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Universidad de Antofagasta

Facultad de Ciencias Jurídicas

ENSAYO
FILOSOFIA DEL DERECHO
“HEGEL”

Alumno: Miguel Ortega Leiva


Asignatura: Filosofía del Derecho
Hegel fue un filosofo de origen alemán cuya filosofía fue desarrollada entre los
años 1770 a 1831, época de su deceso , se destaca por formar parte de la corriente
filosófica idealista siendo uno de sus mayores exponentes , para su filosofía es
trascendente el ser en su totalidad .su aporte reflexivo es de gran importancia y
profundidad .
Su obra y legado es extenso, dentro de las cuales nos avocaremos a escudriñar
en primer termino su filosofía del derecho del año 1821 en la cual plasma su objetivo de
dejar claramente establecidas las bases del derecho como ciencia, sin pretender crear
una estructura teórica que reproduzca fidedignamente la verdad, pues para el, la filosofía
es una construcción efímera, en la cual el filosofo debe investigar la verdad y difundirla
con exactitud. No cabe duda, que es hegel, una de las figuras mas emblemáticas y de
consulta en el desarrollo de los sistemas idealistas postkantianos, su genialidad, le llevo a
desenvolver todos los campos manifiestos del pensar, las artes, la religión, la historia, la
lógica, la política, y muy particularmente el derecho.
Hegel es el ultimo y máximo intento de la filosofía occidental, para elaborar un sistema
autosuficiente, que tomo como característica fundamental el desarrollo de un método
dialéctico que propone estudiar la realidad en su despliegue dialéctico

El reconoce que en el derecho junto con la ética y el estado, existe una verdad de
antaño que es de carácter progresivo, en la cual la libertad juega un rol fundamental en el
sentido de que el aceptar las persuasiones externas sin objeción alguna porque es
públicamente aceptado es contrario a la libertad de las personas, ya que estas buscan y
crean en su pensamiento su libertad y fundamento ético.

Sin embargo, esta libertad que el hombre posee y determina a actuar, caen en una
constante contradicción, si únicamente posee valor efectivo para la conciencia esto
debido a que para Hegel, El hombre es libre, solo en la medida que discrepe de lo que es
reconocido y aceptado, de otra forma se pasa a un estado de alineación que se expresa
en la perdida de la capacidad de critica frente a los acontecimientos que pasan frente a
mis ojos sin poder analizarlos en su verdadera dimensión y contexto.

