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En mi trabajo me envidian

Eclesiastés 4:4 "Vi además, que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan
envidias".

¿A cuántas les gustaría trabajar? todas las que quieren trabajar van a trabajar, amén!.
Dios te va a dar ese trabajo. Sabes que va a haber envidia, pero para eso vamos a tratar
el tema.

¿A cuántas las envidian en el trabajo?


¿Qué es la envidian? Primero voy a explicarlo gráficamente y luego vamos a hablar
sobre el tema. Marta va a subir con una torta de ricota ¡y a esta hora que tendríamos que
estar tomando el té!. Una torta de ricota. Esta torta tiene diez porciones y yo le voy a
pedir a cuatro pastoras que vengan. Yo voy a hacer el papel de envidiosa, porque todas
las mujeres envidiamos, ¡ay usted pastora!, ¡sí también!, no me salvo de esa. Ahora te
voy a explicar por qué.
Supongamos que yo estoy en mi trabajo, la mujer envidiosa tiene la mentalidad de
pequeñez, y dice: “Las bendiciones son pocas y pienso que alguien me las va a sacar”
Ese es el pensamiento de la persona envidiosa, que las bendiciones son pocas y alguien
me va a sacar la mía, por eso la envidia. Yo le voy a pedir que cada una de ustedes tome
de a una, una porción. La envidiosa que en este caso soy yo, las estoy mirando en mi
trabajo y a ella le dieron un aumento de sueldo y se lo está llevando, ¡uh! ¡se me llevó el
aumento de sueldo! se lo llevó ella y ahora a mi no me va a tocar nada ¡qué bronca!. A
ver Susana, a ella le tocó una oficina más grande que la mía, ¡Ay! se llevó mi oficina!
ahora a mi no me van a dar una oficina tan grande. Y ahora Nélida ¡Uy! y a ella el jefe
la felicitó, se llevó todas las felicitaciones del jefe, ahora a mi no me van a felicitar.
¿Quedó torta? ¿Hay mucha torta que quedó? y ¿Por qué no agarro mi porción? porque
la envidiosa cree que hay poco y que ya se lo llevaron, que a ella no le toca nada, hay
alguien que se le llevó la bendición que le pertenecía a ella. Éste es el tema de la envidia
antes de ir y tomar su porción la envidiosa dice: ¡Se la llevó, se la llevó, se la llevó, yo
me quedé sin nada! y empieza a envidiar lo que cada una de ellas se llevó.
¿Se entendió el concepto de la envidia? hay poquito en el mundo y a mi justo me lo
llevó la otra, a mi no me van a dar nada.

¿Qué es lo que más despierta envidia? el afán y el éxito o sea aquella que quiera tener
algo, va a despertar y aquella que tenga éxito, va a despertar. Dice en otra versión:"Toda
excelencia de obras despierta envidia".
Cada vez que hagas algo excelente ¿qué vas a despertar en los demás? envidia. Siempre
que una mujer desarrolle una vida mejor va a despertar envidia. Cada vez que vos
encuentres una nueva oportunidad, cada vez que vivas en más libertad, cada vez que te
rías más, cada vez que seas más feliz, cada vez que te vayas a comprar algo vas a ser
envidiada.
Yo quiero que pienses ¿qué te envidian los demás? porque toda mujer tiene algo
envidiable, todas tenemos algo que las demás o los demás van a envidiar. ¿Qué es lo
que te envidiarían a vos?
- hay personas que envidian tu cuerpo,
- hay personas que envidian tu familia
- hay personas que envidian cómo criaste a tus hijos,
- hay personas que envidian tu nivel económico,
- hay personas que envidian tu felicidad,
- hay personas que envidian tu empuje,
- hay personas que envidian tu capacidad de trabajo
- hay personas que envidian tu casa
- hay personas que envidian que sos delgada
- hay personas que envidian que sos gorda, pero no te haces ningún problema,
- hay personas que envidian que no comes nada, y no te acordás de comer algo durante
el día,
- hay personas que envidian que trabajás poco tiempo pero que ganas mucho
- hay personas que envidian que tenés trabajo y que trabajas muchas horas,
- hay personas que todo es envidiable y alguien te está envidiando ahora en estos
momentos ¿sabías? deci: Ya lo sé.
Todos, todas también sentimos envidia porque no podemos decir ¡ay me envidian a mi
pero yo no envidio! ¡no! todas sentimos envidia porque la envidia es una emoción
desagradable, pero es una emoción que todos los seres humanos conocemos, porque
todas hemos envidiado o nos han envidiado algo.
Este es un sentimiento desagradable, de desear lo que la otra persona tiene y sentirme
mal porque yo no lo tengo, yo no tengo ese trabajo, ese dinero, no tengo esa ropa, no
tengo ese lugar, no tengo esa familia, no tengo esa pareja, entonces envidio que la otra
lo tiene y me siento mal, porque lo tiene la otra y eso que tiene la otra yo creo que me
correspondería a mi, y no lo puedo tener ese pedazo de torta que tiene la otra yo digo
eso era para mi, esa felicitación que le dio el jefe era para mi, no era para ella y sin
embargo lo tiene ella, esa oficina grande era para mi y no me la dieron a mi, se la dieron
a ella, todos envidiamos al otro porque creemos que eso nos corresponde a nosotras, ese
marido me correspondería a mi, esos hijos con la mujer que soy yo, me correspondería a
mi y no a ella, no se lo merece ella me lo merecía yo, pero sin embargo yo no lo tengo.

