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INTRUDUCCIÓN
Melanie Klein descubrió al trabajar con niños que tanto el Complejo de Edipo
como el superyó se manifiestan claramente mucho antes de los que se suponía. Ella
elige el término “posición” para destacar que el fenómeno que estaba describiendo no
era simplemente una “etapa” o fase como la tapa oral.
“Posición” implica una configuración específica de relaciones objetales,
ansiedades y defensas persistentes a lo largo de la vida. La forma de integración de las
relaciones objetales durante la posición depresiva queda como base de la estructura de
la personalidad. Lo que sucede en el de desarrollo posterior es que las ansiedades
depresivas se modifican y atemperan gradualmente.
CAPITULO I: FANTASIA
Cuándo Freud describe el superyó no quiere decir que nuestro Icc. tenga un
hombrecito, sino que ésta es una de nuestras fantasías Icc. sobre los contenidos de
nuestro cuerpo y nuestra psique. Esta parte de la personalidad se debe a una
introyección de una figura parental, fantaseada.
Melanie Klein está describiendo las fantasías Icc que la gente hace sobre lo que
tiene, en su obra amplió mucho este concepto freudiano. Considera que las fantasías Icc
están siempre presentes y siempre activas en todo individuo. Lo que determinará el
estado psíquico del sujeto es la naturaleza de estas fantasías Icc y su relación con la
realidad externa.
Freud describe las fantasías y se refiere a las que surgen después del segundo o
tercer año de vida. Según Melanie Klein la fantasía es la expresión mental de los
instintos y por consiguiente existe desde el comienzo de la vida. Por definición los
instintos son buscadores de objeto. En el aparato mental se experiencia al instinto
vinculado con la fantasía de un objeto adecuado a él. Como el deseo de comer, con el
pecho.
Crear fantasías es una función del yo. Supone que desde el nacimiento el yo es
capaz de establecer relaciones objetales primitivas en la fantasía y en la realidad. Las
experiencias con la realidad influyen inmediatamente en al fantasía Icc que a su vez
influye en ellas. La fantasía no es tan sólo una fuga de la realidad; es una comitante
constante e inevitable de las experiencias reales, en constante interacción con ella.
La interrelación entre fantasía Icc y verdadera realidad externa debe tenerse muy
en cuenta cuando se quiere evaluar la importancia del ambiente sobre el desarrollo del
niño. La importancia del factor ambiental sólo se puede evaluar correctamente si se
tiene en cuenta cómo lo interpreta el bebé en función de sus propios instintos y
fantasías.
Como el objetivo de la fantasía es satisfacer impulsos instintivos prescindiendo
de la realidad externa, se puede considerar que la gratificación proveniente de la fantasía
es una defensa contra la realidad externa de la privación. Es, también una defensa contra
la realidad interna, o contra otras fantasías. Y su distinción con los mecanismos de
defensa reside en la diferencia entre el proceso real y su representación mental
detallada.
Generalmente es ineficaz interpretar mecanismos de defensa hasta tanto
aparezca la oportunidad de interpretarlos en función de lo que el paciente realmente
siente que está haciendo con ellos al analista en la transferencia y a otros objetos o a
partes de su yo y hacerlos de este modo significativos para él.
Freud describió al yo como un precipitado de catexias de objeto abandonadas,
compuesto por objetos introyectados, el primero es el superyó. Primero si introyectan
objetos parciales: el pecho y luego el pene. Después objetos totales, la madre, el padre,
la pareja parental. El yo se identifica con algunos de estos objetos: Introyección
introyectiva.
La estructura de la personalidad está determinada en gran parte por las fantasías
más permanentes del yo sobre sí mismo y los objetos que contiene. El hecho de que
haya tan estrecha relación entre estructura y fantasía Icc es importantísimo: es esto lo
que hace posible influir en la estructura del yo y del superyó mediante el análisis. Pues
justamente al analizar las relaciones del yo con los objetos internos y externos y al
modificar las fantasías sobre estos objetos, es que podemos influir esencialmente sobre
la estructura más pertinente del yo.
Según Melanie Klein, hay suficiente yo al nacer como para sentir ansiedad,
utilizar mecanismos de defensa y establecer primitivas relaciones objetales en la
fantasía y en la realidad. Esta concepción no difiere por completo de la de Freud, ya que
en algunos conceptos que implica, al parecer, la existencia de un yo temprano, también
mecanismo de defensa temprano, la deflexión del instinto de muerte.
Al principio el yo está uy desorganizado, pero de acuerdo con la orientación
general del crecimiento fisiológico y psicológico tiene desde el comienzo la tendencia a
integrarse. En las primeras etapas del desarrollo del yo es lábil.
