ANANKE

Suplemento Cultural No. 634 del Diario Página 24

Aguascalientes, Ags. Domingo 24 de Mayo de 2009

La caricia apenas
LeLa caricia apenas
roza mi superficie.
roza mi superficie.
Declina su ruta hacia mi piel
Declina
y al final la onda escapa
de mi ser electrizado

Texto: Circe Vela

Foto: Cosme Rada /Cuartoscuro
2 ANANKE Domingo 24 de Mayo de 2009
EL BOLO
Jesús Zarazúa Rangel
zarazuarangel@yahoo.com.mx
La rosca del día de Reyes estaba lista junto al atole champurrado en
la cocina, su aroma se podía percibir por toda la casa. Doña Agustina
había pasado toda la tarde preparándolos, arrimada al fogón. Esperaba
a su hijo, que salió rumbo a la milpa para arar el campo como todos los
días. Recordó la otra tarde de enero en que el aire azotaba fuertemente
los árboles como ahora —a lo lejos los perros ladran, quién sabe a
qué—, pero esta tarde están más inquietos, como si olieran algo en el
aire de esta comunidad rural.
¿Te acuerdas, Antonio? —Menciona doña Agustina a un retrato blanco
y negro que cuelga de la pared y debajo una veladora encendida— ¿Te
acuerdas, verdad? ¿Te acuerdas cuando llevamos al niño al bautismo?
Qué lejos está la iglesia de aquí, nosotros estamos olvidados del mundo
—y con su mano llena de arrugas toca la foto, respira profundo y deja
escapar una lágrima—. Cuánta vida me quitó Dios el día que te llevó
con él, apenas teníamos diez años de casados y tenía que haber llovido
como llovió, y tú tan necio a querer cruzar el río, y éste tan furioso como
siempre, te arrastró ¡Me sigues doliendo igual! Y hoy, no sé, pero tengo
un mal pálpito en el corazón que no me deja respirar bien, es por eso
que vine a platicar contigo, cuida al niño, cuida a nuestro hijo, que más
que niño, ya es todo un hombre. ¿Te acuerdas de las caritas sonrientes
a la hora en que nuestro compadre Secundino aventó aquellas monedi-
tas a las afueras de la iglesia? ¿Sí te acuerdas? Esos niñitos de todo el
pueblo, esperando a que el padrino del bautismo aventara las monedas
al aire, y ellos con sus manitas empolvadas las recogían gustosos y son-
rientes, mientras tú y yo, veíamos la carita de nuestro niño, ¿Sí te acuer-
das, verdad Antonio? Nuestro Juan Primito del Niño Jesús, tuyo y mío
y de nadie más, de los dos locos del cerro, como nos llamaban porque
vivíamos por acá, sin luz eléctrica, sin agua potable, viviendo de la natu-
raleza, tú y yo, los dos muy felices, Antonio y Agustina. Antonio, hijo del
capataz del tiempo de la hacienda. Un hombre que cualquier mujer en
ese tiempo hubiera querido tener, por esas manos fuertes, gruesas y
callosas fruto del trabajo en el campo, de carácter fuerte, pero tierno a
la hora de hablarles a las mujeres. Y Agustina, la sobrina del cura, la niña
mimada que siempre fue catequista y que todos en el pueblo pensaron
que no iba a sobrevivir en el cerro sin los lujos que hay en casa de los
curas. Pero ya ves, te fuiste primero, y yo no quise abandonar la casa de
adobe que tú mismo construiste con las manos que tanto me gustaba
que me acariciaran, y aquí sigo, al lado de Juan Primito del Niño Jesús,
que ya es todo un hombre, y lo deberías de ver, se parece tanto a ti en
lo trabajador, es un macho como tú, pero hoy, no sé qué pasa, tiene
mucho rato fuera, ya es hora que debería de haber llegado. Ya hasta se
me enfrió la rosca de reyes y el atole, hoy es día de los Reyes Magos,
¿Dónde andará nuestro hijo, Antonio? Debes cuidarlo desde donde estés.
Esos perros malditos no se callan. ¿Escuchas, Antonio, cómo suenan
las monedas de tu hermano Secundino al sacarlas de ese costalillo?, son
las monedas que aventó el día en que a nuestro hijo le tumbamos el
primer cuerno, el día que se hizo cristiano, escúchalo llorando cuando
mi tío el cura le echó el agua en su cabecita de cabellitos negros, y carita
morenita, como su padre, como tú, Antonio, igualito a ti.
¿Escuchas el viento, Antonio, cómo ruge, cómo chilla, chifla?, como
que algo dice, ¿no lo crees así, Antonio? ¿Te acuerdas de aquel seis de
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bacmx@hotmail.com
Reyes en el pueblo cuando tu hermano lle-
vó al niño a la pila de San Juan Bautista, y
mi tío le echó el agua y ahí está el niño
llore que llore? Pobrecito, me acuerdo
como si hubiera sido ayer.
Pero pos haber, Antonio, te fuiste muy
pronto y él también. Esos malditos perros
ladran como ese seis de enero, hace falta
que lloviera y un rayo los partiera para que
callen sus aullidos. Y es que te fuiste muy
pronto Antonio y él también. ¡Qué lástima
que no estuviste aquí para ir a vengarnos!,
y esos malditos perros que siguen ladrando.
El día estaba como hoy, te acuerdas Anto-
nio, el aire, así como hoy. Y yo con mis ma-
las palpitaciones, platicaba contigo, como
ahora , Antonio, cuando llegó el hijo de doña
Eduviges venía fatigado a decir que nuestro
hijo estaba colgado de aquel cedro en la
milpa, que lo habían colgado para quitarle
los animales. Se los hubieran llevado pero
me hubieran dejado a mi hijo, pobrecito,
ya era todo un hombrecito, igualito a ti, An-
tonio. Ya tenía sus 16. Malditos perros, si-
guen ladrando ¿Sí los oyes, Antonio?
Aún me acuerdo del día aquél y de tu
hermano aventando las monedas del bolo,
las caras de los niños, expectantes, ansio- Imagen de Émerick Rodríguez
sos de que volaran las monedas para aven-
tarse por ellas al suelo, no importando que se rasparan los codos ¿Te acuerdas que algunos
hasta lloraron? Tu hermano sí que se lució, quería que el pueblo sintiera que había nacido
un hijo de Antonio, y que él era el padrino más feliz, ¿Sí te acuerdas? Y cómo olvidarme
de aquél seis de Reyes, en que no llegaron hasta acá y que bien entrada la mañana ahí
viene tu hermano con un papalote que dejaron en su casa y ahí anda la criaturita corre y
corre por la ladera, volando bien gustoso su papalote, cómo olvidarse de eso Antonio,
cómo. Te acuerdas de ese papalotito de papel de china y con hilo de cristal que el niño
se la pasó volando todas las tardes de enero, bien contento porque los Reyes Magos se
lo dejaron en casa de su padrino. Tu hermano Secundino, y si supieras que cuando esos
desgraciados colgaron a Juan Primito del Niño Jesús no le quería yo decir porque sabía
que me iba a reprochar porque después que te llevó el río no me volví pal pueblo, pero
no, mi hijo y yo teníamos que quedarnos en tu tierra, en la tierra que te sembramos.
Pero los muertos así son, se puso tieso y más tieso y por más que lo sobamos no
volvió a ponerse suave y no podíamos enterrarlo hasta que vino su padrino y le dijo
“Juan Primito del Niño Jesús, escúchame. Soy tu padrino Secundino. Hermano de tu
padre y a la muerte de él, según nuestra madre iglesia, tu segundo padre. ¡Acomódate
hijo para poderte meter en ese petate! Ya no le des más martirio a tu madre”. Hubieras
visto Antonio, nuestro niño, se puso suave, suavecito y lo pudimos acomodar en su
petate. Se quedó quietecito. Ya teníamos dos días bañándolo con agua caliente y dándo-
le friegas de alcohol y nada, seguía tieso, retorcido, como quedó en el árbol colgado,
pero nomás le habló su padrino y solito se acomodó, y es que cómo no se iba a acomo-
dar con lo que le dijo su padrino. “Soy el que aventó las monedas el día de tu bautismo,
el que hizo sonreír a esos niños de caras extrañas, que de seguro uno de esos fue el que
te echó la soga al cuello, pero ya descansa hijo, hijo mío, de mi hermano e hijo de tu
madre”. Luego le rezamos su rosario y bien tempranito lo llevamos al lado tuyo, Antonio,
para que lo cuides y ya ves esos perros no han dejado de ladrar. Mira Antonio, ahí está
el costalillo donde tu hermano llevó las monedas para el bolo.
San José Iturbide, Guanajuato.
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Catarino José Luis Justes Amador

Jildardo González
PARÉNTESIS 1
Me llamo Catarino, y estoy ciego. Con esa leyenda escrita en un cartón colgada al modo de sicilia
en su cuello vivía recorriendo la ciudad.
Desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche, en todo el día recojo
recuerdos en tirones de horas rojas y amarillas, que me llevan a donde el hambre los papeles todavía sobre la mesa : antiguos:
se puede engañar con facilidad y donde el calor lo asusto arropado en una chamarra (cenizas de celan : leche y nieve)
en un eterno frío que me acompaña, y por eso casi siempre estoy bajo el sol,
esperando el ruido metálico que me hace engañar al tiempo, y hago cuentas de las ilegibles porque esta caligrafía ya no existe :
monedas que caen de cualquier gracia, las identifico con el rodar, o el golpe que debiste escribir alma mas ahora se lee calma
hagan al caer en el bote de chiles jalapeños.
Me entretengo adivinando el color de la suerte o del malestar de las personas, (rocas de rilke y eliot : sombras
con el timbre de la voz al hablar entre ellas. sobre el mar en el duino : sobre
Con la fuerza al caer las monedas identifico la alma piadosa que deja su moneda
el desierto sin agua : solo ruido)
por tradición y cumpliendo alguno de los mandamientos, ellas son frecuentes los
sábados, y los domingos y se cuentan por puños. y para sustituir aquella carta que ya no sabes
A los que les sobra el dinero se les nota porque dejan caer con desgano y sin de quién era / no te conoces / ni para quién
ningún asomo de recogimiento, lo hacen porque ya no quieren cargar y de paso
expían culpas y así, irse ganando el cielo en pequeños pagos accesibles, y semanales. viajas ahora en las tardes de acera y espuma
Cuando el sonido es claro y sereno, el color que le acompaña es una mezcla de olvidando los papeles como un furtivo visas
azul con amarillo y con mucho de verde, allí me doy cuenta que es un niño, en ese
momento pasa un aire tranquilo y en el ambiente se respira paz y me imagino la olvidando precisamente el olvido : y en el lugar, papeles:
presencia de Dios entre risas infantiles.
