Sie sind auf Seite 1von 10

CRÓNICA

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
Guillermo Coronado

El Círculo de Cartago. Remembranzas.1

I. A cuarenta años de mi incorporación al Jiménez, donde había estado el Chalet de los


Círculo, un primer aspecto que se destaca en mis Troyo. Manifestación del más sofisticado “epi-
recuerdos es el relativo al manejo de la historia cureísmo”, según la maledicencia típica de las
o tradición del Círculo por parte de Roberto pequeñas ciudades como Cartago, aunque el
Murillo Zamora y Ramón Madrigal Cuadra2. consumo no era más que una taza de café y algu-
Para decidir sobre cualquier asunto invocaban na repostería. También es de reconocer que los
acuerdos pertinentes, pero las actas siempre bri- miembros antiguos creaban una atmósfera tal en
llaban por su ausencia. Sin embargo, tal proceder torno a tales eventos, que yo mismo no sabía qué
no se podía objetar, puesto que ellos encarnaban se podía esperar.
la memoria viviente del Círculo de Estudios. También se debe recordar las fiestas de navi-
Tanto, que por mucho tiempo simplemente asumí dad con sus intercambios de regalos, que siempre
que Roberto Murillo, en especial, era fundador eran libros, tradición que se mantiene hasta el
del mismo, para muy posteriormente tener que presente. Aunque en la primera época cartaga,
reconocer mi error. las celebraciones navideñas se complementaban
Algunos libros de actas, luego simples cua- con una fiesta de navidad para los niños del
dernos, sobrevivieron y los conocimos poste- Sanatorio Durán, y ello requería grandes esfuer-
riormente gracias a la vocación histórica del zos dadas las muy exiguas arcas de la tesorería y
Prof. Jorge Enrique Guier Esquivel. Ahora pare- de los circulistas.
cen nuevamente inalcanzables, puesto que Jorge
Enrique los entregó a Adolfo Chacón, quien, en III. Después de las inundaciones de Cartago,
1956, como estudiante de cuarto año del Colegio a fines de 1963, como resultado de las erupciones
de San Luis Gonzaga, fue uno de los miem- del volcán Irazú desde marzo del mismo año,
bros fundadores del Círculo Alejandro Aguilar resulta de obligatorio recuerdo que el acompa-
Machado. Según Adolfo, los entregaría a los ñar a Jorge Araya hasta el puente del ferrocarril
Archivos Nacionales. Pero no tengo información en San Nicolás alcanzaba matices dramáticos.
de si están disponibles o en depósito. Cuando Jorge llegaba a la mitad del largo reco-
De nuevo, respecto de la fundación, resulta rrido, que realizaba equilibrándose sobre los
que Roberto Murillo fue el único estudiante del rieles del puente que cruzaba la gran explanada
quinto año que en ese entonces fue invitado a cubierta por la masa de barro, se le atacaba con
formar parte del Círculo recién fundado, como una lluvia de proyectiles. Ramón Madrigal, los
se dijo antes, por estudiantes del cuarto año. Los hermanos Castillo Rojas –Marco y Roberto–,
choques generacionales también estuvieron pre- entre otros eran los autores de tal maldad. Jorge
sentes en el inicio de la historia del grupo. Araya se dedicaba a las matemáticas y ejerció la
docencia en varias instituciones nacionales.
II. Las celebraciones especiales del
Círculo, por ejemplo, los aniversarios de funda- IV. La invitación a asistir al Círculo me la
ción, se llevaban a cabo en el salón del sótano hizo Ramón Madrigal en el año de 1964, segun-
del Hotel Holanda, costado norte del Parque do semestre, en el corredor frente al reloj de la

