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Cristo o Crisis

¿Qué es más importante: lo "que" viene, o "quien" viene?

En el momento en que escribo este artículo faltan 43 días y poco más de 4 horas para que el mundo
celebre la llegada del año 2000. El profundo significado que la humanidad le ha atribuido al milenio, a
través de su historia, se ve aumentado por circunstancias inéditas en el ámbito político, religioso, social,
ecológico y tecnológico que convergen en esta fecha. El hombre se encuentra en el umbral del nuevo
siglo con sentimientos encontrados: grandes esperanzas y profundos temores.

Vivimos en tiempos desconcertantes. El vertiginoso avance de la ciencia sólo es comparable a la


profunda caída moral. El 9 de Noviembre de 1989 a las 11:17 pm se abrieron las puertas y el muro de
Berlín, símbolo de la guerra fría, cayó para no volverse a levantar. De esta manera iniciamos la última
década del milenio, con el anuncio de un nuevo orden mundial, donde ya no existen dos superpotencias
en conflicto. Es cierto, termina la guerra fría, pero inician las guerras fratricidas, alimentadas por el odio
racial, cuyo resultado más devastador es la limpieza étnica con sus horribles escenas en África y Europa
central.

Los problemas no se limitan al ámbito político. En 20 años los bosques desaparecieron en 25 países.
Antes de la II Guerra Mundial existían 60,000 millones de hectáreas de bosques en el mundo, hoy sólo
tenemos 3,600 millones. El Sida se quintuplicó, de 9.8 millones a 47 millones de infectadoes, en lo que va
de la década. 1000 millones de personas tienen carencia severa de agua. En lo moral, el triste
espectáculo del presidente del país más poderoso del mundo, enredado en un escándalo sexual
vergonzoso, agravado por mentir bajo juramento; y, sin embargo, sigue siendo presidente.

En lo religioso, el auge de cultos extremistas como Falun Gong en China, cuyo crecimiento se ha
convertido en un asunto de preocupación para el estado del país más poblado del orbe. En lo tecnológico
no es necesario abundar sobre el tan conocido tema del "Y2K", el virus del milenio.

Como Jóvenes Adventistas sabemos que lo que está sucediendo a nuestro alrededor es el cumplimiento
de las señales que anuncian la venida de Cristo Jesús. No podemos decir que Cristo vendrá en el 2000,
porque "el día y la hora nadie lo sabe", pero sí sabemos que "estamos más cerca que cuando creímos".

Cuando piensas en los eventos finales en ¿qué piensas? ¿Hay temor en tu corazón por la crisis que
profetiza la Biblia? ¿El pensar en la persecución te llena de ansiedad y temor? Todo depende de cuál sea
tu perspectiva. ¿Qué es más importante: lo "que" viene, o "quien" viene? Cristo hace la gran diferencia en
el tiempo del fin. Cristo en la crisis es nuestro gozo. Cristo a través de la crisis es nuestra victoria.

Quiero compartir contigo dos razones por las cuales el Joven Adventista no debe experimentar temor y
ansiedad.

1. Juan y Daniel los profetas apocalípticos son presentados en la Biblia como tipos o símbolos del
pueblo de Dios en el tiempo del fin. Ambos experimentaron el fuego de la persecución, y ambos
salieron ilesos.

Juan fue echado, según la tradición, en una caldera de aceite hirviendo, pero salió ileso.
Después, fue exiliado a la isla de patmos para morir, pero allí fue visitado por Cristo. Los tres
amigos de Daniel fueron echados al horno ardiente, pero Cristo, el Hijo de Dios, estuvo con ellos.
Daniel fue echado en el foso de los leones, pero Dios envió su ángel para protegerlo. El pueblo
de Dios también será probado por el fuego de la persecución, pero Dios nunca le abandonará
(Heb. 7:25). Aún las cárceles donde sean abandonados para morir serán iluminadas por la
presencia de ángeles divinos. Como sucedió con Juan y Daniel, Cristo estará con su pueblo en
medio de la persecución. Él será nuestro gozo y victoria.

1. La crisis final es sólo la última batalla, de una guerra milenaria ya ganada por Jesús.

El capítulo 12 de Apocalípsis, que por la estructura del libro es el más importante, hace un recuento de
las batallas peleadas. La guerra inició en el cielo donde Cristo (Miguel) venció al gran Dragón (vers. 7 y 8)
que fue expulsado del cielo. La guerra continuó durante la vida de Cristo, y Satanás perdió la batalla
decisiva en la Cruz (vers. 4,5). Después Satanás luchó contra la iglesia durante 1260 años, pero fue
vencido una vez más (vers. 6). La última batalla será en el tiempo del fin y una vez más Cristo vencerá.

Cuando pensamos en el fin es importante volver nuestra vista hacia el pasado. El triunfo total de Cristo a
través de la historia es la promesa más poderosa de victoria en el tiempo del fin: "Pelearán contra el
cordero, y el cordero los vencerá, porque él es Señor de Señores y Rey de Reyes; y los que están con él
son llamados y elegidos y fieles" (Apoc, 17:14).

No es sorpresa que los dos libros apocalípticos de la Biblia, Daniel y Apocalipsis, tienen una estructura
común: ambos empiezan con una parte histórica (Dan. 1 - 6; Apoc. 1 - 11) y después presentan los
eventos finales (Dan. 7 - 12; Apoc. 13 - 22). De paso, El Conflicto de los Siglso tiene también la misma
estructura: historia (Caps. 1 - 33) y eventos finales (Caps. 34 -42). Es decir Dios nos invita a mirar hacia
el pasado, antes de encarar el futuro. Dios desea que levantes tu vista de todas las cosas que suceden a
tu alrededor y la pongas en Cristo, porque "Quien" viene es más importante que lo "que" viene.

"Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos, levantad vuestra cabeza porque vuestra redención
está cerca". Lucas 21: 28. Cristo en la Crisis es nuestro gozo, Cristo a través de la crisis nuestra
victoria.

Ptr. Félix Hadid Cortez Valles


Director de Jóvenes y Capellanía
Asociación Central

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