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¿Lector... Escritor?

¿Cuando fue la última vez que leíste algo que atrapa y no pudiste parar de
leer?

Creo que esto te va a encantar

Quisiera que conocieras una historia de la vida real, solo te voy a pedir que la
leas cuando tengas suficiente tiempo para que puedas disfrutarla sin
interrupciones, no te adelantes para ver el final o las partes medias porque
echarás a perder la diversión del suspenso y la sorpresa que te ofrece cada
cambio de párrafo

Esta historia estaba destinada a perderse de no ser por que su confesión llegó
al conocimiento de quien tenía los recursos del lenguaje para entregarla al
mundo entero, siendo colocada por fin en: http://poesiamas.net/ en Diciembre
del 2008, por razones de elemental ética profesional: los nombres y los
lugares han sido ocultados para proteger la privacidad de los protagonistas

Adjunto a este correo encontrarás un archivo de Word con la historia completa


y la imagen real de la protagonista de la historia, sólo lo que ella autorizó

* * * * * * * * * * * * * MUÑECA VIVIENTE * * * * * * * * * * * *

Actualmente tengo 17 años, pero recuerdo cuando tenía 14 y vivía con mis
familiares en una hermosa hacienda a las orillas de la ciudad, un bonito lugar
donde teníamos toda la comodidad posible, en ese ambiente campestre
pasaba largos ratos paseando por el hermoso paisaje natural y contaba con el
cuidado y la atención de los sirvientes de la casa entre los que había un
jardinero que decoraba nuestros patios, era un hombre de baja estatura
maduro como de cincuenta y tantos años de fiera y dominante mirada robusto
casi obeso calvo y prieto como llanta de carro llamado Don Bernardo aunque
todos ahí le decían Bernasno, en un principio pensé que eso se debía a sus
toscas y feas facciones del clásico lugareño de esa región, sabía por los
chismes de las cocineras que en alguna etapa de su vida había trabajado
como guardia interno de un reclusorio para mujeres que en realidad era una
correccional para las menores de edad que fue donde conoció a la que fue su
esposa por un tiempo pero que habiendo enviudado muy joven no se volvió a
casar y decepcionado y amargado vivía solo junto a uno de los graneros que
había acondicionado como habitación

Con el tiempo yo noté que él me miraba mucho cuando estaba de espaldas,


bueno eso es algo a lo que yo estaba ya acostumbrada con los hombres,
pues desde esa edad tenía bien desarrollados los atributos femeninos que
ellos tanto admiran, muchos decían que era por la natación y por mi afición a
pasear en bicicleta, tal vez por eso fui la líder de porristas animadoras del
equipo deportivo de mi escuela, en fin yo acostumbraba platicar con él cuando
se encontraba haciendo el trabajo de arreglos florales y siempre que
platicábamos me llamaba cariñosamente: “guerita”, su voz tenía un tono grave
y varonil, creo que eso era lo que me agradaba al platicar con él, un día
espontáneamente cortó una flor y me la dio yo la tomé de inmediato y casi sin
pensar le correspondí con una sonrisa y me aproxime para darle un beso en
la mejilla el cual falló cuando él giro su cara y nuestras bocas se encontraron
en forma por demás accidental… juro que fue accidental, luego los dos nos
apenamos y aparentamos que nada había sucedido

Parecía que habíamos metido la pata, por un momento nos olvidamos de las
edades y parecíamos dos adolescentes coqueteando, después de eso me
alejé de él y ya no me volví a acercar, tal vez tuve miedo de lo que sentía al
acercarme a él, pues a partir de ese suceso empecé a sentir algo que en ese
momento no podía definir, me sentía nerviosa en su presencia, si me miraba
de frente evitaba cuanto podía esa mirada que me perturbaba por completo y
me hacía cometer errores con las cosas más obvias y cuando estaba tras de
mi sentía como esa fiera y dominante mirada me acariciaba con fuego desde
la nuca hasta los tobillos, por esas fechas cumplí los 14 y como era de
esperarse cada amigo incluidos los sirvientes me abrazaban y daban un beso
en la mejilla todos lo hicieron pero esa mañana no vi a Don Bernardo, no le di

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mayor importancia a eso y estando en el comedor con mi madre
preparándonos para el desayuno me pidió que trajera un condimento que
estaba en un sótano que servia como bodega de vinos, yo había estado
nadando y aún tenía puesto un mini atuendo de dos piezas para playa y sólo
me cubría con un delgado y escotado suéter azul que se anudaba bajo las
costillas, no acostumbraba vestirme completa estando dentro de casa

Bajé al fondo de la bodega y entré al cuarto de vinos en donde siempre había


una mortecina iluminación de color azul, y como de costumbre sentí como la
puerta accionada por un pistón neumático cerraba suavemente tras de mi, y al
igual que cuando se entra a un cine tarde, me tomó unos segundos
acostumbrar la vista, entonces abrí el refrigerador donde se encontraba lo que
buscaba y con la iluminación de este vi con sorpresa que ahí se encontraba
Don Bernardo haciendo un trabajo de pintura, la sangre se heló en mis venas
y me quedé muda, sólo lo saludé con una rápida sonrisa y un movimiento de
mi mano pero él dejó lo que estaba haciendo y limpiando sus manos con una
toalla se acerco a mi para felicitarme por mi cumpleaños, tomó el condimento
de mis manos y lo colocó en una mesa mientras la puerta del refrigerador se
cerraba lentamente quedando iluminados sólo por una tenue luz azul, sabía
bien que me iba a abrazar y a besar como todos lo habían hecho ese día pero
los dos estábamos solos y encerrados en un cuarto casi oscuro, yo me sentía
atrapada y quería escapar pronto de esa situación pero no tenía ningún
pretexto mi mente estaba paralizada y mis pies parecían estar pegados con
goma al suelo, sentí su severo rostro de fiera y amenazante mirada a escasos
centímetros del mío y como hipnotizada por su cercanía experimenté una
extraña sensación de atracción que me hacia sentir la instintiva necesidad de
unir mi cara a la suya, con toda seguridad él sabía lo que yo estaba sintiendo
y como si quisiera probarme prolongó ese momento el mayor tiempo posible
pero resistí cuanto pude inmóvil y como estatua hasta que me estrechó en un
abrazo que me acerco a su cuerpo y debido a su baja estatura no me dio el
beso en la mejilla sino en el cuello, noté que abrió un poco su boca y succionó
con exquisita y sutil suavidad, era la primera vez que un hombre me besaba
ahí y sentí tantas y tan ricas cosquillas que él lo notó debido a que cerré los
ojos y estire el cuello como mirando hacia arriba mientras lo hacía y como
disculpándose por su torpeza repitió el beso estirándome ahora por la nuca
con una de sus manos para que me inclinara un poco y poder besarme la
mejilla diciéndome muy cerca de la oreja sin soltarme de la nuca:

“ES USTED MAS ALTA QUE YO SEÑORITA, PERO DEFINITIVAMENTE ES USTED LA


MUJER MAS HERMOSA DE TODO EL MUNDO, FELICIDADES”

La mano que me colocó en la nuca era grande caliente y áspera por el trabajo
y me había provocado unas cosquillas muy semejantes a las que me había
hecho en el cuello con su boca

Con una sonrisa nerviosa y casi tratando de safarme le agradecí su cumplido


y no sé porque rayos pero justo cuando menos debía suceder el nerviosismo
me hizo limpiarme los labios con la lengua mientras sonreía, un tic nervioso
que mi madre siempre me había dicho que jamás lo hiciera frente a un
hombre lo cual sin duda fue lo que provocó que el abrazo continuara en la
forma en que tradicionalmente lo hacían los nativos de ese lugar cuando
felicitan a un amigo: levantándome completamente del suelo, yo había
recibido ese tipo de abrazos muchas veces de parte de parientes y amigos
pero esta vez corrió por mi cuerpo una sensación increíble algo que no puedo
explicar pero que me agradaba, en cuanto sentí que me levantaba la sangre
afluyó a mi rostro como un intenso rubor y no pude evitar las divertidas
exclamaciones que parecían sofocados grititos de placer, el femenino
escándalo que hice mientras me cargaba no logró hacer ningún efecto en su
acción, con su amplia y sincera sonrisa de alegría él miraba hacia arriba
clavando su mal rasurada barbilla en el centro de mi plexo justo donde se
abría el escote de mi suéter y podía sentir sobre mi piel descubierta como
esta me picaba y su caliente respiración tocaba mi cuello, pensé que debía
protestar pero había metido la pata al mostrarle mi lengua con esa coqueta
sonrisa así que no tenía derecho de protestar, además la sensación era tan
deliciosa que durante todo el abrazo decidí permanecer con los ojos cerrados
muy quieta con la espalda arqueada hacia atrás los brazos colgando sin
fuerza y la cabeza también caída hacia atrás como mirando al cielo para evitar
que él se diera cuenta del placer que me causaba la rudeza de su abrazo, y
sin atreverme a mirarlo ahogaba en mi garganta cualquier sonido que delatara
mi estado emocional, la verdad no se cuanto tiempo pasó así, creo que fue

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bastante rato, pero traté de no preocuparme por eso pues convenientemente
el sentido común de mi educación me decía que el prolongado y tradicional
abrazo que él me estaba dando con tanto cariño por esa ocasión tan especial
debía continuar hasta que él lo terminara, y tal parece que él no tenía
intenciones de terminar mientras yo permaneciera inmóvil y sin protestar, y la
verdad yo tampoco quería que terminara, me tenía bien atrapada
completamente rendida y sin voluntad a causa de la excitación, sentí que no
tenía forma de defenderme y que si él quisiera plantarme una docena de
besos en el cuello y la boca me sería realmente imposible negárselo, y ante la
imposibilidad de escapar pensé que mi hora había llegado y que por azares
del destino sería este pequeño asno el que se encargaría de mostrarme el
paraíso de la carne

Cuando finalmente me liberó me sentí como aturdida o mareada, no sé si por


la emoción o porque la sangre fluyó de nuevo después de tan apretado
abrazo, me cubrí los ojos y la boca con una mano debido a que no podía
borrar de mi rostro la sonrisa de placer que me delataba, el apretado y
sensual abrazo le había hecho saber que yo era capaz de excitarme a tan
corta edad, había probado mi aguante y no logré disimular mis emociones,
ahora él sabía que podía excitarme, avergonzada por no haber ocultado a
tiempo esa coqueta sonrisa di la vuelta para irme pero no había avanzado ni
dos pasos cuando sentí su robusta mano cerrándose suavemente en uno de
mis brazos, y de nuevo esa sensación que irradiaba desde la mano que
atrapaba mi brazo se disparó por todo mi cuerpo haciéndome cerrar los ojos y
capturar la mayor cantidad de aire posible en mis pulmones reteniéndolo
mientras quedaba inmóvil, lentamente me hizo girar hasta quedar con mi
espalda recargada en una pared mientras con los ojos cerrados sentía como
se colocaba frente a mi y tomaba mi mano para poner en ella el condimento
que había dejado sobre la mesa, abrí los ojos y al mirar hacia abajo escapó el
aire contenido en mis pulmones con la clásica risita nerviosa de rubia tonta
que quiere ser perdonada mientras una lagrima de vergüenza rodaba por una
de mis mejillas y sin soltarme del brazo tomó mi mentón con sus dedos, miró
de frente mi enrojecido rostro y me dijo:

“ES USTED TODA UNA BELLEZA GUERITA, PRECIOSA Y PERFECTAMENTE BIEN


DESARROLLADA, TODA UNA VICTORIA DE LA MADRE NATURALEZA, LA FELICITO
UNA VEZ MAS“

Le volví a dar las gracias y me fui tan rápido como pude pero por los nervios
me equivoqué de puerta y abrí una que dejó caer un montón de latas, dejé en
el piso el frasco del condimento y las tuve que juntar, él me ayudo y tan pronto
acabamos corrí pero otra vez olvide el frasco con el condimento y cuando
llegué al comedor mi madre me preguntó por el frasco y me quedé como
estatua sin saber que decir, pero escuché una voz a mi espalda que dijo:

“AQUÍ ESTA EL FRASCO QUE ME PIDIO QUE BUSCARA SEÑORITA”

El alivio me volvió y le di las gracias a Don Bernardo, esta vez si tenía ganas
de darle un beso pero me contuve por la presencia de mi madre y sólo le
obsequie una sonrisa dándole las gracias por su amabilidad, no sólo por
librarme de una reprimenda de mi madre sino por algo mas que sólo él y yo
sabíamos, durante todo el desayuno noté que mi frente estaba perlada de
sudor y mi corazón se mantenía acelerado como si hubiera corrido, sin
embargo esa vez devoré todo el desayuno como nunca lo había hecho antes
lo cual sorprendió gratamente a mi madre

Esa noche tuve dificultades para dormir, la sensación del apretado abrazo y
de los besos en el cuello nuca y mejilla que me había plantado Don Bernardo
así como su picante barbilla en la piel de mi plexo no dejaban de hacerme
cosquillas, en sueños sentía que él me tomaba de la nuca con ambas manos
para inclinarme y aplicarme un beso en la boca luego me volvía a dar uno de
esos efusivos abrazos y despertaba con la sensación del beso en mi boca y
de que alguien me había apretado con fuerza, me sentía confundida, no podía
creer que me gustara para eso alguien tan feo y me levanté para asomarme a
la ventana de mi cuarto al ver las luces de un carro que llegaba, por ese
tiempo mi hermana mayor tenía un novio y a veces llegaban por la noche en
el carro de él y desde la ventana de mi habitación veía como él simulaba irse
escondiendo su carro en una esquina y regresando a escondidas ella lo metía
a su cuarto para pasar la noche juntos mientras que yo no tenía ni siquiera un
perro para que me lamiera … las manos claro

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En fin un viernes al atardecer cuando todos los sirvientes se fueron a una
fiesta del pueblo que ellos celebraban una vez al mes por casualidad o tal vez
por curiosidad se me ocurrió ir a las habitaciones de Don Bernardo, la reja que
protegía su casa tenía por dentro un candado que yo sabía bien que no servía
pues varias veces lo vi abriéndolo sin llaves cuando paseaba con mi bicicleta,
entré y vi que ahí había una buena colección de vinos y latas de cerveza pues
este hombre tenía fama de embriagarse los fines de semana, luego entré a su
cuarto de dormir y encendí la luz sólo para recibir un gran susto que casi me
hace gritar, en su cama había una persona durmiendo pero al tratar de huir
tumbé cacerolas que hicieron ruido y pensé que ahora tendría que
disculparme, pensaba alegar que buscaba a Don Bernardo para algún trabajo
de jardinería o que sé yo, estaba realmente nerviosa

Me acerque pero parecía seguir durmiendo, era una chica muy joven y
acostada boca abajo, me llamó la atención que tenía la espalda desnuda y
una falda muy corta a cuadros rojos, era mi falda roja que desde hace tiempo
que no la veía, aunque no dejaba de sorprenderme que no se despertara con
el ruido que hice y decidí acercarme a ella para asegurarme de que realmente
estuviera dormida, así podría irme tranquilamente, sin embargo tenía gran
curiosidad por saber quien era, no le tenía miedo pues se trataba de una chica
muy semejante a mi en aspecto y edad y cuando estuve lo suficientemente
cerca pude por fin saber de quien se trataba, la mujer era una muñeca de
silicona, tan perfectamente bien hecha que parecía una persona de carne y
hueso reposando sobre esa cama, y aquí va lo más sorprendente: la muñeca
era una copia perfecta de mi persona pues Don Bernardo era también un hábil
artesano que hacía figuras plásticas para las tiendas de ropa, perfectas
figuras para lucir la ropa de moda, pero esta vez había creado una figura con
ese hule tan especial que imita la consistencia de la carne para incluir hasta el
mínimo detalle de mi cuerpo, recorrí las cortinas de la ventana para observarla
con la luz del sol y admiré durante largo rato su obra, la piel era de un color
blanco dorado exactamente igual a la mía, hasta incluía un pequeño lunar que
tengo en uno de los muslos, la forma de los senos la amplitud de las caderas
y hasta el tipo y color de cabello también coincidían con el mío, no le
encontraba explicación a como estaba enterado él de todos esos detalles,
hasta incluía unos finísimos zapatos de tacón alto de mi medida que hacían
juego con la falda, eran de esos que van atados a los tobillos con unas
coquetas cintillas de amarre, su desnuda y arqueada espalda tenía todo el
detalle de la anatomía muscular, se veía tan real que tuve que tocarla
aplicándole presión a modo de masaje y quedé sorprendida por la
consistencia de ese dorso pues parecía tener también una estructura de
huesos por dentro, enseguida le flexione brazos y piernas y comprobé que la
elasticidad consistencia y peso de cada pieza de su cuerpo engañarían a
cualquiera en un ambiente de poca luz, aquello era increíble, era como verme
a mi misma desde afuera, ahora empezaba a comprender porqué llamaba
tanto la atención de los hombres

Luego vi que en uno de sus brazos tenía dibujado a modo de tatuaje un


corazón con mis iniciales pero el dardo que lo atravesaba era largo y tenía
una forma muy peculiar, no era una flecha pero tenía a todo lo largo grabadas
las palabras: “yo la haré sufrir, yo la haré chillar, yo la haré pedir clemencia”,
en uno de los extremos de ese dardo colgaban dos bolas alargadas con
aspecto de espinosos cactus y en el otro parecía salir una gota que colgaba
formando un alargado hilo, posiblemente trataba de representar un dardo o
estaca envenenada cuyo grosor simulaba estar expandiendo ese corazón

Sin darle mayor importancia a eso revisé algo que pensé que sería imposible,
levanté la falda y vi que tenía perfectos orificios anal y vaginal, el vaginal
estaba intacto pero “el otro” … esta vez no aguante soltar una carcajada, así
que Don Ber … no lo podía creer, ese picaron mañoso y degenerado señor
soñaba con hacerme esto, pues si que tenía un sueño imposible, ahora
comprendía porque la muñeca tenía ese tatuaje en el brazo, sin dejar de reír
la tomé por el cuello que era exquisitamente largo y delgado, contemplé ese
rostro que era toda una filigrana de bien copiados detalles y que con sus ojos
cerrados daba la genuina impresión de sufrir en silencio y bromeando le dije:
“Porque sufres muñeca? … será porque tienes una herida que nunca te
cierra? … ¡Ja Ja Ja! … no me digas que se te hinchó por picadura de asno …
¡Ja Ja Ja!”, hacía tiempo que no me reía tanto pero en fin cuando dejé de
reírme le revisé la boca, tenía una dentadura perfecta labios abultados y
sensuales una lengua de silicona tan suave y roja como la original y una

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abertura oral que llegaba mas allá de la garganta, si introducía un dedo en su
boca al extraerlo los masturbantes labios de la muñeca se estiraban haciendo
una succión por el vacío interior, y de nuevo no soporté decirle: “eres una p…
bien hecha muñeca … ¡Ja Ja Ja! … empiezo a sospechar que eres una
calientota … ¡Ja Ja Ja!”, en general puedo decir que la muñeca era una copia
exacta y un estuche de monerías para hombres, ese tipo de trabajo sólo se
hace en ciertos países de Europa y Estados Unidos, a Don Bernardo debió
llevarle meses hacerla pero por fin gracias a su destreza artesanal se había
hecho de una chica de súper lujo para hacerle todo lo que él quisiera sin que
se negara a nada absolutamente a nada, realmente lo admiraba por su
habilidad, haber invertido su tiempo talento y esfuerzo en hacerla fue para mi
el mayor halago que jamás recibí de un admirador y para él sin duda algo muy
importante en su vida, con justicia debía dejarlo que siguiera divirtiéndose con
mi “hermana gemela”, su inofensivo y secreto juego a nadie afectaba y a
nadie debía importarle

Revisando el resto de su habitación entré a su baño, era bastante rustico pero


tenía lo necesario y se veía limpio excepto por una pared chorreada de
manchas amarillentas que tenía una pequeña ventana hacia fuera bajo la cual
estaba un banquito acojinado donde cabía una persona acostada, me subí al
banco acojinado y me asome a la ventana, vi que estaba bien oculta por las
ramas de un árbol, desde ahí se veía la alberca del patio interior de la casa
donde yo tomaba el sol en traje de baño quitándome a veces el sostén y
pasaba largo rato oyendo música y frecuentemente practicaba ese tonto y
provocativo baile con el que se hacen sugestivos movimientos contorsionando
el cuerpo, entonces baje la mirada para ver de nuevo la parte baja de la pared
de la ventana y me di cuenta de lo que eran esas chorreantes y amarillentas
manchas que iban desde el medio cuerpo hasta el piso, de pronto vino a mi
mente el nombre de esa acción, me ruborizaba tan sólo pensar en esa
palabra, siempre quise saber como se hacía eso, tal era la causa de las
furiosas marcas que Don Bernardo dejaba en la pared mientras me espiaba
en la alberca cuando modelaba esas provocativas tangas y bikinis que nunca
me dejaba usar mi madre en la playa, aunque no se por que Don Bernardo
hacía eso teniendo una muñeca con una boca perfecta para ese trabajo

Para ser honesta, de nuevo sentí que la atención que él daba a mi persona
era un halago que nutría mi vanidad, luego regresé al dormitorio y al observar
con atención la cabecera de la cama me di cuenta de que ahí había una
imagen con una deidad venerada por los habitantes de esa localidad y junto a
ella una oración de poder que decía:

“A LA GLORIA DE LA LUZ ETERNA QUE ES EL NOMBRE BENDITO DEL


TODOPODEROSO, Y POR LOS PODERES DE QUE ESTOY INVESTIDO POR LA
GRACIA DIVINA DEL AMOR SENSUAL QUE ES SU FRUTO, TE PIDO QUE LA
FUERZA DE ESTA PASION NO TERMINE CON EL ACTO COMPLACIENTE Y
CONFORMISTA DE LOS FORNICARIOS, QUE TU LUZ LIBERE LA PASION DE ESTE
MOMENTO PARA QUE SU CUERPO SE ENTERE DE LA FUERZA CON LA QUE ES
DESEADA Y QUE CADA ACCION O PENSAMIENTO SOBRE SU IMAGEN O
RECUERDO TENGA EN ELLA EFECTOS IGUALES PERMANENTES Y
ACUMULATIVOS QUE ENCIENDAN EN SU FRIO E INDIFERENTE CORAZON LA
LLAMA PERFECTA DEL AMOR SENSUAL … QUE ASI SEA”