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
176 GUILLERMO CORONADO

Facultad Central de Ciencias y Letras, sede de se me ha perdido el texto mecanografiado de la


los Departamentos de Estudios Generales y de exposición, creo que con motivo de la construc-
Filosofía, entre otros. En aquellos días ese era el ción de la nueva casa materna, a fines de los años
punto de reunión de estudiantes y profesores, y setenta mientras realizaba mis estudios de histo-
no el pretil como en días más recientes. Era mi ria de la ciencia en Indiana University.
segundo año universitario, y tomaba, extracurri-
cularmente, un par de cursos de Filosofía dictados VI. Otro evento muy significativo en mis
por el Prof. Claudio Gutiérrez Carranza, a saber, memorias es la incorporación de Nora Chacón
Teoría del Método y Lógica Simbólica, aunque Quesada al Círculo: representó lo que Roberto
estaba inscrito en el programa de Ingeniería Civil. denominaba un axioma práctico, a saber, que
Ese fue el principio del fin de una carrera de gran “por cuestiones de noviazgos no se perdía un
futuro económico pero el inicio de una de gran miembro sino que se ganaba otro”. Por supues-
satisfacción personal. to que asistir a las sesiones de los sábados en
Conocía a Ramón Madrigal por ser vecino la noche era perder el cincuenta por ciento del
del taller de mi padre en el costado oeste del tiempo semanal socialmente aceptable, en ese
Parque Central en Cartago. Habían llegado unos entonces, para los noviazgos. El tema de ingreso
pocos años antes a una señorial casa en esa de Nora fue acerca de la historia de la anestesia;
cuadra y era muy conocido por sus caballos y Nora cumplió todas las etapas correspondientes
perros. También llamaba la atención su amistad y también sobrevivió a la fatídica votación, que
con un joven muy estudioso de la Universidad todos debíamos superar, para ingresar al Círculo.
que, al decir de las gentes que me rodeaban, era Por ello Nora es miembro, que no miembra, con
indudablemente un genio. Con caminar pausado plenos derechos desde ese entonces. Y por ello el
recorría el parque, siempre con un libro en su Círculo ha sido otro de los eslabones en nuestra
mano, y llegaba a conversar con Ramón. Ese larga vida compartida.
joven era Roberto Murillo. Ramón había salido
del Colegio San Luis, viajado a México por un VII. Por otra parte, una experiencia muy
poco más de un año a estudiar medicina, cosa traumatizante era la realización de las confe-
que sospecho no le entusiasmaba mucho, y regre- rencias en la Biblioteca Pública de Cartago,
sado a la Universidad de Costa Rica a estudiar Mario Sancho, antiguo edificio del Banco Crédito
derecho y filosofía. Agrícola –ahora felizmente restaurado–. Lo nor-
mal correspondía a la siguiente situación: el
V. Mi tema de incorporación al Círculo, conferencista preparado y el público brillando
luego del período normal de prueba en que se por su ausencia. Mientras algunos miembros
mostraba si el invitado cumplía con los estilos de entretenían al invitado, otros “cazaban” a cono-
disciplina y dedicación, no fue voluntario sino cidos que tuvieran la mala suerte de pasar frente
impuesto. Versó sobre el largo ensayo de Teilhard a la Biblioteca. Por supuesto, al conferencista se
de Chardin, El fenómeno humano, en que se pre- le entretenía con profundas consideraciones sobre
senta una visión total del fenómeno de la evolución el tema del día, de su quehacer intelectual, o con
tanto biológica como humana. El pensamiento de la presencia de alguna circulista de escote muy
Teilhard había sido introducido en nuestro país atrevido.
por el Prof. don Teodoro Olarte Sáenz del Castillo Pero en el Círculo esta actividad de promo-
y por ello, asumo, el interés de Roberto Murillo y ción cultural, como se llamaría en nuestros tiem-
Ramón Madrigal por dicho autor. pos, era irrenunciable. Correspondía al proyecto
La presentación y discusión tomó mucho tiem- de convertir a Cartago en una segunda Atenas, en
po. Fue condición que se tratara la totalidad del el verdadero foco de la cultura nacional. Por ello
ensayo y no simplemente un aspecto del mismo. se organizaban ciclos completos de actividades,
Y no terminó en el sitio de reunión sino que se en especial, conferencias con los intelectuales
prolongó en la ya desaparecida Soda Valerín, más connotados, en especial, de la Universidad
contigua a la Botica García. Lamentablemente de Costa Rica.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
EL CÍRCULO DE CARTAGO. REMEMBRANZAS 177

