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marzo de 2007 / w anafrica

Violencia doméstica:

especial mujer
Por Carol Díaz Tapia /

Rompiendo el silencio
La lucha contra la violencia de género en África
Zimbabwe está a punto
de estrenar su nueva
ley contra la violencia
doméstica. Después de
que el Parlamento ha-
ya conseguido aprobar
el proyecto de ley en
enero de este año, aho-
ra sólo queda esperar
la rúbrica de su presi-
dente, Robert Mugabe.
de este mismo año, ahora sólo queda esperar la
rúbrica de su presidente, Robert Mugabe. Una ardua
discusión que ha superado los anquilosados argu-
mentos de la oposición. Así, Timothy Mubhawe, polí-
tico opositor, se basaba en la inferioridad de la mujer
con respecto al hombre para calificar de peligrosa la
aprobación del nuevo proyecto de ley en Zimbabwe.
Al mismo tiempo, la ministra de Asuntos de la
Mujer, Oppah Muchinguri, ponía encima de la mesa
otro dato alarmante: más del 60 por ciento de los
homicidios en el país estaban directamente relacio-
nados con la violencia doméstica. Argumentos dis-
pares que se han sucedido a lo largo de una década,
tiempo en el que los casos de violencia doméstica se
han incrementado notablemente en el país. Sin
embargo, la insistencia de asociaciones de mujeres,
las organizaciones no gubernamentales y los activis-
na de cada tres mujeres en el mundo ha vada. Una cultura de silencio que ha comportado, tas han logrado dar uno de los pasos más importan-

U sido agredida físicamente o ha sufrido


algún tipo de abusos sexuales, normal-
mente por alguien que ella conocía e,
incluso, dentro de su mismo entorno familiar. Así lo
confirmaba un informe elaborado en el año 2000 por
además de menoscabar los derechos básicos de la
mujer, graves secuelas en ella. Otra cifra: casi el 60
por ciento de las personas que viven con el VIH en
Zimbabwe son mujeres. Precisamente, las mujeres
de entre 15 y 24 años presentan un riesgo de conta-
tes en materia de reivindicación de los derechos de
las mujeres en Zimbabwe: la restauración de su dig-
nidad procurando la eliminación de la violencia de
género.

el Fondo de Población de las Naciones Unidas gio del Sida hasta seis veces superior a los varones Ahora, Zimbabwe deberá hacer frente a otro gran
(UNFPA). Además, la violencia doméstica se ha con- en la misma franja de edad. Datos que se extienden reto: conseguir que la población asimile las nuevas
vertido en la principal causa de lesiones y muerte también a otros países africanos como Sudáfrica o reglas del juego, desmenuzar las leyes, hacerlas
entre las mujeres de todo el planeta, como también Zambia. Varios estudios concluyen que existe una accesibles... y aplicarlas. Todo ello no podrá llevarse
constata un informe de Amnistía Internacional. relación directa entre Sida y violencia de género. a cabo sin un cambio radical de las actitudes socia-
Cifras escalofriantes que han llevado a los gobiernos les que imperan en el país y sin una concienciación
de prácticamente todo el mundo a condenar la vio- Otro agravante es el asedio generalizado de las auto- real acerca de la violencia de género. El proyecto
lencia contra la mujer y, en muchos casos, a aprobar ridades cuando una mujer se decide a denunciar su Musasa, en Zimbabwe, ha desafiado desde 1988
nuevas leyes para erradicarla de la población. situación, dato muy preocupante que varias asocia- todas aquellas actitudes que favorecían y justifica-
Normas que en su práctica han resultado a menudo ciones de Zimbabwe han puesto de manifiesto. ban la violencia contra la mujer. Luchar contra
fallidas pues no consiguieron reflejar las necesidades Organizaciones como el Proyecto Musasa o la situaciones como la de Silvia Svanda, una directora
reales vividas a diario por estas mujeres. Asociación de las abogadas de Zimbabwe han alzado de escuela de Zimbabwe que durante muchas noches
Condicionamientos económicos o culturales, entre su voz para acabar de una vez con una violencia que tuvo que dormir en casa de sus vecinos debido a los
otros, que han mermado con frecuencia la efectivi- afecta a gran parte de su población en la que al constantes ataques de su pareja: "Mi marido era
dad de unas normas parlamentarias que distan de la menos una cuarta parte de sus mujeres ha sido obje- realmente un individuo violento. Supuestamente,
realidad social de sus países. to de la violencia por parte de su pareja y una quin- en mi casa, yo debía ser vista pero no escuchada.
ta parte ha sido amenazada con violencia física. Para una mujer profesional como yo eso era imposi-
La violencia de género es una realidad cotidiana que ble, y lo dejé". Silvia Svanda fue una de las muchas
los países africanos entienden hoy como una de sus Ante tanto desaliento, finalmente un dato positivo. mujeres que brindaron su testimonio en Nairobi en
grandes asignaturas pendientes. No solo por sus Y es que tras diez años de intenso debate, Zimbabwe el año 1999 como supervivientes de la violencia de
lagunas legales, sino por la estigmatización de una está a punto de estrenar su nueva ley contra la vio- género en sus hogares. Una voz, un silencio roto. Un
violencia que generalmente se ha considerado como lencia doméstica. Después de que el Parlamento paso más para acabar con una de las mayores lacras
un problema que debía solucionarse en la esfera pri- haya conseguido aprobar el proyecto de ley en enero sociales en el mundo.

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