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2. ANTECEDENTES HISTORICOS
hawr blanco en cada uno de ellos con sus doce naranjas de modo que
ninguna feliase, y que nunca ninguno de eilos le twaría con ninguna de las
SUY8S.. .
Una vez que termina le conquista de las islas cambian los puntos de
aprovisionamiento, dirigibndose las expediciones esclavistas hacia el vecino
continente africano. Madeira tiene un papel protagonista durante el siglo XV
y XVI en la defensa de las plazas lusitanas en Manuecos, tales como Arzila,
Atamor, Mazagao, Santa Cruz del Cabo Uu6 o Safim, expediciones que son
capitaneadas por le aristocracia de Funchal y Ribira Brava. Esto explica la
importante presencia que van a tener los esclavos mariscos en ambas
localidades madeirenses y las represalias de los corsarios argelinos en la
segunda mitad del siglo XVI y en el XVII, siendo especialmente significativo
el asalto de 1617 a la isla de Porto Santo donde capturan a novecientos
vecinos.
La tercera vla de aprovisionamientode esclavos es la costa de Guinea, a
través de las factorías establecidas en Arguim, S. Jorge da Mina y, rnhs
tarde, en Cabo Verde, Santo Tome y PrCncipe. Zurara. Cadamosto, Diogo
Goma y Duarte Packeco Pereim son buenos cronistas de este oscuro
comercio entre las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo XV.
Las esclavos canatios en Madeira, según recoge L. Siernens y L,
6srreto2, se dedicaron a dos actividades principales: el pastoreo, práctica
econcimica en la que tambien se mantienen en sus &reas de origen tras la
conquista castellana, y en los trabajos de la industria azucarera. No obstante
su presencia en la isla va a ser una fuente permanente de problemas como
señala la carta de3 Duque regente (Tomar, 12 de noviembre de 1483)
En cuanto a lo que dicen que hay muchos esclavos canerios que sus
dueños ocupan como pastores de ganados en la siem y ellas se amotinan y
n?ed88# por la sima y destruyen /os ganados ajenos, pur lo cual la crla de
* SIEMENS, L. y L. EüVWEfO Los &M abwlgenm E B ~ B ~ OenE Ole isla de ia Madera C.1455-1605). Anwirio de
pYblico que genera, un gran interés para Sa población madeírense, si no
tanto Iss pastores si los esclavos y horros que trabajan en la industria
azucarera, muchos de 10s cuales adquirieren la categoría de maestro de
azúcar. Siemens-Bamto explican que esta falta de unidad frente al
problema canario se produce a fin de evitar la fuga de especialistas de la isla
en un momento en el que el epogeo de /a industria azucamm en otms islas
at/dnt¡cas era ya un aconfecimiento prúximo e imversible.
La pregunta que debemos hacernos antes de que nada es la siguiente:
&es posible que en este contexto, con las condiciones de vida que se
imponen al esclavo, las canarios recompongan -aunque sdlo sea a niveles
mínimos- sus modos de vida tradicionales? Y si es así La qué niveles se
realiza esta rscxrinstniccibn?. La esclavitud supone un cambio radical que
afecta al individuo a todos los niveles porque lo extrae del entorno social y
cultural que le es habitual para introducido en otro mrnpletamente extrafío y
coercitivo que aisla al edavo de sus cong6neres evitando que estos puedan
reorganizarse y llegar a ser un peligro pata el sistema. Para alcanzar estos
objetivos la religidn juega un papel primordial como vehículo de integración
de estas personas al nuevo orden social en que están inmersas,
despojdndolas de aquellos mecanismos psicolbgicos que los diferencian
dtnicamente de sus opresores. De esta manera la religidn cumple la funcidn
ideólCigíca por excelencia en un conjunto estructuralmente homogeneo, es
decir, resuelve simbólicamente para todos los grupos las oposiciones que
existen en el plano de las relaciones sociales y del ejercicio del poder3.
