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que encajen en ellos. De esta manera las historias pueden ser fondo se expande.

ande. Los bordes de la figura y del fondo se


interpretadas en un contexto más amplio y se puede avanzar. mezclan unas veces tona1mente, otras el fondo parece pene-
Yo no tengo nigulla fe en la mitología. Parece conducir direc- trar en la figura, otras la figura se esparce sobre el fondo, de
tamente a la abyección del contacto con 10 femenino que crea modo que la vista está siempre ocupada en localizar la figura
el horror y la confusión descritos por Kristeva y sentidos con pero nunca totalmente satisfecha porque la descripción esté
tanta fuerza por Freud. De alguna manera es preciso redimir completa.
esta imagen de abyección. La investigación del motivo de la figura lleva subversiva-
Por lo tanto es preciso formular estas cuestiones: ¿Cómo mente a una investigación sobre la superficie del cuadro y la
estoy utilizando los relatos? ¿Cómo estoy representando el seducción real de la pintura, sobre la propia pintura, su sus-
cuerpo, teniendo en cuenta mi valoración de los problemas? tancia, sus cualidades táctiles: ¿es aceitosa o seca, opaca o
A la vista de mis pinturas, "relato" parecería una palabra de- traslúcida, espesa o ligera? La pintura cuenta la historia del
masiado fuerte para describir 10 que en ellas sucede, puesto contacto con el arte pictórico: movimientos suaves, acaricia-
que los cuerpos no son aprehendidos en una serie concreta de dores, ritmos de la mano que arañan o raspan; y fenómenos:
acontecimientos que pueda ser reconocida. Me interesan los salpicaduras, manchas, dispersiones de sustancia contra la
movimientos más sencillos del cuerpo, anteriores al género y tensión del lienzo. La superficie de los cuerpos representados
anteriores al lenguaje. Un leve giro de la cabeza, un momento es siempre el cuerpo de la superficie pintada, no una forma
de inestabilidad en el que la figura cae o rueda en dirección al moldeada y positiva sino un vacío en el lugar equivocado.
espectador, un movimiento del brazo que cruza el cuerpo o La presencia física de la obra tiene que ver, no obstante,
la cara, un intento de levantar la cabeza contra la fuerza de la con la fuerza y la interacción con el espectador. Estos vacíos
gravedad, o simplemente una sensación de peso que oprime a no abandonan. En una serie reciente intenté pintar la mirada
una figura postrada. Lo importante de estos gestos es que son del cuadro que devuelve la del espectador, una serie de cabe-
momentos de animación sentidos, no descritos, y que se pro- zas amarillas cada una de las cuales tenía una manera distinta
ducen como por sorpresa, de modo un tanto inesperado con de mirarlo a uno, o de no mirarlo en algunas ocasiones. Las
respecto a la apariencia del cuadro, un momento de cambio pinturas consistían en formas extremadamente simples reali-
en la imagen, un efecto óptico que no se podría calificar en zadas con el pigmento jaune de baryte o con blanco, y no ha-
términos puramente visuales (fig. 49, A Y B). bía ojos de los que se pudiera decir que procediera la mirada.
Mis cuadros son frecuentemente de escala monumental, Estos cuadros habían de instalarse formando una larga serie
de manera que hasta un leve movimiento parece enorme. Al para que conforme se movieran los ojos del espectador lo hi-
enfrentarse a esos movimientos el espectador es consciente cieran también las formas pintadas. La presencia del especta-
de la presencia del cuerpo aunque sus contornos no estén fir- dor era continuamente modificada. El jaune de baryte es un
memente trazados. Quiero que este cuerpo, casi invisible pero tono limón pálido muy frío pero tan diferente físicamente del
pesadamente sentido, esté no-allí y al mismo tiempo esté de- blanco como el día y la noche. El espectador tenía que vol-
masiado-allí.
ver a situar constantemente de un lienzo al siguiente aquella
Mi segunda estrategia, asimismo óptica, versa sobre la forma amarilla, que al mismo tiempo se retira y se enfrenta
seducción. Deseo crear una tensión entre la figura y el fondo con él.
para que cuando uno mira la zona de la figura ésta asuma un Esto me lleva a mi última estrategia, el color. La materia-
tipo de forma, expandiéndose ante el fondo. Cuando uno mira lidad del pigmento puro es una enorme seducción, pero es el
el fondo sucede lo contrario, aquélla se encoge mientras el color en la pintura el que crea la luz ambiental del espacio
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49 (A, B) loan Key, Cobalt Violet Series [Serie violeta cobalto].
Óleo sobre lienzo, 1993, 183 x 163 cm (x 2).