Comprendí entonces que él estaba obsesionado conmigo, al grado de recurrir


a una superstición como esa, es increíble en lo que pueden creer los nativos
de este lugar, los muy tontos no saben que lo único real y verdadero es “La
Pata de Conejo”, pero en fin si él se había tomado la libertad de copiar mi
cuerpo yo me tomaría la de espiarlo cuando llegara, así estaríamos a mano,
para hacer eso me subí por afuera a lo alto del granero justo sobre su
dormitorio e hice una pequeña abertura entre la pared y el techo para
observar directamente la cama y su muñeca

Por la noche cuando todos volvieron yo estaba esperando impaciente a que


llegara Don Bernardo a su cuarto, lo cual hizo sólo con la luz del exterior que
era suficiente para ver todos los detalles, se quitó sus botas dejó a un lado su
camisa y de un cajón de su ropero sacó unos objetos como anchas pulseras
de cuero negro con imitaciones de púas metálicas que se puso en ambas
muñecas de sus gruesas y toscas manos, estas casi le cubrían los antebrazos
luego se puso una banda también de cuero negro con las mismas imitaciones
de púas que se abrochó al cuello como collar, por último se puso un
anchísimo cinturón de cuero como los de algunos luchadores el cual una vez
ajustado y apretado haciendo juego con el resto de su atuendo lo hacía lucir

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terriblemente imponente y peligroso dando el aspecto de ser una mezcla de
fiero guerrero con perro de caza

Entonces desabrocho su pantalón para descollar un largo miembro que


empezaba a erectarse con la contemplación de su muñeca, cuando la
erección se completó quedé sorprendida, esas eran por lo menos nueve
pulgadas, entonces entendí por que todos le decían BernAsno, luego dejando
su pantalón en el suelo el imponente y oscuro cuerpo de ese hombre se
colocó suavemente sobre el frágil y blanco cuerpo de su muñeca acostándose
sobre ella y abrazándola con un cariño que se irradiaba en el ambiente, luego
la beso calidamente en el cuello y la espalda y se llevó a cabo la penetración,
miró la cabecera de su cama y murmuró en voz baja su oración

Lo que siguió a continuación fue toda una clase de educación sexual para
nivel universitario, a pesar de que la noche era fresca casi fría yo estaba
sudando, y sin poder siquiera parpadear tragaba saliva y se me atoraba
mientras veía como ese hombre se movía sobre su muñeca a la que tenía
apresada por un fuerte abrazo mientras ejecutaba sobre ella vigorosos
movimientos dorsales con los que se clavaba fuertemente contra ese firme y
bien asegurado nalgatorio produciendo un rítmico golpeteo que me hacía
morderme los labios al ver que sin ninguna consideración por la fragilidad
aparente de la exquisita y femenina figura de su muñeca Don Bernardo daba
rienda suelta a una lujuria incontenible

Desde donde yo los veía la muñeca daba la impresión de ser una chica de
verdad con la frente clavada en la cama sufriendo horrores mientras era
sacudida de pies a cabeza por el enardecido asno, ahora me daba cuenta de
que la expresión de sufrimiento que Don Bernardo le había dado a la cara de
su muñeca estaba bien justificada, y tras dos o tres pausas en las que se
detenía por breves momentos podía escuchar como su agitada respiración
emitía sofocados gruñidos al tiempo que sus dientes rechinaban por la
excitación mientras se aferraba a su muñeca en un apretado abrazo como si
luchara consigo mismo controlando su propia lujuria, y en un momento dado
los “movimientos de burro encabronado” se volvieron mas y mas agitados
hasta que Don Bernardo lanzó un fuerte gruñido para luego echarse por
completo sobre la espalda de su muñeca quedando desfallecido sobre ella
con la respiración agitada y el rostro desencajado por el esfuerzo mientras
continuaba rugiendo como bestia satisfecha hasta que poco a poco se calmó
por completo

Así permanecieron los dos largo rato completamente inmóviles y en silencio,


el robusto y casi obeso cuerpo de ese calvo e imponente hombre se apoyaba
por completo sobre la perfecta y bien torneada espalda de su muñeca cuyos
dorados cabellos eran movidos por su agitada respiración de asno satisfecho,
pero luego de un rato de estar reposando sobre ella el robusto hombre volvía
a la carga una y otra vez siempre por la misma vía, no tenía idea de lo
bravucón que era con su muñeca ese abusivo y aprovechado asno, menos
mal que era la pobre muñeca y no la pobre de mi

Luego de divertirse con su muñeca hasta saciarse Don Bernardo se levantó


de la cama y fue a ducharse, tardó un buen rato y cuando volvió a aparecer
perfectamente limpio y seco se acostó junto a su muñeca colocándose la
cabeza de ella bajo su abdomen para dormir tranquilamente, me hubiera
gustado quedarme para ver lo que hacía Don Bernardo con su muñeca al
despertar, pero la noche era fría y yo tenía mucho sueño así que me fui a
dormir, tendría que conformarme con imaginar lo que era obvio

A la mañana siguiente con los primeros cantos de los gallos sonreía y me


regocijaba entre las cobijas de mi cama pensando como Don Bernardo con el
vigor matutino encendido le estaría poniendo el ombligo en la frente a su
muñeca para que le hiciera un servicio oral con esa boquita puñetera a la que
sólo le faltaba hablar, sin duda la pobre muñeca tendría que devorar algo
semejante a lo que vi en las paredes de su baño … “Mmh… ¿que tal saben
muñeca?”

Durante ese día lo vi muy tranquilo haciendo sus arreglos florales en uno de
los jardines, me pasee por ahí para que él me viera, quería hacerlo sufrir un
poco por haberse tomado el atrevimiento de copiar mi imagen, para ese fin
llevaba puestos unos sexy short pants de los que usaba para mis recorridos
en bicicleta a los cuales les había hecho algunos recortes y arreglos para que

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ajustaran apretando mi forma para darle un aspecto mas provocativo, una
escotada blusa anudada bajo las costillas, un femenino sombrero de ala
ancha y lentes para tomar el sol, todo lo había escogido cuidadosamente para
hacerme lucir tal y como a ellos les gusta, escogí un lugar cercano a donde él
estaba trabajando para ejercitarme arqueando mi espalda para resaltar mi
forma, y mientras me lucía como pavo real sabía que él tenía su mirada
clavada en mi cuerpo con ese morboso y especial interés en mi, fue divertido
que durante todo el tiempo que pase ahí él no se movió del mismo lugar
desde el que me podía ver, finalmente pretendiendo estar cansada me senté
en el borde de un estanque cercano en el cual mojé mis manos para masajear
y refrescar mis piernas luciendo unos zapatos con cintillas de amarre
parecidos a los de su muñeca para luego acostarme bocabajo dejando
expuesta por completo la forma de mi cuerpo que tan especial interés tenía
para él, cuando me cansé de jugar a eso salí de ese jardín para continuar con
mis “ejercicios” en otra parte pasando junto a él pero no sin antes haberle
obsequiado una sonrisa con la que le hacía saber que no era tan tonta como
para no saber que me había estado devorando con la mirada

Pero continuando con lo que dejé pendiente a la noche siguiente lo volví a


espiar pero esta vez Don Bernardo dormía tranquilamente y en paz, la
muñeca seguramente estaba guardada, y así sucedió noche tras noche en las
cuales lo espié hasta que me di cuenta de que esa actividad sólo la llevaba a
cabo una vez al mes cuando regresaba del festejo popular, entonces
comprendí que este hombre soportaba un mes de abstinencia para unirse a
su adorada muñeca con la misma pasión y ansiedad con la que un sediento
bebe agua

Así que durante la noche del siguiente festejo vi que él había dejado a su
muñeca preparada para su regreso y observé con atención todos los detalles,
la escena fue la misma que la vez anterior pero esta vez al verlo enfundado
en su imponente atuendo de cuero montarse sobre su muñeca para
penetrarla tuve una extraña sensación de cosquillas en el vientre y en la
región o conducto por el que Don Bernardo estaba usando a su muñeca y
como llevaba puesta una delgada playera sin sostén palpé mi pecho y sentí
con horror que las puntas de mis senos estaban endurecidas y bien
resaltadas por una presión interna, casi sin pensar decidí salir huyendo de ese
lugar, al llegar a mi cuarto pude ver que los pezones habían adquirido una
forma que me recordaba los chuponcitos que usan los bebes, tal y como los
tenía la muñeca de Don Bernardo y que en ese momento supuse que era una
exageración, pretendiendo librarme de eso recé durante horas prometiendo al
cielo jamás volver a espiar a nadie, pero la implacable y rebelde sensación en
todo mi cuerpo no desaparecía hasta que bien entrada la noche y tras
haberme duchado con agua tan fría como podía soportarla finalmente me
quedé dormida

A partir de aquella noche algo pasó con mi cuerpo, yo sabía lo que era la
excitación pero la fuerza con que la había sentido esa noche produjo ese
cambio que había llegado para quedarse, como consecuencia ya no pude
seguir usando esas simpáticas playeras sin sostén, pues bastaba con que
algún hombre mayor me tocara afectuosamente para que casi de inmediato
esos botones se hicieran notar sobre la ropa, no soy supersticiosa ni creo en
vudus pero poco a poco se fue incrementando en mi el deseo de ocupar el
lugar de esa muñeca, estaba segura de que Don Bernardo aceptaría
fácilmente y lo único que me frenaba era recordar el tamaño de esa cosa que
tenía Don Bernardo, pero si la muñeca podía ¿por que yo no?, después de
todo éramos idénticas, sólo necesitaría un poco de práctica

No tuve mas remedio que conseguir uno de esos Juguetes de hule como los
que le llevaba a mi hermana su novio como broma, compré uno en una tienda
especializada de la ciudad, de entre una amplia colección escogí el que mas
se parecía a lo que yo buscaba y según me dijo la vendedora de esa tienda lo
que había escogido era la réplica exacta creada en molde del jerarca de cierta
tribu de cazadores salvajes de África del sur, era casi tan grande como la de
Don Ber y coincidía exactamente con las características de la hinchada forma
de su estado de erección incluido ese color negro azabache que la hacía lucir
como las de los burros, era tan parecida en tamaño forma y color que sin
duda me serviría como si fuera la pieza real, así que al llegar la noche en la
tranquila soledad de mi cuarto y tras haber tomado un baño ungí mi cuerpo
con una crema suavizante que me proporcionó un intenso relax pero mientras
lo hacía no podía apartar de mi vista ese largo y anchuroso cuello africano

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cuyas brincadas venas parecían las hinchadas varices de un potente músculo
en tensión cuya sola visión me hacia sentir palpitaciones y cosquillas en el
lugar que pronto ocuparía

Finalmente me decidí y acostada en la cama como había visto a la muñeca y


empuñando con ambas manos esa endurecida y negra longitud de hule la
clavé cuanto pude y a pesar de que la lubricación previa facilitaba el avance el
dolor que iba en aumento desalentaba mi laborioso esfuerzo pero no quería
rendirme y cuando estuvo lo suficientemente adentro pude empuñar con
ambas manos los dos soportes parecidos a mangos de desarmador que tenía
en los costados del peludo extremo raíz donde colgaban dos bolas iguales a
las del dardo que tenía la muñeca en su tatuaje y mientras luchaba conmigo
misma imaginaba que era la presa del salvaje cazador que sirvió para hacer el
molde de esa pieza, y tras una larga lucha en la que no aguanté ni la mitad de
esa cosa sentí por primera vez ese extraño calambre mezcla de dolor y placer
que me dejó tan quieta como una estatua, luego de un rato levanté la frente
de la cama y pude ver en el espejo de la pared que tenía la misma cara de
tormento que Don Bernardo le había dado a su muñeca de hule, clavé de
nuevo la cara en la cama y no me atreví a continuar con eso, a pesar del
placer que ese delicioso calambre me había provocado el dolor me había
paralizado por completo, y desalentada por no haber soportado “lo fácil”
pensé que si no podía con eso menos podría con todo el asno completo, y ni
siquiera me atrevía a pensar en los movimientos que había visto aquella
noche, así que arrepentida decidí que eso no era para mi, no creí que algo de
semejante tamaño pudiera jamás entrar en mi cuerpo, tal vez por eso Don
Bernardo usaba una muñeca … o una reclusa, pero al paso de los días el
deseo seguía insistiendo cada vez con mas fuerza y por mas esfuerzos que
hacía no lograba meter mas de la mitad de aquella cosa de hule cuyo tamaño
era ligeramente menor que la tosca velluda y negra pieza orgullo de burro
monarca que tenía Don Bernardo, además yo quería que fuera él quien lo
hiciera, quería que fuera ese calvo mal rasurado prieto velludo y obeso
hombre de fiera y dominante mirada quien cobrara la virginidad de ese orificio
y no una fina y bien acabada imitación de hule sin sabor ni olor hecha para las
bromas de las señoritas en las fiestas de solteras

En vano visite innumerables veces la bodega de vinos con la esperanza de


encontrarlo ahí, ansiaba estar a solas con él en ese seductor ambiente,
confesarle que “accidentalmente” me había enterado de su admiración por mi
… y que … y que … y que quería sentir de nuevo uno de esos abusivos
abrazos … bueno tal vez algo mas

Durante una fría y lluviosa noche de Octubre que coincidía con el famoso
festejo mensual miraba por la ventana de mi habitación hacia la casa de Don
Bernardo y veía las cortinas de su dormitorio cerradas y no dejaba de
imaginarme lo que estaba haciendo con su muñeca, esa noche tuve un sueño
por demás extraño: soñé que se repetía la escena en la que yo bajaba a la
bodega de vinos en busca de un condimento y lo encontraba ahí avanzando
hacia mi con esa mirada que me desnudaba mientras yo retrocedía
lentamente hasta tocar con mi espalda la pared del oscuro final de la bodega
donde él me tomaba con ambas manos por la nuca con la misma suavidad
con la que él trataba a sus flores inclinándome para acercarme a su rostro, e
inclinada como estaba y con mi trasero apoyado en la pared escuché como
con su dominante y grave voz me decía muy cerca de mi rostro:

“MI ESTIMADA SEÑORITA, DESDE HACE TIEMPO HE SEGUIDO SUS PASOS CON
LA MIRADA SIN QUE USTED SE DE CUENTA, SU EXQUISITO Y SENSUAL MODO DE
CAMINAR ME PROVOCA LA MAS DELICIOSA DE LAS SENSACIONES PUES COMO
USTED SABE LOS HOMBRES A DIFERENCIA DE USTEDES LAS MUJERES
ESTAMOS PROGRAMADOS POR LA MADRE NATURALEZA PARA SENTIR CON
SOLO VER, ASÍ QUE QUIERO QUE SEPA QUE DESDE QUE LA CONOZCO NO HE
TENIDO UN SOLO MOMENTO DE PAZ MENTAL, PUES CON SOLO RECORDAR EL
MOVIMIENTO DE ESE MARAVILLOSO CULO DE FANTASIA QUE USTED TIENE LA
VERGA SE ME PARA A REVENTAR Y POR MAS QUE TRATO DE OLVIDARLA ESE
ESFUERZO ES ALGO QUE SIEMPRE TERMINA EN TREMENDA PUÑETA QUE DEJA
EMBARRADAS DE SEMEN LAS PAREDES DE MI BAÑO

NO QUIERO QUE SU EVASIVA NATURALEZA FEMENINA MAL INTERPRETE MIS


SINCERAS PALABRAS, PUES SON LOS PENSAMIENTOS DE UN HOMBRE MADURO
VIGOROSO Y MAL HABLADO PERO DESESPERADO POR GANARSE SU ATENCIÓN,
ME HA COSTADO MUCHO TRABAJO ENCONTRAR EL MEJOR MOMENTO PARA
ACERCARME A USTED Y DECIRLE ESTAS PALABRAS Y NO QUIERO QUE ESTA

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OPORTUNIDAD SE DESPERDICIE POR UN MAL ENTENDIDO, MIS INTENCIONES
CON USTED SON DE LO MEJOR

SABEDOR DE LA DISCRECIÓN Y RESERVA QUE USTED AMERITA Y DE QUE NO


QUIERE ARRIESGAR SU VIRGINIDAD EN UNA AVENTURA, LE PROPONGO
ATRAVESARLE EL CULO CON UNA VERGA DE NUEVE PULGADAS PARA LA CUAL
DIFÍCILMENTE CONSIGO CONDONES CÓMODOS, AMEN DE QUE LAS VENIDAS DE
ASNO CON LAS QUE YO TERMINO NO ADMITEN FRENO ALGUNO, PERO ESA ES
OTRA HISTORIA QUE EN SU MOMENTO USTED PROBARA EN CARNE PROPIA,
POR MI PARTE, PUEDO ASEGURARLE QUE NADA IMPEDIRÁ QUE NOS
ACOPLEMOS CON UN BUEN LUBRICANTE Y PODAMOS CONSUMAR EL ACTO
VENEREO QUE LE DARA ALIVIO A ESE DESEO QUE ATORMENTA SUS ENTRAÑAS

COMO ES OBVIO Y NO PRETENDO ENGAÑARLA, LA PENETRACIÓN FORZADA DE


NUESTRO PRIMER ENCUENTRO LA HARÁ SUFRIR, PERO NO DEBE TEMER, PUES
YO TENGO EXPERIENCIA Y ESTOY ACOSTUMBRADO A DOMAR CHIQUILLAS POR
EL CULO HASTA HACERLAS GOZAR COMO LO HARÉ CON USTED EN UNA CAMA
MATRIMONIAL EN LA CUAL PODREMOS DISFRUTAR COMO MACHO Y HEMBRA EN
UNA DE ESAS FRÍAS Y LLUVIOSAS NOCHES QUE SE AVECINAN”

En ese momento desperté sudando como si tuviera fiebre el corazón me latía


como tambor y sentía unas intensas ganas de masturbarme debido a ese
cosquilleo que me había atrapado desde la segunda noche que lo vi con su
muñeca, por la hora que era sabía bien que en ese momento la muñeca
estaba recibiendo su segunda o tercera dosis de amor, me incorporé para
arrodillarme en la cama y al quitarme la ropa que me cubría vi que tenía otra
vez las puntas de los pezones brincadas a reventar y sin atreverme a tocar
nada crucé los dedos de ambas manos tras la nuca y apoyada en mis rodillas
clavé la cabeza en la cama, gimiendo y casi gruñendo trataba en vano de
apartar de mi mente las imágenes de lo que sabía bien estaba sucediéndole a
la muñeca a manos de ese asno sin ley, la excitación era terrible pero
masturbar de nuevo mi cuerpo con el doloroso calambre africano solo aliviaría
una fracción del tremendo deseo que estaba sintiendo, ahora si empezaba a
arrepentirme en serio de haber espiado a Don Bernardo y pensé que ese era
el castigo vudu que me había ganado por ser una niña traviesa que anda
viendo lo que no debe, sin embargo otra parte de mi se resistía a aceptar que
lo que estaba incendiando mi cuerpo fuera el tonto hechizo con el que Don
Bernardo creía estar enviándome el placer que su muñeca no podía sentir,
pero coincidencia o no, deseo natural o amor brujo el resultado era el mismo y
ya me tenía atrapada

Finalmente un baño con agua fría me salvó del tormento africano y un


somnífero ligero me dio la paz del sueño, sin embargo al paso de los días los
sueños con Don Bernardo se volvían a repetir, las escenas eran cada vez
mas reales, ahora él aparecía en la bodega con su imponente atuendo de
cuero, de pronto me daba cuenta de que yo estaba vestida tan solo con la
corta falda roja y los zapatos de tacón alto de su muñeca, las puertas de la
bodega habían desaparecido y solo había paredes, yo trataba de correr pero
con esos zapatos él me daba alcance fácilmente colocándome contra una
pared donde me mostraba el instrumento de hule que yo había usado y
apuntándome con ese objeto me decía que sabía muy bien lo que yo había
hecho con eso y que ahora me daría mi merecido por haber masturbado ese
orificio que solo le pertenecía a él, a continuación y cual tormento psicológico
me daba unos golpecitos simbólicos en la cabeza y la cara con ese objeto de
hule como cuando se juega a castigar a una niña traviesa mientras
avergonzada trataba de apartar la cara de ese objeto, luego tiraba el objeto al
suelo y me tomaba de los brazos y la nuca con una suavidad que me hacía su
cautiva voluntaria y una vez sin resistencia me repetía al oído sus obscenas
proposiciones diciendo cosas cada vez mas excitantes y atrevidas con esa
voz que me derretía el cuerpo:

“AHORA GUERITA, LE VOY A DAR EL TRATAMIENTO DE UNA MUÑECA REINA, Y


USTED SABE YA MUY BIEN DE LO QUE SE TRATA, LE ESPERA UNA MUY LARGA
NOCHE EN LA CÁRCEL DEL AMOR DONDE ESTE ASNO TENDRÁ A SU CARGO
DARLE LA BIENVENIDA, YO HARÉ LO QUE SE HACER Y LE ASEGURO QUE VA A
SUFRIR, MAS NO POR ESO DEJARÂ DE GOZAR”

Luego me abrazaba levantándome del suelo y casi de inmediato sentía con


horror que realmente me había convertido en una muñeca de hule, por mas
esfuerzos que hiciera ningún músculo de mi cuerpo me obedecía, y mientras
mis piernas y brazos colgaban sin fuerza con la espalda arqueada y mi
cabeza caída hacia atrás como mirando al cielo Don Bernardo con su picante

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mentón clavado en medio de mis desnudos y expuestos senos continuaba
con el tormento mental:

“NO INTENTE MOVERSE PRECIOSA PORQUE LE SERÁ IMPOSIBLE HACERLO,


ESTE CUERPECITO SUYO HA QUEDADO INMÓVIL PORQUE DESDE ADENTRO
PIDE A GRITOS SER MI MUÑECA, ASÍ QUE RELÁJESE Y DEJE DE LUCHAR QUE
ESTE ASNO DARÁ BUENA CUENTA DE USTED, LA VOY A HACER MI MUÑECA Y
AUNQUE AL PRINCIPIO EL DOLOR LA HARÁ PEDIR CLEMENCIA UNA VEZ
ACOPLADOS GRITARÁ Y CHILLARÁ DE PLACER COMO LO HACE UNA VIRGEN
AGRADECIDA GOZANDO CON SU PRIMER MACHO“