Vamos a hacer un test para saber si somos envidiosas, me van a decir que no seguro.

1- ¿Siento dolor porque otra persona tiene éxito? ejemplo: bajó tres kilos y yo me estoy
matando de hambre, a mí me tendría que estar pasando eso, no a ella.
2- Cuando te comparas con alguien que tiene más éxito ¿te sentís mal?
3- ¿Deseás disminuir a la persona que tiene éxito? ejemplo: ¡sí, tres kilos! pero no le
queda nada bien, mira cómo le quedó la cara.
4- ¿Querés por momentos lastimar a esa persona, perjudicarla de alguna manera?
ejemplo: Ojala que engorde cinco veces más de lo que bajó; no, no es palabra profética.
5- ¿Crees que vas a ganar algo si la otra persona pierde? ejemplo: si no adelgaza más,
yo voy a adelgazar, porque hay mujeres que creen eso, que si a la otra le va mal a ella le
va a ir bien, y se motivan porque dicen, si a la otra le fue mal, te fue mal, la pareja que
encontraste te terminó maltratando, oh, es de terror ahora yo voy a encontrar una pareja
buena, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? pero hay mujeres que creen que si a la
otra le va mal, entonces ellas se van a sentir bien y van a tener éxito.
El que envidia quiere que el otro sufra, pero el que más sufre es el que envidia. Si
envidiás vas a sufrir más que yo.
¿Por qué la envidia es más negativa en el trabajo? porque en el trabajo hay mucha
competencia, hay muchas posibilidades, por lo tanto la envidia es más grande, pero la
envidia en el trabajo es donde más se disfraza.

Algunas máscaras de la envidia


Ejemplo: La envidiosa que enmascara su envidia con la autocompasión. Claro, a ella le
dieron una oficina más grande y yo me ahogo de calor en la mía, qué suerte ella, en
cambio yo soy una pobre mujer, a mí nunca nadie me mira.
Cuando te venga una mujer con autocompasión, es porque es una envidiosa.
En segundo lugar, simulan que no les importa. Le dio un aumento el jefe, el jefe la
felicita, qué importa que tus compañeros le hablen más a ella que a vos, porque sos
mejor mujer que ella y a mi qué me importa que le dan más oportunidades a la otra que
a vos. Deci ¡y a mi qué me importa!, pero por dentro se mueren, y en lugar de aprender
cómo esa mujer logró que los compañeros le hablaran más, que le tuvieran más
confianza, que el jefe les dé más trabajo, que las felicite más, se encierran porque dicen
no me importa, y en lugar de aprender de esa mujer para repetir y para decir “Si ella es
felicitada, voy a ver cómo lo hace ella para que también me feliciten a mi”; porque hay
felicitaciones de sobra, el jefe no tiene una sola felicitación tiene muchas a disposición y
vos te mereces una, claro que si, pero no es que se la llevó la otra, vos te mereces si
podés copiar ver cómo ella lo hace, si ella lo logró vos también lo vas a lograr, la otra
tiene que ser un modelo y no una manera de envidiar.
Otra máscara es la crítica. Una mujer que critica a otra que tiene éxito, porque la hace
sentir bien, ejemplo: Mirá esa, cómo habla con el cliente en lugar de trabajar. Y tal vez
justamente está hablando con el cliente para mantener a ese cliente, pero las otras la
critican porque tiene más clientes que el resto, entonces tienen que buscar una crítica
para sentirse bien. O los falsos: Mirá ¡qué lindo que te fue bien, me alegro!
Ustedes saben que la alegría no se puede imitar, si no te sale, por más que pongas la
cara de alegría, si no te sale que estás alegre, no te sale y todo el mundo se da cuenta, o
los chismes, porque el chisme proporciona una sensación inmediata de alivio o de
poder, si yo chusmeo de que aquella se acostó con el jefe, y por eso el jefe la felicitó y
le dio la oficina más grande. Si te cuento qué hay detrás de la oficina detrás de ese
biombo las cosas que pasan ahí, eso es envidia enmascarada, el chisme es envidia
enmascarada.
O la otra máscara es idealizar a la persona que se envidia por ejemplo: Nadie trabaja
como ella, ella es la mejor en el trabajo, ella es única, es una diosa. ¿Por qué la
idealizás? porque si es una diosa, si es un ídolo, no es real, como no es un ser humano
real, entonces no me comparo, es preferible idealizarla, mandarla allá arriba, que está en
la estratosfera, que es inalcanzable, porque entonces para mi no es un peligro, porque no
necesito compararme, esa también es una máscara.
¿Saben por qué una mujer envidia? porque mira mucho para afuera en lugar de mirarse
a si misma, vive mirando a los demás.
Una mujer que envidia es una mujer que se ha dedicado a mirar para afuera en lugar de
dedicarse a mirar las capacidades internas que tiene. Cuando era chiquitita esta mujer
que hoy es grande y que ahora envidia, los papás siempre la vivían comparando: Vos
tendrías que ser como tu hermana, vos tendrías que comportarte como tu hermana, por
eso las comparaciones son tan odiosas, y como mamás nunca tenemos que comparar a
nuestros hijos, nuestros hijos son únicos, no van a ser como nadie no tenemos que
querer que sean como nadie, pero tenemos que lograr que ellos suelten lo que ellos son,
porque ellos tienen la identidad única y definida no hay otro como ellos; por eso como
mamás, cuando empezamos a comparar: sé como tu amiguito, sé como el vecinito, sé
como la otra vecinita, estudiá como tu prima, porque a tu prima le fue bien, no me hagas
pasar papelones, compórtate como tal otra, como tu amiguita, sé como tu hermana que
ella sí se pasa horas estudiando, o se baña, o se arregla, o es buena presta las cosas.
