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La Ley del Impuesto Sobre la Renta, en su artículo 8 se refiere a los rubros que pueden
ser deducidos de la renta bruta por parte de los contribuyentes, en lo que nos interesa,
particularmente con respecto a la deducibilidad de cuentas incobrables para los sujetos
pasivos tenemos que:
“ARTICULO 8º.-
Gastos deducibles.
“De esta manera hoy día la tesis dominante seguida por la Administración, tiende a
aceptar las deudas manifiestamente incobrables en aquellos casos en que: i. Se
originen en el giro habitual del negocio. En este sentido - dice - vale la pena recordar
las palabras de la Sala Primera de la Corte en la sentencia de las 14:20 horas del
diecisiete de abril de mil novecientos noventa y uno No. 053-F-91 que hace referencia a
la sentencia de la Sala de Casación número 113 de las 16 horas 30 minutos del 29 de
septiembre de 1976: “C..)De conformidad con el inciso 4, del articulo 8 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, es deducible de la renta bruta las deudas manifiestamente
incobrables, siempre que se indiquen las razones que justifiquen tal calificación, la
cual puede ser apreciada y analizada por la Dirección General de Tributación Directa.
La calidad de incobrable se prueba demostrando las gestiones judiciales y
extrajudiciales pertinentes para el cobro. En ese sentido los artículos 8, inciso 4 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta y 9° inciso g) de su Reglamento, fijaban pautas en
cuanto a la demostración de las gestiones cobratorias infructuosas, lo cual no consta
que la actora atendiera. En consecuencia no resultó infringido el artículo 8 inciso 4) de
la Ley del Impuesto sobre la Renta.’ (el resaltado es nuestro).ii. Se indiquen las
razones que justifiquen tal calificación. En estos casos lo que se quiere es que el
contribuyente resguarde los documentos y pruebas que le sirvan para fundamentar su
decisión. iii. Se hayan agotado las gestiones legales para su recuperación.
Este es precisamente el requisito que ha variado sustancialmente, originalmente el
término gestiones legales conforme lo dispone el Reglamento a la Ley en su artículo 12
g) había sido interpretado como una unidad, de tal manera que se exigían tramites
legales y el plazo de 24 meses sin que se hubiere pagado la deuda.La tesis moderna
seguida hoy día por la Administración sostiene que el citado articulo concede dos
oportunidades al contribuyente, en momentos distintos, para que deduzca, de la renta
bruta, las deudas manifiestamente incobrables. En primer lugar el contribuyente esta
facultado para que, bajo su responsabilidad, haga la calificación de las deudas
incobrables con la única condición de que demuestre, por medios idóneos, por qué
considera que la deuda es manifiestamente incobrable. En estos casos la deducción de
la deuda manifiestamente incobrable la puede hacer el contribuyente interesado bajo
su entera responsabilidad, para lo cuál debe conservar todos los elementos probatorios
que le permitan, ante una eventual fiscalización, demostrar por qué calificó dicha
deuda como manifiestamente incobrable. Dicho material podrá ser analizado y
valorado por la Administración Tributaria para determinar la idoneidad del gasto. El
segundo supuesto se presenta cuando la Administración rechaza la deducción de una
deuda incobrable. En este sentido, el contribuyente deberá demostrar que realizó los
correspondientes trámites legales ante los tribunales comunes; esto lo facultará para
deducir el gasto en el ejercicio fiscal. Esta segunda oportunidad de deducción requiere
entonces que se cumpla con los siguientes requisitos: a) se demuestra que hizo las
gestiones, y b) que hayan transcurrido más de 24 meses después de la fecha de su
vencimiento sin que el deudor haya realizado abono alguno. Es decir, la segunda
oportunidad que tiene el contribuyente para poder deducir la deuda incobrable esta
condicionada al cumplimiento de estos dos requisitos. Como puede apreciarse, esta
nueva postura de la Administración contradice de manera evidente la vieja posición
sostenida en los traslados de cargos que se le comunicaron a la actora. Ya que a la
actora se le rechazó el gasto por incobrables con fundamento en una interpretación del
artículo 12 del Reglamento que hoy día la propia Administración considera superada.
