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nutrición

Gatos mayores: cómo

envejecen y cómo les
alimentamos

Con la edad, el gato va a

sufrir una serie de cambios
a los que debemos prestar
una atención especial desde
Gemma Baciero el punto de vista nutricional.
Comunicación Científica
Royal Canin Ibérica, S.A. Una alimentación específica
para esta etapa podrá ayudar
a optimizar su salud, a retrasar
la aparición de enfermedades
y a prolongar su vida.
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EL GATO MAYOR

Los progresos en Nutrición y Medicina Felina han permitido prolongar

considerablemente la esperanza de vida de los gatos. Pueden vivir fá-
cilmente hasta los 14 años, e incluso mucho más cuando reciben los
cuidados necesarios. Aunque los expertos difieren en cuanto la edad
en la que un gato se considera geriátrico, en general, se le considera en
esta fase a partir de los 10 años.

Muchas veces los propietarios quieren comparar la edad del gato

con la de las personas. Una regla utilizada comúnmente es la de
multiplicar por 7 la edad del gato, pero puede resultar poco exacto.
Otra forma de calcular la equivalencia de edades es la de consi-
derar que el desarrollo que en el gato supone hasta 2 años (18-24
meses), que en el hombre serían 22 años (21-23 años). A partir de
aquí cada año del gato contaría como 4 del hombre. De esta forma
un gato de 8 años equivaldría a un hombre de 46 años, uno de 10
equivaldría a 54 y si fuera de 15 sería el equivalente a una persona
de 74 años.

Aunque que el envejecimiento no es una enfermedad en sí misma,

sino una etapa de la vida, es cierto que muchas patologías están aso-
ciadas a la edad. Se deben conocer los problemas más frecuentes
para detectarlos y tratarlos lo antes posible y así poder ayudar a me-
jorar su salud y aumentar su longevidad. Serán recomendables los
chequeos anuales o incluso cada 6 meses y habrá que considerar
ciertas necesidades especiales en cuanto a las exploraciones, hospi-
talizaciones y cuidados generales. La Nutrición puede ser una herra-
mienta muy poderosa para mantener la salud, prevenir enfermedades,
y ayudar en el manejo de algunas patologías. Por eso, decidir cuál es
el mejor alimento para un gato mayor puede ser una decisión muy
difícil. En el proceso de envejecimiento influyen numerosos factores
que incluyen la raza, la genética y los problemas de salud. Por tanto
que un alimento indique que es para gatos mayores, no significa que
sea el adecuado para todos los gatos geriátricos.
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CAMBIOS CON LA EDAD fermos u hospitalizados. Evidentemente, la deshidratación puede com-

prometer el funcionamiento de los órganos y provocar deficiencias en
Además de las particularidades individuales, hay una serie de cambios la función renal. El tener siempre disponible agua fresca y limpia es aún
que aparecen con la edad que pueden afectar a las necesidades nutri- más importante en los gatos mayores.
cionales. Se ha demostrado que la digestión y la absorción de nutrientes
se van deteriorando al envejecer, particularmente la grasa y la proteína. El olfato y el sentido del gusto también pueden estar reducidos, y esto
Como resultado se produce una disminución significativa de la capaci- puede conducir a la anorexia. Ofrecer un alimento muy aromático y ca-
dad digestiva. Curiosamente los gatos con la función digestiva reducida lentarlo antes de servirlo (a una temperatura similar a la corporal) au-
aumentan su consumo de alimento diario para compensar este efecto, mentará la palatabilidad.
lo que sugiere que los gatos siguen controlando el consumo de energía
cuando van envejeciendo. De este modo mantienen su consumo energé-
tico, pero a menudo se observa que una disminución de la capacidad de
obtener energía del alimento. Dar a los gatos mayores una cantidad redu-
cida de alimento, puede por tanto ser una mala recomendación, excepto
si el gato tiene sobrepeso. Un buen consejo para los propietarios sería
alimentar al gato mayor con un alimento senior con el mismo nivel de
energía que el del alimento de mantenimiento de adulto. Se recomienda
ofrecer alimentos altamente digestibles y con gran densidad energética
para asegurar que se consigue un adecuado aporte de energía.

Otro de los cambios que acompañan al envejecimiento, es un deterioro

del sistema inmune que les hace más vulnerables a las infecciones.
También disminuyen la capacidad del organismo frente a los ataques
de los radicales libres.

En los animales mayores en general se observa una tendencia a ha-

cer menos ejercicio con la edad. Esto es particularmente cierto en los
gatos, que suelen adoptar un modo de vida más sedentario. Al hacer
menos ejercicio se reduce el tono muscular y disminuye la fuerza de los
huesos y articulaciones. También se reducen las necesidades energé-
ticas y como consecuencia tienden a acumular más grasa y a perder
masa muscular, provocando una tendencia a la obesidad.

