En diciembre de 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución para declarar el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Extraemos algunos párrafos de aquella resolución:
“La violencia contra la mujer constituye
un obstáculo para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz. La Asamblea está preocupada por el hecho de que algunos grupos de mujeres, como las que pertenecen a minorías, las mujeres indígenas, las refugiadas, las mujeres migrantes, las mujeres que viven en comunidades rurales o remotas, las mujeres indigentes, las mujeres recluidas en instituciones o detenidas, las niñas, las mujeres con discapacidad, las mujeres de edad y las mujeres en situaciones de conflicto armado, son particularmente vulnerables a la violencia. La violencia contra la mujer constituye una manifestación de unas relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a que el hombre domine a la mujer y discrimine contra ella impidiendo su adelanto pleno. La violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se reduce a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre. Los derechos humanos de la mujer y de la niña son una parte inalienable, integral e indivisible de los derechos humanos universales. Es necesario promover y proteger todos los derechos humanos de la mujer y la niña. Por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la vida privada”.
En la zona de Navia, Coaña y Villayón, todos los centros educativos nos
hemos reunido para sensibilizarnos sobre este problema mundial y sensibilizar también a la totalidad de la comunidad. El problema de la violencia –en general- atañe a toda la sociedad y como centros educativos queremos colaborar para conseguir un mundo basado en la paz y la solidaridad. Sabemos que esto no es fácil pero debe ser un trabajo de todos los días. En concreto, la lacra de la violencia hacia la mujer es un problema específico. Vivimos en una cultura machista y depende de todas las personas conseguir que no lo sea. Por ello nos comprometemos a trabajar para que en nuestro entorno escolar predominen el respeto mutuo y la buena convivencia. Que en nuestro día a día sólo haya buenos tratos.