Eshidios
3
~~ 20, MadrBbLas Palmm 1W4, pp. 11$143
HOUTAFYi, F. ReBgicin y modos de pmducdón precapltalktms. Madrid, IB88, p.108
Un ejemplo de Is dicho lo tenemos en Canarias donde encontramos
aborígenes libres junto a poblaciones esdavas moriscas o negras. Pocos
vestigios se han encontrado de estas Últimas, quizás algún enterramiento
encontrado en Lanzarote donde la condición del individuo se identifica en
todo caso a través de algún complemento de ornato pero no en los ritos o en
el ajuar funerario. Para en caso de los aborigenes canarios el mejor ejemplo
puede ser el de la conquista de la vecina isla de Tenerife, en la que participa
un contingente numeroso de aborígenes de Gran Canaria que
posteriormente reciben datas en la isla. Se trata, como sucede con Don
Fernando Guanarteme y sus súbditos, de un grupo compacto que se asienta
en Tenerife a finales del siglo XV y que no es capaz de reorganizarse como
pueblo ni tampoco de dejar en el territorio huellas diferenciales que delaten
su presencia étnica. Tampoco los alzados guanches, estudiados por el
profesor M. Lorenzo ~erera'. que quedan en esta isla tras la conquistal
dejan una impronta material clara que delate sus actividades, debido sin
duda a la constante movilidad que les impone su condición de renegado,
aunque son numerosas las referencias documentales que les sefialan como
gente que no se andan ni se tratan en el vestir y en las otras cosas como
castellanos, salvo que andan entemarcados. Sin embargo, este Último caso
presenta marcadas diferencias con el anterior y con el que nos ocupa en
Madeira, armo las que existen entre individuos libres y esclavos. Esto
explica que muchos grupos que vivían en zonas aisladas y siguieron
dedicados a la ganadería trashumante conservaran la lengua, las
PARGO
0 SANTANA
LOMPO MOIRU SAN
u
COVA DO NEGRO P FCO CANARIO FAlAL
LQiME3ODO MOURO
0 EIRADOMOIW
SERRA DE AGUA
RIBEIRA B W A
CAMARA DE LOBOS
Las fuentes escritas sefialan de forma recurrente la dedicación de
esta poblacibn al pastoreo de ganado menor, constituyendo esta actividad
un elemento clave para entender sus formas de vida y, gspecialmente para
el casa que aqui nos ocupa, su conexibn con el espacio geográfico. Son
numerosos los topónimos, como decimos especialmente localizados en la
mitad oociclental de la isb, que pueden ser asimilados al desarrollo de estas
labores. Así tenernos, por ejemplo: P o i b da faja da ovelha o Pioo da cabra,
etc. En la mayor parte de los casos, parece poder situarlos en entornos en
los que se desarrolld con cierta intensidad labores de pastoreo. No obstante,
estos topónimos difícilmente pusden ser asimYables directamente a los
canarios, tuda vez que esta pdctica económica continuó desamlldndose en
este entorno hasta fechas relativamente recientes. A pesar de ello, es un
elemento que ha de tenerse en cuenta a la hora de afrontar futuros trabajas
de investigación. Afirmación esta que adquiere una especial significación si
tenemos en cuenta la constatada existencia de o t m u s a , relacionados con
el pastoreo, que pueden tener un origen canario, como es el uso de garrotes
o lanzas (bordones) para el desplazamiento de los pastores por este
territorio.
Otra de las categorias de topbnirnos que puede tener una cierta
significaddn para los aspectos considerados, son aquellos asociados a
espacios que pudieron aprovechar las poblaciones canarias alzadas como
refugio: las cuevas. Las oquedades naturales constituyen un elemento que
resultaba familiar a estos grupos humanos y que, a todas luces, debieron
servirles para guarecerse a lo largo del período de üempo contemplado,
Quid, el elevado grado de mutilizacibn a la que se han visto estm espacios
no permita la determinacidn de ningún resto material asociados a los
canarios, siendo la toponimia el Único elemento que puede permanecer en el
sentido propuesto. De nuevo ha de manifestarse las debidas cautelas oon
respecto a lo sehalado, si bien sin descartar aptiorísticamente, la
eventualidad apuntada.
Nuevamente los topbnimos encuadrables dentro de esta categoría se
ubican preferentemente en el sector más occidental de Madeira, como
manifiestan los ejemplos que a continuación se recogen: Beira das lapas,
Pico da Cova Grande, Cova do Arm, Cova da Birahoao, Cava du ~urral',
etc., siendo un caso especialmente significativo para los objetivas que aqui
nos preocupan el caso de la Cova do Negro.
