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UN IV ERS IDA D AUTON OM A

DE P IE DRA S NEG RAS


Fausto Z. Martínez
Enfermería y Obstetricia
Psicología

El yo y los niños especiales

Alumnos:
Ahedo Diaz, Barbarita
Garcia Pinales, Lizbeth verenice
Catedrático:
Arturo Vela
Grado:
2b
Esta cuestión del mí mismo, lo que yo soy, eso que piensa, siente y actúa, es algo que
debemos auto-explorar para conocer profundamente.

Existen por doquiera muy lindas teorías que atraen y fascinan; empero de nada serviría todo
eso si no nos conociésemos a sí mismos.

Es fascinante estudiar astronomía o distraerse un poco leyendo obras serias, sin embargo,
resulta irónico convertirse en un erudito y no saber nada sobre sí mismo, sobre el yo soy,
sobre la humana personalidad que poseemos.

Conceptos Fundamentales dentro de la teoría de Sigmund Freud son:

• El Ello: impulsos, deseos, desbalances.


• El Yo: balance. Logra satisfacer las necesidades principales como el hambre, sueño,
sed y se incluye sexo (dentro de parámetros sociales).
• El Superyó: moral, consciencia, reglas sociales, lo que uno hace en su sociedad.

La idea general de que la mente no es algo homogéneo sigue influyendo en muchas


personas fuera del mundo de la psicología. Pero también son muchos los que han rechazado
la teoría de que la mente se divide en estos tres componentes.

Esta teoría fue construida sobre la premisa de que las necesidades o impulsos inconscientes,
especialmente los impulsos biológicos y sexuales, son la parte central de la motivación de
la personalidad humana. Freud planteó que los problemas de los enfermos mentales solían
tener como causa los deseos y fantasías reprimidos e inconscientes de naturaleza sexual,
socialmente inaceptables.

Los papeles específicos desempeñados por las tres entidades no siempre son claros y se
mezclan en muchos niveles. La personalidad consta según este modelo de fuerzas diversas
en conflicto inevitable.

El Yo (Ego) tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello con
el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. El Yo evoluciona
según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando como un intermediario contra el
mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de
una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos
secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que
medir entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó, el
yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización
integrada. Ego significa yo en latín (la palabra alemana original que Freud había aplicado
era Ich). Aunque en sus escrituras tempranas Freud comparó el Yo con nuestro sentido del
uno mismo, en adelante comenzó a retratarlo más como un sistema de funciones psíquicas
tales como realidad-prueba, defensa, síntesis de la información, funcionamiento intelectual,
memoria y similares. Es la consciencia propiamente dicha. Es el ente que actúa como
regulador entre las demandas del Ello y del Superyó. Se basa en un concepto realista del
mundo para adaptarse al mundo. Casi ejemplificado como un poder o una persona dentro
de la mente, que nos presta atención en todo momento, incluso en nuestras acciones más
íntimas, esta observación no es lo mismo que una persecución, pero no esta muy lejos de
serlo. Todas las acciones ejecutadas, son analizadas por el Yo y a menudo se les comunica
los resultados: “ahora debe decir esto…”, “ahora deberá salir”. Amenazando con el castigo
en caso de incumplimiento. El Yo, en su observación nos permite reconocer las acciones
que realizamos, la oportunidad de elegir el camino a seguir, y razonar los impulsos que
realizábamos con tal de no ceder lugar a la liberación libidinosa, y velar por la integridad
general de la realidad. Es el primer paso del reconocimiento, para afrontar las alegrías,
culpabilidad o castigo.

espués de Freud, un número de teóricos psicoanalíticos prominentes comenzaron a trabajar


sobre la versión funcionalista del Yo de Freud. El mayor esfuerzo fue puesto en detallar las
varias funciones del Yo y cómo se deterioran en psicopatología. Varias funciones centrales
del Yo-realidad: impulso-control, juicio, está probado que afectan la tolerancia, la defensa,
y el funcionamiento sintético. Una revisión conceptual importante a la teoría estructural de
Freud fue hecha cuando Heinz Hartmann discutió que el Yo sano incluye una esfera de las
funciones autónomas del mismo que son independiente del conflicto mental. La memoria,
la coordinación motora, y la realidad-prueba, como ser, pueden funcionar sin la intrusión
del conflicto emocional. Según Hartmann, el tratamiento psicoanalítico apunta a ampliar la
esfera sin conflicto del funcionamiento del Yo. Haciendo así pues, que el psicoanálisis
facilite la adaptación, es decir, una regulación mutua más eficaz de Yo y del ambiente.

