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NOMBRE: ALEXIS DONOSO

CURSO: 1-D
ASIGNATURA: HISTORIA
PROFEROR: SERGIO SALGADO

Políticas de población
Malthus parecía tener la razón por lo menos en un aspecto.
Efectivamente, a partir del siglo XIX, el ritmo de crecimiento de la
población mundial comenzó a acelerarse. Sin embargo, este crecimiento
se desvió al incremento de la población provocado por la
industrialización y los avances científicos y médicos. Malthus no podía
prever la magnitud de estos procesos que marcaron una transformación
histórica radical de la humanidad.

La aceleración continuo al punto que, en el siglo XX, comenzó a


hablar se de explosión demográfica. Entonces, fue imperativo echar una
mirada hacia atrás para intentar ordenar la evolución

De la población en el tiempo. En función de este objetivo se elaboró


el modelo de transición demográfica, instrumento que muestra el
comportamiento de las variables de natalidad y de mortalidad en los
países industrializados a lo largo de la historia, por lo que su valor es
relativo.

El modelo de transición demográfica contempla las siguientes


frases:

Régimen demográfico preindustrial: Se caracteriza por altas tasas de


natalidad y de mortalidad, lo que se tradujo en un crecimiento natural
débil (0,5%-1%).

Primera transición: Las revoluciones agrícola e industrial, junto con


los progresos en materia de higiene y medicina, contribuyeron a derrotar
las hambrunas, favoreciendo el descenso de la mortalidad, mientras la
natalidad permaneció alta. Esto condujo a un crecimiento significativo de
la población.

Segunda transición: La natalidad comienza a decrecer y la


mortalidad lo sigue haciendo, aunque a un ritmo más lento.

Régimen demográfico moderno: Ambas variables, natalidad y


mortalidad, alcanzan niveles bajos; por lo tanto, el crecimiento se débil,
semejante al de la frase preindustrial.

Entre las variaciones que registra el modelo en otras realidades


económico-sociales, podemos destacar el hecho de que en la primera fase
de transición, el crecimiento demográfico en los países de economías
débiles alcanzo tasas mucho más elevadas que en las de Europa
Occidental, ya que, comparativamente, la natalidad fue más alta y la
mortalidad bajó a un ritmo más acelerado

2.2 Población y desarrollo, ¿una relación


excluyente?
Desde mediados del presente siglo, políticos, legisladores y
científicos de diversas áreas empezaron a plantearse el problema de la
relación entre crecimiento demográfico y desarrollo económico. Este
último experimentó un severo retraso en los países de economías débiles
debido, entre otros factores, a sus altas tasas de crecimiento demográfico.
En este contexto se explica que les haya recomendado adoptar políticas
de control de la natalidad, conocidas genéricamente como antinatalistas,
que consideran necesaria la limitación de la natalidad para alcanzar
índices estadísticos-económicos que ubiquen a estos países en la
categorías de en vías de desarrollo, o en la de desarrollado

Reunión de naciones para debatir el tema. Las naciones unidas


organizo en 1974 la primera conferencia intergubernamental sobre
población, en Bucarest. Su objetivo principal fue elaborar una política
demográfica que permitiera superar la brecha entre población y
desarrollo, particularmente en los países más pobres

Cada estado soberano acoge o rechaza las recomendaciones


planteadas, y, de hecho, no todos los países participantes compartían la
idea de aplicar políticas antinatalistas para favorecer el desarrollo
económico en sus naciones, abogando más bien por una mejor
distribución de la riqueza, la que se encuentra concentrada en los países
desarrollados.

Menos hijos por mujer. Una nueva conferencia sobre población se


celebro
En Ciudad de México (1984), a la que asistieron representantes de los
países en desarrollo. Basándose en los resultados de una serie de
encuestas aplicadas a mujeres, concluyeron que era favorable aplicar
políticas orientadas a restringir el número de hijos por mujer, con el objeto
de reducir las tasas de fecundidad.

Los pobres siguen multiplicándose: Diez años más tarde, se realizo


la conferencia de población en El Cairo, y ha sido la más amplia del siglo.
En ella, nuevamente, se puso énfasis en la necesidad de lograr la
reducción de las tasas de crecimiento demográfico en los países de
economías subdesarrolladas, para lo cual debían seguir implementándose
programas de planificación familiar orientados a reducir y espaciar el
numero de hijos por familia, además de impulsar programas de desarrollo
económico que permitieran elevar el nivel material de vida de la
población.

2.2 De Bucarest a El Cairo


Las políticas antinatalistas aplicadas alo largo de estos últimos
veinte años en los países de América latina, Asia y África, han dado
resultados concretos, evitando millones de nacimientos; sin embargo, la
población sigue creciendo, aunque a un ritmo más lento.

Se proyecta que, entre los mil días que restan de este siglo y el año
2015, la población de las regiones de escaso desarrollo aumentará en
alrededor de 1.700 millones, mientras que las regiones de economías
desarrolladas solo incrementarán su población en 57 millones. Estos
cálculos tienen un valor relativo, ya que los conflictos Bélicos, las
enfermedades epidémicas y los movimientos migratorios, entre otros
factores, pueden contribuir cualquier proyección.
En las áreas menos desarrolladas,
especialmente los europeos, acogieron a
los inmigrantes asiáticos y africanos,
quienes se le desempeñaron en tareas
menores que no exigían un alto grado de
especialización industrial. Hoy, sin
embargo, la constante tecnificación de los
procesos productivos ha acrecentado la
población cesante en todos los sectores
laborales. La cesantía es un fenómeno
cada vez más inquietante en el viejo
mundo, por su extensión y profundidad.
Por esto el crecimiento demográfico del
planeta no puede ser considerado
solamente como un problema nacional,
sino más bien global

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