Conforme la tesis sostenida modernamente, el gasto por incobrables que reportó la
actora se considera sin lugar a dudas como legítimo, ya que realizó gestiones para
ejecutar el cobro, pero como se desprende de la recomendación jurídica que recibió, la
recuperación de los recursos era poco probable en razón de la falta de bienes
embargables de los deudores, o en razón de la falta de conocimiento de la dirección de
los deudores. El argumento de la Administración en el sentido de que a algunos
deudores se les volvió a despachar mercadería no puede en ninguna medida
perjudicarla pues en un negocio en marcha se negocia mayoritariamente bajo el
principio de la buena fe, de tal manera que mucha mercadería se despacha confiando
en la palabra de los otros comerciantes, es por esa razón que muchas veces los
comerciantes se ven sujetos a que se les pague varios meses después. Esta realidad
económica y comercial forma parte del juego de los negocios, y si alguien no está
dispuesto a seguir estas reglas, pues es muy probable que pierda clientela, cosa que
ningún comercio quiere. La Administración Tributaria busca argumentar el rechazo en
la supuesta negligencia que tuvo la actora, pero no se da cuenta que la víctima es la
actora. En el caso de la actora no puede llegar a argumentar la Administración que es
“culpable’ de que no le paguen, pues esto es una penalización a la víctima (en este caso
a nivel civil) reprochada por nuestro ordenamiento jurídico. Tómese en cuenta que la
actora entregó a la Administración una copia de la nota del abogado de la empresa
encargado de los cobros judiciales, donde se hace constar que las cuentas que se tienen
son incobrables. Lo anterior es contradictorio con la actual posición seguida por la
propia Administración. En razón de todo lo dicho, y con base en la nueva
interpretación seguida por la Administración del articulo 8 de la LISR y 12 de su
Reglamento, lo procedente es aceptar el gasto probado que reportó mi representada:
¢8.844.409.18 para el período fiscal 1996 y Ø12.702.540.93 para el período fiscal
1997.”
NUE: 03-000281-161-CA
No. 11 - 2008
RESULTANDO
CONSIDERANDO
I.-
HECHOS PROBADOS: De importancia para la solución de este asunto, se tienen
los siguientes: 1) La Administración Tributaria comunicó en el año de 1999 dos
traslados de cargos a la actora en donde determinan las obligaciones tributarias:
traslado de cargos número 275-10-0069-9 y traslado de cargos 275-10-0070-9
(hecho no controvertido, folios 161 y 184). 2) En el traslado de cargos número 275-
10-0069-9 se conoce una determinación del impuesto sobre la renta que
correspondió al período del impuesto sobre las utilidades 1996. Conforme este
traslado de cargos se determinó una base imponible de ¢72.629.426.13. Según el
traslado de cargos entre lo declarado (¢6.785.555,70) y lo determinado
(¢21.788.827,85) resulta una diferencia que corresponde a la actora pagar
equivalente a ¢15.003.272,15. En el traslado de cargos número 275-10-0070-9, la
Administración Tributaria practicó una determinación del impuesto sobre la renta
que correspondió al período del impuesto sobre las utilidades de 1997. Conforme
este traslado de cargos se determinó una base imponible de ¢175.470.067,22.
Según el traslado de cargos entre lo declarado (¢5.236.848) y lo determinado
(¢52.641.020,17) resulta una diferencia que corresponde a la actora pagar
equivalente a ¢47.404.172,17 (hecho no controvertido, folios 161 y 184). 3) La
actora impugnó ambos traslados de cargos y la Administración Tributaria resolvió
en Resolución DT10R004-9, que le fue comunicada el 30 de noviembre de 1999
(hecho no controvertido, folios 161 y 184).