David Rapaport sistematizó el modelo estructural de Freud y las revisiones de Hartmann.


Rapaport discutió que el principio central de la teoría freudiana era que los procesos
mentales son motivados y formados por la necesidad de descargar la tensión. El trabajo de
Freud que clarificaba Rapaport retrató la mente según lo dividido en impulsiones y
estructuras. Las impulsiones contienen la energía del líquido que impulsa una descarga
rápida con la satisfacción inmediata de deseos. Debido a que es raro que los deseos puedan
ser satisfechos inmediatamente en la realidad, la mente desarrolla la capacidad de retrasar la
satisfacción, o bien, la alcanza a través de los desvíos o sublimaciones. Por lo tanto, la
energía de la impulsión es contenida por las estructuras mentales relativamente estables que
abarcan al Yo. Rapaport definió las estructuras como organizaciones mentales con un índice
de cambio lento, lento en comparación con las demás impulsiones de energía.

Arlow y Brenner discutieron que la teoría anterior de Freud de los sistemas conscientes,
preconscientes, e inconscientes de la mente deben ser abandonados, y el modelo estructural
debería ser usado como la única teoría psicoanalítica de la mente.

Los autores psicológicos del Yo recientemente se han acercado en un número de


direcciones diferentes. Algunos, tales como Charles Brenner, han afirmado que el modelo
estructural debe ser abandonado y los psicoanalistas deben centrarse exclusivamente en
conflicto mental que entienden y tratan. Otros, tales como Frederic Busch, han sofisticado
cada vez más el concepto del Yo.

La psicología del Yo se confunde a menudo con la psicología del uno mismo, que acentúa
la fuerza y la cohesión del sentido de una persona consigo misma. Aunque algunos
psicólogos del Yo escriben sobre el uno mismo, distinguen generalmente a uno mismo del
Yo. Definen el Yo como una agencia abarcativa de las funciones mentales, mientras que el
uno mismo es una representación interna de cómo una persona se percibe. En la psicología
del Yo, el énfasis se pone en entender el funcionamiento del Yo y sus relaciones conflictivas
de la identificación, el Superyó, y la realidad, más que al sentido subjetivo de uno mismo.

En cuanto al Yo material, el elemento central suyo es el cuerpo, del cual unas partes están
más relacionadas con él que otras. Pertenecen además a este Yo los vestidos, nuestra
familia, nuestro hogar, nuestras obras, etc. Como se ve, la determinación del concepto es
absoluta. El Yo social «es la consideración que un hombre obtiene de su medio» (11). En su
modo de ser, el individuo depende de su medio; así, un hombre tiene tantas personalidades
sociales como medios a que pertenece. Por ejemplo: el director de una prisión tiene un Yo
dulce en su casa, y una personalidad áspera en la cárcel. Ejemplo de lo mismo lo tenemos
en expresiones como ésta: «Como hombre, os compadezco; como funcionario, me sois
indiferente».

«Por Yo mental, en la medida que pertenece a nuestra personalidad empírica, no entiendo


uno u otro de los estados mentales que atraviesa nuestra conciencia, sino más bien el
conjunto de todos esos estados totalizados, nuestras facultades y nuestras tendencias
psíquicas consideradas como una realidad consciente. Este conjunto puede servir en cada
instante de objeto a nuestro pensamiento y darnos emociones análogas a las que despiertan
los otros elementos de nuestro Yo empírico» (12). Se distingue de ellos por el privilegio de
sernos interior. En cuanto a la interioridad, distinguimos en el YO espiritual diferentes
aspectos. El más externo es la percepción e imaginación. Más profunda es ya la vida
emotiva. Por último, lo más hondo es el sentimiento de actividad. La jerarquía de los Yo
empíricos es también una jerarquía ética.