Dichosamente, el Prof. Constantino Láscaris secreto para decidir su destino. Finalmente, poco
Comneno, invitado constante, ha dejado regis- después de las nueve, breve reunión en alguno
tro de los mismos en las páginas de crónica de de los salones de Cartago, en particular el Salón
la Revista de Filosofía de la Universidad de París –ya desaparecido y sustituido por uno de los
Costa Rica. Siempre resulta muy gratificante omnipresentes restaurantes de comida rápida de
repasar los títulos de las conferencias y los sello norteamericano– o bien la Puerta del Sol.
nombres de los participantes. Para citar sola-
mente un ejemplo, considérese el ciclo del año IX. En aquellos primeros tiempos fue
de 1958, del 23 de agosto al 15 de octubre: Dr. muy importante la dimensión “peripatética” del
Constantino Láscaris sobre “vanidad de la filo- Círculo. En efecto, los domingos en la mañana
sofía”, Dr. Roberto Saumells sobre “ciencia y se realizaba una caminata a ciertos lugares de
filosofía”, Lic. Teodoro Olarte en torno al tema Cartago, por ejemplo, Coris y los Cerrillos –al
“el hombre en la filosofía”, Dr. Florentino Idoate oeste y sur de la ciudad–, y durante la misma
sobre “Dios en la filosofía contemporánea”, Roberto Murillo aprovechaba para profundizar
Lic. Alejandro Aguilar Machado acerca del las reflexiones sobre temas intelectuales o de
“significado histórico del Renacimiento”, Prof. acción político-cultural cartaginesa. El segundo
Francisco Amighetti acerca de la “plasticidad tipo de discusiones tenía que ver, según las infor-
del Arte Contemporáneo”, Ingeniero Fernando maciones posteriores que obtuve, con transfor-
Chavarría en torno a la “génesis y evolución de maciones deseables del Colegio San Luis, para
los matemáticas” y finalmente Prof. Abelardo que se convirtiera prácticamente en un centro
Bonilla sobre “verdad y belleza”. universitario; tema recurrente resultaba el com-
En la época de mi incorporación al Círculo, bate a las autoridades de la Junta Administrativa
el espacio para tales actividades era la Biblioteca y la Municipalidad, que se mostraban reacias a
Pública de Cartago. Anteriormente había sido la tales cambios, la función de la biblioteca pública,
biblioteca del Colegio de San Luis Gonzaga. Y es etc., etc. Debo reconocer que, dado que no eran
importante recordar que una de las grandes bata- obligatorias y además muy tempraneras, yo no
llas del Círculo fue el bautizar dicha Biblioteca participaba de ellas. Es algo que lamento mucho,
Pública con el nombre de Mario Sancho. La pero el modelo cartesiano de pasar la mañana en
oposición fue muy fuerte, pues, todavía en ciertas cama ya era sumamente poderoso.
esferas de la ciudad, la memoria de Sancho gene-
ra anticuerpos muy poderosos. X. Es de importancia rescatar algunos de
los juegos en las reuniones sociales, que con cierta
VIII. Otro importante detalle en las primeras regularidad, organizaba el Círculo en las casas de
etapas de la historia del Círculo corresponde a la los miembros. Entre ellos se destaca el juego de
estructura de las reuniones. Su inicio a las siete las películas, es decir, el adivinar, en un tiempo
de la noche los días sábados. Una primera parte determinado, de títulos de películas. Se me indica
administrativa, muy formal, con su correspon- que ahora se llama “charadas”. Se conformaban
diente lectura de actas, informes, propuestas de dos equipos, y mediante mímica uno de los
actividades. De importancia crucial: informes miembros del equipo trataba que sus compañeros
sobre libros, teatro, cine y otras actividades cul- adivinaran el título que el otro equipo le pro-
turales con sus respectivas “desrecomendaciones” porcionaba en absoluto secreto. Por supuesto los
para evitar a los circulistas perder tiempo y dine- equipos tenían que rotar a los encargados de hacer
ro. También se consideraban posibles nombres la mímica. Generalmente se preguntaba primero
para nuevos miembros que eran sugeridos o apa- sobre el número de las palabras, los artículos ini-
drinados por los circulistas activos. Una segunda ciadores del nombre, la acción del verbo. En casos
parte, la fundamental, consistía en la exposición de desesperación se aventuraban los nombres de
de un tema por parte de uno de los circulistas o de artistas o simplemente títulos. Por supuesto había
un candidato a ingreso, seguido de intensa discu- intentos de fraude, y normalmente el juego termi-
sión. Si era un candidato a ingreso, se votaba en naba cuando el conflicto era imposible de regular.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
178 GUILLERMO CORONADO