Todo esto me lo enseñó Javier, él me cuidaba mucho y siempre me estaba di- PARÉNTESIS 2
ciendo que me fijara en los ruidos y en lo que decían las personas porque así sobre Gil de Biedma
podría aprender muchas cosas, pero Javier ya no está, un día se fue y ya no regre-
só, mi abuela dice que ya no va a volver porque a donde se fue está muy contento
y que desde allí nos está viendo, yo no entiendo eso pero yo creo que sí va a venir 1. ya pasada la media noche y con la botella vacía
un día, porque cuando estoy muy triste porque me regañan y me dicen muchas 2. llega despacio la gemela incómoda que te tiene:
cosa feas me acuerdo mucho de él, porque Javier sí me cuidaba.
Me llamo Catarino, y no sé hasta cuando voy a estar así. Dice mi abuela que yo 3. tiene razón, le cito, los días laborables, las citas
era fuerte y tenía mucha cabeza para la escuela, pero me pasó algo que ella no me 4. que ya no tienen sentido salvo esta monomanía
quiere decir, siempre que ando de preguntón me contesta con un suspiro muy largo
y se va a refugiar a la cocina donde nadie la escucha, pero yo me doy cuenta que
5. de querer prolongar la noche más allá del vacío:
llora, y yo me siento culpable porque la hago llorar, por eso ya no hablo, para que 6. pero luego hay momentos felices y no sé dónde
ya no llore mi abuela. 7. para dejarse ser en amistad: regresaras ya nunca
Hay días que la cabeza me pesa como una piedra de molino, y pareciera que
quisiera salirse de donde está, también adentro de mi cabeza escucho ruidos de 8. ya no digamos al pueblo sino a esta casa: quizá
grillos que se pelean y es cuando les grito que ya se callen que no me dejan oír lo 9. es la última palabra que esperamos y es precisa
que dicen las nubes cuando se juntan allá arriba, en esos días, me dan muchas
pastillas con leche para que me duerma. 10. para salvarnos y que algo venga : un gesto, dos:
Una vez, era tanto mi escándalo que me taparon la boca con un paliacate hecho 11.
bola porque les estaba gritando que ya se callaran, que no me molestaran, me
dijeron que los vecinos se asomaban por la ventana para ver cómo me estaban
amarrando y las manos que no dejaban de moverse como los rehiletes de la feria,
PARÉNTESIS 3
esa vez los vecinos se asustaron y hasta llamaron a la cruz roja.
El primer día que me dejaron en este banco sentado y me dijeron que no me aquí sigue lloviendo : nada ha cambiado
moviera hasta que vinieran por mí, me dio mucho miedo, ese día no vinieron tan
tarde pero yo estaba llorando porque tenía hambre y muchas ganas de ir al baño.
desde aquella última carta : nadie se va :
Pero desde hace muchos días me dejan aquí desde temprano y viene por mí hasta aquí se quedan todos hasta el último sol
en la noche, pero en ocasiones me les olvido y es cuando me da mucho miedo que
ese que confundes al final con pañuelos
no llegan y entonces me pongo a llorar hasta que me da sueño y ya no me salen
lágrimas por los lentes oscuros que me amarran en la cabeza, esos son los días que ardiendo : pero arde y/o llueve más aquí
no me gustan, porque desde la mañana que me traen los escucho que andan eno- en el centro de cualquier movimiento: sí
jados y por eso llegan muy tarde por mí.
Los días que sí me gusta venir y me divierto con la gente es cuando pasan en el centro a que nada llega y todo sale:
diciendo “mira no pude ver, y que además le dan ataques”, me da risa que la gente nostalgias del jarrón que recoja aún más
crea eso que sí estoy ciego y que me den ataques.
Me llamo Catarino y tengo miedo de que me dejen aquí porque ya no se escu-
que todo lo que perdemos : empapados:
chan ruidos. la lujuria todavía : la soledad tan simple
Desde hace mucho rato sigo aquí sentado esperando que me lleven con mi abuela,
como el callejón que sigue en lluvia y sí
hoy es día que me llevan a pasear con ella, pero nadie ha venido ha visitarme.
Me llamo Catarino y hoy es domingo, y nadie vino a visitarme. algún día volveremos aunque siga lloviendo: ritornello
4 ANANKE Domingo 24 de Mayo de 2009
Letras de Emergencia
Me dolió saber su muerte. La tarde del 17 de mayo me enteré del fallecimiento del escritor
uruguayo Mario Benedetti. Casi al momento tomé de un librero de la casa el ejemplar de su
obra Letras de Emergencias, una edición de 1979 por Editorial Nueva Imagen y comencé a
releerlo. Ese libro fue el primero de Benedetti que llegó a mis manos hace ya 20 años.
Mario Benedetti es sin dudarlo un poeta entrañable, para muchos, no es el mejor poeta, sin
embargo en la sencillez de sus versos están los hombres y las mujeres comunes, las calles, los
hogares, las oficias, el campo, las esperanzas y las pesadillas políticas que la gente de a pie
conocemos día a día, por eso Benedetti entra en el corazón de quien lo lee, aunque reniegue
después de su obra argumentando que ahí existe un exceso de cursilería, algo que en lo
personal lo considero inexacto.
Cuando el autor publicó Letras de Emergencia expresó en un prólogo que no consideraba
a los poemas incluidos en ella como panfletarios, algo totalmente cierto si podemos leer ese
libro originalmente publicado en 1974 y a pesar de ello y a nuestro pesar de la tragedia de
desigualdad e injusticia, todavía son actuales y cercanos cada uno de sus versos.
En su libro, Benedetti abre con el texto del discurso Arte Libre y Emergencia el cual
pronunció en mayo de 1972 en un acto organizado por la Agrupación de Trabajo Cultural del
Movimiento de Independientes 26 de Marzo expresa que “El hecho de que hoy todos estemos
haciendo un arte de emergencia: canciones o afiches, fábulas o panfletos, no significa que
consideremos que éstas sean las formas más depuradas o más profundas. Simplemente apor-
tamos nuestras herramientas, aportamos lo que creemos puede servir, puede contribuir en
alguna medida a que el impulso revolucionario se haga –como canta Daniel (Viglietti)- “pueblo
de voces, aire desatado”. En ese texto explica y deja claro su compromiso revolucionario que
lo acompañó a lo largo de su vida.
El libro Letras de Emergencia esta compuesto además por la serie de poemas “Versos
para cantar”, la prosa “Relevo de pruebas”, la serie de textos “Fábulas sin moraleja”, la serie
de poemas “Versos para rumiar” así como “Tres odas provisorias”. En estos textos se desta-
ca su conmovedora sencillez en el lenguaje, la musicalidad y el ritmo de sus versos y sobre
todo esa sensación de trágica actualidad de esta obra de denuncia.
Destaco en ese libro, “Versos para cantar”, de los que el músico Alverto Favero y la inter-
prete Nacha Guevara tomaron algunos de ellos para crear un espectáculo en el que los con-
virtieron a esos poemas en canciones ahora entrañables. “Vidalita por las dudas”, “Seré curio-
so”, “La secretaria ideal” y “Vamos juntos”, son algunos de ellos. De otros títulos saldrán “Te
quiero y “Todavía”.
Cantautores como Daniel Viglietti, Nacha Guevara, Joan Manuel Serrat, Tania Libertad y
Pablo Milanés han musicalizado e interpretado su obra. Es de recordarse como varios inter-
pretes entre los que se destacan Joaquín Sabina, Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén y Miguel
Bosé entre otros hicieron una versión cantada del poema “Defender la Alegría” en apoyo a la
campaña del entonces candidato presidencial español José Luis Rodríguez Zapatero.
La intensidad de su poesía política en Letras de Emergencia me lleva a recordar el poema
“Seré curioso” que no pierde actualidad cuando el que gobierna no tiene sentido del decoro
sino un profundo egoísmo y codicia por llegar al poder “haiga sido como haiga sido”:
“En una exacta / foto del diario / señor ministro / del imposible / vi en pleno gozo / y en plena
euforia / y en plena risa / su rostro simple / seré curioso / señor ministro / de qué se ríe / de qué
se ríe / de su ventana / se ve la plaza / pero se ignoran / los cantegriles / tienen sus hijos / ojos
de mando / pero otros tienen / mirada triste / aquí en la calle / suceden cosas / que ni siquiera
/ pueden decirse / los estudiantes / y los obreros / ponen los puntos / sobre las íes / por eso digo
/ señor ministro / de qué se ríe / de qué se ríe / usté conoce / mejor que nadie / la ley amarga
/ de estos países / ustedes duros / con nuestra gente / por qué con otros / son tan serviles / cómo
traicionan el patrimonio / mientras el gringo / nos cobra el triple / como traicionan / usté y los
otros / los adulones / y los seniles / por eso digo / señor ministro / de qué se ríe / de qué se ríe”.
La editorial Alfaguara se ha dado en estos años a la tarea de publicar su obra narrativa,
Visor ha publicado recientemente su obra poética. Leer a Mario Benedetti es un bello hallaz-
go, releerlo es el placer de volver a encontrarse con un viejo amigo.
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El último adiós
Santiago Igartúa
El viernes 15, dos días antes de la muerte de su hermano Mario,
Raúl Benedetti se afeitó la barba en un intento por pelearle una carre-
ra al tiempo.
“Mario decía que había que vivir como si fuéramos eternos y mu-
chos se lo creímos. Siempre tuve la esperanza de que él fuera eterno”,
dice a Proceso el hermano menor del famoso escritor uruguayo.
Es la noche del martes 19 y Raúl Benedetti recibe al reportero en
su departamento del barrio Pocitos, en Montevideo. Viste pijama y
un suéter con rayas azules y blancas que lo cobija del frío. Apenas
unas horas antes, el cuerpo de su hermano había sido sepultado con
honores en el panteón Nacional.
Don Raúl, de 80 años, no tiene sueño, pero luce cansado. Fue él
quien recibió las condolencias durante la larga jornada de duelo y
quien las respondió con sonrisas a todo un país que lloró la muerte
del poeta. Los signos del luto son evidentes: las banderas nacionales
a media asta, el pasmo de la gente, el cielo gris, la lluvia que moja
Montevideo, ciudad que se percibe abandonada.
Para don Raúl, Mario Benedetti no fue sólo quien construía poe-
sías prodigiosas o el que como nadie describió los tiempos de la
guerra sucia. Mario fue además el hermano ocho años mayor que no
dejó de procurarlo aun en los años de la clandestinidad y del exilio, el
que lo impulsó a editar su primer libro de dibujo a la edad de 79
años, el que siempre lo aconsejó y “nunca me defraudó”.
“Para mí fue mi padre”, resume don Raúl y, con voz entrecortada,
confiesa que ahora se siente “solo”.
