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LISBOA: CÓMO LLEGAR

Si vais en COCHE, desde Madrid son aproximadamente 650 km., por una autovía bien conservada
desde la que, además, se ve un paisaje de dehesa muy bonito durante casi todo el trayecto. Desde la
frontera española la autopista es de pago y bastante cara (creo que unos 15 €, a los que hay que sumar
el paso de los puentes al llegar, un euro más la última vez que yo pasé). Los sitios buenos para parar a
comer en el camino si queréis ver algo son, por orden desde Madrid, Trujillo, Mérida y, ya en Portugal,
Évora, además de muchos otros pueblos pequeños que no caben aquí. Cuando os vais acercando a Lisboa
veréis una bifurcación que os llevará a uno u otro puente (25 DE ABRIL, que es el antiguo, muy
parecido al de San Francisco, o el VASCO DE GAMA, más nuevo y que presume de ser uno de los más
largos del mundo). Desde cualquiera de los dos se llega "fácilmente" a Lisboa, aunque si es la primera
vez que vais y no tenéis vértigo merece la pena pasar por el primero, es muy espectacular y además
pasa cerca del CRISTO, una réplica pequeña del de Río de Janeiro. Desde el otro pasaréis al lado de la
EXPO, que desde el río se ve muy bien, y además os daréis cuenta de lo ancho del estuario, que
prácticamente ya empieza a ser el Atlántico.

Si vais en AVIÓN, las compañías que vuelan con más frecuencia desde Madrid son VUELING,
IBERIA, EASYJET y TAP; el vuelo dura 1 hora y, además, con el cambio horario prácticamente sales y
llegas a la misma hora. El avión sobrevuela Lisboa a su llegada, ya que el aeropuerto está DENTRO de la
ciudad; no os perdáis la vista, es espectacular. Una vez en Lisboa, os encontraréis varios autobuses a la
puerta; podéis coger el 44, que tiene paradas en varios puntos importantes de la ciudad (el billete se
compra a bordo y cuesta 1,40 € más o menos) o coger el Aerobus, que es bastante más caro aunque
pasa con más frecuencia y es más rápido.

Por último (y, para mi, poco recomendable) hay AUTOBUSES de las compañías Alsa y Auto-Res que
viajan a Lisboa, pero el viaje es una paliza de ¡9 horas! y es tanto o más caro que un billete de avión si
compras éste con tiempo o en oferta. El TREN, más o menos lo mismo, yo nunca lo he cogido.

ALOJAMIENTO

MUY ECONÓMICO: Destacan dos ALBERGUES; el YHA, metro Picoas (no está en pleno centro
"turístico", pero sí cerca y muy bien comunicado) tiene buenas habitaciones, es barato (desde 16 €) y
está muy limpio; además de los dormitorios compartidos tiene también habitaciones dobles con baño
privado (sobre 43 €), que no es que sean preciosas pero están bastante bien. Los desayunos, eso sí,
bastante cutres.

A mí me gusta mucho un albergue situado en el Bairro Alto que se llama OASIS BACKPACKERS, está
instalado en una casa antigua portuguesa, con un patio precioso y dirigido por unas chicas muy majas;
es también muy limpio y barato (18 €) e incluye desayuno, tiene internet gratis, cocina para huéspedes,
salón... y además está al lado de uno de los miradores de Lisboa, el de Santa Caterina, de la zona de
salir, etc. La única "pega": todas las habitaciones son compartidas y algunas son mixtas, si tenéis
problemas con eso, mejor el otro albergue.

ECONÓMICO: Para quienes quieren habitaciones propias con baño privado a buen precio, pensiones y
hostales; a mi me gustan dos: la PENSÃO GLOBO, en el Bairro Alto, (está bastante bien, la han
reformado hace poco y es barata); en la página web podéis ver las habitaciones con los precios (no
incluye desayuno). El otro es el RESIDENCIAL FLORESCENTE, en plena Baixa, tiene buenas
habitaciones y la situación es inmejorable.