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,.,

que uno siente que ocupa y el que altera el orden del conte- Kristeva está claramente describiendo el papel revolucio-
nido. Dice Kristeva en su ensayo "Giotto's 10y": "La analogía nario que el color puede desempeñar en la pintura, y en este
lenguaje/pintura, cuando se enfrenta con el color, se hace in- punto cita a Matisse:
sostenible"? Y ésta es precisamente la razón de mi interés
por el color. Cuando los medios de expresión se han vuelto tan
Mis pinturas se apoyan considerablemente en la combi- refinados y tan atenuados que su capacidad expresiva se
nación de colores; unas veces son monocromas a fin de man- desgasta, es necesario regresar a los principios esenciales
tener las sensaciones cromáticas más fuertes posibles. Estos que dieron lugar al lenguaje humano. Ellos son, después
colores intensos y saturados deben crear imágenes y reflejos e de todo, los principios que vuelven a los orígenes, que re-
inundar las superficies adyacentes con matices complementa- viven, que nos dan vida. Los cuadros que se han conver-
rios, una vez más afectando al cuerpo directamente y a la fi- tido en refinamientos, en gradaciones sutiles, en disolu-
ciones sin energía, requieren bellos azules, rojos y amari-
siología visual lo más directamente posible, pero creando
llos, la sustancia que agitará los abismos sensuales de los
también, de forma secundaria a la cuestión, la suposición de hombres9•
que el espectador puede saber adónde mirar para consumir la
Imagen. Kristeva observa la vinculación del color a la referencia
En su artículo, Kristeva describe· el efecto, poderosa- materna de "volver a los orígenes" y, en una fascinante nota
mente subversivo, que el color de Giotto ejercía sobre la al texto, añade que Marcelin P1eynet ha demostrado, en el
norma ideológica de la narración cristiana de la época y sitúa caso de Matisse, la relación entre la experiencia cromática, la
la base de esta subversión en un "triple registro en el dominio relación con la madre y la fase oral del erotismo infantil. Éste
de las percepciones visuales ... una presión instintiva vincu- es el momento de la historia del individuo que tiene un inte-
lada con objetos visibles externos; la misma presión que rés específico para mi obra, la metáfora maternal de la pintura
causa la erotización del cuerpo propiamente dicho por la vía misma. El perpetuo movimiento entre unidad y desintegra-
del gesto y la percepción visual, y la inserción de esta presión ción que nos recuerda nuestra historia primitiva nos pone en
bajo el impacto de la censura como un signo en un sistema de contacto con nuestros orígenes, los "mismos orígenes del
representación"8. El color tiene una función diacrítica en la mundo". Pero en este compromiso empezamos a soñar, no
pintura: produce el objeto visible dentro del sistema de la pin- necesariamente de acuerdo con el código de contacto con lo
tura y lo destruye; en consecuencia, como afirma Kristeva, femenino, que conduce a la degradación y a la muerte, sino
"la experiencia cromática constituye una amenaza al yo y por también de acuerdo con el código contrario, el de posible bie-
el contrario cría la pretendida reconstrucción del yo. Una vez nestar en esta situación; así que "liberaos de vuestro temor;
más se refiere a este tema: "El color es la destrucción de la esta fama asegura un refugio de alguna clase".
unidad. Así, es a través del color como el sujeto escapa a su El subtítulo de este capítulo, "demasiado cuerpo", es una
alienación dentro de un código que, como sujeto consciente, cita del ensayo de Joan Copjec titulado "Vampires, Breast-
acepta". Feeding and Anxiety"lo. Copjec describe la ansiedad que se

? 1. Kristeva, Desire in Language, trad. T. Gora, A. Jardine y L. S. Rou- 9J. Kristeva, Desire in Language, pág. 221.
diez, Oxford, Blackwell, 1981, pág. 216. 10J. Copjec, "Vampires, Breast-Feeding and Anxiety", en October, 58,
8 J. Kristeva, Desire in Language, pág. 218. MIT Press, 1991, pág. 36.

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experimenta cuando un objeto parcial que creemos seguro y
bajo control reaparece ya no como objeto parcial sino, por el
contrario, como un cuerpo completo. Esto no es solamente
"excesivo cuerpo, sino un cuerpo excesivo". Este cuerpo
estorba, asfixia, excluye y, aunque sea deseado, hay que re-
chazarlo en pro de la supervivencia y el progreso. Esta es la
historia de Eneas ante el gran cuadro de historia, pero aquí
también, con este fuerte y animado cuerpo pictórico, hay
--espero- una sensación de estar en casa, de haber superado
los temores de lo peor, un poco de paz mental, aun cuando el
'isujeto-supuestamente-conocedor" sólo pueda dar indicacio-
nes mínimas de qué era lo que en el relato resultaba tan fami-
TEJIDOS
liar, y de por qué ese recuerdo casi abstracto parece garantizar
la supervivencia.

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