Los animales geriátricos también disminuyen la respuesta a la sed, por

consiguiente son más propensos a la deshidratación cuando están en-

Las cataratas no son muy comunes pero sí
se observan ciertos grados de deficiencia
visual asociadas a la edad. El oído va dis-
minuyendo de forma gradual y puede que
los propietarios no se den cuenta hasta que
el gato está completamente sordo. Tanto la
visión como el oído, aunque reducidos, pue-
den ser suficientes para vivir en un entorno
conocido como el domicilio habitual. Pero
Se recomienda ofrecer alimentos altamente digestibles
y con gran densidad energética para asegurar que se
consigue un adecuado aporte de energía.
no se les debe permitir el acceso al exterior
sin supervisión, debido a los peligros que se
pueden encontrar y no detectar adecuada-
mente (perros, coches,…).
Es habitual que los gatos mayores dediquen
menos tiempo al aseo. Además la piel pierde
elasticidad e hidratación y tanto la piel como
el pelo tienden a ser más secos con la edad.
Se debe aconsejar a los propietarios que les
cepillen para eliminar el pelo muerto y mejorar
la distribución de las grasas naturales sobre la
piel y el pelo.
Los trastornos musculoesqueléticos en el
gato son menos severos que en el perro debi-
do a su peso ligero y a su agilidad. A veces se
observan de forma accidental al hacer una ra-
diografía por otra causa. No obstante, debido
al aumento de la esperanza de vida, pueden
desarrollarse enfermedades osteoarticulares
extremadamente dolorosas.
Es frecuente que falten piezas dentales, que
estén fracturadas o desgastadas y también
que haya sarro. Los signos de los problemas
de la cavidad oral incluyen inapetencia, pér-
dida de peso, halitosis y a menudo se pasa
por alto que son la causa de otros problemas
de salud.
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También hay senilidad en los gatos. Se ma-
nifiesta con cambios de comportamiento,
confusión, se quedan quietos en un rincón o
debajo de un mueble y parece que no saben
cómo salir de allí.
Y por último, citaremos la disminución de la
capacidad de mantener la temperatura cor-
poral. El gato afectado buscará más el calor
o el frescor según la época del año. Se debe
controlar muy cuidadosamente la temperatura
durante y después de una anestesia y durante
la hospitalización.
Alimentación del gato mayor
Es importante llevar un control del consumo
de alimento de los gatos mayores y puede re-
sultar muy útil identificar las condiciones aso-
ciadas a una alteración en dicho consumo.
Por ejemplo, el hipertiroidismo se caracteriza
por una pérdida de peso a pesar de un au-
mento del apetito, y una pérdida prolongada
del apetito puede predisponer a un gato obe-
so a la lipidosis hepática.
La dieta óptima para los gatos mayores debe
ser equilibrada, completa, muy palatable y
altamente digestible. Deberá tener en cuenta
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los cambios que van surgiendo con la edad y
adaptarse a ellos. En general se deben evitar
los excesos de minerales y de proteínas. Las
distintas fórmulas de los alimentos “senior”
dependen de cada fabricante, pero hay una
serie de características que pueden aportar
grandes beneficios:
Proteína
Aunque existe una creencia de que la restric-
ción de proteína es beneficiosa para los gatos
mayores o de que un aporte moderadamen-
te alto de proteína favorece el desarrollo de
la enfermedad renal, hay pocas evidencias
científicas que lo confirmen. Por tanto, los
gatos mayores no deberían ser alimentados
con dietas bajas en proteínas solamente por
ser mayores. De hecho, los alimentos muy
restrictivos en proteínas pueden tener un nivel
tan bajo que conlleve el riesgo asociado de
malnutrición y pueden contribuir a la pérdida
de masa muscular. El nivel óptimo de proteína
para gatos mayores es todavía muy contro-
vertido. Algunas marcas fabrican alimentos
senior con baja proteína, otros con un nivel
moderado y algunos nutricionistas realmente
recomiendan que los gatos mayores reciban
un aporte de proteína mayor que cuando
eran jóvenes. La discusión se mantiene, pero
para los gatos mayores que no tengan una
enfermedad renal significativa se recomienda
evitar las dietas bajas en proteínas. En gatos
con evidencia de insuficiencia renal crónica,
puede indicarse una restricción moderada de
proteína para reducir los signos clínicos de
uremia, junto con una restricción de fósforo
del alimento. Además las fuentes de proteína
utilizadas deben ser altamente digestibles y de
alto valor biológico.
Fósforo
El fósforo puede contribuir a la progresión de
la enfermedad renal, así que la restricción de
fósforo se recomienda para los gatos con una
insuficiencia renal importante. No obstante, en
general los alimentos con un alto nivel de fós-
foro no son los ideales para los gatos mayores.
Aporte calórico
Hay estudios que ponen de manifiesto que
aunque la obesidad puede ser un problema
individual, en los gatos mayores hay una
gran tendencia a estar por debajo de su
peso. Para los que tienden a engordar con
la edad, una dieta con un menor aporte de
energía les ayudará a prevenir la ganancia de
peso. Los acúmulos de grasa que podemos
observar no son inocuos y pueden provocar
o agravar otras enfermedades. Por otro lado,
no todos los gatos ganan peso con la edad.
Si un gato va perdiendo gradualmente peso
o masa muscular, se debería pensar en un
alimento con mayor densidad energética (y
posiblemente con algunos ajustes de otros
nutrientes).
Fibra
El aumento de fibras solubles e insolubles
puede ser beneficioso para los gatos que
han disminuido su motilidad intestinal y son
propensos al estreñimiento. Pero los alimen-
tos con alto contenido de fibras pueden no
ser apropiados para los gatos que tienden a
adelgazar porque generalmente son bajos en
calorías.
Antioxidantes
El aporte de antioxidantes (polifenoles de té
verde y de uva, vitamina C y E, taurina y lu-
teína) con el alimento supone un suministro
constante de sustancias que ayudan a com-
batir los radicales libres, a proteger el siste-
ma inmune y retrasar el proceso del enveje-
cimiento.