Luego aplicaba lentos y succionantes besos a los lados de mis senos que
estaban completamente a su disposición debido a la elevación a la que me
tenía abrazada haciéndome derramar lagrimas de placer producto de la
terrible emoción que esa libidinosa caricia me provocaba sin que pudiera
mover ni un solo dedo, hasta que finalmente mi cerebro me obligaba a
despertar al no poder resistir por mas tiempo el delicioso tormento de esa
perversa caricia, los sueños con Don Bernardo continuaron noche tras noche,
a veces él aparecía tras de mi cuando espiaba desde mi escondite y me
llevaba de los cabellos hasta su recamara para darme mi merecido, siempre
con un tormento mental como preámbulo que me inmovilizaba como su
muñeca de hule para luego hacerme las cosas mas inimaginables que
finalmente me hacían despertar en medio de la noche en las mismas
desastrosas condiciones de siempre hasta que una de esas noches de fin de
semana que coincidía con el festejo popular y con la cercanía de mi periodo
menstrual no pude mas y aprovechando que él estaba en el pueblo
embriagándose pensé que no podría notar la diferencia entre la muñeca y yo,
y si la descubría: pues no me importaba, él no se negaría a tener su propia
muñeca de carne y hueso

Me preparé lo mejor que pude, revisé todo mi cuerpo desnudo en un largo


espejo, alguna vez me dijeron que yo era el sueño dorado de cualquier
caballero debido al parecido físico que tengo con los juveniles inicios de cierta
cantante de rock que es medio lesbia y de la cual hasta tenía la colección de
tontos sombreritos que la hicieron famosa, si eso era cierto ahora mas que
nunca necesitaba de ese recurso, con una pluma copie en mi brazo el tatuaje
de su muñeca aunque sin tanto detalle, y como riguroso requisito final
acostada bocabajo en mi cama realicé una última práctica con el juguete
africano y tal vez por la excitación del inminente encuentro o tal vez para
convencerme de no hacer esa visita esta vez logré clavar mas de la mitad de
esa interminable longitud de endurecido hule, casi tres puños de mi mano lo
cual no fue suficiente para llegar a la velluda raíz, pero pensé que con eso
bastaría pues la lubricación que le había aplicado al juguete facilitaría el
camino que faltaba para enfundar al todavía mas largo juguete de Don
Bernardo, luego me puse el bikini de dos piezas y mi suéter azul, lo mismo
que vestía cuando me abrasó en la bodega, y una vez preparada me salí de la
casa por el patio interior a través de una cerca de madera que comunicaba a
sus habitaciones, entré a su dormitorio quité el foco de la habitación para que
no encendiera la luz, boté a la muñeca debajo de la cama y me puse los
zapatos de tacón alto y la falda roja sin ropa interior dejando mi espalda
desnuda y mientras ataba a mis tobillos las cintillas de amarre de los zapatos
pensaba que si todo salía bien una vez que Don Bernardo terminara entraría a
ducharse y así podría colocar de nuevo a la muñeca en su lugar para luego
escapar sin que se diera cuenta, en esa forma él haría lo suyo y yo me libraría
por fin de esa nueva necesidad de fuego que había surgido en mi cuerpo y
que me urgía apagar antes de cometer mas locuras, faltaba poco para que él
llegara, me acosté tal y como él había dejado a su muñeca, bocabajo y con
una pequeña almohada bajo el vientre para resaltar sus formas sin que se
perdiera la comodidad

Lo escuché entrar tarareando sus canciones por la ebriedad y mi corazón latía


como si fuera a reventar, entró al dormitorio y como estaba previsto la luz del
foco no se encendió, de reojo vi como se colocaba su imponente atuendo de
cuero y me mordía los labios mientras oía el ruido que hacían las hebillas y
broches al cerrarse sobre su robusto cuerpo, entonces se acerco a “su
muñeca” y le dio el acostumbrado masaje, se acerco a mi nuca y con sus
anchas narices olfateo mi perfume, sentí las cosquillas que me hacía su
respiración sobre mi piel desnuda, tonta de mi se me olvido quitarme el
perfume, pero supuse que con la ebriedad no lo tomaría en cuenta, luego se
sentó en la cama y abriendo con cuidado uno de mis ojos vi que de un cajón
sacó un frasco de pastillas azules de esas que le provocan a los hombres

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cuatro horas de erección, se tomó dos, enseguida se levantó y casi frente a mi
rostro ungió su erecto miembro con una aromática crema, era uno de esos
lubricantes especiales de los llamados retardadores, todo eso no lo había
visto antes pero en ese momento yo había llegado demasiado lejos y
arrepentirme ya no era una opción, sin ninguna prisa se acomodo para
completar el exquisito masaje hice un gran esfuerzo para no mover un solo
músculo, luego se acostó sobre “su muñeca” abrazándola hábilmente y
uniendo su velludo y oscuro cuerpo a la blanca piel de su amor

El agasajo por si mismo era paradisíaco pero poco a poco se preparaba la


penetración, Don Bernardo acomodó la tumefacta y rígida punta de su largo
miembro para entrar en un orificio que era un poco diferente al de su muñeca,
confiaba en que eso no sería problema sin embargo luego de varios intentos
en los que notoriamente había mas resistencia de la acostumbrada para
entrar empezó a acariciar de nuevo con sus grandes manos las curvas formas
del femenino cuerpo de su muñeca, pensé que no tenía caso seguir fingiendo
estaba segura de que ya me había descubierto pero tenía la esperanza de
que él también fingiera que lo estaba haciendo con su muñeca de hule
aunque al día siguiente no soportaría la vergüenza de verlo de frente, y
mientras pensaba en todo eso sus toscas manos se concentraron en una
laboriosa caricia en la que clavaba con fuerza sus dedos pulgares en una
acción separadora que yo soportaba con los parpados apretados y la boca
abierta como expresando un grito silencioso, casi en seguida Don Bernardo
hizo un ruido con su boca como cuando se extrae una pesada flema de la
garganta y sentí como el lubricante natural caía certeramente en el interior del
rebelde orificio de su muñeca, ahora Don Bernardo volvía a repetir la acción y
empuñando su largo miembro con su mano hizo un hábil movimiento circular
remolineando la entrada hasta que finalmente me sentí abrochada por la dura
punta de ese largo miembro, un empujón me hizo sentir como la flema era
empujada hacia adentro por la dura punta y un avance de su miembro se
produjo, otro empujón de avance y su muñeca enloquecía de placer sin
atreverse a hacer un solo movimiento mientras sentía como la deslizante
flema de Don BernAsno avanzaba al frente de la henchida punta lubricando el
camino que esta abría a su paso, ahora la muñeca estaba segura de que
podía soportar cualquier tormento con la misma tranquilidad que su “hermana
de hule” pero una embestida de toro enardecido por fin hizo que la muñeca
soltara una espontánea y dolorosa queja cuyo agudo y casi imperceptible
gemido evidenciaba el placer que le provocaba sentir que el asno abriera las
partes mas intimas de su conducto y sin dejar de impulsarse hacia adentro
Don BernAsno le dijo: “CREISTE QUE ME IBAS A ENGAÑAR NIÑA BONITA”, y su
muñeca sollozando le dijo: “Plis Don Ber me esta matando, juro que me esta
matando”; “¿QUE ESTAS HACIENDO AQUÍ?”, “quiero ser su muñequita”,
“¿TIENES IDEA DEL TAMAÑO DE VERGA QUE TE VA A ENTRAR GUERITA?”, su
muñeca movió la cabeza aceptando con eso ser culpable de espiarlo y Don
BernAsno volvió a embestir gruñendo como toro enfurecido adentrándose
todavía mas haciendo a su muñeca pedir clemencia

“ASI QUE YA SABES POR QUE ME DICEN BERNASNO CABRONA, PUES


PREPARATE PORQUE AHORA TAMBIEN LO VAS A SENTIR, Y APENAS LLEVAS
MEDIA VERGA CHIQUILLA PRECIOSA “

La muñeca intento suavizar a Don BernAsno con su encanto femenino


dándole un rápido beso en su severo y enojado rostro para esconder su cara
de nuevo en la almohada, sin embargo Don BernAsno no tuvo la mínima
clemencia y la penetración continuó, provocando en su muñeca esa extraña
mezcla de dolor y placer que le arrancaba expresiones como: “!Put … a
madre! … ¡No Jodas Burr! … ¡Pero Que Ric! … ¡Ouug No … ¡Plis Don Ber! …
¡Con Cuidadito! … Oh… Dios…No… ¡!Ahuuuugg!”, con esa última expresión
la muñeca sujetó con sus dientes la almohada ahogando en esta los gritos del
doloroso placer que acompañaban a cada impulso de entrada del asno que
inevitablemente ganaba terreno

Embestida tras embestida el insistente asno por fin consiguió abrirle la parte
más interna estrecha y resistente de su conducto avanzando tan solo unos
cuantos centímetros mas, y de un solo golpe Don BernAsno quedó clavado
hasta la raíz acción con la cual arrancó a su muñeca un desgarrador grito que
ahogaba en la almohada que sujetaba con sus dientes anunciando con esto el
triunfo del asno que por fin había doblegado la juvenil resistencia de su
virginal carne, la muñeca sentía que Don BernAsno se había alojado tan
adentro de ella como le era posible entrar, tal y como él acostumbraba hacerlo

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con su muñeca de hule, pero a pesar de haber entrado por completo Don
BernAsno continuaba con la frenética inercia de una feroz lucha por
adentrarse todavía mas de lo que ya estaba, la muñeca apretaba con fuerza
sus parpados expresando el dolor que le provocaba el enfurecido asno que
gruñendo con furia y con su severo rostro deformado rojo y contraído por el
esfuerzo presionaba una y otra vez las redondeces posteriores del frágil
cuerpo que tenía en su poder hasta que se convenció de que ya no podía
penetrar mas

La muñeca había entregado su delicado tierno y virginal orificio al vigoroso y


dominante macho que se lo había ganado como recompensa a una larga
espera y a una inquebrantable voluntad de hierro, pues este era un codiciado
trofeo de caza que esa noche estaba siendo reclamado por un asno
enardecido que había jurado una y mil veces ponérselo en la nervuda y
gruesa raíz de su enorme verga, la persistente espera y la tenaz insistencia
en la obtención de sus objetivos por fin habían cobrado su cuota

Tras la aparatosa y monumental cornada que le había aplicado Don BernAsno


se echó sobre ella haciendo contacto completo con el aplastante peso de su
cuerpo, a pesar de las obvias dificultades de esta irregular unión su potente y
tumefacto miembro de asno había quedado insertado en el interior de su
muñeca en forma extraordinaria, la muñeca sentía que el asno había
quedado perfectamente montado sobre ella con su nervuda y gruesa raíz de
pelambre haciendo presión permanente contra su delicada y virginal entrada
para lo cual el asno era ayudado ventajosamente por la abultada almohada
que ella tenía bajo su regazo y de la cual ahora se daba cuenta de que no
solo servía para resaltar su forma sino para proporcionarle al asno una firme
montura que asegurara en todo momento la penetración completa de su
erecto miembro mientras cargaba su aplastante peso sobre el arco de su
espalda

La muñeca sabía que adentrarse por completo era una necesidad instintiva
del macho para asegurar el máximo alcance de sus descargas y poder preñar
con éxito a su hembra como instintivos eran también los vigorosos
movimientos de entrada y salida los cuales sabía bien iban a comenzar en
cualquier momento y en el caso de nuestro buen BernAsno serían los de un
asno encabronado que no pararía hasta saciar sus bestiales ansias de
descargar la lujuria contenida durante un mes de abstinencia, la muñeca
había dejado de luchar, tenía miedo de lastimarse mas si lo hacía, razón por
la cual se mantenía muy quieta y silenciosa con sus piernas bien separadas
tratando de acomodar a Don BernAsno de la mejor manera posible sobre su
arqueada espalda para que reposara sobre ella con la esperanza de retardar
los inevitables movimientos el mayor tiempo posible, todas las condiciones
para la consumación de un exitoso apareamiento estaban dadas y este se
cumpliría de acuerdo al bestial antojo de Don BernAsno

Con los parpados apretados y respirando con dificultad la muñeca no se


atrevía a mover ni los dedos de los pies pues la mas mínima contracción
muscular de sus extremidades hacía que el nervudo y grueso tronco pulsara
expandiéndose instintivamente provocando en el asno el reflejo instintivo por
adentrarse todavía mas de lo que ya estaba, y ahora, cornada por un asno en
celo la muñeca permanecía inmóvil y con un rictus de dolor en su cara, pues
sabía bien todo lo que faltaba para que se desarrollara esta acción que
apenas acababa de empezar y que no pararía hasta que el macho la diera por
terminada, querer pasarse de lista con un asno no era la empresa fácil que
imaginó y ahora estaba empezando a pagar las consecuencias de su osadía

Don BernAsno la tomó con sus manos de gorila a la altura del cuello y la nuca
sujetándole la cabeza para acercarla y contemplar divertido como el hermoso
rostro de su muñeca con los ojos cerrados expresaba cada movimiento, cada
acomodo y hasta los cambios de presión que hacía con su potente y agitada
respiración de asno en celo, luego le dio un largo y apasionado beso y
acercándose a su oreja le dijo:

“QUE LE PARECE EL TAMAÑO DE VERGA, GUERITA ? … ADIVINE CUANTAS


PULGADAS TIENE DE LARGO ESTA MORENA MEADORA, GANADORA DE VARIOS
CONCURSOS CANTINEROS Y FINALISTA DE UNO ESTATAL”

Sin poder hablar la muñeca elevó un poco sus temblorosas manos que
estaban a la altura de su cabeza extendiendo los cinco dedos de su mano

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izquierda y cuatro de su mano derecha, pero Don BernAsno con una amplia
sonrisa tomó su mano derecha y extendió su quinto dedo indicándole así el
numero correcto haciendo que su muñeca cerrara con fuerza sus parpados
emitiendo un ahogado sonido en su garganta al enterarse de las medidas del
asno que había dejado entrar en su cuerpo, ahora estaba segura de que las
palabras escritas en el tatuaje de su muñeca realmente podían ser escritas a
todo lo largo de ese inflamado y nervudo dardo de amor que metafóricamente
le tenía atravesado el corazón y que muy pronto haría realidad cada una de
esas frases

Pero no todo era dolor para su nueva muñeca pues esta si estaba capacitada
para gozar y puedo asegurarte que no la estaba pasando del todo mal, pues
después de todo eso era lo que ella quería, tener esa verga de asno tan
adentro de ella como solo la brutal fuerza de un hombre como Don BernAsno
podía clavarle haciéndola sentir el calambre del placer que ella había
experimentado con el juguete africano pero que con Don BernAsno era diez
veces mas poderoso y ahora podía sentirlo recorriendo sus entrañas a todo lo
largo de ese palpitante miembro de asno, la muñeca sentía que en ese
momento los dos eran uno solo y aunque la rudeza de los acomodos de Don
BernAsno la hacían cerrar con fuerza los parpados y quejarse al sentir que se
aproximaba el momento en que darían inicio los movimientos del macho
soportaba todo con la frente clavada en la cama pues desde el principio sabía
bien la forma en que su virginal orificio iba a ser usado y ansiaba el momento
de que esto ocurriera

Pero en cuanto Don BernAsno empezó a moverse la muñeca no pudo evitar


las repetidas y suplicantes exclamaciones de clemencia que hacían sonreír a
Don BernAsno que divertido con los lloriqueos de su muñeca la sujetaba con
fuerza haciéndola sentir el férreo agarre de esas manos de gorila que la
hacían quejarse como frágil presa en las garras de un depredador, la muñeca
sabía bien que Don BernAsno estaba haciendo lo que sabía hacer, lo que
todo macho sabe hacer y la brutal sentencia dictada en el tatuaje de su
muñeca se estaba cumpliendo al pie de la letra, Don BernAsno por fin la tenía
como siempre quiso tenerla, la altiva y orgullosa princesa rompecorazones
ahora yacía en su cama bocabajo y con el culo atravesado por una enorme
verga pidiendo clemencia cada vez que le eran aplicados los movimientos de
entrada y salida

“¡Auuch! … !Despacio Don Ber! … ¡Despacito Por Plis! … ¡Oh! ¡Oh! ¡Au! ¡Au!”

Pero los femeninos escándalos que su muñeca hacía cada vez que el ansioso
asno se ponía en movimiento no solo eran de dolor sino de placer también y
el “calambre sagrado” que arreciaba con los movimientos la hacía disfrutar
intensamente al sentir como con cada jaloneo este activaba recónditas
terminales nerviosas que ramificaban al resto de su cuerpo la copia exacta del
rabioso deseo que ese asno sentía por ella inmovilizándola como una
verdadera muñeca, el sueño de ambos estaba hecho realidad y tras hacerla
pronunciar todo un abecedario de dolientes quejas Don BernAsno como la
parte activa que era de este acto dejó pendientes los movimientos de
apareamiento y sin ninguna prisa se dedicó a explorar descubrir y disfrutar
todos los encantos que podía ofrecerle su nueva muñeca aplicándole todo el
arsenal de mañas y trucos que se pueden hacer con una mujer, enseguida le
volvió a sujetar la cabeza para acercarse a una de sus orejas la cual atrapó
con los dientes sin apretarla para luego introducir en su oído la punta de su
impúdica lengua de asno aplicándole una prolongada sensual y
enloquecedora caricia de la que no se podía defender, la muñeca sentía como
si esa lengua de asno acariciara su cerebro ambos estaban en el paraíso y
mientras Don BernAsno le besaba y mordisqueaba las orejas le murmuró al
oído lo siguiente:

“NO SABE GUERITA CUANTO ME GUSTA SU CULO Y CUANTO HE ANHELADO


COMUNICARLE EL FUEGO DEL DESEO QUE SIENTO POR USTED Y HACERLA MIA,
PERO YO SOY POBRE FEO Y VIEJO, PELON GORDO Y NEGRO, EN CAMBIO
USTED ES JOVEN CON UNA CARA ANGELICAL DE HERMOSOS OJOS VERDES Y
UN CABELLO QUE PARECE UNA CASCADA DE ORO, CON UN CUERPO INCREIBLE
QUE SE MUEVE COMO MODELO DE PASARELA EXTRANJERA, CON UNA
FEMENINA FINA Y BIEN TIMBRADA VOZ, EDUCADA EN UNO DE LOS MEJORES
COLEGIOS, CAPAZ DE HABLAR EN VARIOS IDIOMAS, Y PARA COLMO DE LAS
DIFERENCIAS USTED TIENE CULO DE SEÑORITA Y YO VERGA DE BURRO,
BONITA PAREJA LA QUE ESTAMOS HACIENDO, AHORA SIENTO QUE HA VALIDO

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LA PENA VIVIR TANTO TIEMPO, PERO SI ESTO ES TAN SOLO UN SUEÑO
PREFIERO VENIRME HASTA MORIR ANTES QUE DESPERTAR”

Mientras Don BernAsno le murmuraba estas palabras al oído a su muñeca


esta se mordía los labios con los ojos cerrados sintiendo el increíble agasajo
que le daban a sus excitados senos las ásperas y calientes manos de trabajo
de ese hombre y girando su cabeza buscó la boca de quien había acariciado
sus oídos con esos halagos para recompensarlo con un prolongado y cálido
beso acariciando con su lengua los labios de Don BernAsno que continuó
diciéndole:

“ES USTED UNA CHIQUILLA MUY CALIENTE SEÑORITA, Y ESTANDO TAN


HERMOSA Y BUENOTONA NO PUEDE ANDAR POR AHÍ SIN DUEÑO ”

Entonces Don BernAsno empezó a restregar la nervuda y gruesa raíz del


tronco de su verga contra la lampiña y fina entrada de su muñeca
adentrándose y tallando con su peluda parte la cada vez más abierta entrada
diciéndole:

“QUE LE PARECE ESTO GUERITA ?, VERDAD QUE LE GUSTA ? … PARA ESO


SIRVE EL PELO DE LA VERGA, PARA DAR MASAJE, Y ESTE MASAJE SE LLAMA
ABRECULOS”

Aunque lo que realmente buscaba el asno con tanta insistencia no solo era
darle ese excitante masaje sino montar en su nervudo y grueso tronco raíz los
sensibles y virginales nervios de la entrada que al dilatarse unían y sumaban
esa infame y desvirgante sensación con el profundo y celestial calambre que
la tenía postrada, y mientras Don BernAsno continuaba restregándose su
muñeca con la cara en la almohada se sujetaba con fuerza a las cobijas de la
cama y empezaba a encabritarse hundiendo su vientre al arquear su espalda
con la frente clavada en la cama haciendo lucir su cintura mas delgada de lo
que ya era mientras emitía los gemidos característicos de la hembra excitada,
esa era la señal que Don BernAsno estaba esperando, los femeninos chillidos
de placer de su muñeca eran la música que esas orejas de asno querían oír y
aprovechando el espacio que su muñeca había liberado bajo su vientre paso
sus fuertes brazos para sujetarla diciéndole:

“PUEDO SENTIR CON CLARIDAD QUE TIENE MUY ADENTRO UN DIABLITO QUE ES
EL QUE PRODUCE ESE FUEGO QUE CIRCULA POR SUS VENAS GUERITA, PERO
SEPA DE UNA VEZ MI REINA QUE ESE DIABLITO AUN ESTA DORMIDO, EN
REALIDAD ES UN BEBE RECIEN NACIDO AL QUE ESTA MISMA NOCHE UN ASNO A
SU SERVICIO TENDRA EL GUSTO DE DESPERTARSELO Y DARLE EL BAUTIZO DE
LEY”

Y mientras Don BernAsno continuaba acomodándose y apretando con fuerza


la delgada cintura de su excitada y jadeante muñeca esta trataba sin éxito de
disfrazar sus gemidos de placer con quejas de dolor, y en cuanto el apretado
abrazo se completó como cerrojo de acero continuó diciéndole:

“NO TIENE IDEA GUERITA DE CUANTAS PUÑETAS ME HICE VIENDOLA EN BIKINI Y


CUANTAS VECES QUISE APRETARLE ESTA CINTURITA Y HACERLE UN
ABRECULOS”

“PERO USTED ERA LA PRINCESA INALCANZABLE DEL PALACIO Y UNA CANIJA


PRESUMIDA QUE ALTIVA Y ORGULLOSA JUGABA CON LOS SENTIMIENTOS DE
LOS DEMAS Y HASTA DE QUIENES LE SERVIAMOS CON AHINCO A CAMBIO DE
UNA SONRISA, PERO LLEGÓ EL MOMENTO DE PASARLE LA FACTURA DE TODAS
SUS FECHORIAS Y CUYOS COSTOS ADICIONALES INCLUYEN HABERSE LUCIDO
COMO PAVO REAL EN EL ESTANQUE DEL JARDIN ENFRENTE DE UN POBRE
ASNO QUE LA ADORA COMO REINA Y COMO DIOSA ASI COMO TRATAR DE
ENGAÑARLO HACIENDOSE PASAR POR SU MUÑECA DE HULE, AHORA SERA MI
REINA POR TODA UNA NOCHE Y ESTE AGUJERITO SUYO QUE AHORA SABE LO
QUE SIENTE UNA VERGA BIEN PARADA APENAS EMPIEZA A APRENDER COMO
AMAN LOS ASNOS CUANDO ESTAN ENAMORADOS DE LA YEGUA MAS BONITA Y
FINA DEL CORRAL”