Parece, en la observación de nosotros mismos, que existe detrás de este Yo empírico un


sujeto siempre idéntico que conoce toda aquella personalidad empírica suya. ¿Hay que
suponer entonces, quizá, una personalidad oculta y trascendente, además de aquella
empírica y que aparece ante nuestra investigación? Las soluciones que se han presentado en
la historia de la filosofía son dos. Para unos, existe realmente aquel Yo puro oculto,
trascendente y permanente; es el alma sustancial. Para otros, este Yo idéntico y permanente
se confunde con la corriente de la conciencia. James se decide por el segundo punto de
vista, a saber: el Yo puro y el Yo empírico son en el fondo lo mismo. El problema, pues,
está en explicar la coincidencia de estos dos Yo. Para ello es preciso antes explicar la
identidad, la permanencia del Yo puro, en la corriente de la conciencia, que parece su nota
distintiva e irreductible. Así dice James: «Cada uno de nosotros tiene inmediatamente
conciencia de lo que se entiende por Yo: una realidad idéntica consigo misma, y esto
constantemente. Precisamente dicha experiencia es la que ha conducido a la mayor parte de
los filósofos a postular detrás del estado de conciencia que transcurre, una sustancia que
permanece y de la cual aquél no sería más que una modificación, un agente permanente de
la cual aquélla no sería más que un acto. Este agente seria el pensador; emplearía el estado
de conciencia como un mero instrumento, como un simple medio. Alma, Yo trascendente,
espíritu, etc. son nombres que expresan la realidad sustraída al fluir de la conciencia» (13).

Según James, como acaba de indicarse, el primer paso que tenemos que dar es examinar
qué entendemos por esta identidad. Se trata meramente, nos dice, de un juicio acerca de una
identidad que nada tiene de misterioso y es análogo a otros tantos juicios acerca de
identidades. «Yo soy el mismo que ayer» es un juicio de la misma clase que «esta planta es
la misma que vi ayer». Así, pues, la identidad que afirmamos de nosotros mismos nada
tiene de misterioso, y el problema, aquí como allí, se reduce a mostrar por qué el juicio de
identidad es verdadero o falso, o cuál es su base.

Será, pues, necesario buscar en la corriente de la conciencia un elemento constante a que


pueda referirse la identidad, y no se procede aquí de otro modo que en cualquier otro
dominio donde llamamos idéntico un objeto por la constancia de ciertos elementos en él.
En el Yo empírico no parece difícil, a primera vista, hallar algo constante; hay, es verdad,
cambio, pero no dejan sin embargo de presentarse elementos comunes: los recuerdos.
Existe sobre todo un elemento constante que constituye lo más hondo de nuestra
personalidad empírica: el sentimiento de actividad. Éste se da unido a la representación de
nuestro cuerpo. El núcleo, pues, de la identidad del Yo es la experiencia de actividad. Todo
fenómeno pertenece al Yo porque está teñido, por decirlo así, por ese sentimiento de
actividad.

El sentimiento de actividad, si da razón del Yo idéntico, no la da del sujeto que conoce. Mas
el conocer no es otra cosa que el momento actual de la conciencia que se refiere al
momento pasado y le estima como suyo. El momento presente, cada pulsación presente, se
apodera del pasado. Como dice James, el Yo se apodera del Mí. El conocer actual estima
como suyo el recuerdo mediante el sentimiento de actividad.

El concepto del Yo puro es, pues, doble. Por una parte, significa el sentimiento constante de
actividad; por otra, el conocimiento en cada momento presente del momento anterior
pasado. El Yo puro no es más, pues, que el núcleo del Yo empírico.

Junto con Clara Thompson, Karen Horney, Erich Fromm, Erik H. Erikson, y Frieda
Fromm-Reichmann, Sullivan puso la base para entender al individuo basado en la red de las
relaciones en las cuales lo o la enredan. Él desarrolló una teoría de la psiquiatría basada en
relaciones interpersonales donde están en gran parte responsables las fuerzas culturales de
enfermedades mentales. En sus palabras, una debe prestar la atención al “interaccional”, no
el “intrapsíquico”. Esta búsqueda por satisfacción vía la implicación personal con otras
condujo a Sullivan a caracterizar soledad como el más doloroso de experiencias humanas.
Él también amplió el sicoanálisis Freudian al tratamiento de pacientes con desórdenes
mentales severos, particularmente esquizofrenia.