Cuando lo que hacemos es comparar al otro con una persona, esa persona va a tener
envidia, va a crecer con envidia, porque siempre va a mirar afuera, porque va a decir yo
no soy apta, yo no soy digna de vivir, tengo que ser como alguien, tengo que ser distinta
a lo que soy, porque si soy como soy, nadie me va a querer y nadie me va a aceptar. Son
esas mujeres que tratan todo el tiempo de mirar a otras para ver qué pueden sacarle a la
otra y terminan envidiando. ¿Cuántas fueron comparadas alguna vez con alguien? ¿Y
cuántas mamás comparan a sus hijos con alguien, mal? eso nos sale como naturalmente.
La base de la vergüenza es la insatisfacción. Donde abunda la insatisfacción crece la
envidia. Alguien que gana más que yo, alguien que es preferida del jefe, alguien que
nombran más, alguien que ascienden con más frecuencia, alguien que trabaja mejor.
Lo que más se envidia en un trabajo son los privilegios: ¿Por qué a ella le dieron esto?
¿Por qué a la otra le dieron tal cosa o por qué a la otra le permiten salir antes? Lo que
más se envidia son los privilegios, porque la persona que envidia dice: A ver si le dieron
privilegios, ella tiene una vida fácil y cómo me gustaría a mi tener una vida fácil,
porque lo que se envidia es la imagen, no la realidad, yo envidio lo que conozco de esa
persona, pero yo no conozco totalmente a esa persona. Yo no sé las luchas internas que
tiene, no sé lo que le cuesta lograr a hacer ese trabajo, no sé con las peleas que está
batallando todos los días, no sé las luchas que tiene en su casa, lo único que hago es ver
que alguien la felicitó, y entonces lo que envidio es una imagen, pero no es la realidad.
Ahora que estoy grabando, yo admiro a todas las mujeres y hombres que trabajan en la
televisión, admiro más a la gente que hace programas en vivo, porque yo les puedo
asegurar que es complicadísimo, no es nada fácil, yo admiro a esa gente que las matan
por televisión, las recritican y siguen adelante. A veces dicen: ¿Cómo dijeron eso si
nada que ver? y el otro critica y parece que lo critica abiertamente, fácilmente, y no sabe
todo el trabajo que hay detrás y todo lo que se hizo y todo lo que se trabajó, no lo saben,
entonces uno aprende a admirar más a la gente que hace, por eso no tenés que envidiar,
tenés que aprender a admirar. Hay alguien en el mundo que te admira, hay alguien en el
mundo que reconoce qué estás haciendo. ¡Gloria a Dios por eso!.
¿Qué hacen algunas mujeres para resolver la envidia? usan el síndrome de Blancanieves
¿qué es este síndrome? Dice: Yo no quiero que nadie se sienta mal por mi éxito, lo que
voy a hacer es quedarme a un costado, lo que voy a hacer es tratar de tener menos, para
que el otro no se sienta mal por mi éxito. Son esas mujeres que en una situación de
competencia retroceden y dicen: No, hacelo vos, el jefe me pidió esto pero hacelo vos,
hay posibilidad de hacer un viaje si presentamos un trabajo, no, preséntalo vos.
Retroceden, usan el síndrome de Blancanieves y las dos preguntas que se tiene que
hacer una mujer, que está usando este síndrome, que cree que rebajándose ella el otro va
a tener éxito es: Primero: ¿Qué es lo peor que podría ocurrir si yo uso todo mi
potencial? ¿Qué es lo peor que te podría pasar en cualquier ámbito si vos soltás todo tu
potencial? que te envidien más, nada más, pero para vos van a ser cosas buenas.
¿A quién ayudo cuando yo me retraigo? ¿A quién estás ayudando cuando decís: Yo
mejor no lo hago porque yo no quiero que el otro se sienta mal por mí? ¿A quién
ayudas, estás ayudando a alguien? ¿El que te envidia se va a sanar porque vos no hagas
nada? No se va a sanar porque va a seguir envidiando a otros, se va a poner contenta,
pero no va a ser sana de la envidia, de esa emoción negativa, porque va a seguir
envidiándote otras cosas, o envidiando a otras personas, nadie gana cuando vos te
retraes. Por eso, si Dios te mandó a hacer algo y Dios te puso en un lugar querida mujer,
hacélo, digan lo que digan, hablen lo que hablen, te envidien cuando te envidien, Dios te
prometió, Dios te dijo, cumplile a Dios.
Hay otras mujeres que para frenar la envidia renuncian a su trabajo, dicen no, yo no
quiero trabajar más acá, porque a mi me envidian. Mire pastora yo voy todos los días, es
un suplicio, no tengo ganas de ir a trabajar, me hacen de todo, siempre viven
criticándome, viven chismeando de mi, inventando cosas, ¡yo voy a renunciar y voy a
buscar otro trabajo!. ¿Vos crees que en otro trabajo no te van a envidiar? si sos una
mujer que sos responsable y sos una mujer de éxito te van a envidiar en cualquier lado,
por eso quédate en ese lugar y batallá con la envidia, deci: Me tengo que quedar y
aprender a batallar con la envidia.
