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 ..
82
CLÍNICA ESPAÑOLA
30 julio
 1944
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•Tl ;
dieta contiene mucha cantidad
 de
 almortas
 y
 sobre-pasa
 los 300
 gramos diarios
 por
 individuo
 se pue-
de producir
 el
 latirismo. (Observación
 núm.
 IV.)
El conocimiento
 de
 factores protectores frente
 a
dietas vegetales unilaterales
 es
 muy
 antiguo
 y su
aplicación se remonta
 a
 los pueblos más primitivos.Ejemplo
 de
 ello
 se
 conoce
 en
 las
 islas
 del
 Pacífico,en donde con frecuencia
 la
 alimentación es muy mo-nótona
 y a
 base
 de
 semillas
 de
 leguminosas,
 y en
estos pueblos, como refiere VEEN*,
 los
 indígenasde Java, Hawai
 e
 Indochina suplementan
 su
 habi-tual alimento con preparados supletorios que llevannombres
 ya
 tradicionales.
 El
 Nuoc
 Man
 que
 utili-zan los indígenas
 de
 Indochina
 y
 que es
 un
 produc-to líquido obtenido
 por
 la
 destrucción
 por
 ciertasbacterias
 del
 pescado
 en
 salazón
 y
 en
 cuya compo-sición, según
 los
 estudios de este mismo autor
 *
 en-
tran muchos radicales metilos.
 Del
 mismo modoMILLER
 y
 ROBBINS
 
han
 estudiado
 el
 Opihi,
 que
lo emplean
 en
 las islas Hawai.En nuestra dilatada experiencia
 en
 personas adul-tas
 y con
 dietas
 que
 contengan
 en un
 total
 de
2.000 calorías
 y
 con
 escasa
 o
 nula riqueza
 en pro-
teínas animales,
 un
 contenido de almortas de menosde
 70
 gramos, nunca hemos visto ningún caso
 de
latirismo. Esta posibilidad
 de
 administrar diaria-mente hasta
 70
 gramos
 de
 almortas
 en
 dietas
 de
escaso valor calórico
 y
 proteínico tiene
 la
 granventaja
 de
 transformar
 en no
 carente calóricamenteuna dieta
 que sin
 tal
 suplemento
 lo
 sería.Cuando
 la
 alimentación
 va
 siendo más abundan-te
 no
 sólo calóricamente sino igualmente
 en
 alimen-tos animales,
 la
 protección antilatirógena
 va
 siendomayor hasta sobrepasar
 a
 los 3 00 gramos de almor-ta
 por día,
 en
 que
 ya no
 puede evitarse
 el
 peligrodel latirismo aunque
 se
 administren abundanteselementos protectores (leche, carne, queso, etc.).
 El
peligro
 se
 acentúa más cuanto mayor
 es el
 consumode almortas diariamente.El latirismo es consecuencia de una dieta desequi-librada
 en el
 sentido
 de la
 ingestión
 de
 almortasmás
 las
 indiscutibles condiciones personales.
 Si en
estas condiciones personales puede influir
 el
 acos-tumbramiento
 a la
 alimentación
 con
 almortas
 es
un tema
 a
 discutir.
 El
 estudio
 de la
 adaptación
 a
ciertas carencias,
 por
 ejemplo a. la B
x
 5
«
 6
,
 sería
 sig-
nificativo.
RESUMEN
En dietas hipoproteicas,
 de
 2.000 calorías
 por
día,
 la
 administración
 de
 almortas, inferior
 a
70 gramos,
 no
 produce efecto latirógeno.Al mejorar
 la
 calidad
 de la
 dieta,
 con
 factoresprotectores, tales como: carne, queso
 o
 leche,
 la
 ad-
ministración
 de
 almortas puede llegar
 a
 300 gra-
mos
 por día sin
 originar latirismo.
 El
 aumento
 so-
bre este tope
 de
 la
 almorta administrada puede
 ori-
ginar latirismo
 aun con
 dieta protectora.BIBLIOGRAFÍA
1
 JIMÉNEZ DÍAZ, ORTIZ
 DB
LANDÁZURI
 y
 RODA.
 — Rev. Clin. Esp., 8,
154,
 1943.
