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LA PINTURA A FINALES DEL XIX Y PRINCIPIOS DEL XX

IMPRESIONISMO Y POSTIMPRESIONISMO

1 CONTEXTO HISTÓRICO

2 EL IMPRESIONISMO

3 EL NEOIMPRESIONISMO O PUNTILLISMO

4 LAS VANGUARDIAS HISTÓRICAS: EL POSTIMPRESIONISMO

MOVIMIENTO PAÍS AUTOR OBRA


Francia Manet Almuerzo campestre (Le déjeuner sur l´herbe)
“ “ Olimpia
“ Monet Impresión.Sol naciente
“ “ Estación de San Lázaro
“ “ Catedral de Ruán (en diferentes momentos del día)
“ “ Regatas de Argenteuil
“ “ Ninfeas
Impresionismo “ Degas Las bailarinas
“ “ Final de un arabesco
“ “ Bailarín en el escenario
“ “ Las carreras de caballos
“ Renoir El molino de la Galette
“ “ El columpio
“ “ Muchacha con corona de flores
“ “ Mujer reclinada desnuda
España Sorolla Y aun dicen que el pescado es caro
“ “ Paseo a orillas del mar
“ “ Niños en la playa
Neoimpresionismo Francia Seurat Un domingo por la tarde en la isla de la Grande Jatte
(o Puntillismo) “ Signac Los baños de Andelis
“ Pisarro Mujer en el huerto
Francia Toulouse-Lautrec Jane Avril bailando en el Moulin Rouge
“ “ La Toilette
“ Gaugin Senos con flores rojas
“ “ ¿De dónde venimos?
“ Cézanne Los jugadores de cartas
“ “ Autorretrato
Postimpresionismo “ “ La montaña de Santa Victoria
Holanda-Fr Van Gogh Autorretrato
“ “ La noche estrellada
“ “ La Iglesia de Auvers-sur-Oise
“ “ Los girasoles
“ “ Habitación del pintor en Arlés
España Isidro Nonell La Manuela
1 CONTEXTO HISTÓRICO
París fue el centro creador fundamental de la pintura a lo largo del siglo XIX. En esta capital residían
y trabajaban artistas de todos los países y es en ella donde germinan y evolucionan los movimientos
artísticos de la pintura contemporánea, sustituyendo en este sentido la importancia que tuvo Italia en las
centurias anteriores. Triunfar en París suponía para un artista el reconocimiento oficial de su valía en el
arte actual. La difusión de las nuevas corrientes pictóricas se realiza a través de múltiples talleres y
exposiciones.
Sin embargo, la pintura del siglo XIX seguía estando determinada por la estética academicista y
oficialista, representada por los pintores seguidores del neoclásicismo, que seguían defendiendo la
superioridad de la línea sobre el color.
Además, el Salón (lugar destinado a la exhibición pública de obras de arte) seguirá dominado por unas
directrices totalmente academicistas que producirán un aluvión de rechazos, apartando todo lo que
llevara la marca de originalidad personal.
Aun así, el estado de ánimo revolucionario que dominaba el ambiente chocaba brutalmente con la realidad
oficial. En medio de este contexto surgirá el movimiento impresionista como reacción a la estética
academicista y oficialista, lo que les llevará a mantener una encarnizada lucha para ser reconocidos.
2 EL IMPRESIONISMO
Como contrapunto a los movimientos pictóricos desarrollados durante el XIX (neoclasicismo,
romanticismo y realismo), al final del tercer cuarto del siglo surge el IMPRESIONISMO. Como
consecuencia de los sucesivos rechazos a sus obras por parte del Salón, un grupo de autores decidió
organizar una exposición colectiva privada en 1874. Fue allí donde CLAUDE MONET exhibió la famosa
obra titulada “Impresión Sol naciente”, que dio origen al nombre de Impresionismo, impuesto con
sentido despectivo por el crítico Louis Leroy. Aquella pintura aportaba dos novedades fundamentales, que
se convertirán en características definitorias del movimiento impresionista:
a) supone una nueva concepción iconográfica de la realidad, ya que el tema no tendrá
importancia. Las obras de estos pintores versaban sobre temas vulgares: unas regatas en un
río, unas damas en un jardín, una estación de ferrocarril, etc. Por todo ello fueron llamados los
“intransigentes”.
b) Aportaban también una distinta visión plástica de la realidad, basada en.
• El descubrimiento de que los colores dependen de la percepción individual y de la
luz. Su preocupación será plasmar como el carácter cambiante de la luz del día provoca cambios
en la percepción que tenemos de los colores. Lo que tratan es de plasmar lo que perciben a
través de sus sentidos.
• Por ello, se concede enorme importancia al paisaje pintado al aire libre.
• Tratan de reflejar como perciben el instante, la impresión que reciben. Reflejar la luz del
instante será la obsesión de estos pintores, mostrando en diferentes series de cuadros el efecto
cambiante de la luz solar en las diversas horas del día, así como en las diferentes circunstancias
atmosféricas.
• Lo hacen a través de pinceladas sueltas, yuxtapuestas, que sólo se funden en la distancia, en la
retina del espectador. Esta novedad técnica de la aplicación de pequeñas pinceladas para
producir un efecto a cierta distancia, realmente ya se había iniciado en la pintura barroca de
Velázquez, por ejemplo.