Pero hay otras mujeres que hacen algo más sabio y esto es lo más práctico que quiero
dejarte hoy. Para cada día que vayas a tu trabajo o en el ámbito donde te envidian, no
tomar la envidia como algo personal. Porque el otro te dice algo por envidia y vos
enseguida te lo cuestionás, ¿Será así? ¿Me habré portado mal? ¿Me habré equivocado y
habré dicho esto de mala manera? y enseguida lo tomas como algo personal; es un
problema de la que envidia, no es un problema tuyo.
Tener éxito no es un problema tuyo, para vos es una bendición, el problema lo tiene la
que envidia tu éxito. Por lo tanto, nunca tomes una critica de una persona envidiosa
como algo personal.
En segundo lugar: una mujer sabia, cuando se enfrenta en su trabajo o en cualquier
ámbito con la envidia, lo que hace es construir puentes, y si aprendés este principio vas
a ser una de las mujeres más felices del planeta. ¿Qué es construir puentes? es no alentar
la envidia. Tener éxito no implica que yo entonces le vaya a refregar el éxito por la cara
para que me envidie más, total el problema es de la otra, eso es necio, y nosotras
tenemos que trabajar con sabiduría del cielo. Nosotras, en nuestras relaciones
interpersonales tenemos que usar de sabiduría, generar un puente no es generar más
envidia, yo no tengo que enrostrarle mi éxito en la cara a nadie, yo no tengo que mostrar
por ahí todo lo que he logrado para que la otra me tenga más envidia y diga: ¿Viste? te
lo mostré, mira ahora seguí hablando. ¡No, no, no!, no tengo que alentar el aumento de
la envidia tengo que aprender a ser envidiada. Todas vamos a ser envidiadas, tengo que
aprender a ser envidiada. ¿Cómo es eso Alejandra de aprender a ser envidiada? claro
tenés, y este punto es espectacular, muy sabio, tenés que aprender en todas tus
relaciones interpersonales a compartir tu poder. Decí: Compartir mi poder. ¿Qué
significa compartir tu poder? si vos estás en un trabajo y cada vez que te piden algo vos
decís ¡no, no, no!, cada vez que te sugieren algo decís ¡no, no, no!, yo lo hago a mi
manera como yo quiero ¡háganlo así! Ponés en tu oficina: ¡Acá no se entra, no moleste,
silencio, no coma chicle, no escupa!, y todo eso, y te mantenés en un estado de
intransigencia, donde las cosas se hacen como vos decís y nadie más puede opinar. Vos
tenés éxito, a vos te va bien y me parece muy bien, pero el problema es que los demás te
envidian porque no pueden compartir tu éxito y vos tenés que lograr construir puentes
para que todo el mundo pueda compartir tu éxito.
¿Qué significa compartir el éxito? esta oficina, esta empresa, este proyecto, es de todas
nosotras, todas nosotras lo llevamos adelante, no es rebajándote vos para levantar a la
otra, eso no, no es que yo me tengo que rebajar, porque hay muchas mujeres que dicen
“Bueno, para que no me envidien yo me voy a hacer la pobre mujer y ella se va a sentir
bien” ¡eso no!. O decir, yo soy una tonta, mi oficina es grande pero es fría, en el
invierno te congelas en esta oficina, rebajás, no, no me tengo que rebajar. Tengo que
compartir mi éxito: “Cuando quieras esta oficina es tuya, vamos a tomar un café cuando
podamos, dale, qué lindo estar en esta empresa juntas, qué lindo que esta empresa está
creciendo porque estamos nosotras adentro, y por eso va a ir adelante, mira te quiero
compartir un proyecto, qué te parece, y qué te parece esto”. Pero pastora me lo van a
envidiar, me lo van a sacar, vos sé sabia, vos tenés que saber qué compartir y qué no. Te
lo voy a dar con un ejemplo bíblico, pero tenemos que aprender a construir puentes en
nuestra familia, con nuestras vecinas, en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la iglesia,
deci: Tengo que construir puentes, y eso se hace compartiendo el éxito, compartiendo el
poder, si el otro no se siente parte de lo bueno que te está pasando, te lo va a criticar.
Pero si el otro se siente parte de eso bueno y dice: Yo, aunque sea, puse un uno por
ciento, pero puse algo en esta empresa, puse algo en este proyecto, y esto se lo quiero
decir especialmente a las mujeres que son jefas, y que lideran: Mujeres, compartan el
poder con las demás mujeres porque va a ser de beneficio y de bendición para la
empresa que tienen. Tienen diez mujeres trabajando con ustedes, compartan el poder,
que significa: “Esta empresa va a ir adelante por todas nosotras, esto lo vamos a lograr
en equipo”. Estoy construyendo un puente, yo tengo hoy esto, pero vos lo vas a tener
mañana porque lo vamos a lograr, todas, porque si yo lo tengo esto va a ser para todas,
no me envidies sigamos adelante, voy a construir un puente: Vení a hablarme, dame una
sugerencia, dame una idea, tal vez toda la idea no la apliques, pero tal vez apliques esta
partecita de la idea que me diste, y esa persona no te va a envidiar porque va a decir:
Esto lo hicimos juntas, y como lo hicimos juntas, no lo puedo criticar, no lo puedo tirar
abajo, esto tiene que crecer, porque parte de ese proyecto, aunque sea un uno por ciento
es mío, ¿te das cuenta qué sencillo es?. Aprender a trabajar y a lidiar con la envidia
compartiendo el éxito, compartiendo el poder. Vamos a darle un aplauso al Señor, él ha
compartido todo con nosotras, él nos ha compartido su poder a nosotras para que nos
sintamos parte de su reino. De esa manera nadie te va a boicotear tu trabajo, al
contrario, van a crecer, van a subir, van a ganar más, todo va a hacer exitoso porque
aprendiste a construir un puente, a compartir el poder.