2
 VAN VEEN,
 A.
 G.
 —
Annual Review
 of
 Biochemistry,
 11, 891, 1942.
8 VAN
 VEEN,
 A.
 G.
 —
Natuurw. Tijdschr. Nederland Indie,
 101,
147.
 1941. (Cit.
 2.)
4
 MILLER
 V
 ROBBINS.
 Philippine J. Sei., 71, 141, 1940. Cit. 2.)
5
 LANCZOS.
 —
Klin. Wschr.,
 18,
 244, 1939.
6
 MEYERS.
 —
Journ.
 Am. Med. Ass., 201, 785, 1941.
ZUSAMMENFASSUNGBei einer proteinarmen Ernährung
 von
 2.000Kalorien
 pro Tag
 hat
 eine Verabreichung
 bis zu
70
 g
 Platterbsen keine Lathyrismus auslösendeWirkung.Wenn sich
 die
 Qualität
 der
 Nahrung
 auf
 Grundvon Schutzfaktoren
 wie
 z. B.
 Fleisch, Käse oderMilch bessert,
 so
 darf
 die
 Platterbsenmenge
 bis
 zu
300
 g
 pro Tag
 ausmachen, ohne einen Lathyris-mus
 zu
 erzeugen. Eine noch grössere Platterbsen-menge führt auch
 in
 Gegenwart
 von
 Schutzfakto-ren
 zum
 Lathyrismus.RÉSUMÉDans
 les
 diètes hypoprotéiques
 de
 2.000 caloriespar jour, l'administration
 de
 gesses, inférieure
 à 70
grammes,
 ne
 produit aucun effet latyrogène.En améliorant
 la
 qualité
 de la
 diète, avec
 des
facteurs protecteurs
 
viande, fromage, lait,
 —
l'administration
 de
 gesses peut atteindre
 300
 gram-mes
 par
 jour sans provoquer
 du
 latyrisme. L'élé-vation
 sur
 ce
 maximum
 de
 gesse administrée peutoriginer
 du
 latyrisme, même avec
 une
 diète
 pro-
tectrice.
EL LATIRISMO
 EN
 VIZCAYA
A.
 URUÑUELA
Jefe Provincial
 de
 Sanidad
Las restricciones
 y los
 trastornos
 que
 por
 cau-
sas de todos conocidas viene padeciendo nuestro sis-tema
 de
 abastecimientos,
 han
 dado lugar, entreotros fenómenos secundarios,
 a
 que
 la
 almorta, con-sumida
 de
 ordinario
 en
 sus
 zonas
 de
 producción,haya sido atraída hacia nuevos
 y
 lejanos mercadosa favor
 de la
 natural tendencia
 a ser
 restablecidoun equilibrio eventualmente perturbado dentro
 de
las normas
 que
 regulan
 la
 producción,
 la
 distribu-ción
 y
 el
 consumo
 de
 alimentos.
 En la
 provincia
 de
Vizcaya
 —
por ejemplo
 —
nunca
 se ha
 cultivadola almorta,
 y su
 utilización como alimento
 del
hombre
 ha
 sido excepcional
 por lo
 rara. Única-mente, dentro
 del
 que
 pudiéramos denominar
 pe-
queño comercio familiar,
 ha
 habido algunas impor-taciones
 en
 cantidades
 muy
 limitadas.Los primeros casos
 de
 latirismo conocidos
 ocu-
rren
 en
 el
 año
 1942
 y
 de
 ellos
 se dio
 cuenta opor-tuna
 al
 Instituto
 de
 Investigaciones Médicas.