Así pues, para los impresionistas lo fundamental no es lo que pintan (el tema es secundario), sino cómo lo
pintan.
Como antecedentes del Impresionismo podemos citar a los paisajistas románticos ingleses Turner y
Constable, a los pintores realistas por su aproximación a una interpretación “realista” del paisaje, y a los
trabajos de la escuela de Barbizon “au pleiu air” (al aire libre). Y no nos podemos olvidar como precedente
del Impresionismo la obra de Goya “La lechera de Burdeos”, en la que el genial maestro busca el efecto de
la pincelada suelta.

Sin embargo, la aceptación de la tendencia impresionista no fue inmediata, por lo que la ausencia
de ventas provocó una auténtica miseria para algunos de sus practicantes. No será hasta 1887-1890
cuando pueda decirse que el Impresionismo es admitido. Entre 1890 y 1900 el éxito comercial lo
consagrará.

EDOUARD MANET será el primero que evolucione, abandonando la estética academicista de sus
primeras obras. Encabezará la escuela impresionista hasta 1870, en que el liderazgo será tomado por
Monet. Pueden hallarse ya muchos de los fundamentos del impresionismo en su obra ALMUERZO SOBRE
LA HIERBA. Aunque lejanamente, se inspira en el Concierto campestre de Giorgione, interpretado de
forma realista. Sin embargo, lo que provoca un fuerte impacto en el público no es el tema, sino la visión de
la luz y la composición que nos ofrece Manet. La luz se representa como una mancha tonal clara que
contrasta violentamente con las zonas de sombra, mediante manchas de color yuxtapuestas y sin
gradaciones. Lo que le interesa es reflejar la impresión de la luz sobre la escena.

Pero ya hemos dicho que CLAUDE MONET es quien verdaderamente define el impresionismo. Lo
mismo que todos los pintores impresionistas, Monet se formó en el realismo, aunque tras evolucionar hacia
el impresionismo, le será fiel hasta el fin de sus días. Monet nos muestra en diferentes series de cuadros
como LA CATEDRAL DE ROUEN, ACANTILADOS, NINFEAS etc., el efecto cambiante de la luz solar en las
diversas horas del día, así como en las diferentes circunstancias atmosféricas. Otras obras suyas son
IMPRESIÓN, SOL NACIENTE (que dio nombre a la corriente pictórica impresionista de fines del siglo XIX) y
LA ESTACIÓN DE SAINT- LAZARE.

AUGUSTE RENOIR (1841-1919) llevó el impresionismo a la figura humana, al desnudo femenino.


No se interesa por el volumen, sino por el cromatismo, con un colorido voluptuoso. Gustó de pintar
reuniones públicas, bailes y fiestas, como LE MAULIN DE LA GALETTE. Otra obra destacada suya es EL
COLUMPIO en el que el estudio de la luz y el color son las notas características. El pintor utiliza una
pincelada suelta para llamar la atención sobre los reflejos que el sol produce en las figuras, tanto de los
hombres que observan, como de la muchacha, vestida de blanco, que se columpia de pie ante la mirada
atenta de un niño.

EDGAR DEGAS prefiere los interiores al aire libre. Se consagra a pintar bailarinas ensayando y en
escena. Detiene la luz en lo instantáneo y demuestra que el impresionismo no está reñido con la luz
artificial. Se muestra interesado por el escorzo y el movimiento, reflejando una gran variedad de
actitudes. Todas estas características se reflejan en sus obras LA CLASE DE DANZA y FINAL DE UN
ARABESCO.

El principal representante del impresionismo español es JOAQUÍN SOROLLA, aunque aparece con
retraso respecto al impresionismo francés, porque cuando nace Sorolla ya está en marcha el
impresionismo. Nadie ha pintado como Sorolla el reflejo vidriado de los cuerpos mojados de los NIÑOS EN
LA PLAYA.

3 EL NEOIMPRESIONISMO
La técnica impresionista determina la aparición, a fines del siglo XIX, del NEOIMPRESIONISMO O
PUNTILLISMO. Consiste en aplicar el color mediante puntos diminutos de color puro que se
fundirán en la retina del espectador. Los colores se atomizan y son como pequeños puntos en el lienzo, tal
como lo vemos actualmente en la pantalla de los televisores, obligando, por otra parte, a encontrarse a una
cierta distancia para la debida percepción de la calidad de una obra. Estos cuadros semejan mosaicos. Pero
se opondrán al impresionismo por su despreocupación por el volumen: renuncian a los perfiles.
Esta tendencia tuvo una vida corta porque requería una paciente elaboración y una firme disciplina.
Destacan Signat y SEURAT. De este último podemos destacar su obra LA TARDE DE DOMINGO EN LA
ISLA DE LA GRANDE JATTE .