HOTELES: Yo no me he quedado en ninguno de ellos, pero creo que tienen buenas críticas, entre
otros, el HOTEL FENIX GARDEN, cerca de la plaza de Marqués de Pombal, el AVIZ, en la Rua Duque de
Palmela, o, si os queréis dar un capricho, el VINCCI BAIXA, en la Rua do Comercio. En cualquier caso
es una buena opción echar un vistazo a las ofertas y opiniones en BOOKING.
MOVERSE DENTRO DE LA CIUDAD

Lisboa tiene muy buen TRANSPORTE PÚBLICO, así que merece la pena dejar el coche aparcado.
Existen varios ABONOS diferentes por días pero, en general, lo que mejor sale de precio es comprarse un
"Cartão Sete Colinas", que es una especie de metrobús recargable que vale para autobuses, tranvía,
elevadores y, según dónde lo compréis, metro: puedes comprarlo con cualquier número de billetes en los
quioscos amarillos que hay por la ciudad, en las estaciones de trenes, metro y otros lugares. En el centro,
hay uno en la Praça da Figueira. Para ver todas las opciones, visitad la página de la compañía de
transportes, CARRIS. Hay que contar que ciertos recorridos muy turísticos irán siempre muy llenos,
especialmente los fines de semana (como el tranvía 28) y que los domingos y festivos la frecuencia es
mucho menor y algunas líneas no funcionan (¡calculad con mucha holgura el tiempo para volver al
aeropuerto!).

Los ELEVADORES forman parte también de la red de transportes, y son piezas especiales para salvar
las enormes pendientes de la ciudad. El más famoso es el de Santa Justa, situado en la Baixa y que sube
hasta el Bairro Alto. Los demás, más parecidos a tranvías, son los de Gloria (hasta hace poco cerrado por
obras) Bica (que sube al Barrio Alto desde la zona del puerto) y el de Lavra (al otro lado de la avenida da
Liberdade). Merece la pena vivir la experiencia, y para todos ellos sirven los mismos billetes que para el
autobús o tranvía normales.

El METRO funciona bastante bien, aunque en general no hace falta cogerlo si no vais a puntos muy
concretos. Sin embargo, sí merece la pena ver algunas de las ESTACIONES, que están decoradas con
azulejos y son preciosas: por ejemplo, la de Baixa-Chiado (diseñada por Álvaro Siza, aunque está un
poco descuidada), la de Cais de Sodré, con el conejo blanco de Alicia en el país de las Maravillas, y
muchas otras. Los TAXIS es mejor cogerlos sólo en caso de emergencia: son conductores bastante malos
y, además, grandes timadores. Si sois un poco espabilados mejor, porque muchos intentarán daros más
vueltas de las precisas y cobraros pasta de más.

QUÉ VER

Lisboa es pequeña y no tiene, quizás, grandes iconos culturales como Madrid, parís u otras capitales;
merece la pena perderse un poco por algunas zonas (especialmente, la ALFAMA, el antiguo barrio de
pescadores, o el Chiado y Bairro Alto). Como primera impresión, lo mejor es visitar cualquiera de los
MIRADORES (Santa Luzía, São Pedro de Alcántara, Santa Caterina, Graça, o el propio castillo, aunque
para entrar a este último hay que pagar unos 5 €, un robo).

Como guías hay muchas, no os voy a contar cada cosa, pero sí enumeraros las que para mí son
imprescindibles: además de ver, mejor paseando, todo el centro histórico (BAIXA, CHIADO - lo que se
quemó en los 80 y ahora han reconstruido con bastante fidelidad y respeto - BAIRRO ALTO, CASTILLO y
alrededores y ALFAMA) merece la pena cogerse el tranvía 15 en la Praça do Comercio (el recorrido es
bastante bonito) y acercarse a Belém, no sólo por el Monasterio dos Jerónimos, el Centro Cultural y la
famosa Torre de Belém (que es muy pequeñita), sino por los aun más famosos PASTELES DE BELÉM.
Veréis otros muy parecidos en casi todas las cafeterías de Lisboa, pero NO son como los de la pastelería
original, además hay que ver el sitio, que es muy peculiar.