II.-
III.-
1996
6.010.000,oo
1997
7.300.000,oo
Más
Menos
Periodo 1997
Más
Menos
Costo Venta 265,850 388.963 459,228 543,897 689,900 699,242 Utilidad Bruta
105,316 122.793 138,821 181,461 227,146 239,723
Dice que solo este hecho hubiera determinado que se estaba dejando por fuera
información, que nunca se quiso interpretar como parte de su costo, por parte del
auditor. Que en un mercado de alta competitividad, la tendencia del mismo siempre
marca un comportamiento, y ese comportamiento para nuestro ambiente nacional
oscila entre un 15% y un 25% de margen bruto. Para citar casos concretos de sus
productos presenta a continuación información que -según afirma - refleja los
márgenes a los cuales se somete la actora, con tal de mantenerse en el mercado:
% partic/s
% partic/s
Añade que como se podrá observar comparativamente un año con otro, los
márgenes no oscilan radicalmente, lo cual les ha permitido poder subsistir, y tener
una clientela satisfecha que saben que podría ser peor debido al precio
internacional del petróleo, y de los índices macroeconómicos de nuestro país, que
siempre tienden a aumentar; no se ve reflejado crecimiento un exponencial como
debiera suponerse, por lo menos para recuperar la inflación, sino que se hace
constante ese factor o comportamiento de mercado.Puntualizando un poco mas lo
anterior, productos tales como la resina y la fibra, no reflejan crecimientos en
precios. Seguidamente a modo de ejemplo presenta un cuadro comparativo de
precios ( folio 172 y 173) de ResinaM 277, por galón, Resina M 277 por kilos y Fibra
de Vidrio 1.5 x 50. Añade que la información extraída por parte del auditor, en la
definición del monto del costo de venta, nunca fue confrontada con sus registros
reales, él partió de una base presunta y esto generó un error proporcional con la
realidad de un 7. 21% en 1996 y de un 24.1 % para 1997, este sesgo a criterio de
la actora se sale de la realidad, ya que si tomásemos la información real, y la
confrontamos con el costo de venta, para los análisis que en general realizan los
Contadores Públicos, la misma no debería superar un 3.5 %. Dice que estas
inconsistencias en la auditoria llevaron a la Administración, como ha dicho, a
rechazar erróneamente el gasto por concepto de costo de ventas en el período
fiscal 1996 en la suma de ¢33.116.497,98 y en el 1997 en la suma de
¢131.327.454,29; lo cual lleva a la absurda consecuencia de que la actora tiene
una utilidad bruta próxima al 45% Añade que conforme los Estados Financieros de
la actora el costo de ventas del período fiscal 1996 es del 76% y del periodo fiscal
1997 deI 75%. Con una utilidad bruta como la “determinada” por la Administración
Tributaria, la actora seria un caso excepcional. Lamentablemente,la actora no tiene
los márgenes de utilidad que ilusoriamente advierte la Administración Tributaria,
pues es tan solo una empresa normal con modestos márgenes de utilidad.
Agrega que como parte del material probatorio que en su oportunidad entregaron a
la Administración, entregaron un Informe de los Auditores Independientes” emitido
por la Firma consultora ‘E Gutiérrez y Asociados”.El auditoraje de la firma de
expertos, cuyo original aporta ahora como prueba concluyó que para el período
fiscal 1997 la actora tuvo un costo de ventas que asciende a ¢562.894.723 y que
para el período fiscal 1996 ascendió a ¢449.325.737. La conclusión del grupo de
expertos que contrató la actora es radicalmente diferente a la que llegó el auditor
de la Administración ya que ellos realizaron la autoría sobre base cierta, mientras
que el auditor lo hizo sobre base presunta. Lo anterior deja claramente entrever
que el auditoraje del Grupo “E.Gutiérrez y Asociados” es mucho más exacto en
cuanto a la realidad económica que el realizado por la Administración. Considera
justo y prudente se nombre un perito para que revise los registros contables de la
empresa - realice una auditoría o estudio -, y determine el costo de ventas que
tuvo en los períodos 96 y 97; ello demostrará que los costos de ventas reportados
en esos períodos son ciertos (fs. 173, 175) Luego alegó que es para demostrar que
el costo de ventas verdadero no es el determinado por la Administración (f. 229).
D) Ajuste: Gastos por servicios profesionales, básicamente alega que:
Fibrocentro incurrió en el período fiscal 97 en gastos por concepto de servicios
profesionales, entre ellos el freferido a Albert Abramowitz por ¢2.383.000,00.