Cuando se ve enfrentado con la ansiedad que le produce el instinto de muerte, el
yo lo deflexiona. Esta deflexión del instinto de muerte descrita por Freud, consiste
según Melanie en parte en una proyección, en parte en la conversión del instinto de
muerte en agresión.
El yo se escinde y proyecta fuera su parte que contiene el instinto de muerte,
poniéndola en el objeto externo original: el pecho; el miedo original al instinto de
muerte se transforma en miedo a un perseguidor.
Al mismo tiempo se establece una relación con el objeto ideal. Se proyecta la
libido a fin de crear un objeto que satisfaga el impulso instintivo del yo a conservar la
vida. De este modo el yo tiene relación con dos objetos: el primario, el pecho, está en
esta etapa disociado en dos partes, el pecho ideal y el persecutorio.
La fantasía del objeto ideal se fusiona con la experiencia gratificadora de ser
amado y amamantado por la madre externa real que a su vez confirman dicha fantasía.
A su vez la privación se convierte no sólo en falta de gratificación, sino también en
amenaza de ser aniquilado por los perseguidores. El objetivo del bebé es tratar de
adquirir y guardar dentro de sí al objeto ideal e identificarse con éste.
La ansiedad predominante de la posición esquizo-paranoide es que el objeto
persecutor se introducirán en el yo y aniquilarán tanto al objeto ideal como al Yo.
Contra esta abrumadora ansiedad de ser aniquilado el yo desarrolla una serie de
mecanismos de defensa, siendo probablemente el primero el de la itroyección y de la
proyección.
La escisión se vincula con la creciente idealización del objeto ideal, cuyo
propósito es mantenerlo bien alejado del objeto persecutorio y hacerlo invulnerable.
Esta idealización extrema se vincula también con la negación mágica omnipotente. Se
basa en la fantasía de total aniquilación de los perseguidores. Otra forma de utilizar la
negación omnipotente como defensa contra la persecución excesiva es idealizar al
objeto perseguidor mismo y tratarlo como ideal. A veces el yo se identifica con este
objeto pseudo ideal.
De la proyección original del instinto de muerte surge otro mecanismo de
defensa: la identificación proyectiva. Se escinden y apartan partes del Yo y objetos
internos y se los proyecta e el objeto externo, que queda entonces poseído y controlado
por las partes proyectadas e identificado con ellas.
La identificación proyectiva comienza en cuanto se instala la posición esquizo-
paranoide en relación con el pecho, pero persiste y muy a menudo se intensifica cuando
se percibe a la madre como objeto total y la identificación proyectiva penetra en todo su
cuerpo. Página 32
Cuando los mecanismos de proyección, introyección, escisión, idealización,
negación e identificación proyectiva e introyectiva no alcanzan a dominar la ansiedad y
ésta invade al yo, puede surgir la desintegración del yo como medida defensiva.
La identificación proyectiva origina diversas ansiedades. Las dos más
importantes son las siguientes: el miedo de que el objeto atacado proyecte sobre uno en
retaliación y la ansiedad de tener partes de uno mismo aprisionadas y controlados por el
objeto en el que se las ha proyectado.
La desintegración es el más desesperado de todos los intentos del yo para
protegerse de la ansiedad.
Todos los bebes tienen períodos de ansiedad y las ansiedades y defensas que
constituyen el núcleo de la posición esquizo-paranoide son parte normal del desarrollo
humano. Página 39
Una de las conductas de la posición esquizo-paranoide es la escisión, que
permite al yo emerger del caos y ordenar sus experiencias. Para ordenar el universo de
las impresiones emocionales y sensoriales del niño y es una condición previa para la
integración posterior. Es la base de lo que será después la capacidad de discriminar lo
bueno de lo malo.
La escisión es también la base de lo que más tarde llegará a ser la represión. Con
ella se relacionan la ansiedad persecutoria y la idealización. Por supuesto que ambas
distorsionan el juicio, pero algunos de sus elementos están siempre presentes en las
emociones de la vida adulta y desempeñan un papen el ellas. Es necesario cierto grado
de ansiedad persecutoria para podes reconocer evaluar y reaccionar ante circunstancias
realmente peligrosas.
También la identificación proyectiva tiene sus aspectos valiosos. Ante todo, es la
forma más temprana de empatía y la capacidad para “ponerse en el lugar del otro” se
basa tanto en la identificación proyectiva como introyectiva. En la proyectiva se basa la
primera clase de formación de símbolos. Al proyectar partes de sí en el objeto e
identificar partes del objeto con partes del yo, el yo forma sus primero y más primitivos
símbolos.
Para que el individuo normal salga de la posición esquizo-paranoide en necesaria
la condición previa de que las experiencias buenas predominen sobre las malas.