En el lado opuesto de la ciudad se encuentra el recinto de la EXPO 98; creo que sólo merece la pena
acercarse si vais muchos días, sois arquitectos o queréis ver el acuario, que es bastante espectacular.
Eso sí, puntualmente hay algunas exposiciones o conciertos en los viejos pabellones.

Lisboa no tiene MUSEOS como el Louvre o el Prado; tampoco le hacen falta, y tiene otros más
pequeños que también merecen una visita y una gran oferta cultural: además del MUSEU DE ARTE
ANTIGA (pintura clásica), y el CENTRO CULTURAL DE BELÉM (arte contemporáneo, diseño y
exposiciones temporales bastante interesantes) creo que merece la pena especialmente el CALOUSTE
GULBENKIAN, no sólo por la colección, bastante diversa y con mucho arte oriental, sino por el edificio y
el precioso jardín, que es un buen lugar para comer y hacer un descanso. También son preciosos el
MUSEU DO AZULEJO, instalado en un antiguo convento en el barrio de Madredeus (de donde saca el
nombre el famoso grupo), y el de VIEIRA DA SILVA, una pintora portuguesa abstracta autora de unos
cuadros preciosos, muy delicados. Por último, sobre todo a los arquitectos, os recomiendo el MUSEU DA
ELECTRICIDADE, una antigua central eléctrica ESPECTACULAR al borde del Tajo, en la que se
conservan intactas las instalaciones y donde, además, suele haber exposiciones temporales. Para
consultar la programación de los museos y otras actividades culturales hay algunas revistas gratuitas en
bares y sitios parecidos, sobre todo en el Bairro Alto, que están muy bien.

Para aficionados al rastro y los mercadillos, Lisboa tiene uno singular llamado FERIA DE LADRA (o de
los ladrones): se celebra los sábados (y creo que también los martes) y podéis encontrar los típicos
puestos de ropa, antigüedades, discos, libros etc. pero también cosas de lo más raro, como radios y
teléfonos antiquísimos (que nadie puede asegurar que funcionen, eso sí) puestos de recambios de lo más
extraños, de tornillos y chatarrería varia, cristalería y vajillas antiguas y desparejadas... en resumen, de
TODO. Cerca están el Monasterio de São Vicente de Fora y el Panteão Nacional, una gran basílica donde
enterraban a los reyes portugueses (y también a Amália Rodrigues). Una posibilidad es acudir el sábado
a primera hora al mercadillo y, desde allí, bajar a la Alfama callejeando, mejor con un plano por si os
perdéis.

PARQUES Y JARDINES

Lisboa tiene una trama bastante densa y una topografía muy compleja que deja pocos espacios libres
en el centro; no hay, por lo tanto, grandes parques, pero sí algunos lugares que permiten parar un rato y
descansar a la sombra: entre ellos destacan el mirador de São Pedro de Alcántara (actualmente en
obras), con árboles y, al menos antes, lugares para sentarse. Muy cerca, y siguiendo por la Rua Dom
Pedro V, está la Praça da Alegría, una plaza-parque con un quiosco, terraza y árboles antiquísimos, entre
los que destacan los enormes ficus y un ciprés precioso con las ramas tumbadas sobre una pérgola.
Siguiendo hacia arriba se llega al Jardim Botánico, que no es, por ejemplo, como el de Madrid: éste está
encajonado entre los edificios colindantes y es mucho más pequeño, pero es un buen sitio donde parar
un rato y tiene algunos árboles preciosos (unas palmeras enormes...). Eso sí, hay que pagar una entrada,
pero creo que era bastante barata. Al otro lado, el Castillo puede ser considerado un parque, pero como
ya he dicho tiene una entrada bastante cara si no eres residente. Las zonas de la EXPO y Belém tienen
sus propias áreas verdes, y cerca de esta última hay dos grandes parques, el Jardím Botánico de Ajuda
(un poco alejado, hacia arriba) y otro más cercano, situado detrás de donde está la pastelería y también
de pago (entrada 1 €). Por último, están el Jardim da Estrela, muy bonito, y al lado de la Basílica del
mismo nombre, y varias zonas verdes al borde del río (mirad un mapa actualizado).