Agrega que la Administración rechazó la información de trascendencia tributaria que
respalda este gasto en cuestión. Conforme el criterio de la Administración los
comprobantes de pago y el propio trabajo del señor Abramowitz no son prueba
suficiente de que el gasto se generó. En consecuencia, la Administración rechazó el
gasto por cuanto la factura de respaldo no cumple con todos los requisitos del
articulo 8 de la Ley del Impuesto sobre la Renta. Fibrocentro tiene respaldos
fehacientes de dicho gasto, sin embargo, la Administración se niega a aceptar la
información de trascendencia tributaria que respalda el gasto referido; ya que
según quiere interpretar, los comprobantes de pago y el propio trabajo del señor
Abramowitz no son prueba suficiente de que el gasto se generó. Es decir, en
perjuicio de la realidad económica, la Administración rechaza el gasto con un
criterio formalista, llegando a afirmar que se rechaza por cuanto la factura de
respaldo no cumple con todos los requisitos del articulo 8 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta. Agrega que la actora ha logrado demostrar no solo que se realizó el
pago al Señor Abramowitz, sino también que dicho pago obedeció a un trabajo
profesional. Además, ha probado que el estudio de factibilidad preparado por el
señor Abramotz le sirvió para aumentar sus exportaciones, lo cual - dice - se extrae
del cuadro basado en las declaraciones del impuesto sobre las ventas, "VENTAS
EXPORTACIONES/DECLARACION IMPUESTOS DE VENTAS- 1996 1997 1998 1999,
que seguidamente presenta. Añade que adjunta las pruebas correspondientes,
mismas que respaldan la ocurrencia del gasto. Asimismo que la Administración no
ha negado la causalidad del gasto con la generación de renta gravada, sino que se
ha limitado a rechazar arbitrariamente el gasto sin analizar los comprobantes que le
ha entregado. Finalmente, que al rechazar el gasto la Administración esta dejando
de gravar la renta neta, como lo ordena la ley y pasa a gravar la renta bruta
causándose con ello una patente violación al principio de capacidad contributiva
(folios 161-175).
IV.-
DE LOS ARGUMENTOS DEL ESTADO: Afirma que la presente demanda tiene por
objeto que se revoque la resolución N° 195-2003 dictada por la Sala Primera del
Tribunal Fiscal Administrativo, a las 9:00 horas del 20 de mayo del 2003, mediante
la cual se confirmó parcialmente la Resolución determinativa N° DT-10- R094-9 de
la Dirección General de Tributación. Contesta negativamente la demanda y se
opone a las pretensiones por lo siguiente: De acuerdo al contexto dentro del cual se
circunscribe la presente litis y que consta en el expediente administrativo se
desprende claramente que las manifestaciones esgrimidas ahora por la actora son
inconsistentes e infundadas, toda vez que carecen de sustento legal y de pruebas
que las respalden. Lo anterior, debido a que la actora se limita a reiterar las mismas
apreciaciones subjetivas externadas en sede administrativa, sin preocuparse por
aportar prueba de decargo que sea capaz de desvirtuar los ajustes que fueron
practicados por la Administración y confirmados por el Tribunal Fiscal; ajustes, que
como bien consta en el exediente administrativo y en las Hojas de Trabajo que
obran en el Despacho, tienen por fundamento estudios técnicos detallados que
permitieron determinar que las declaraciones presentadas por la empresa
contribuyente correspondientes al impuesto sobre la renta de los ejercicios fiscales
96 y 97 eran ilegale e incompletas. Siguiendo esa línea de pensamiento - dice - se
debe advertir que en materia tributaria la carga de la prueba pesa sobre el
contribuyente. Al respecto, reiteradamente el Tribunal Contencioso Administrativo,
en estricto apego a la jurisprudencia la Sala Primera de la Corte, ha dicho:
“La renta neta es el resultado de deducir de la renta bruta los costos y gastos
útiles, necesarios y pertinentes para producir la utilidad o beneficio, y las otras
erogaciones expresamente autorizadas por esta ley, debidamente respaldadas por
comprobantes y registradas en la contabilidad. En consonancia con esa norma, el
artículo 8 de esa Ley, el párrafo antepenúltimo faculta a la Administración para
rechazar, total o parcialmente, los gastos citados en los incisos b), j), k), l), m), n),
o), p), s), y t) anteriores, cuando los considere excesivos o improcedentes o no los
considere indispensables para obtener rentas gravables, según los estudios
fundamentados que realice esa Administración.”Por su parte el articulo 11 del
Reglamento a la citada Ley, establece que:
“ARTICULO 11.-
Renta Neta. La renta neta se determina deduciendo de la renta bruta los costos y
gastos útiles, necesarios y pertinentes permitidos por ley. ... Los costos, gastos y
erogaciones deben estar respaldados por comprobantes fehacientes. La Dirección
queda ampliamente facultada para calificarlos y aceptar su deducción total o
parcial; asimismo, se reserva el derecho de rechazar las partidas no justificadas...."