En la mesa de un comedor sencillo, don Raúl viaja en el tiempo. Se
pierde en un montón de fotografías en blanco y negro. Recuerda. Las
imágenes llegan una detrás de la otra. Se remonta a tiempos de su
infancia en una casa humilde del barrio Capurro, en Montevideo, a
donde su familia llegó de la ciudad Paso de los Toros en el año 26 del
siglo pasado. Recuerda una puerta grande, el estar uno enfrente al
otro, a tres metros de distancia; una improvisada pelota de futbol, las
carcajadas…
Dice que la imaginación de Mario siempre le sorprendió. Le asus-
taba tanto como le asustaba al propio Mario. “Mamá apagaba la luz
y, en la penumbra, las cosas para él adquirían formas. Era atemorizante.
Donde había una silla con una frazada encima él veía un búfalo. De
entre la humedad en el techo él encontraba rostros. Tenía una imagi-
nación rarísima”, cuenta.
En aquellos tiempos de penuria, a los 14 años, Mario Benedetti
inició su primera empresa: editó un periódico que reproducía utilizan-
do hojas de papel carbón. “Ya se vislumbraba lo que sería su voca-
ción por el periodismo”, recuerda don Raúl. La ganancia de la venta
servía para comprar más papel y publicar el siguiente número “cada
que se pudiera”. Desde entonces las letras.
Tiempos de exilio
Don Raúl detiene la mirada en un retrato de su hermano, tomada
en los meses previos al exilio. Mario Benedetti, fundador en 1971
del Movimiento 26 de Marzo, brazo político del Movimiento de Li-
beración Nacional, fue desterrado de su país en el invierno de 1973
por la dictadura de Juan María Bordaberry, quien desde 2006 en-
frenta un juicio por el asesinato de opositores a su régimen y se en-
cuentra bajo arresto domiciliario.
Don Raúl recuerda esos años “como un período de gran soledad,
de un vacío enorme. Siempre que esperando una carta, un telegrama”.
La muerte de Benedetti no fue la primera despedida con Raúl.
Siempre vivieron así, “con el adiós a flor de piel”.
Recuerda la primera despedida, cuando el escritor se exilió en
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Buenos Aires. Mario tenía un departamento en la
Facultad de Humanidades de Montevideo pero, por
seguridad, Raúl nunca sabía dónde estaba su herma-
no. Mario “tenía el bolsillo lleno de llaves de gente
amiga que le brindaba un lugar por si tenía que mo-
verse”. Ambos habían acordado una clave en caso
de que el hermano mayor tuviera que
“desaparecerse”. Intervenidas las comunicaciones por
los militares, Mario haría mención de una ropa en
una charla casual.
“Un día a Mario le avisaron que tenía que irse
porque estaban por agarrarlo para ponerle la capu-
cha”, cuenta don Raúl en referencia al método que
los militares utilizaban para secuestrar y desaparecer
a sus opositores.
Recuerda que sonó su teléfono. “Me entregaron
el traje, hermano”, oyó del otro lado de la línea. “No
pregunté más. Sentí una horrible sensación de des-
amparo y todavía tenía que controlar la reacción, el
dolor, el adiós. La dictadura era tan terrible que uno
no podía hacer nada por su ser amado, aún sabien-
do que querían asesinarlo, torturarlo”.
Instalado en Buenos Aires, Mario Benedetti no
cesó de combatir a puño y letra el terrorismo de Es-
tado en Sudamérica. Corría el año 1974 y la Alianza
Anticomunista Argentina (AAA), aparato represor
de los golpistas previo a la consumación de la dicta-
dura en ese país en 1976, había institucionalizado la
muerte. El poeta fue nuevamente perseguido, ame-
nazado, exiliado.
Para Raúl, esa fue una nueva despedida. “Estaba
en la ducha cuando en la radio escuché que si (Mario
Benedetti) no salía en 48 horas lo mataban. En el
centro de Buenos Aires había explotado una bomba
y del humo apareció una lista con nombres de las
personas que la AAA iba a matar. Mario era el único
extranjero de la lista”.
Nuevamente el espanto, la incertidumbre. “Corrí
a Buenos Aires a despedirme de él porque sabía que
tal vez no lo vería después”.
Pero siempre, en donde estuvo, desde cualquier
parte del mundo, Mario llamó. “Era una manera de
no perderlo en el exilio. Su mujer (Luz López Ale-
gre) viajaba a verlo y traía noticias frescas que nos
ayudaban a seguir en la lucha. Mario mandaba co-
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sas. Mandaba material que repartíamos clandestina- cuentos le costaban trabajo”, comenta Raúl. “‘Qué
mente porque su obra estaba censurada.” nunca me falte papel y lapicera’, nos decía”.
En aquellos años de plomo, “su prosa fue guía, Escuchaba a Serrat, su cantante favorito, quien
una luz, un remanso de paz entre las turbulencias del “hizo un disco con poemas de Mario”, titulado El
alma del pueblo uruguayo que vivía con miedo”, co- sur también existe.
menta. A Mario Benedetti lo cuidaban “un montón de
Mario Benedetti se fue de Argentina a Perú, don- chicas que lo adoraban”: la señora Mirtha, su hija
de también fue perseguido. En 1976 se exilió en Cuba mayor, Alma Beatriz, y sus tres hermanas: Leticia,
“pero le hacía mal estar ahí por su asma”. Entonces Karina y María. “Las trataba como a su familia”, dice.
llegó a España. “Estuvo dos años en Palmas de Ma- Raúl dormía todos los fines de semana en casa de
llorca, pero igual este padecimiento no lo dejaba. Por Mario: un departamento en el noveno piso de la calle
eso se fue a Madrid”. Zelmar Michelini, en el centro de Montevideo. Raúl
Viajó varias veces a México, pero el Distrito Fe- llama la atención sobre el hecho de que esa calle tie-
deral le parecía triste. “La contaminación no dejaba ne el nombre de la persona “que mi hermano tanto
ver el cielo”, le comentó a su hermano Raúl. Ade- quiso”. El periodista y congresista Zelmar Michelini
más, recuerda éste, el smog le acentuaba el asma. fue un duro crítico del gobierno “cívico-militar” de
En dos ocasiones se desmayó y en otra un camión lo Juan María Bordaberry. Fue asesinado en Buenos
atropelló y lo lanzó contra un ciclista. Aires en mayo de 1976. Hoy, Bordaberry se en-
Volvió a Montevideo en la primavera de 1985, ter- cuentra en prisión domiciliaria acusado de ser autor
minada la dictadura. Raúl lo reencontró en el aero- intelectual de éste y otros crímenes.
puerto de Carrasco. “Fue quizá el día más feliz de mi Raúl comenta que él y Mario acudían al café San
vida. No parábamos de escucharnos, de mirarnos”.
Pero Mario, dice su hermano, encontró una ciudad
distinta. El poeta también cambió. “Se fue de un Mon-
tevideo con árboles. Cuando volvió ya no estaban”.
Si a Mario Benedetti le quedó un pendiente fue,
según su hermano, ver la anulación de la Ley 15848
de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado,
instaurada en 1986 para evitar que fueran juzgados
los responsables de la tortura, la desaparición y el ase-
sinato de personas durante la dictadura (1973-1985).
En octubre de 2009, el pueblo uruguayo –desde
2005 gobernado por el Partido del Frente Amplio
Progresista– votará en referéndum la nulidad de di-
cha “infamia”.
Los últimos días
Raúl pasó los últimos días de Mario a su lado. El
escritor, cuenta su hermano, nunca dejó de escribir.
“Pedía que le lleváramos blocks con resorte”, con
hojas cuadriculadas porque no le gustaban las que
estaban en blanco. Se sentaba en su sillón, a donde
le acercaban una mesa plegable, “de esas blancas
muy cómodas que usan en los hospitales… Y empe- Mario Benedetti
zaba”. Prefería los poemas. “Le salían muy fácil. Los Foto: Archivo /Agencia EL UNIVERSAL
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Rafael. Allí almorzaron “casi todos los días” du-
rante 20 años. “Nos reíamos con sus anécdo-
tas, sus chistes, su buen humor”. El día en que
Mario murió, Miguel Braga, el mozo que los
atendía, colocó una foto del escritor en la mesa
que siempre les apartaba: la número 6.
“Caminar una cuadra con él para llegar al café
era caminar una hora” recuerda Raúl. La gente
lo detenía para abrazarlo, para besarlo, “para
decirle que lo querían”. Mario llegaba a deses-
perarse. “Yo quería escribir, no quería ser fa-
moso”, llegó a decir, enrojecido.
Su pérdida, dice Raúl, deja a Uruguay con
una sensación de descobijo. “Era muchísimo lo
que lo quería la gente. Fue maravilloso ver que
el país se apoyaba en su espalda de poeta. Por
eso cuesta tanto, por eso aún cuando había es-
tado muy mal el último año la gente se siente
sorprendida”.
–Y él don Raúl, ¿cómo convivía con la idea
de la muerte?
–Él decía que no creía en el más allá. Eso le
angustiaba. Pero recuerdo que decía que la vida
da más angustias que la muerte. Pero yo lo veía
que se iba preparando. Nunca perdió la espe-
ranza, pero creo que en el fondo se sentía ya
cansado. Tenía muchos años. Lo bueno es que
(al morir) estaba dormido. No sufrió. No tuvo
dolor en ese último momento que puede llegar a
ser muy angustiante.
Raúl Benedetti recuerda la última despedida.
La señal, una vez más, llegó con el teléfono. “Me
llamo un periodista de televisión, Aldo Silva (del
canal 12). Es muy amigo. Nos avisó para aho-
rrarnos el mal trago de escucharlo por televisión”.
El mismo domingo 17 Raúl organizó “una des-
pedida” íntima en la funeraria Rogelio Martinelli,
en la Avenida Canelones, de la que sólo avisó al
escritor Eduardo Galeano, al cantautor Daniel
Viglietti, a su secretario Ariel Silva, “sus amigos
entrañables”.
“Lo decidí para tener tiempo de despedirme
yo de él”. Raúl durmió en la funeraria. “Nos ha-
bían dicho que el cuerpo iba a pasar la noche en
depósito y no pude soportar la idea de saberlo
así, solo. No le correspondía”.
En la última despedida, “cuando estábamos
solos le dije ‘dale un abrazo a Luz de mi parte’.
No soy católico pero me pareció que decir eso
era lo correcto”. Esa, dice su hermano, fue la
mejor y más grande historia de amor del mejor
poeta que recuerda el cielo uruguayo.
Luz López Alegre, la esposa de Benedetti du-
rante 60 años, murió en 2006. “Nunca se con-
venció de que estaba muerta. Veía un adorno y
decía ‘esto lo compró Luz’. Siempre menciona-
ba a Luz. La mantenía viva en su recuerdo. Para
él era como que ella estaba viva, como para no-
sotros él sigue aquí. Desde entonces mi herma-
no nunca fue el mismo. Mario no supo afrontar
la muerte de su mujer”, dice.
–¿Usted cómo afronta la partida de su her-
mano, don Raúl?
–No lo hago.