Suplemento de vitaminas y minerales
Si un gato toma un alimento comercial de buena calidad y que ha sido
contrastado y sometido a los controles necesarios, los suplementos
son innecesarios a menos que se haya detectado una deficiencia espe-
cífica (por ejemplo hipopotasemia). En el caso de determinadas enfer-
medades algunos suplementos pueden ser beneficiosos.
Ácidos grasos omega 3 y omega 6
Para mejorar el aspecto de la piel y el pelo y reforzar el efecto de
la barrera cutánea, el alimento deberá ir reforzado con los ácidos
grasos omega 3 y omega 6, junto con vitaminas, aminoácidos y mi-
nerales.
Condroprotectores
Son beneficiosos porque previenen la degeneración articular. Incorporar
glucosamina y condroitina ayuda a mantener la salud articular y prevenir
o retrasar la aparición de los trastornos articulares.
Textura adaptada
Si con la edad aumentan los problemas dentales la textura del alimento,
tanto seco como húmedo, deberá ser más blanda y las croquetas ten-
drán que tener una forma y tamaño que también faciliten su prensión y
masticación.
Al elegir el alimento óptimo para un gato mayor, lo primero que hay
que tener en cuenta es sobre todo la salud. Si el gato tiene alguna
Artículo gentileza de:
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de las enfermedades que se asocian a menudo con la edad como
artritis, diabetes, cáncer, problemas dentales, patologías cardiacas o
insuficiencia renal, los ajustes de la dieta pueden ayudar a mejorar los
síntomas clínicos o incluso frenar la progresión de la enfermedad. Para
gatos con diabetes mellitus, por ejemplo, un aumento de fibra en la
dieta, o un alimento rico en proteína y con bajo nivel de carbohidratos
puede ayudar a controlar la enfermedad y a reducir las necesidades
de insulina.
La mejor dieta o dietas debería basarse en los signos clínicos indi-
viduales de cada gato, en los resultados del laboratorio, y en la fase
de la enfermedad. Así, según progrese la enfermedad y haya que
ajustar las medicación, también serán necesarios los cambios en la
dieta.
Las modificaciones en la alimentación pueden ayudar a optimizar la salud
en los gatos sanos y a regular las enfermedades segúnvan envejeciendo.
Actualmente la gran variedad de alimentos comerciales y los distintos
contenidos de nutrientes ofrecen muchas posibilidades para mejorar la
salud del gato mayor. En el futuro, debido al aumento del interés por
los alimentos para animales geriátricos, contaremos con más estudios e
investigaciones que aportarán más datos para poder desarrollar distintos
perfiles nutricionales y adaptarnos más a las necesidades más específi-
cas de los gatos mayores.
El interés por los alimentos para animales geriátricos está aumentando
entre los fabricantes de alimentos para animales de compañía. Es un
nuevo campo a desarrollar para lo que se realizarán más y mejores
investigaciones. A partir de estos estudios se obtendrá la información
necesaria para poder desarrollar distintos perfiles nutricionales para los
gatos mayores.