 Se
trataba
 de
 cuatro casos registrados
 en
 dos
 agrupa-ciones familiares
 que
 venían consumiendo
 la al-
morta recibida
 de
 allegados residentes
 en la
 pro-
vincia de Palencia.Obedeciendo,
 sin
 duda,
 a
 las
 causas arriba apun-
 
XIV
LÄTIRISMO EN VIZCAYA
83
tadas, ha sido
 cn c
^
 vera
no de 1943 cuando la al-morta ha hecho su aparición en gran escala en nues-tro mercado, ofreciéndose desde entonces con pro-fusión y a un precio relativamente bajo en losestablecimentos de comestibles de la capital y de laszonas industrial y minera de la provincia, precisa-mente donde reside el mayor contingente de pobla-ción obrera carente de otras fuentes de suministroje víveres de las que le ofrece el comercio local, entanto el trabajador residente en las zonas rurales,por disponer de ordinario de un predio cultivado,encuentra fácilmente el modo de completar su ali-mentación con el producto de sus propias cosechas.La almorta, fácilmente cocinable, grata al pala-dar y de elevado valor nutritivo, ofrecida en venta-josas condiciones económicas en un mercado res-tringido y caro, fue, como es natural, prontamenteaceptada, singularmente por los hogares modestosen los que venía a suplir cumplidamente la falta deotras leguminosas utilizadas en la época normal.El obrero ocupado en industrias pesadas o en in-tensos y continuados esfuerzos físicos había encon-trado en ella un poderoso y apetitoso calorígeno.En estas circunstancias y a los pocos meses deponerse la almorta a la venta, se manifiesta el la-tirismo. En el espacio de unos días, al final del mesde noviembre del citado año, solicitan asistenciafacultativa en el Santo Hospital Civil del Genera-lísimo Franco y en el Dispensario de Higiene Men-tal del Instituto provincial de Sanidad, varios en-fermos parapléjicos en todos los cuales se obtiene elantecedente de estar consumiendo o haber consu-mido recientemente almortas.Instruida de estos hechos la Jefatura provincialde Sanidad y con el fin de salvar el riesgo que im-plicaba la ignorancia del problema, hizo públicaen la Prensa y la Radio locales, el 30 de noviembre,una nota en la que se recomendaba a los consumi-dores de la almorta y sus harinas la utilizaran espa-ciadamente en sus comidas, de tal manera que nollegase a constituir la base de su alimentación, seña-lando los peligros que para su salud podrán deri-varse de descuidar el cumplimiento de esta obliga-ción. El texto de dicha nota fue previamente apro-bado por el señor Gobernador Civil, con quien seconvino en que dadas las estrecheces del mercadolocal de comestibles, no procedía por el momentodecretar la prohibición de venta del producto encuestión, tal como había sido sugerido, por enten-der que una vez conocido el peligro que encierrasu inmoderado consumo, podía tolerarse su apro-vechamiento en la forma prescrita, en tanto contri-buía a aliviar el problema de abastos.Pocos días después se subrayó esta advertenciahaciendo publicar una nueva nota intencionada-mente redactada y en la que al reseñar la sesión de-dicada por la Academia de Ciencias Médicas deBilbao a la presentación de los primeros casos, seinsistía sobre la permanencia de un positivo riesgode enfermedad atribuido al consumo inmoderadode la almorta, renovándose las recomendacionespara evitarlo.Estos avisos provocaron entre el público, si nola alarma, por lo menos la aprensión hacia la al-niorta y, en consecuencia, su venta disminuyó mar-cadamente. Sin embargo, de las investigaciones lle-vadas a cabo en buen número de establecimientosde comestibles, dedujimos que continuaban acudien-do compradores que, aunque conscientes del peli-gro de que se les había impuesto, insistían en inge-rirla a diario. No queremos recoger en estas líneaslos comentarios malintencionados y los absurdosrazonamientos que escuchamos de algunos consu-midores recalcitrantes a quienes personalmente acon-sejábamos.A partir de su aparición y en el transcurso delmes de diciembre, los nuevos casos de latirismo sesuceden sin interrupción. Una circular de la Jefa-tura provincial de Sanidad renueva a todos los mé-dicos de la provincia el ruego de que denuncien laexistencia de cualquier nuevo caso que conozcan oatiendan y lo notifiquen a través de la ficha adop-tada como modelo oficial por la Dirección Generalde Sanidad.Estimadas, al fin, como ineficaces nuestras ad-vertencias, decidimos, previa consulta y conformi-dad con la Dirección