Un equipo se declaraba triunfante porque el otro Gutiérrez, Roberto Murillo –ahora como un invi-
se retiraba bajo protesta. tado–, José Alberto Soto fueron muy llamativas.
En particular, en la sesión del 16 de diciembre de
XI. Durante las primeras dos etapas del 1972, Luis Camacho hace una exposición sobre
Círculo existía una junta directiva anual, com- las cuatro etapas de la filosofía analítica, que se
puesta por un presidente, un secretario y un publicó luego en la Revista Torrealba, del Centro
tesorero. Este último era el más sufrido dado que Regional Universitario de Turrialba, y en la que
cobrar las cuotas no era sino una tarea imposible. se hace referencia directa al proceso posterior de
El secretario debía redactar, leer y archivar la discusión típico del Círculo.
minuta de la sesión anterior. El presidente impul- Por estos tiempos, se incorporan nuevos
saba las grandes políticas culturales del Círculo. miembros como Édgar Roy Ramírez y Mario
Se llegaba a tales puestos como un reconocimien- Alfaro, estudiantes de filosofía. Roy con un
to al compromiso con el Círculo y una cierta anti- tema sobre la historia de las ciencias, mientras
güedad. Me correspondió desempeñar los puestos que Mario disertó sobre “Popper y su crítica a
ascendiendo desde tesorero a presidente. Cuando la inducción”. Con mi viaje a Indiana en 1976,
estuvo a mi alcance transformé esa estructura de se pasa a un estado de letargo. No obstante, una
“poder”. Pero ahora no estoy seguro de si aquella importante actividad tuvo que ver con el centena-
fue una sabia decisión. rio del nacimiento de Einstein, en 1979, y organi-
zada en el TEC, por los nuevos miembros antes
XII. Las etapas del Círculo corresponden, en mencionados, muestra que su compromiso con el
primer lugar, a su sede en Cartago, con el nombre Círculo era realmente sólido. Los participantes
original de Círculo de Estudios Alejandro Aguilar en la mesa redonda fueron Claudio Gutiérrez,
Machado, desde su fundación en 1956 hasta el filósofo de la UCR, Guillermo Moncada, físico
viaje de Roberto Murillo a Francia. Su sede origi- del ITCR, y Mario Alfaro, filósofo del Círculo
nal en el Colegio de San Luis Gonzaga, en casas de Cartago.
de los circulistas y en la antigua Biblioteca del En los ochenta, a nuestro regreso se reanudan
Convento de los Padres Capuchinos. las actividades en nuestra casa de habitación y se
En segundo lugar, su permanencia en San inicia la rotación por las de los otros circulistas.
José, bajo el alero del bufete Guier y la guía Se incorpora Álvaro Zamora. Más recientemente
del jurista e historiador Jorge Enrique Guier el “hogar” corresponde al Instituto Tecnológico
Esquivel. Algunos de los nuevos circulistas de de Costa Rica, en especial, el Seminario de
esta etapa josefina fueron: Víctor Hugo Acuña Estudios Filosóficos e Históricos, cuyo fundador
–historiador–, Álvaro Quesada –historiador de la fue precisamente Roberto Murillo. El nombre en
literatura, recientemente fallecido–, los hermanos este tercer momento es breve y directo: Círculo de
Sergio y William Reuben –sociólogos–, William Cartago. Se ha dejado de lado el deseo de ser una
Guido –abogado y político–. Una acción signifi- fuerza cultural en la ciudad, como en la primera
cativa de esa etapa es la decisión de cambiar el época, pero se ha reforzado el trabajo de estudio y
nombre de la agrupación, pues se consideraba que de producción. Los circulistas firman sus trabajos
debía hacer referencia más directa a lo cartago. como miembros de la entidad y se han publicado
En consecuencia se toma el nombre de Círculo varios libros como resultado de las actividades de
Mario Sancho. Esta acción no fue aceptada, análisis de los fenómenos científico-tecnológicos
obviamente, por Roberto Murillo y es causa, en en relación al impacto de los mismos en las ideas
gran parte, de su alejamiento al regreso de sus y en la sociedad. Como muestra de ello podemos
estudios en Francia. referir a los Foros de la Revista Comunicación,
Finalmente, el tercer momento arranca editada por el Departamento de Comunicación
en los inicios de los setenta con el regreso del Instituto Tecnológico de Costa Rica, apare-
del Círculo a Cartago, 1972, especialmente en cidos en 1988 y 1989. En el primero Édgar Roy
nuestra casa, gracias a la hospitalidad de Nora escribe sobre “La maternidad por substitución
Chacón. Intervenciones de los profesores Claudio como problema ético”, que refleja la sesión del