La muñeca experimentaba la delicia de ese abrazo mientras el orificio que


tenía en su poder Don BernAsno ahora bárbaramente dilatado por el masaje
había adquirido una sensibilidad extrema que captaba cada movimiento cada
acomodo incluidos los tremendos latidos de ese corazón que la deseaba con
la fuerza de un asno en celo, el macizo apretado y virginal conducto de su
muñeca ahora era capaz de sentir lo mismo que sentía esa pulsante y

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endurecida verga desde la raíz hasta la henchida punta, el libidinoso proceder
de Don BernAsno y su hábil verborrea habían dado en el blanco derrumbando
hasta el último vestigio de resistencia que le quedaba, entonces la abrazó con
mas fuerza haciéndola sentir como las imitaciones de púas de aquellos
brazaletes de cuero que traía en sus antebrazos se clavaban bajo sus
costillas al apretarse contra su dorso mientras simulaba morder su cuello y su
nuca gruñendo como perro de caza atrapando a su victima, el canino
proceder de Don BernAsno le provocaba a su muñeca un verdadero diluvio de
goces al sentir las docenas de besos y cariños que caían sobre su nuca y su
espalda haciéndola gozar como nunca imaginó que pudiera hacerlo, aunado a
eso cada movimiento cada acomodo con los que el excitado asno forcejeaba
con su inmóvil e inerte cuerpo era llevado a su interior por ese glorioso
calambre que la espoleaba hasta la locura, luego pudo sentir como el asno la
apretaba con furia mientras lo oía gruñir y rechinar sus dientes para
controlarse tal y como lo había visto hacerlo con su muñeca de hule,
finalmente se dio un respiro y Don BernAsno levantó la vista para recitar la
oración que tenía en la cabecera de su cama, cada palabra quedó grabada
con fuego en la memoria de su muñeca, la dominante y grave voz de Don
BernAsno parecía transmitirse como vibración a todo lo largo de su erecta y
vigorosa verga excitando aun mas a su muñeca cuyo orificio tenía ahora la
misma sensibilidad de una herida abierta

Al concluir la oración Don BernAsno aprovechando la ventajosa y dominante


posición en la que tenía a su muñeca retiró un poco de su largo mástil para
luego volver a clavarlo con fuerza, de un solo golpe y hasta la raíz, tal y como
lo hizo cuando la penetró

Tras la violenta acción la muñeca soltó por completo todo su hermoso cuerpo
y quedó inmóvil con la frente clavada en la cama y los parpados apretados
mientras la respiración retenida en sus pulmones escapaba trabajosamente
en forma de agudos y apagados gemidos mordiéndose con fuerza los labios
para ahogar en su garganta los aullidos de dolor que no emergieron debido al
terrible e instantáneo estado de excitación que le había provocado recrear el
bestial ensarte de un asno en celo con una estocada que le había atravesado
el alma dejándola completamente rendida y sin voluntad experimentando una
lujuria que superaba al dolor tras haber sentido de nuevo la posesiva y
dominante brutalidad de un asno disponiendo de su hembra, la muñeca jamás
creyó que su cuerpo pudiera experimentar tal nivel de excitación, sin embargo
la magistral cornada de profundidad era tan solo el primer relámpago de la
tormenta que se avecinaba, y haciendo caso de este primer anuncio: la
muñeca atrapó con sus dientes la almohada que tenía a su alcance, y sin mas
preámbulos y sabedor de que su muñeca se encontraba en optimas
condiciones para resistir Don BernAsno accionó con vigorosos movimientos
de entrada y salida que amenazaban con desarmar la cama los cuales en un
momento dado se volvieron mas agitados

Con los brazos y las piernas extendidas la indefensa muñeca era sacudida de
pies a cabeza con cada uno de los impactos de entrada de una serie de
enérgicas y vigorosas estocadas con las que parecía estar crujiendo todo el
mobiliario de ese cuarto, y mientras gemía con el mismo ritmo con el que se
movía Don BernAsno la muñeca veía pasar por su mente toda su vida
sintiendo que cada momento era su último momento, la suerte de su delicado
y tierno orificio había quedado en poder de un asno salvaje que cobraría muy
caro los coqueteos con los que lo había provocado

Por su parte Don BernAsno enloquecido de placer continuaba imparable hasta


que de pronto se detuvo proyectándose hacia adentro esforzándose cuanto
podía por adentrarse todavía mas de lo que ya estaba impulsándose con los
dedos de sus pies en la contra cabecera de la cama apoyado en el otro
sentido por la abultada almohada que su muñeca tenía bajo su regazo, la
muñeca estiró sus separadas piernas para recibir cuanto podía del vigoroso
asno que seguía aferrado a su delgada cintura, y mientras Don BernAsno la
apretaba con fuerza su muñeca se retorció lanzando un femenino pero fuerte
grito de placer en el que exhalaba completamente el aire de sus pulmones
como si soltara una tensión largamente contenida al sentir una tremenda
oleada de calor en la parte interna de su ombligo que se estrellaba a presión
con furiosas repeticiones y que con la misma temperatura de un asno
asoleado invadía rápidamente su interior expandiéndose a brincos con el
mismo ritmo acompasado con el que pulsaban explosivamente las venas de la
enorme verga que tenía clavada hasta la raíz al tiempo que Don BernAsno

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lanzaba fuertes gruñidos que semejaban los mugidos de un asno en celo
saciando su bestial lujuria haciéndola disfrutar con esa sensación hasta el
momento desconocida para ella la cual le provocaba atormentados gritos de
placer y frases incoherentes y sin sentido que ahogaba en la almohada que
sujetaba con sus dientes mientras sentía correr en lo mas profundo de sus
entrañas el calor de los potentes furiosos e interminables chorros de semen
de Don BernAsno, el mes de abstinencia empezaba a ser desencadenado,
ahora la muñeca sabía que esa increíble sensación de fuego que le estaba
comunicado Don BernAsno era la misma que lo atormentaba cuando la veía
caminar con esas cortas faldas escolares o tomar el sol en la alberca con
esos provocativos bikinis

Al terminar el brutal acto el asno y la muñeca virgen respiraban ruidosamente


oxigenando con urgencia sus excitados cuerpos, él con rebuznantes mugidos
de macho satisfecho y ella con sollozantes gemidos de hembra agradecida,
los movimientos terminaron pero el asno que aun tenía clavado en sus
entrañas continuaba eyaculando el caliente y bronco contenido lácteo
proveniente de sus peludas y colgantes gónadas de semental enardecido
haciéndola gozar mientras sentía esa embarazosa cantidad de semen
abriéndose paso intestinos arriba alcanzando hasta el último rincón de su
interior

Al finalizar la bestial eyaculación la muñeca sintió que había quedado


completamente espermatorreada bestialmente inseminada por las descargas
repetidas del vigoroso y dominante macho que había saciado en ella toda la
ansiedad y la lujuria que había acumulado admirándola y esperándola
pacientemente durante meses hasta que por fin cayó en su trampa, sin
embargo la sensación de explosivo placer no parecía tener fin para ella, la
muñeca estaba experimentando esa extraña condición que solo las mujeres
alcanzan en la que prolongan el estallido de la excitación final por espacio de
varios minutos mientras su cuerpo se retuerce y pronuncian frases sin sentido
producto del delirio mortem que les provoca la experiencia de la primera vez,
respirando con dificultad y sin poder mover un solo músculo semi desmayada
y adolorida la muñeca continuaba gozando sin poder resistirse, ese calvo
obeso prieto y mal rasurado hombre de fiera y dominante mirada la había
usado como a su muñeca de hule y había inundado sus entrañas con la gloria
del paraíso y a pesar de que tal descarga no había ocurrido en su conducto
reproductor la muñeca chillaba y gozaba bajo el pesado asno con el mismo
escándalo de una virgen recién desflorada, al finalizar la terrible y prolongada
emoción la muñeca pudo hacer un recuento de la desastrosa situación en la
que se encontraba, sentía que en su interior había esperma de asno para
asegurar una camada de triates, ahora estaba segura de que el asno había
quedado completamente adentro de ella y empezaba a comprender que el
diablito del que le habló Don BernAsno por fin había despertado y en su fértil
imaginación lo visualizaba fuertemente abrazado a la raíz de ese endurecido y
firme tronco de pulsantes venas que le había dado vida, y desde luego que
esa infame criaturita tenía nombre, se llamaba “Orgasmo” y era el
responsable de haber encendido el fuego que atormentaba sus entrañas y la
había obligado a entregarse a un asno

Y ahora, con los parpados apretados y arrastrando su frente en la cama la


inocente muñeca experimentaba el mismo nivel de satisfacción y
complacencia de una hembra en celo que ha sido preñada con éxito por su
entusiasta y laboriosa contraparte, abierta y con una venida de asno en su
abdomen la muñeca sentía en ella todo el volcán de emociones que le había
inyectado el vigoroso asno y que eran las mismas que le provocaban a este
esa desquiciante y bestial obsesión por ella, el brutal tratamiento que el
bárbaro asno le había aplicado a su cuerpo había activado permanentemente
en su cerebro la función neural de orgasmo para el conducto inseminado, tal
era el bautismo de ley mencionado por Don BernAsno con el que sabía bien
que su otrora inocente y virginal orificio había quedado habilitado activo
funcional y al servicio de los machos, la muñeca aún se mordía los labios por
la tremenda satisfacción que sentía tras haber recibido la descarga completa
de un asno en celo

Agitado y exhausto por el esfuerzo y la emoción Don BernAsno cargó todo el


aplastante peso de su cuerpo en la espalda de su muñeca y mientras se
echaba a descansar sobre ella sin perder su tremenda erección la excitada
muñeca empezó a acariciar con su lengua el sudoroso y negro rostro de Don
BernAsno tal y como lo hiciera una mascota con su amo, sentir en su lengua

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el cepillado de esa dura y mal rasurada barba le provocaba a ella las mas
placenteras emociones de su naturaleza femenina desatadas por ese hombre
al que rendía con esa caricia un agradecimiento casi animal, con sus ojos
cerrados y una expresión facial que delataba el placer que le provocaba el
pesado asno acomodándose en su espalda la muñeca continuaba relamiendo
el curtido y severo rostro de Don BernAsno extasiada por el placer y la
satisfacción, la muñeca había sido domada por el culo y ahora ebria de placer
como estaba tenía la imperiosa necesidad de rendirle abundantes y cariñosas
muestras de tributo y servicio a su domador hasta que satisfecha y
avergonzada finalmente escondió su cara en la almohada

El acto venéreo había sido consumado por completo, sin embargo la muñeca
sabía bien que esto de ninguna manera era el final, su delicado tierno sensible
y recién desflorado orificio tendría que continuar al servicio de Don BernAsno
que pronto le daría por lo menos otro par de embestidas iguales, pues como
ya lo había comprobado ella con la anterior muñeca Don BernAsno era capaz
de repetir la acción en más de una ocasión, así que esperó mientras
disfrutaba sintiendo como las anchas narices del asno al que había entregado
su delicado orificio resoplaban el agitado y caliente aire de su respiración a un
lado de su rostro sabiendo que pronto empezaría otra salvaje embestida

En ese momento la muñeca estaba doblemente atrapada, pues a la


desventaja física se sumaba el terrible estado de excitación que le había
provocado la suma de todas las mañosas acciones de ese marrullero asno
que la había hecho sentir la misma lujuria que el padecía para después
proporcionarle el alivio de la misma transmitiéndoselo tal y como él lo sentía
obligándola a repasar y disfrutar de cada detalle de la situación en la que se
encontraba: su macizo apretado y virginal conducto alojaba una enorme verga
que la había hecho sentir de principio a fin la acción preñadora del macho, la
caliente y bestial descarga de semen con la que había sido orgasmada no
dejaba de hacerle cosquillas en su interior, con sus cuatro extremidades
extendidas e inmóviles la muñeca tenía la sensación permanente de haber
sido lechada por un asno en celo que la mantenía atrapada por su tremendo
peso y por un fuerte abrazo a su cintura haciéndola experimentar en todo
momento la inigualable sensación de tener montado sobre ella al macho
proveedor de tales emociones mientras este recuperaba el aliento sin que se
perdiera un solo ápice del brutal estado de erección de las diez pulgadas de
asno que tenía clavadas hasta la raíz, por un momento y ante tan abrumadora
recompensa la muñeca se había olvidado del dolor que le provocaba tener al
asno anclado hasta su ombligo, sin embargo poco a poco empezaba a
comprender que ese clavo de tormento que tenía en el culo uniéndola al asno
era la medicina exacta que su orgullo de reina necesitaba para sentir respeto
por el deseo con el que era venerada por sus admiradores, ahora comprendía
que la penitencia que el cielo le había enviado era poner todo encanto
femenino del que dispusiera al servicio de Don BernAsno para cumplir hasta
el menor de sus antojos, y como lo anticipó ella en breves minutos Don
BernAsno volvió a la carga tal y como lo había visto desde su escondite en el
techo con la diferencia de que ahora ella era la pobre muñeca

Gimiendo con fuerza y restregando su rostro contra la cama la muñeca sentía


como el abusivo asno se regodeaba con sus encantos clavándose
fuertemente con cada impulso de entrada chaqueteando con ansias el
apretado y firme anillado de su garrote proporcionado por ese macizo
ajustado y virginal orificio al que daba tremendas jaladotas sin la menor
consideración cuidado o delicadeza por el hecho de que este no había sido
usado por macho alguno, sin embargo la necesidad que su muñeca tenía de
ser copulada en esa forma era tal que disfrutaba hasta lo indecible mientras
sentía los rudos salvajes y dolorosos movimientos de ese asno sin riendas
que no entendía razones y cuya única función era gozar y gozar y después de
eso otra vez volver a gozar, completamente inmovilizada por su atacante y
quejándose con el mismo ritmo con el que este se movía la indefensa muñeca
esperaba sentir en cualquier momento la puñalada de semen que entraría
violentamente en su interior

Al terminar la muñeca bramaba de lujuria tras la vigorosa eyaculación que de


nuevo el laborioso asno había alcanzado con los mismos efectos
devastadores para ella que de cara en la almohada lloraba de felicidad cual
Magdalena arrepentida tras haber sido inseminada de nuevo por el vigoroso
semental que no paraba de rugir como bestia en celo, la muñeca había caído
de nuevo en un “orgasmo continuo” y gozaba con tanta intensidad que no

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podía contener el atormentado “llanto de placer” que delata la satisfacción
extrema de la hembra humana

Luego de otra prolongada pausa Don BernAsno estiró a su muñeca por la


cintura para elevarla hasta dejarla apoyada en sus separadas rodillas pero
con la cabeza aún en la cama quedando ambos de rodillas, luego la tomó por
los antebrazos estirándola hacia arriba a la posición de “Yegua con Riendas”,
en esa erótica posición la muñeca con la verga clavada hasta la raíz colgaba
hacia adelante su inerte cuerpo sintiendo el delicioso estirón que le daba Don
BernAsno a sus brazos para presionar su femenino y lampiño trasero contra
su oscuro y velludo cuerpo con un control absoluto de la “Rienda” haciéndola
elevar o descender a su antojo, arrastrar su cabeza por la cama o imprimirle
vigorosos movimientos de entrada y salida, en un momento la muñeca
recordó que la posición y movimientos que Don BernAsno hacía con ella era
la mímica que en algunas ocasiones veía hacer a los barbajanes que
trabajaban en las construcciones cercanas, ella sabía lo que significaba pero
ahora lo estaba sintiendo y excitada por esos pensamientos la muñeca
sacudió su cabeza y tironeó sus brazos gimiendo por la excitación, la
inexperta y recién usada muñeca estaba ansiosa por sentir de nuevo los
movimientos del macho enardecido desesperado por descargar su semen a
toda prisa pero Don BernAsno con su dominante y grave voz de mando le
dijo:

“NO SE MUEVA PRECIOSA, TAMPOCO FORCEJEE, LA REINA NO DEBE HACER UN


SOLO MOVIMIENTO O TERMINARA VINIENDOSE SOLA, SERA SU VIEJO ASNO
QUIEN SE ENCARGUE DE TODO EL TRABAJO Y LE MARQUE LOS TIEMPOS PARA
ASI PODER ENTRAR AL PARAISO MONTADO EN LA YEGUA MAS HERMOSA QUE
JINETE ALGUNO HAYA CABALGADO

AHORA GUERITA SUELTE POR COMPLETO TODO SU HERMOSO CUERPO Y


LIBERELO DE TENSIONES O DE LO CONTRARIO SERA MORDIDA POR UN ASNO
RABIOSO QUE LE TRAE GANAS. MANTENGASE MUY QUIETA Y RELAJADA
MIENTRAS LE DOY EL SIGUIENTE PALO

HASTA CUANDO VAN A ENTENDER USTEDES LAS REINAS CHIQUILLAS QUE PARA
GOZAR DE VERDAD NECESITAN UN ASNO VIEJO Y ASOLEADO, CON
EXPERIENCIA Y RESISTENCIA”

Obedeciendo a estas disposiciones la muñeca aflojó todo su cuerpo y se


mantuvo con la cabeza clavada en la cama sin atreverse a interrumpir las
acciones de Don BernAsno mientras sentía como sin ninguna prisa este
jugaba con su cuerpo acariciando todo lo que sus enormes manos de gorila
podían alcanzar incluido un buen agarrón de clítoris que la hizo arañar la
pared cercana y sujetarse con fuerza los cabellos para evitar interrumpirlo,
luego Don BernAsno la volvió a agarrar de las “Riendas” para aplicarle en
forma controlada y por pausas esos vigorosos movimientos de entrada y
salida con los que le daba uno mas de esos que él llamaba “Palos”

Con la rienda bien tirante la agitaba haciéndola enloquecer de placer mientras


se mantenía obedientemente quieta y con la cabeza colgando derramando
lagrimas de felicidad que caían sobre la cama, luego con ese mismo estirón y
apoyada en sus separadas rodillas como estaba la levantaba hasta casi
colocarla sobre él con la espalda arqueada y su cabeza colgando hacia atrás
de cara al cielo, y mientras el fiero asno la estiraba a placer haciéndola
permanecer en esa complicada posición, sin ofrecer la mínima resistencia la
muñeca se mantenía con los ojos cerrados y una doliente mueca de placer
que reflejaba cada acción del asno tras ella, por la expresión de su rostro la
muñeca parecía estar dando gracias al cielo que no pudo escapar del hechizo
de amor que le había aplicado Don BernAsno llevándola hasta la situación en
la que se encontraba: atrapada e inmovilizada experimentando en su cuerpo
los brutales desahogos del poderoso deseo que ese asno sentía por ella

Pero luego de un rato de estarla mostrando al cielo como trofeo de caza la


volvió a bajar para seguir jugando con ella unas veces con la cabeza clavada
en la cama otras en el aire hasta que finalmente sintió que la vigorosa
cabalgata del asno que la tenía asegurada de las riendas la conducía a todo
galope hacia el destino prometido y a su llegada con una última embestida
pudo sentir como las calientes y bestiales descargas de semen que le
inyectaba Don BernAsno estaban a la par del tamaño de su instrumento, una
vez más la muñeca pudo comprobar cuanta razón tenía Don BernAsno, había

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entrado al paraíso montada por un asno en llamas que controlaba hábilmente
sus riendas de yegua fogosa para llegar juntos al ansiado clímax del orgasmo

Con cada llegada del asno la muñeca sentía como si perdiera de nuevo la
virginidad de ese orificio una y otra vez, amen de que con cada embestida sus
excitadas entrañas sentían el mismo desahogo del largo y anchuroso
miembro que las eyaculaba, ahora Don BernAsno se dedicaba a disfrutar con
el espectáculo que le ofrecía su muñeca chillando de placer y restregando su
rostro contra la cama mientras continuaba aplicándole a su antojo ese férreo
control a las riendas con el que seguía haciéndola gozar, el lujurioso asno la
había arrastrado una vez mas por el pantano del placer y la había hecho
gozar con tal intensidad que la sensibilidad femenina de su cuerpo la hacía
disfrutar cada vez con mas fuerza y por más tiempo de los brutales orgasmos
que ese asno le provocaba con su enorme verga, ahora la inocente muñeca
sabía muy bien lo que significaba ser tomada por el culo, era más de lo que
ella había imaginado o soñado pero tras esta última embestida Don BernAsno
la empujó para que cayera de nuevo en la cama echándose sobre ella y
ganchada aun por su enorme verga como la tenía buscó con su boca la parte
mas carnosa de su espalda, enseguida la muñeca abrió cuanto pudo sus ojos
mientras sentía como con rebuznantes gruñidos y sin clemencia alguna Don
BernAsno le aplicaba una prolongada y fuerte mordida en su espalda, pero ni
las suplicas ni las ahuyantes y repetidas peticiones de clemencia lograron
impedir que Don BernAsno gruñendo como fiera y con sus ojos parpadeando
en blanco continuara apretando con fuerza sus potentes mandíbulas hasta
marcarla como ganado de su propiedad, al terminar el castigo la muñeca
quedó inmóvil sintiendo hervir su sangre por la excitación como si la hubiera
mordido la serpiente del amor

Tras completar la salvaje y bestial práctica ganadera Don BernAsno se acostó


sobre ella y decidió entrar en un reposo mas prolongado acomodándose con
comodidad sobre su nueva adquisición que ahora domada y marcada era
usada como firme soporte para su descanso, con su nueva muñeca
sirviéndole para todo “neceser” Don BernAsno se dedico a descansar
totalmente relajado y sin ninguna preocupación, como todo un asno monarca
tras haber cumplido con su importante e instintiva función reproductiva
quedando completamente adormecido por el aroma de la bella flor a la que
soñaba en ese momento que debía prodigarle todo tipo de cuidados como
acariciarla recortarle las espinas decirle cosas bonitas y hasta irrigarla

Don BernAsno había caído en un profundo éxtasis de adoración en el que


soñaba con el femenino y frágil cuerpo de su muñeca vestida con diminutas y
provocativas prendas haciendo esos femeninos y delicados movimientos que
tanto admiraba, y mientras el asno dormía tomando un merecido descanso
para recuperar su vigor la muñeca disfrutaba frotando el lado de su cara que
quedaba contra el rostro de Don BernAsno haciéndole femeninas caricias con
su cara pellizcando con sus labios cada parte de su severo rostro, pero luego
de un rato de estar haciendo esas amorosas caricias la muñeca se mordía los
labios soportando inmóvil y con los ojos cerrados para no quejarse al sentir
que aun dormido y en éxtasis el asno hacía movimientos de apareamiento con
ella, y por el modo de gruñir como por el torpe modo de moverse sabía bien
que estos se debían a los enfermos sueños de lujuria que padecía el pobre
bruto, pero no lo criticaba pues después de todo era un macho cumpliendo
instintivamente con sus funciones reproductivas, justificación que ella no tenía
pues el terrible nivel de placer y satisfacción que esos movimientos le
provocaban a ella no tenían como fuente su conducto reproductor y eso la
hacía sentirse avergonzada y culpable