Esta tendencia coexiste ya con la actividad de los iniciadores de la pintura del siglo XX, Cézanne, Van
Gogh y Gauguin, dentro del postimpresionismo.
4 EL POSTIMPRESIONISMO
Los pintores de esta tendencia coexistieron a fines del XIX con el movimiento impresionista en boga.
Suponían una renovación, por lo que fueron rechazados. Su origen lo encontramos en la fuerte
oposición que muestran al carácter fugaz de la representación impresionista, por cuanto ésta capta
sólo el aspecto superficial de los objetos en una visión momentánea, a tenor de la fugacidad de la luz solar,
cambiante en cada momento. Estas criticas han de conducir a la búsqueda de un lenguaje artístico que
supere la superficialidad de esta visión instantánea. Es el POSTIMPRESIONISMO, caracterizado por:
a) la recuperación de la importancia del dibujo.
b) la preocupación por captar la expresividad de las cosas (no sólo la luz). Consideran que es
tan importante la forma como el contenido que quieren expresar a través de sus obras,
buscando, ante todo, una pintura que exprese sensaciones interiores.
c) se acomete el análisis de las formas sobre las que la luz incide.
Hoy, con la perspectiva histórica adecuada, percibimos su verdadera importancia, pues sin ellos
posiblemente la pintura de nuestro tiempo hubiera evolucionado en otra dirección. Así ocurre cuando
consideramos la pintura de Cézanne, Van Gogh y Gauguin como los pintores más significativos del último
tercio del siglo XIX, que marcan las directrices de la pintura contemporánea.

Por una parte, PAUL CÉZANNE (1839-1906), pretende un arte basado en figuras sólidas, buscando
las formas geométricas que subyacen de manera permanente en todos los objetos de la naturaleza.
Una montaña puede ser esquematizada con una pirámide (LA MONTAÑA SANTA VICTORIA), un árbol con
un cilindro, y un fruto con una esfera, pues, como dice el propio Cézanne, el pintor que sepa pintar un
cono, un cilindro y una esfera, sabe pintar la naturaleza. En esta teoría se fundamentan algunos aspectos de
la tendencia abstracta de la pintura contemporánea, como el Cubismo y otras posteriores. Otra muestra de
esta geometrización de las formas lo tenemos en LOS JUGADORES DE CARTAS.

Frente a este criterio se halla la pintura concebida para adentrarse en el alma del espectador a través del
medio cromático. Su máximo representante es VINCENT VAN GOGH (1853-1890). Los colores se
convierten en medios expresivos, significantes, que van más allá de la sensación óptica de la realidad
visual, pues lo que interesa es su significación y la emoción que se despierta en el espectador. A
través del color plasma sus emociones, su aungustia. Las líneas son simplificadas, con pinceladas
cursivas que parecen imitar acentos. Estas características se aprecian en sus obras LA IGLESIA DE
AUVERS, LA HABITACIÓN DE VAN GOGH EN ARLES, LOS GIRASOLES o NOCHE ESTRELLADA.

Con PAUL GAUGUIN (1848-1903), se produce en la pintura contemporánea la ruptura con la tradición
de las figuras y temas del mundo occidental, dando cabida a un mundo exótico como el de Tahití. La
causa de esto es que Gauguin aborrecía la civilización, estando obsesionado por encontrar un mundo
distinto en que los seres naturales (pertenecientes a un mundo primitivo sencillo, no contaminado por el
progreso: el paraíso perdido) le permitieran componer cuadros que reconstituyeran una imaginería
poética. Mundo que encontrará en la Polinesia, donde se refugiará. Mediante líneas y colores,
preferentemente planos, se utiliza una nueva perspectiva en la que lo representado es el pretexto para
cautivar al espectador con un nuevo lenguaje pictórico y una valoración de las composiciones y temas no
enraizados en la cultura occidental. Extiende el color puro en superficies extensas, armonizando las
masas cromáticas. Composiciones simplificadas, estáticas, con recuerdo a la pintura egipcia. A medio
camino entre el Impresionismo y el Fauvismo. Ejemplo de su obra es ¿DE DÓNDE VENIMOS? ¿QUIÉNES
SOMOS? ¿ADÓNDE VAMOS? o LA ORANA MARÍA.
En LA VISIÓN DESPUÉS DEL SERMÓN, representa un grupo de mujeres bretonas que contemplan una
aparición: la lucha bíblica de Jacob con el ángel, que se desarrolla al fondo. El árbol central divide la
composición diagonalmente en dos zonas claramente diferenciadas: la lucha representa el mundo
sobrenatural y las bretonas que contemplan la pelea, el mundo real.

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