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
EL CÍRCULO DE CARTAGO. REMEMBRANZAS 179

Círculo de Cartago del 27 de febrero de 1987. En XV. En la primera época, el Círculo inten-
el segundo, aparecen dos breves ensayos sobre el tó llevar su mensaje a un auditorio mucho más
tema de la eutanasia, por Édgar y el que escribe, amplio. Prueba de ello es que en su organigrama
que tienen la peculiaridad que en el título intro- fundacional aparece un “secretario de relaciones
ductorio se destaca “participación del Círculo de internacionales”. Pero también tuvieron en mente
Cartago”. Pero estos no son los únicos temas con el contexto nacional. Por ello mantuvieron un
que interesan y comprometen a los circulistas. programa radiofónico en la emisora católica,
En recientes reseñas bibliográficas apareci- Radio Fides, aunque entiendo que por un tiempo
das en la Revista de Filosofía de la Universidad relativamente corto. No conozco las razones para
de Costa Rica se refieren al Círculo como “...ese tal conexión.
grupo misterioso que es el Círculo de Cartago” Se sugirió, también, una publicación impresa,
(Alexander Jiménez), y se llega a afirmar que es la cual debió esperar por “nuestro tiempo”, más
el autor de las publicaciones: “De mi parte creo de cuarenta años después de la fundación. Tiene
que, si bien figuran varios nombres y apellidos, como título Coris, y aparece tanto en versión
la obra es de un solo autor: el autodenominado impresa como en versión electrónica. Pero así
“Círculo de Cartago”.” (Arnoldo Mora) como fue lenta su actualización lo es también su
presente desarrollo, solamente lleva dos números
XIII. En esa segunda etapa, la josefina, en cinco años. Publica textos de los circulistas y
el éxito fue tan grande y la diversidad de los de autores invitados. Su director es Mario Alfaro.
intereses de los nuevos miembros, en especial, La dirección electrónica de Coris es la siguiente:
la dimensión política, que se creó una especie www.itcr.ac.cr/escuelacienciassociales.
de círculo filosófico, conformado por los “vie-
jos cartagos” –pero entre ellos estaba Jorge XVI. Si era difícil ingresar al Círculo, tam-
Enrique– que se reunía entre semana. Una de las bién lo era permanecer en él. Según recuerdo, las
experiencias más ricas de este “subcírculo” fue el actas iniciales registran que miembros fundado-
estudio por muchos meses de la Ética de Spinoza, res fueron suspendidos por el incumplimiento de
teniendo a mi cargo el análisis de la dimensión sus deberes: ausencia a las sesiones, asignaciones
axiomática. Lamentablemente un estudiante de sin cumplir, no presentación de los temas estable-
la Escuela de Filosofía me extravió la traducción cidos. Como muestra de esto, cabe anotar que el
de la obra de Spinoza en que estaba incorporado último miembro en ingresar al Círculo, también
todo el análisis. ha sido suspendido en forma definitiva por no
cumplir con sus obligaciones.
XIV. Según el imaginario del Círculo,
como se estila decir ahora, una muy importante XVII. En estos momentos, y ello no deja
actividad se llevó a cabo en la Biblioteca del de ser doloroso, me corresponde ser el miembro
Convento de los Padres Capuchinos: la “repre- más antiguo del Círculo de Cartago, dado el ale-
sentación”, durante muchas sesiones, de la obra jamiento de todos los miembros fundadores, en
de Jean Paul Sartre, El Diablo y el buen Dios. especial: Diana Masís Fernández, en cuya casa,
Aparte de los conflictos internos por los pape- el 30 de agosto de 1956, se funda el Círculo,
les a representar por Roberto Murillo y Ramón John Saxe Fernández, Adolfo Chacón Solano,
Madrigal, dado que los de Haydee Garro y Víctor Jiménez y Manuel Baldares Carazo(✝); de
Ángela Valverde, esposa de Roberto, estaban aquellos de la siguiente generación como Ramón
asegurados no solamente por razones de género Madrigal, Haydee Garro, los hermanos Castillo,
sino por su especialidad en castellano, los demás Zulay Soto, Franklin Aguilar, Rodolfo Watson,
circulistas representábamos todos los personajes Isabel Quesada, Jorge Araya, Flor del Carmen
secundarios, esta aventura dramática tuvo otro Portuguez, Egennery Venegas... así como la parti-
serio resultado: se nos quitó la posibilidad de da de Roberto Murillo y Jorge Enrique Guier. Se
reunirnos en la Biblioteca del Convento; sin mantiene algún contacto con Egennery, al menos
eufemismos: ¡nos expulsaron! en los aniversarios.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
180 GUILLERMO CORONADO