Esta idea de libertad constituye sin lugar a dudas un aporte efectivo al


reconocimiento de los derechos individuales, desarrollando el hombre su sustancia ética a
través del ejercicio de su libertad, la cual no es un concepto limite, sino es la misma
autoconciencia que se determina a obrar el contenido de su voluntad. Para Hegel el
mundo ético es el resultado del elemento de autoconciencia del individuo. considera al
estado, como la rica estructura de lo ético, la arquitectura de su racionalidad que con la
determinada distinción de las esferas de la vida publica y de sus derechos le construye
bases sólidas, que son a la vez las bases verdaderas de todo estado, con bases
armónicas y establecido según un criterio de verdad. En cuanto a su concepción de las
leyes es claro en afirmar que estas no pueden estar guiadas por el sentimiento, debido a
que estas obedecen a formas universales a través de las cuales los sujetos acuerdan
darse una regulación que los distingue y que les otorga el camino a desarrollarse.
El derecho, la ética, el mundo real del derecho, son formas que se aprehenden con
la reflexión, los conceptos determinan la forma de la racionalidad (es decir la ley). Hegel
también toma la idea trascendental, de que la filosofía debería ser el principio que mueve
e impulsa la aplicación del derecho y las leyes, pues la falta de este principio, conduciría a
los estados a una superficialidad respecto a lo ético, al derecho, y sobre todo al deber. El
estado caería por esto, como en un estado de disolución de toda ética interior, de la
conciencia justa, y del derecho entre los particulares, así como la destrucción del orden
público y las leyes del estado (pues estas ultimas estarían basadas en propósitos y
opiniones subjetivas, en el sentimiento subjetivo y en una convicción individual)
En su filosofía el sujeto individual consciente de su libertad ha de dar expresión
exterior de su naturaleza como espíritu libre. Ha de darse a si mismo una esfera externa
de la libertad. Así pues, la libertad es el principio primero y unitario de cada individuo
como parte del estado, y la ciencia del derecho parte de la libertad en su despliegue
dialéctico.
Otro de sus aportes a la filosofía del derecho es el concepto de propiedad,
vinculado directamente con un acto de la voluntad, esbozando que por naturaleza una
persona se convierte en el dueño de una cosa, no por un mero acto interno de la voluntad,
sino por la apropiación efectiva que el sujeto hace sobre la cosa, ejerce naturalmente toda
su voluntad en esta cosa. La ciencia filosófica del derecho tiene por objeto la idea del
derecho, o sea, el concepto del derecho y su realización. La realización, es la
configuración que toma el concepto para si en un hecho producido, constituye el momento
basal de el, y pasa, de mera edificación teorética a la realización para la cual se concibe.
La ciencia del derecho es parte de la filosofía y se concibe como una ciencia que
tiene el punto de partida, que es el resultado y la verdad de lo que antecede y lo que
constituye la llamada demostración. Es por lo tanto, una ciencia teorética, que necesita
ser demostrada en la práctica. Pero Hegel diferencia entre concepto de derecho y ciencia
del derecho, este ultimo es la constitución teórica del primero, y conforme a su devenir
cae fuera de ella, puesto que debe ser admitido como dado.
Los conceptos acerca de lo verdadero y las leyes de lo ético no son más que
opiniones y convicciones subjetivas, y estas son puestas al lado de aquellas que
constituyen la universalidad y el interés de todos los hombres y todos los vínculos del
mundo ético. Como la filosofía, es el sondeo de lo racional, justamente es la aprehensión
de lo presente y de lo real (lo que es racional es real; y lo que es real es racional) ahora
bien, el derecho es real, por lo tanto es algo racional, que se constituye como una parte
de la filosofía.
Es por lo anterior que Hegel, en su tratado sobre filosofía del derecho, presenta
una autentica ciencia del estado, y lo presenta como algo racional en si, sin embargo, no
es un modelo o forma "de gobierno ideal" la que pretende dejar explicada, sino mas bien
de que manera debe concebirse el estado como el universo ético, y concebirse a cada
individuo, como hijo de su tiempo, y la filosofía, en su transparencia, quedaría también
como el propio tiempo aprehendido con el pensamiento.
Al hablar, aun de la teoría de cómo debe ser el mundo, la filosofía, por lo demás,
llega siempre demasiado tarde. Pues cuando ella surge, el mundo ya fue concebido y
realizado. En su teoría del derecho, el individuo es el centro de la realización moral la
cual solo se da en un plano de libertad, hasta llegar, al plano de la voluntad, en el que la
conciencia, alcanza una verdadera autoconciencia.
Otro de sus relevantes aportes a las discusiones ius filosóficas dice relación con
los rasgos distintivos de un derecho positivo, en el cual destaca, primero la forma de tener
vigencia en un estado; esta es como una autoridad legal que es el comienzo para el
conocimiento del derecho, que es la ciencia positiva del derecho. Este derecho positivo,
en cuanto a su contenido, recibe este elemento positivo de dos fuentes primarias, a saber:
a) del particular carácter nacional de un pueblo, del grado de su desarrollo histórico y de
la conexión de todas las relaciones que pertenecen a la necesidad natural, de este pueblo
como nación.
b) por la necesidad con que un sistema de derecho legal debe encerrar la
aplicación del concepto universal a la naturaleza particular de los objetos y de los casos
que la realidad exterior muestra. Es decir, en Hegel, el derecho tiene fuentes originarias
endógenas y exógenas, la primera porque el derecho, parte de una necesidad interior de
cada uno de los habitantes que componen el estado civil, y la segunda por el hecho de
que las necesidades de la nación son demostradas en la vida practica. Aclara que Una
disposición jurídica puede manifestarse, por las circunstancias y desde las instituciones
motores de la parte jurídica, como plenamente fundada y consecuente, y sin embargo, ser
en si y para si, injusta e irracional. Las leyes (aclara Hegel) son solo positivas, en cuanto
que tienen, en general su significación y oportunidad en circunstancias dadas, y definidas;
por lo tanto solo poseen un valor histórico, por lo cual son de naturaleza transitoria. Hegel
alude mucho al derecho romano, y ratifica particularmente la importancia que este tuvo en
el desarrollo de los sistemas jurídicos posteriores.
A cada estadio histórico, corresponde necesariamente una serie de leyes
indispensables para ese momento y delimitadas por las circunstancias del estado. La
sabiduría de los legisladores y de los gobiernos, en cuanto que han hecho para las
condiciones dadas y establecido acerca de la situación temporal, constituye algo en si y
pertenece a la valoración de la historia, pero esta legislación tendrá mucho mas valor, y
gozara de profundidad mayor cuanto que fue asistida por un punto de vista filosófico que
la justifique.
Para Hegel la panorámica del derecho es, en general, el campo de la
espiritualidad, y su próximo lugar y punto de partida es la voluntad, que es libre. Puesto
que para Hegel, el sistema del derecho es el reino de la libertad realizada en el mundo del
espíritu, voluntad y libertad, serán los dos conceptos fundamentales del desarrollo de la
ciencia del derecho, como ciencia del desarrollo de los ideales del estado y de cada uno
de sus habitantes en particular.
En el mundo del espíritu, uno se auto dirige a actuar, como por una manifestación
de libertad absoluta. La libertad, (reconoce Hegel) es como un hecho de la conciencia y
se debe creer en ella, y esta deducción de que la voluntad es libre, sola puede tener lugar
en la conexión con el todo. Por eso Hegel empleara claramente un concepto de voluntad,
como concepto universal. Cada uno posee la capacidad de poder abstraer todo lo que es,
y por lo tanto, determinar el contenido de su voluntad, y tener en la propia conciencia de si
mismo, un ejemplo para todas las determinaciones.
Desarrollando aun mas el concepto voluntad como parte y complemento de su
filosofía el autor señala que esta encierra el elemento de la pura indeterminación o de la
pura reflexión del yo sobre si; posee y contiene la ilimitada infinitud de la absoluta
abstracción o universalidad, (el puro pensamiento de si mismo) la voluntad, es capaz de
reflejar en si desde la existencia exterior, o interior el mundo existente; el derecho de la
voluntad subjetiva en relación con el derecho del mundo y el derecho de la idea, que es la
esfera de la moralidad. Para Hegel, la voluntad introduce en su esencia todos los
aspectos de la realidad, y es auto consciente, la idea pensada del bien se realiza en la
voluntad, y se refleja también en ella.” La idea en su existencia universal en si y para si,
constituye la ética”.
El Derecho para Hegel aparece como aquello que, en una colectividad, es
necesario para la realización de la libertad. Su interpretación arranca y se pone en el
marco de la libertad y las condiciones de la misma. No exige para ser libres el ejercicio de
una causalidad directa sobre nosotros mismos, sino una actitud crítica frente a nuestros
impulsos, apetitos y deseos. Y esta actitud se ejecuta cuando mis actos obedecen a
razones, que se practican al modo de razones personales, de mis razones. No son
razones externas, razones políticas o razones sociales. De acuerdo con esta posición, las
razones de las que dependen mis actos son un elemento de identificación y, gracias a
ellas, me convierto en sujeto de actividad. En virtud de las mismas, el conjunto de los
actos se incorporan lo que puede designarse como un proyecto global de vida. La
voluntad no es una facultad ajena e independiente. Es la manera de actuar de un ser
“dotado de mente o de espíritu”. La voluntad es, de acuerdo con Hegel, “una forma de
pensamiento”

