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Se debatió la creación del perito en comunicación en territorio

bonaerense

La posible formalización de la figura del perito periodístico y en


comunicación, como auxiliar de la justicia civil y penal, fue
analizada en un panel integrado por juristas y periodistas y
expertos en comunicación que tuvo lugar en la Facultad de
Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata.

El encuentro se inició con una serie de referencias al


cumplimiento de reglamentaciones y disposiciones judiciales para
que la figura de este nuevo experto sea aceptada en la justicia
provincial.

La exposición a tal efecto estuvo a cargo de los abogados y


expertos en derecho a la comunicación, Manuel Larrondo y
Analía Elíades.

Larrondo recordó que la actuación de los peritos se encuentra


reglamentada por la Acordada 2728/96, norma que alude al
nombramiento de peritos en la Asesoría Pericial o como
integrante de listas para intervenir en causas, previa designación
por sorteo, en causas civiles, laborales y penales.

El expositor también informó que para ser perito se debe tener


titulo habilitante y que su especialidad debe estar legislada y
reglamentada y que, además, en la mayoría de los casos se
requiere que esa profesión además esté colegiada.

Sin embargo, resaltó que para el caso de profesiones no


colegiadas, existe la posibilidad de que los peritos sean
designados por la respectiva Facultad de donde egresó el
profesional. En ese sentido puso como ejemplo la designación del
Dr. En Comunicación Sergio Caggiano, quien intervino en una
causa para desarrollar saberes en lingüística, semiótica y
etnografía para determinar los efectos del mensaje en una
comunidad determinada.
La Dra. Elíades hizo también una extensa exposición destacando
que la figura del perito comunicador es utilizada en causas que se
sustancias ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
habiéndose citado a periodistas argentinos para auxiliar con sus
saberes ante interpretación y redacción periodística.

También resaltó que además de la intervención mediante pericias,


la asistencia desde lo comunicacional se puede realizar a través
del novedoso sistema de “Amicus Curiae” que está vigente por
una acordada de la Corte de Nación. En ese sistema, por
ejemplo, está inscripta la Facultad de Periodismo y Comunicación
Social de La Plata.

A su turno, Caggiano señaló que su intervención como perito


auxiliar en comunicación se debió a un litigio en el cual una
familia que se habría intoxicado por una ingesta alimenticia en el
buffet de un conocido club del interior bonaerense.

Una integrante del grupo afectado hizo declaraciones por dos


radios de ese pueblo, de no más de diez mil habitantes, haciendo
declaraciones descalificadoras hacia el titular de la concesión del
buffet, quien a los pocos meses debió cerrar su negocio.

La problemática que requirió su intervención fue la de determinar


si tales declaraciones tuvieron efecto directo en la baja actividad
del buffet y su posterior cierre. Para ello debió estudiar
circunstancias tales como el análisis del discurso de la
demandada, el contexto de circulación del mensaje emitido, la
cualidad amplificadora de las dos emisoras, las condiciones de
producción periodísticas y los efectos causados en la recepción
del mensaje.

Caggiano llegó a la conclusión que hubo un nexo entre las


declaraciones y las consecuencias, en una causa que ya pasó por
primera instancia y por la instancia de alzada en la vía civil y
comercial.

Por último el licenciado en comunicación social Martín López


Lastra se refirió a las posibles incumbencias de la nueva figura,
destacando que habría un amplio campo de acción para que la
comunicación pueda “no sólo ser útil a la justicia con sus saberes,
sino colaborando para establecer una sinergia entre el derecho y la
comunicación en procura de establecer nuevas herramientas para
realidades tan complejas como el discurso, la práctica periodística
y los efectos del mensaje”.

En ese sentido, propuso debatir la pertinencia de acción para el


perito comunicador no sólo en casos de copia de material
periodístico, sino también en casos de daños y perjuicios
mediante artículo 1071 del Código Civil en cuanto a querellas
promovidas a partir de material periodístico presuntamente
difamatorio.

Al respecto se preguntó si con la actual vigencia de la doctrina de


la real malicia, el perito en cuestión no puede indagar acerca de si
el periodista o medio cuestionado no actuaron en base a modos de
producción acordes al oficio según lo establecido recientemente
por entidades no gubernamentales y por manuales de estilo en el
caso de existir en las empresas cuestionadas a nivel judicial.

Asimismo, sugirió alguna intervención de reparación de imagen


ante juicios con la denominada “condena anticipada” que luego
deriven en absolución.. Al respecto afirmó que “sería útil un
trabajo posterior de producción periodística que derive en la
correcta restauración de imagen, similar al anterior del inicio de la
causa es decir, previo al agravio que motivó la querella o de
inocencia previo a una imputación”.

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