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Regresé hace unos 10 días del IV Encuentro de Versadores y Decimistas de América Latina y el
Caribe en Ciudad Valles, San Luís Potosí (México para más señas). Tal y cual como les advertí, les
estoy mandando una “pequeña” narrativa. Al pie de la presente agrego el inmejorable relato oficial
que genialmente nos mandaron, con detalles de la asistencia, las ponencias, las inquietudes, y las
propuestas, y por lo tanto no voy a comentar nada de estos asuntos. Los organizadores han dicho
que pondrán a nuestro alcance fotos del evento y probablemente los textos de las ponencias y hasta
un vídeo. Esto sería un proceder modelo que todos los festivales deben emular dentro de sus
posibilidades.
Hermandad
Antes de nada quiero reconocer que la tremenda hermandad y alegría que caracterizan todos los
eventos de décima que he asistido estaba muy patente en este encuentro. Aunque no todos allí
éramos decimistas ni improvisadores, el octosílabo y el idioma nos unen, y creo que hay una unidad
de propósitos mucho más fuerte que las diferencias que puedan existir entre nosotros. Además
somos aliados (aún los rivales) porque cada controversia hace más fuerte a los dos contrincantes; nos
estamos regalando constantemente hermosos obsequios de palabras que honran tanta al quien habla
como quien lo recibe.
Pienso que la fraternidad fue especialmente profunda en este evento por las condiciones favorables.
Primero, éramos cómodos, con un buen hotel, clima agradable, salón de trabajo bien dotado, buen
sonido ... en fin, tratados como profesionales. Luego, había buena organización, de manera que
comimos todos juntos, no perdimos mucho tiempo esperando gente (las mesas de trabajo se
tardaron algo, pero eso no era falla de los organizadores, sino de nosotros, renuentes a levantarnos
temprano después de los derroches de versos de la noche anterior) las actuaciones no iban
demasiado tarde, y todo el mundo tuvo su oportunidad de mostrar su arte. Hicimos una gira turística a
un salto de agua, un pequeño descanso (¿qué descanso? cantamos en el bus y cantamos en el local)
que nos unió con la belleza del paisaje. Y no sé si tiene que ver, pero había menos consumo de
alcohol que he visto en otras ocasiones. Bien puede ser que era la mezcla de individuos esta vez, o
la inmensa hospitalidad de los compañeros mexicanos. Puede ser que la escala era ideal: suficiente
grande para ser muy interesante y variado, pero no tan enorme para abrumarme. O bien puede ser
algo completamente personal y subjetivo. Pero me sentí muy pero muy a gusto.
Ahora bien, no soy del todo iluso. Durante los encuentros, y por otros medios, me llegan
murmuraciones, resentimientos, hasta décimas sarcásticas alusivas a uno u otro compañero. Pienso
que eso es normal, sobre todo en las artes. Pero aún así, nos llevamos réquetebien, y como siempre,
a pesar de mi acento, mi gran cara de gringo, y mis décimas tambaleantes, fui recibido con mucho
cariño y respeto.
Actuaciones
De las actuaciones observé la calidad acostumbrada. Yo no soy nadie para emitir juicios literarios,
pero en mi humilde opinión muchos de los artistas representan sus países, y nuestro arte, al máximo
nivel. Muchos de estos personajes he visto ya varias veces, y si bien la improvisación siempre se
renueva, tengo que reconocer que su brillantez no sorprende como la primera vez. Hasta oí ciertas
piezas repetidas, y yo, por supuesto, con mi repertorio limitado, repetí algunas rumbas porque
“funcionan” y porque era un país y por lo tanto un público nuevo. No estoy sugiriendo que es
repentismo impuro, sino que tenemos canciones o estrofas ya hechas a las cuales recurrimos según la
situación.
He aquí una posible crítica de las actuaciones: como los conciertos eran relativamente cortos y no
había muchos de estos “cruces” que dan tanto brillo a Villanueva de Tapia, las actuaciones eran, si no
rutinarias, un poco predecibles. Pero la nota nueva para mi era el huapango, el estilo local, que
rebosaba energía, ingenio, sabor de campo, y además traía baile. Vimos varios huapangueros,
además de otros estilo regionales, y como yo no estaba muy al corriente con las tradiciones
mexicanas, era una continua y grata sorpresa.
El gran cruce vino al final. No sé si era planeado así, pero subimos todos al escenario mientras mis
héroes y amigos Curbelo y Marta Suint cantaban sus milongas, y uno por uno pasamos por el
micrófono para despedirnos en esta tonada. Waldo Leiva me vio ensayando una idea y me indicó el
micrófono; amarré los calzones y canté mi despedida exitosamente a pesar de mi ignorancia de la
milonga y mi violenta taquicardia.