Sin embargo, y aquí radica una de las paradojas del pensamiento hegeliano, nadie
es libre en sí y separadamente, en solitario y asiladamente. La libertad requiere la
presencia de otros individuos conscientes de sí mismos. Uno es un “agente libre si es
reconocido como tal”. La libertad se realiza mediante normas impuestas de acuerdo
mutuo y recíproco, no como meras obligaciones de unos sobre otros.
Los actos de libertad, por otra parte aunque sólo surgen de acuerdo con principios
que los agentes consideran como suyos, no brotan espontáneamente o por el hecho de
ser justo, no por otros motivos o por satisfacer ciertos impulsos o meras convenciones
sociales. La moralidad añade una nueva dimensión. El derecho formal contiene
fundamentalmente prohibiciones. La acción jurídica, hablando en sentido estricto, sólo
tiene una determinación negativa con respecto a la voluntad de los demás. La moral, por
el contrario, la determinación de la voluntad propia en relación con la voluntad de los
demás tiene una relación positiva. En la moral es necesario tener en cuenta el “bienestar
de los otros” .
Al actuar por deber, al intervenir de acuerdo con la justicia y el bien (el bien es
considerado como la unión de moralidad (virtud) y la satisfacción personal), el juicio moral
se encuentra comprometido con la relación entre un principio “universal” y un caso
“particular”. Accede, mediante este proceso y en esta situación, a la esfera de la ética. No
existen reglas generales que permitan establecer estas relaciones. No existen estas
reglas porque lo particular es cambiante y distinto en cada uno de los modos de la
particularidad. Este paso está facilitado por la conciencia, que siempre es la conciencia de
un individuo particular y que es el modo según el cual cada agente juzga si es “cierto que
las razones que inspiran sus acciones son moralmente satisfactorias”. La conciencia
limita, por una parte, con lo universal del bien; por otra, con el sujeto singular. Esta
situación lleva consigo tensiones y conflictos. Para superarlos, para recurrir con éxito a la
conciencia, cada agente moral tiene que “aprender” a conducirse por sí mismo, tiene que
entrenarse en esta auto conducción. La guía para hacerlo, la luz para lograr semejante
habilidad, está constituida por “una cierta comunidad idealizada de agentes que estén
dotados, como él, de mente y espíritu, y con los cuales debe compartir la idealización de
los criterios de juicio” . Los juicios prácticos, por consiguiente, los juicios que orientan la
conciencia, requieren entrenamientos y ejercicios en el seno de las instituciones públicas
hasta que vayamos consiguiendo una habilidad, una virtud que nos permita orientarnos
por nosotros mismos en la vida social. Este ámbito formado por instituciones y prácticas
mediante las cuales aprendemos a conducirnos por nosotros mismos es lo que constituye
la “vida ética”. La dimensión ética, por consiguiente, requiere siempre la participación del
individuo singular. La conciencia mediante la que se asumen los actos particulares y se
aplican las normas es una conciencia individualizada, capaz de participar de la
universalidad.“ En la eticidad está el individuo de un modo eterno; su ser y su hacer
empíricos son absolutamente generales; ello es así porque lo que actúa no es lo
individual, sino que es el espíritu general y absoluto el que actúa en lo individual”
Hegel reconoce que existen tres institucionalizaciones modernas de la eticidad: La
familia, la sociedad civil y el Estado constitucional. Estas instituciones forman una
“totalidad” social, un espacio común en el que los individuos se orientan y realizan. Cada
una de ellas aporta sus propios elementos capaces de ir integrándose sucesivamente en
el resto de las instituciones.