Uno de los grupos de topónirnos que presenta un mayor intetes es el
que hace referencia en su nomenclatura a poblaciones fodneas y extmfias a
las gentes que otorgan nombres el entorno. Normalmente, y de forma
recurrente, se hace referencia en nombres de lugares a "rnouros" o
"rnouras", en referenda inequlivoca a poblaciones de comunidades
norteafricanas. La procedencia norteafricana de un contingente importante
de población que es trasladada a Madeira a raiz de su colonizacllón, y su
vinculación reiterada con los "canarios alzados" constituye un elemento de
gmn valor para el desamllo del análisis propuesto. En el mismo sentido, en
la Arqueologia peninsular espafiola, la aparicibn de topbnimos en los que se
incluye rnom8,es directamente asimilada, en la mayor parte de los casos,a
la existencia de yacimientos arqueológicosg. En t6minos generales, se
asocia tos moros cualquier manifestacidn extrafia o no reconocible,
perdurando tal m n n o t a c i en la toponimia a lo largo de mucho tiempo.
Son numerosos los tuponirnos localizados en Madeira que pueden ser
encuadrables dentro de esta categoría'': Lombo do Mouro, €ira do moira,
L o m b Moiro, etc. En este caso, podría resultar singularmente importante la
recogida de información oral en torno a estos topónirnos y los elementos,
caso de perdurar, que aUn se asocian a ellos.
Sin duda los topónimos que ofrecen una mayor dificultad de
explicación e interpretacibn son aquellos a los que puede asociarse un
origen, la menos parcial, a la lengua de los aborígenes canarios. Es el caso,
por ejemplo, de Uarachico, considerado topónirno aborigen, y que está
presente en la isla de La Palma y Tenerife (F. Navarro, 1981); en la primera
no se conoce antes del sigla XVlll, mientras en Tenerife es recogido por
varios textos del siglo XV1 como Garachice y también Gareichizo y
Guarachico. Pera J. Alvaser Delgado tiene origen aborigen, rechazando
cualquier otra procedencia, relacion6ndolo con otras voces similares como
Gamfh o Garajonay, filiacion que también reconoce D.J. Wfilfel, aunque no
encuentra paralelos cercanos en las lenguas del Noroeste africano.
Para C. Diaz ~layón"la etimologia de la voz Garachico se presenta
como una cuestibn no resuelta del todo, aunque si nos atenernos a la
interpretación de J. Alvarer Delgado podríamos plantear un significado
similar a tierra alta. En Madeira la VOZ Garachico podría responder a estas
'Yaolmientoa que no tienen portpie ser ashilables al intervnb temporal en el que los musuirnanes&n ocupando
&e tariitork, sino que pusden hacer alusión a otros emplatamlentos arqueoldgboai m& antiguos.
'O Nuevamerke kcalirab de forma prahntu en la mitad occidental de k $h.
caracterlsticas y estar relacionada con la población canaria, pues este lugar,
en las cercanías de Estreito da Camara da Lobos presenta estas
características y se localiza en medio de las dos zonas a las que llega m&
afluencia de población canaria y morisca.
O t m términos que se asocian a ambas culturas son Tabaiba -a los
higos chumbos se les conoce en Madeira como Tabaibos- que para D.J.
w6blf2se treta de un vocablo tomado sin duda de los aborigenes aunque
no encuentm ningún pamielo adecuado para esta palabra en bember, que
tiene otros vocabi'os m# el signíficado de Euphorbia como takiut, tauk o
addad. Tambien 6anbusan0, pero en este caso no se trata de una palabra
aborigen y si de una derivaci6n del vocablo portugués bafbosa = retofio,
vastago". Tambidn el vocablo Villatigo ha sido atribuido a la lengua de los
aborígenes, pero no da en absoluto la impresilbn de serlo; y si lo fuera,
foneticarnente tendrla que estar muy desfigurada'".
En cuanto a la palabra gofio, documentada en la isla de Porto Santo
como gofe, se trata de un vocablo de ciam origen canario y asl aparece
recogido en las fuentes etnohist6ticas, aunque quid§ su usa en el
Archipi6lago no estuviera tan generalizado como plantean los te>dos15(nos
referimos a la denominación no al tipo de alimento). VVl)lhll' paraleliza esta
palabra con el Hausa guhuhu y propone la palabra g0fj.o = masa hecha de
haninar.