Tenemos la historia de José en Génesis 37, dice que José tenia hermanos y los hermanos
le tenían envidia, porque José era el preferido de su papá. Fíjense las cosas negativas
que hizo José, porque a veces las mujeres que son envidiadas también cometen muchos
errores, no solamente la que envidia comete errores, sino la envidiada porque no tiene
sabiduría para tratar con la envidia, y José no tuvo sabiduría para tratar con la envidia de
sus hermanos, porque José le golpeaba la puerta de la carpa al papá y le decía: Viejo
¿sabés lo que está haciendo Rubén, lo que está haciendo tal otro? y le iba con los
chismes de la mala vida que llevaban los hermanos, ¡y a los hermanos les daba una
bronca bárbara!. Es como que vos estás en tu trabajo, alguien hace algo mal y vos vas a
tu jefe a golpearle la puerta y decís: ¡Usted no sabe lo que está haciendo Margarita, un
desastre!, te van a odiar así. Tengo que saber trabajar con la envidia.
Miren en segundo lugar lo que hacia José; su papá le regaló una túnica que era hermosa,
de muchos colores. Yo me lo imagino a José ¡todos los días usaba esa túnica! no se la
sacaba, iba caminando por todos lados: ¡Miren mi túnica qué hermosa, me la regaló
papi y papi pensó en mi, y no saben lo que salió esta túnica, la tengo yo y solamente yo,
y estoy acá con mi túnica! y se la pasaba por la nariz a todos los hermanos.
Hay cosas que tenés vos, que no se las tenés que compartir a nadie, úsalas, disfrútalas
vos, pero no se las enrostres a nadie porque eso va a traer envidia, y vos tenés que ser
sabia para manejar la envidia, para que no te termine destruyendo porque hay mujeres
que no saben manejar la envidia de los demás, terminan con depresión y la peor
decisión que podes tomar frente a la envidia, es terminar vos con depresión.
Otro error que cometió José es que le contó los sueños que él tenia a sus hermanos: “Yo
voy a estar sobre ustedes, yo soñé esto, que ustedes se inclinaban delante de mí, que yo
los iba a dominar”. El sueño era verdadero, pero el error que cometió José es contárselo,
no le cuentes tus sueños a todo el mundo, no le cuentes tus bendiciones a todo el
mundo, hay gente que las puede recibir y hay gente que no está preparada para
recibirlas; y vos tenés que ser sabia, vos tenés que saber cuándo callar y cuándo hablar.
Si a vos tu jefe te dio un trabajo que no se lo dio a nadie más, no hables por todos lados
diciendo: “Miren lo que me dio el jefe”, “A ustedes no, a mi sí, miren lo que me dio, y
ahora voy a ganar mucha platita y voy a ir a un viaje”. Dejá que el tiempo decante las
cosas, que la gente se vaya enterando, pero no por tu boca, porque la gente, de la
bendición siempre se entera, así como se entera de lo malo, se entera de lo bueno; ya se
van a enterar, el jefe es el que tiene que decirles eso y no vos, por eso, no le cuentes tus
sueños a todos. Por ejemplo, decís: Mi sueño es tener una empresa como ésta; la que
tiene envidia se lo va a decir al jefe, pero se lo va a decir mal, ¿sabe qué ésta quiere
ocupar su lugar?, ella dijo que quería tener una empresa como la tuya. Ella se iba a
poner una empresa pero la otra de bronca va a ir al jefe y le va a decir “Ella quiere
ocupar su silla” y el jefe la va a terminar echando, por envidia también, porque sabe que
lo podes lograr.