(proceso)
Domingo 24 de Mayo de 2009
El desafío cultural
mexicano
Jorge Sánchez Cordero *
Esta época se caracteriza más por sus interrogantes
inquietantes, que por sus afirmaciones serenas. Lo que
antaño abundaba en certezas, ahora abunda pero en
cuestionamientos. En todos los ámbitos del conocimien-
to, las certezas adquiridas han sido sustituidas por po-
sibilidades. El ocaso del siglo XX y el umbral del XXI,
se caracterizan por el fin de las certezas. En este perío-
do de transición, es la incertidumbre la que gobierna el
derrotero por el cual se desliza la sociedad mexicana.
Las características de nuestra época, en las que nos
encontramos inmersos, son la inestabilidad, la fluctua-
ción y las tendencias evolutivas. Los modelos cultura-
les propuestos han sido modificados y su simplicidad
ha sido remplazada por la complejidad.
En el umbral mexicano del siglo XXI, el orden cultu-
ral intenta encontrar afanosamente sus nuevas referen-
cias jurídicas en las reformas constitucionales reciente-
mente publicadas, acompañadas de la asunción de obli-
gaciones internacionales específicas del Estado mexi-
cano mediante la ratificación de la Convención de la
UNESCO de 2003 sobre la salvaguarda del patrimonio
cultural inmaterial. Es en este contexto en el que puede
apreciarse la emergencia del primado del conocimiento
tradicional de las expresiones y de las prácticas cultura-
les como uno de los vértices del Patrimonio Cultural In-
material (PCI) y en tanto tal en una de las premisas que
conforman el nuevo modelo cultural nacional.
Es de un gran simbolismo que en las primicias de la
conmemoración del Bicentenario del movimiento de In-
dependencia y del Centenario de la Revolución Mexi-
cana el Estado nacional se haya procurado de un nuevo
marco jurídico que provee los nuevos fundamentos so-
bre los que habrá de moldearse el orden cultural mexi-
cano. El mandato constitucional es terminante, por lo
que resultan vacuos los intentos de querer soslayarlo.
Este nuevo orden jurídico habrá de transitar sobre
tres vertientes claramente determinadas: la herencia cul-
tural, la diversidad cultural y el desarrollo humano sos-
tenido, que no admite ser acotado a términos econó-
micos o financieros, inmersos estos últimos en el ámbi-
to del rápido crecimiento y de la expansión de la pro-
ductividad. El conocimiento tradicional, las expresio-
nes y las prácticas culturales son los fundamentos del
sedimento social que le proporciona a los grupos y
comunidades, entre otros, el sentido de su identidad y
de su continuidad.
El desafío cultural que plantea este nuevo marco nor-
mativo para nuestra sociedad es claro: asegurarles a
las siguientes generaciones que su PCI pueda trasmitirse
generacionalmente, como un activo viviente, donde la
historia se reconstituya y vuelva a experimentarse, y que
resulte ser el vehículo idóneo para satisfacer las necesi-
dades básicas de nuestros grupos y comunidades.
Las primeras desavenencias
Este nuevo orden cultural se inicia creando graves
tensiones internas; su acoplamiento constituye un gran
Página 24
reto para la sociedad mexicana en su conjunto. Las
primeras desavenencias, que empiezan a emerger, re-
sultan de la colisión entre dos sistemas distintos: el del
Patrimonio Cultural Inmaterial y el de la legislación de
la propiedad intelectual.
La pertinencia obliga a repasar los fundamentos que
determinan la legislación de la propiedad intelectual que
difieren en sustancia de los que gobiernan el PCI. El
propósito que nos anima es doble. Por una parte, con-
tribuir a superar los graves equívocos que se han susci-
tado en otras latitudes y, con ello, evitar los efectos
deletéreos provocados por la recurrencia a las
transposiciones jurídicas a las que nuestro sistema ha
demostrado una franca adicción. Por la otra, intentar neu-
tralizar este ámbito plagado de ambigüedades, en el que
se encuentran varados algunos intelectuales mexicanos.
En el régimen tradicional de la propiedad intelectual,
la forma material es un elemento que siempre debe ser
considerado. En este régimen la creación individual y
el privilegio de su explotación, acotada a un tiempo
dado, determinan la exclusividad en el ejercicio del
derecho, ya sea por el propio creador individual, por
sus dependientes, por sociedades o entidades de in-
vestigación.
La legislación de la propiedad intelectual se inserta
en el régimen de la propiedad privada; es la transfor-
mación del trabajo en capital. Las consecuencias de
esta aseveración son por demás evidentes: su libre
transmisibilidad y asignación en cualquier medio y es-
pacio por sus titulares, con un énfasis específico en la
expresión patrimonial con los rendimientos económi-
cos esperables. Son los individuos quienes en pleno
ejercicio de su derecho de propiedad intelectual deci-
den cómo y por quién se puede transmitir la informa-
ción o su asignación.
El PCI, por su parte, se transmite usualmente por la
vía oral y en forma intergeneracional. Su énfasis se con-
centra en la preservación y mantenimiento de la cultura
que se constituye en un sedimento social creado a tra-
vés de generaciones. La propiedad es comunitaria, y
sólo quien tiene su guarda y custodia está autorizado
para ejercerla y diseminarla. La permisividad de su
transmisión se determina conforme a una serie de cali-
ficaciones culturales. Las numerosas restricciones se
observan particularmente en relación con el material
sagrado o secreto religioso extraño en su protección a
la legislación de la propiedad cultural. La categoría tem-
poral le es ajena a la naturaleza del PCI, que está con-
tinuamente evolucionando y se recrea a través de los
siglos. El PCI se inserta en una perspectiva holística,
en la que todos sus aspectos se encuentran
interrelacionados.
La interrogante es natural: ¿resulta oportuno y viable
que la actual legislación de propiedad intelectual pueda
desarrollar un régimen jurídico del Patrimonio Cultural
Inmaterial? La respuesta no sólo es negativa, sino con-
denatoria: su ámbito no corresponde al de la legisla-
ción de la propiedad intelectual, ya que responde a fun-
damentos y objetivos totalmente diferentes.
Los postulados de la legislación de propiedad inte-
lectual contradicen sustancialmente la naturaleza colec-
tiva de las expresiones culturales tradicionales y cual-
quier otra expresión de folclor. Para las comunidades
tradicionales, la noción misma de comunidad en su con-
junto se constituye en el receptáculo de la guardia y
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custodia del patrimonio cultural inmaterial. Conforme a la reforma constitucional y la Convención de 2003, resulta impe-
La legislación de la propiedad intelectual en términos actuales impide la rativo identificar a los grupos o comunidades culturales, quienes deben ser nece-
transmisibilidad derivativa e intergeneracional del PCI, ya que protege exclusi- sariamente consultados en la elaboración de los inventarios y establecer los vín-
vamente las obras originales y creativas, así mismo recurre con asidua comodi- culos entre el PCI y el grupo o la comunidad.
dad a su expresión más obvia, como es su manifestación tangible. La naturaleza La noción de grupo o comunidad ha sido constantemente criticada por su
misma del PCI es excluyente de estos elementos de composición; su forma de vaguedad e inutilidad en las ciencias sociales, y el derecho no ha sido la excepción.
transmisión casi exclusivamente en forma oral, lo impide frontalmente. Aun cuando la Convención de 2003 no contenga ninguna definición de grupo o
Las expresiones de las tradiciones y prácticas culturales, así como cualquier comunidad, es claro que su elemento de cohesión es la historia compartida. Un
otro proceso social, exceden del ámbito de la legislación de la propiedad inte- grupo de individuos puede ser caracterizado como una comunidad si existe una
lectual. Los postulados fomentados por Occidente, empero, han sostenido que conectividad histórica, que se identifica por el uso continúo y la trasmisión
las tradiciones culturales deberían pertenecer al dominio público, cuando es fá- intergeneracional de su PCI, es la “preteridad” a la que se refiere T.S. Elliot.
cilmente perceptible que a partir de esa determinación la construcción intelec- Las grandes dificultades que existen en la definición misma de comunidad o
tual, a través de la creatividad e inventiva, es inevitable y, por lo tanto, cualquiera
grupo pondrán a prueba la creatividad e imaginación de los juristas mexicanos,
podría prevalecerse de ellas en forma exclusiva. obligados ahora a identificar y definir los diferentes elementos del PCI, con la
Esta tendencia de considerar al PCI como propio del dominio público resulta necesaria participación de organizaciones no gubernamentales relevantes, de las
por lo tanto altamente preocupante, por no decir aberrante. La consecuencia de comunidades y de los grupos, ya que es a éstos a los que les pertenece el PCI.
legalidad es clara. A partir de ahí los conocimientos y prácticas culturales serían Desde luego persiste la controversia, cuya resolución no debe soslayarse, en
viables para la creación e innovación y sujetos a la apropiación de cualquier torno a los derechos comunitarios de propiedad sobre el PCI. Lo que resulta
tercero. incontrovertible es que es al grupo o comunidad a quien le incumbe la custodia
Más aún, los poderes públicos no pueden realizar actos dominicales en las del conocimiento tradicional y de las expresiones culturales tradicionales. Auna-
expresiones o prácticas tradicionales culturales; éstas son inmateriales y trans- do a lo anterior, la participación activa de las comunidades o grupos resulta
mitidas exclusivamente a través de las vías orales. El PCI no se le puede adscri- fundamental en la salvaguarda eficiente y, por consiguiente, en el diseño de las
bir al Estado precisamente por su carencia de tangiblidad; a ello habría que medidas que deberán de adoptarse en las prácticas y procesos que crean los
agregar que existe una clara imposibilidad de su adscripción al patrimonio del conocimientos tradicionales y prácticas culturales.
Estado por su naturaleza evolutiva y sus diferentes formas de transmisión. En Existe la urgente necesidad de revisar en nuestro sistema la noción occidental
consecuencia, estos derechos le pertenecen en forma exclusiva e inevitable a los de persona jurídica y de personalidad jurídica, de tal suerte que pueda ser en-
grupos o comunidades. Las tradiciones o expresiones culturales se encuentran tendida de mejor manera la forma en las que las comunidades o grupos se
fuera de los museos, están en las comunidades y, lo que es más significativo, se estructuran y conforme a la cual ejercen la guardia y custodia de su PCI. Estas
encuentran bajo la autoridad de éstas. estructuras deben tener viabilidad y, necesariamente, una expresión legal.