Aunado a eso el dolor que le provocaba el asno y al que tanto terror le había
tenido lejos de ser la factura que cobrara esos increíbles placeres resultaba
ser la parte mas importante de los mismos y sin la cual no sería posible la
brutal complacencia que experimentaba al ser usada por el asno, luego de un
rato la muñeca exhaló su retenida respiración cuando el asno dejó de
moverse para adentrarse con rebuznantes gruñidos impulsándose con los
dedos de sus pies en la contra cabecera de la cama apoyado por la
ortopédica almohada que no le permitía a ella mas acomodo que dejar
expuesta su soberbia montura para que el asno probara el alcance máximo de
su inflamado y nervudo dardo descalibrado ahora por la extrema presión que
le provocaba el relax del sueño, la muñeca sabía lo que esto significaba y
mientras el asno apretaba con fuerza su delgada cintura tomó con sus dientes
la almohada que estaba a su alcance cerrando con fuerza sus parpados, casi

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en seguida la muñeca abrió cuanto pudo sus ojos llenando sus pulmones de
aire al sentir en su interior un tremendo chorro de semen eyectado en sus
entrañas con furiosas repeticiones pues inconsciente pero instintivamente Don
BernAsno extraía rápidamente una y otra vez el calado de su larga verga para
volver a clavarla violentamente y con cada chaquetazo la muñeca sentía que
el asno quedaba clavado hasta la raíz lanzando un nuevo chorro de semen
que la enviaba al paraíso, luego de cinco o seis impactos de entrada el asno
quedó inmóvil sobre la espalda de su muñeca, tales eran las emisiones
involuntarias provenientes del almacén del asno que aun en su éxtasis de
adoración y soñando con su diosa de la que seguía fuertemente abrazado
eran expulsadas a toda presión, la muñeca no tenía idea de la cantidad de
semen que podía arrojar un asno enardecido a consecuencia de la
desquiciante abstinencia al estar en su éxtasis de adoración repasando su
sueño favorito una y otra vez como una masturbación mental que se
complementaba con la masturbación física con la que su apretada y elástica
carne masajeaba la raíz y el tronco de ese pulsante cuello de avestruz cada
vez que el asno se movía

Después de eso Don BernAsno volvió a entrar en reposo descansando sobre


su muñeca aun aferrado e incrustado profundamente en su interior como si
fuera parte de ella conservando al máximo toda su hinchazón glandular y sin
duda aun postrado por el éxtasis, por su parte la muñeca con sus parpados
apretados continuaba mordiendo con fuerza la almohada ahogando en esta el
orgasmante alarido convertido ahora en un apagado gemido que exhalaba por
sus fosas nasales evitando así molestar los sagrados sueños de su BernAsno,
sin embargo difícilmente lograba controlar los espasmos involuntarios que
surgían por todo su cuerpo como si estuviera siendo sometida con descargas
eléctricas, la eyaculación del asno había recorrido la red nerviosa de su
cuerpo pero luego de un rato poco a poco volvió la calma y la muñeca pudo
continuar sirviéndole a Don BernAsno como firme soporte para su descanso
acomodándolo de la mejor manera posible sobre el arco de su espalda para
que descansara sobre ella y poder mantenerlo tranquilo, así que
prudentemente decidió no provocar mas al asno dejándolo descansar

Así permanecieron los dos sin perder sus posiciones durante algo mas que un
buen rato, con sus cuerpos inmóviles y en reposo, Don BernAsno durmiendo
profundamente, sin embargo su muñeca se mantenía despierta, no era fácil
dormir con un asno clavado hasta la raíz, además sentía curiosidad por saber
que estaba soñando el lujurioso asno que de vez en cuando ejecutaba algún
movimiento que la hacía cerrar con fuerza los parpados y quejarse con
apagados gemidos que ahogaba en la almohada que continuaba sujetando
con sus dientes mientras con sus manos crispadas en los barrotes de la
cabecera y abrazada por el asno la muñeca sentía que estaba en una cárcel
de amor de la que era imposible escapar

Con la excitación galopando en toda terminación nerviosa de su cuerpo la


muñeca no tenía mas remedio que seguir con ese lujurioso juego en el que la
tenía atrapada el asno, sin embargo luego de ese buen rato la muñeca con mil
esfuerzos logró hacer a un lado al adormilado asno para extraer con sumo
cuidado esa tremenda verga cuyo brutal estado de erección no menguaba y
cuando por fin se libró de semejante apéndice de asno corrió con urgencia
para ir al baño haciendo reír a carcajadas a Don BernAsno mientras oía la
expulsión de las abundantes muestras de amor y embriaguez que el abusivo
asno le había inyectado

En cuanto la muñeca se deshizo de todo residuo del grosero asno se aseó y


se lavó con abundante agua y jabón, revisó su cuerpo y se sonrojó
sorprendida al darse cuenta de que ahora ella tenía las mismas condiciones
de la muñeca de hule cuando la revisó por primera vez, ambas eran vírgenes,
pero a diferencia de la muñeca de hule ignoraba si el “recuerdito” que le había
dejado a ella Don BernAsno cerraría o permanecería como testimonio
innegable de un salvaje enculamiento, una falta femenina que no dejaba duda
de su debilidad para resistir el fuego del deseo y que la delataría si pretendía
una noche de bodas, le preocupaba enfrentarse a esa hipotética situación,
que mentira podría decir para justificar algo cuya única explicación era la
entrada de una verga de burro hasta la raíz, haberse revolcado con un asno
hasta quedar satisfecha algún costo debía tener, pero como si eso no fuera
suficiente problema su delicada y virginal vulva enrojecida por la excitación
empezaba a destilar la lubricante humedad que le indicaba que su cuerpo
estaba entrando en periodo de ovulación pero con más fuerza que nunca, la

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experiencia de haber sido multi inseminada por tan vigoroso ejemplar también
estaba cobrando su cuota, por su sangre corrían hormonas de asno que le
provocaban excitantes cosquillas con cada movimiento de su cuerpo

Enseguida y usando un pequeño espejo que había en la pared puso un poco


de orden a su pelo, luego con el paso firme de reina que la caracterizaba salió
de ahí para irse, esperaba que Don BernAsno siguiera durmiendo pero al salir
se detuvo al encontrarlo obstruyendo la salida del estrecho corredor que
comunicaba al baño, estaba esperándola para cerrarle el paso, Don BernAsno
encaminó sus pasos hacia ella mirándola fijamente a los ojos con esa fiera
mirada que la hacía sentir que ya no era dueña de si misma, ese calvo y
robusto hombre ataviado con su imponente atuendo de cuero lucía como los
fieros y despiadados verdugos medievales cuando elegían una victima para
ensañarse con ella, sin saber que decir la muñeca bajó la vista y se cubrió con
pudor usando la falda roja que llevaba en sus manos mientras Don BernAsno
se acercaba lentamente hasta quedar frente a ella aplicándole en todo
momento esa fiera y dominante mirada que la hacía sentir cosquillas y
calambres en lo más recóndito de sus recién usadas entrañas, sin poder
resistir mas esa lujuriosa mirada que le transmitía directamente a sus
entrañas el rabioso deseo que Don BernAsno sentía por ella la muñeca cerró
sus ojos y dejó caer sus brazos soltando la falda para dejar completamente
expuesta a la vista de ese hombre la desnudez de su frágil y femenina figura
esperando inmóvil y rendida a que sucediera lo que tuviera que suceder, lo
cual Don BernAsno hizo enseguida cargándola con un fuerte abrazo hasta
separarla del piso haciendo que se encendiera de nuevo en ella toda esa
compleja gama de sensaciones que la hacían perder el escaso control que le
quedaba manifestándolo por las agudas y femeninas quejas de placer que
ese abrazo le arrancaba, pero esta vez en lugar de llevarla al lecho de
placeres donde había conocido el paraíso Don BernAsno la llevó de nuevo al
baño para meterla a la regadera, y en cuanto sintió el agua helada sobre su
cuerpo la chiquilla intento salir pero Don BernAsno la controló sujetándola de
los cabellos para regresarla en mas de una ocasión, esta muñeca estaba
aprendiendo ahora como se bañan los pobres que siempre le han servido, el
tratamiento era duro pero Don BernAsno sabía que si quería hacerla suya
tendría que terminar de domar a esa chiquilla rebelde acostumbrada a salirse
con la suya por encima de la disciplina, demostrándole además que él no era
otro de sus juguetes al que podía usar y dejar tirado

Luego de un rato Don BernAsno también entró a la regadera donde se bañó


junto con ella enjabonándola y dándole un agasajo bañista en todo su cuerpo,
los lujuriosos besos que Don BernAsno le daba en su boca cuello y orejas
poco a poco le proporcionaron el calor necesario para dejar de sentir frió y
una vez limpios y frescos sin soltarla de los cabellos la estiró haciéndola
caminar con los zapatos de tacón alto de su muñeca que aun tenía puestos
hasta una de las paredes donde descolgó un grueso cinto de cuero que
colgaba de una de las perchas y blandiéndolo a modo de látigo mientras la
mantenía sujeta de los cabellos golpeó con fuerza la pared, enseguida su
muñeca dejó de forcejear dejando caer sus brazos para quedar en completa
actitud de docilidad, después de lo mal que se había portado esa noche la
pobre muñeca tenía la necesidad de expiar su culpa y estaba convencida de
que recibir unos cuantos azotes era el mínimo castigo que se merecía por
haber gozado como niña mala en la cama de un hombre que no era su
esposo

Por su parte Don BernAsno sabía bien que tenía en su poder a una
adolescente capturada en falta que necesitaba de una imagen de autoridad
que le aplicara un correctivo a su conducta, ahora quedaba a su elección el
tipo de castigo que debía darle, Don BernAsno no tardó en decidirse y tomó
un cordón como los de las cintas de los zapatos y le unió y ató las manos por
las muñecas para colocárselas cruzadas tras la nuca y con el largo que
sobraba del cordón se las ató al cuello haciéndole el nudo de cierre justo en la
garganta, entonces la llevó sujeta de los cabellos hasta la pared chorreada de
feas y amarillentas manchas y la acostó boca arriba en el acojinado banquito
alargado que estaba justo bajo esa ventana, la intención era bastante clara,
Don BernAsno ya no ensuciaría mas las paredes ni el piso de su baño, ahora
sería su muñeca la que se tragaría todo el semen que el arrojara

Don BernAsno se acomodo arriba de su muñeca con las rodillas apoyadas en


el acojinado banco a ambos costados de ella diciendo:

21
“AHORA GUERITA DARAS MAMADAS, PERO SIN TIRAR NI UNA SOLA GOTA”

Sin saber que hacer ante tal orden la muñeca estiró sus labios cuanto pudo
para darle un minúsculo beso a la punta de la erecta verga que tenía frente a
su cara pero Don BernAsno como buen conocedor del comportamiento
femenino sabía bien que esa inocente caricia no duraría mucho y esperó
pacientemente a que su muñeca sintiera la instintiva necesidad de abrir su
boca para introducir la ancha punta de su enorme verga lo cual hizo bien
pronto succionando con fuerza el resto de esa larga ubre haciéndolo
introducirse cada vez mas hasta hacer presión contra su garganta, la muñeca
pudo sentir como las hinchadas y pulsantes venas de esa verga estaban
brincadas a reventar como las de su juguete africano debido al brutal estado
de erección que no menguaba, los largos velludos y bien desarrollados
testículos del asno alcanzaban a posarse sobre el cuello de su muñeca justo
donde tenía el nudo de cierre que aseguraba sus manos a la nuca, el blanco
rostro y cuello de la muñeca así como sus rosados labios hacían un tremendo
contraste de color con esa larga negra y excitada verga que se encontraba
haciendo presión contra su garganta

Luego de un rato Don BernAsno muy lentamente extrajo su larga verga hasta
sentir en la punta la succión de los labios de su muñeca haciendo vacío para
sujetarla hasta que la soltó, en seguida Don BernAsno empuñó el tronco de su
larga verga con su mano y la apuntó al rostro de su muñeca para mostrarle
como de la dura punta nacía una gota del mas blanco semen mientras
iniciaba una lenta masturbación, luego tocó de nuevo los labios de su muñeca
con la punta de su largo miembro esparciendo en ellos la viscosidad seminal
de esa espermatorrea que toda verga excitada segrega copiosamente
mientras es mamada y que a partir de ese momento la muñeca tendría que
saborear durante todo el tiempo que durara semejante acto, Don BernAsno se
volvió a adentrar dándole fuertes jaladas al tronco de su larga verga con su
puño, la muñeca sabía bien que por fin había llegado el momento en que iba a
saber como se hace una puñeta solo que no sería una simple observadora
sino la receptora de cuanto semen resultara de tal acción, y comprendiendo
que no tenía otra opción que seguir sintiendo con su cuerpo los desahogos de
ese lujurioso asno se dedicó a masturbar con su boca la tremendamente
hinchada verga de Don BernAsno con el mismo reflejo de succión que le
había copiado a su muñeca de hule alcanzando en breve tiempo la misma
habilidad de una consumada profesional haciendo un “servicio oral completo”,
cada caricia que la muñeca hacía con sus labios su lengua y su garganta eran
complementadas con el firme jaloneo que don BernAsno le daba con la mano
empuñada al tronco de su tremendo miembro manteniéndolo tan adentro de la
garganta de su muñeca que al momento de hacerla devorar los furiosos y
calientes chorros de semen ella solo se daba cuenta por la súbita y pulsante
expansión del tronco y por el tremendo calor que circulaba por su cuello y su
pecho, luego Don BernAsno retiraba un poco su miembro para darle
oportunidad a su muñeca de limpiar el desorden que había provocado con sus
excitantes caricias y cuando su muñeca cumplió obedientemente con todas
sus exigencias dejando completamente limpia de semen todo el largo de su
enorme verga con tan solo su lengua y su boca una nueva venida tuvo lugar,
esta vez el semen se derramaba hasta afuera de su boca pero la muñeca que
ahora conocía bien su trabajo engulló cuanto pudo y continuó con su labor de
limpieza mamando y remamando esa negra y dura verga mientras Don
BernAsno con su fiera y lujuriosa mirada supervisaba la acción manteniéndola
sujeta de los cabellos con una mano y con la otra su largo miembro mientras
el ancho y amenazante cinto de castigo colgaba a ambos lados de su grueso
cuello

Luego de dos tremendas puñetas como las que habían embarrado de semen
la pared que estaba sobre su cabeza la muñeca comprendió que de no tener
esa verga en su boca la pared habría quedado embarrada por el espeso y
blanco semen de Don BernAsno esparcido abundantemente en una amplia
área de varios disparos donde los gruesos y calientes torrentes de vigor
reproductivo estarían chorreando pared abajo hasta alcanzar el piso, en
seguida Don BernAsno retiró la cabeza de su verga hasta dejarla frente a los
labios de su muñeca como cuando empezaron pero de inmediato la muñeca
la volvió a atrapar con su boca, ella quería continuar dando esos besos de
semen que ahora embarraba desordenadamente en sus abultados y
sensuales labios en contacto continuo con la henchida punta de esa enorme y
dura verga que aun seguía exudando el blancor de las gruesas y calientes

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gotas de vigor reproductivo que ella saboreaba con sedienta ansiedad
mientras hacía hábiles movimientos circulares con su cabeza

Como es obvio la muñeca tenía conocimiento de este tipo de actividades a


través de Internet y recordó cuando platicaba de eso con sus amigas y todas
fingían hacer gestos de asco pero nunca se imaginó que ella lo haría ni
mucho menos que eso le gustaría al grado de caer en éxtasis haciéndolo
como una prostituta ebria que presa de un incontrolable estado de lujuria se
complace bebiendo el placer de su excitado cliente

Cuando Don BernAsno finalmente se libró de la succión de los labios de su


muñeca un remanente final arrancado por la succión colgaba pegado entre los
labios de su muñeca y la punta de su glorioso mástil, y durante un rato
contemplo divertido como esta usaba su larga lengua para alcanzar la punta
invitándolo a volver a entrar, finalmente Don BernAsno limpió los chorreantes
labios de su muñeca con una servilletita diciéndole:

“ASI QUE TE GUSTARON LOS MECOS CABRONA, ERES UNA SEÑORITA MUY
CALIENTE Y BUENA MAMADORA, DE LAS QUE ESTAN SEDIENTAS DE LECHE,
PERO SIN DUEÑO TERMINARAS POR CONVERTIRTE EN UNA PUTA”

Aquellas palabras sonaban terribles para los oídos de una princesa aunque
pronto comprendió que esa era la verdad solo que expresada por un hombre
sincero y de rudos modales, luego Don BernAsno la hizo girar su cuerpo hasta
dejarla bocabajo para empezar a darle con sus enormes ásperas y calientes
manos un lento y relajante agasajo que iba desde sus pantorrillas hasta los
muslos camino hacia las redondeces posteriores que tanto excitan al macho,
luego de un rato la muñeca sabía que el morboso asno se estaba solazando
con la contemplación de las consecuencias físicas que el desahogo de su
desenfrenado deseo habían dejado en su juvenil cuerpo el cual aunque en
diferente lugar y forma ahora padecía la misma hinchazón del robusto
miembro al que había dado alivio, estar en esa situación con las manos
amarradas a la nuca inmovilizada y sintiendo el manoseo del asno la hizo
recordar el momento en que revisó a la muñeca de hule por primera vez y
arrepentida recordó todo lo que le dijo y como se rió de ella, ahora sabía que
ser “trabajada” por un asno no era cosa de risa, enseguida Don BernAsno la
puso de pie y la abrazó de frente levantándola del suelo para llevársela de
nuevo a la recamara donde la tumbó en la cama y atada como estaba se
lanzó sobre ella como perro rabioso haciéndola gozar de nuevo, su largo
cuello y sus excitados senos eran blanco fácil de un certero incansable
minucioso detallado y concienzudo agasajo que recorría con labios dientes y
lengua cada centímetro de su piel haciendo especial énfasis en aquellas
zonas donde era captada la mayor sensibilidad, esta vez Don BernAsno
reclamaría su virginidad y así se lo hizo saber apuntándole a su rostro con un
índice de fuego que la hizo sentir la inflexible decisión de sus palabras, pero la
muñeca que no era tonta ya había previsto esa posibilidad y parte de su
preparación fue tomar anticonceptivos de los que usaba su hermana mayor,
por su parte Don BernAsno también estaba haciendo uso de la magia de las
pastillas azules cuyo efecto estaba en pleno apogeo y aun le quedaban como
tres horas de erección continua y una recarga completa en su almacén de
semen, justo para amanecer trenzado en amorosa batalla con la causante de
su obsesión a la cual regresó el favor que le hiciera en el baño haciéndola
revolcarse por toda la cama al lamerle su área vaginal con el mismo
entusiasmo y dedicación de un perro sediento que la atrapaba a cada
momento clavándole su inquieta lengua hasta hacerla reír gritar y llorar al
mismo tiempo por la emoción, atrapada y sin salida en un momento de
resignación la muñeca aflojo por completo todo su hermoso cuerpo quedando
tan inmóvil como una verdadera muñeca, no tenía caso seguir luchando,
sabía bien que de esta no se salvaría y que en cuanto Don BernAsno
terminara de comérsela viva seguiría el “plato fuerte”, y mientras el asno
continuaba con su canina labor la muñeca con el rostro desencajado por el
placer y con su cabeza colgando al borde de la cama y sus manos atadas a la
nuca pensaba que lo que quería el asno era lo justo pues después de este
breve noviazgo había llegado el momento de hacerlo como marido y mujer,
ahora conocía bien a Don BernAsno había probado en carne propia como
eran las cogidas de burro encabronado que le daba a su muñeca de hule y
había mamado como puta enamorada su enorme dura y lechosa verga de
campeonato, los ensayos terminaron y todo estaba listo para la prueba final
de amor, poco a poco y casi inconscientemente la muñeca y el asno
empezaban a acomodarse para el acto, estar atada y con la cabeza colgando

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al borde de la cama no era ningún inconveniente para ella, su atlético y bien
entrenado cuerpo de gimnasta le permitía estar cómoda en las mas increíbles
posiciones, así que con sus piernas extendidas a ambos lados del asno y los
zapatos de tacón alto aún puestos la muñeca respiro profundamente estirando
por completo su dorso dejando expuesto su cuello en señal de entrega
mientras sentía una dura y bien lubricada punta acoplándose contra su
sensible y virginal vagina

Corriendo un velo a las lujuriosas escenas en las que su muñeca perdió la


virginidad y Don BernAsno dio rienda suelta a su espantosa lujuria disfrutando
durante toda la noche hasta la saciedad con ese estrecho y virginal conducto
al que dio tantos “Palos” que perdió la cuenta convirtiéndose así en su dueño,
al día siguiente muy de madrugada Don BernAsno la ayudó a llegar a su
cuarto debido a los obvios “problemitas” que su muñeca tenía para caminar,
el llamado “Punto G” de su vagina había sido alcanzado y jaloneado con tanta
insistencia y duración que sus piernas aún temblaban por la excitación
dificultándole el equilibrio con los zapatos de tacón alto de la muñeca, tenía
puestos de nuevo su bikini de dos piezas cubierta solo por su escotado suéter
azul, y una vez en la entrada de su cuarto y en medio de la total oscuridad
que antecede al amanecer Don BernAsno se colocó tras ella para darle el
último apretón de cintura, con los ojos cerrados y una expresión de placer en
su rostro la muñeca dejó caer su cabeza hacia atrás mientras Don BernAsno
le decía al oído:

“TIENE USTED UN CULO PERFECTO GUERITA, ES USTED LO MAS CERCANO QUE


HAY A UNA DIOSA, NO CABE DUDA QUE FUE DISEÑADA POR LA MADRE
NATURALEZA PARA HACER GOZAR A LOS MACHOS, PERO USTED YA TIENE
DUEÑO, ES PROPIEDAD DE UN ASNO SALVAJE Y YA NO PUEDE ANDAR POR AHÍ
DE YEGUA TRAVIESA, AHORA TIENE LAS RIENDAS BIEN PUESTAS Y YA CONOCE
SUS OBLIGACIONES, LLEVA UN ENCARGO MIO AHÍ ADENTRO PARA QUE LE
HAGA COSQUILLAS TODA LA NOCHE, CUIDEMELO BIEN, LA ESPERO EL SABADO
DE LA PROXIMA SEMANA, A LAS DOCE, CUANDO TODOS DUERMEN, ESE
AGUJERITO SUYO QUE TANTO APRIETA TIENE QUE PRESTARMELO OTRA VEZ ”