DÓNDE Y QUÉ COMER

Casi todos los restaurantes portugueses son bastante tradicionales, aunque cada vez se ven más
restaurantes modernos, de fusión, orientales, etc. Se come muy temprano, como en casi toda Europa
(desde la 1 o así) y cierran las cocinas sobre las 3, excepto en lugares muy turísticos. En Portugal no hay
menú como en España, hay "plato del día", que suele ser carne o pescado con abundante guarnición, y
del que a veces se puede medir media ración (MEIA DOSE) si no tenéis mucha hambre. Suelen comenzar
la comida con una sopa, bastante ricas en general, sobre todo el caldo verde, y para acabar tienen
postres muy contundentes.

En todas partes dicen que el plato nacional es el BACALAO; sin embargo, si no está bien cocinado
puede ser una mala elección, y hay otros pescados frescos y carnes que sí que estarán bien casi en
cualquier sitio. Si pedís bacalao, una de las recetas típicas de Lisboa es el BACALHAU À BRAZ, que es una
especie de revuelto de bacalao desmigado, patata y huevo decorado con aceitunas negras que está muy
bueno. Los otros pescados típicos son las SARDINAS, sobre todo en verano, la DORADA, el PEIXE
ESPADA (que no tiene que ver con lo que nosotros llamamos así, es un pescado blanco muy alargado,
como una anguila) y muchos otros, siempre servidos con ensalada y patatas hervidas (podéis pedir que
os cambien la guarnición si queréis patatas fritas). La carne más abundante es el cerdo (PORCO) que
suelen servir a la parrilla en diferentes preparaciones, la ternera (si veis en la carta "BITOQUE" quiere
decir un filete de ternera con huevo y patatas fritas) y el pollo asado (FRANGO ASADO); muchos
restaurantes tiene a la vista la parrilla, y podéis ver cómo cocinan. Las carnes se suelen servir con
patatas fritas y arroz blanco. Por último, encontraréis frecuentemente CARACOLES, típicos en verano, y,
en sitios cercanos a la playa, MARISCOS y ARROCES.

Los portugueses son bastante golosos, y tienen siempre muchos postres bastante parecidos a los
españoles: ARROZ DOCE (arroz con leche), LEITE-CREME (natillas), PUDIM-FLAN (...) y, además, el
BOLO DE BOLACHA, una tarta muy rica, parecida a las típicas tartas de galleta de cumpleaños españolas
pero con más mantequilla, más nata, más azúcar y más de todo. Terminad la comida con un buen café,
que estará rico en prácticamente cualquier sitio. Ojo si pedís un café a secas; allí os pondrán uno solo. Si
lo queréis con leche, pedid una “meia de leite”.
En cuanto a las DIRECCIONES, hay muchos sitios de los que no recuerdo el sitio exacto ni el nombre
del restaurante (algunos ni siquiera tienen letrero) pero como pista os diré que evitéis los restaurantes
muy turísticos (los de fado, y esos que tienen el menú en la puerta en ocho idiomas y un camarero
pesado que os habla al pasar) y os mováis un poco hasta encontrar alguno donde coman portugueses; es
una buena señal que tengan en la puerta un mantel de papel con los platos del día y los precios indicados
(como referencia, un plato de carne o pescado con guarnición suele oscilar entre los 5 y los 10 €). Hay
dos calles que concentran varios restaurantes: cerca de la Praça del Comercio está la RUA DOS
BACALHOEIROS, en el que hay varios sitios baratos ((mirad los menús de la puerta), y más arriba,
paralela a la Avenida da Liberdade, está la RUA DE SÃO JOSÉ, que también concentra varios sitios.
Evitad para comer la RUA DAS PORTAS DE SANTO ANTÃO, continuación de esta última y que es bastante
turística. En el Bairro Alto también hay varios sitios, especialmente en la RUA DO LORETO, la RUA
MARECHAL SALDANHA y otras, aunque más desperdigados y mezclados con otros que no merecen la
pena. Si os cierran o no encontráis ningún sitio podéis comer algo rápido en cualquier "PASTELARIA"
(siempre tienen empanadillas, croquetas y cosas así, u os harán una TOSTA MISTA, un rico sándwich
tostado de jamón y queso con toda la mantequilla del mundo) e incluso en el CENTRO COMERCIAL DO
CHIADO, que tiene un horario bastante amplio y varios restaurantes dentro, además de una buena vista
del castillo. Por último, como tentempié os recomiendo que hagáis una parada en el bar BEIRA GARE, al
lado de la estación de Santa Justa, en donde hacen las mejores BIFANAS (un bocadillo de carne de cerdo
adobada en un panecillo blandito, ¡mmmmm!).