La expresión jurídica de la estructura del grupo o comunidad significa un de-
Las insuficiencias legales safío, ya que en la mayoría de ocasiones ésta es informal, carece de
Debe tenerse presente en el análisis que existe una clara diferencia de princi- institucionalidad conforme a los criterios eurocéntricos, pero revela estrechos
pio entre la atribución de una cultura, la atribución patrimonial de esa cultura a un vínculos con la tierra ancestral, los espacios culturales y las tradiciones.
ente determinado y que ese grupo o comunidad ejerza sobre este patrimonio un
poder de control o que pueda incluso limitar su acceso o uso. Esta última reivin- Los inventarios culturales
dicación se confronta inmediatamente con otros valores de interés público, como La inscripción en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la
es la libertad de expresión y la autonomía individual, tal y como lo reconoce la humanidad de la lengua, danza y música del grupo étnico zambo Garifuna en la
tradición liberal occidental, que se modela sobre el individualismo y la noción de región centroamericana (fundamentalmente en Belice), el carnaval de Oruro, en
libertad. La participación exclusiva de la comunidad del grupo o comunidad Bolivia, la Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella, en la Repú-
excluye forzosamente la participación individual. blica Dominicana, y el patrimonio oral y las manifestaciones culturales del pue-
En el grupo o comunidades los individuos no solamente se recrean en su me- blo Zápara en Ecuador y en Perú deben de servir de estímulo, por no decir de
dio, sino que es su medio el que los determina. Existe, por lo tanto, un vínculo claro ejemplo, al Estado mexicano para dar cabal cumplimiento a sus nuevos
estrecho entre el individuo y su medio natural o social. Los individuos en el deberes culturales. La riqueza del PCI mexicano no admite que el Estado nacio-
grupo o comunidades carecen de un vocablo para evocar al “artista”. Al indivi- nal quede a la zaga en su registro ni tampoco tolera el letargo burocrático para
duo o individuos que crean el “arte tradicional” se les adscribe la responsabili- realizarlo.
dad de perpetuar las tradiciones; a ese individuo o individuos que realizan esa Sostener, sin embargo, que el alcance de la Convención de 2003 se agota en
“creación artística”, que se preserva a través de generaciones por las comunida- la formulación de inventarios de conocimientos tradicionales, prácticas y expre-
des, se les considera como los custodios o guardianes de las tradiciones cultura- siones culturales, sería más que una torpeza: equivaldría a sostener que el PCI
les que provienen de sus ancestros. podría ser encapsulado en una lista. Es la institucionalización de actividades,
La tendencia occidental de extender los fundamentos de la legislación de pro- proyectos y programas que deben crearse en la salvaguardia del PCI la que
piedad intelectual al ámbito del PCI acusa pues serias insuficiencias. En el debe prevalecer. El PCI, dinámico por naturaleza, está en constante movimien-
transfondo, no se hace más que primar la superioridad de las nociones occiden- to, y referirlo a un canon podría impedir su creatividad y espontaneidad, o bien
tales sobre las nociones de las comunidades, lo que en suma frustra el respeto provocar su fosilización.
de la diversidad cultural y propicia el despojo de las tradiciones culturales, la La formulación de inventarios conlleva graves inconvenientes, como es su
alteración del pasado y la identidad de los grupos o comunidades culturales. digitalización o la misma documentación, pero finalmente también significa ac-
ciones positivas, que evitan que el PCI pudiera desvanecerse. Sin embargo, el
Los pendientes fastidiosos riesgo de la actuación del espectro burocrático mexicano persiste: la conse-
Tres son las tareas pendientes de ser desarrolladas por la reforma constitucio- cuencia natural de someter el PCI a la actual legislación de propiedad intelec-
nal y la ratificación de la Convención de 2003. El desarrollo de inventarios, el de tual, que le es adversa, propiciaría su despojo inminente. Las obligaciones inter-
su operatividad, el de los vínculos de los grupos o comunidades con su PCI y las nacionales asumidas por el Estado mexicano lo compelen a la elaboración de
consecuencias de legalidad. inventarios de nuestros grupos y comunidades.
En la formulación y mantenimiento de los inventarios emergen muchas aristas La protección del PCI nos enseña que, en lo sucesivo, el énfasis no debe
relevantes y específicas que conciernen la legislación de la propiedad intelectual: radicarse exclusivamente en las obras maestras; debe desplazarse paulatina-
el impacto que tendrán los parámetros previstos por la Convención de 2003 en mente a sus creadores y a su artesanos.
la integridad e identidad de los grupos o comunidades culturales. La diversidad sostenida depende de la capacidad del ser humano de diseñar
8 ANANKE
sus propios futuros culturales. Su “ca-
pacidad de aspirar” vincula cultura con
desarrollo humano; pero desarrollo hu-
mano en su expresión más amplia. Este
vínculo asegura ciertamente el princi-
pio de la transmisión que se considera
como la “reproducción cultural” o la
“herencia cultural”, que sugieren la im-
portancia de las estructuras sociales lo-
cales en la organización intergenera-
cional. Los guardianes y custodios de
la herencia cultural forman el centro de
gravedad de la continuidad histórica y
es justamente la herencia cultural de las
comunidades lo que finalmente enriquece
a sus integrantes como seres humanos.
En la búsqueda
de una nueva forma de propiedad
La documentación del conocimiento
tradicional y del patrimonio cultural in-
material resulta esencial para su preser-
vación y su protección. Los requerimien-
tos del inventario serán necesariamente
diferentes si se pretende reservar la in-
formación.
A los poderes públicos les tiene que
quedar en claro que antes de iniciar el
proceso de documentación, es necesa-
rio establecer esquemas de clasificación
apropiados para estructurar el conoci-
miento tradicional y prácticas culturales
de las comunidades o grupos. Someter
a procesos informáticos al conocimien-
to tradicional y al PCI constituye una
fuente para la creación, pero que exige
el desarrollo de una nueva forma de pro-
piedad de carácter multidimensional que
debe ser propia del PCI.
Es necesario crear nuevos paradigmas
a través de diferentes métodos en la sal-
vaguardia del PCI que maximicen los
beneficios sociales y minimicen simultá-
neamente los costos sociales de las co-
munidades, de las sociedades y de la hu-
manidad en su conjunto, y que valore el
vínculo estrecho entre el conocimiento
tradicional y el PCI, cuyo común deno-
minador es el talento de personas.
La apertura y la comunicación
intercomunitaria y el respeto de otras cul-
turas resultan cruciales, tanto en la re-
creación de las tradiciones culturales
como en el enriquecimiento de la diver-
sidad cultural. Las manifestaciones del
patrimonio cultural inmaterial represen-
tan acrecencias de valores comunitarios,
de creencias y de órdenes sociales.
La diversidad cultural está conside-
rada como un activo importante en el
patrimonio de la humanidad. Los pro-
cesos de evolución histórica y la comu-
nicación intercomunitaria han hecho po-
sible una gran variedad de expresiones
culturales en el ámbito universal y son
Domingo 24 de Mayo de 2009
esenciales en el desarrollo humano sos-
tenido.
Occidente, y por extensión México,
ha propugnado por asegurar incentivos
económicos que estimulen el esfuerzo in-
telectual y creativo. Este objetivo con-
trasta, empero, con el PCI cuyo propó-
sito consiste en la promoción del mante-
nimiento cultural, en la custodia de esos
derechos y en la protección de su inte-
gridad y las fuentes de sus expresiones
culturales tradicionales.
Es indudable que una diseminación
exitosa es lo que crea una audiencia y
patrocinio de las artes. En este ámbito,
si se restringe la dinámica de la natura-
leza de las tradiciones, se estaría san-
cionando no solamente al transgresor
de la regla, sino lo que es altamente in-
quietante, a los propios beneficiarios del
PCI.
La complejidad de los procesos so-
ciales conforme a los cuales se adquie-
ren las diferentes formas del patrimonio
cultural inmaterial, transmitido o modifi-
cado, se ha convertido en uno de los ar-
gumentos centrales para negarle cualquier
protección.
El pretendido límite entre la creativi-
dad individual y la colectiva confunde con
frecuencia su adscripción a la comuni-
dad con las invenciones colectivas. El
problema central radica en que ciertas ins-
tituciones y la noción misma de persona
jurídica desarrollada por la comunidad o
grupo, se considera inválida e irrelevante
conforme a las reglas y normas
eurocéntricas, de las que abreva nuestra
legislación de propiedad intelectual.
Epílogo
El significado del Patrimonio Cultural
Inmaterial consiste en la captura, trans-
misión y modificación de la normativa de
las reglas y concepciones de las comu-
nidades o grupos.
El PCI contiene métodos de comuni-
cación y transmisión de significados, co-
nocimientos e información entre los ciu-
dadanos y sus relaciones con el univer-
so. El proceso autoral es compartido; la
imagen mítica del autor solitario es la ex-
cepción y no la regla. Esta es la tragedia
a la cual se confrontan en muchas oca-
siones las fantasías de los artistas, escri-
tores y creadores mexicanos cuando
perciben que cohabitan con otras tradi-
ciones que responden a referentes cul-
turales radicalmente diferentes.
* Doctor en derecho por la Universi-
dad Pantheón-Assas y miembro del Co-
mité Cultural de la Internacional Law
Association.
(proceso)
Página 24
La cultura, nuestra salvación:
Lorenzo Meyer
Judith Amador Tello
¿Cuál es la naturaleza de nuestro nacionalismo? ¿Qué alcances posee
nuestra identidad? En Las raíces del nacionalismo petrolero de México, el
politólogo se sirve del emblema del petróleo –en el que los mexicanos
concentran acendrados valores patrios—para analizar el presente. En
esta entrevista, que él convertirá en un homenaje a Lázaro Cárdenas,
encuentra una sola salida para el país: la restitución del modelo cultural.
Entre más profundiza en el tema del petróleo, el historiador Lorenzo Meyer
más se convence de la grandeza histórica del general Lázaro Cárdenas y
piensa:
“¡Caracoles: mi general, cómo nos fue a dejar!”
Hasta explica que la designación de Manuel Ávila Camacho como su suce-
sor no fue su gran error histórico, sino producto de la reflexión y conocimien-
to de las circunstancias del contexto nacional e internacional; de ser —en
suma— un visionario.
Y a decir del profesor e investigador de El Colegio de México, nada hay
tan estrechamente vinculado al concepto de nacionalismo como el petróleo.
Nada que los mexicanos sientan tan suyo. Por ello despierta tan enconados
debates como el generado por la llamada reforma energética el año pasado.
El también politólogo e internacionalista acaba de reeditar su libro Las raí-
ces del nacionalismo petrolero en México (publicado por Océano), en el
cual advierte que si la industria petrolera mexicana no vuelve a ser sostén para
que México conduzca su propio destino, 1938 pasará a será una fecha más
de una historia.
Convencido del nacionalismo como la esencia de un proyecto de Nación
viable, Meyer considera que aunque se le juzgue “pasado de moda”, puede
restaurarse si se fortalecen las instituciones. Y no duda que podría construirse
un proyecto con bases culturales como el impulsado por José Vasconcelos en
los años veinte del siglo pasado. Aunque le es claro que el gobierno actual
carece de proyecto.
Historia sin fin
Fue hace casi cuarenta años cuando su libro se editó por primera vez. Fue,
de hecho, su tesis de doctorado. Al término de su examen profesional, las
autoridades de El Colegio de México le informaron que se publicaría. Y
salió justo en 1968 cuando estaba en su apogeo el movimiento estudiantil.
Él se encontraba en Estados Unidos (E.U.) y participaba de la protesta
Lorenzo Meyer
Foto: Dorismilda Flores
Página 24
desde Chicago.