Con los ojos casi cerrándosele por el sueño la muñeca aceptó con un
movimiento de su cabeza haciéndole saber que estaba de acuerdo con sus
peticiones pero antes de cerrar la puerta de su cuarto Don BernAsno la tomó
de la nuca con una de sus manos e inclinándola un poco la acercó a su rostro
para decirle:

“ASISTA PUNTUALMENTE GUERITA, SI NO LO HACE VENDRE POR USTED Y LA


LLEVARE DE LOS CABELLOS, NO INTENTE PASARSE DE LISTA, PUES DEBE
SABER QUE CON ESTE ASNO NO SE JUEGA”

La muñeca le sonrió y le dio un beso en los labios asegurarándole que iría,


luego cerró la puerta y como pudo se quitó la ropa y los zapatos y se puso su
ropa de dormir para casi en seguida caer en su cama de cara en la almohada,
tras haber recibido el tratamiento completo de una reclusa olvidada en una
prisión sin ley la pobre muñeca estaba completamente agotada por las
emociones de ese día pero complacida y satisfecha no tardó ni un segundo en
sumergirse en la mas completa inconsciencia desconectándose por completo
de la realidad, y una vez que tomó un merecido descanso dominical se
levantó de la cama hasta bien entrado el día, su juvenil cuerpo se había
recuperado por completo pero para su bloqueada mente los sucesos de la
noche anterior parecían haber sido uno mas de sus sueños a los que no daba
mayor importancia salvo que al tomar su baño y enjabonar sus partes intimas
comprobó con horror que tenía en su cuerpo los signos inequívocos del
degenerado ataque de un asno en celo evidenciados por la anormal abertura
de sus orificios anal y vaginal, y en su boca tenía el inconfundible aroma de
las hormonas concentradas de los genitales de un hombre, y mientras sentía
como su vagina destilaba el espeso y blanco semen que había guardado
durante toda una noche: con la frente clavada en la pared y el agua cayendo
sobre su cuerpo la muñeca hizo memoria de todo lo ocurrido, ahora si estaba
bien jodida, y acariciando la marca que tenía en su espalda finalmente asimiló
la idea de que ahora ella era propiedad del asno que había usado esos
orificios para saciar su bestial lujuria, pues la alternativa era impensable para
ella, con semejantes estigmas en su cuerpo y su mente ahora solo tenía dos
caminos a elegir: el asno o el congal, donde sus tres orificios ahora
completamente habilitados para dar servicio tendrían una tarifa y muchas
obligaciones

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Cuando por fin fue expelida toda la formidable cantidad de semen que rodaba
muslos abajo hasta llegar a sus descalzos pies, confundida y perturbada aun
por la emoción que le había causado esa repentina e inesperada expulsión de
semen como si esta hubiera sido una masturbación de ella, la muñeca pudo
asear su cuerpo y hacer sus arreglos, al terminar cayó en un acojinado
banquillo del baño, desnuda y con sus piernas separadas sentía que su
conciencia la tenía en el banquillo de los acusados, recargada en la pared y
con la cabeza baja como si contemplara sus partes intimas pensaba en lo
tonta que había sido, se preguntaba una y otra vez ¿como era posible que
hubiera perdido los dos orificios?, a pesar de los dolores con los que su
juguete africano le había advertido que no jugara con un asno dejó que este
le hiciera un enculamiento y la mostrara de cara al cielo como trofeo de caza,
luego vino lo peor, su virginidad había quedado en el tronco de esa verga de
asno y su semen guardado por toda una noche en su matriz excitándola de
nuevo al ser expulsado, la poderosa e irresistible atracción que Don BernAsno
había ejercido sobre ella era la causante de todo, aunque por otra parte la
muñeca también hacia un recuento de sus ganancias las cuales por ser
demasiado extrañas y novedosas la seguían confundiendo, pues no estaba
segura de cual de sus dos orificios la había hecho gozar mas, el vaginal tenía
un contacto continuo del clítoris con el potente y expansivo tronco raíz de esa
enorme verga y un intimo pero electrizante “Punto G” de indiscutible
excitación natural, en conjunto toda una victoria de la naturaleza femenina,
mientras que “el otro” el primero que recibió al asno parecía ser “Punto G”
desde la entrada hasta donde su BernAsno alcanzara, un verdadero diluvio de
goces y un verdadero “Tormento G” cuyo solo recuerdo bastaba para hacerla
morderse los labios y con los ojos cerrados sentir los agitados movimientos
del abusivo asno procurándose el máximo de placer, y aunque muy diferentes
en cuanto a la sensación de orgasmo los dos eran entradas al paraíso y su
BernAsno era el dueño total y absoluto de ambos, y tras hacer este breve
balance de sus perdidas y ganancias la principal preocupación de la princesa
era lo que seguía, sabía bien que tendría que cumplir con la promesa que le
había hecho a su BernAsno de volverlo a visitar, pues no quería arriesgarse a
ser llevada de los cabellos pero no tenía idea de que hacer la próxima vez que
lo viera durante el día, finalmente se decidió por simular que nada había
pasado y evitar los lugares cerrados u oscuros donde la pudiera atrapar, sin
embargo todo volvió a la normalidad ese día, Don BernAsno volvió a ser el
jardinero y su muñeca la inalcanzable princesa de la casa, si cruzaban sus
caminos ni siquiera se miraban, no hacía falta, cada uno había ganado lo que
quería y su posesión estaba bien asegurada, Don BernAsno ya no necesitaba
una muñeca de hule ni observar por la ventana de su baño, y en cuanto a la
princesa de la casa, en menos de una semana comprobó que la necesidad
que su cuerpo tenía de ser copulada por Don BernAsno tal y como él lo hacía
con su muñeca de hule lejos de desaparecer se había multiplicado, parecía
ser que Don BernAsno había dejado en ese orificio un diablito que todo el
tiempo le recordaba quien era su dueño, sin embargo esta vez durmió
tranquilamente pues sabía bien que esa juvenil ansiedad sería desahogada
ese mismo fin de semana cuando asistiría puntualmente en la oscuridad de la
noche a ocupar el lugar de muñeca esclava de Don BernAsno … desde luego
que con el pretexto de devolverle los zapatos de su muñeca que se había
llevado puestos

Llegado el gran día la princesa de la casa había puesto un toque especial de


sensualidad en su arreglo luciendo impactantemente femenina con un
atuendo de estilizada minifalda azul oscuro ajustada playera de amplio escote
abotonada y sin sostén disimulando la punta de los senos bajo un delgado
suéter anudado bajo las costillas para resaltar el contorno cintura caderas,
unas finísimas zapatillas oscuras de tacón alto en gamuza con cintillas de
amarre a los tobillos y un simpático gorrito con protector de sol al frente, tal
como su artista favorita … pero mejorada y aumentada

Por donde quiera que la princesa pasara caminando era un imán para los ojos
de los hombres entre los que no podía faltar Don BernAsno ante quien se
lució como pavo real cuando en compañía de otras dos amigas de su escuela
que la visitaban les mostró el invernadero haciendo un recorrido con ellas
hablándoles en su lengua nativa, una era de Francia y otra de Italia, ella se la
pasó posando continuamente frente a él para excitarlo mostrándole todo lo
que ya era suyo, luego se recostó en la orilla del estanque con el pretexto de
refrescar sus piernas acariciándolas con el agua remojada en sus manos
lanzándole agua a Don BernAsno que en ese momento estaba absorto con la
contemplación haciendo reír a sus amigas sabiendo que eso lo tendría que

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pagar bien caro en cuanto cayera la noche, mientras tanto Don BernAsno en
silencio seguía haciendo su trabajo de jardinería con la maliciosa sonrisa de
quien tiene una bien cargada factura por cobrar en su bolsa, y cuando por fin
llegó la ansiada noche luego de un reconfortante baño la princesa dio los
últimos retoques a su deslumbrante belleza, para ello había conseguido un
impresionante juego de lencería en finísimo acabado color oscuro, era un
arreglo especial de los que rodean las caderas para sujetar con tirantes unas
oscuras y finas medias, la princesa ajusto la diminuta banda corsé a su cintura
y modeló frente a su espejo alineando cada detalle, las tenues y oscuras
líneas de esa prenda estaban diseñadas para hacer un contraste perfecto con
el blanco de su piel resaltando toda curva que partiera desde su delgada
cintura hasta los torneados muslos de sus piernas enfundadas en unas finas
medias oscuras sujetadas por delgados tirantes rematando al piso con unas
exquisitamente suaves y femeninas zapatillas de tacón alto encintadas a los
tobillos y que la hacían verse más alta

Con las formas que ya tenía mas ese arreglo esta vez parecía una ramera de
película, el sueño dorado de todo hombre, luego terminó de vestirse con la
misma ropa que usó durante el día para que su BernAsno no creyera que se
había preparado en forma especial para él, por último y pensando siempre en
la comodidad de su BernAsno para disfrutarla hizo con su pelo un arreglo de
esos que llaman “Cola de Yegua” atándolo muy por encima de su nuca para
evitar que su pelo estorbara las áreas de su cuello pues desde que lo vio en el
invernadero la princesa notó que Don BernAsno no se había rasurado ese
día, así acostumbraba los fines de semana, y terminado su arreglo con los
ojos cerrados tocó su cuello y su plexo recordando y casi sintiendo el trabajo
que esa dura y mal rasurada barba podía hacer sobre su piel desnuda, y muy
a su pesar procuró hacer un breve retraso que le pareció una eternidad antes
de visitar a su BernAsno, y mientras caminaba por el oscuro patio sentía que
le temblaban las piernas y un enjambre de mariposas recorrían sus entrañas,
era la ansiedad que su cuerpo sentía por el deseo, sin embargo como
protocolo femenino pensaba decirle que estaba muy adolorida y que
necesitaba una semana mas, aunque sabía bien que la “Cola de Yegua” que
había hecho con su pelo era un inconfundible mensaje de entrega que ella no
se atrevería a expresar ni con el pensamiento, además vestida tal y como
había andado todo el día una vez que la viera no la dejaría escapar

A su llegada la princesa sintió que el cosquilleo interno que siempre la


excitaba por las noches se había vuelto terrible y la actividad nerviosa de su
cuerpo hacía que se le doblaran los tobillos como si no pudiera equilibrarse
bien en los zapatos de tacón alto, finalmente se paró erguida respiró varias
veces como si le soplará a algo muy caliente y se decidió a tocar suavemente
en la puerta, Don BernAsno abrió, lucía como siempre con su inexpresivo y
sombrío rostro y con una fiera y dominante mirada que parecía enojo, solo
que ahora estaba envuelto en una bata de baño que cubría su imponente y
velludo cuerpo que con toda seguridad estaba ya enfundado con ese
impresionante atuendo de cuero negro que ya conocía y cuyo canino collar de
puntas podía verse sobresalir por la abertura de la bata que dejaba ver
también parte de su velludo pecho

Con voz quebrada y temblorosa lo saludo y casi enseguida procedió con la


devolución del calzado que llevaba en una bolsita de seda dándole las gracias
por el préstamo y disculpándose por el breve retraso, Don BernAsno extendió
su mano pero en vez de agarrar la bolsita la sujetó a ella de una de sus
manos pidiéndole que pasara porque tenía algo que mostrarle, ella rehusó
cortésmente diciéndole que solo había venido a devolverle el calzado pero
Don BernAsno tomó su otra mano y la estiró mientras ella echaba hacia atrás
su trasero arqueando su cuerpo con femenina suavidad para resistirse
suplicando que la dejara ir, pero Don BernAsno conocía muy bien esa coqueta
sonrisa que la princesa trataba de ocultar, hasta que por fin la hizo cruzar la
puerta y una vez adentro la princesa con su rostro enrojecido por la excitación
del forcejeo y con el corazón acelerado veía como Don BernAsno cerraba con
llave la puerta y una vez cerrada la puerta de espaldas a ella desataba el
nudo de su bata

Lentamente Don BernAsno giró su cuerpo para luego avanzar hasta quedar
frente a ella sin quitarle en ningún momento esa fiera mirada a los ojos que la
inquietaba y perturbaba su control, la princesa esperaba que el asno se
abalanzara sobre ella para derribarla en cualquier mueble, sin embargo Don
BernAsno parado frente a ella continuó aplicándole muy de cerca esa fiera e

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inexpresiva mirada sin decir una sola palabra, lo cual era una bien aprendida
técnica de interrogatorio usada en algunas prisiones cuando la indefensa
victima era encerrada con un experimentado verdugo que con la sola mirada
luego de un rato la hacía quebrarse confesando hasta lo que no les interesaba
a los verdugos, y cuando la chiquilla estaba a punto del colapso nervioso
doblándosele a cada rato las zapatillas de tacón alto Don BernAsno con una
sutil pero maliciosa sonrisa la tomó con suavidad y la invito a sentarse en un
sofá donde la princesa acomodó su cuerpo y perfectamente erguida como
toda visita distinguida cruzó sus bien torneadas piernas cuidando la cobertura
de su corta falda

En seguida Don BernAsno procedió a sentarse junto a ella y tomando el


control de su televisor para encenderlo, le dijo que quería que viera un desfile
de modas que había grabado, era una pasarela de modelos de las cuales le
dijo que algunas tenían casi su edad y que eran muy parecidas a ella, con otro
control apagó la luz para que pudiera ver mejor el televisor y casi de inmediato
la princesa sintió la suave colocación del brazo de Don BernAsno sobre su
espalda uniéndola a él con gran cariño, luego la beso en la frente y continuó
abrazándola hasta que lentamente ella correspondió apoyando con suavidad
la cabeza en su pecho como si oyera su corazón, así continuaron por largo
rato sin otra acción que estar calidamente unidos, para ella el tiempo parecía
haberse detenido, la princesa sentía tanto placer que se derretía por dentro
con esa inesperada muestra de afecto de alguien que sabía bien la podía
hacer gritar de placer si iniciara el ataque, su lujurioso y degenerado dueño
ahora daba el aspecto de ser un padre con su hija, la princesa cerró sus ojos
mientras con una sonrisa de satisfacción sentía en el lado de su rostro el
suave calor de hombre que tanta falta le hacía, completamente embelesada
disfrutaba intensamente de cada segundo, sin embargo la princesa sabía bien
que esa situación no iba a durar por siempre, la “vestimenta de combate” y el
hecho de haber cerrado la puerta con llave le auguraba con toda seguridad
que “la noche del asno” era inevitable y que prácticamente ella ya era suya,
pero la excitaba sobremanera que estuviera ocurriendo en esa forma,
lentamente primero en forma romántica pasando del afecto al suave contacto,
este novedoso y electrizante tratamiento la tenía embriagada de dicha, el
mórbido ambiente de ese oscuro cuarto apenas iluminado por la tenue luz del
televisor la hacían recordar el ambiente de la bodega de vinos, ahora podía
sentir al “macho magnético”, una escalada erótica que servía de preámbulo al
degenerado tratamiento que en secreto ansiaba recibir a manos del vigoroso
asno al que había provocado todo el día

Sin poder contenerse más y con su boca cerrada la princesa ahogó en su


garganta un fuerte gemido de placer que parecía un sofocado aullido cuando
sintió como la caliente y áspera mano de Don BernAsno pasaba por debajo de
su playera alcanzando la firme turgencia de sus excitados y desnudos senos,
hinchados y endurecidos por la presión de la terrible excitación que tal
situación le provocaba, y tratando de empujarlo suavemente con su cabeza le
dijo:

“No Don Ber, yo solo vine a dejarle los zapatos, lo de la otra noche… quiero
que sepa que…”

Pero Don BernAsno le estampó un calido y largo beso con el que atrapaba
completamente su boca y mientras hacía esto la princesa fingía una débil y
femenina defensa durante la cual tocó por breves instantes con sus manos la
rapada cabeza de Don BernAsno sintiendo en ellas una picazón tan excitante
como la de esa mal rasurada cara ahora en contacto con su cuello razón por
la cual tuvo que soltarlo o terminaría abrazada a él, en seguida Don BernAsno
pasó su otra mano de gorila por debajo de su playera haciéndola recargarse
en el respaldo del reclinado sofá y echar la cabeza hacia atrás, ahora con
ambas manos bajo su playera el agasajo a senos y cuello empezaba a tomar
forma provocándole una emoción tan fuerte que la dejó sin habla, el ajustado
y fino escote de su playera apenas unido por frágiles botones de presión se
había abierto por completo dejando al descubierto su medio cuerpo y mientras
Don BernAsno le daba succionantes besos al cuello la sujetaba de los brazos
para hacer lo propio con sus desnudos senos, con el forcejeo la playera había
caído a la altura de la cintura y el encendido asno que no perdía oportunidad
trepó al reclinado sofá poniendo una de sus rodillas a un lado de la cadera de
la princesa y luego la otra para quedar frente a ella con ambas rodillas
apoyadas en el mueble, y con la bata completamente abierta se pegaba a la
desnuda parte del cuerpo de la princesa haciéndola sentir como el contacto

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de la desnuda parte de su cuerpo era presionada contra ese erecto vergón
que apuntaba al cielo poniendo en contacto también sus peludas y bien
desarrolladas gónadas contra su sensible piel haciéndola exclamar con una
apagada y entrecortada voz que realmente era un femenino murmullo de
placer:

“!Oh Don Ber! que es lo que me hace usted sentir… estoy tan confundida”

Y mientras Don BernAsno la sujetaba con fuerza de los brazos besuqueando


con furia ese delicado cuello de cisne con su ronca y excitada voz le murmuró
groseramente al oído:

“! NO ME DIGA!, CABRONA… PUES A MI ME GUSTA SU CULO Y NO ESTOY


CONFUNDIDO PARA NADA”

Como si esa terrible frase hubiera sido el último pase que la princesa
necesitara para entrar al mundo de lujuria de Don BernAsno a partir de ese
momento quedó completamente quieta con la espalda recargada en el sofá y
la cabeza caída hacia atrás de cara al cielo con los ojos cerrados y los brazos
caídos completamente inmovilizada por el placer mientras el abusivo asno
completamente encaramado sobre ella continuaba dando rienda suelta a su
bestial lujuria, Don BernAsno la sujetó de la cabeza con ambas manos y la
besó por largo rato en la boca aspirando extasiado la frescura de su aliento,
luego colocándola con los brazos extendidos en el respaldo del sofá succionó
a su antojo cada parte de ese exquisito y femenino cuello que estaba a su
completa disposición y dio lujuriosos besos y caricias a toda parte desnuda
del expuesto cuerpo de su princesa arrancándole sofocados chillidos de
placer sin que se atreviera a mover ni un solo dedo

Luego de un severo agasajo Don BernAsno la sujetó con fuerza


presionándola contra el respaldo del sofá mientras hacía instintivamente los
movimientos a los que estaba acostumbrado frotando con fuerza su
descomunal aparato reproductor contra la desnudez del cuerpo de la
princesa, el canino proceder de Don BernAsno le recordaba plenamente lo
que ya había hecho con ella, y aunque los fornicantes movimientos estaban
siendo hechos contra su desnudo plexo ella los sentía con toda claridad en lo
mas recóndito de sus entrañas lo cual la hizo exclamar agudos gemidos de
placer que parecían sollozantes quejas de dolor que acompañaban
rítmicamente a cada impulso que el asno hacía simulando con ella los
impactos de entrada de un furioso enculamiento hecho con la misma
brutalidad rudeza y falta de cuidado que ya había experimentado en carne
propia cuando se hizo pasar por su muñeca de hule

Finalmente el asno paró de moverse y suspirando aliviada la princesa volvió a


dejar caer su cabeza hacía atrás con los brazos extendidos y apoyados en el
respaldo del sofá dejando su cuello expuesto mientras Don BernAsno
continuaba manteniéndola firmemente presionada contra su enorme caliente y
pulsante verga parada a reventar, entonces Don BernAsno inclinó su rapada
cabeza y acercándose a su princesa la volvió a tomar por el cuello con ambas
manos colocando su rostro frente al de ella para no perderse un solo detalle
del expresivo rostro de su princesa, y mientras la princesa no se atrevía ni a
abrir los ojos con una maliciosa sonrisa Don BernAsno con su excitada y
ronca voz continuó con el tormento mental:

“ASÍ SE CULEA GUERITA… NO ME DIGA QUE LE DOLIÓ AQUELLITO NOMAS DE


ACORDARSE… NO SERÁ QUE TAMBIÉN SE ACORDÓ DE COMO LA HIZO GOZAR
ESTA VERGA… CABRONCITA

USTED YA ME CONOCE GUERITA Y SABE MUY BIEN LOS PALOTES QUE LE


PUEDO DAR, LAS PROXIMAS JALADOTAS ME LAS VOY A DAR CON ESE
AGUJERITO SUYO QUE TANTAS COSQUILLAS LE HACE POR LAS NOCHES

PERO DESDE LUEGO QUE PRIMERO TENDRÁ QUE CHUPARME LA VERGA CON
ESA BOQUITA DELICIOSA QUE YA SABE COMO HACER PUÑETAS, ESOS LABIOS
DE ESTRELLA DE CINE Y ESA LENGUA DE FUEGO QUE HABLA EN TRES IDIOMAS
TENDRAN QUE DARLE UNOS CHUPETONES DE SACA LECHE A ESTA VERGA DE
ASNO

YA VERA CANIJA PRESUMIDA, COMO PRONTO GRITARÁ Y CHILLARÁ DE PLACER


A MANOS DE UN ASNO SALVAJE QUE NO SE CONFORMA CON UNO NI CON DOS”