Además de hacer la primera mención de la otra significativo en literatura psicologica,


Sullivan desarrolló el sistema del uno mismo, una configuración de los rasgos de la
personalidad desarrollados en niñez y reforzados por la afirmación positiva y las
operaciones de la seguridad desarrolladas en niñez para evitar ansiedad y amenazas a la
autoestima. Sullivan más futuro definió el sistema del uno mismo como mecanismo de
manejo hacia una serie de Yo-ti los comportamientos que se enclavijaban; es decir, qué lo
hace un individuo se significa sacar una reacción particular. Sullivan llamado estas
integraciones parataxic de los comportamientos, y él observaron que tales combinaciones
de la acción-reacción pueden llegar a ser rígidas y dominar el patrón de pensamiento de un
adulto, limitando sus acciones y reacciones hacia el mundo que el adulto lo ve y no
mientras que realmente está. Las inexactitudes que resultaban en el juicio Sullivan llamaron
la distorsión parataxic, cuando perciben a otras personas o el basar evaluado en los patrones
de la experiencia anterior, similar a la noción de Freud del transference.

El trabajo de Sullivan sobre relaciones interpersonales se convirtió en la fundación del


sicoanálisis interpersonal, de una escuela de la teoría psicoanalítica y del tratamiento que
tensiona la exploración detallada de los matices de los patrones de los pacientes de obrar
recíprocamente con otros.

Él era uno de los fundadores del instituto blanco de Guillermo Alanson, considerados por
muchos ser el instituto psicoanalítico independiente principal del mundo, y de la psiquiatría
del diario en 1937. Él dirigió la escuela de Washington de la psiquiatría (C.C.) a partir la
1936 a 1947.

Aunque fue reconocido bien por muchos, Sullivan nunca adquirido tanta reputación
substancial tanta de sus pares más adelante. Es conjetura si o no esto era debido a su
homosexualidad fino encubierta. [citación necesitada] comenzando en 1927, él vivió con
Jimmie Inscoe, entonces 15, que tomaron en el Jimmie conocido Sullivan, por más de
veinte años, hasta la muerte de Sullivan en 1949. La controversia todavía rodea la
naturaleza de su relación, aunque las fuentes confiables sugieren que fueran lo que ahora
llamaríamos, los socios de la vida. Conocían a Jimmie Sullivan a los amigos como su hijo
foster, aunque no había relación formal, legal. Esto no era un estado inusual entre los socios
homosexuales a partir de esa era.

Él hizo su reputación basada en su sala experimental del tratamiento para los


esquizofrenicos en el hospital de Shepard-Pratt, entre 1925-29. Él empleó a asistentes
especialmente entrenados de la sala para trabajar con los pacientes para proveer de ellos las
relaciones del par que él creyó que habían faltado hacia fuera encendido durante el período
del estado latente del desarrollo. Los doctores, las enfermeras y otras figuras de la autoridad
fueron prohibidos de la sala. Él creyó que había un elemento homosexual a las relaciones
del par de la edad del estado latente y que una falta de pasar a través de esta etapa condujo a
uno mismo-detestar, un retiro del mundo en fantasía y psicosis, y una falta de moverse
encendido al ajuste heterosexual. Así los pacientes, que eran todos homosexuales
masculinos jóvenes así como esquizofrenicos, en sus interacciones positivas con los
asistentes, también homosexuales masculinos jóvenes, curarían las heridas de la intimidad
masculina que falta como preadolescentes.

Mucho de qué se ha asumido para ser verdad sobre el profesional de Sullivan del apilado de
Harry y la vida personal se está reconsiderando a la luz de la disertación de Ph.D. de la
estela de Naoko, EJERCICIOS PRIVADOS: SULLIVAN del APILADO de HARRY, la
HOMOSEXUALIDAD, Y LOS LÍMITES DEL LIBERALISMO PSIQUIÁTRICO,
sometieron al departamento de la historia de la universidad de Indiana en junio de 2005.
Este trabajo presenta una diversa visión que revelada por los biógrafos de Sullivan, e
incluye el material de las notas privadas de Helen Swick Perry de su biografía de Sullivan,
y lo registra no antes de examinado a partir de su tiempo en Sheppard-Pratt.