La primera reedición apareció en un momento no
menos candente de la vida nacional: En 1972, un año
después de la matanza del jueves de Corpus Christi,
cuando tenía claro ya que para entender México y
su “posible evolución” habría que deslegitimar “por
la vía académica y de la crítica esa fórmula autorita-
ria de la que Luis Echeverría era el representante y
sucesor de Gustavo Díaz Ordaz”.
Este tercer momento de publicación de su libro le
parece resultado de la decadencia del régimen ante-
rior. Un régimen que, tal vez en la forma, pero en la
esencia, no se ha modificado. Y por tanto está me-
nos optimista frente al cambio, pues siente que la
sociedad mexicana no ha visto recompensado su
esfuerzo.
—¿No ve ánimo en la sociedad para seguir com-
batiendo por un cambio?
—No en la misma forma. En el pasado era más
claro. Hubo un PRI abiertamente antidemocrático,
una sociedad que sabía de antemano que en el pro-
ceso electoral estaban los dados cargados, que no
tenía mucho sentido. Ahora parece haber en una parte
sustantiva de la sociedad una resignación y no culpo
a quienes así se sienten, porque realmente se invirtió
mucho, pasaron momentos interesantísimos como
1988, la creación de un partido de izquierda, elec-
ciones creíbles como las del 2000, para volver más
o menos a formas diferentes pero contenidos igua-
les. Así que a quién se le puede pedir ahora: ‘No, no,
ahora sí, entusiásmese, ahora sí empieza de verdad
el cambio’.
Diversos analistas políticos coinciden en que el
desánimo se expresará en las próximas elecciones
en un alto grado de abtencionismo. Pero también se
ha dicho, como si la historia fuera cíclica, que 2010
puede ser el momento de una nueva revolución en
tanto las hubo en 1810 y 1910. Se le pregunta por
ello si así lo cree, o de plano nos robaron el alma
combativa.
“Es que la revolución dejó de ser una perspectiva
viable porque las revoluciones reales no dieron mu-
cho resultado. También a ellas les comieron el cora-
zón. La revolución del siglo XX por antonomasia es
la soviética, no tanto la nuestra, la revolución China,
y en América Latina la cubana. La promesa fue muy
grande: hacer realidad la utopía, y no fue así. En este
momento han perdido mucho prestigio las revolu-
ciones.
“El profesor Friedrich Katz dice que las Revolu-
ción Mexicana es quizá de las únicas donde quedan
figuras a la altura del mito y en realidad son un par:
Zapata y Villa, quienes no han sufrido el desgaste y
desprestigio de Lenin, Stalin, Mao o el propio Fidel.
Pero en el México de ahora ¿quién realmente piensa
que para acabar con este sistema de abuso y co-
rrupción, la salida está en las armas? Ya se tomaron
en otro momento y no se acabó, simplemente se mo-
dificó. ¿Cuál es la salida?”
Reflexiona unos segundos y añade que tal vez le
falte imaginación. Hace otra pausa y menciona al
movimiento social encabezado por Andrés Manuel
López Obrador. Aunque cree que sus principales
oponentes no son ya ni Televisa ni el gobierno de
Felipe Calderón, sino el desánimo. Y es que el 2006
Domingo 24 de Mayo de 2009
mostró también no ser una vía para el cambio y
“México sigue en el mismo lugar”:
“No encuentro por dónde vaya a haber un cam-
bio de dirección en esta decadencia política en la
que está metido México.”
Se le pregunta si al expresar su propio desencan-
to, avizora que el PAN se quedará por 20 ó 30 años
en el poder como lo anunció Ramón Muñoz en 2006
(Proceso, 1560). Lo trágico para Meyer es que no
haya más que ese “pobre proyecto”, y no un pro-
yecto nacional. Recuerda los proyectos de Estado
de Cárdenas, “lleno de vitalidad”; el de Miguel Ale-
mán, aunque basado en la industrialización, la bur-
guesía mexicana y la “paz autoritaria”; y el “último” a
su juicio fue el Carlos Salinas, para insertar a Méxi-
co en la economía norteamericana.
El PAN, añade, sólo ha propuesto la democracia
política y “la echó a perder”. Explica que el PRI lo-
gró quedarse más de 70 años en el poder por ser
resultado de una revolución, pero el PAN “no es re-
sultado de nada similar”. Por el contrario, la ignoran-
cia y codicia de los Fox echó todo por los suelos al
manipular la elección.
Oro nacional
El historiador cuenta que cuando planeó su libro
en los sesenta, percibía que el petróleo era la con-
creción de la “energía nacionalista de México”. Ha
habido otros elementos del nacionalismo, como la
propiedad nacional de los minerales, pero en ningún
campo se mostraba tan claramente la lucha naciona-
lista como en aquel.
Su historia se remite al porfiriato, cuando Díaz
entrega la explotación a particulares extranjeros, con
una mínima contraparte para México. Y va contando
a través de los sucesivos gobiernos la lucha por la
propiedad y las presiones de los gobiernos extranje-
ros, particularmente de E.U.
Un momento destacable en la lucha es cuando
Venustiano Carranza ve en esa riqueza la posibilidad
de hacerse de recursos y establece el párrafo cuarto
del artículo 27 constitucional, para tener derecho a
las regalías. Un derecho que el capitalismo interna-
cional se niega a reconocer. Fue, interpreta, una cla-
ra expresión del conflicto histórico: El enfrentamien-
to entre una revolución nacionalista antiimperialista y
los imperios, que se fue concretando en el petróleo.
Al asumir el poder Álvaro Obregón intentó regla-
mentar la fracción cuarta, pero se enfrentó con la
falta de reconocimiento por parte de E.U. a su go-
bierno. Finalmente lo reconocieron, pero no se avanzó
en el tema petrolero. Plutarco Elías Calles intentó tam-
bién reglamentar, pero con la guerra cristera encima
y otros conflictos internacionales, logró sólo un acuer-
do no oficial con el embajador de E.U., Dwight
Morrow, que aceptó la propiedad nacional del pe-
tróleo pero sólo de los descubrimientos hechos des-
pués de 1917. Meyer destaca que aquí logra
introducirse el concepto de concesión, que en el fon-
do es el reconocimiento a la propiedad mexicana.
Al llegar Cárdenas a la presidencia reabre el pro-
blema, “de una manera muy inteligente, muy, muy
buena”: Decide no meterse con la derecha, y apoyar
la creación de un sindicato que pide un contrato co-
lectivo —“el primero”—, con lo cual se reduce el
ANANKE 9
personal de confianza de las compañías petroleras y
el sindicato se va haciendo de información de las
empresas.
“Es el momento en que los sindicatos están for-
mado esa gran organización corporativa. Cuando los
abuelos de Elba Esther eran buenos y están nacien-
do. Son actores políticos importantes. Y por ahí, por
el lado laboral, y no por el legal, se va a meter Cár-
denas.”
En otro frente, negocia con los ingleses la posibili-
dad de formar una empresa parte mexicana, parte
británica, para explotar en Poza Rica a cambio del
reconocimiento a la soberanía y la propiedad origi-
nal del petróleo, incluso antes de 1917. Así, resume
el historiador, Cárdenas triunfa con los ingleses, neu-
traliza a los estadunidenses y entra con los trabaja-
dores por una puerta que ni Carranza, ni Obregón ni
Calles, habían abierto. Recuerda además que gober-
naba en E.U. Franklin D. Roosevelt, quien coincidía
con Cárdenas en algunos aspectos ideológicos.
Roosevelt, aunque sea por “pragmatismo”, acep-
ta el principio de la no intervención cuando menos
para América Latina, el panamericanismo. Ambos
tenían “dos grandes proyectos nacionales, basados
en la idea de favorecer a las clases más deprimidas,
no a la elite”. Son antifascistas, aunque Cárdenas
va más adelante aún: Está en el umbral la segunda
Guerra Mundial. En ese contexto Cárdenas da el
golpe. Se da cuenta además que E.U. no le hará
mucho, pues ante la guerra no añadirá un conflicto
en su frontera sur.
E.U. sí presiona y boicotea la compra de petró-
leo, pero Cárdenas decide que México “no se aho-
gará en su petróleo”. Y más aún “se lo vende a los
nazis, lo vende a los fascistas italianos y lo vende a
los japoneses, ¡a sus enemigos!”. Roosevelt había
amenazado también con no cumplir un acuerdo de
importación de plata, pero la siguió comprando por
fuera de ese acuerdo. Todo en conjunto fue medido
por Cárdenas.
—¿La expropiación se logra entonces porque era
un gran visionario?
—¡Ufff! Cárdenas es quizá de los que ¡bueno…!
Se pone mucho a Juárez como el ejemplo de un buen
presidente. No se lo quito, pero Cárdenas es más
claro, en él casi nunca hay retrocesos. No hay un
tratado McLane-Ocampo que se le pueda encon-
trar. Es interesante. No es una gente con una inteli-
gencia deslumbrante, pero sí con una gran integri-
dad… una columna vertebral ética perfecta.
Katz ha dicho que a la altura de los mitos de Villa
y Zapata, sólo Cárdenas, y lo considera el último de
los grandes personajes de la Revolución. Meyer no
coincide del todo, para él Cárdenas nunca fue un
gran general, y Villa y Zapata no llegaron al poder.
Pero sí ve al general michoacano como el gran cons-
tructor, “el que le da el toque final a la Revolución”.
Nacionalismo
Cuando Meyer terminó su tesis no imaginó que el
tema del petróleo resurgiría en esta época, y menos
que el concepto de nacionalismo se pondría en
cuestionamiento. Pensaba que la propiedad del pe-
tróleo era para entonces incuestionable y la lucha por
su nacionalización, un ejemplo de empeño, de en-
10 ANANKE Domingo 24 de Mayo de 2009
frentamiento con las grandes potencias, de imposición del interés nacional, como
hay pocos en la historia de México.
“Estaba absolutamente seguro en los sesenta que nadie nunca volvería a po-
ner en duda el derecho de México a mantener el petróleo como estrictamente
mexicano y nacionalizado.”
Ahora, introduce en el volumen esa confrontación entre el neoliberalismo y el
proyecto nacionalista. La expropiación, en opinión suya, es “uno de los momen-
tos más brillantes de un nacionalismo que ahora se está desdibujando”. Recuer-
da que otra parte del nacionalismo fue la expropiación de la tierra, pero básica-
mente afectó a terratenientes mexicanos, en cambio la petrolera sí llegaba al
“corazón del sistema capitalista mundial”.
Meyer está revisando ahora archivos estadunidenses y ve que en realidad la
presión del vecino país jamás se interrumpió: Alemán firmó con cinco empresas
norteamericanas contratos riesgo, y Reyes Heroles (el padre) tuvo que pagarles
para anularlos desembolsando dinero de Pemex.