"Para que concurran los supestos de aplicación del artículo 12 del Código de Normas
y Procedimientos Tributarios no es necesario que el contrato suscrito entre el
contribuyente y un tercero se refiera exclusivamente a aspectos sustantivos de la
materia impositiva, basta que éste tenga implicaciones para el fisco. Al decir dicha
norma: "Los convenios referentes a la materia tributaria ...", no está queriendo
indicar que los convenios para no ser aducibles frente al fisco, deban referirse
únicamente a la materia tributaria, basta que alguno de sus alcances tenga
incidencia fiscal, para que en ese tanto la Administración pueda prescindir de su
contenido en el proceso de determinación y cobro tributarios (...)". (Sala I,
Resolución 32-F 92, de las 10:30 hrs. del 20 de marzo de 1992 (énfasis suplido).
Sin perjuicio de las consideraciones hechas, debe resaltarse que los vehículos en
cuestión tienen la particularidad de haber sido arrendados a empresas vinculadas,
dado que el señor Orlando Odio Ariza, representante de la empresa 847.S.A.
curiosamente el dueño de la totalidad de las acciones de Fibrocentro S.A. y el señor
Alejandro Odio Ariza, presidente y apoderado generalísimo de la empresa Barlochas
El Pueblo S.A. (HT 109) es a su vez Tesorero y apoderado generalísmo de
Fibrocentro S.A. (folio 80) hechos que denotan la existencia de un convenio entre
particulares que no puede ser aducido en perjuicio del fisco ya que de acuerdo con
el artículo 12 citado y al principio de realidad económica previsto en el artículo 8, la
Administración está facultada para interpretar la realidad económica cuando las
formas jurídicas adoptadas sean manifiestamente ina propiadas a la realidad de los
hechos gravados y ello se traduzca en una disminución de la cuantía de las
obligaciones tributarias. Así las cosas el Estado es del criterio que los gastos en
cuestión fueron correctamente rechazados ya que mantener la posición de la actora
sería admitir, practicamente, que la Administracion estaría obligada a aceptar
cualquier tipo de gastos que los contribuyentes deduzcan antojadizamente, sin
importar si son necesarios o no para producir renta, ni si están debidamente
respaldados, lo cual contravendría lo dispuesto en la normativa sobre la materia y
supondría un claro quebranto del principio de legalidad a que está sometida la
Administración. B) En cuanto al Ajuste de gasto de ventas: gasto por
incobrables, el representante estatal alega que: sobre el particular conviene
detenernos a analizar lo dispuesto en los artículo 8 inciso e) de la Ley de Renta y 12
inciso g) de su Reglamento para poder entender el por qué los razonamientos de la
actora para justificar la deducción por este concepto son errados, por cuanto parten
de una lectura incompleta de la normativa, la cual reseña asi: "Artículo 8. Gastos
Deducibles. Son deducibles de la renta bruta: ...e) Las deudas manifiestamente
incobrables, siempre que se origine en operaciones del giro habitual del negocio y
se hayan agotado las gestiones legales para su recuperación, a juicio de la
Administración Tributaria y de acuerdo con las normas que se establezcan en e
Reglamento de esta ley" (énfasis suplido).
Artículo 12 .-Costos y gastos deducibles ...serán deducibles de la renta bruta: ...g)
las deudas a favor del declarante, manifiestamente incobrables, siempre que se
originen en operaciones del giro habitual del negocio y que se indiquen las razones
que justifiquen tal calificación. En el caso de que la Dirección no acepte la
deducción de una deuda incobrable, el declarante puede deducirla en el
ejercicio siguiente, si demuestra que fueron hechas las gestiones legales
que correspondan, ante los tribunales comunes, para su cobro y siempre
que haya transcurrido un período mayor de 24 meses posterior a la fecha
de su vencimiento, sin que el deudor haya realizado abono alguno (énfasis
suplido). Partiendo de las citadas normas, la declaratoria de incobrabilidad de la
deuda para efectos fiscales tiene carácter restrictivo y no puede de ninguna manera
considerarse como una exigencia arbitraria que pueda imponerle el contribuyente a
la Administración. De modo que la posición de la actora pierde de vista que si bien
las denominada cuentas incobrables o cuentas malas de conformidad con la ley y su
reglamento pueden ser deducibles en el tanto sean producto de giro habitual,
existen además otros presupuestos indispensables para que puedan ser aceptadas.
