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Los cambios en el uso de la tierra influyen en el clima, ya que éstos están ligados a una
emisión adicional de gases invernadero. Hace alrededor de diez mil años, la Tierra poseía
un área de 63 millones de kilómetros cuadrados de bosque, de las cuales han sido destruidas
2.2 millones de km2. La destrucción de los bosques libera el CO2 acumulado en las plantas.
Las sustancias orgánicas en el suelo se descomponen y causan emisiones adicionales de
CO2, CH4 y N2O, de esta manera, entre 1850 y 1985, se produjo alrededor de 117 mil
millones de toneladas de carbono (C) que corresponden al 15% del C en forma de CO2
presente en la atmósfera. Se calcula que debido a la destrucción de bosques actualmente se
emiten 1.6 mil millones de toneladas de C/año, que equivalen al 23% de la emisión global
anual de carbono.
Los árboles absorben dióxido de carbono, liberan el oxígeno y almacenan el carbono. Las
selvas húmedas como la existente en nuestra Amazonía reducen el calentamiento del
planeta al absorber los gases de carbono. La fórmula es sencilla, mientras menos árboles
existan, se dejará de absorber menos CO2 y el calentamiento recrudecerá.
Pero cuando los árboles se queman la contaminación se vuelve aún más peligrosa por la
emisión de gases adicionales como el metano
Aseguró que Costa Rica, Cuba, República Dominicana y Uruguay son un ejemplo para el
mundo porque son los únicos países de Latinoamérica cuya reforestación supera la
deforestación, lo que ha provocado un incremento en sus coberturas forestales.
Sin embargo, datos del PNUMA señalan que Latinoamérica es una de las zonas con más
deforestación del mundo, pues pierde al año 4,5 millones de hectáreas de bosques.
"Le estamos diciendo a América Latina que no es el principal responsable de las emisiones,
pero puede ser afectado duramente por su vulnerabilidad, por lo que tiene que contribuir a
disminuir las emisiones dejando el hábito del CO2", afirmó.
El representante del PNUMA se encuentra en Costa Rica debido a que este país fue
escogido como sede regional de la presentación de la guía para disminuir las emisiones de
CO2, como reconocimiento a los esfuerzos de esta nación en ese sentido.
El libro llamado "¡Deja el hábito!: Guía de las Naciones Unidas para un clima neutro", fue
presentado mundialmente hoy en Nueva Zelanda y establece algunas acciones que los
ciudadanos pueden aplicar en sus propias casas.
Por ejemplo, evitar el uso de despertadores digitales que generan 48 gramos de CO2 al día,
secar la ropa al sol, pues los secadores eléctricos producen 2,3 kilos de CO2 o caminar al
aire libre en lugar de hacerlo en máquinas que generan un kilo de gases de efecto
invernadero.
Antes de generar conciencia en los consumidores debemos tener presente que los
consumidores son libres de tomar sus propias decisiones de consumo, es decir, nadie
puede obligarlos a comprar productos que no quieren. En ese sentido, los consumidores
siempre serán responsables de sus decisiones.
Para que una persona tome conciencia primero debe manejar de información, sin ella no
puede tomar buenas decisiones de consumo. Por ello, el punto de partida para formar a un
escolar como consumidor responsable desde una perspectiva de formación ciudadana es
brindándole información, acerca de lo que consume y mostrándole las opciones o
alternativas que pueden favorecer un consumo sostenible. Pero ¿sólo con información
podemos conservar el medio ambiente? la respuesta es no.
Entonces ¿cómo podemos adoptar un rumbo favorable de conservación del medio
ambiente? Cambiando de actitud. Esta respuesta parece simple, pero es sumamente
complicada, porque implica, dejar de pensar solo en nosotros y en nuestras preferencias y
trascender a los demás.
El reto que queremos compartir con cada docente es lograr que cada peruano sea un
ciudadano que tome en cuenta el consumo sostenible, es decir, que sea un
ecoconsumidor, que sabe de sus derechos, que sea protagonista en el mercado; pero a
la vez que sea sensible a las necesidades de conservación del medio ambiente.