Y por más que se decía en cada momento que ya se cerraba el asunto, “la
mala hierba volvió a brotar y a decirnos: ¡Por favor! Esto del nacionalismo revo-
lucionario ya es viejo. Ya cierren el capítulo. ¿O vamos a seguir viviendo con
nuestros abuelitos? El México del siglo XXI, metido en el Tratado de Libre
Comercio, ya es parte de la modernidad. Y el petróleo se maneja muy mal
desde el Estado, es muy corrupto el Estado mexicano, y ese sindicato ¡ufff! vaya
que sí es corrupto. Dejémoslo a las empresas privadas, que no son corruptas.
Ya cerremos ese capítulo de la historia’.
“Y yo digo: ¡No, no lo cerremos! Ese capítulo tiene que mantenerse abierto.
México no ha conseguido nada con volverse a petrolizar. ¿Qué ganamos con
haber vuelto a ser un país exportador de petróleo a partir de López Portillo?
Entre otras cosas, el endeudamiento; luego que los precios fluctuaron, la quiebra
misma del modelo económico. Hemos mandado millones y millones de barriles
al mercado mundial y ¿qué ha quedado? De 1983 a la fecha la economía no ha
crecido.”
Rememora que el propio Cárdenas advirtió que el petróleo debía ser para
enfrentar las necesidades de México y no para satisfacer “la sed de los merca-
dos internacionales”. Y al violar ese mandato México se convirtió en un país
subdesarrollado petrolizado. Y ningún país funciona así. Sólo, menciona de ejem-
plo, Noruega. Pero tiene “prerrequisitos importantísimos”: un gobierno honesto,
una administración profesional y un sistema democrático. Además no gasta los
ingresos petroleros, sino los mete en un fondo para el futuro, para cuando no
haya más petróleo, mientras “aquí nos lo echamos básicamente para no hacer la
reforma fiscal”.
—Usted dice que se acusa al nacionalismo de ser trasnochado, pero era par-
te de todo un proyecto de Estado y hubo así un proyecto educativo, uno cultu-
ral, y hasta el arte estuvo marcado por ese nacionalismo.
—Sí, así es.
—¿Qué nos pasó? ¿Por qué la OCDE nos dice qué hacer en educación,
cuando tuvimos grandes pensadores como Vasconcelos? Se dice que no hay
proyecto cultural y hasta el arte no quiere nada que huela a cactus...
—Yo le respondería de una manera oblicua... Se abandonó el nacionalismo
cuando estamos al lado del país más nacionalista del orbe que es Estados Uni-
dos. Esos sí son nacionalistas, ¿eh? Además son soberanos. A ellos nadie les
impone nada, ni la ONU. Ellos toman sus decisiones.
“¡México hizo su nacionalismo por eso, porque está frente a Estados Unidos!
Si estuviésemos en el cono sur probablemente se hubiera desarrollado de otra
manera, pero este nacionalismo un poco tan constreñido, tan necesario de murales
y de danzas y de novela y de todo eso, fue por estar junto a ellos. Todo imperio
es muy nacionalista. Y vienen aquí los neoliberales y los intelectuales modernos a
decirnos: ‘¡Ay qué feo! ¡Vamos a ser cosmopolitas!’.”
Lo interpreta de plano como una rendición de banderas frente a E.U., como
pedir que nos absorban para dejar de ser “estos subdesarrollados que somos”.
Se pregunta qué sentido tiene ser nacionalista ahora y enfatiza:
“Vamos a ponerlo de esta manera: Una nación debería tener una solidaridad
interna, bueno, no la hay en México; debe tener orgullo en sus instituciones, en
su proyecto, no lo hay, pero lo hubo.”
Para él la reforma agraria fue un tipo de solidaridad, pues se redistribuyó la
riqueza entre la mayoría de los mexicanos. Luego hubo un proyecto de nación
expresado en la educación y en la cultura. Acepta que ciertamente hay un tipo
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de nacionalismo demagógico que a costa de defenderse del mundo externo, le
pasa la cuenta a la sociedad:
“Pero el nacionalismo mexicano en primer lugar no es agresivo, tuvo momen-
tos muy feos de xenofobia con los chinos, nadie es inocente ni nuestro naciona-
lismo, pero en términos generales no es agresivo, no queremos imponerle nada
a nadie. Simplemente queremos defendernos un poco de este accidente históri-
co de estar al lado del país más poderoso del planeta. Y el mejor nacionalismo
es el del general Cárdenas.”
—¿No fue su gran error no dejar como su sucesor a Múgica?
—¡No! Era un país al borde de una catástrofe. La derecha, como la de ahora
—son los antecesores de la de hoy, de los que hicieron el desafuero, de los que
hicieron la elección de 2006— estaba a punto de saltar con Almazán. Una parte
de la revolución del general Calles —lo descubrí en unos archivos españoles—
ya estaba en tratos con Franco para conseguir dinero para la rebelión de Almazán.
Y tenían compradas algunas cosas en California para meterlas por la frontera.
“Los desarmó el hecho de que Cárdenas dijera: ‘No es Múgica’. Cárdenas
tenía la idea de comprar tiempo. Para que ese mundo que apenas despertaba
desde abajo pudiera organizarse. Él dijo muchas veces: ‘Los dejé organizados’.
Pero bueno es la lógica también del autoritarismo, lo hizo desde arriba no desde
abajo, y desde arriba se lo cambiaron también.”
—¿Hasta en ese que parecía su gran error histórico fue visionario?
—Sí. Él no compró la utopía. Sabía en qué país estaba. Sabía hasta dónde
pudo en esa especie de golpe interno. Cárdenas tomó el poder que nadie espe-
raba, le dio un golpe interno al Maximato, un golpe interno a la derecha de la
Revolución, pero no se podía ir muy lejos así. Cárdenas no fue electo por un
México que tuviera conciencia de quién era Cárdenas, se le veía como uno más
de los peleles —ya no hay que usar mucho el término—, uno más que ponía
Calles. En efecto así fue, pero en el proceso dio el salto que nadie esperaba. Dio
ese golpe de izquierda desde dentro del Estado.
Añade que en los pocos años que tuvo no se podía todo. Cuando hizo la
expropiación en 38, el mundo se le fue encima y logró mantenerse. Era mucho
ya pedirle reiniciar una lucha armada para combatir a los almazanistas y “hasta
ahí llegó, tampoco era Dios”.
—¿Se puede salvar todavía parte del nacionalismo? ¿Hay modo de restaurar
nuestra identidad?
—Podemos restaurarlo, pero no por la vía que la llevamos. Lo que el nacio-
nalismo nos exige ahora es construir instituciones de las que estemos orgullosos.
Que podamos decir: Nuestro sistema educativo es de un país pobre, pero Fin-
landia tiene uno de los mejores... Podemos cuando digamos: ‘¿Se acuerdan del
sistema de justicia corrupto hasta el tuétano? Ya no está así’. Podemos cuando
tengamos una administración pública de funcionarios profesionales, comprome-
tidos con la ética que es el servicio al Estado y eso significa el servicio a la
comunidad. ¡Claro que tenemos esas posibilidades de estar orgullosos de nues-
tra propia edificación del entorno institucional!
“Pero lo que tenemos ahorita de entorno institucional es la destrucción. Esta-
mos peor que antes. Aquí los únicos que están orgullosos de sí mismos, de lo
que están haciendo, son los narcos. Tienen la capacidad hasta de tener su cul-
tura, sus ejércitos, sus canciones, son hombres bragados que ponen su vida de
por medio, no como estos burócratas que mandan al ejército pero se quedan
ellos atrás protegidos, que nunca van a tener un problema. Pero ¡Dios!, eso es
lo único que tiene éxito ahorita en México, son los únicos hombres hechos des-
de abajo y con éxito.”
—¿Cree que por la vía de un proyecto cultural como el impulsado por
Vasconcelos, podríamos retomar un proyecto de Estado?
—¡Desde luego! Porque la cultura es todo. La cultura es la única salvación
que tenemos. La cultura no es sólo educación, pero la educación es parte cen-
tral de la cultura. México ya no puede seguir exportando petróleo para ver si así
nos salvamos. Debemos tener científicos, cuando estamos destruyendo las ins-
tituciones científicas; tener una mano de obra bien preparada... Necesitamos
una primaria que enseñe a leer y escribir y la OCDE nos lo está diciendo, no
saben leer ni saben matemáticas, ni saben ¡nada!
“Nacionalismos exitosos el norteamericano, el chino, el hindú, esos vaya que
sí tienen éxito. Son nacionalistas, ¡muuuy! Nacionalistas, pero le dan una salida
positiva.”
(proceso)
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Jesús María
Ángeles González Gamio
No sin dificultades logró el primer arzo-
bispo fray Juan de Zumárraga, la aceptación
real para que se fundara en la Nueva España
un convento de monjas. Fueron cuatro reli-
giosas concepcionistas las que llegaron final-
mente en los años cuarenta del siglo XVI, a
fundar el primer convento, cuya iglesia aun
existe en la calle de Belisario Domínguez.
De ahí salieron religiosas para fundar mu-
chos de los otros monasterios; uno de ellos
fue el de Jesús María, que nació por la ini-
ciativa de don Gregorio Pesquera, acauda-
lado individuo, cuyo propósito fue fundar un
convento para descendientes de conquista-
dores, que pudieran casarse sin otorgar dote.
Generosamente ofreció cuatro mil pesos para
que se iniciase la obra; con este capital y lo
que se recabó de limosnas y donaciones, en
1578, se estableció en una casa cercana a la
parroquia de la Santa Veracruz, a un costa-
do de la Alameda.
Al poco tiempo las flamantes monjas se
quejaron de que el lugar era húmedo y esta-
ba a las afueras de la traza de la ciudad, por
lo que pedían autorización para comprar unas
casas en la esquina de la Acequia Real; poco
a poco fueron comprando las de los alrede-
dores, hasta que llegaron a poseer práctica-
mente toda la manzana, en donde edificaron
un convento y templo adyacente proyecto
contó con el apoyo total del rey Felipe II e
inclusive les concedió “especiales gracias y
privilegios”. El fondo del asunto era que ahí
colocaron a una hija natural suya, quien llegó
a México a los dos años de edad con el ar-
zobispo Moya de Contreras. En ese sitio
permaneció hasta su muerte por demencia,
cuando contaba con sólo trece años.
A pesar de ello los inicios no fueron fáci-
les, ya que la ambiciosa construcción pro-
yectada tuvo que suspenderse por falta de
fondos. Las tenaces monjas estaban en la
labor de conseguirlos cuando en 1611, las
obras realizadas se vinieron abajo a conse-
cuencias de un temblor. Sin desanimarse con-
siguieron que Felipe III les diera una cuan-
tiosa suma, y encargara al arquitecto Alonso
Martín López la reconstrucción. Finalmente
en 1621 el templo fue abierto al culto, ya
decorado con bellos retablos barrocos, el del
altar mayor con pinturas de Luis Juárez. Esta
maravilla fue sustituida en el siglo XIX por
uno estilo neoclásico, obra de Manuel
Velázquez, director de arquitectura de la
Academia de San Carlos.