Aunque Sullivan publicó poco en su curso de la vida que él influenció las generaciones de
los profesionales de salud mentales, especialmente con sus conferencias en la casa de
campo de la castaña en la C.C. de Washington. Los asilos de Leston lo llamaron la
influencia subterránea más importante del sicoanálisis americano. Sus ideas fueron
recogidas y publicadas posthumously, corregido por Helen Swick Perry, que también
publicó una biografía detallada en 1982 (Perry, 1982, siquiatra de América).

Sus escrituras incluyen conceptos de Psychiatry moderna (1947, repr. 1966); Teoría
interpersonal de la psiquiatría (ed. por H.S. Perry y M.L. Gawel, 1953, repr. 1968);
Esquizofrenia como Process humano (1962, repr. 1974).

Cuando el yo entra en acción, entonces varia la relación total entre el individuo y sus
actividades; mas intensa, mas significación y mas importante. Si el yo ejerce una influencia
tal sobre la personalidad. Cuando Allport utiliza el termino yo se refiere a experiencias del
yo (el yo como se conoce y percibe), no el yo como agente conocedor. Allport describe
cuando menos siete experiencias personales diferentes, cada una de las cuales madura
durante un periodo distinto a lo largo de los primeros 20 años de vida.

1) El yo corporal: las sensaciones orgánicas recurrentes, así como los encuentros


frustrantes con objetos, conducen a la larga a la formación de un sentido de “mi
mismo” como distinto de los demás; este es el yo corporal, este se hace dominante
durante el periodo de crecimiento, cuando el niño esta muy alerta a los cambios en
su propio cuerpo. El niño puede sentirse inferior, porque es mas pequeño o débil o
mayor que otros. Cundo los asuntos sexuales se agudizan, van acompañados de una
mayor atención a la apariencia y esto, naturalmente incluyen al yo corporal. Muchos
jóvenes se consideran insignificantes, torpes, gordos, feos o con atributos similares.

2) Identidad del yo: distinto del yo corporal es el estudio de la propia identidad, el


percatarse de la continuidad de la identidad personal. Esta identidad abarca el
sentido del yo que ordinariamente se describe como el “yo”, el ego. Darle nombre a
un niño establece un punto de referencia. Además hacer sentir al niño responsable
de lo que hace; premiar o castigarlo por ciertos comportamientos, fomenta en el
niño la experiencia de ser una agente activo. El niño pronto aprende que sus padres
y hermanos y todos los demás tienen nombres y son también responsables de su
conducta.

3) Amor propio: conforme empieza a tomar forma del sentido de identidad, una
nueva autoexperiencia se hace aparente durante el segundo o tercer año de vida: el
amor propio. Este se manifiesta por los esfuerzos del niño para familiarizarse con lo
que le rodea y puede igualarse al orgullo. Allport sostiene que el negativismo
infantil es una de las manifestaciones más tempranas de amor propio. Conforme los
niños se hacen valer efectivamente, desarrollan una autovaluacion positiva. Los
niños hacen un gran descubrimiento cuando aprenden a decir “no” ya que
encuentran un medio para afirmar su ego.

4) Autoexpresion: entre las edades de cuatro y seis años, son prominentes otras dos
dimensiones de la experiencia propia o autoexpresion: la autoexpresion y la
autoimagen. La autoexpresion es aquello que la persona valora. Para las personas
sanas abarca una amplia gama de objetos y gente y su alcance generalmente
aumenta con la edad, una de las manifestaciones mas tempranas de la autoextension
es la propiedad. La persona es lo que ama. La persona tiene un sentido de
autoexpresion cuando tiene el sentido de propiedad, las cosas que pertenecen o son
importantes para el yo.

5) Autoimagen: se refiere a la imagen de la personalidad total, que incluye el yo


corporal y el sentido de identidad. Someramente puede tomarse como nuestra propia
concepción del yo. La propia identidad, la autoimagen es en gran parte el producto
de los papeles que se le han asignado al niño. Gradualmente esto formara una
autoimagen que corresponda a las expectativas de quienes el niño considera
importantes: empezara a pensar de si mismo, como físicamente inadecuado y
desvalido, la autoimagen evoluciona lentamente. Primero es vago y mal definido, al
carecer de los elementos de lo que uno desea o debería ser – ninguna noción de un
yo perfeccionado. Pero conforme la conciencia se convierte en una caracterización
predominante de la personalidad y conforme el niño empieza a adquirir la
capacidad de proyectarse hacia el fututo, la autoimagen se amplia a incluir no
solamente una imagen aproximada al yo real, sino también a imágenes de los yos
potenciales.