Tradición y permanencia
Por un lado hay iniciativas ya bien establecidas que todos (supongo) ya conocemos y honramos,
entre ellas los talleres de repentismo en Cuba y Puerto Rico. Lo nuevo y sorprendente aquí fue el
anuncio de Waldo Leiva, quien ofreció los servicios del Centro Iberoamericano de la Décima
a otros países. Se me vino a la mente la imagen centenares de poetas cubanos desembarcando en
las playas como médicos acudiendo a una zona devastada por algún desastre natural. Tal vez no sea
tan dramático.
Otros esfuerzos se tratan de rescatar tradiciones regionales, como la labor de Victor Hugo Márquez
con la gaita zuliana, o el nuevo libro de José Augusto Broce para tocar la mejoranera panameña, un
instrumento emblemático, dulce y versátil, que tiene que defenderse frente a la guitarra.
Guillermo Velázquez, mexicano, en casi sus actuaciones y discos resalta de mil maneras la
coexistencia de la tradición con la actualidad. Utiliza el inglés libremente (y con marcada ironía), resalta
el mundo cibernético, toca temas actualizados, usó el juego tradicional de lotería para criticar el gobierno
actual, y hasta utiliza el rap en español como contrapunto a sus décimas en valonas. Cuando su
rapero se puso a bailar zapateado, el público se animó. Velázquez también nos ofreció una ponencia
de gran interés que mucho espero leer con calma. Es un personaje significante en nuestro gremio y
lamento no haberlo conocido personalmente.
La tecnología que Velázquez menciona con tanta frecuencia está tomando más perfil últimamente.
Hace años hemos intercambiado estrofas en foros (ver por ejemplo “El Palacio de mis versos”
[http://books.dreambook.com/elpalaciodemisversos/trovos.html]
o “Versos de arte menor” [http://groups.msn.com/versosdeartemenor/espinelas.msnw], los dos a
cargo de José Martínez Sánchez (“El Taxista”) de Cartagena, España). Descubrí un “blog” o bitácora
anónima repleta de décimas interesantes (ver http://lasternovaendecimas.blogspot.com/). El correo
electrónico facilita el diálogo poético en cartas, como las hermosas décimas intercambiadas entre
Waldo Leiva y la panameña Liz Alvarado, quienes posteriormente leyeron sus estrofas en el
escenario. Y hay centenares de sitios güeb con artículos y ponencias de interés general; basta realizar
una búsqueda usando el nombre de un poeta, un festival, una organización, o palabras claves.
Otros ejemplos de tecnología moderna al servicio del arte son la publicación de las memorias de un
encuentro de Las Tunas en CD, la publicación de relatos y narrativas de festivales (ejem, como la
presente) la publicación de fotos digitales, y el uso de vídeos caseros y profesionales. Varias de las
ponencias en San Luís Potosí (SLP) traían vídeos que aportaban mucho al proceso y por supuesto
enseñaban cosas imposibles de demostrar en persona (como la orquesta de Sanabria, mis
estudiantes de San Francisco, una completa rumba cubana, o los caballos que bailaban zapateado).
Era una maravilla contar con una sala y equipo audiovisual idóneos para apreciar estos vídeos.
Pero a lo que iba es que los organizadores del festival de San Luís Potosí se han encargado de hacer
su propio DVD, y un señor infatigable andaba por allí filmando todo. Si el festival se encarga de
grabar, editar, y distribuir vídeos, eso sería un salto cualitativo enorme, y podría dejar mi equipo en
casa la próxima vez.
Espero dar a conocer pronto mi propia ponencia sobre el tema, o a través de los medios del propio
festival, o por envío directo. Pero les adelanto que en este año hemos leído, cantado, y estudiado el
contenido de décimas sobre matemáticas, escritura, geografía, y el día de los muertos, pero sin
analizar la métrica ni siquiera llamarlas décimas; hasta la fecha son “minitextos” simplemente. Uno de
mis estudiantes ha observado por su cuenta que todas tienen 10 versos, que todos riman igual, que
todos se pueden cantar con la misma música, y que deben de llamarse décima (porque lo he dicho a
veces sin querer, y porque llevan títulos subliminales como DeciMatemática, DeciMapas, y
DecimAgradecidos). Estoy a punto de iniciar en clase una investigación de los “minimisterios de los
minitextos” para que vayan descubriendo para ellos mismos las características de la espinela.
Bueno, una vez más la verborrea se ha apoderado de mi. Disculpen mis excesos--es la manía, el
entusiasmo que me provoca el tema. Me despido agradecido por la paciencia y generosidad que
todos me han brindado. En tres semanas viajo a Venezuela para otro Encuentro, y reportaré (más
brevemente, espero) mis observaciones.