Para los intérpretes de Hegel, su visión sobre el derecho natural representa un


lugar privilegiado de su pensamiento, una especie de ruptura con su pasado y el momento
en que plantea el tema central de su filosofía, a saber, la concepción de la sustancia como
sujeto.

. Esta expresión significa que las cosas, cuya realidad se halla contenida
íntegramente en los conceptos (idealismo), evolucionan constantemente por el juego de
las negaciones y oposiciones, por lo cual hay que concebir las cosas (y los conceptos)
como seres con vida propia. El despliegue de esta vida o evolución de las cosas es lo
mismo que el desarrollo de sus respectivos conceptos. Por tanto, los conceptos tienen
vida real y la comprensión de esa vida o evolución es la tarea de la razón por medio de la
lógica. Racionalidad y realidad, lógica e historia se confunden. La sustancia, que es el
sustrato y objeto de los cambios y del conocimiento de esos cambios, es al mismo tiempo
sujeto, o sea, es el agente que realiza lo cambios y el sujeto que los conoce.

Pues bien, este esquema general de su filosofía lo aplica Hegel a todos los
ámbitos de la realidad: ideas, cosas naturales y seres humanos. Pero los entes en los que
mejor podemos estudiar aquella identificación entre sustancia y sujeto son los seres
humanos, tanto considerados en sí mismos como en sus relaciones mutuas y en las obras
que realizan colectivamente. Es decir, el terreno privilegiado para desarrollar su filosofía,
su concepción de la sustancia como sujeto, lo encuentra Hegel en el ámbito de la realidad
denominado "espíritu". El espíritu es, según sus palabras, "lo absoluto"; "la esencia del
espíritu es formalmente la libertad"

. El espíritu es el conocimiento completo de sí mismos que tienen los hombres en


su acción libre; es la autoconciencia de su libertad. Hegel divide el estudio del espíritu en
tres partes, que se corresponden con los grados de su desarrollo: el espíritu subjetivo, el
objetivo y el absoluto.

El espíritu objetivo es el ámbito de lo social o de la interrelación humana. La


ciencia que lo estudia, la Filosofía del derecho, es una especie de Sociología general
construida desde el punto de vista de la libertad. Los temas fundamentales que estudia
esta ciencia filosófica, según Hegel, son el derecho, la moralidad y la eticidad, temas que
están conectados dialécticamente; es decir, el derecho está presente en los tres estadios,
transformando progresivamente su concepto, y la eticidad es la síntesis de los tres. Por
tanto, la eticidad está presente en germen ya en el derecho, dotando a éste y a la moral
de significado pleno. La eticidad representa, pues, el grado máximo de unión y
organización de los individuos en un grupo social; las formas concretas que adopta la
eticidad son, sucesiva y progresivamente, la familia, la sociedad civil y el Estado.

Para concluir y parcelar la ideología filosófica del derecho hegeliana solo cave
hacer hincapié en cuento a que
Hegel no intenta justificar ninguna forma política concreta, aclaración que es muy
pertinente realizar debido a la existencia de grupos políticos que intentaron justificar su
propia doctrina apoyándose en su filosofía, lo que sin lugar a dudas desenfoca su objetivo
argumental, siendo esto ultimo una cuestión diversa que pude disfrazar y desvirtuar sus
principales postulados, en los cuales el autor en estudio solo tiene el propósito de
fundamentar la racionalidad del Estado, idea que tiene implícito su progreso en la
conciencia de libertad de los individuos a lo largo de la historia de la humanidad. . .

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