El Círculo actual lo conformamos Mario XX. Ciertamente en las etapas primera y


Alfaro, Guillermo Coronado, Nora Chacón, Édgar segunda del Círculo la literatura fue un importan-
Roy Ramírez, Valeria Varas, Celso Vargas y te estímulo para el estudio y discusión. Sin embar-
Álvaro Zamora. Álvaro Zamora ingresó con un go, cabe señalar que también lo ha sido en las dos
tema sobre Sartre y el arte, Valeria presentó su últimas décadas. En efecto, a inicios de los ochen-
poemario “Cantando me defiendo”, que luego apa- ta, en casa de Álvaro Zamora se realizó una sesión
recería publicado y Celso disertó sobre el conexio- sobre El nombre de la rosa de Umberto Eco que
nismo y el nuevo paradigma subsimbólico. provocó discusión por más de una sesión. Ello me
Por supuesto, siempre ha habido personas motivó a retomar el tema de la filosofía medieval
cercanas y colaboradoras que no se convierten en el Instituto Teológico de América Central y
en miembros formales pero que prácticamente ofrecer dicho curso de manera ocasional, lo que
lo son. Un caso muy significativo es el de Luis me permite mantener el interés y dedicación a ese
Camacho, del mundo filosófico; también mere- momento histórico del filosofar. En otro caso, en
cen mención Pedro León y Edgardo Moreno, el hogar de Mario Alfaro, se discutió con el autor,
del ámbito científico. Además, en un contexto La guerra prodigiosa y Lo monstruoso y lo bello
más familiar, Manuel Gmo. Coronado, Eduardo de Rafael Ángel Herra, dos obras que plantean
Venegas(✝) y su esposa Lorena Chacón merecen una simbiosis entre lo literario y lo filosófico.
un profundo agradecimiento. En casa de Roy y Valeria se tuvo como motivo
Respecto de la conformación del Círculo, el Asalto al paraíso de Tatiana Lobo, lo que nos
Egennery apuntaba comentando una versión pre- remontó al Cartago colonial, algo muy necesario,
liminar de estas remembranzas, una particulari- en especial, para los circulistas josefinos.
dad muy significativa del mismo, a saber el que Otros tipos de documentos también resultaron
el “Círculo no fuera un coto de androcentrismo de gran interés para abrir posibilidades de discu-
excluyente o misoginia a pesar del contexto sión y profundización temática. Entre ellos, merece