General de Sanidad y la Co-misaría General de Abastecimientos, proponer a laautoridad gubernativa provincial la prohibición deventa del producto latirógeno. Dicha autoridadacepta nuestra propuesta y el 15 áe enero últimohace pública una orden decretando la prohibicióny la subsiguiente recogida de la almorta y sus ha-rinas. La orden se cumple con rigor y el productodesaparece del mercado. Es la primera vez que enEspaña se adopta esta medida.Desde el 28 de noviembre de 1943 hasta el 2 demarzo de 1944 son registrados en la Jefatura pro-vincial de Sanidad 68 casos de latirismo. A partirde esta última fecha ningún nuevo caso nos ha sidonotificado.Acompaña a este informe una relación de los ca-sos registrados, con sumaria expresión de algunasde las circunstancias que han concurrido en cadauno referidas a los datos que figuran eh el modelooficial de ficha. Las fichas originales se remiten a tí-tulo de anexo.No ha sido posible establecer individualmente laprocedencia de la almorta. Un informe global queal respecto poseemos nos dice que desde el mes dejulio de 1943 hasta ser decretada la prohibición deventa — enero de 1944 — se han consumido enVizcaya cien vagones de la repetida leguminosa. Laimportación se ha realizado de los siguientes pun-
tos:
 de la provincia de Palencia: capital, Baltanásy Torquemada. De Valladolid: capital, Villalón yPeñafiel. De Toledo: capital y Yepes. De Salaman-ca: Gomecello. De Burgos: Aranda de Duero. Y delas ciudades de Cuenca y Ciudad Real. Las almor-tas procedentes de Toledo y de Yepes han sidoestimadas como de inferior calidad y destinadas conpreferencia a piensos.La Sección de Medicina del Santo Hospital Civildel Generalísimo Franco está realizando un estudiode la clínica de la enfermedad y una vez ultimadoha de ser, sin duda, publicado. Podemos en el ín-terin adelantar que en cuantos enfermos figuran ennuestra relación ha sido establecido de un modocierto el diagnóstico de latirismo consecutivo a laingestión de almortas. Todos ellos ofrecen más o
 
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 CLÍNICA ESPAÑOLA
30 julio
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menos marcadamente el conjunto sintomático ca-racterístico de la enfermedad; su comienzo, lostrastornos de la motilidad, de la actitud y de lamarcha, su evolución, caen dentro del cuadro o tiponosológico admitido.Dejando a un lado este su aspecto propiamenteclínico, nos interesa a los sanitarios acercarnos todolo posible a la verdad en el conocimiento del pro-ceso etiológico de la dolencia, único modo racionalde articular su profilaxis. Movidos de este interésnos atrevemos a compulsar los hechos aquí obser-vados en el orden causal del latirismo con las con-clusiones formuladas en su VI comunicación sobre€sta enfermedad por el Instituto de InvestigacionesMédicas y la Clínica Médica de la Facultad de Me-dicina de Madrid (doctores C. JIMÉNEZ DÍAZ,E.
 ORTIZ DE LANDÁZURI
 y E.
 RODA;
 Rev. Clin.Esp., 3, 154, 1943). Quede así incorporada nues-tra modesta aportación, al esclarecimiento de unproblema en el que tiene puestos sus afanes un es-cogido grupo de estudiosos médicos españoles.Se dice en las conclusiones a que nos referimos:
""i.
a
 El latirismo solamente se ha dado en suje-tos que consumen almortas."De acuerdo con esta observación, en todos nues-tros casos se ha comprobado el antecedente del con-sumo de dicho producto.
"2.
a
 No se produce en los que ingieren almortassino a condición de que lo hagan en una ciertacuantía."Aun dando solamente un valor aproximado alas cifras consignadas en nuestra estadística, relati-vas a las cantidades de almorta consumida por cadaenfermo, en general se está de acuerdo con la con-clusión a que a este respecto han llegado los autores.
"3.
a
 Para una toma, dentro de ciertos límites,el latirismo solamente se produce cuando la alimen-tación es falta, simultáneamente, de otros produc-tos. Es decir, cuando es lo bastante monótona."Si bien en los casos recogidos por nosotros noqueda claramente confirmada esta apreciación, laconsideramos fundamental en
 tazón,
 principalmen-
te,
 de la experiencia obtenida de los trabajos reali-zados por el Instituto de Investigaciones Médicas.Sin embargo, un criterio menos rígido admitiríaque en igualdad de otras circunstancias frente a unaagresión latirógena, la enfermedad se produce otiende a producirse en presencia de una dieta des-compensada.