28
Con su cara atrapada por las manos del asno los ojos cerrados y la
respiración agitada la princesa se retorcía de placer al escuchar esas
sentenciosas y vulgares frases, cada una de esas palabras expresadas por el
grosero asno hacían en ella un trabajo interno que le era imposible disimular,
y sabedor del estado emocional que le había provocado a su princesa Don
BernAsno puso una de sus manos en la nuca de la princesa y su cabeza fue
atraída hasta que su cara quedó pegada al velludo pecho de Don BernAsno y
sin poder contenerse más y con una expresión facial que parecía sufrimiento
gimiendo y casi gruñendo la princesa restregó su rostro contra la velluda piel
que tenía frente a su rostro, en seguida Don BernAsno la sujetó de los
cabellos para deslizar su cabeza o mejor dicho sus labios por su velludo
cuerpo y mientras lo hacía podía sentir como la princesa sacaba la lengua
para acariciar la velluda piel que sus labios tocaban, pronto la llevó hasta el
bajo ombligo donde acarició y succionó la mata de pelo y la raíz de su dura
verga, luego los lados de la misma después la parte baja, y para dondequiera
que Don BernAsno colocara esa dócil cabeza que sujetaba de los cabellos los
labios de la princesa hacían una suave y femenina succión, y sin grandes
esfuerzos lentamente fue llevada hasta las oscuras y colgantes gónadas a las
que dio un masaje oral de los más completos para luego hacerla subir con esa
misma succión hasta la endurecida punta de esa enorme verga en brutal
estado de erección y cuyo lubrico y espermatorreico blancor empezaba a
erupcionar por la punta lo cual en forma natural es una visión que excita hasta
la locura a una chica que esta completamente poseída por el deseo, y sin más
recato ni pudor y con movimientos de cabeza que delataban por completo su
estado emocional la princesa embarró sus labios y buena parte de su rostro
con la viscosa y caliente espermatorrea que manaba lentamente por la punta
de esa erecta verga como la cera de una vela encendida para luego darle
entrada en su boca a la dura punta lo cual hizo lentamente acomodando con
cuidado sus labios al ganar terreno y durante un rato la princesa acarició esa
lechosa punta como si sus labios y su lengua se movieran expresando
palabras que jamás se atrevería a pronunciar, y sin más remilgos la princesa
se dio a la tarea de atrapar cuanto cabía en su boca de esa enorme y negra
verga calibrada con la misma presión de una llanta de trailer deslizando sus
labios desde la henchida y dura punta hasta el medio tronco, iniciando lentos
movimientos de vaivén con su cuello

Para Don BernAsno era un placer de dioses sentir a todo lo largo de su


hinchado miembro los labios de una princesa excitada por el deseo
haciéndole una masturbación oral que no dejaba nada a la imaginación, y en
un momento dado la princesa succionó con mucho más fuerza y profundidad,
la chica estaba dispuesta a ser espermada por cuanto semen quisiera
arrojarle su BernAsno, pero la brutal y súper abundante descarga inicial de
semen que ese asno podía lanzarle a chorros no era para esa deliciosa boca,
Don BernAsno tenía otros planes para ella, pues sabía bien que la chica tenía
otro pibe más urgido de ese alimento y con el que también tendría que ajustar
algunas cuentas, e interrumpiendo la que prometía ser una puñeta de lujo
cargó el frágil cuerpo de su princesa para llevarla hasta su recamara

Desde que su BernAsno la atacó en el sofá la entrega de la princesa había


sido tan total y absoluta que no había movido para nada sus extremidades,
pero no fue sino hasta que el asno la colocó en su cama que la princesa
comprobó con horror que por más esfuerzos que hiciera no le era posible
mover un solo músculo, el erótico tratamiento que había recibido desde el
principio más el brutal agasajo en el sofá habían impactado a tal nivel su
sistema nervioso que el placer desconectó temporalmente la movilidad
muscular de sus extremidades, ahora se sentía como una verdadera muñeca
de hule, tal era el deseo subconsciente de sus alocados sueños que ahora se
habían hecho realidad

Y una vez despojada de su fina ropa y acomodada en la posición deseada el


asno caía sobre ella mugiendo y casi babeando de placer ante la visión del
desnudo cuerpo de su princesa adornada con la más fina lencería que solo
había visto en documentales de moda y que haciendo juego con unas
finísimas zapatillas de tacón alto encintadas a los tobillos resaltaban al
máximo las femeninas formas de su princesa, era el tipo de lencería que no
necesitaba quitarse para el acto y cuyo diseño totalmente plegado a la piel no
estorbaba para nada, y sin poder moverse y con el ansioso asno
acomodándose sobre ella la chica se mordía los labios mientras sentía como
este repetía paso a paso cada una de las acciones de la vez anterior, y una
vez lubricada como el asno acostumbraba la princesa volvía a pasar por todos

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los rigores de un feroz enculamiento que ya había empezado y no pararía
hasta la fecunda y total consumación para la cual eran inevitables los rudos y
salvajes movimientos de asno en celo que ya conocía, pero esta vez no había
tenido ninguna práctica previa con su juguete africano y la brutal abertura que
tanto la había preocupado en la ocasión anterior estaba completamente
cerrada lo cual duplicó el dolor de la penetración pero también el placer de la
misma hasta que finalmente y tras vencer las mil dificultades que se
presentaron la princesa sintió tener al asno en plenitud de funciones llegando
hasta la parte interna de su ombligo, y sin haber emitido más queja que un
sofocado gemido la princesa derramaba lágrimas de luna producto de un
ovulante deseo de entrega que pagaba con dolor, era como la protesta
callada de una geisha que muere envainada por sable negro de incomparable
dureza y calidad, y una vez ganchada y asegurada por el asno el lampiño
trasero de la princesa era presionado con furia por el enardecido asno en un
continuo e instintivo esfuerzo por adentrarse cuanto podía hasta que
finalmente se calmó echando el peso completo de su cuerpo sobre ella, y con
los escasos movimientos que la princesa podía hacer con el arco de su
espalda trataba de buscar el mejor acomodo posible para el asno que
excitado insistía en pegar por completo su pesado y oscuro cuerpo al de ella
embonando perfectamente su barriga en la parte baja de la espalda de su
princesa y su velludo pecho contra el resto de la misma

Fue en esas complicadas condiciones que la princesa se dio cuenta de que al


mover el arco de su espalda podía mover al pesado asno haciéndolo
deslizarse sobre ella como si este se moviera por su cuenta, alguna vez vio a
su artista favorita hacer esos movimientos en una cama de agua, ahora sabía
para que servían, y con el pretexto de seguir acomodándolo la curiosidad de
la princesa la llevó a ejecutar con su columna una ondulación que hizo que el
asno se meciera suavemente sobre ella, pero bastó tan solo ese intento de
movimiento para que la princesa quedara inmóvil y con la boca abierta
absorbiendo aire con el mismo gemido de quien sale del agua, era el efectivo
y doloroso “calambre Africano” que la había dejado completamente postrada y
sin movimientos, y aunque la sensación era deliciosa una vez más se daba
cuenta de que no era posible aplicárselo por su propia voluntad, después de
todo sentir la entrada de su delicado y fino conducto brutalmente dilatado por
la expansiva hinchazón de esa excitada verga cuyos potentes latidos podían
sentirse desde la raíz hasta la endurecida punta ya era para ella toda una
recompensa, sin embargo sabía bien que en cuanto el asno empezara a
restregarse para hacerle un “abreculos” la haría enloquecer de placer lo cual
ocurrió tan pronto como terminó de pensarlo, había llegado el momento en
que el lujurioso asno se divertiría arrancándole espontáneas expresiones de
placer, y con sus largas y bien torneadas piernas extendidas a ambos lados
del asno y con la frente clavada en la cama gimiendo y casi llorando la
princesa decía lo que la estaba haciendo sentir el lujurioso asno:

“Mhh… ¡Oh Wey!… ¡Oh Por Dios!… ¡Oh!… ¡Auu!… ¡Dios Mío!… ¡Creo que
voy a morir!”

La terrible práctica del “abreculos” que sabía bien era del todo necesaria para
darle facilidad a los vigorosos movimientos que vendrían a continuación la
hizo recordar la primera vez que vio a Don BernAsno hacerle eso a su
muñeca y pensaba que si alguien los observara en ese momento vería lo
mismo que ella vio desde arriba, una oscura y robusta masa mecerse y
retorcerse sobre la blanca y lampiña figura de una exuberante y virginal chica
de increíbles formas cuyas extremidades a pesar de estar extendidas dejaban
apreciar que ella era ligeramente más alta que el enardecido asno que
apretaba con furia su delgada cintura haciendo un gran contraste entre ese
calvo obeso y velludo hombre enfundado en cuero contra la delgada femenina
y bien proporcionada figura de la chica que tenía bajo su completo dominio

Ahora la princesa estaba exactamente en esas mismas condiciones,


completamente inerte y a merced del abusivo asno que pronto empezaría a
moverse con ansia loca y no pararía hasta que la acción preñadora pusiera fin
a esos dolorosos movimientos y el asno quedara satisfecho reposando sobre
la espalda de su princesa hasta que llegara el antojo de la siguiente
embestida

Las cosas continuaron con su delicioso curso repitiendo una y otra vez esas
interminables y lujuriosas noches de “Luna de Miel”, que me cambiaron por
completo el modo de caminar, ahora era el doble de provocativa que antes y

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mi BernAsno ya me había prohibido varias veces que hiciera esos
movimientos al caminar, pues como todo hombre quería que su muñeca fuera
una reina en el exterior y una puta bien hecha en la alcoba, en una ocasión
me llevó a la bodega de la que el tenía llave para “estirarme la rienda”
tomándome de los cabellos de la nuca y apuntándome con su dedo índice al
rostro me dijo que no le gustaba que su muñeca fuera tan coqueta, el pobre
tenía miedo de que se la fuera a ganar otro asno pero yo no podía hacerlo de
otro modo, en cuanto me descuidaba lo hacía sin darme cuenta pues esa era
mi forma natural de moverme, lo que me hizo ganarme algunos azotes con el
cinto los cuales debido al cuidado y suavidad con que los aplicaba
pretendiendo asustarme solo lograban excitarme, en realidad mi piel era mas
resistente de lo que imaginaba y sentir el quemante golpe de su cinto
lamiendo mi espalda lejos de ser el castigo que parecía era algo que me
provocaba las mas increíbles sensaciones de placer, así que mientras lo
hacía yo le arañaba la mano con la que me sujetaba de los cabellos y le decía
palabrotas para hacerlo enojar y en esa forma conseguía que aumentara el
castigo a su rebelde muñeca lo cual pronto se convirtió en una práctica que yo
manipulaba a mi antojo sin que él se diera cuenta

Para conseguir eso: en vez de tomar la actitud complaciente que él quería


hacía exactamente lo contrario, adoptaba la de la altiva y orgullosa reina que
él había conocido, así que durante toda la semana lo ignoraba haciéndolo
sentir que su muñeca se alejaba, luego pasaba a propósito por su casa en mi
bicicleta ataviada con sugestivas prendas sin voltear siquiera a verlo lo que
provocaba que prácticamente me secuestrara durante las oscuras noches de
fin de semana entrando a mi cuarto que estaba justo a la salida del patio de la
alberca para llevarme de los cabellos hasta su casa sabedor de que yo era
tan culpable que no haría ningún ruido que me delatara haciendo de su
victima su cómplice la que una vez encerrada en su casa era castigada como
ramera rebelde primero con severos regaños y excitantes amenazas de
castigo que lejos de atemorizarme parecían hacerme cosquillas en todo el
cuerpo mientras en silencio yo continuaba resistiéndome en todo momento a
ser besada o agasajada como si eso me desagradara haciendo que el acto
pareciera mas una escena de abuso sexual que una relación de amantes, yo
sabía bien que nada era mas placentero para mi BernAsno que abusar de esa
altiva orgullosa y presumida reina y para eso mi BernAsno era un verdadero
sátiro, abusivo y degenerado que no paraba hasta salirse con la suya
haciendo uso de cuanta sádica fantasía estuviera en su imaginación incluido
el azote para el cual ataba las manos de su muñeca a la espalda para evitar
los rasguños en la mano con la que la sujetaba del cabello mientras la
mantenía de rodillas en el suelo, el brutal tratamiento que sin duda era el que
daba a las indefensas reclusas de la prisión donde trabajó terminaba por
desatar la locura hormonal en el cuerpo de su muñeca que presa de un
incontrolable ataque de lujuria y sin poder disimular mas su deseo de ser
poseída era levantada del suelo para ser atrapada de frente por un apretado
abrazo y con los pies bien separados del piso y atada como estaba era
llevada hasta la recamara para ser usada por el vigoroso asno como muñeca
de hule, primero de pie y con la frente apoyada en la pared Don BernAsno se
clavaba en su interior con gran habilidad, empujón tras empujón siempre
hasta la raíz haciéndola sentir como ramera de cantina que enculada por uno
de sus clientes era fornicada de pie en un baño de cara a la pared, sin
embargo la cornación de cara a la pared solo era el comienzo de la brutal
faena, pues una vez asegurada la hacía caminar hasta la cama donde caía
con el asno en su espalda que enardecido y resoplando por la excitación la
abrazaba con tal fuerza y pasión que la excitada muñeca se mordía los labios
ahogando en su garganta toda queja de dolor para impedir que el asno se
compadeciera de ella y detuviera el desfile de exquisitos tormentos que tanta
falta le hacían a su juvenil cuerpo y que el marrullero asno sabía muy bien
como aplicar pues como experto en lucha olímpica que había sido hacía
hábiles demostraciones de su poderío y dominio con la indefensa y rendida
muñeca aplicándole castigos de baja intensidad con esas manos de gorila que
le arrancaban sofocados y femeninos gemidos del doloroso placer que la
muñeca ahogaba en la almohada mientras el lujurioso asno le aplicaba con la
paciencia de un inquisidor un prolongado fino y doloroso tratamiento
destinado a curar la desobediencia de su rebelde muñeca

Por lo menos una vez al mes la muñeca se encargaba de provocar esa


situación, la cual funcionaba bien para ella y solo lo sentía por su BernAsno
que a veces parecía sentirse arrepentido de tratarla así, el pobre no podía
comprender que su muñeca lo estaba utilizando en esa forma para evitar la

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culpa que le producían los intensos placeres a los que la sometía, pues por
increíble que parezca ese tratamiento le permitía disfrutar y gozar de cada
entrega amorosa como si se tratara de la primera vez y su efecto persistía
durante largo tiempo, era como si su conciencia le dijera: Muy bien “Niña
Mala”, ya pagaste por adelantado tu falta, ahora si, tienes derecho a gozar
todo lo que quieras sin temor a represalias de mi parte

Durante un tiempo todo parecía marchar sobre ruedas y sin tropiezos para
esta muñeca, sin embargo hubo una ocasión en que Don BernAsno tuvo que
salir de viaje por negocios de la hacienda ausentándose por un par de meses,
tiempo en que la muñeca tuvo que soportar la necesidad que su cuerpo tenía
de ser copulada, sobre todo durante las tranquilas y pacificas noches de ese
campestre lugar donde podía sentir como le circulaba fuego por las venas y el
silencio de la noche era roto por los insistentes rebuznos que se escuchaban
en la campiña los cuales eran interpretados por su mórbida imaginación como
un llamado de la naturaleza para el apareamiento y tenía que resistir el
tormento de sentirse obligada por sus entrañas a atender con urgencia el
rebuznante y primaveral llamado del macho en celo

Sabía bien que todo eso era obra del diablito que le había despertado Don
BernAsno y que ahora corría libremente por su cuerpo provocándole una
necesidad que ya no podía ser engañada con una simple masturbación, pero
conseguir lo que necesitaba no era propio de una jovencita como ella que
estaba obligada a soportar la difícil situación de guardar una apariencia
angelical cuando sus emociones eran las de un demonio, sin embargo la
muñeca sabía que en uno de los establos cercanos había un burrito miniatura
que era el que hacía esos ruidos que tanto la inquietaban, este pequeño era
un verdadero capricho de la naturaleza que no servía para ningún trabajo pero
que a ella si podría servirle para resolver su problema, pues en su inquieta y
lujuriosa mente tenía el conocimiento de que este tipo de bestias eran usadas
para ese servicio y de que eran muy efectivos, cosa que no dudaba pues ella
misma lo había visto en varias ocasiones montarse sobre los bultos de grano
para gancharlos gruñendo con furia cuando encontraba la abertura para
adentrarse cuanto podía, luego durante todo el acto les aplicaba un fuerte
abrazo que los dejaba con la forma de un reloj de arena y divertida veía como
los bultos violados por el pequeño y malvado burro quedaban escurriendo su
espeso semen casi hasta el extremo contrario del bulto debido a la tremenda
presión y abundancia con la que este manaba de su largo miembro, y en
secreto pensaba en lo que este lujurioso animalito podría hacerle a una
muñeca de carne y hueso, desde luego que no sería tan cómodo como
hacerlo con Don BernAsno amen de que estaba enterada de que se requería
de ciertos aditamentos deportivos para protegerse, tal y como lo había visto
en un video en el que se mostraba como uno de estos pequeños enloquecido
de placer con una chica a la que traía ganchada literalmente paseaba a su
victima por todo el cuarto buscando como todo macho el mejor y mas firme
acomodo para inmovilizar a su hembra la cual a pesar de ser una exuberante
y bien desarrollada chica de aspecto nórdico en comparación con el pequeño
y humilde burro era gobernada con toda facilidad por ese pequeño cuyas
ventajosas armas para dominarla eran su potente y largo miembro alojado por
completo en la región rectal y un férreo abrazo a su cintura del que no había
forma de librarse, así que sujetada y ganchada en esa dolorosa forma el
femenino y escultural cuerpo de Venus estatuaria de esa singular chica era
llevado de aquí para allá como si fuera una muñeca de trapo incapaz de
oponerse a los caprichos de su atacante unas veces contra la pared y otras
contra el piso gruñendo con furia y tironeando a su victima por la cintura el
indeciso burro la cambiaba continuamente de un lugar a otro

Es muy posible que debido a su tamaño estas posesivas y dominantes


criaturitas tuvieran la necesidad de dejar muy en claro quien mandaba como
si esta fuera una condición exigida por su naturaleza para transmitirla y
heredarla a su descendencia durante el apareamiento, así que sin ninguna
prisa por terminar el burro tranquilamente se tomaba varios minutos con ese
juego en el que solo hasta quedar satisfecho con la docilidad de su victima o
tal vez hasta que ya no aguantaba mas la excitación que le provocaba el
dominio que ejercía sobre ella apoyaba su peludo pecho contra la desnuda y
bien torneada espalda que le servía como soporte para poder moverse tras la
chica deleitándose con agitados movimientos de entrada y salida hasta saciar
sus bestiales ansias de hacer burritos, no una sino varias veces, y durante las
breves pausas en las que le daba un respiro para recuperarse aprovechaba
para acariciar y acomodar con su peluda y resoplante nariz el dorado y liso

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cabello de su excitada victima para casi en seguida continuar abusando de
ese cuerpo perfecto que tenía en su poder, y en su fantasiosa mente la
muñeca se imaginaba a si misma durante una oscura y fría noche de terrible
tempestad caminando hacia el establo como solo ella sabía hacerlo, con sus
protectores de rodillas deportivos y su casco de ciclista puestos para ofrecerle
a ese infeliz bruto que estaba condenado a vivir sin aparearse un manjar de
incalculable valor, imaginaba que acomodaba su cuerpo sobre una pila de
sacos de trigo que dieran la altura necesaria para apoyarse contra estos
descansando sobre sus protectores de rodillas mientras esperaba el apretado
abrazo seguido de la inevitable cornada y de las indescriptibles emociones
que esa salvaje criaturita le podría arrancar como recompensa por servirle de
burra tal y como lo hacía la chica del video a la cual el fiero burro arrancaba
genuinas y espontáneas expresiones de placer que serían muy difíciles de
fingir para una actriz mientras era mantenida de cara al piso y abrazada a uno
de los postes del corral debido a la difícil posición que le había impuesto el
burro mientras repasaban la lección de “quien manda”, y mientras la cámara
enfocaba su hermoso rostro cubierto por un antifaz podía apreciarse como
sentía aproximarse la llegada del burro debido a los gestos que hacía así
como a las casi involuntarias expresiones que escapaban desde su garganta
como sofocados gemidos de placer, al terminar ambos quedaban en el suelo
postrados por el éxtasis, el burro completamente inmóvil mientras la chica aun
hacía contracciones con su cuerpo moviendo al pesado burro hacia delante y
hacia atrás hasta quedar exhausta, sin embargo el burro no dejaría de
aplastarla hasta que perdiera por completo la rigidez de su largo miembro
amen de hacerle dos o tres travesuras mas de su repertorio, luego la cámara
se retiraba para que se apreciara por completo el dantesco cuadro, pareciera
que ese drama venéreo representaba un pequeño pago que una especie le
hacía a otra por haber abusado de ellos durante tantos siglos como bestias de
carga, ahora estos pequeños debido a sus adecuadas dimensiones y a su
infalible método para provocar placer eran los encargados de cobrar por su
milenario trabajo

La muñeca ahora sabía que el truco para manipular a estos pequeños


consistía en luchar un poco con ellos para después soltar por completo toda
su frágil y femenina figura haciéndolo sentir que la había rendido, y aunque
hubo noches ideales en las que el insistente llamado de ese lujurioso amiguito
casi logra vencer su voluntad la muñeca continuaba resistiéndose pero
finalmente fue la naturaleza quien terminó por quebrantar esa frágil voluntad,
y durante una de esas tormentosas noches de la temporada de huracanes
con la respiración agitada y con el corazón latiendo como tambor la muñeca
llegó hasta las puertas del establo con sus aditamentos deportivos puestos
mientras el ruido de la fuerte lluvia que caía como diluvio y los
ensordecedores relámpagos la tentaban ofreciéndole la invaluable
oportunidad de cubrir los agitados gritos de angustioso placer que sabía bien
ese pequeño sería capaz de arrancarle si lo dejaba descargar en sus entrañas
la bestial lujuria que lo atormentaba, y mientras se decidía tragaba saliva con
dificultad al darse cuenta de que el inquieto y ansioso burro había captado su
presencia en la entrada del establo, hacía varios días que lo tenían encerrado
en ese lugar debido a las travesuras que hacía, y por entre las rejas de su
corral resoplaba con impaciencia observando con lujuriosa atención la
imponente y femenina figura de esa presumida diosa a la que había rendido,
pues como animal que era podía ver las emociones humanas, y ahora sabía
que lo que había atrapado con su anzuelo era nada menos que “el premio
mayor”, una verdadera cena de lujo que no debía escapar por ningún motivo,
razón por la cual permanecía tranquilo y silencioso tratando de inspirar
confianza a su victima, sin embargo lo delataba su agitada respiración que
podía verse por el vapor que exhalaba evidenciando la tremenda temperatura
interna a la que se encontraba su cuerpo, pero luego de un rato en el que la
larga espera empezaba a impacientarlo instintivamente ejecutó con su cuerpo
un vigoroso movimiento dorsal con el que se dio un fuerte golpe en la panza
con su largo miembro, con esto le hacía saber a la muñeca que “la de hacer
burritos” estaba lista y disponible para ella, y aunque la muñeca sabía bien
que ese pequeño cobraría muy caro la prolongada espera a la que lo estaba
sometiendo, una parte de ella ansiaba ser castigada por ese salvaje y
despiadado burrito y recibir en sus entrañas la fenomenal mecateada que
acostumbraba darle a los bultos de trigo, y mientras ajustaba a su cintura y
tórax la apretada faja del chaleco que usaba como gimnasta el cual era
recomendado por el video para minimizar el efectivo y doloroso “Estirón de la
Obediencia” con el que estos pequeños doblegaban la rebeldía de sus
victimas otra parte de ella le decía que una vez capturada y colocada en