En ese mismo siglo se reformó la fachada
de la calle, ya llamada Jesús María, nombre
que conserva a la fecha. Lo más sobresa-
liente fueron las portadas gemelas, que ca-
Domingo 24 de Mayo de 2009 ANANKE 11
racterizan los conventos de monjas y que fueron obra de de vista, su restauración indudablemente repercutiría en
Manuel Tolsá. Las puertas de madera talladas con gran- toda la zona que lo rodea, que ya luce flamante pavi-
des girasoles también tienen lo suyo. Extrañamente, hace mento, banquetas y fachadas pintaditas, que se pueden
pocos años, colocaron sobre la banqueta unas escultu- apreciar gracias a la reubicación de los vendedores
ras religiosas en color blanco, de grandes dimensiones, ambulantes.
que alteran la imagen de la hermosa fachada neoclásica. ¿No andan con antojo de unos ostioncitos en su con-
Tras la aplicación de las leyes de Reforma, el sober- cha para iniciar y un pescado fresco rebozado, para
bio convento que les fue quitado a las religiosas, tras finalizar? Como estamos a media quincena, si el bolsillo
varios usos, se convirtió en el famoso cine Mundial, del esta magro vamos a la ostionería Guaymas en Uruguay
que aún queda la decoración del vestíbulo, con grandes 31, a sentarnos en su barra decorada con conchas de
esculturas tipo griego y en el plafón que cubre el inmen- abulón. Si se administró bien y quiere mas lujín, vaya al
so patio, sobrevivió una graciosa ornamentación de la tradicional Danubio, en el número 3 y saboreé la sopa
época. Después fue una tienda de cadena comercial. verde de mariscos ¡inigualable!
Este soberbio inmueble propiedad de la nación, esta gonzalezgamio@gmail.com
urgido de que se le rescate, valioso desde todo punto (La Jornada)
Tiempo, tiempos
No hay un tiempo. Su medición es una necesidad pero lo intangible de su realidad hace que su paso sea subjetivo
por cómo lo vivimos.
El día puede parecernos eterno si estamos aburrido. Los cinco últimos minutos pasan rápido si nuestro equipo va
perdiendo. Las horas pasan aprisa si esperamos con ansia algo. El año no termina si no tenemos expectativa alguna.
Lees correos y cartas que hace un par de años te hubiesen hecho llorar y hoy te burlas de lo que dijiste, hiciste o
pensaste. Reaccionas, te das cuenta que un año, 24 meses, 730 días, se fueron demasiado pronto, mientras que en
ese momento no veías como terminar la jornada. ¿Cuántos viajes hiciste en ese lapso?, ¿a dónde?, ¿cuánta gente
conociste?, ¿recuerdas aquellas noches en que los minutos se alargaban y no veías el momento en que terminaba la
hora?; o aquel día que tenías en que 5 horas con alguien a quien querías se esfumaron completamente.
Seis meses, casi 4320 horas lejos de tu casa y tu tierra. Parecía tanto tiempo y se fueron tan rápido. Parece
que desperdiciaste horas, te faltó tiempo.
Reunión de amigos y todo lo que viviste hace 7 años parece que fue ayer. Amigos que tenías años sin ver parece
que apenas te hubieses des-
pedido un día antes, como
si el tiempo se congelara.
El tiempo parece no pa-
sar. Sigues viendo caricatu-
ras. La serie que marcó a
tu generación como sarcás-
tica y desconfiada saca una
película que tiene una serie
de gangs que tus alumnos
no entienden. Ellos no co-
nocieron a Michael Jordan,
no vivieron el deporte ráfa-
ga. No conocen Animaniacs
y no entienden por qué
Los Simpsons son tan ge-
niales.
La onda es el tiempo.
Antes yo estaba en onda,
pero la onda cambió y ya
no estuve en tiempo. Y eso
te va a pasar a ti. Nos pasa
a todos.
La diferencia es que a
veces nos parece muy rá-
pido y otra tan lento que no
queremos que termine. Foto: Cosme Rada /Cuartoscuro
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ven en un mismo territorio. Mis trabajos son mi punto de vista sobre la ciudad de
La labor del fotógrafo México”, afirma el autor de libros como México Tenochtitlan y Tepito, bravo el
barrio.
es tender puentes: Francisco Mata En cada proyecto que Francisco Mata emprende parte de la idea de que el
fotógrafo tiene siempre un punto de vista: “Nosotros vemos lo que queremos
ver, vemos lo que podemos ver, pero también vemos lo que sabemos ver, no
Francisco Mata Rosas es andariego. “Lo mío, lo mío, lo mío es la vagancia”, podemos ver otra cosa”. Desde esa base cobran vida sus proyectos, aunque en
dice sin tapujos “cuando descubrí que me podían pagar por ser vago y tomar el camino se transforman y enriquecen. Así desarrolla tres más: “Arca de Noé”,
fotos supe que era el mundo ideal”. El fotógrafo candidato al Premio Henri donde ayudado por una cámara Olga captura fotos de animales en museos na-
Cartier-Bresson, por su proyecto Centro Habana, fue reconocido por 22 cole- turales; “Los que se quedaron en el camino”, que reunirá imágenes de animales
gas mexicanos —según un sondeo realizado por KIOSKO de EL UNIVER- muertos en la carretera y el más adelantado: un libro sobre el Metro de la ciudad
SAL— como un creador que no hay que perder de vista. de México cuyo texto será de Carlos Monsiváis.
El artista de la lente nacido en la ciudad de México en 1958, ha sido Todos son proyectos documentales a la manera tradicional: proyectos de in-
fotoperiodista, ha publicado varios libros, montado exposiciones a lo largo y vestigación, de gran profundidad y largo alcance; pero Mata sabe que está en un
ancho del país y fuera de él; también es considerado por sus pares uno de los momento de transición que lo llevará a experimentar con la fotografía, a incor-
principales fotógrafos documentales que ha atendido como pocos la cultura porar nuevos medios y otros lenguajes, está convencido de que ya no les dedi-
popular; y sin embargo, Francisco asegura que “uno puede trabajar años y años, cará 15 ó 20 años, ahora tendrán una dirección más precisa, con objetivos más
puede pensar que está haciendo cosas trascendentes, pero que tal vez no tengan concretos.
ninguna repercusión”. El fotógrafo que asegura que en general “es muy introvertido y casi tímido”,
Con la fotografía y la ciudad de México, Mata Rosas sostiene la misma rela- pero que en el momento de trabajar se puede comunicar con la gente, es como
ción amorosa de altibajos, con momentos de traición, incertidumbre, celos, aban- un boxeador que ahora dará golpes más contundentes “aunque no deja de tener
dono, reencuentro, pasión, dolor y gran placer. Es así de diversa y contradicto- muchos rounds de sombra”.
ria. “Me han tratado muy bien desde que opté por la fotografía como forma de Mata Rosas se formó en las Ciencias de la Comunicación y su origen profe-
expresión, desarrollo profesional y para ganarme la vida”, afirma. sional es el fotoperiodismo, un oficio en el que ha demostrado que es necesario
Gracias a la fotografía ha recorrido el mundo y conocido a mucha gente, ha contar historias porque la información escueta, de registro y testigo de los acon-
aprendido con los años que la imagen nunca es un producto terminado, que la tecimientos ya no es suficiente. “Dos de las condiciones fundamentales que exis-
pieza fotográfica, sea impresa en un papel, proyectada en una pared o vista con tieron siempre para ejercer el fotoperiodismo era: la condición sine qua non de
pixeles a través de una pantalla, nunca va a ser un objeto terminado ni una obra tienes que estar frente al acontecimiento y debes tener la habilidad técnica de
con los contornos perfectamente definidos hasta que alguien la ve, la reinventa, capturarlo; ambas condiciones las cumple ahora con cualquier ciudadano con
la reconstruye, la recrea; entonces genera una realidad sobre la realidad repre- un celular, incluso tiene mayores de probabilidades de estar frente a un suceso
sentada. que un fotoperiodista”, afirma de manera tajante.
Esa es una de sus convicciones: “Al final de cuentas la labor del fotógrafo es Eso le confirma una certeza: que el registro puntual de un acontecimiento que-
tender puentes entre miradas; da cada vez en manos de los ciudadanos y de las cámaras de vigilancia; sin
tiende un puente entre la mira- embargo eso no significa que se acabaron los fotoperiodistas, sino que ahora les
da de los fotografiados y la mi- tocará encargarse de contar historias, decir a través de la imagen por qué suce-
rada de quien ve la fotografía den las cosas y qué consecuencias tienen. “No es algo nuevo, lo han hecho
mediante la mirada del fotógra- revistas como Hoy, Mañana y Siempre y fotógrafos como Nacho López”, dice.
fo”. Otra es que su gran línea No pronostica, sabe que el fotógrafo de prensa vive un momento donde sus
de trabajo es la cultura popular habilidades tendrán que ser magnificadas, será necesaria la capacitación, contar
urbana, la cultura viva que es el con habilidades más allá de las fotográficas, deberán hablar en primera persona,
rostro, cuerpo y corazón de la tener algo que decir. “Si tienes algo que decir lo harán de cualquier manera
ciudad de México, por eso re- incluida la fotografía, puedes escribir, filmar, dibujar, actuar, fotografiar; si no
curre a su gente y a sus barrios. tienes nada que contar, de nada valen toda la tecnología y el conocimiento téc-
“Me interesa ser testigo de nico”, afirma el artista.
mi tiempo, de mi ciudad, de mi Igual que sabe que la fotografía que experimenta con otros lenguajes, como la
historia; jamás podría decir que imagen en movimiento, la animación, la hiperrealidad, el texto, el sonido ya no
mi trabajo es la síntesis de la será fotografía, Francisco Mata Rosas reconoce que en México hay un gran
ciudad de México, mis proyec- movimiento fotográfico.
tos forman parte de una misma “Movimiento fotográfico no significa un conjunto de buenos fotógrafos; es
línea de trabajo, sigo hablando tener buenos fotógrafos, escuelas, críticos, coleccionistas, curadores,
de lo mismo, un libro no puede museógrafos, bóvedas para los materiales, foros de discusión, gente que le inte-
contener a la ciudad que ya de rese la fotografía como opción universitaria de estudio, publicaciones, libros,
por sí es una ciudad de ciuda- encuentros, contactos con otros países. Siempre hemos tenidos buenos fotó-
des, formada por distintos gru- grafos, maestros, libros publicados de manera aislada, pero ahora se congregan
Francisco Mata Rosas pos sociales, áreas geográficas, en un conjunto”, concluye.
Foto: David Jaramillo /Agencia EL UNIVERSAL usos y costumbres que convi- (La Jornada)

Directorio: Página 24 Director General: Ramiro Luévano López ANANKE Arlette Luévano Díaz
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