"4.
a
 Cuando la ingestión es masiva se produceel latirismo, aunque la alimentación sea más varia-da, posibilidad que naturalmente se da raras veces."La cantidad de otros alimentos ingeridos está,naturalmente, en razón inversa de la de almortaconsumida; de aquí la consecuencia de que en laingestión masiva de la leguminosa confluyan dosposibles factores latirógenos: uno positivo, activo:el propio producto; otro negativo, carencial: la in-suficiencia de la dieta de protección.En nuestra casuística figuran al lado de los en-fermos de latirismo, familiares indemnes que haningerido también la almorta en grandes cantidades.Una confirmación de estos hechos restaría algúnvalor a la conclusión a que nos referimos, si bienqueda en ella admitida esta posibilidad.
"5.
a
 La acción latirógena de las almortas no esaccidental, por
 mezcla,
 ni parasitación, sino que "lees esencial", dependiendo que produzcan o no la-tirismo de la cuantía de su ingestión y de la com-posición restante de la dieta, conforme a lo dichoen los anteriores apartados."Los naturalistas sostienen la no toxicidad, la nopeligrosidad de la almorta común
 Lathyrus sati-va, L.)
 y consideran latirógenas otras variedadesdel producto que se cultivan y circulan por el co-mercio, conocidas vulgarmente por distintos nom-bres: cicérula, chícharo, alcarceña, yerbo, alverja,girón, etc. Frente á esta tesis nos preguntamos: ¿enigualdad de concurrencias predisponentes, cualquiervariedad de almorta es susceptible de provocar laenfermedad, o sólo determinados tipos del produc-to deben ser considerados como latirógenos? O di-cho en otros términos: ¿existen, en efecto, talcomo afirman los botánicos, la almorta específica-mente latirógena y la almorta inocua? He aquíuna cuestión del mayor interés.Hay un hecho cierto: la almorta, ciertos tipos ovariedades de almorta, vienen consumiéndose des-de tiempo inmemorial en sus zonas de producción(Tierra de Campos, La Mancha, entre otras) sinque en quienes la ingieren se manifieste la enferme-dad. ¿A qué puede obedecer este negatívismo?A nuestro juicio, a una de estas cuatro causas:inocuidad del producto, su consumo moderado,presencia habitual de una dieta suficiente de pro-tección, y, finalmente, a la existencia de un procesode habituación a la acción latirógena por parte delorganismo humano, tal como ocurre con determi-nados venenos minerales y orgánicos y con losllamados antígenos.Como no ha sido posible conocer en cada unode nuestros casos el origen de la almorta ingerida,difícilmente podemos llegar a una conclusión en esteorden de ideas. En nuestra información consta quealmortas consideradas como de inferior calidad, im-portadas de Toledo y de Yepes, han sido destina-das especialmente para piensos, ¿habrá que atribuira la ingestión de éstas la presentación de los casosde latirismo que lamentamos?
"6.
a
 Existen factores de disposición (edad ysexo) evidentes y otros desconocidos, en cuya vir-tud solamente se produce el latirismo en el 36 porciento de los sujetos sometidos a la misma dieta."En nuestra estadística, la edad y sobre todo elsexo han influido notoriamente en la presentaciónde la enfermedad. Dos hembras entre 68 pacientesnos dan un coeficiente del 2,94 por 100, bien sig-nificativo. Por la edad queda hecha esta distribu-ción: de 0 a 15 años, 11 casos (16 por 100) : de16 a 30 años, 38 casos (56 por 100) ; de 31 a45 años, 13 casos (19 por 100) ; más de 45 años,6 casos (9 por 100).En presencia de estos particularismos se nosplantea un nuevo interrogante: ¿en orden a la ten-dencia a presentarse o manifestarse el latirismo, losfactores edad y sexo deben considerarse en sí, en suesencia, o como meros determinantes de un mayoro menor consumo de almortas? Nuestras propiasobservaciones nos autorizan a compartir a este res-pecto el criterio de JIMÉNEZ DÍAZ y sus colabora-

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