Waldo Leyva
La experiencia del Centro iberoamericano de la décima
Leopoldo Palencia
El baile y la décima campesina
Alfonso Sanabria
La enseñanza de la décima en Puerto Rico
Guillermo Velásquez
La versada y la improvisación
Mauro Chechi
Improvisación en Italia: su historia y manera
Philip Pasmanick
La décima didáctica: notas para docentes
Décima y rumba: formalismo ibérico en el corazón del cantar afrocubano
El baile del Guaguancó de
Asimismo se presentaron las siguientes ediciones: 20 años de trova y son disco del Dr. Elias Chessani y sus
huapangueros de Río Verde, el libro Versos compañeros de Andrés Barahona, el libro Ocultas claves para la
memoria y el disco Waldo Leyva en su voz ambos de Waldo Leyva y el disco El laberinto de la guitarra, del
Ensamble Continuo.
Relatoría
Es necesario resaltar que a lo largo del encuentro se hizo patente un fuerte sentimiento de hermandad y
concordia entre los asistentes, fruto del reconocimiento y valoración de su trabajo. En las ponencias
escuchadas se compartió a través de la historia, el desarrollo social y la búsqueda artística, un panorama
bastante completo de la situación actual de este centenario arte.
Dentro del abanico de vivencias y experiencias presentado, fue manifiesto que la décima y la versificación se
mantienen, en mayor o menor grado, vigentes y en desarrollo.
En su devenir, la décima se ha insertado de distintas formas en las realidades locales, desde conformarse como
parte del ceremonial religioso popular, hasta erigirse como el formato común para campañas políticas y de
comercialización. Esto ha sido posible debido a diferentes factores, entre los que se mencionaron su profunda
raigambre popular, su origen sincrético: africano, celtíbero, árabe e indígena así como su capacidad de
adaptación a las diferentes concepciones y sentires de las localidades en que se ha asentado.
Igualmente, se expresó que la décima no solamente tiene un valor artístico sino que es también una
herramienta para el desarrollo humano, en la medida en que cumple una función social y es depositaria de la
identidad de las poblaciones en que se recrea.
De igual forma se hizo evidente el interés de todos los asistentes en trabajar para que las diferentes formas de
expresiones poéticas y musicales, vinculadas a la décima, la versificación y la improvisación persistan,
exponiendo, de manera general, las siguientes:
Problemáticas
• Que en diversas latitudes y debido a diferentes causas, como su inserción en la dinámica de mercado, se
perdió, casi por completo, la improvisación, y la versificación corre el riesgo de alejarse de su función social y
convertirse en, únicamente, un medio para la obtención de recursos.
• Que para el aprendizaje de la ejecución de los instrumentos que acompañan las diferentes formas en que la
décima y la versificación se llevan a cabo, es necesario contar con métodos estructurados que suplan la falta de
maestros y permitan su enseñanza.
• Que algunas de las tradiciones musicales en que este arte se recrea, están en serio peligro de desaparecer,
debido a la ausencia de nuevos intérpretes.
• Se planteó la necesidad de propiciar el intercambio internacional entre las personas y asociaciones dedicadas
a esta labor con miras a desarrollar metodologías de enseñanza-aprendizaje y de gestión, así como para el
fortalecimiento del género.
• La necesidad de que a este tipo de encuentros se invite a otras regiones donde estas manifestaciones
artísticas tienen cabida.
• Finalmente, se manifestó que aún falta mucho por decir sobre estas tradiciones, tanto de su historia, sus
avatares, las formas de construcción de los instrumentos, su desarrollo como fenómeno cultural, la vida de sus
intérpretes y su valoración como herramienta para el análisis histórico y socio-cultural.
Propuestas
• En Italia la improvisación se ha reactivado gracias a la constitución de una asociación que edita un periódico
y realiza encuentros y se capitaliza por medio de la presentación de funciones de improvisación.
• El Centro Iberoamericano de la Décima, pone a disposición, de quien así lo requiera y reúna las condiciones
necesarias, su experiencia y su planta de profesores, para la realización de talleres a distintos niveles.
• La utilización de la décima como un método didáctico que permite desarrollar diferentes habilidades.
• La inserción de la enseñanza de la décima y la versificación dentro de los planes de estudio a nivel básico.
• La realización de “ediciones de cordel” como método de difusión masiva de la creación poética a un bajo
costo.
• La creación de un foro virtual para la difusión e intercambio de experiencias e información así como la
intercomunicación entre sus miembros.
• La publicación de una antología de la décima latinoamericana y del caribe.
• El lanzamiento de una convocatoria para que los creadores poéticos elabores versos didácticos.
• Que se formen grupos de avanzada que asistan a escuelas piloto para la formación
• La inserción de la versificación y la décima como materia extracurricular que auxilie el aprendizaje de las
demás materias.
• La creación en este tipo de encuentros de un espacio para el intercambio libre de ideas, inquietudes,
experiencias y críticas.
Relatores:
Marco Darío García Franco
Rodolfo Candelas Castañeda