6) El yo como agente que afronta la vida en forma racional: entre las edades de los
seis y los doce años, los niños se da cuenta de sus crecientes poderes intelectuales
empiezan a saber y sentir que pueden resolver problemas y que algunos niños lo
superan en esto. En la escuela, naturalmente, sus esfuerzos en ciertas tareas
intelectuales son premiadas o castigadas y este factor ayuda a poner de relieve su
creciente percepción del ego como una agencia activa para la solución de
problemas. Dos tendencias que a menudo compiten entre si están activadas durante
este periodo: el niño necesita probar y confirmar su ego, pero también apoyo
proveniente de la conformidad. Es un periodo moralista y legalista, en el cual las
reglas adquieren un poder sagrado sobre el niño. Debe notarse que la propia
identidad es un conocimiento del yo como un objeto experimentado mientras que un
sentido del yo como quien afronta la vida es forma racional es la experiencia del yo
como un agente activo. El conocimiento del yo en este sentido es una
autoexperiencia significativa que puede contribuir, según las circunstancias, al
enriquecimiento o el empobrecimiento del yo.

7) Luchas propias: ubicamos al niño en la edad de 12 años, durante este lapso


emerge una nueva dimensión de la autoexperiencia, la proyección de metas y
objetivos a largo plazo. Allport llama a este aspecto del yo la lucha propia un
término que usa para indicar que todos los aspectos del yo están envueltos en el
proceso de la lucha por lograr metas, el yo corporal, la propia identidad, la
autoexpresion, la autoimagen, y el yo como el que afronta la vida en forma racional.
Conforme el individuo llega a la condición de adulto, debe hacerse carga cada vez
mas de sus propios asuntos, se hace responsable a la persona por la elección de su
vocación, elegir una pareja de matrimonio y en general por trazar un plan de vida.
Con el fin de hacer esto, la persona debe considerar el futuro y tratar de fijarse
metas en la base de potencialidades, intereses y facilidades disponibles en la
actualidad.

Los niños excepcionales


Los niños excepcionales se enfrentan a retos muy especiales. Los padres, tutores y
guardianes pueden formar parte significativa en el proceso de ayuda para que los niños
excepcionales prosperen y tengan éxito en su ambiente escolar. La siguiente información
podrá responder algunas de sus preguntas acerca del compromiso que tiene Florida con los
estudiantes excepcionales.

Los niños excepcionales se definen como aquellos que tienen necesidades educativas
especiales. Estas necesidades especiales se denominan excepcionalidades, y la ayuda
especial que la escuela da a los niños se denomina Educación para Estudiantes Especiales
(ESE). Un niño puede considerarse excepcional si necesita ayuda y atención adicionales.

Las excepcionalidades pueden ser:

• Hablar diferente que los a otros niños


• Aprender de manera diferente a los otros
• Ser demasiado activo o no lo suficientemente activo
• Presentar un comportamiento de aburrimiento o pereza
• Aprender lentamente
• Ser demasiado brillante o talentoso
• Quebrantar las normas o no escuchar a los adultos
• Tener problemas de salud
• Caminar o moverse de manera torpe
• Tener problemas para ver u oír

Como padre, tutor o adulto responsable, es mucho lo que usted puede hacer en la vida de un
niño(a) superdotado(a) para fomentar y proteger esa imaginación e intelecto del niño(a),
ayudándole al mismo tiempo a encontrar oportunidades de éxito académico y social.
Educar a un niño(a) superdotado(a) puede ser un reto emocionante. Los niños superdotados
tienen necesidades particulares, y la Florida está comprometida en la satisfacción de esas
necesidades. Actualmente, un(a) niño(a) debe estar matrículado(a) en una escuela pública
para tener acceso a los programas especiales de la Florida para niños superdotados.