FUERA DE LISBOA

Si vais a estar varios días o hace buen tiempo, merece la pena salir de Lisboa; hay varias playas hacia
el oeste, a las que se puede llegar con el tren que sale de Cais de Sodré. La primera de ellas es
Carcavelos, algo alejada de la estación, pero más cercana a Lisboa. Si llegáis al final del recorrido,
llegaréis hasta ESTORIL y CASCAIS, con playas mucho más pequeñas y llenas de gente pero más
accesibles desde la estación y conectadas entre sí por un bonito paseo al borde del mar, donde además
hay una piscina oceánica. En Cascais hay también más cosas que ver, ya que se trata de un viejo pueblo
pesquero reconvertido en lugar turístico (y un poco pijo, pese a lo cual aun conserva cierto encanto y
quedan algunos sitios bastante asequibles para comer). El tren acaba en Cascais, pero si vais en coche y
seguís podréis llegar al GUINCHO, enormes playas entre acantilados de roca, muy bonitas aunque
mejores para hacer surf que para bañarse: hace mucho viento y muchos días ponen la bandera roja.

También se puede cruzar por el puente 25 de Abril hacia las playas de CAPARICA, mucho más
grandes que las de la Costa lisboeta, aunque también mucho más alejadas.

Si no buscáis playa, una visita preciosa y apta para cualquier época del año es SINTRA, un pueblecito
entre montañas llenas de vegetación cuyo mayor atractivo está en la cantidad de PALACIOS que hay,
procedentes de varias épocas y todos bien conservados. Aquí, además, se hacen unos pequeños
pastelitos, las QUEIJADAS, muy ricos aunque, en mi opinión, muy lejos de los de Belém...También están
MAFRA, también con un gran Palacio Monumental (algo así como el Escorial portugués, cuya
construcción relata Saramago en su libro El Memorial del Convento) y QUELUZ, un palacio barroco con
bonitos jardines (por seguir con las comparaciones, algo así como el Versalles portugués...).

SALIR

Las cosas pueden haber cambiado mucho desde que yo me fui, pero ahí van algunas
recomendaciones: hay varias zonas muy diferentes para salir, pero se pueden dividir en dos: la moderno-
malasañera, en el BAIRRO ALTO (y Alfama), y las más pijas, en Alcántara-Belém y la Expo. Yo sólo puedo
hablaros de la primera, aquí dejo varios sitios, aunque dejarse llevar y perderse por las calles está bien:

QUIOSCO en mirador de Santa Caterina: Para tomarse una caña al atardecer.


ESTADIO en rua Sao Pedro de Alcântara 11: bar cutre con solera, típico de erasmus.
PAVILHAO CHINÉS en rua Dom Pedro V, 89: Lo más exótico de Lisboa. Excesivo y sorprendente.
HOT CLUBE en Praça da Alegría, 38: El club de jazz más mítico de Lisboa
CHAPITÔ en Costa do Castelo: Restaurante, bar, circo... Un poco caro, merece la pena la terraza y la
vista.
BAR DAS IMAGENS en Calçada Marquês de Tancos 1: Al lado del anterior, bar con terraza y encanto
para tardes calurosas.
LUX, discoteca en una antigua lonja de pescado en el puerto, frente a la estación de Santa Apolonia.
Para acabar la noche, muy "cool". Tanto, que te pueden pedir cualquier burrada por entrar.

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