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posición por este pequeño no habría marcha atrás, y que ese largo y
anchuroso miembro cuya tremenda hinchazón primaveral lo mantenía casi
pegado a su panza invariablemente sería clavado contra lo único que estaba
a esa altura, y que una vez internado en sus entrañas no la soltaría hasta
quedar deslechado a mas no poder y la hinchazón primaveral aliviada por
completo

Finalmente la muñeca se acobardó y regresó corriendo a su cuarto, una vez


adentro recargó su espalda en la puerta para cerrarla mientras se deslizaba al
piso con los parpados apretados sufriendo tanto como ese pequeño cuyo
enojo se podía escuchar aun con la lluvia, esta vez había ganado la batalla,
sin embargo sabía bien que la guerra estaba perdida pues faltaba menos de
una semana para que se presentara su periodo de ovulación que sería
justamente la noche en que estaba pronosticada la peor tormenta tropical de
la temporada y cuando eso sucediera no habría para ella mas remedio que
rendirle cuentas a este amiguito que emprimaverado y sin riendas como
estaba a causa del prolongado encierro y ansioso por dar su primera cogida
no tendría clemencia para hacerla pagar por todas las veces que lo rechazó,
así que por lo pronto decidió esperar confiada en que soportaría el paso de
esos días hasta que su BernAsno llegara el cual tardó casi un mes mas de lo
esperado

Cuando Don BernAsno regresó a la hacienda las cosas volvieron a la


normalidad, y a pesar de que la muñeca tenía preparado y actuado un cuento
fantástico y sumamente convincente, su BernAsno haciendo uso de esa gran
madurez que otorga la edad jamás le preguntó nada acerca de las mordidas
de burro que tenía en su espalda, y solo se dedicó a amarla como siempre lo
había hecho pues nada era mas importante para él que estar de nuevo con su
amada muñeca, esto la hizo sentir por primera vez el calor y la protección de
alguien que era capaz de amarla tanto como para perdonar sus debilidades
humanas las cuales a fin de cuentas habían sido implantadas por él mismo

Sin embargo la vida nos lleva de un lugar a otro y tras los festejos de mis
quince primaveras mis padres me mandaron a estudiar al extranjero, la noche
antes de mi viaje la pase con mi BernAsno y le aseguré que jamás lo
abandonaría, por la madrugada antes de salir de su habitación a modo de
broma le dije a su muñeca de hule: “Te lo Encargo Hermana Cuídalo y
Quiérelo”, Don BernAsno me abrazó tan fuerte que me tronaron los huesitos
de todo el cuerpo y tuve que separarlo de mi o me lo tendría que llevar de
equipaje

El tiempo pasó, en verdad miles de cosas pasaron y cada vez surgían nuevos
compromisos y retos que ocupaban mi mente por completo, con innumerables
tropiezos iniciales había logrado hacer grandes cosas, pues en algún
momento cuando me sentí derrotada y triste tratando de recordar todo lo que
amo y no tengo encontré algo que cambio por completo el rumbo de mi vida,
descubrí que con solo cambiar los términos de la petición la oración de Don
BernAsno servía para atraer como imán las cosas que amamos pero que
siempre están fuera de nuestro alcance, no soy religiosa pero creo que eso
mas bien tiene que ver con formulas de inducción mental pues en poco tiempo
logré realizar una de mis mayores ambiciones, algo para lo que muchas
nacimos pero que muy pocas consiguen, las semanas se convirtieron en
meses y un buen día cuando por fin encontré la oportunidad de visitar mi país
y mi hacienda surgían de nuevo los recuerdos y mientras el vuelo y los
tramites de aduana transcurrían pensaba en mi BernAsno el dueño de mis
tres virginidades y a quien tendría que rendirle cuentas a mi llegada, pues yo
no había tenido actividad sexual en todo ese tiempo y pensaba que mi
encuentro con él sería igual de doloroso que la primera vez pero no me
importaba, tenía ansias de ser atormentada de nuevo por esa verga de asno
que no conocía la clemencia y quería darle la sorpresa, decirle que su
muñeca fue seleccionada para participar en la Primera Línea de la exclusiva
pasarela “Victoria’s Secrets” y que esta vez tendría en su cama a una
autentica “Súper Modelo“ para hacerle todo lo que él quisiera, después nos
iríamos a una playa donde podría presumir con su chica paseándola con una
deliciosa tanga, la cercanía de esa situación y la vibración de las ruedas del
avión al posarse suavemente en tierra me produjo unas cosquillas que ya me
eran bien conocidas

Al llegar a mi pueblo muy temprano me recibió mi familia, los sirvientes de la


casa estaban felices de que la princesa había regresado, pero mordiéndome

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los labios por la ansiedad y casi sin discreción volteaba continuamente hacia
el área donde habitaba mi BernAsno pero no lo veía, en fin pensé que andaría
ocupado en el pueblo cercano, luego mi madre organizo el desayuno y
casualmente vio que hacía falta cierto condimento y de inmediato vinieron a
mi mente los recuerdos de la bodega de vinos y con el mayor disimulo le dije
a mi madre que le pidiera a Don Bernardo que lo trajera ya que seguramente
él estaba en la bodega

Mi madre y dos de las sirvientas se quedaron mirándome sin decir palabra,


luego a una señal de ella las sirvientas salieron del comedor y ella se acercó a
mi, le pregunte que estaba pasando y pude leer en su rostro la respuesta, le
dije: “No … ¡NO!, dime que no es cierto”, como mujer que es mi madre intuyó
inmediatamente lo que había entre él y yo y me abrazó para consolarme,
mientras lloraba le pregunte como pasó y solo me dijo que había sido un
infarto mientras trabajaba, nadie mas me quiso dar detalles, pero yo estoy
segura de que lo encontraron abrazado a su muñeca venerando a su diosa

Luego de varios días tuve que partir de nuevo a cumplir con mi pesada
agenda de compromisos pero antes de irme fui al cementerio del pueblo,
quería darle el último adiós a quien no solo me enseño a gozar sino a ser
humilde a pesar de tenerlo todo, a valorar el contenido humano por encima
del aspecto, y por sobre todo: a obrar milagros con el poder mental del amor.
No fue difícil encontrar la lápida que yo misma le mandé hacer, llevaba
conmigo una flor como la que él me obsequió cuando me dio mi primer beso,
la deposité en su lápida la cual tenía la siguiente inscripción: “Aquí yace un
hombre de verdad a quien tuve el privilegio de hacer sus sueños realidad”

************************ FIN **************************

La última vez que la vi:

http://video.google.es/videoplay?docid=1965303756041345978

Te sugiero que dejes pasar un día para leer lo que sigue mas abajo

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Bueno era solo una sugerencia en verdad nadie lo hace

Como en toda película, hay escenas y personajes no incluidos por razones de


espacio edición o concordancia con el resto de la trama y nuestra historia no
es la excepción, a continuación: el desarrollo tras bambalinas de la obra y sus
escenas inéditas

* * * * * * * * * * * * * MUÑECA VIVIENTE * * * * * * * * * * * *

Escena Culminante 10
Toma 1
La Muñeca tras su primer Orgasmo

Como ya lo había comprobado ella con la anterior muñeca Don BernAsno era
capaz de repetir la acción en más de una ocasión, así que esperó mientras
disfrutaba sintiendo como las anchas narices de Don BernAsno resoplaban el
agitado y caliente aire de su respiración sobre su nuca y su espalda

Luego de un rato Don BernAsno volvió a la actividad y acariciando la oreja de


su muñeca le murmuro algo al oído, ella movía la cabeza negándose pero
Don BernAsno le mordió la oreja hasta que movió la cabeza afirmativamente,
entonces él se acomodó sobre ella y abrazándola con fuerza esperó

La Muñeca empezó a mover al asno que tenía montado sobre ella hacia
adelante y hacia atrás hasta que …

DIRECTOR: ¡CORTEN! … ¡CORTEN! … No puede ser, Otra vez metieron la


Pata, Todos a receso en quince minutos continuamos

Que te pasa Muñeca, debes de moverte lentamente, poco a poco y solo hasta
que Don Ber .. digo Ron te de la señal lo haces mas rápido

Bueno Ron desganchala y disculpa, ahora vuelvo

PRODUCTOR: Oye Steven, ahora si estoy nervioso, de veras crees que


puedas con este “material”, el presupuesto ya casi llegó al límite y el tiempo
se nos viene encima, los accionistas quieren un informe esta misma tarde y
no se como convencerlos de que todo va bien

DIRECTOR: Tranquilízate hombre, ten fe en mi, no es la primera vez que


trabajo con inútiles que quieren ser artistas, recuerdas “ENCUENTROS
CERCANOS”?, andabas igual de nervioso y ya ves el éxito que obtuvimos

Acá entre nosotros, te diré que ya rodé todas las escenas que me
interesaban, estas que ves son las de menor importancia pero debo rodarlas
solo como requisito para completar la historia

PRODUCTOR: Bueno si, y reconozco que lo mismo me dijiste cuando hicimos


“TIBURON” y obtuvimos éxito, pero … esta vez es muy diferente, los tiempos
han cambiado y esta no es una historia para niños, estamos tocando un tema
que afecta el subconsciente colectivo, esta vez se trata de una historia de
penetración mental, todo un desarrollo de neurolingüística y yo la verdad creo
que la guerita esa solo sirve para cantar sus estupidas canciones de rock pero
como actriz nos va a hacer quebrar, no sería posible reeditar todo con otra
actriz?

Por que no contratabas a Cameron? … o a Nicole?

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DIRECTOR: Con el presupuesto que me asignaste?, olvídalo no les
podríamos pagar ni una semana, esta aceptó porque cree que con esto se
convertirá en actriz … ¡Si Como No!

PRODUCTOR: y Pamela?

DIRECTOR: Mhmm … Demasiado vulgar

PRODUCTOR: Y la “Caza Vampiros”?

DIRECTOR: Platiqué con ella, la encontré en la playa y me dijo que estaba


libre pero que no podía porque estaba recuperándose de la “despedida” por el
cierre de la serie que le hicieron sus amigos los vampiros, me dijo que tras la
briaga celebración el elevador en vez de bajar subió hasta el penthouse del
edificio donde la estaban esperando todos para pescarla y hasta hicieron fila
para clavarle la estaca en el corazón

PRODUCTOR: Y que tal la heredera de la cadena de hoteles?

DIRECTOR: ha si … esa flaquita hubiera estado ideal para el papel, es de las


que quieren convertirse en actrices, lamentablemente estaba ocupada
haciendo unos comerciales para las hamburguesas, como también lo estaban
Jessica y Cristina haciendo la propaganda de las sodas esas que envenenan
a largo plazo

PRODUCTOR: Y tu ahijada Drew?, ella jamás se negaría si tu se lo pides

DIRECTOR: Mhmm … Si así es, pero con ella siento como que estoy
cometiendo incesto, tu sabes: al final E.T. diciéndole “se buena niña” y todo el
publico llorando, para que ahora la vean en veinte uñas montada por un asno
profesional, no mejor no, creo que nos puede salir peor el remedio que la
enfermedad, nos tenemos que seguir quedando con esta inútil que es puro
cuerpo y nada de cerebro

PRODUCTOR: ¡Mírala! ya está otra vez con su inseparable paletita de dulce


coqueteando con todos, yo se que tu tienes buen olfato para obtener éxito
donde parece imposible, pero, que fue lo que te hizo aceptarla para esta
obra?

DIRECTOR: Pues realmente no había muchas opciones, las únicas que


aceptaron el papel fueron ella y Carmen, pero Carmen se nos cuarteó en
cuanto le dijimos que “Ron Jeremy” le tenía que entrar “allá” por donde te
platiqué y nos dijo que ni por un millón de dólares

La muy tonta no sabía que teníamos un tope de diez millones para negociar y
se podía haber embolsado los ocho que se esta llevando mis ojos solo por
hacer lo que mejor sabe hacer

PRODUCTOR: y por que por “allá” Steven?

DIRECTOR: Bueno recuerda que para que la obra tenga éxito debemos cubrir
también al publico gay, y con los antecedentes de ella de paso le pegamos
también a sus amigas las lesbis, así al final de la obra todo el mundo ama a
uno de los dos

PRODUCTOR: Cierto … Cierto Steven, como siempre eres un genio, pero yo


sigo nervioso, creo que deberíamos de meterla en agua helada de a de veras
y darle unos azotes como los de la historia, luego la mordemos y …

DIRECTOR: ¡Todos a escena última llamada !

En posición querida, montate Ron … ¿ya la tienes ganchada? … Si, déjame


acomodarle el pelo … es correcto el maquillaje de tus ojos … Mhmm déjame
quitarte eso, en esta escena no debes de llevar aretes, acaso no leíste el
guión? … no claro que no, tu guión era demasiado difícil de aprender, solo
decía: “quieta y adolorida”

¡Oh por Dios! princesa, borra esa sonrisa de placer cuando te toco que me
enfermas, se supone que te acaban de reventar y estas sufriendo, no puedes
estarte chupando los labios cada vez que se acomoda Ron, él es un

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profesional y solo esta buscando lucir como lo ordena el guión, entiendes lo
que es eso? … no?, Ron agárrala de los cabellos con las dos manos, si eso
es, mas fuerte … mas fuerte … lo vez mi amor?, esa es la cara que quiero
que pongas, verdad que es bien fácil actuar?

Bueno, Todos Listos … y por favor princesita ya deja de estarme sacando la


lengua cada vez que me volteo, ya no eres una niña y yo no soy uno de tus
profesores, compórtate como actriz por favor

Corre secuencia … ¡Luces! … ¡Cámara! … ¡Acción!

* * * * * * * * * * * * * MUÑECA VIVIENTE * * * * * * * * * * * *

Escena Culminante 10
Toma 2
La Muñeca tras su primer Orgasmo

Como lo anticipó ella en breves minutos Don BernAsno volvió a la carga tal y
como lo había visto desde su escondite en el techo con la diferencia de que
ahora ella era la pobre muñeca

Don BernAsno se acerco a la oreja de su muñeca para murmurarle algo al


oído que la hizo apretar con fuerza sus parpados negándose con un débil
movimiento de su cabeza pero Don BernAsno la tomó por el cuello con sus
manos de gorila sujetándola y mordiendo su oreja hasta que la hizo mover su
cabeza para expresar aceptación, acto seguido la muñeca clavó su frente en
la cama y arqueando su espalda empezó a hacer imperceptibles movimientos
los cuales luego de un rato consiguieron mover al pesado asno que tenía
montado sobre ella hacia adelante y hacia atrás simulando con este los
movimientos de entrada y salida con unas ondulaciones que serían la envidia
de una serpiente las cuales mejoraban a cada momento hasta conseguir
realmente moverlo como si él lo hiciera, luego de varios segundos la
excitación de la pareja era evidente y empezaban a llegar al clímax, con los
sollozantes gemidos característicos de la hembra excitada la muñeca se
movía frenéticamente clavándose con fuerza al excitado asno que sin
esfuerzo se dejaba ir pesadamente con cada impulso de entrada …

DIRECTOR: ¡ CORTEN! … ¡ CORTEN! … ¡ perfecto, se imprime ¡ … ¡ que


bárbaro ! … esta vez les quedó genial, los felicito … realmente excelente … ¡
DIJE QUE CORTEN ¡ … ¡ MUÑECA ¡

¡ Y ustedes los del set 3, no se queden ahí parados traigan al director de


escenografía y armen el establo, preparen los efectos de lluvia y viento con
relámpagos, que los de vestuario le coloquen a la muñeca las rodilleras el
casco y un protector de cuello, si eso es, también una ajustada faja de
gimnasta y el más sexy atuendo que encuentren para juego de tenis pero sin
ropa interior, tiene que verse bien sexy … que estas haciendo? … ¡ No
Imbecil ! en esta escena no lleva maquillaje, te imaginas como va a quedar
con la lluvia

¡ ATENCION TODOS ! En treinta minutos empezamos con la primera toma


del “Burrito EnAno” … y Tu? ya tienes listos los guiones? … ¡oh! por Dios,
INUTILES estoy rodeado de INUTILES, creo que el único que hará
correctamente el trabajo será el burro

PRODUCTOR: (En voz baja) Oye Steven ven acá necesito hablarte en
privado … es urgente

DIRECTOR: (Fuera del área de filmacion) ¡Que pasa!? Que es tan urgente
para que me interrumpas?

PRODUCTOR: Acabo de hablar con los accionistas y cancelaron ya el


presupuesto, esta vez tienes que hacer magia editando las escenas filmadas
hasta el momento

DIRECTOR: Eso no es problema, pero ahora que le decimos al escritor de la


obra?

PRODUCTOR: Eso déjamelo a mi … Quien es?

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DIRECTOR: Tu sabes bien quien es, solo hay alguien que puede escribir así

PRODUCTOR: ¡Ah! ese que siempre vive enamorado de la idea de


enamorarse

DIRECTOR: Si, y no sabes cuanto me insistió en que editara fielmente la


historia sin que faltara ninguna escena, pues esta obra es producto de su
último amor, sabías que el muy tonto se enamoró de una joven que fue la que
le inspiró esta historia

PRODUCTOR: Seguramente alguna con los atributos físicos que describe en


la historia?

DIRECTOR: Bueno, digamos que así la veía él, pues según me explicó esa
chica a su entender y su sentir era el complemento perfecto que había estado
buscando para producir el “éxtasis dorado” que muy pocos logran conocer en
su vida

PRODUCTOR: Como el de Don BernAsno y su Muñeca?

DIRECTOR: ¡Exacto!, algo que ni siquiera los que se dicen “Casanovas”


podrían entender, ahora sabes a quienes se refería la historia con el adjetivo
de “Fornicarios”

Como parte de su conciencia que soy traté de advertirle que ella solo se
estaba burlando de él, y así fue, solo le hizo creer que “el arroz se estaba
cociendo” para luego voltearle todo al revés

Pero solo para que te rías, el muy tonto sigue enamorado de ella y es por esa
causa que estamos ocupados con esta obra

Aunque a decir verdad creo que ella también es tonta, pues algún día
comprenderá que lo mas escaso y raro que hay en el mundo es el amor de
verdad, curiosamente es típico de las mujeres el hecho de que rechacen a
quienes las necesitan y en cambio acepten lo mas inconveniente

PRODUCTOR: Si, es verdad, solo en las novelas y en las películas las


mujeres aceptan a quienes se han enamorado de ellas, es por eso que
muchas terminan enamoradas de un hombre casado, de sus maestros de
escuela … o de un gay, pero nunca del hombre que las necesita por haberlas
reconocido instintivamente como su complemento, crees que tenga alguna
causa común ese comportamiento?

DIRECTOR: Hace tiempo recibí el guión para una obra que nunca realicé,
trataba sobre un cuento bíblico en el que cuando Dios planeó crear a los
humanos el Diablo se enteró de que iban a ser tan perfectos que serían
inmunes a su influencia, pero este protestó obstruyendo todas las vías lácteas
de constelaciones y galaxias con una copiosa marcha de ángeles rebeldes y
reclamó el derecho de participar en dicha creación

PRODUCTOR: Ah si, y lo consiguió?

DIRECTOR: No exactamente, los ángeles diseñadores argumentaron que ya


tenían al hombre terminado y que solo lo dejarían participar en la creación de
la mujer, pero que de acuerdo a las leyes celestiales solo lo dejarían crear una
sola cosa de ella, para ese fin los ángeles diseñadores ya habían anticipado
proteger todas las partes de la mujer de pies a cabeza para que cualquier
intento de sabotaje fuera invertido, y llegado el gran día le hicieron la
pregunta:

Cual parte de la mujer es la que tú quieres construir?

El Diablo tranquilamente sobre una mesa estelar haciendo un remolino de


estrellas con su uña les dijo: De acuerdo a la ley celestial que me otorga el
derecho a participar he decidido: hacerle … “La Mente”

PRODUCTOR: ¡Lo sabía! entonces se salió con la suya

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DIRECTOR: Según la obra la protesta de los ángeles diseñadores no se hizo
esperar y luego de una prolongada discusión y tras arduas negociaciones en
las que el Diablo no quitaba el dedo del renglón tuvo que intervenir el “mero
jefe” de todos y se suspendió el proyecto de creación de los humanos, y solo
hasta después de muchos siglos estos aparecieron repentinamente en el
tercer planeta de un sistema solar, la versión oficial entre los ángeles fue que
se optó por rediseñar la mente de ambos, hombre y mujer pero con la
participación del Diablo, bajo el hábil argumento por parte del Diablo de que si
eran tan listos algún día evolucionarían hasta encontrar la formula para
hacerse inmunes a su influencia, los registros de dicho acuerdo fueron
grabados en sus cuerpos y por ordenes del “mero jefe” no podrían ser leídos
hasta el siguiente alineamiento de cuatro planetas de un sistema solar de
nueve planetas o mas que el Diablo eligiera para colocarlos, casualmente ese
alineamiento ocurrió en el año en que terminaron el “Genoma Humano”,
parece ser que el “mero jefe” sigue jugándonos rudo pues ya encontramos la
escritura pero ahora tenemos que aprender a leer, solo para saber: ¡que
remolidos diablos hicieron con la mujer!

PRODUCTOR: Muy gracioso, pero creo que eso no le hará ninguna gracia a
nuestros amigos los religiosos. Bueno sea cual sea la causa mientras ese
tonto siga enamorándose así y escribiendo historias nosotros seguiremos
ganando dinero … Mhh dinero, creo que es lo único bueno que hizo el Diablo,
casualmente es con lo único que logras enamorar a las mujeres

Bueno Steven será mejor que te pongas a editar de inmediato todas las
escenas con las que contamos, como siempre confió en ti, no me falles, a
propósito, como dices que se llama?

DIRECTOR: Muñeca Viviente

PRODUCTOR: No, yo me refiero a la chica que inspiró esta obra, me lo vas a


decir, verdad? creo que cuando publiquemos esto por tierra mar y aire el
público del mundo entero querrá saberlo

DIRECTOR: No, no soy tan vulgar, solo te diré que en este momento ella nos
esta leyendo

Colecciones de: burrextkta@yahoo.com.mx

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