Es generalmente aceptado como definición que un(a) niño(a) superdotado(a) es aquel(la)


que tiene un desarrollo cognitivo mucho mayor que su desarrollo físico o emocional. Una
mayor cognición significa que los niños superdotados tienen a menudo una conciencia
interior y sensaciones internas que difieren bastante de las de otros niños contemporáneos.
Los niños superdotados pueden asimilar información para la cual posiblemente no estén
emocionalmente preparados para manejar; estos niños tienden a experimentar la vida con
mayor intensidad, a tener intereses mucho más avanzados en el juego, y a estar
académicamente más adelantados con respecto a sus compañeros. El reconocer
tempranamente la condición de niño(a) superdotado(a) es una parte importante de la
estructura de la educación de un niño(a) con el fin de que puedan maximizarse sus
posibilidades de éxito. Entre los signos tempranos de la condición de niño superdotado
están los siguientes:

• agudeza poco usual en la infancia


• menos necesidad de dormir durante su infancia
• largos períodos de concentración
• alto nivel de actividad
• sonrisa temprana y habilidad de reconocer a quienes están a su alrededor
• reacciones intensas al ruido, al dolor y a la frustración
• progreso avanzado en las diversas etapas del desarrollo
• memoria extraordinaria
• disfruta y aprende con rapidez
• desarrollo amplio y temprano del lenguaje
• fascinación por los libros
• curiosidad
• excelente sentido del humor
• habilidades para el razonamiento abstracto y la solución de problemas
• vívida imaginación (por ejemplo, compañeros imaginarios)
• sensibilidad y compasión

Si usted se pregunta si su hijo(a) puede ser un niño(a) superdotado(a), hable con su


profesor(a) o consejero(a) escolar para que le practiquen una prueba al niño(a). Si usted ya
sabe que su hijo(a) es un(a) niño(a) superdotado(a), a continuación encontrará algunas
recomendaciones que le pueden servir para ayudar a su niño(a).
• Dedíquele tiempo al niño(a). Los adultos que pasan el tiempo en compañía de niños
superdotados se sintonizan con lo que a ellos les interesa y pueden ofrecerle
oportunidades adecuadas para el aprendizaje.
• Léale al niño(a) aunque él(ella) sea lector(a) ávido(a). La lectura en alta voz entre
ustedes fomenta un acercamiento emocional y también crea oportunidades para la
comunicación y la discusión.
• Ayude al niño(a) a descubrir sus intereses personales y sus metas a través de la
realización de diversas actividades. Generalmente, los estudiantes superdotados se
fijan metas ellos mismos y a veces más altas que las que los adultos les fijan. Es
importante fomentar los intereses del niño(a) sin llegar a exigirle demasiado o
demasiado rápido. Ofrézcale al niño(a) oportunidades para que continúe
aprendiendo, pero respete su necesidad de tomar un descanso o de dedicarse a otros
pasatiempos o intereses.
• Suministre a la escuela la información correcta acerca de los puntos fuertes y las
necesidades de su niño(a). ¿Es su niño(a) superdotado(a) de manera general
(domina todas las áreas) o es superdotado(a) en áreas específicas (por ejemplo:
matemática, ciencia, liderazgo, arte, etc.)? Comparta ejemplos de su trabajo que
apoyen sus observaciones. ¿En que tipo de ambiente funciona mejor el(la) niño(a)?
¿Qué tipo de ambiente es mejor para los logros de su niño(a)? ¿Un ambiente
estructurado o uno flexible?
• Sea un participante activo en todas las reuniones que conciernen al niño(a), sobre
todo la reunión para el Plan Individual Educativo (PIE) o el Plan Educativo (PE).
En esta reunión, el equipo PIE/PE discutirá los actuales niveles de desempeño del
estudiante, fijará metas y objetivos, e identificará los servicios que el estudiante
necesita para lograr esos objetivos. Los padres son parte importante de este equipo,
ya que ellos son los que mejor conocen al niño(a).
• Manténgase informado acerca de la educación para los niños superdotados. Es
importante familiarizarse con las opciones que la escuela de su niño(a) puede
ofrecer para estudiantes superdotados. El equipo PIE/PE discutirá las opciones de
servicios, tales como un curriculum diferenciado, un curriculum compacto,
aceleración, y enriquecimiento, y cuál escenario es mejor el salón de clases general
o un salón de recursos.
• Conozca sus derechos y responsabilidades. Usted, como padre o tutor de un(a)
niño(a) excepcional, tiene derechos específicos en el estado de la Florida. Un
documento que explica ampliamente los procedimientos para salvaguardar sus
derechos le será provisto cuando Ud. de su consentimiento para la evaluación inicial
o para la ubicación del estudiante.

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