social-histórico, sino más bien un ámbito de soli- atención especial, la discusión nuevamente en casa
daridad genérica”. de Roy y Valeria, de La casa cósmica talamanque-
ña y sus simbolismos, de Alfredo González Ch. y
XVIII. El Círculo se ha enriquecido, tam- Fernando González V. El intenso intercambio con
bién en estos últimos años, con el aporte de los dos autores acerca de las correlaciones entre la
intelectuales extranjeros, como es el caso de los técnica de la construcción y el modelo cosmológico
doctores alemanes Peter Sprechman –paleontó- y religioso motivaron desarrollos ulteriores muy
logo–, Arnold Spitta –historiador–, Hans Werner fecundos. En mi caso, ello tuvo repercusión en la
Schütt –historiador de la ciencia– y el norteame- docencia, en particular, en el curso de Introducción
ricano David Crocker –ético del desarrollo–. En a la Técnica, Ciencia y la Tecnología que imparto
algunos de estos casos, sus intervenciones en en el Instituto Tecnológico.
el Círculo han visto la luz en diversos medios En consecuencia, cabe revisar críticamente
escritos. la afirmación de Roberto Murillo en su ensayo
sobre el Círculo de Cartago –reproducido en
XIX. Como se señaló antes, el gran artista el número inaugural de Coris, y que de alguna
nacional, don Francisco Amighetti participó en manera también he aceptado y repetido en varias
el ciclo de conferencias de 1958. El Círculo de ocasiones–, a saber, que el Círculo actual es un
Cartago tuvo la oportunidad de recibirlo nueva- grupo de josefinos que visitan la casa de Nora
mente en una sesión especial, el 15 de abril de y Guillermo en Cartago para discutir temas
1988, dedicada a la celebración de sus ochenta sobre la ciencia y la tecnología. Por el contrario,
años y la aparición del libro de Rafael Ángel muchas de las sesiones, y de los esfuerzos de los
Herra El desorden del espíritu. Conversaciones circulistas, se han dedicado a temas diferentes a
con Amighetti, de 1987. El diálogo generado a los de la ciencia y la tecnología.
partir de su exposición resultó de gran importan- Más específicamente, hay que apuntar que
cia y belleza. en este 2004, en el Círculo los josefinos activos

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
EL CÍRCULO DE CARTAGO. REMEMBRANZAS 181

