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que uno siente que ocupa y el que altera el orden del conte- Kristeva está claramente describiendo el papel revolucio-
nido. Dice Kristeva en su ensayo "Giotto's 10y": "La analogía nario que el color puede desempeñar en la pintura, y en este
lenguaje/pintura, cuando se enfrenta con el color, se hace in- punto cita a Matisse:
sostenible"? Y ésta es precisamente la razón de mi interés
por el color. Cuando los medios de expresión se han vuelto tan
Mis pinturas se apoyan considerablemente en la combi- refinados y tan atenuados que su capacidad expresiva se
nación de colores; unas veces son monocromas a fin de man- desgasta, es necesario regresar a los principios esenciales
tener las sensaciones cromáticas más fuertes posibles. Estos que dieron lugar al lenguaje humano. Ellos son, después
colores intensos y saturados deben crear imágenes y reflejos e de todo, los principios que vuelven a los orígenes, que re-
inundar las superficies adyacentes con matices complementa- viven, que nos dan vida. Los cuadros que se han conver-
rios, una vez más afectando al cuerpo directamente y a la fi- tido en refinamientos, en gradaciones sutiles, en disolu-
ciones sin energía, requieren bellos azules, rojos y amari-
siología visual lo más directamente posible, pero creando
llos, la sustancia que agitará los abismos sensuales de los
también, de forma secundaria a la cuestión, la suposición de hombres9•
que el espectador puede saber adónde mirar para consumir la
Imagen. Kristeva observa la vinculación del color a la referencia
En su artículo, Kristeva describe· el efecto, poderosa- materna de "volver a los orígenes" y, en una fascinante nota
mente subversivo, que el color de Giotto ejercía sobre la al texto, añade que Marcelin P1eynet ha demostrado, en el
norma ideológica de la narración cristiana de la época y sitúa caso de Matisse, la relación entre la experiencia cromática, la
la base de esta subversión en un "triple registro en el dominio relación con la madre y la fase oral del erotismo infantil. Éste
de las percepciones visuales ... una presión instintiva vincu- es el momento de la historia del individuo que tiene un inte-
lada con objetos visibles externos; la misma presión que rés específico para mi obra, la metáfora maternal de la pintura
causa la erotización del cuerpo propiamente dicho por la vía misma. El perpetuo movimiento entre unidad y desintegra-
del gesto y la percepción visual, y la inserción de esta presión ción que nos recuerda nuestra historia primitiva nos pone en
bajo el impacto de la censura como un signo en un sistema de contacto con nuestros orígenes, los "mismos orígenes del
representación"8. El color tiene una función diacrítica en la mundo". Pero en este compromiso empezamos a soñar, no
pintura: produce el objeto visible dentro del sistema de la pin- necesariamente de acuerdo con el código de contacto con lo
tura y lo destruye; en consecuencia, como afirma Kristeva, femenino, que conduce a la degradación y a la muerte, sino
"la experiencia cromática constituye una amenaza al yo y por también de acuerdo con el código contrario, el de posible bie-
el contrario cría la pretendida reconstrucción del yo. Una vez nestar en esta situación; así que "liberaos de vuestro temor;
más se refiere a este tema: "El color es la destrucción de la esta fama asegura un refugio de alguna clase".
unidad. Así, es a través del color como el sujeto escapa a su El subtítulo de este capítulo, "demasiado cuerpo", es una
alienación dentro de un código que, como sujeto consciente, cita del ensayo de Joan Copjec titulado "Vampires, Breast-
acepta". Feeding and Anxiety"lo. Copjec describe la ansiedad que se
? 1. Kristeva, Desire in Language, trad. T. Gora, A. Jardine y L. S. Rou- 9J. Kristeva, Desire in Language, pág. 221.
diez, Oxford, Blackwell, 1981, pág. 216. 10J. Copjec, "Vampires, Breast-Feeding and Anxiety", en October, 58,
8 J. Kristeva, Desire in Language, pág. 218. MIT Press, 1991, pág. 36.
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experimenta cuando un objeto parcial que creemos seguro y
bajo control reaparece ya no como objeto parcial sino, por el
contrario, como un cuerpo completo. Esto no es solamente
"excesivo cuerpo, sino un cuerpo excesivo". Este cuerpo
estorba, asfixia, excluye y, aunque sea deseado, hay que re-
chazarlo en pro de la supervivencia y el progreso. Esta es la
historia de Eneas ante el gran cuadro de historia, pero aquí
también, con este fuerte y animado cuerpo pictórico, hay
--espero- una sensación de estar en casa, de haber superado
los temores de lo peor, un poco de paz mental, aun cuando el
'isujeto-supuestamente-conocedor" sólo pueda dar indicacio-
nes mínimas de qué era lo que en el relato resultaba tan fami-
TEJIDOS
liar, y de por qué ese recuerdo casi abstracto parece garantizar
la supervivencia.
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