Y los hermanos de José, hasta el papá, se enojaban cuando José les contaba los sueños;
el papá porque sabía que iba a ser verdad y los hermanos también, porque cuando Dios
te da un sueño profético el sueño se cumple sí o sí. Hasta la esposa de Potifar le tenía
envidia a José, porque el esposo Potifar estaba más tiempo con José que con ella,
porque estaba admirado de José, porque le encantaba hablar con José, y la esposa de
Potifar tenía tanta envidia de José que dijo: Yo a éste lo voy a hacer caer, a éste le voy a
hacer pisar el palito para que lo echen, entonces voy a tener a mi marido para mi sola,
¡hasta eso!. Alguien me está envidiando. Recién en el capitulo 45, cuando pasa toda la
historia, que los hermanos lo tiran en un pozo, lo venden como un esclavo, él va
teniendo toda una historia de vida donde cada vez va teniendo más éxito; momentos
donde cae porque actúa mal con la envidia. Cada vez que José cae es porque actúa mal
con la envidia, porque no sabe manejar la envidia; y cada vez que no sepas manejar la
envidia con sabiduría, vas a caer. Cada vez que hagas una tontería, con el tema de la
tontería vas a caer en un pozo, en una depresión y eso le pasaba a José. Cada vez que te
cuestiones y te hagas cargo de lo que los demás te envidian vas a caer en depresión por
eso tenés que ser sabia, decí: Tengo que ser sabia para manejar la envidia ajena. Y en el
capitulo 45, él ahí entiende el propósito de todo lo que le pasa, madurar, aprender a
manejar la envidia de los hermanos y ahora está preparado, los cita a los hermanos y les
dice: La riqueza de la tierra de Egipto será vuestra .Yo no voy a estar por encima de
ustedes mandoneándolos, Dios me trajo a este lugar no para que ustedes se inclinen
hacia mi, sino para compartir mi poder con ustedes, para levantarlos y darles poder
también. Él descubrió el secreto de compartir el poder. Querida mujer, si podés
descubrir esta gran verdad, esta gran palabra de sabiduría, tu vida va a cambiar, si vos
aprendés a compartir el poder en tu familia, y cuando tengas que tomar una decisión
poder compartirlo con tus hijos, si son chiquititos tal vez en otro tipo de decisiones, pero
cuando son adolescentes, cuando son jóvenes, no le digas esto se hace así y se terminó,
no, sino decirles a ver ¿qué les parece? no vas a hacer todo lo que te digan, la mayor
parte de la decisión la vas a tener vos, pero vas a compartir el poder y tus hijos se van a
sentir parte de esa decisión, parte de ese negocio, parte de la compra de esa casa, parte
de la compra de esos muebles que estás pensando en comprar.
La gente tiene que sentir parte de tu éxito, porque si se siente parte de tu éxito nunca te
va a envidiar y por lo tanto nunca te va a boicotear. A José se le hizo luz, le hizo clic, y
dijo: Los sueños no eran para que ustedes estuvieran debajo mío, los sueños eran para
que pudieran compartir toda la riqueza de Egipto, toda la riqueza de Egipto, le dijo a los
hermanos, a partir de ahora va a ser de ustedes.
Querida mujer la envidia siempre te entrena para grandes conquistas, la envidia siempre
te entrena para jugar en primera, por eso te envidian por eso nos envidian a todas, todas
somos envidiadas en algo, recordá eso que pensaste antes, todas somos envidiadas,
porque Dios te está entrenando para que juegues en primera. Dios te está entrenando
para que te olvides de las cosas pequeñas y negativas y empieces a mirar las cosas
grandes que tiene para tu vida, para que puedas sacudirte esa envidia y puedas alcanzar
lo grande. Por eso, “Con la envidia Sánchez no te enganches”. Con la envidia no tengo
que engancharme, no te hagas eco de las reacciones de los demás la gente siempre va a
poner cosas en vos, que sos orgullosa, que sos una agrandada, que ahora te la creíste,
que sos una pobre mujer que te acostaste con medio Villa Ballester, que te acostaste con
todo el cuerpo de bomberos, la gente siempre te va a enfrentar porque algo te envidia,
vos no te hagas cargo de lo que la gente pone en vos porque te vas a deprimir, ¿y por
qué doy esa imagen? ¿la gente no ve mi trabajo? ¿no ve mi esfuerzo? ¡no!, la gente ve
una imagen, ve una parte de vos, la gente no conoce toda tu vida, no conoce tus luchas,
no sabe de donde venís y no sabe hacia donde vas, entonces te van a envidiar siempre,
por eso tenés que saber manejar la envidia, por eso no te enganches con la envidia, no te
hagas cargo de lo que el otro pone en vos, porque si vos empezás a decir: ¡ay! me dijo
que me acosté con el jefe, que tengo cara de prostituta, ahí te enganchaste y vas a
empezar a pensar, a pensar, a pensar y te va a dar angustia. Claro el jefe a vos te da
porque se quiere acostar con vos, ¡ay! ¿Se querrá acostar conmigo? no voy a poder
trabajar más acá, voy a perder el trabajo ¿qué voy a hacer? y caes en depresión, y la que
pierde sos vos. Decí: Tengo que saber batallar con la envidia. Estás siendo entrenada
para grandes conquistas por eso sos envidiada, porque Dios te quiere dar algo más
grande, te quiere hacer competir en ligas mayores, competir por premios más grandes,
decí: “¡Voy por más!”. Tenés que aprender a estar muerta a las cosas negativas, el
enemigo a veces nos tira, pero con pistolas de agua y cree que nos va a matar, ¿saben lo
que dijo Jesús? Dijo: Toda potestad me ha sido dada, todo poder me ha sido dado. ¿Cuál
es el poder que le queda al enemigo? ¡Nada! Toda potestad, dijo Jesús, me ha sido dada,
por lo tanto el enemigo no tiene poder para atacar tu vida y para arruinar tu vida, porque
el único poder que hay, lo tiene Jesús, tiene todo el poder sobre tu vida y tiene más, para
darte y bendecirte. Al enemigo no le queda ningún poder en contra de tu vida ¡Gloria a
Dios!.
Jesús estaba en las bodas de Canaán, se acabó el vino y la madre le dice: Nene ya no
tienen vino, vos que andas diciendo por ahí que tenés poder, dále hace algo y Jesús le
respondió a María le dijo: Mujer eso ¿qué tiene que ver conmigo? eso que me estás
diciendo ¿qué tiene que ver conmigo? porque lo que me estás diciendo me quiere llevar
por otro camino que no es mi camino, esa envidia que me tenés, esa crítica que me estás
haciendo, no tiene nada que ver conmigo, porque yo sé hacia donde voy y con esa
envidia me querés llevar por otro camino, y yo no me voy a enganchar.
