgidas por la falta de información o información
incorrecta o incompleta, surge el concepto de rebelión.
Hemos caminado mucho desde los tiempos de Platón, Sócrates y Aristóteles. Desde los
tiempos de Moisés, Jesucristo, Mahoma. Desde los tiempos de Krishna, Budha,
Confucio. Las ciencias de hoy en día nos brindan una sabiduría incomparable con la de
nuestros antepasados. No es difícil ver que estos antepasados fueron los científicos
primitivos, aquellos que con su interés en la libertad y en el conocimiento, fueron
armando las piezas para los avances tecnológicos hacia una civilización moderna.
Crecí creyendo que podía estar siendo engañado. En este posible escenario de horror,
ante la esclavitud mental o espiritual, embarque en la búsqueda del conocimiento general
religioso, filosófico y al final científico de las nociones de sabiduría en nuestro presente.
Siento haber desgastado toda posibilidad de probar que vivimos en el escenario de una
falsedad, una ilusión, o una esclavitud espiritual/mental no más allá de la que puedan
tener nuestros gobiernos o las ambiciones comerciales de algunos sobre nuestro carácter.
Acepto que las ilusiones existen y que seguramente otras realidades más allá de la nuestra
existen. Si observas bien, te darás cuenta que el universo entero nos habla y eso no es un
secreto que se pueda vender. La vida es algo divino; el universo es absolutamente divino
y cada uno de nosotros es divino. Pero, ésta es nuestra realidad, la que nos fue asignada,
de la cual debemos aprender y con la cual debemos crecer. Ver más allá de nuestra
realidad solo tiene sentido si no se de pierde el contacto completo con nuestra realidad
aquí; después de todo, a todos nos toca la muerte. Nuestra realidad no es algo a lo que
debamos escapar, sino algo a lo que debemos enfrentar.
Protege todo aquello que tiene vida y su medio ambiente, pues su mera existencia es
prueba de la persistencia del conocimiento en acción. De todo ser vivo se puede
aprender, pues todo ser vivo realmente es único, aunque sea de una misma clase. Es poco
probable que un ser haya vivido exactamente las mismas experiencias que otro ser.
Por lo inmenso del universo, siempre van a existir las incógnitas. Siempre hay cabos que
unir. Nuestra conexión como humanos con el universo y entre nosotros mismos aún la
estamos comenzando a comprender. Esta posibilidad de descubrimientos simplemente
nos hace palpar la inmensidad de nuestras capacidades.