VISTA: La queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la Comuna de Pujato contra la sentencia de fecha 22 de febrero del 2006 (T. III, Fo. 452, N° 124) dictada por la Jueza de Primera Instancia de Circuito del Distrito Judicial N° 7 de Casilda (fs. 1/4), en autos "MATTIEVICH, María J. contra COMUNA DE PUJATO -Recursos- (Expte. 732/03)", (C.S.J. N° 530, año 2006); y, CONSIDERANDO: 1. Surge de las constancias de la causa que la Jueza de Primera Instancia de Circuito de Casilda (fs. 1/4) declaró la nulidad de los actos administrativos que dieran origen a las actuaciones contravencionales 21124481, 21124480 y 21113582 tramitadas por ante la Comuna de Pujato, con costas. En el memorial introductor del remedio previsto en la ley 7055, sostuvo la impugnante (f. 6/v.) la ilegitimidad de la sentencia, al incurrir la Jueza a quo en omisión de aspectos determinados por la legislación y alegados como defensa, particularmente de la ley nacional de tránsito y referidas al control mediante el uso de radares o cinemómetros, lo que violenta gravemente sus derechos constitucionales. Señala, primeramente, la falta de agotamiento de la vía administrativa e incumplimiento de requisitos formales para la interposición del recurso, vinculándolo con la ley 2439 (L.O.C.). En segundo orden de cuestionamiento alega la extemporaneidad del recurso. Para ello toma en consideración el plazo del artículo 74, inciso a) de la ley nacional 24449 (cinco días hábiles de notificada la sentencia), así como su planteo y fundamentación ante la autoridad de juzgamiento que dictó sentencia. Le endilga al pronunciamiento, que para llegar a esa conclusión, descalificó las notificaciones efectuadas en las actuaciones administrativas por deficientes y nulas, cuando en verdad se realizaron conforme lo establece el Código Civil y tomando en cuenta las previsiones del Código Procesal Civil y Comercial y el decreto provincial 1471/01. El Tribunal denegó la concesión del remedio extraordinario (fs. 11/12v.), lo que motivó la presentación directa de la apelante ante esta sede (fs. 18/19). 2. Aún en el supuesto de considerarse debidamente rebatido el fundamento central del auto denegatorio, el análisis de los demás agravios esgrimidos en el recurso conduce a sostener que la presente queja no puede prosperar. En efecto, bajo la genérica invocación de violación de derechos fundamentales la recurrente centra su crítica sobre la valoración efectuada por la Jueza a quo respecto de los requisitos de admisibilidad del recurso incoado contra la sanción de multa que le fuera impuesta. Pues bien, tales argumentos remiten al análisis de cuestiones de hecho y de índole procesal y común, que conforme a reiterada jurisprudencia de esta Corte provincial y de la Corte Suprema de Justicia de la Nación son propias de los jueces de la causa y ajenas, en principio, a la instancia extraordinaria (cfr. A. y S., T. 195, pág. 370; Fallos:312:194; 317:126; 308:1377, entre otros). El principio enunciado, sabido es, debe ceder cuando las garantías consagradas en la Constitución nacional como en la provincial resultan desnaturalizadas por una excesiva rigidez en la interpretación y aplicación de las normas que reglamentan el procedimiento, mas tal situación lejos está de configurarse en el "sub caso". La Jueza de anterior instancia, estrictamente en lo concerniente a la admisibilidad del recurso de apelación y nulidad interpuesto, entendió que debía considerarse temporáneo, para lo cual tomó en consideración las deficiencias comprobadas en las notificaciones cursadas en sede administrativa (ponderando lo manifestado por el supuesto imputado de conocer la "existencia de la sentencia dictada en sede comunal a través de un llamado telefónico") y el estado de indefensión acusado. Frente a ese discurso la recurrente insiste en que la actora no probó la fecha a partir de la cual corría el plazo de interposición del correspondiente recurso debiéndose tener en cuenta -a su criterio- otros elementos de la causa. Mas tal línea argumentativa no se hace cargo mínimamente del razonamiento seguido por la Sentenciante, especialmente de las circunstancias que en el decisorio indican defectos de tramitación de las actuaciones endilgadas a la Comuna impugnante. De tal forma, queda incólume la base del criterio asumido por la Juzgadora y no llega siquiera a demostrar que en la valoración de la admisibilidad del recurso la misma