No te enganches. No me engancho porque voy para otro lado. Vos vas para el lado del
éxito, a vos te envidian porque sos una mujer exitosa, porque vas por el camino del
éxito y Dios te prometió que todo te iba a salir bien y eso es parte de lo que te
corresponde a vos, ese es tu camino, que cada paso que des te va a ir bien, esa es
promesa de Dios para nosotras, somos mujeres de éxito. Nosotras no es que somos
ahora bendecidas, nosotras nacimos bendecidas, hemos nacido llenas de bendición, por
eso somos mujeres de éxito que todo lo que hagamos nos va a salir bien y ese es nuestro
camino. Cuando venga alguien a criticarte, a chusmear de vos, a hablar mal de vos, a
rebajarte, a querer serrucharte el piso, deci: No me engancho, porque no es ese el
camino, yo sé el camino que tengo y Dios me llevará de gloria en gloria y de poder en
poder. ¿Cuántas pueden darle un gracias a Dios?
Aprendé a compartir el éxito ¿sabes por qué Presencia de Dios es un ministerio de
éxito? porque estás vos, porque está la mujer que tenés al lado, porque este éxito lo
hicimos juntas, tomadas de la mano de Dios.
Quiero que cierres los ojos porque te voy a soltar una bendición y espero que tomes esta
bendición, es la bendición que Jacob le dio a José, a ese hombre que fue envidiado toda
su vida y que le costó tanto aprender a manejar la envidia de los demás, porque era un
hombre de puro éxito como somos nosotras, y la bendición que Jacob le dio, la
bendición de su padre fue: “Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente”,
le causaron amargura sí como te causaron a vos, lo aborrecieron, pero su arco se
mantuvo poderoso y los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del fuerte
de Jacob, por el Dios omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de
arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del
vientre. Dios te eligió a vos, Dios te bendijo a vos, y Dios te llamó a vos.
Querida mujer las manos del Señor están sobre tus brazos, tocate los brazos, son fuertes,
te han envidiado, claro que sí, porque sos una mujer bendecida desde antes de nacer,
porque has sido llenada por Dios desde antes de nacer y porque fue el Señor el que te ha
sostenido los brazos en cada momento de dificultad, y te los ha fortalecido, por eso sos
envidiada. Pero dice la palabra que sos rama fructífera, que tendrás fruto y que Dios te
abrirá los cielos y te dará las bendiciones de arriba de los cielos y las bendiciones de
abajo del abismo y tendrás todo lo que desee tu corazón, porque él dice, te han
mantenido y te mantendrán en bendición permanente. ¡Santo!.
Hasta ahora llorabas, te angustiabas, te encerrabas, te retraías, no querías competir, no
querías que nadie te propusiera nada, porque ibas a hacer daño a una hermana, a una
prima, a una sobrina, a una amiga, una vecina, una compañera de trabajo, y yo no quiero
que nadie se sienta mal por mi culpa. Tener éxito no es tu culpa, es tu bendición mujer,
tener éxito es tu camino, es tu bendición, es el regalo que Dios te dio, estás hecha para
el éxito y estás hecha para disfrutarlo, para que las cosas te salgan bien. Por eso, querida
mujer, tu actitud te va a bendecir, cambiá tu actitud, compartí el poder, hace que los
demás se sientan felices también por tu éxito, porque ellos han tenido parte de ese éxito,
¡pero yo no puedo mentir pastora! No mientas, tomá de lo que te dan, y tomá aunque
sea una parte muy pequeña, pero tómalo y decíselo: Esto lo hice gracias a vos, esto lo
hice porque vos me llevaste acá.
El otro día vino el dueño del canal y me dice: Estamos bendecidos por Dios con este
programa y yo le dije: Lo tomo, claro que sí, yo sé que este programa está bendecido
por Dios, y me dice ¡Qué bueno! Porque todo lo que él va soltando yo le voy dando un
principio. A todas las productoras les enseñamos, porque vinieron acá y dicen: Acá
hablan de sembrar, no dicen “dar algo”, les explicamos a ellas qué era el concepto de la
cosecha y la siembra y ahora ellas en Utilísima dicen: Te voy a sembrar algo,
empezaron a usar ese término. El otro día dije: Este programa va a ganar un premio,
pero nos vamos a poner de acuerdo, porque hay un poder en el acuerdo ¿nos ponemos
de acuerdo? ¡Claro que sí! me dicen las productoras, vamos a ganar un premio y les
enseñé el poder del acuerdo, ¡eso es impresionante! y vamos soltando, vamos
aprendiendo a compartir el éxito, este éxito que Dios nos ha dado, que Dios nos ha
permitido y que ha compartido con nosotros, por eso tenés que aprender a manejar la
envidia, para que la gente traiga bendición a tu vida, para alejar la envidia de tu vida,
pero no alejándote vos, ni alejando a la gente, no angustiándote ni deprimiéndote,
disfrutando del éxito y compartiéndolo con todo el mundo. Y cuando me hablaba el
dueño, me dice que es el deseo del canal, y le digo que me habían llamado de Bahía
Blanca porque habían visto el programa, que les encantó y lo sacaron por una radio y
esta semana me van a sacar por una radio de la costa, y me hacen una nota que va a salir
en la revista “Como Estar Bien” y de ahí se abrió otra puerta más, impresionante lo que
está pasando, y todo el mundo ve el programa, y cuando vinieron para hacerme la nota
yo dije tengo que agradecer a tal, esos nombres que son los que están en Utilísima y las
productoras, quiero que lo pongas en un recuadro aparte porque yo estoy agradecida a
esas personas, y me dijo: ¡Qué bueno que seas agradecida! porque hay mucha gente que
nunca agradece. Yo le dije: Porque yo sé el poder que trae el agradecer, yo soy una
mujer agradecida porque esto que está pasando, es algo que estamos haciendo entre
todos, yo sé que Dios es el que ha bendecido y el que bendice, pero esto lo hacemos
entre todos, es la disposición que tenemos, es la gente que viene acá los viernes, son las
oraciones de ustedes, es cuando ustedes le dicen a una amiga: Mirá el programa, es
cuando ustedes llaman a un familiar de otra provincia y le dicen que mire el programa,
es cuando vos invitas a alguien a este lugar. Sabemos que los éxitos no llegan por una
persona, los éxitos se comparten, y todos llegamos a la cima, algunos antes, otros
después, pero todos hemos compartido ese éxito, y más tarde o más temprano todos
estaremos en el mismo lugar, festejando y celebrando y dándole gloria al Señor.