Así los artículos establecen que en un primer momento las deudas incobrables
podrán ser deducidas, si existe una justificación razonable de los gastos calificados
como incobrables, pero en esos casos la administración está facultada para
rechazar ese gasto si considera que no existen razones suficientes para la
calificación dada a esas deudas. Ahora bien, no obstante lo dicho, de acuerdo a las
disposiciones en cuestión en donde la Administración rechace la calificación
realizada por el contribuyente este gozará de una segunda oportunidad para que en
el período siguiente pueda deducir esos incobrables, pero para ello claramente se
establece, deberá obligatoriamente agotar las gestiones legales pertinentes
ante los tribunales de justicia para su recuperación, "siempre que haya
transcurrido un período mayor de 24 meses posterior a la fecha de su vencimiento,
sin que el deudor haya realizado abono alguno."
"VI.-
Para que en virtud de tal probanza hubiera sido posible aplicar el artículo 8 inciso 4,
de la Ley del Impuesto sobre la Renta, la certificación tendría que haber
demostrado que el cobro de las deudas por parte de la actora era
imposible, por haber agotado las acciones legales de cobro, que es la
situación que puede calificar de "incobrable" a un crédito..."
1.-
2.-
3.-
V.-
VI.-
EN CUANTO AL AJUSTE: GASTOS POR SERVICIOS PROFESIONALES: El
artículo 7 de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en la fecha de los hechos
establece: "Artículo 7o. Renta Neta La renta neta es el resultado de deducir de la
renta bruta los costos y gastos útiles, necesarios y pertinentes para producir la
utilidad o beneficio, y las otras erogaciones expresamente autorizadas por esta ley,
debidamente respaldadas por comprobantes y registradas en la contabilidad.
En el Reglamento de esta ley se fijarán las condiciones en que se deben
presentar estos documentos. (...).". Por su parte, el artículo 11del Reglamento
de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en la fecha de los hechos establece:
"Artículo 11.-
Renta neta. La renta neta se determina deduciendo de la renta bruta los costos y
gastos útiles, necesarios y pertinentes permitidos por ley. Cuando los gastos,
costos y erogaciones se efectúen para producir indistintamente rentas gravadas y
exentas, se debe deducir solamente la proporción que corresponda a la rentas
gravadas. Cuando el contribuyente no pueda justificar debidamente una proporción
diferente, deberá deducir la suma que resulte de aplicar el porcentaje obtenido al
relacionar las rentas gravadas con las rentas totales. Los costos, gastos y
erogaciones deben estar respaldados por comprobantes fehacientes, los
cuales deberán cumplir con las siguientes condiciones: a)Fecha y nombre
completo, razón social y denominación del proveedor de mercancía, prestador de
servicios o de quien recibe el pago; b) Cédula de identidad o jurídica, según sea
el caso; c) Comprobante con número preimpreso; ch) Descripción de la mercancía
o servicio comprado; y e) Monto. f) Todos los comprobantes de compras de
mercancías y servicios deben estar debidamente timbrados por la
Administración Tributaria, salvo aquellos exceptuados por ley o reglamento. La
Dirección queda ampliamente facultada para calificarlos y aceptar su deducción
total o parcial; asimismo, se reserva el derecho de rechazar las partidas no
justificadas."
. El documento (factura No. 2705) visible a folio 103 del expediente judicial
mediante el cual se pretende justificar el gasto deducido por ¢2.383.000,oo, por
concepto de servicios profesionales, del señor Albert Abramowitz, no es un
comprobante fehaciente; no cumple todas las condiciones establecidas en la
normativa tributaria antes citada, en particular, por no estar debidamente timbrado
por la Administración Tributaria. Y no estamos - en este caso - en la hipótesis de un
comprobante exceptuado por ley o reglamento. Tampoco se aportó el recibo de
pago correspondiente. Razones de peso suficientes, sobre todo la primera -
conforme con el principio de legalidad tributaria - para su legítimo rechazo. Frente a
disposiciones de naturaleza especial como las ya citadas - y su incumplimiento -,
resultan inútiles por inconducentes los alegatos de realidad económica; de
existencia del citado documento, incluso de la Declaración del Impuesto sobre la
Renta No. 1011000964793 de Albert Abramowitz Abramowitz (a folio 238 del
expediente judicial); del supuesto trabajo del señor Abramowitz; y que - según se
afirma - sirviera para aumentar las exportaciones según el cuadro denominado
"VENTAS EXPORTACIONES/DECLARACION IMPUESTOS DE VENTAS- 1996 1997
1998 1999. Por lo que la demanda se debe rechazar por improcedente en cuanto a
este extremo.
VII.-
VIII.-
VIII.-
IX.-
X.-
POR TANTO