exceda los márgenes de logicidad y legalidad tolerados. La colisión entre esas posturas encontradas revelan el fuerte disenso interpretativo, síntoma de que estamos en presencia de una cuestión procesal, como lo es determinar en el caso concreto la concurrencia de los requisitos exigidos por el ordenamiento para tornar admisible la revisión judicial de la decisión de autoridad administrativa, materia que -reitero- corresponde a los jueces de la causa y excluye, por ende, su revisión en esta instancia. No corre mejor suerte el resto de los cuestionamientos que se esgrimen en el recurso. Como ya se dijo, la Comuna recurrente en pasaje alguno de su libelo recursivo aporta elementos de peso, idóneos y conducentes para acreditar en las concretas circunstancias de la causa, la falta de suficiencia de los fundamentos esgrimidos en el fallo en cuanto propició tanto la admisibilidad del recurso judicial y el consiguiente acceso a la jurisdicción como la procedencia sustancial de la pretensión teniendo particularmente en cuenta específicas falencias señaladas en el trámite seguido en sede administrativa imputables solamente a aquélla. Es del caso señalar que el fallo recurrido declaró la nulidad de la decisión administrativa adoptada en razón de que el supuesto infractor no había sido debidamente notificado de las sucesivas etapas procedimentales hasta la resolución administrativa. A ello debe agregarse, que la Juzgadora entendió que el acta de infracción también era nula en razón de que el inspector municipal, que es quien debe constatar la infracción, detener el vehículo, identificarse indicando la dependencia a la cual pertenece e identificar al conductor, no intervino en la constatación de la presunta infracción, sino que se limitó a rubricar la fotografía extraída a través de mecanismos técnicos días después de obtenida, desoyendo de tal forma lo dispuesto en el artículo 70 de la ley nacional 24449 y su concordante reglamentación provincial. Tal como puede inferirse de lo que antecede, el decisorio impugnado hizo aplicación del marco de garantías procedimentales que surge del artículo 70 de la ley nacional de tránsito -en concordancia con los artículos 69 y 71- donde se establecen específicos límites al accionar administrativo y se contemplan verdaderos deberes dirigidos a los funcionarios encargados de la tarea de constatación y de juzgamiento de las distintas infracciones que pueden detectarse. En efecto, en la sentencia se señalaron las circunstancias por las cuales se estimaron incumplidos los deberes impuestos a los órganos administrativos afectándose las garantías del particular explícitamente reconocidas en el citado marco normativo. Es que la Administración comunal, ningún argumento ha traído en orden a desvirtuar lo valorado por el A quo ni menos aún ha logrado insinuar que lo resuelto no derive razonablemente del derecho en vigor o que la motivación no resulte de inferencias razonables deducidas de las constancias de la causa. Corolario de la expuesto es que la sustancia impugnativa se circunscribe a la simple discrepancia de la apelante con la apreciación crítica de los hechos y de la hermenéutica de las pruebas y normas de derecho común y ritual (lo que en principio -pese a su mayor o menor grado de acierto- está reservado al A quo), sin haber demostrado adecuadamente que el razonamiento que da sostén a la sentencia se aparta de la sana crítica, de tal modo que hubiera hecho privar una solución manifiestamente contraria a las reglas de la lógica y experiencia (esto es, del correcto razonamiento judicial) o que se arribe a un resultado manifiestamente inequitativo o prescindente de las normas que rigen la temática. Por lo demás, cuestiones análogas a las que se debaten en el presente fueron materia de decisión por esta Corte en la causa "Raschetti" (A. y S., T. 218, pág. 22), por lo que "brevitatis causae" corresponde remitir "mutatis mutandi" a las consideraciones allí expuestas a la luz de las cuales cabe concluir que los planteos de la recurrente no son idóneos para operar la apertura de esta instancia. Voto, pues, por la negativa. Por todo ello, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESUELVE: Rechazar la queja interpuesta. Regístrese, hágase saber y oportunamente remítanse copias al Tribunal de origen. Fdo.: SPULER-ERBETTA-GASTALDI-NETRI- Fernández Rietra (Secretaria)
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