"ABREU OALINDO, J. Historia de la Conquista de las siete sleteks de Cansria. Santa C m de Tenerile, I g n , p. 74
"ZURARA, Q.E.da CrcZnica de Gutnb. Barcelos, 1973, pp. 343
En Canarias el uso de la lanza, astia o lata por los pastares
tradicionales continúa hasta 1a actualidad, conserv6ndose además juegos
vernláculos coma el del palo o gamte canario.
Es muy posible que estos y otros elementos estuviesen presentes en
la isla ligados al grupo de población canaria, aunque dado el ámbito
mtfingida en que surgen es muy dificil que estas costumbres hayan
pervivido de algún modo hasta la actualidad.
Otro de los topónimos es el de Massapez, que aparece citado como
aborigen para Gran Canaria y ~enerife" con la variante Massapeces. Se
encuentra localizado en la costa occidental de Madeira en dos
emplazamientos distantes entre si, lo que puede asimilarse, como en el caso
de Canarias a un topónimo que hace referencia a un tipo de entorno
camderlstico.
Con una Iodizacidn similar, puede hacerse referencia al topónimo de
llheu do Ginctio, tarnbidn sita en el litoral medeirense. La voz Guincho, que
hace referencia a un Plguila pescadora, aparece de forma recurrente en
diversas islas d d Archipidlago Canario, en la mayor parte de los casos en
las wmnias del mar.
laEn este caso se a s d a incluso con un yacimiento aborigen: las Cwvas de Nassapes.
busca de algún mfemnte material que nos permitiera explicar el origen de
estos bpbsnimos. Sin embargo, nuestro trabajo fue infructuoso pues no
~ m s n ~ m ninguna
o s evidencia que nos permitiera justificar la existencia
de eso8 vocablos, por lo que sería conveniente profundiraia en el anblisis
documental y en la; reoopilación de información etnogdfica que coadyumra
a ello.
4. LAS ESTRUCTURAS LABRADAS
En nuestra estan~iavisitamos varios sitios con estructuras excavadas
situadas fundamentalmente en Ribeira Brava y en Tabua, existiendo entre
ellas un mismo denominador común como es el que se trata de estructuras
labmdas en grandes bloques de matriz tobdcea localizados en el cauce del
barranco o en las partes bajas de la ladem. De cualquier manera, nuestro
interés estuvo centrado en la denominada Casa da Moum, en Serra de Agua
(Ribeira Brava), por ser el mds completo e interesante de todos las visitados,
a pesar de que ha sufrido algunos desperfectos por la instalacidn de un
pcate de tendido electrice aprovechando una de las bocas superiores.
En esta estructura realizarnos, ademds, un pequefio sondeo para
conocer el inter4s arqueológica que pudiera tener el escaso sedimento que
existía en e3 interior de uno de los pozos, aunque sin ningún resultado
positivo. Las dimensiones de la cata fueron de 40x40 cm y se alcanzd una
profundidad de 42 cm. La capa supeficies (2-3 cm) esta formada por una
torta de cemento presumiMemente procedente de los trabajos de colocación
del to&n eléctrico; continúa en una tierra arenosa y finalmente en una
acumulación de clastos de 5-10 cm de grosor que s e asientan en el suelo de
la cueva, o mejor dicho de la pocsta. El trabajo se documento con dibujos de
lo8 elementos mhs representativos y fotografias en detalle de la estiaietura.
5. CONCLUSlONES
Ante la escasa información existente sobre unos monumentos de los
que no s61o desoonocemos su funci~n,sino induso su cronelogia -
suponemos que deben encuadrarse entre los siglos XV y XVI aunque sin
ninguna certeza- realizamos una propuesta interpretativa basada
fundamentalmente en las características tipológicas y de localización de
estas estniduras, Con ello no queremos dar por zanjada la cuestión, antes
al contrario, pretendemos que se realicen trabajos de documentación en los
archivos y entre la población de estos lugares, así como sondeos
aqueolQgicos allí donde sea factible, orientados a buscar nuevos indicios
acerca de la cronologia y funcionalidad de estos lugares, que permitan
verificar esta hipótesis o plantear otra en su lugar.
Dos cuestiones parecen claras tras el andlisis de los datos
disponibles:
l.No parece existir relación alguna entre la poblacibn esclava de origen
canario y las estructuras estudiadas. No existe concordancia entre los