son solamente tres, mientras los cartagos somos correspondientes. Así, mi lectura de tales textos
cuatro –aunque uno sea herediano que reside se probaba en el proceso de la exposición, pero más
en Cartago y todavía trata de no ser totalmente importante, su comprensión se afinaba en el inter-
asimilado–. Roy, Mario y Valeria son los extran- cambio de ideas posterior a la exposición. Y por
jeros; Nora, Celso, y Guillermo como nativos supuesto, los circulistas eran interlocutores mucho
aceptamos gustosos a Álvaro como residente más fieros que cualquiera de los profesores y sus
todavía un poco reacio. exámenes parciales o finales. De hecho, el Círculo
eliminaba totalmente el estrés de las pruebas uni-
XXI. En respuesta a una inquietud de Mario versitarias que se transformaban en un simple ejer-
Alfaro, insisto en que según mis recuerdos me cicio en comparación con la sesión sabatina.
parece que la cerveza o bien otro líquido destilado Desde esa perspectiva, la actividad como
para consumo posterior a la sesión se hace una cos- circulista completaba la formación estudiantil,
tumbre en la etapa josefina, aunque Roberto en su de ninguna manera la perturbaba como algunos
ensayo antes citado, lo sugiere ya en Cartago. En solían afirmarlo. Sin embargo, mucho más impor-
las fiestas navideñas de ese período josefino o en tante resultaba la diversidad de enfoques y puntos
las noches de los sábados se inició esta práctica. De de vista a los que se sometía las exposiciones
hecho, en San José, un restaurante-bar cercano a la personales, por una parte, y la necesaria apertura
plaza Víquez, de nombre El Paraíso, se convirtió de posibilidades de interpretación e interés que
en el sitio de la tertulia posterior a la sesión ordina- provocaba las formaciones e intereses personales
ria. Dado que por ese entonces causaba conmoción del conjunto de los circulistas. Una consecuencia
un motel de nombre semejante, proclamar en los necesaria era que sin una apertura de miras y una
corredores universitarios que nos veríamos en El actitud antidogmática no se podía sobrevivir en el
Paraíso después del Círculo, provocaba murmullos Círculo. Y ello sí que resultó en una crucial lección
de desaprobación –que ciertamente era lo que se intelectual y vital. Por ello no solamente hay que
buscaba–. Por supuesto que este es solamente mi brindar por la eternidad del Círculo, como cerraba
recuerdo; no un dato histórico. su ensayo Roberto Murillo, sino que quiero brindar
Egennery recuerda que en la época josefina en profundo agradecimiento por la formación que
los paseos y la mayoría de las fiestas navideñas se me proporcionó y sigue proporcionándome.
llevaban a cabo en Cartago, ya fuera en mi casa
materna o en el apartamento “del segundo piso” Cartago, diciembre del 2004.
en que instalamos nuestro hogar con Nora. Y
ciertamente en tales fiestas las bebidas fermenta-
das y destiladas estuvieron presentes. Pero ello no Notas
refuta mi remembranza antes referida.
Por cierto, Egennery también recuerda la 1. Estas remembranzas responden a un reto-reunión
ejecución de ciertos bailes colectivos, en especial, del Círculo de Cartago provocado por mi hija
en el caso de la danza de Zorba el Griego, aunque Gioconda, quien se autodefine como miembro
en muchos casos solamente por Jorge Enrique de la nueva generación de circulistas. Estuvo
y Nora, y en el caso del “himno” del Círculo, a también presente Surayabi Ramírez. En conse-
saber, “Black is Black”. Por mi parte, insisto que cuencia, estas memorias se dedican a ella.
las ejecuciones más brillantes de Zorba fueron en 2. Ramón Madrigal falleció a las dos semanas de
la Primavera, en el viejo Escazú. finalizado este ensayo. Del golpe de su partida
no nos hemos podido recuperar en el Círculo.
Dado el tono festivo de las remembranzas decidí
XXII. Finalmente, el último recuerdo que dejarlas como documento privado, pero cambié
quiero registrar es el del Círculo como comple- de opinión gracias al consejo de Luis Camacho
mento a la formación universitaria. Durante mis quien me hizo ver que seguramente a Ramón le
años de estudiante los libros de lectura obli- habría agradado precisamente dicho tono. Sean
gatoria en los cursos de filosofía se convertían pues estas remembranzas también un homenaje a
en el objeto de las exposiciones en las sesiones Ramón, el circulista por excelencia.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005
182 GUILLERMO CORONADO

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 175-181, Enero-Abril 2005

Das könnte Ihnen auch gefallen