Para las que están casadas o que están en pareja y de pronto se van a casar, querida
mujer, compartí tu poder con tu pareja. Saben que he visto muchas mujeres que se han
acostumbrado a estar solas, o a tener broncas internas, nunca comparten ningún
proyecto con sus parejas, pero él me dice que no. ¡No! sé sabia, sabés qué compartir y
qué no, pero hay elección en esas decisiones que hay que hacer en tu casa, compartilo
con tu pareja, compartí el éxito y el poder. Hay muchos hombres que no se convierten al
Señor, porque va la mujer a la casa y dice: Yo no quiero que él venga a mi territorio, no
quiero que lo venga a arruinar, porque ese lugar es sólo para mi, y ahí yo me siento bien.
Por eso los maridos no se convierten, porque nunca le compartís nada, porque le decís:
Vos venís a arruinar. ¡Sé sabia! ¿por qué no se convierte? porque envidia tu éxito, tu
bendición, que estés contenta a pesar de las situaciones difíciles, atrevete a compartir el
poder, decile: ¿Sabés por qué estoy feliz? porque nos pasa lo que nos pasa pero estamos
juntos, y eso es de nosotros dos, porque somos un equipo, a veces no funcionamos tan
bien como queremos, pero somos un equipo, y esta pareja la hacemos entre los dos,
esta familia la hacemos entre todos, vamos juntos a salir adelante. Atrevete a compartir
el éxito y las bendiciones, atrevete a compartir el poder, vas a ver cómo el clima va a
cambiar, hay actitudes que traen éxito y si sabes tocar buenas actitudes frente a la
envidia, vas a tener más éxito aún de lo que hoy tenés, seguirás siendo envidiada claro
que si, pero tendrás madurez para poder compartir con los demás y decir ¡Mi riqueza es
la riqueza de todos ustedes!. Pensá en tu peso, tu perro, tu ropa, tu pelo, tus ojos, tu
trabajo, tu mamá, tu papá, tus hermanos, tu iglesia, una bendición que tengas, que vos
sabés que ahí tenés éxito, en esa área de tu vida porque está bendecida, ahí es donde
alguien te está envidiando, en esa área y ahí es donde tenés que atreverte a compartir ese
éxito, hay una persona que vos sabés en qué área te envidia, que Dios te dé sabiduría.
¿Cómo vas a compartir tu éxito? decile ¿Sabés por qué yo estoy acá? gracias a que vos
un día me dijiste esta palabra, gracias mamá porque un día vos me pariste, sino hubiese
sido por vos, aunque vos sabes que Dios te hizo nacer, pero no importa hacela compartir
ese éxito, hacela compartir. Mi mamá cuando me vio el otro día en televisión, me dice:
“Saliste a tu madre” y yo le dije “Claro mamá, si vos eras la que te hacías la loca en
casa, haciendo de actriz, yo lo copie de vos mamá”. Le hice compartir esto que estamos
viviendo entre todas, porque es verdad, ella tiene parte, porque toda la gente que nos
rodea tiene parte, a veces en la amargura o en la tristeza, no lo vemos. Dalo vuelta, hasta
con tu envidia a mi me hiciste crecer. Yo le agradezco siempre a esa mujer que mandó
un correo y me dijo: Sus reuniones se parecen más a Utilísima que una reunión de
iglesia y usted no parece una pastora. Y yo tomé y dije esta mujer me está dando una
palabra profética sin darse cuenta, yo le agradezco y bendigo a esa mujer, porque no se
dio cuenta lo que hizo, tuvo envidia, pero yo supe manejar en ese momento, en otro
momento no lo sabia manejar, estoy aprendiendo, y que esto lo voy a usar. Y esa mujer
es parte del éxito, porque si ella no me hubiese hecho despertar yo no me hubiese
despertado que tenia que estar en un canal que ve el setenta por ciento del país. El
setenta por ciento ve Utilísima y el otro treinta ya está acá, en Presencia de Dios.
¡Gloria a Dios! Amén.
Por Alejandra Stamateas

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